Selena era una hormiga trabajadora que ayudaba a su familia a recolectar alimentos mientras su madre estaba de viaje. Trabajó sin descanso para dejar el depósito lleno antes del regreso de su madre, pero terminó agotada y se quedó dormida sin poder recibirla. Al despertar, su madre la consoló y le dijo que no necesitaba hacer todo el trabajo sola, sino que podía contar con la ayuda de sus hermanos. Selena aprendió que a pesar de sus esfuerzos, también es importante descansar y compartir tiempo
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Selena era una hormiga trabajadora que ayudaba a su familia a recolectar alimentos mientras su madre estaba de viaje. Trabajó sin descanso para dejar el depósito lleno antes del regreso de su madre, pero terminó agotada y se quedó dormida sin poder recibirla. Al despertar, su madre la consoló y le dijo que no necesitaba hacer todo el trabajo sola, sino que podía contar con la ayuda de sus hermanos. Selena aprendió que a pesar de sus esfuerzos, también es importante descansar y compartir tiempo
Selena era una hormiga trabajadora que ayudaba a su familia a recolectar alimentos mientras su madre estaba de viaje. Trabajó sin descanso para dejar el depósito lleno antes del regreso de su madre, pero terminó agotada y se quedó dormida sin poder recibirla. Al despertar, su madre la consoló y le dijo que no necesitaba hacer todo el trabajo sola, sino que podía contar con la ayuda de sus hermanos. Selena aprendió que a pesar de sus esfuerzos, también es importante descansar y compartir tiempo
Selena era una hormiga trabajadora que ayudaba a su familia a recolectar alimentos mientras su madre estaba de viaje. Trabajó sin descanso para dejar el depósito lleno antes del regreso de su madre, pero terminó agotada y se quedó dormida sin poder recibirla. Al despertar, su madre la consoló y le dijo que no necesitaba hacer todo el trabajo sola, sino que podía contar con la ayuda de sus hermanos. Selena aprendió que a pesar de sus esfuerzos, también es importante descansar y compartir tiempo
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Selena, la hormiga
María Fernanda Zugasti
(Adaptación) La historia pasó en un hormiguero muy bien escondido, repleto de ventanitas, donde se veían entrar y salir permanentemente a los movedizos habitantes durante todo el día.
Un verano, descubrimos a una hormiga que se
esforzaba de un modo muy original, que llamaba la atención. Era la hormiga Selena, hermana mayor de una numerosa familia de catorce hijos. Sus papás contaban con ella para que después del colegio o de jugar, los ayudara a juntar palitos, semillas y hojas que servían para alimentarse durante el invierno • Ese verano en particular, Selena había trabajado mucho, porque su mamá se había ido de viaje unos días a visitar a Penina, una tía anciana que vivía en un hormiguero lejano. Selena deseaba que, al regresar, su mamá pudiera descansar y contarle todas las cosas que había visto en el camino. Por eso, trabajó casi sin descansar juntando hojas, durante el tiempo que su mami no estuvo. Así, el depósito de la casa ¡había quedado repleto de palitos y hojas! • El día del regreso había llegado y Selena se esmeró aún más: preparó una bella mesa para tomar el té, con tarta de frutillas, su preferida. Cuando terminó dijo: “Voy descansar en el sillón hasta que mamá abra la puerta”. Pero, tan, tan cansada estaba, que se quedó dormida y cuando llegó Enriqueta (así se llamaba su mamá) ¡no la pudo despertar! Durmió casi un día entero. Es que Selena se había esforzado al punto de quedar exhausta y no pudo disfrutar de lo que más deseaba... • Al despertar, Enriqueta o Queta como le decían todos, estaba a su lado acariciándola y susurrándole:
- Mi laboriosa hormiguita, gracias por todo lo que te esmeraste,
pero no era necesario que lo hicieras tú sola, estaban tus hermanos para ayudarte. Al fin, pudieron conversar; Queta le contó el paisaje florido que había visto en el camino, y le trajo de regalo unas ricas hojas de arándano de la casa de Penina. Selena había aprendido una gran lección: no olvidarse de descansar y de disfrutar, a pesar de lo que se propusiera hacer. Por eso, dijo:
-Después de todo, lo primordial es compartir con los que amo lo
mejor de mí. Y si sólo pienso en trabajar me pierdo lo importante. Selena siguió siendo una hormiga hacendosa pero más feliz. Es que había aprendido que llevar la carga tiene sentido, si nos queda alegría y tiempo para amar.