Revista Nro 10 Noviembre 2010

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La Oveja Negra est de luto, hoy slo quiere homenajear y recordar a Nstor.

Bolivia te llora, con sus lgrimas de minero; Brasil no te olvida, en la frutal sonrisa de sus nios; Venezuela te viva, detrs de cada joropo, y Ecuador te agradece desde su selva florida. Y es que Amrica Latina toda te abraza, como as tambin a Miranda, y es que Amrica latina toda contigo re, como as tambin con Bolvar, y es que Amrica latina toda contigo canta, como as tambin con Guevara, Porque nos devolviste la esperanza, Nstor! la esperanza, la que nunca se pierde, pero vos, igual, nos la devolviste qu ms te podamos pedir? si vos nos devolviste la esperanza, Nstor, qu bamos a hacer sin esperanza? qu haban hecho con ella? vos nos la devolviste, Nstor, la esperanza!,la esperanza!

Y por eso, Amrica Latina, en cada rincn te nombra, en las inmensas manos de sus obreros, en las sonoras plumas de sus guacamayos, en el colorido canto de sus quetzales, en las alegres profundidades de su chicha, en el bello andar de sus mujeres, y la feroz batalla contra el hambre, el imperialismo Porque vos bien lo sabas, Nstor, "la poltica es un arma cargada de futuro", vos lo sabas y quisiste que lo sepamos de nuevo LA POLITICA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO y cuando est en manos y boca del pueblo es poesa en estado puro, como la que vos hiciste, Nstor, como la que vos hiciste, poeta. Es que T, viento clido que viniste del sur, llegaste justo, cuando la indiferencia fue devorada /por el hambre y con su manto hmedo y espeso la desesperanza colm de norte a sur nuestros corazones. llegaste justo, cuando se instaur por decreto el olvido,

y pretendieron disfrazar de perdn a la impunidad, y de venganza u odio la justicia. llegaste justo, cuando la traicin arrebat nuestro nombre, y usaron nuestras banderas para vender la Patria, mientras sobre las tumbas de nuestros compaeros la infamia se abrazaba con la muerte. Llegaste justo, Nstor y mandaste a parar Por eso, Amrica Latina en cada rincn te nombra, en las inmensas manos de sus obreros, en las sonoras plumas de sus guacamayos, en el colorido canto de sus quetzales, en las alegres profundidades de su chicha, en el bello andar de sus mujeres, y la feroz batalla contra el hambre, el imperialismo por eso, tiemblen gorilas, -ms que nunca-, ahora hay Kirchner para siempre! Dano Cooke

La Oveja Negra, como Nstor, piensa que La seguridad jurdica debe ser para todos, no solamente para los que tienen poder y dinero.

sumario
Dolor y esperanza
2.- Poema 4.- Nuestra Amrica Brasil 5.- Nuestra Amrica Carta Hugo Chvez 6.- Nota de Tapa La hora de la militancia 8.- Norberto Galasso 9.- Erneto Jauretche 10.- Poster Central 12.- Memoria El dolor en la Red 13.- Crnica I Los sueos compartidos 14.- Congreso de la Militancia 16.- Fotoreportaje 17.- Crnica II Kirchner con Pern, Cristina con el Pueblo 18.- Nota Ferreyra Resea libros: El Aluvin 19.- Rompecabezas

a patria se hace dolor en el pecho. El llanto, que todo lo purifica, enjuaga nuestra alma. Se nos fue el Pingino. Encaramado en los vientos del sur, el lleg a nuestras vidas para empezar a escribir el epitafio del neoliberalismo. Ese Pingino que aprendimos a querer a medida que iba haciendo sus pasos. Sin elegancia, ni protocolo nos fue enganchando, nos devolvi las certezas donde haba escepticismo. A los ms jvenes que fueron por decenas de miles a despedirlo, les construy una esperanza. A algunos de nosotros nos devolvi el orgullo de ser peronistas, despus de tantos aos en que el neoliberalismo usara el nombre de Pern y Evita en vano. Ese hombre que no estuvo dispuesto a dejar sus ideas y convicciones en la puerta de la Rosada. Hoy a muerto un hombre y nace un mito. Nuestro Pueblo no entrega gratuitamente su devocin. Y esa Plaza volvi a llenarse de Pueblo repleto de dolor y de esperanza. Contradiccin viva y viviente. Profundo dolor por la ausencia que nos va a dejar. Imposible de llenar. Esperanza porque el proceso poltico por l fundado est abierto, est ms vivo que nunca. Por eso los ros incesantes de hombres y mujeres fueron a despedirlo no con la cabeza gacha, sino con la frente bien alta. Fueron aquellos que les devolvi su dignidad como trabajadores, los que pudieron acceder a la jubilacin, las madres que dan a sus hijos de comer en sus casas gracias a la asignacin universal, los que miran hacia nuestros hermanos latinoamericanos y disfrutaron de haber enterrado el ALCA, las relaciones carnales, y la prepotencia del imperialismo yanki, los laburantes que recuperaron los fondos previsionales, los hijos de los 30.000 que presenciaron el fin de la impunidad de los genocidas. Podramos seguir. Pero sobre todo estuvieron presentes aquellos que volvieron a tener a la poltica como herramienta de liberacin. Este quizs sea el legado ms perdurable que nos dej Nstor Kirchner. Junto al lamento por la prdida, estaba el grito unnime: Fuerza Cristina. Depositando en manos de la Presidenta coraje el destino de la Patria. Y mostrando a propios y extraos que no iba a estar sola en la patriada. Un Pueblo hecho protagonista en la calle estaba ah para garantizar que no se va a dar ni un paso atrs. As se constitua como sujeto un Pueblo dispuesto a ir por ms, a no dudar en la construccin de la Patria que soamos. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Por eso en el aire de la Plaza de Mayo quedo flotando la consigna que a modo de cantito repetido una y otra vez entonaban los cumpas de la JP descamisados: vos no lo ves no lo tocas pero est presente/ Tantos momentos inolvidables que hay en mi mente/ Por eso Cris profundiz eso te pido/ Es para Nstor que desde el cielo milita conmigo.

Equipo
Revista mensual Oveja Negra combatiendo al capital Ao II - Nro 10 - 6 de noviembre de 2010 Direccin editorial: Rodriguez Pea 58 - Ciudad de Buenos Aires - Argentina Correo: [email protected] / Tel: 155-517-4839 - ISSN 1852-6578. Director / Editor responsable: Marcelo Koenig Redaccin: Fernando Gmez - Felipe Pessoa - Daniel Lago - Mariano Cittadino Ismael Gonzlez - Lorena Morena - Beltran Besada Romero - Dano Cooke Diego C. Herchhoren - Horacio Ros - Mario Yannoulas Arte y diagramacin: Marcelo Chochi Iglesias Fotografa: Daniel Lara - La Dark Peronista - Majo Malavareszk Correccin: Melissa Fernndez Humor: FG Producciones Ilustraciones: Nazareno Manccione - Chizzo - Mariano Utin Facundo Muciaccia - Martin Parisi. Colaboraron en este nmero: Diego Vazko Arturo - Paula Seminara - Evangelina Gonzlez - Ignacio Geniz - Emilia Castro Rey - Ernesto Jauretche - Norberto Galasso - Carlos Romero -

Oveja Negra en el interior: Mar del Plata: Moreno 3570 - Ro Negro, Cipoletti: Per 1363 - Crdoba (Cap.): Dean Funes 1060 Santa Fe, Rosario (Kioscos): Mitre y Pellegrini // Corrientes y Pellegrini // Entre Ros y San Juan.

Editorial

La Oveja Negra, como Nstor, est dispuesta a sacar el pecho para reconstruir la patria

HUGO CHAVEZ

Por siempre Nstor! Fuerza Cristina!


"Seores, / soy poco acostumbrado a llorar / y cuando sucede, / me llora hasta el pelo y la camisa. / No es mi deseo dar pie / para que los ros guarden un minuto / de silencio por mi tristeza". As dice el conmovedor poema Manifiesto de Vctor Valera Mora que hoy, cuando el dolor me desgarra, se convierte en una confesin.
Por Hugo Rafael Chvez Fras, Presidente de Venezuela*
na confesin que expresa el infinito pesar que llevo en el alma y en el corazn desde que recib la infausta nueva de la desaparicin fsica de ese grande llamado Nstor Kirchner: mi compaero, mi amigo, mi hermano. Por primera vez en estos aos, en este ir y venir entre Venezuela y Argentina, entre Argentina y Venezuela, llegamos a Buenos Aires el jueves 28 de octubre con el llanto del Caribe y con el llanto del Orinoco que no quisieron guardar ni un minuto, ni siquiera un segundo de silencio por la tristeza que nos embarga: por el dolor mayor que compartimos plenamente con el gran pueblo argentino ante la prdida de este justo, de este valiente. II Cmo se parece la vida de Nstor, quiero reiterarlo, al ttulo de aquel extraordinario libro del gran escritor argentino Eduardo Mallea: Historia de una pasin argentina. Y eso fue Nstor: una pasin ejemplar por la Patria y por el pueblo, en especial por la causa de los humildes, de los excluidos. Una pasin genuinamente peronista. Hay un antes y un despus de Nstor en la historia argentina contempornea: un antes y un despus que se define, como bien dice la escritora argentina Sandra Russo, por el regreso triunfante y orgulloso de la poltica, de la gran poltica. Se puso en marcha una dinmica de repolitizacin de la sociedad toda, especialmente de la juventud, que hoy est dando sus frutos. El Resucitador lo he llamado y estoy convencido de que no exagero. La Argentina golpeada y fundida por la larga noche neoliberal, se levant como un gigantesco Lzaro colectivo con el liderazgo de este hombre que haba surgido de las gargantas profundas de su pueblo y de su inmenso territorio para hacer posible este maravilloso milagro colectivo. La Argentina volvi a tener un proyecto real y verdaderamente nacional y popular desde 2003: volvi a tener un Estado digno de tal nombre y una poltica econmica propia. Por primera vez en mucho tiempo los movimientos sociales contaron con un Gobierno interlocutor y aliado en la Casa Rosada. Igualmente, hay que destacar el coraje con el que le puso fin a la impunidad: los derechos humanos tuvieron en l a su ms activo y resuelto defensor. Cunta razn tiene el gran poeta y periodista argentino Juan Gelman: Actuaba sin miedo y fue un gobernante como hace decenios el pas no tuvo. Fue el que necesitbamos. Nstor no lleg a la Presidencia de la Repblica Argentina: nos lo trajo, en el momento y en el lugar indicado, la fuerza telrica del pueblo argentino y la historia inmensa de la Patria Grande. Cmo no recordar que en el ao 2003, con la asuncin de Lula primero, y a continuacin con la de Nstor, se acab la soledad en la que resistamos en la Amrica del Sur. Tras derrotar dos golpes de Estado, la Revolucin Bolivariana ya no estaba sola: la fuerza histrica de los pueblos comenzaba a darle forma al cambio de poca. III Yo no puedo ni quiero dejar de esperar que el da en que se realice nuestra entrevista, el primer abrazo que nos demos transigir cuantas dificultades existan y ser la garanta de la unin que ligue ambos estados, sin que haya obstculo que no se remueva definitivamente, escriba el Libertador Jos de San Martn al padre Bolvar, el 3 de marzo de 1822. A los pocos meses, nuestros libertadores se estaban abrazando en Guayaquil. Aquel primer abrazo inmortal se haba casi perdido en el tiempo y en la distancia: tuvieron que pasar 180 aos para que los hijos de San Martn y los hijos de Bolvar, volviramos a abrazarnos y reemprender as el camino hacia nuestra definitiva Independencia; tuvieron que pasar 180 aos para que nuestros pueblos le dieran vida y forma a una alianza estratgica que contina y se profundiza. El largo camino de Caracas a Buenos Aires no exista: hoy est felizmente abierto y por l vamos con Nstor como viga, sealando el rumbo. IV Dije que la vida de Nstor es la historia de una pasin argentina: es tambin la historia de una pasin suramericana y nuestroamericana. Fue un forjador de integracin y un dad en pie de lucha de un pueblo al que vi convertido en poderoso ro arterial, en Buenos Aires y en Ro Gallegos, para rendirle tributo al hombre que le haba devuelto, precisamente, la dignidad. Ro arterial de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; de estudiantes, obreros y campesinos; de piqueteros y descamisados. Ro arterial de los desaparecidos y de los hroes annimos de las Malvinas; de las vctimas del Corralito, del saqueo neoliberal. En fin, ro arterial de la Argentina toda. Nstor nos deja a Cristina: su mejor legado, como bien dijera el pensador argentino Jos Pablo Feinmann; pasionaria y entregada a su misma causa. Yo que la he visto, en su hondo Por siempre dolor, agradecerle y sonrerle al Nstor! pueblo que la acompaaba, no Fuerza voy a repetir que Cristina se Cristina!, es crecer: Cristina ya se hizo la consigna inmensa como su Argentina; que se repite infinita como los millones de por doquier: rostros que la consolaban y a es la los que responda, guardndoexpresin los en su corazn, con la seal combativa de llevar su puo al pecho. del amor de Por siempre Nstor! Fuerun pueblo za Cristina!, es la consigna pleno de que se repite por doquier: es la gratitud y de expresin combativa del amor orgullo. de un pueblo pleno de gratitud y de orgullo; es el renovado testimonio de su inquebrantable compromiso con la Argentina que, primero con Nstor y ahora con Cristina, cambi para siempre. VI Hoy domingo, adems, el pueblo hermano de Brasil escribir otra pgina de esta nueva historia. Cuando caiga el sol ms all del Amazonas, cuando las estrellas comiencen a iluminar la inmensa tierra de Abreu e Lima, las masas populares de Lula, ese otro grande compaero, habrn elegido a otra mujer patriota para dirigir el nuevo destino del Brasil. S, Dilma a partir de hoy ser Presidenta. Bienvenida, Camarada! Ya lo haba dicho Bolvar: "El gran da de la Amrica del Sur an no ha llegado". Pasaron dos siglos. Y nuestro gran da est aqu. Ha llegado. Hemos llegado. Para vencer. Venceremos! Viva Nstor Kirchner!! (*) Publicado en su columna de opinin "Las lneas de Chvez"

constructor de unidad. Gracias a su liderazgo poltico la Argentina se reencontr con la Amrica del Sur y con Nuestra Amrica toda. Cmo olvidar su brillante rol protagnico en la IV Cumbre de las Amricas en Mar de Plata (noviembre 2005) cuando enterramos al ALCA. El papel de anfitrin que a Nstor Kirchner le toc desempear fue clave para decidir los nuevos rumbos de nuestro continente. Todo cambiara desde Mar del Plata y hasta el da de hoy al imperialismo se le ha hecho harto difcil imponernos su agenda, como era cosa natural que ocurriera cuando todos nuestros gobiernos bailaban al son que les tocaban desde el Norte. Cunta falta nos va a hacer su sabidura poltica en la Secretara General de Unasur: Nstor era un secretario general de lujo; era el hombre adecuado en el momento y el lugar adecuados para conducir el proceso de consolidacin institucional de Unasur. Basta con recordar que fue el mejor de los mediadores para propiciar el restablecimiento de relaciones diplomticas entre Colombia y Venezuela. Basta con recordar los esfuerzos que despleg para que la misma noche del 30 de septiembre Unasur se reuniera en Buenos Aires para plantarse radical y contundentemente frente al intento de golpe de Estado contra el presidente Correa. Basta con recordar su incansable actividad, en sus ltimos das, en funcin de movilizar ayuda material al sufrido pueblo haitiano tras el reciente brote de clera. V Cul es el legado que le deja Nstor a la Argentina? La digni-

La Oveja Negra, mas que nunca, cumple el pedido de Nstor cuando dijo Les pido que la ayuden a Cristina, que es una mujer con coraje dispuesta a transformar la patria

Nota de Tapa

La hora de la militancia
Por Fernando Gmez

ifcil. Decididamente, escribir una nota en estas circunstancias es muy difcil. Especialmente cuando todava alguna lgrima surca el rostro. Y ms an si la tarea es comenzar a descifrar qu nos deja la desaparicin fsica del conductor de ste proceso. Se nos fue Kirchner, el tipo que cambi la historia reciente de nuestra Patria. Quien, en su decir, asumi la Presidencia de la Repblica con menos votos que desocupados, quien no fue nuestro conductor sino hasta el momento en que comenz a efectivizar las promesas que aqul 25 de Mayo de 2003 escupi en la cara de una dirigencia poltica acostumbrada al doble discurso. Un cambi en la historia reciente, porque Kirchner cerr la larga noche del neoliberalismo en esta tierra, y sent las bases para la construccin de un proyecto nacional. Siete aos que alcanzaron

para erigir a Kirchner en la figura poltica ms gravitante en trminos de relacin de poder. Primero, al frente de los destinos del Gobierno y luego acompaando la conduccin de Cristina desde un rol aglutinador. Un papel que se transform en indispensable en el ltimo ao. Mas precisamente, tras la derrota electoral de Junio de 2009. Derrota que lejos de significar un retroceso poltico, abri la oportunidad para profundizar ste proyecto de Nacin. Esto, en la medida que Cristina, en su tarea de Gobierno, y Nstor, en su tarea de armador, lograron recuperar la iniciativa poltica, marcando an ms los contornos de una polarizacin que haba tomado relieve en el marco del conflicto con las patronales del campo, y asumiendo el desafo de arrinconar los privilegios del capital en este tiempo. ste ltimo ao es el precedente directo que nos permite analizar la dimensin de la prdida de Nstor Kirchner, y en que medida se configurar el nuevo escenario poltico.

La conduccin material de la fuerza. Kirchner se caracteriz por conducir materialmente los distintos actores sociales y polticos que marcan el terreno donde se asienta su fuerza propia. Estando encima de las decisiones, y preocupado hasta el detalle, Kirchner ocup el rol de identificar dirigentes y baarlos de poder poltico, ordenando con ello la concentracin de fuerza. As, fue Kirchner quien asumi la jefatura del PJ para condicionar esa estructura hegemonizada por quienes son parte de ste proyecto poltico, ms por su vocacin de conservar los privilegios del poder, que por conviccin ideolgica sobre el rumbo asumido. Fue Kirchner quien identific en Hugo Moyano la interlocucin con el movimiento obrero, logrando con ello desplazar de la hegemona de la CGT a ese sindicalismo menemista que opt entre quedarse a dar una batalla silenciosa en el interior de la central o sumarse a las filas de la

CGT Azul y Blanca que encabeza Barrionuevo. Fue Kirchner tambin quien identific a los dirigentes de las organizaciones populares llamados a sintetizar las expectativas de esa militancia que resisti durante los noventa, a fuerza de estar ubicada siempre en el campo de representacin de los intereses populares. Naci con ello la experiencia del Congreso Nacional de la Militancia. La interlocucin con Kirchner marc una fuente de la que emanaba el poder poltico en la Argentina. Eso lo convirti en un conductor imprescindible de ste tiempo, la figura poltica irremplazable de la hora. Paradjicamente, el rol que se distribuyeron Cristina y Nstor en ste tiempo nos permite asegurar que perdimos la reina en ste tablero de ajedrez, ms all del gnero con que se identifica la pieza del ancestral juego. Cmo se lo reemplaza? Pues no hay forma alguna de hacerlo, sino construyendo una estrategia eficaz que permita ordenar la fuerza propia tras el liderazgo de

La Oveja Negra, junto a Nstor, dice una y mil veces Soy un soldado de Cristina

la conduccin poltica de ste proceso, que es Cristina, y marcando el horizonte de avance que exige nuestro Pueblo, que volvi a interpelar a la militancia y dirigencia poltica, poniendo una vez ms el grito en la calle. El Rubicon. Con desembocadura en el Mar Adritico, el Rio Rubicon constituy en tiempos de Roma una frontera que ninguno de sus generales estaba autorizado a cruzar en armas. En el ao 49 A.C. Julio Csar apost sus tropas frente al Rubicon, consciente que su cruce despertaba la guerra civil al interior de la Repblica. La significacin que se le concedi a ste hecho histrico tiene un sentido pico que no se compadece con el oportunismo que evidencian algunos sectores polticos que hasta hoy se mostraban dscolos con ste proyecto de pas o directamente asociados al Peronismo Federal. Una dirigencia que por dentro o por fuera de la estructura partidaria buscaba hegemonizar el PJ, intentando volver a apropiarse de la identidad del peronismo para asociarla a los intereses de una oligarqua funcional a las prerrogativas de los grupos econmicos y el imperio. Una dirigencia poltica que hace veinte das atrs estaba sentada a la mesa del coloquio de IDEA exigiendo congelamiento de salarios, achicamiento del gasto pblico y seguridad jurdica para las inversiones extranjeras. La postal de muchos intendentes que hasta hace diez minutos slo resaltaban aspectos negativos de ste proyecto poltico reunidos en el consejo provincial del PJ, y la decisin de De La Sota y Schiaretti de movilizar en apoyo a nuestra Presidenta, nos hablan de un pejotismo que est dispuesto a cruzar el Rubicon para despertar una guerra intestina en el seno del partido, y lo que es peor, en el seno del Kirchnerismo. Esto, dando una batalla que los permita hegemonizar la estructura partidaria para condicionar a Cristina ante un proceso de avance, o an peor, convencidos de la necesidad de reemplazarla en el futuro escenario electoral. Detrs de sta operacin no slo est esa dirigencia que para mantener los privilegios del poder fueron Cafieristas, luego Menemistas, despus Duhaldistas, ahora se disfrazan de Kirchneristas y maana sern de cualquiera que concentre el poder. Tambin estn los enemigos de siempre, los que con letras de molde intentarn esmerilar la legitimidad popular del gobierno de Cristina. Estn alentados por las editoriales de La Nacin y Clarn, voceros de los intereses de la antipatria, que ponen en dudas la gobernabilidad, atacando la fortaleza de Cristina, y pregonando una incapacidad para controlar a quienes ellos identifican como el peligro mas grande para sus intereses, es decir, a la CGT del compaero Moyano y las organizaciones populares que nos decidimos a recuperar la calle. Por eso, sta dirigencia que

asignacin universal como un piso en la distribucin de la riqueza. Que pone en la perspectiva de la condena a los genocidas, el fin de las dictaduras y la base sobre la que se asienta el reconocimiento a los derechos sociales que consolidan ms participacin y ms democracia. Los avances de ste tiempo han marcado a fuego el nacimiento de una nueva poca en la Argentina. La concrecin de las expectativas populares latentes en el capital simblico asignado a ste proceso, marcarn las condiciones en que nazca un movimiento histrico que sintetice las experiencias que marcan la larga lucha de nuestro pueblo por su liberacin. La hora de la militancia. As como la conmocin frente a la derrota electoral de Junio de 2009 nos puso un nuevo marco de exigencia que motiv el nacimiento del Congreso Nacional de la Militancia, espacio en el que maduramos un escenario de articulacin poltica de la militancia organizada que nos permiti ubicarnos en mejores condiciones en la relacin de poder; la conmocin frente a la muerte de nuestro conductor, nos redobla las exigencias, y tambin las urgencias. Por un lado, debemos redoblar nuestro esfuerzo militante con la conviccin que nuestro pueblo nos mostr que no somos minora, que en cada rincn de la Patria late la necesidad de comprometerse con ste proceso poltico, para defenderlo, pero tambin para profundizarlo. Debemos ser un motor organizativo de sta esperanza popular que se aviv frente a la adversidad. Pero tambin, es necesario profundizar lo hasta aqu construido, y consolidar una corriente poltica de la militancia del kirchnerismo que nos permite materializar una propuesta militante para ste tiempo, que se decida a construir una slida alianza con los trabajadores organizados para defender los destinos de ste Gobierno. Cristina, en el discurso del 3 de Noviembre en Crdoba, nos transmiti tranquilidad diciendo que Kirchner estaba entre nosotros. Y seguro que s, empujando a nuestro pueblo a la calle, empujando a los trabajadores a discutir ganancia, empujando a la militancia a alzar las banderas que parece que tantas veces bajan pero siempre se vuelven a levantar. Estamos convencidos que slo en la medida que seamos capaces de interpretar el mensaje de nuestro pueblo, aqul que abraza ste proyecto poltico por todo lo que se conquist, pero ms an, porque es el nico en condiciones de alcanzar todas las expectativas populares. Slo en la mediada que logremos defender ste Gobierno de los enemigos de afuera, pero tambin de adentro, que lo intentan esmerilar, estaremos a la altura de la historia para alcanzar la victoria del pueblo, slo as, podremos gritar bien fuerte que Kirchner vive en nosotros.

Debemos redoblar nuestro esfuerzo militante con la conviccin que nuestro pueblo nos mostr que no somos minora.

est dispuesta a cruzar el Rubicon tantas veces como sea posible a diferencia del significado histrico del hecho- desdibuja los contornos de la polarizacin poltica que hasta ac marc la etapa, sumndose a las filas de un enemigo interno que siempre estuvo presente, y que hoy busca dar una batalla por hegemonizar la representacin poltica del kirchnerismo. Postales de un nuevo tiempo. Existen determinados momentos en nuestra historia en la que nuestro pueblo se vuelca a las calles, logra vencer los lmites de la democracia, y evidencia el horizonte de sus esperanzas. Cuando nuestro pueblo habla, lo hace fuertemente. Lo hizo aqul 20 de Diciembre de 2001, cuando grit basta de neoliberalismo. Quien mejor interpret ese grito fueron Cristina y Nstor Kirchner, quienes impusieron como agenda de gobierno las reivindicaciones populares silenciadas y olvidadas en veinte aos de democracia. Esto marc las condiciones en que se construy un nuevo liderazgo en la Argentina. Por eso nuestro pueblo volvi a poner el grito en la calle para despedir a su lder. Fueron tres das en los que nuestro pueblo volvi a la calle para interpelar a la historia. La crnica hablar de dolor, pero la historia evidenciar esperanza. La crnica hablar de lgrimas, pero la historia recordar aquellas canciones que le marcaban la cancha al enemigo de afuera, y tambin al de adentro. Ese grito que anunciaba si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar Los dueos del silencio se asombraron con el compromiso de tantos jvenes. Nosotros no. Los dueos de la mentira desdibujaron la participacin de los trabajadores. Nosotros vimos los cascos en ofrenda. Los agoreros que pregonaban el aislamiento del mundo, vieron a los presidentes de Amrica llorando, y el pueblo tambin. Los voceros de la desmemoria, vieron los pauelos en la despedida, y el pueblo tambin. El subsuelo de la Patria volvi a ser visible, y eso marca necesariamente un nuevo momento histrico.

Pero tambin es necesario marcar que la enorme movilizacin que acompa la despedida de Kirchner no se encontraba organizada. Esto que para un arco poltico acostumbrado a la institucionalidad sin representacin popular resulta un dato positivo de la convocatoria, para nosotros marca el sentido de nuestro desafo. La tarea es interpretar el mensaje con el que nuestro Pueblo nos interpela. Un cambio de poca. En este sentido, muchos se apresuran en anunciar el nacimiento de un tercer movimiento histrico. Por el momento, nos parece preciso sealar que estamos atravesando un cambio de poca en nuestra Patria, asentado fuertemente sobre el contexto regional que nos acerca al paradigma de Patria Grande. Las condiciones que marcan el nacimiento de una nueva etapa histrica son distintas a los factores que determinan el nacimiento de un tercer movimiento histrico, por eso, no hay que confundir dos planos de anlisis que estn profundamente vinculados, pero que se asientan sobre elementos constitutivos bien distintos. Asistimos a un cambio de poca en la que se resignifica la participacin democrtica, forzando sus lmites para consolidar una genuina metodologa de participacin directa y popular. Una democracia en la que la decisin no se expresa por un esquema viciado de representacin, sino que se expresa cotidianamente, en la calle, en la organizacin, en la dinmica de la vida cotidiana. Una etapa histrica en la que se zanj la crisis de representacin que marc los tiempos del neoliberalismo, ello, a partir de un nuevo liderazgo que se consolida en la medida que se dinamiza un proyecto poltico. Un liderazgo que se asienta sobre el capital simblico de las condiciones de avance de ste proceso. ste capital simblico contiene la satisfaccin de mltiples intereses, pero mucho ms, contiene la esperanza de profundizar ste proceso. Un capital simblico que asocia la

La Oveja Negra, al hablar con los jvenes, les dice lo mismo que enseaba Nstor sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexin del nuevo tiempo

EL DA DESPUS

El pueblo en la Plaza de Mayo


Una marea humana se volc hacia Plaza de Mayo con motivo del fallecimiento de Nstor Kirchner.
Por Norberto Galasso

as mayoras populares iban a despedirse de un presidente amigo en su muerte, de un compaero que en pocos aos les haba dado vida, de quien les haba permitido salir del escepticismo poltico hacia la polmica ardorosa en busca de un futuro mejor, hacia la rplica y la contrarrplica alrededor de los conflictos que l que no los haba creado, como sostena la oposicin- los pona sobre la mesa para resolverlos. Por eso no fue una procesin callada, respetuosa y sombra sino un incesante desfile con gritos, cnticos, adhesiones coreadas, entusiasmos fervorosos, con arengas delante del fretro. Era el afectuoso saludo militante a un lder militante que se iba. En el saln de Los Patriotas Latinoamericanos, desde dos cuadros cercanos, Pern y el Ch parecan acompaar esa explosin popular, no trajeada para un cumpleaos sino en camisa, desaliada a veces, desbordada su emocin, de rostros desencajados, volcando afecto hacia el presidente muerto y hacia Cristina, para darle a ella el impulso suficiente para seguir, para no menguar los mpetus. Era el saludo militante a un matrimonio de militantes que haban osado enfrentar a los grandes poderes econmicos y mediticos, como tambin al Imperio, avanzando hacia la liberacin y la unidad latinoamericana. Era el compromiso, golpendose el pecho, de que no terminaba el kirchnerismo expresin hoy del protagonismo popular- como predecan los augures de la desgracia argentina desde los grandes matutinos, sino que se ratificaba el rumbo con la nica y posible garanta: el pueblo en la plaza, como fue siempre, desde el 25 de mayo y el 17 de octubre. Era un pueblo con demasiados jvenes -para el gusto de los detentadores del privilegio-, un pueblo con conciencia de sus derechos y con conviccin latinoamericana que, no por casualidad, encontraba -junto a Cristina- a los lderes actuales de la verdadera Patria Grande. La presencia de ese pueblo profundamente dolido, pero profundamente esperanzado, asegur tambin la ausencia de los impresentables, de los que se mueven en las sombras conspirando para atrasar el reloj de la historia, de los que promueven la vuelta a un pasado de vergenza y humillacin, de miseria y de entrega, de subordinacin semicolonial. Brillaron por su ausen-

Militancia

cia, como lo expresa el hombre comn, tan grficamente, e indefectiblemente permanecern en ese camino hacia la soledad y la ausencia poltica, solos, sin pueblo, sin futuro, y el teln caer sobre ellos, de una vez por todas. Una, vacacionando en Crdoba, otro inventando alguna nueva traicin, otro preparando maniobras oscuras para desestabilizar. La turista haba dicho: No lo soportan ms... El pueblo lo quiere matar, pero, Qu chasco!: el pueblo lo quera revivir, no se resignaba a su desaparicin, palabra que uso expresamente por el contenido que ha adquirido para la militancia. Tambin hubo algunas presencias molestas sobre las cuales cay la lluvia de silbidos porque tenemos memoria. No decimos esto para agravar los enfrentamientos: cada uno sabe en qu vereda se pone y stos no se equivocan, aunque pretendan ser amables adversarios dispuestos al consenso (Qu tena que hacer all Estensoro y su cnclave?). Los oportunistas y los que cultivan la ms desvergonzada hipocresa no nos interesan porque estuvieron, estn y estarn en otra cosa: que los bendigan Magnetto y Biolcati, que constituir una verdadera maldicin de la Patria. Pero una vez ms hay que llamar la atencin a aquellos que por sectarismo, por incomprensin, por estrechez de miras o por desmedida ambicin no participaron de estas jornadas de dolor que vivi profundamente un amplsimo sector de la sociedad argentina, aquellos que han errado el

rumbo y lo siguen errando. Decir por ejemplo, Kirchner tuvo aciertos, nosotros lo hemos acompaado a Kirchner en todo lo bueno y hemos criticado todo lo malo, declaraciones que no caben en dirigentes polticos que aspiran a representar al pueblo. Esa opinin la dejo para mi ta Rosita. Un partido o un dirigente deben saber que frente a un gobierno atacado por el establishment tiene que asumir una clara posicin poltica. Furiosamente atacado, agraviado el matrimonio Kirchner por los ms bajos mensajes de Facebook, acusados de las mayores desvergenzas, no se puede opinar con liviandad: apoyo lo bueno, critico lo malo. Es preciso hacer un anlisis profundo, un balance de la poltica general que desarrolla y ponerse junto a l, con toda la independencia poltica, ideolgica y organizativa que exigen los textos revolucionarios clsicos o de otro modo, admitir que se est objetivamente en contra, junto a los enemigos de siempre y que, por esa razn, no se asiste a la plaza junto con el Pueblo. No valen, en este caso, las buenas intenciones, ni los idealismos abstractos, ni presentar como fundamentales aquellas asignaturas pendientes que an no han sido resueltas, que deben ser evaluadas -por supuesto- pero en el marco de un progreso econmico y social general que ha irritado a los poderosos de afuera y de adentro. Ms all de lo que falta realizar -cuando en el 2003 faltaba todo- y a pesar de ello, y para darles solucin -para lle-

La presencia de ese pueblo profundamente dolido, pero profundamente esperanzado, asegur tambin la ausencia de los impresentables, de los que se mueven en las sombras conspirando.

nar la parte del vaso que an est vaca- una vez ms, las mayoras populares han vuelto a la plaza, con banderas, con gritos, con esperanza. Y quienes no estuvieron all deben reflexionar profundamente acerca de ese desencuentro. No estuvieron junto a los trabajadores y la clase media ms popular justamente cuando ella sali, como pocas veces en nuestra historia, como en sus grandes momentos, con pasin, con ganas, con los dedos de la mano en `V` augurando futuras victorias, con la mano sobre el corazn comprometindose a jugarse por una Argentina mejor. Y no estuvieron. No quiero hacer nombres, cada uno sabe su historia. Habrn dado, quizs, alguna declaracin de compromiso, hasta es posible que hayan mandado a alguno con bajo perfil para que no le recordasen que vena de la vereda de enfrente. Pero no estuvieron sintiendo profundamente, viviendo profundamente, en medio de las muchachas y muchachos que inundaron la plaza histrica. Hemos criticado la flexibilizacin laboral en su momento y el empleo en negro, hemos condenado la tercerizacin y abogamos siempre por el pleno empleo pues mientras subsista el sistema en que vivimos, los trabajadores necesitan pleno empleo no slo para tener ingresos y estabilidad familiar sino para tener fuerza para pelear por sus derechos, pero cmo explicar este suceso de Ro Gallegos en que tercerizados con apoyo del PO

La Oveja Negra, convencida como Nstor que El canal de cable Todo Noticias es, como dicen unos amigos: Todo Negativo, est dispuesto a pelar con la verdad para adelante.

NI UN PASO ATRAS van a reclamar justamente cuando se est velando a un ex presidente y los annimos, los nadie y sin nada como deca Scalabrini, los laburantes van a la plaza y hay un inmenso dolor y curiosamente, al mismo tiempo, hay una gran esperanza de seguir avanzando. Cualquier poltico o gremialista principiante comprende que haba que esperar hasta al lunes, salvo que se delire con aquello de que cuanto peor, mejor que caus tantas muertes. Estos tampoco estuvieron, ni siquiera en el mnimo respeto a la muerte y al pueblo en su conjunto. Este desencuentro ha sido fatal en nuestra historia, pero se repite sistemticamente, ahora agravado porque tambin alcanza a sectores que tienen tradicin nacional y popular. A veces se explica porque los dirigentes provienen de sectores medios y entonces pretenden hablar en nombre de los trabajadores cuando viven de manera bien distinta, lejanos del rumor de las fbricas, ajenos a los barrios fangosos. Y entonces no sirven los fuegos de artificio de la revolucin completa, pura, para maana. Porque cuando no se vive como se piensa, se concluye pensando como se vive. O tambin porque se alardee de izquierda dura o de centroizquierda progresista pero no se palpita al unsono con los de vincha y bombo que salieron estos das a copar el escenario poltico. Quiz porque, en el fondo se supone fueron a la plaza -como deca Sarmiento- porque son la barbarie ignorante o infradotados a quienes se los engaa siempre, como en octubre del '45. Si as fuese, mejor sera que no hiciesen ni gremialismo ni poltica. Haran un enorme bien a todos si se fueran al cine todas las tardes o concurriesen a clases de violn o se dedicasen al ajedrez, que sera mejor forma de demostrar si tienen ingenio en vez de hacer elucubraciones tericas complejas para terminar -inevitablementepensando y sintiendo de manera distinta a aquellos a quienes dicen representar. Hoy los hechos estn a la vista. Una marea popular inund a las calles dando fuerzas a Cristina para proseguir las transformaciones iniciadas. Por ah camina la Historia, algunos militarn adentro, otros galoparemos al costado -al ladito, diramos, porque creemos que servimos mejor as- pero no en la vereda de enfrente, ni en la concepcin de la ta Rosita, sino metidos profundamente en el camino de la liberacin nacionallatinoamericana para concretar los cambios ms profundos e irreversibles.

La historia nos est tocando los huevos y los argentinos vamos a defender lo conquistado!
Por Ernesto Jauretche

(*) Norberto Galasso es ensayista, historiador e integrante de la Corriente Poltica Enrique Santos Discpolo

asado el instante del estupor, la irreparable sensacin de prdida y la pena ante la vulnerabilidad de la persona humana, nos inunda la incertidumbre por el futuro. Tenemos confianza en Cristina; s: mostr tener tantos ovarios como cojones tena Nstor, primer Secretario General de la UNASUR y ltimo ex Presidente de la Repblica Argentina, cuya muerte parece sealar cierta similitud con la suerte que le toc al primer Secretario de la Junta de Gobierno de las Provincias del Ro de la Plata, Mariano Moreno. Demasiado? Ni s ni no; pasado, presente y futuro, todos hombres de carne y hueso: la historia dir. Hoy el pueblo est llorando, no s si es el momento de alertas pblicas. Puta que la pari a la muerte. Inoportuna y desleal (nada peronista). Llorar, s. Pero reemplazar con organizacin, solidaridad y amor. No sera sano ni constructivo ocultar que, ante este alto en el camino a que nos obligan el luto y la reflexin, muchos de los viejos peronistas revivimos aquel infausto da en que muri Juan Domingo Pern. Tenemos miedo, otra vez; que la razn nos consuele. El mismo paradjico y atroz sndrome de orfandad. Lo criticamos porque estaba lleno de gorilas el gobierno popular; pero nos invada el desasosiego: Se muri el viejo, qu va a ser de nosotros? No me parece que la situacin del pas sea parecida, sin embargo. En aquellos ya lejanos 70 nos disputbamos un pas de democracia inmadura e instituciones atrasadas como resultado de 18 aos de proscripcin de las mayoras y de gobiernos ilegtimos o dictatoriales; pero con una economa en pie, que el movimiento obrero organizado y la juventud combatiente supieron defender levantando el lema generoso: Si todos los argentinos estamos mejor, los trabajadores estaremos

mejor. Adems, estbamos aisAtentos lados en el tercer mundo y en compaeros: una Suramrica en retroceso. no estamos La democracia de la derrosolos y la ta, de la renovacin peronista ocasin es que separ al movimiento social propicia. -la sangre del peronismo, la Entenderlo, fuente de la militancia- del par- nos obliga a redoblar tido justicialista, convirtindolo esfuerzos. en el zombie cipayo y maloliente que nos depar la trgica dcada de los '90, viene siendo superada. Ya no es 1974 ni 1983; y mucho menos 1989. En aquellos das el pas haba perdido el rumbo; hoy el derrotero est trazado. No desviarse y, para no errar, inventar, crear, atreverse a erigir en realidades los sueos, por ms inalcanzables que parezcan. Hoy pensamos en cmo constituir un pas. Y no pretendemos reconstruir aquel, ya perimido, que enterraron junto con 30 mil compaeros el golpe del '76 y la dcada menemista. No estamos velando la Patria perdida: cultivamos una nueva Nacin, igualitaria y soberana; orgullosa de sus orgenes indgenas, hispano-criollos; heredera de los valores de la tradicin judeocristiana y los principios de la solidaridad y el trabajo. Queremos la Patria de siempre, la de San Martn, Artigas y Bolvar: la suramericana. Ellos vienen por todo, para atrs; y no slo quieren regresar al 2003: vendrn otra vez por la cabeza y los pies de todos nosotros: por los radicales irigoyenistas, por los cabecitas de 1943, por los militantes de la Resisten-

cia Peronista, por los laburantes que hicieron el Cordobazo, por los combatientes de las organizaciones revolucionarias, por los estudiantes progresistas, por los delegados de base de las fbricas, por las organizaciones libres del pueblo. Atentos compaeros: no estamos solos y la ocasin es propicia. Entenderlo, nos obliga a redoblar esfuerzos. Brasil nos necesita, Bolivia es apenas un faro, Chile debe abrirse al destino biocenico, Venezuela acompaa solidaria y generosa, y hasta Mxico mira la esperanza que todos los hombres justos del mundo depositan en el destino de la Amrica Latina como reservorio de valores y principios y como acopio de audaces novedades polticas, sociales y econmicas que el mundo necesita para recobrar el rumbo de la dignidad humana y salvar a la especie de su autodestruccin. Si la ecuacin es econmica, todo nos ampara, desde la demanda mundial de nuestros alimentos hasta la crisis financiera del capitalismo del agio y la especulacin. Es nuestro momento. Vamos al frente, con vigor y confianza, compaeros. Aunque ahora, a partir de su ausencia, comprobamos la importancia que tiene un caudillo en poltica, ojo, la cuestin que se abre no es de nombres, de personas; no se trata de pensar el simple reemplazo de un hombre. Qu estructura, qu colectivo de poder, qu pedazo de Estado, qu organizacin poltica queda en pie para dar continuidad y profundizar el camino de justicia social que tan laboriosamente viene abrindose desde 2003? Cul es el proyecto, el programa, el ideal por el que pelear? A la hora de la previsible ofensiva del retroceso, la mediocridad y la depravacin, vamos a combatir por un gobierno tico con un proyecto pico: una Nacin justa, libre y soberana en la patria grande suramericana. La Plata, con el corazn en la mano, perdn por eso, a las 15 hs. del 27 de octubre de 2010

La Oveja Negra antes de empezar el da recuerda a Nstor que nos deca No pasarn a la historia aquellos que especulan, sino los que ms se la jueguen

La Oveja Negra est encantada con aquello que deca Nstor de que Hay que terminar con el miedo de ser polticamente incorrecto

OPINION

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Los sueos compartidos


Por Carlos Romero Para Oveja Negra

a Patria que soamos. Escuch esta hermosa expresin semanas atrs, de boca de Marcelo Koenig. En una entrevista por la publicacin de su libro Combatiendo al Capital, Koenig se refiri a la Patria que soamos. Y yo atesor esa frase, tan propia de la militancia, tan preciada para muchos de los que leen estas lneas. Perdnenme esta digresin de tipo personal en un artculo que se propone ser una crnica de la gesta popular que despidi a Nstor Kirchner y que lo acompa en su ingreso al recuerdo de un pueblo que slo entrega su afecto a unos pocos privilegiados. Pero como tantos otros, nunca antes me haba permitido soar con la Patria. Hijo de los 90 y egresado de la academia del cinismo, soar era una de las cosas que me tena prohibida. Muchos argentinos nos habamos especializado en la silenciosa administracin de nuestras miserias y diminutos logros personales. En eso y en la narcotizante tarea de ver el cclico transcurrir del mundo a travs de la tapa de los diarios y las columnas de opinin. Sin embargo -y vuelvo a pedir disculpas por el parntesis-, en ese largo invierno menemista, de pizza helada y champagne barato, hubo algunos empecinados que mantuvieron viva la llama de aquella expresin que abre esta nota, protegindola de los funebreros, preservndola para otras generaciones ms afortunadas. Me permito creer y sentir que algo de esa Patria que soamos, de esa expresin que an hoy me sigue interpelando, estuvo presente en la Plaza de Mayo y en sus alrededores, en la Casa Rosada, y ms tarde, bajo la lluvia, en la procesin hasta el Aeroparque Jorge Newbery y de ah rumbo a Ro Gallegos y El Calafate. En cada uno de esos lugares, pero tambin simultneamente en distintas ciudades a lo largo de todo el pas, cientos de miles de hombres y mujeres se congregaron en las calles -y millones ms frente a la pantalla de TV y junto a la radio- para compartir sentimientos nobles ante la sbita muerte de Nstor Kirchner, que an en su despedida volvi a protagonizar un potente hecho poltico. Unos y otros, los K, los crticos y los no K, reconocieron el papel fundamental que cumpli el ex presi-

dente en la recuperacin de la poltica en la Argentina. Slo con el paso del tiempo se ir comprendiendo la verdadera dimensin de ese aporte. A las pocas horas de conocido el fallecimiento de Kirchner, varios grupos se dieron cita frente a la Casa de Gobierno de la Nacin. Fueron llegando de a poco, con rostros de desconcierto y ojos enturbiados. Lentamente, la plaza se colm. La medianoche encontr a muchos en ese mismo lugar, expectantes. As sera por tres das y dos noches, y ni la lluvia de ese viernes fro, gris y patagnico en que el fretro viaj a Santa Cruz, hizo recular a los presentes. De hecho, cientos de ellos escoltaron al cortejo fnebre el viernes al medioda, caminando unos siete kilmetros hasta el Aeroparque, cortando el trnsito de varias avenidas. Y cada vez que la columna pasaba frente a alguno de los conos edilicios del pas chico, del pas opulento y exitoso pero tan refractario al pueblo, se les adverta a los gorilas all presentes que si la tocan a Cristina qu quilombo se va a armar. Tambin hubo tiempo para consultarles a dnde estn, que no se ven, las cacerolas de Callao y Santa Fe?. En cada uno de esos escenarios en que transcurri la despedida del ex presidente, todos preguntaban y ahora cmo sigue la cosa. Muchos se lo siguen preguntando y otros comenzaron a sospe-

char que a cada uno le corresponde una porcin de la respuesta: a los militantes golpeados pero de pie, a su dirigencia, a los oficinistas que bajaron de los edificios donde pasan las horas, a los que comenzaron a merodear la poltica, a los miembros de los organismos de derechos humanos, a los periodistas, a los obreros con ropa de fajina y casco, a las familias, a los estudiantes, a los jubilados y a las amas de casa. Hay quienes insisten en subestimar a ese conjunto denominndolo la gente. Otros, ms republicanos, prefieren referirse a la ciudadana. Ninguna de las dos expresiones parece estar a la altura de los acontecimientos. La palabra justa es pueblo. El pueblo llev sus banderas, celestes y blancas, a secas o con los rostros de Juan Domingo Pern y de Evita, con consignas de apoyo a la gestin de Cristina Fernndez, con las iniciales de la JP, de la CGT, repudiando al diario Clarn, arengando a luchar o pidiendo la renuncia de Julio Cleto Cobos, el vice opositor que sigue forzando hasta el lmite del absurdo y de la provocacin todas las garantas del sistema democrtico. Andate Cobos, peda la plaza, con pleno sol o a las cuatro de la maana del viernes, mientas continuaba la fila para ingresar a la Capilla Ardiente. Andate Cobos. El mendocino es, en carne e ideas, el lacerante recuerdo de los yerros pasados de un espacio poltico que bastante cambi con respecto al

Lentamente, la plaza se colm. La medianoche encontr a muchos en ese mismo lugar, expectantes. As sera por tres das y dos noches.

que en 2007 le abriera las puertas a ese desangelado y artero compaero de frmula de CFK. Desde la media tarde del mircoles 27 de octubre, la Plaza de Mayo, hasta hace no muchos aos tribuna para el insulto y el rechazo a la clase poltica, se convirti en el anfiteatro donde se rindi homenaje a un ex presidente, con muestras de afecto y consternacin, as como manifestaciones de apoyo a la presidenta y el pedido insistente de seguir adelante. Ese fue el mensaje, entre llantos, cantos y aplausos, que se entreg en el Saln de los Patriotas Latinoamericanos de la Casa Rosada, por donde fue pasando una hilera humana que se extenda por avenida de Mayo, que doblaba sobre s misma al llegar a la 9 de Julio y continuaba en otras calles. Un momento masivo de intimidad, compartido entre miles de annimos argentinos que mostraron su dolor ante al fretro con los restos del ex primer mandatario, escoltado por sus familiares, amigos y varios funcionarios. Ante estas imgenes, la conductora Mirtha Legrand se pregunt -porque dijo haberlo odo en la calle, de boca de la gente-, si el ex presidente estaba en el cajn, que permaneci cerrado durante la ceremonia. Inconscientemente, la bajeza de Mirtha reflej el gran temor de los sectores de los que es vocera: que en ese atad color caoba slo estuviese el cuerpo de Nstor Kirchner, pero que los sueos que convoc en la plaza ya no puedan ser enterrados.

Crnica

La Oveja Negra, como Nstor, quiere con memoria, verdad y justicia, construir las bases de un slido futuro

Hoy ms que nunca es necesaria la organizacin para la profundizacin


El prximo 17 de Noviembre se realizar, en Ezeiza, en el polideportivo Diego Armando Maradona el Congreso de la Militancia convocado por distintas organizaciones y referentes polticos para conformar una Corriente Nacional de la Militancia.

Militancia

i la pueblada del 2001 implica la coronacin de todo el largo proceso de la resistencia al neoliberalismo instalado en nuestro pas desde fines de la dcada del 70, en el 2003 con la asuncin de Nstor Kirchner, comienza un hito de reconstruccin de la esperanza de nuestro Pueblo. El Congreso Nacional de la Militancia se plantea ser un catalizador de la fragmentacin en la que estaba sumido el campo popular a partir de la profunda derrota del 76 pero tambin a travs de esas sucesivas traiciones y defraudaciones de las democracias restringidas que le sucedieron a la larga noche de la dictadura. Kirchner fue la figura aglutinante de ste proceso poltico. Smbolo, junto a Cristina, de una impronta transformadora de la poltica en estos tiempos. La recuperacin de la esperanza, la resolucin de una crisis de representatividad que motiv la ausencia de liderazgos populares en los ltimos treinta aos y el avance en la distribucin de la riqueza fueron marcando el ritmo de una nueva forma de hacer poltica en la Argentina. Fueron surcando ms fuertemente los lmites de una polarizacin poltica acentuada desde el enfrentamiento con las patronales rurales en el marco de la resolucin 125. Este proceso convoc a un protagonismo juvenil que asocia su sentido de pertenencia a la historia de lucha de nuestro pueblo. Pero tambin signific el resurgir de los trabajadores organizados como columna vertebral de un complejo de reivindicaciones que se asumen como poltica de gobierno. Este caudal militante que, protagonista de una resistencia al neoliberalismo, inclaudicable

a la hora de sta siempre en el campo de representacin de los intereses populares, siente la necesidad de encontrarse, de volver a formar una misma fuerza para recuperar sus sueos de una Patria justa, libre y soberana. La clave de este Congreso es lograr parir una Corriente Nacional de la Militancia, un espacio poltico kirchnerista que exprese a los patriotas que consideren que la nica manera de que este proceso vaya para adelante es a partir de la profundizacin. La Corriente Nacional de la Militancia pondr un mojn en el camino de estos sueos. La unidad es un proceso necesario pero no suficiente, es primordial crear un canal comn, respetando la diversidad y las identidades de cada uno, un colectivo genuinamente multicolor y de unidad que aporte al proceso de liberacin Nacimos para convocar a nuestro pueblo a organizarse en la defensa del Gobierno Nacional. Nacimos para marcar el sentido de profundizacin que nutre las expectativas de nuestro pueblo. Nacimos para gritarle bien fuerte a los gorilas que no se lo decimos ms, si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar! Emilio Prsico La recuperacin de la poltica para avanzar en la disputa con los enemigos reales.

videnciamos un resurgir de la militancia a partir de que el gobierno de Nstor Kirchner se empez enfrentar a los enemigos reales, los que quieren otro pas, los que quieren otro

modelo, los que quieren el pas para pocos, que quieren la concentracin econmica. Cuando el gobierno empieza a dar esa batalla contra las corporaciones y contra el poder real, empieza a aparecer una militancia, sobre todo de los sectores juveniles, que se identifican con nuestra pelea. Y ah se genera el hecho de que todas las organizaciones empiezan a crecer y empieza a darse un proceso, en especial entre la juventud, de identificarse con esa bandera que se expresaba centralmente en Kirchner, porque era l quien chuseaba y les daba pelea constantemente a esos sectores del poder. Lo que expres la Plaza de Mayo fue, por un lado, eso, y por el otro, una cosa que es tradicional en el peronismo que es el agradecimiento de nuestro pueblo a las conquistas que hemos logrado. Hubo compaeros que vinieron a agradecer el trabajo, otros que vinieron a agradecer la jubilacin, la pensin, etc. Creo que lo que se expres en la plaza era la mezcla de esos dos espacios polticos. Uno de ellos fue el espacio militante, ligado a las organizaciones sociales y polticas del kirchnerismo. Tambin hubo otro todava sin encuadramiento pero que rpidamente se van a encuadrar. Una de las cosas que nos leg el modelo neoliberal es que se empez a hablar de la gente, en vez del pueblo o del sujeto poltico, y a pensarse que era ms importante un compaero que no estaba identificado polticamente que uno que s lo estaba. En lo particular, pens siempre lo contrario. Es un avance en la lucha poltica y social de un pueblo cuando la gente se identifica polticamente.

Quito Aragn Superar las diferencias para transitar un camino de profundizacin.

i hay algo que nos sac el liberalismo es proyeccin, proyectos a largo plazo. El 2003 nos emprolij un poco, nos llev a los tumbos a discutir poltica. Cuando empezamos a tener la posibilidad de levantar la cabeza, comenzamos a ver que no tenamos proyecto de pas porque en la resistencia no hay ms que eso, resistir. Despus de la 125 y la derrota de las elecciones de junio nos volvimos a encontrar. Hasta que nos dimos cuenta que no bastaba solo con resistir, sino pensar que es lo que realmente queremos y que precisa nuestro pueblo. Empezamos a salir ms contentos a defender un gobierno. El grueso de mi militancia fue de oposicin, pero no sabamos a dnde bamos. En este marco empezamos a reivindicar nuestra historia peronista y luego a un gobierno que no tom ni una medida en contra del Pueblo. La proyeccin que tenemos como militantes despus de la construccin del Congreso es primero achicar la brecha de las diferencias secundarias que existen entre las distintas fuerzas. Si tenemos objetivos comunes, muy difcilmente no terminemos siendo la misma cosa. Cmo se va a expresar eso? La historia y nuestras capacidades y las de nuestro enemigo lo dirn, pero lo cierto es que estamos transitando un camino de profundizacin de un modelo

La Oveja Negra, junto a Nstor, le grita a la antipatria que No estamos dispuestos a dejar, en nombre de un pretendido pragmatismo, nuestros sueos, nuestros ideales y nuestras convicciones de lado

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poltico y econmico que intentamos que se parezca lo ms posible a aquel primer peronismo, a los mejores momentos de nuestro pueblo y que seguramente lograremos que por lo menos, cuando se acabe este mandato o el prximo, quedemos en un estadio mejor, superior. Juan Cruz Daffunchio Una corriente poltica para intervenir en la etapa.

a idea del Congreso de la Militancia consiste en agrupar toda la militancia peronista fundamentalmente y no peronista tambin entorno un programa de pas, defenderlo y profundizarlo. Para defenderlo somos muchos, pero para la profundizacin ya no sabemos si somos tantos. A lo mejor hay polticos de carrera que quizs llegado el momento para mantener el puesto les de lo mismo trabajar para uno o para otro. Los que venimos de la resistencia de los `90 no nos da lo mismo. Construir una unidad ms all de la identidad de cada uno. Estamos convencidos que la fragmentacin del neoliberalismo ya est superada, nos une la idea de un pas mucho ms grande. Creemos que hay que construir una corriente poltica de movimientos sociales que va a ser multicolor porque va a tener la identidad de todas las agrupaciones que lo forman. A partir del 17 de noviembre puede surgir una fuerza poltica que refleje y que dispute espacios de poder dentro de esta lnea entre los que vamos a garantizar y profundizar el modelo. Felisa Miceli Convocar a los que quieran defender el proyecto nacional y no tengan espacios.

estemos unidos y ser esa puerta de entrada a aquellos que se quieran sumar en defensa de este modelo. Este debe ser un espacio amplio para profundizar y lograr que esto avance. Nosotros esperamos que despus del 17 de noviembre podamos estar ms fortalecidos profundizando los lazos y hacer trabajos en comn dejando de lado las pequeas diferencias sabiendo que hacia donde vayamos tenemos que ir juntos, unidos en nuestra diversidad, apostando a una organizacin comn, tareas comunes y criterios comunes. Lorena Pokoik La felicidad del pueblo argentino est en marcha.

Edgardo Depetri Construir la Corriente para la Victoria.

ideas y traicionaron o los que hasta hace poco decan que Nstor Kirchner era un autoritario: tanto nivel de hipocresa no la toleramos.

esde la d e r r o ta de la 125 y la posterior derrota electoral de junio pensamos que era muy difcil renacer, pero gracias a la iniciativa poltica de Cristina, como la Ley de Medios y la Asignacin Universal Por Hijo muchos sectores nacionales y populares salieron a defender este proyecto, pensando que si no lo hacan, el avance de la derecha iba a ser ms firme. Esos sectores salieron a defender todo lo que se haba hecho hasta ahora. Para nosotros, la idea de unidad de las agrupaciones kirchneristas debe ser la puerta de entrada para todos aquellos que quieren militar e incluirse en la defensa de este proyecto y no tienen espacios. Creemos que el congreso de la militancia es la poltica precisa para este momento que posibilita a todos los que queremos representar los intereses histricos del pueblo

a profundizacin del modelo trae como con se cuencia directa el en frentamiento con los grandes grupos del poder concentrado y que parecen no tener lmites en los ataques que a cualquier precio producen para intentar desestabilizar al gobierno. El inexorable triunfo de Cristina en el 2011 implica necesariamente continuar profundizando el modelo ya que, las conquistas sociales alcanzadas han construido un nuevo piso de demandas entendiendo que, si no se profundiza el modelo se estanca lo cual es sinnimo de retroceso. En este marco, la militancia tiene la responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias histricas y esto se traduce en la necesidad de construir caminos de unidad en lo estratgico, comprendiendo las contradicciones principales que atraviesa el desarrollo de la poltica nacional y de Latinoamrica. Debemos llenar de militancia y voluntad transformadora cada uno de los rincones de la Patria para consolidar el enfrentamiento con las grandes corporaciones y reconstruir aquel Estado nacional y popular por el cual dieron su vida Pern, Evita, Kirchner, como tantos otros compaeros, para poder garantizar la justicia social.

stor Kirchner fue la sntesis de muchas luchas del movimiento popular en la Argentina y Cristina continuar fortaleciendo el rumbo iniciado en 2003. Kirchner volvi a revalorizar fuertemente el rol de la poltica y eso se vio en la Plaza. Lo que vimos en la Plaza de Mayo en esos tres das son los hijos del 2001 que reivindicaron la importancia de la militancia y la multitudinaria despedida del ex presidente. El respaldo que recibi Cristina por parte de los jvenes constituye un fenmeno importante que fortalece a su figura, pero sobre todo, a la decisin del gobierno nacional de profundizar el rumbo. Cristina representa la sntesis del proyecto del Frente para la Victoria y no hay dudas que es la continuidad en esta etapa. En lo particular estoy conmovido por tener que estar en este momento teniendo que asumir la banca simblicamente de quien fuera expresin colectiva de un proyecto de pas y lo asumir con compromiso militante. Creo que las prioridades que hay que afrontar en el Congreso son varias. El presupuesto es un tema clave y despus hay que abordar la quiebra de las empresas recuperadas que involucra a amplios sectores, adems hay que avanzar sobre la informalidad laboral, la ley de trabajadoras de casas particulares y abordar el tema agropecuario con la ley de arrendamientos. Tambin hay que estar abierto para incorporar adems otros temas que fortalezcan el modelo actual o lo profundicen, alejados de toda especulacin electoral o partidaria sectorial. El que quiere venir tiene las puertas abiertas pero no para aquellos que cambiaron de ropa y que se cambiaron de

Fernando Chino Navarro Convocar a este desafo militante.

un en el duelo, en el profundo dolor por la muerte repentina, hubo quienes pretendieron instalar la sensacin de vaco de poder, de final de poca, de cada irremediable del proyecto iniciado en 2003 a partir del liderazgo de Nstor Kirchner. No entienden. No lo entendieron con Pern, no lo entendieron con Eva. No entienden que significa que un liderazgo se haga carne en el pueblo, despierte su amor y su compromiso. Lejos de marcar un fin de poca, con la muerte de Kirchner el kirchnerismo termina de nacer, se erige como una continuidad de la lnea histrica que expresan San Martn, Rosas, Hirigoyen y Pern, se yergue como el mbito poltico en el que se expresan diversas luchas consagradas todas ellas a construir ms ciudadana, ms dignidad, ms justicia. Que se equivoquen en su intento no quiere decir que no sean poderosos y que lo que viene sea un camino sencillo. La ausencia fsica de Nstor Kirchner implica no slo reconocer su legado, sino asumir el desafo de acompaar a Cristina para profundizarlo desde la generosidad, la solidaridad y el amor, con un compromiso militante capaz de construir cada vez ms organizacin popular y de erigir referencias claras e inequvocas de ese proyecto. Creo que todos los que compartan ese sentido de Patria estn convocados a este desafo, provengan de donde provengan.

Nacimos para convocar a nuestro pueblo a organizarse en la defensa del Gobierno Nacional. Nacimos para marcar el sentido de profundizacin que nutre las expectativas de nuestro pueblo. Nacimos para gritarle bien fuerte a los gorilas que no se lo decimos ms, si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar!

La Oveja Negra, como Nstor, piensa que ste tiempo de Latinoamrica est signado por el cambio a favor de los pueblos

Fotos: La Dark Peronista / Majo Malavareszk

La Oveja Negra, cuando piensa en el presupuesto 2011, piensa como lo haca Nstor que "no vamos a pagar la deuda a costa del hambre del pueblo"

PROTAGONISTAS DEL ADIOS

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Kirchner con Pern, Cristina con el Pueblo


Por el Chino Beltrn
Episodio I. Los jvenes y Elena. Elena sabe de adversidades, pero su fuerza vital de juventud eterna le permite superar una y mil veces los traspis que la historia nacional y particular le presentan, como si Dios no estuviera en los detalles de su vida. Si a los cuatro aos la detuvieron para dar con su padre, un obrero ferroviario leal a Pern, y esto impactara en su memoria, la cachetada spera de la vida la recibi cuando tiempo despus fusilan a su pap en los basurales de Jos Len Surez. De pequea se planta firme cuando intentan doblegarla. No disocia la muerte de su padre con el golpe al General, sabe lo que implic para su vida, su familia y su Pueblo. El mircoles llego con los compaeros de la JP de su Regional a la Plaza. Viene del conurbano. Se mudo hace tiempo del Bario Obrero Ferroviario de Boulogne, donde viva con su familia al Barrio Independencia en Surez. La Negra si sabe de los humildes. Durante largas horas estuvo all, en su plaza - porque no se piensa fuera del Pueblo ni un instante - a la izquierda de la pirmide mirando de frente a la Rosada, rodeada de banderas y jvenes. Miles de jvenes. No falto su consuelo para las lgrimas que casi todos ellos soltaban. Anunci en ellos a los nuevos descamisados y su rostro se encendi. Todas las JP que vio pasar le devolvieron a sus recuerdos el brillo de la maravillosa juventud de la que fue parte. Sin esconder su emocin, advirti que la larga marcha de nuestro Pueblo por la Liberacin se poblaba de nuevos caminantes. Vitales, sonrientes, sentimentales, nada afectos al protocolo, trasgresores, solidarios y politizaa irrumpir en llanto. Mezcla de tristeza y esperanza. Esta vez los pibes la contuvieron a ella. Eva se nos fue cuando ms la necesitbamos y ahora el flaco se va cuando hay que seguir recuperando el trabajo, cmo puede ser, les deca mientras se secaba las lagrimas. Cante con nosotros doa que le levanta el animo, la alent un mocoso. Y as comenzaron a multiplicarse las voces que coreaban yo soy argentino soy soldado del pingino. A Olga el alma le volvi al cuerpo. Comprendi que el Pueblo volvi a la calle y que eso era una celebracin. Con canto y gritos de bronca. Episodio III. Olga y Elena. Los jvenes y Nstor. El viernes Elena y Olga llegaron temprano al aeroparque. A ninguna la amedrent el mal tiempo para no asistir. Una vino del sur y la otra del oeste. Son negras, con pelo oscuro. Hermosas. Sus rostros serenos muestran el tesn por lo popular y el convencimiento de que el Pueblo siempre triunfa. Ambas estaban all. No se conocen pero siempre se cruzan. Rodeadas de pibes de las distintas JP. Las dos conocen de aviones, lluvia e historia. Fueron parte de la juventud que peregrin por el regreso de Pern aquel inolvidable 17 de noviembre. La vida les devuelve la sonrisa. Vieron partir el avin, mientras a su alrededor una nueva militancia para. Era otro da de la militancia con sangre nueva, urgente. Rejuvenecieron una y mil veces al pensar que estos jvenes tendrn su luche y vuelve junto a Cristina el ao que viene. Nuevamente tuvieron la tarea de consolar a los muchachos y muchachas. Mojados, por las lagrimas, por la lluvia, por el gas pimienta que la yuta les arrojo luego del desborde emocional por acompaar hasta el infinito al tipo que los interpel, que le devolvi la poltica para la Liberacin.

Eva se nos fue cuando ms la necesitbamos y ahora el flaco se va cuando hay que seguir recuperando el trabajo, cmo puede ser

Crnica II

dos. Politizados como hace tiempo no recordaba. Su mirada se dirigi hacia atrs solo por un momento y se fijo en las columnas de la Catedral. Algo la incomodaba, como si la historia le golpeara la espalda recordndole el corpus cristi del 55. Dentro de esa glida construccin un obispo reconocido como verdadero jefe de la oposicin- desplegaba su farsa. El mismo que en febrero pretendi sentenciar la muerte de Nstor enviando a uno de sus laderos a prodigar la uncin de los enfermos. Nuevamente volte la vista. No vala la pena dispensar ms segundos a la oscuridad habiendo tanta luz joven en la plaza del pueblo. Episodio II. Los jvenes y Olga. Olga sabe de adversidades. Pero una y mil veces le hace

frente a las injusticias que la historia le depara. Fue una de las tantas trabajadoras desocupadas de los noventa. Pero conocedora de que la organizacin vence al tiempo se sumo a uno de los movimientos de trabajadores desocupados que reclamaban trabajo digno. Hoy dirige una cooperativa textil en una fbrica recuperada montada con microemprendimientos que les dio el kirchnerismo. Una cooperativa conformada por un montn de pibes y pibas que aprenden su primer oficio. El jueves lleg a la Plaza con sus compaeros. Viene tambin del conurbano. Vive en una casa con calle de barro en Solano. Lugar donde nunca falt el mate para muchos jvenes, en los setenta, en los ochenta y en los noventa. La tarde la encontr rodeada de jvenes haciendo la cola para despedir a Nstor. O para gritar fuerza Cristina. La espera la llev

La Oveja Negra, junto a Nstor, les recuerda a los que diariamente nos presionan o simplemente mienten, que no lograron vaciarnos el alma ni apagar nuestros sueos

BUROCRACIA SINDICAL. ANTES MENEMISTA, AHORA DUHALDISTA

Mariano Ferreyra: un asesinato para volver a los 90


Por Marcelo Iglesias
ovillo que nos lleva a Duhalde. El conflicto en la lnea del ferrocarril Roca tiene larga data y su historial nos permite aproximarnos a la identificacin de los autores polticos del asesinato de Mariano. La lnea Roca, histricamente se vincul a Duhalde por intermedio de Alberto Trezza, quien tiene peso y ascendencia en los talleres de Remedios de Escalada. Recordemos que Treza fue subsecretario de transporte de la gestin Duhaldista, adems de histrico dirigente de la Unin Ferroviaria vinculado con Pedraza (uno de los genuinos exponentes del sindicalismo menemista). Si con esto no basta para relacionarlos tambin debe tenerse en cuenta que Trezza, adems de todo lo dicho, fue autoridad en la lista que Eduardo Duhalde present para disputar el club de sus amores, Banfield. Pero el amigo de Duhalde no juega solo, tiene un aliado fundamental en este partido, Jos Pedraza. Pedraza, como Barrionuevo, Cavallieri, Daer y otros tantos dirigentes que se apoderaron de la CGT durante los aos 90 fueron cmplices directos del modelo neoliberal instaurado por la ltima dictadura y profundizado por el menemismo. Estos son los aliados de Duhalde, solo basta con hojear la seccin gremiales de cualquier diario. El asesinato de Mariano Ferreyra fue precedido de una decisin poltica: causar una muerte. Si el disparo hubiera sido realizado por algn loco que no pudo contener su instinto asesino, ste hubiera efectuado los disparos en los momentos ms lgidos de la confrontacin, y no a sangre fra cuando los militantes se desconcentraban. Tampoco fue casual el sentido poltico del asesinato. ste fue provocado por una patota sindical, que a sabiendas de la participacin en el conflicto de activistas de organizaciones de la izquierda dogmtica, fueron a buscarlos con un objetivo bien claro, generar un hecho poltico que embarrara la cancha. Con esto no slo se busc orientar el destino de las acusaciones sobre el gobierno nacional (lo que resultara lgico viniendo de organizaciones que se han parado en la oposicin poltica, an a riesgo de resultar

esulta paradjico que en el medio de un proceso de recuperacin econmica, de participacin popular y de luchas por la redistribucin de la riqueza, sean las bandas del sindicalismo menemista las que patotean y matan trabajadores. Sobre todo teniendo en cuenta que desde hace ya siete aos, la decisin de no reprimir los conflictos sociales pas a ser una poltica de Estado de este gobierno. El asesinato del joven militante del PO Mariano Ferreyra no fue un episodio ms en la coyuntura poltica argentina. Las causas y consecuencias de su muerte profundizan una brecha que pone an ms en evidencia la polarizacin poltica que marca la etapa. Es as que este hecho nos obliga a dirigir la lupa sobre los elementos residuales del menemismo -en este caso dentro de los sindicatos- que hoy comanda Duhalde, hombre clave de los grupos econmicos para obstruir y desestabilizar el modelo kirchnerista. Trezza es la punta del

Coyuntura

funcionales a los intereses de la restauracin conservadora). Sino que adems se intent golpear sobre una de las alianzas vitales que ha construido el gobierno en estos ltimos aos, la relacin con el movimiento obrero organizado, en particular, con la CGT que conduce Hugo Moyano. El asesinato de Ferreyra pega de lleno sobre el corazn de una alianza que ha consolidado la progresividad del salario con seis mil convenios colectivos cerrados a la alza, que ha convocado tras treinta aos el Consejo del Salario, y que ha puesto en discusin nuevamente la movilidad jubilatoria y se ordena en garantizar un derecho constitucionalmente reconocido como es la participacin de los trabaja-

dores en las ganancias. La burocracia sindical al servicio de los grupos econmicos y la antipatria, le tiro un muerto al gobierno con la intencin de correr el eje de la discusin y esmerilar a Cristina. Ms all de la solidaridad ante el asesinato de un militante, y de la necesidad que se concrete cuanto antes el esclarecimiento del crimen encarcelando a todos los responsables materiales e intelectuales, sabemos que la pelea por la redistribucin de la riqueza no es fcil, solo profundizando el camino abierto por Kirchner en el 2003 lograremos el cometido. Avanzar en este sentido deber ser la bandera de los trabajadores y el Pueblo. Slo de esta forma no habr violencia social posible.

El Aluvin - Del Piquete al Gobierno: Los movimientos sociales y el kirchnerismo. De Christian Boyanovsky Bazn, Editorial Sudamericana.
Haban pasado unos 45 minutos de charla cuando entro Kirchner con Anbal Fernndez. -Cmo andan, compaeros? salud efusivamente a cada uno alrededor de la mesa. Fernndez se sent al lado de Acevedo y Parrilli pero Kirchner lo hizo entre los militantes. Comenz a contestar una a una las preocupaciones qu se haban planteado antes, como si hubiesen estado escuchando detrs de la puerta - de hecho es muy posible que as fuera- y se encarg de dejar en claro que no continuara el modelo neoliberal -Nosotros entramos por la ventana - sigui Kirchner porque nos estbamos preparando para el 2007, pero ahora estamos ac. El acuerdo con Duhalde condiciona, es cierto, pero nos dio esta oportunidad. .. La reunin finaliz con un mandato de Kirchner a los movimientos. -Tenemos que lograr que la representacin social pegue un salto hacia la representacin poltica. Ustedes construyan, mu chachos, que este gobierno va a tener las puertas abiertas a las organizaciones sociales y al movimiento obrero.
El Aluvin, tercer libro de Cristian Boyanovsky, logra interpretar el origen y la historia de los movimientos sociales recreando los distintos hechos en donde se entrelazan la participacin de las diferentes organizaciones polticas hasta transformarse en el ala militante del kirchnerismo. Boyanovsky consigue, con xito, demostrar que los llamados piqueteros o movimientos sociales, no eran otra cosa que organizaciones polticas, con dirigentes de larga data, que debieron implementar un plan de resistencia y lucha con un nuevo sujeto: los desocupados, resultado de las politicas neoliberales que azotaron al pas desde fines de la dcada del 70 y que tuvieron su profundizacin en los 90. En esa nueva etapa que comienza en el 2003 con el ex presidente Nstor Kichrner, encuentran la posibilidad de resurgir la mstica militante. Se vieron atrados por ciertos rasgos de un kirchnerismo que llegaba reivindicando y levantando las banderas por las que estos dirigentes lucharon durante aos. Conforman as, una nueva entidad integrando parte del escenario poltico nacional y del manejo de recursos y cargos polticos, como nunca antes se haba podido consolidar. Focalizndose especialmente en la FTV de Luis Delia, el Movimiento Evita de Emilio Prsico, el Frente Transversal de Edgardo Depetri y el Movimiento Libres del Sur de Tumini, Boyanosvky elige tomar a estos protagonistas como las voces del libro logrando un relato diferente al de los medios hegemnicos con alta relevancia en el resurgimien-

Resea

to de la militancia y la inclusin de la misma en la gestin de politicas de Estado.

Un punto en contra: el precio, poco accesible para las filas militantes.

La Oveja Negra le avisa a la antipatria que no quiere decirlo ms, si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar.

HACIENDO LA HISTORIA

19

Rompecabezas
Por Marcelo Koenig
a Cristina que kilombo se va a armar o aquella en contra de Cobos. El Pueblo estaba marcando un enemigo pero al mismo tiempo condenaba a aquel que traicion o defeccion del proyecto. La Plaza estaba repleta de jvenes. Este no es un fenmeno nuevo para aquellos que tenemos las patas en el barro de la historia. Hace meses, quizs con mayor contundencia desde la 125 -cuando se hace cada vez ms clara la disputa entre dos modelos de pas antagnicos-, los jvenes volvieron a acercarse a la poltica. As es que la poltica vuelve a enamorar en la medida en que recupera su sentido como herramienta de liberacin. Es imprescindible consignar que el nivel de masividad de esa presencia juvenil rompi con cualquier previsin y est llamado a constituirse en un hecho nuevo, un dato clave de lo que se viene. En la Plaza hubo, en definitiva, dolor y esperanza; pero tambin hay que dar cuenta de lo que pasa en el afuera. El enemigo no ha perdido tiempo; ya traz su estrategia de operaciones por lneas exteriores e interiores. Todava con el cuerpo caliente de Kirchner, sabihondos y plumferos a sueldo, salieron a intentar marcar una supuesta debilidad de Cristina, a decirle con quin se tena que juntar y con quin no y, lo que es peor, marcarle cul deba ser su agenda de claudicacin ante los poderosos. La jugada es clara: esmerilar a nuestra Presidenta, mellar su poder, comparndola con Isabelita, y an exaltando la figura de Kirchner, que es repensado como el artfice nico y excluyente del proceso. Presidente en las sombras y ministro de economa tambin. Y despus de su muerte, el diluvio. Ellos saben, sin embargo, de la fortaleza de Cristina y del caudal electoral ha crecido por las circunstancias. Aunque no consigan consolidar una figura para derrotarla en las urnas, intentarn mediante el desgaste, hacerla llegar lo ms condicionada posible. Por el otro lado, las maniobras tienen que ver con vacuas convocatorias a la unidad del peronismo. Todos disfrutamos, en alguna medida, ver las caras de verdadero velorio que se dieron en la

irchner ya no est. Se nos fue el personaje central de esta etapa histrica que nos toca vivir. An con el profundo dolor que esta perdida implica, la militancia tiene el deber de tener la cabeza fra y analizar los tiempos que se vienen. Tenemos que pensar los nuevos caminos, desafos y dificultades para poder ordenar nuestra prctica, en funcin de una estrategia. No es cuestin de sacar conclusiones apresuradas. Aunque es clave ver algunas imgenes, en calidad de postales o piezas de un rompecabezas, que debern articularse entre s en los tiempos que se vienen. Kirchner entra a la historia por la puerta grande. As lo demuestran la devocin entregada, el dolor popular, la riqueza de los mensajes impresos en esa gran Plaza que dur varios das y que se repiti, no slo frente a la casa de gobierno, sino tambin en muchas otras plazas del pas. Tanto es as que algunos se plantean que muerto el hombre, nace el mito; o bien que con la muerte de Nstor estamos asistiendo al nacimiento del Kirchnerismo. Si esto es as o no, no lo va a decidir una discusin entre sesudos analistas, panelistas de un programa de televisin, ni pasionales miembros de una mesa de caf, sino el devenir histrico. Es decir, la respuesta, la vamos a ir construyendo todos. Un dato insoslayable es que el Pueblo volvi a aparecer en la calle; esta vez para despedirlo. El Pueblo -as, con mayscula- volvi a amanecer y como siempre, lo hace de modo contundente. Tenemos que interpretar correctamente su mensaje. Esa Plaza se caracteriz, no solamente por el llanto de la prdida. Si bien haba un inmenso dolor, la sensacin de quien recorra la interminable cola, o que transitaba entre las banderas y la gente suelta, era -precisamenteque haba esperanza, que haba bronca, que haba un inters de continuidad de un proceso, ms que de finalizacin de una etapa. Por eso es que la consigna ms entonada fue Che gorila, che gorila, no te lo decimos ms, si la tocan

reunin del peronismo federal liberal. Ellos saben, mejor que nadie, que fracasaron como proyecto de sustitucin de peronismo kirchnerista. Por eso muchas ovejas (blancas) descarriadas del peronismo liberal, intentaran volver al redil, como tambin los camaleones que coqueteaban en varios escenarios al mimo tiempo. Lo harn siempre con el pual abajo del poncho. Es que en el peronismo los espacios de poder se disputan encarnizadamente: con el cuchillo entre los dientes. Todos lo sabemos. La burocracia poltica se apresta a tirar el cuerpo encima de cualquier propuesta transformadora. Van a usar el vaco producido por la muerte de Kirchner para intentar ensanchar sus espacios de poder y de negocios. Tenemos que aprender de la historia para rearmar este rompecabezas. Tres muertes signaron los ltimos 60 aos de nuestro pas. Una generacin asisti al entierro de Eva Pern. Las imgenes de aquella muerte son la constante del dolor y el amor que supo engendrar en nuestro Pueblo la abanderada de los humildes. Con Evita se parti el corazn del peronismo. La otra imagen fuerte de las grandes figuras polticas que se fueron, fue en 1974. La lluvia enluteciendo el cuadro. Hombres y mujeres llorando desconsoladamente. Dos postales que vienen a mi memoria; la tapa del diario Noticias: Dolor en letras de molde y el crespn negro cruzando el ttulo. La otra: el llanto de un soldado conscripto.

El Pueblo volvi a aparecer en la calle; esta vez para despedirlo. El Pueblo -as, con maysculavolvi a amanecer y como siempre, lo hace de modo contundente.

En ambas situaciones de prdida en el mediano plazo (aproximadamente un par de aos de diferencia entre una y otra) significaron derrotas para el campo popular. Cmo sacamos enseanzas de aquellas derrotas? Cmo hacemos que la reseca muerte no nos encuentre vacos y solos sin haber hecho lo suficiente? La clave de la respuesta de estos y otros muchos interrogantes est en los elementos de la misma plaza. Debemos pararnos desde la fortaleza de Cristina. Ir con ella y al mismo tiempo protegerla. Ella ha dado seales contundentes de su fortaleza y entereza. La misma decisin de velar a Nstor en la Casa de Gobierno y no en el sur, refugindose sobre s misma y sus afectos directos, es una de ellas. Ella quiso estar con el Pueblo. La necesitamos, no tenemos plan B; pero con Cristina sola no alcanza. Debemos pararnos sobre el costado de esperanza que expres esa Plaza. Esta es una nueva oportunidad para construir la fuerza necesaria no slo para sostener el proceso, sino para profundizarlo. La militancia poltica del kirchnerismo est madura como para encontrar en unidad los caminos. Tenemos el desafo histrico de dar respuesta al Pueblo convocado para despedir a su lder. Tenemos el desafo de la conformacin de la corriente nacional de la militancia. Este es, en conclusin, el mejor homenaje que podemos hacerle a ese hombre que cambi nuestra historia.

Poltica

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