Literatura Fractal
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Gilberto Antonio Nava Rosales* Resumen: La literatura fractal se ha presentado como una construccin que implica dependencia, sin embargo sta no requiere dicha estructura, para la comprobacin de esta hiptesis se propone el anlisis de dos cuentos de Julio Cortzar: Orientacin de los gatos y Continuidad de los parques donde se localizan algunos elementos enunciados por Mandelbrot que definen a un fractal matemtico. Palabras clave: literatura, fractal, Cortzar, cuento corto. Abstract: The fractal literature has been showed as a costruction that needs other texts, however this literature does not need them, in order to check that hypothesis, it is proposed the analysis of two stories of Julio Cortzar: Orientation of CatsandContinuity of parks, where there are located some elements enunciated by Mandelbrot that define a mathematical fractal. Key words: literature, fractal, Julio Cortzar, short story.
IntroduccIn
La belleza en las obras de arte es un tema recurrente durante todas las pocas, aunque hay diversas propuestas respecto a sus caractersticas, una gran parte de las ideologas planteadas contienen elementos similares al enumerar los rasgos para describirla. Una propiedad importante es la proporcin armnica; desde la antigedad, tanto filsofos como matemticos han tratado de fundamentar
* Estudiante de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispnicas en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico.
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dicha tesis.1 De ese modo surge la divina proporcin, canon que aparece como hiptesis de la relacin longitudinal entre las partes de un todo.2 As, la seccin urea ha dado pauta para la formacin y estudio de los fractales:3
Mandelbrot denomin fractales (del latn fractus, irregular) al conjunto de formas que, generados normalmente por un proceso de repeticin, se caracterizan por poseer detalle a toda escala, por tener longitud infinita, por no ser diferenciables y por exhibir dimensin fraccional. (Talanquer, 2009: 25).
Es decir que un fractal se forma bsicamente por un principio de repeticin, en l es posible observar la misma imagen desde cualquier ngulo o acercamiento. Dicho suceso parece innegable en distintos mbitos, como la ubicacin de las galaxias, las fluctuaciones en las bolsas de valores, incluso, en la repeticin de letras en un texto (11). En teora, as como el universo pareca estar regido por el nmero dorado, lo fractal aparece como el factor presente en toda la naturaleza. Mas no todo en la natura lo es (al menos no en esta realidad):
Si toda sucesin de eventos en el tiempo tuviera estructura fractal, nuestra vida podra ser un verdadero infierno. Cada instante contendra todo pasado y futuro y viviramos constantemente nuestra propia muerte, pero esto es exagerar. Si toda distribucin de materia en el espacio siguiera las reglas de la geometra fractal, estaramos en todas partes, seramos el universo entero. (92)
Por otra parte, existen universos ficticios donde el tiempo junto con otros muchos de sus componentes pueden adquirir la propiedad fractal. Se pueden localizar en la literatura, id est la literatura fractal. Alberto Viuela la define haciendo nfasis en los elementos recursivos tales como las tautologas, historias cclicas y cajas chinas4 (otro elemento que acota es la reduplicacin5).
1 Para una explicacin ms amplia vease La Divina Proporcin de Juan Ignacio Extremiana Aldana. 2 Fra Luca Paccioli lo propuso en 1509 con su tratado De Divina Proportione. En l argumentaba que era posible encontrar un nmero como resultado constante al dividir el lado mayor de un rectngulo entre el lado menor del mismo. Una prueba puede realizarse en aquellos utilizados por los griegos para su arquitectura. 3 Aparentemente el nmero dorado y los fractales son equiparables; sin embargo, hay una distincin significativa: mientras que el nmero de Paccioli se desarrolla en el conjunto de los nmeros reales, los fractales pueden formarse en cualquier conjunto numrico reales y complejos (llamados errneamente imaginarios). Podra decirse que la divina proporcin es el principio de la geometra fractal. 4 Llamo literatura fractal a todo aquel escrito que manifiesta propiedades similares a las de los objetos fractales, centrndose sobre todo en los elementos recursivos, es decir, que hacen referencia a s mismos [...] incluir aquellas que traten el tema de la recursividad o que recojan la idea de fractal y hayan sido escritas antes de que stos se definieran de forma matemtica (Viuela, 2001). 5 Fenmeno [...] mediante el cual se designa en muchas lenguas una intensificacin o un aumento cuantitativo o dimensional (Simone, 2001: 60).
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Paniagua (2007) retoma dicha definicin, luego la limita al nivel sintctico de las oraciones,6 pero al hacerlo se abandonan diversos aspectos literarios, como la invencin de lenguajes7 por ejemplo, el glglico en Rayuela (Cortzar, 2006: 488) o el uso de palabras virtuales8 para dar el efecto fractal al texto. Lauro Zavala tambin hace uso del trmino fractal; menciona que es una caracterstica de la minificcin,9 as como un texto perteneciente a una serie, el cual puede ser analizado como un texto independiente o junto con la totalidad, pues mantiene una relacin por su temtica o estilo.10 Asevera la diferencia entre fragmento y fractal con la autonoma del primero y la dependencia del segundo a una serie (Zavala, 2006: 135); de lo anterior desprende su certeza: El detalle o fractal es una unidad narrativa que slo tiene sentido en relacin con la serie a la que pertenece (135). Si se verifica el concepto literal, el fragmento y el fractal, en efecto se oponen; sin embargo, ste ltimo no necesita de ningn otro componente para adquirir sentido. Un texto fractal no requiere forzosamente estar subordinado a una serie narrativa de textos integrados:11 slo los signos contenidos, pueden crear la fractalidad por s mismos. En resumen, Viuela se aproxima a la traslacin del concepto fractal al mbito literario, pues respeta la metodologa bsica que Mandelbrot propuso, para someterla a algunas reglas narrativas y lingsticas. Quiz slo omiti la especificacin del resto de los recursos literarios para crear un fractal, as como una taxonoma especfica del tipo de fractal literario que se encuentra. Por lo tanto,
6 Est claro que a una oracin, compuesta por un sistema de signos con sus significados y significantes, no se la puede someter a la secuencia de un algoritmo fractal, pues perdera su coherencia sintctica; pero lo que s se puede hacer es imitar los modelos fractales, respetando la sintaxis, para generar oraciones y textos que conformarn lo que se puede denominar como literatura fractal (Paniagua, 2007). 7 Viuela tambin refiere a lenguajes fractales en su artculo. 8 [...] secuencias fonmicas que podran (si existieran) pertenecer a la misma lengua, pero no estn actualmente aprovechadas (Simone, 2001: 98). Cabe mencionar que las combinaciones de morfemas tambin pueden ser palabras virtuales. 9 Lo mencion en su ponencia del Segundo Encuentro de Minificcin titulada De la teora de la novela a la teora de la minificcin. Llevado a cabo el 10 de marzo del 2010. 10 [...] Considerar a un texto como fragmentario, o bien considerar que un texto puede ser ledo de manera independiente de la unidad que lo contiene (como fractal de un universo autnomo) es uno de los elementos penalizados por la lgica surgida en la Ilustracin (Zavala, 2004: 77). Luego indica: la idea de que un fragmento no es un detalle, sino un elemento que contiene una totalidad que merece ser descubierta y explorada por su cuenta (80). Despus en Una conclusin para empezar: fragmentos, detalles y fractales define al detalle como: segmentacin provisional de una unidad global ntegra e indivisible (Zavala, 2006: 135). Para despus reducir el fractal a un tipo particular de detalle, pues contiene rasgos genricos, estilsticos o temticos que comparte con los otros de la misma serie (135). 11 Textos que se enlazan entre s, conformando un patrn de relacin ... repeticin de personajes, ambientacin geogrfica, [etctera] (Brescia, 2006: 7-8).
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un texto fractal debe ser aquel que sin depender de una serie o ciclo cuentstico, con base en la repeticin de signos lingsticos, no slo en el orden sintctico sino tambin en el sintagmtico, fonolgico, morfmico, semntico, semitico, y mediante las leyes de una gramtica preestablecida, pueda formar algn texto narrativo o potico donde sea posible observar una totalidad en cada una de las partes, de uno o ms niveles de los antes mencionados.12 La definicin parece englobar slo novelas, pero es posible aplicarla a textos de menor extensin, como los cuentos, en este caso: Orientacin de los gatos (Cortzar, 1999: 13-18) y Continuidad de los parques (Cortzar, 1995: 14-15).
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es el caso ms palpable de la interrelacin entre plstica y literatura, pues el narrador observa en primera persona cmo su enigmtica amada Alana desaparece dentro de un cuadro junto a su no menos crptico gato Osiris (Calzado); del mismo modo, la metafsica de miradas pide que se recurra al arte pictrico por excelencia, la espacialidad, estrechamente relacionada con el orden de la visin y la perspectiva (Mora, 2000: 102). Sin embargo, se deja (u obvia) el papel del narrador. El fractal surge a partir de esa metafsica de la mirada que propone Carmen de Mora: Verbos, sustantivos y adjetivos referentes a la mirada, la vista y los ojos se superponen y suceden en el diorama textual (102). Mas no son los ojos el smbolo recurrente y omnipresente, sino Alana. Es ella el smbolo lingstico recurrente durante todo el texto. Si se observa detalladamente, tanto Alana como Osiris aparecen cumpliendo distintas funciones gramaticales en los enunciados hasta abarcar las generales: sujeto, complemento indirecto, objeto directo, complemento circunstancial; siendo ellos, en conjunto o aislados, el ncleo de cada una. Pero Osiris no aparece durante toda la narracin, durante el transcurso de ver las pinturas en la galera no est, reaparece solamente al final; por ello podra afirmarse que Alana es omnipresente, ya que cumple con esa propiedad durante todo el relato y en cada parte de los enunciados, cambiando su posicin sintctica o gramatical. Dicha ubicuidad es perceptible gracias a la focalizacin del narrador. En varias ocasiones la menciona como elemento autorreferente mediante el uso del pronombre reflexivo se o con simples construcciones gramaticales como la entrevisin de Alana en Alana (Cortzar, 1999: 14). Las alusiones de la mujer como fractal se observan en varios aspectos. El uso repetitivo del nombre. El narrador la evoca mayoritariamente con su nombre, con lo cual logra una repeticin constante, esto es visible si se comparan las veces que usa un sustitutivo a las veces que usa el sustantivo; por ello aparecen lneas como la msica la desnudaba de una manera diferente, la volva cada vez ms Alana porque Alana no poda ser solamente esa mujer que siempre me haba mirado de lleno sin ocultarme nada (14) durante todo el texto. As se percibe la posibilidad de ahondar ms en ella, de adentrarse en lo que ella es, aunque se ve su imagen, al mirarla desde distintos ngulos aparece como la misma, de hecho parece ms ella misma desde cada perspectiva que el narrador recurra para develarla.13 Alana es un ser fsicamente determinado. Frente a un cuadro o un grabado Alana se despojaba todava ms de eso que crea ser, por un momento entraba en un mundo imaginario sin salir de s misma (14). Nunca deja su dimensin,
13 Recurdese la propiedad que Mandelbrot afirm sobre los fractales de presentar la misma imagen desde cualquier ngulo o punto de vista.
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la cual parece estar entre la realidad del relato y las distintas realidades artsticas ante las cuales el narrador la contrapone (la msica y la pintura), es decir una especie de dimensin fraccional, que el narrador confirma: sus altos y sus memorias se inscriban en un tiempo diferente del mo (15), esto se hace ms notorio al final:
[...] ella haba ido al cuadro pero no estaba de vuelta, segua del lado del gato mirando ms all de la ventana donde nadie podr ver lo que ellos vean, lo que solamente Alana y Osiris vean cada vez que me miraban de frente (18).
Ya sea que literalmente Alana se mete al cuadro o no, nunca abandona ni pertenece a ambos universos, pues la relacin Alana-narrador la une a la realidad que existe dentro del texto, al mismo tiempo que ya se encuentra inmersa en la pintura, por lo tanto est en un limbo dimensional. Lxica y semnticamente, dentro de la estructura del relato, es un ser mltipleunitario. El uso del sustantivo Alana en su forma plural Alanas la convierte de inmediato en ese ser polismico: la msica me dej entrever otras Alanas (14). En cuanto al significado, la multiplicidad es ms explcita: el cromatismo interior que la recorra hasta mostrarla otra, all donde la otra era siempre Alana sumndose a Alana (16). Tambin aparece la figura geomtrica del tringulo multiplicado, que al combinarse con Alana le da el matiz fractal; todo esto debido a la percepcin del narrador (la metafsica de miradas):
[...] mis ojos multiplicaban un tringulo fulminante que se tenda de ella al cuadro y del cuadro a m mismo para volver a ella y aprehender el cambio, la aureola diferente que la envolva un momento para ceder despus a un aura nueva, a la tonalidad que la expona a la verdadera, a la ltima desnudez. Imposible prever hasta dnde se repetira esa smosis, cuntas nuevas Alanas me llevaran por fin a la sntesis de la que saldramos los dos colmados... (16).
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Los distintos cambios que sufre a travs del tiempo del relato la confirman como un ser mltiple que al mismo tiempo es uno. Estas metamorfosis, como ya se mencion, se verifican en los distintos aspectos bajo los cuales el narrador la observa. Aquel proceso acontece, pues l trata de acercarse a ella, diferenciarla: Contra Alana, ms all de Alana yo la buscaba para amarla mejor... (14).
La bsqueda define el nivel actancial del protagonista narrador... Postula Sartr en El Ser y la Nada que amar es querer alcanzar al otro en su propia libertad, no slo para conquistar su cuerpo, sino para dominar esa misma subjetividad que al mirarnos nos domina, pero esa bsqueda es en s inalcanzable: el otro es por principio lo inaprensible: me escapa cuando lo busco y me posee cuando escapo de l. La narracin avanza hasta aqu desde un comienzo en que el protagonista se siente mirado, observado, hasta lo que, en trminos sartreanos, sera la liberacin de esta esclavitud
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de la mirada del otro que lo convierte en objeto. Conocer a Alana con la mirada es una aspiracin que se desea liberacin... el protagonista de Orientacin de los gatos mira a Alana para poseerla en plenitud, un deseo que se sabe destinado a fracasar, pero que no cesa de ser deseo (Mora, 2000: 104).
En efecto, mediante la bsqueda de Alana, con la cual se pretende la liberacin puesto que desde el principio el narrador est atrapado en ella: porque eso tambin era yo, eso era mi proyecto Alana, mi vida Alana (14) basada en la aprehensin, ocurren todas las transformaciones que el narrador admira como la ruta que poco a poco le gua hacia ella:
Pero ahora mi esperanza empezaba a cumplirse casi insoportablemente, desde nuestra llegada Alana se haba dado a las pinturas con una atroz inocencia de camalen, pasando de un estado a otro sin saber que un espectador agazapado acechaba en su actitud, en la inclinacin de su cabeza, en el movimiento de sus manos, el cromatismo interior que la recorra hasta mostrarla otra, all donde la otra era siempre Alana sumndose a Alana, las cartas agolpndose hasta completar la baraja. A su lado, avanzando poco a poco a lo largo de los muros de la galera, la iba viendo darse a cada pintura... yo sabiendo que mi larga bsqueda haba llegado a puerto y que mi amor abarcara desde ahora lo visible y lo invisible, aceptara la limpia mirada de Alana sin incertidumbres de puertas cerradas, de pasajes vedados (16).
El fracaso ocurre porque ella es inasible. Tal propiedad la adquiere al ser delimitada e infinita. Por principio se sabe que detrs de sus ojos azules existe otra: Detrs de esos ojos azules hay ms, en el fondo de las palabras los gemidos y los silencios alienta otro reino, respira otra Alana (13-14). La infinitud se indica desde el prrafo anterior con esa especie de contraposicin de espejos en las miradas confrontadas de los dos protagonistas:
Alana es mi mujer y la distancia entre nosotros es otra, algo que ella no parece sentir, pero que se interpone en mi felicidad cuando Alana me mira, cuando me mira de frente igual que Osiris y me sonre o me habla sin la menor reserva, dndose en cada gesto y cada cosa como se da en el amor, all donde todo su cuerpo es como sus ojos, una entrega absoluta, una reciprocidad ininterrumpida. (13)
Incluso, por un instante parece comprensible, corprea, pero se le redescubre como un monstruo geomtrico. La vez que estuvo ms prximo a ella al final del relato, antes de ver el ltimo cuadro de la galera es cuando la pierde en absoluto, como si descifrase el patrn del fractal que ella simboliza, slo para perderla. En los cuadros aparecen distintos smbolos que pretenden apresarla:
Ya no poda extraarme que esa otra pintura donde una reja de agudas puntas vedaba el acceso a los rboles linderos la hiciera retroceder como buscando un punto de mira, de golpe era la repulsa, el rechazo de un lmite inaceptable ... Cada nueva pintura arrasaba a Alana despojndola de su color
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anterior, arrancando de ella las modulaciones de la libertad, del vuelo, de los grandes espacios, afirmando su negativa frente a la noche y a la nada, su ansiedad solar, su casi terrible impulso de ave fnix (16-17).
La negativa a las limitaciones remiten de nuevo a su indeterminacin en el plano narrativo. Podra decirse que su instinto la obliga a rehusar las fronteras con que el narrador pretende asirla; es decir, ya sea porque se transforme en fractal o porque sea un fractal, los lmites no pueden contenerla, aunque s predecirla por momentos, pues en las figuras fractales el nico lmite es la dimensin.14 Esa sensacin de acorralamiento la empuja a buscar una salida (cualquier salida), que aparece al final de la galera junto con una nueva transformacin que ... hizo de ella una lenta estatua ntidamente separada de los dems, de m que me acercaba indeciso buscndole los ojos perdidos en la tela (17), sta la distingue y separa de las dems personas, del narrador mismo (Payn, 2009: 4). Ocurre frente al cuadro del gato idntico a Osiris, all Alana se desprende totalmente de las ataduras que haba logrado hacer el narrador durante el paseo por la galera: De alguna manera sent que el tringulo se haba roto; cuando Alana volvi hacia m la cabeza el tringulo ya no exista, ella haba ido al cuadro, pero no estaba de vuelta (18). La fractura del tringulo es la expulsin de Alana del plano del protagonista, su vuelta a esa dimensin indeterminada, a la cual aparentemente slo el gato tiene acceso.
Todo el relato traza una progresin en que el narrador, fascinado por la imagen de la mujer, la observa, la ve metamorfosearse, despojarse de la energa vital hasta adquirir la solidez mineral de una estatua [lo cual no significa] dejar de ser sino entrar en otro orden oculto a la mirada. Al final, queda de nuevo solo frente a Alana y Osiris que lo miran. La soledad y la fascinacin estn hermanadas, por ser sta la mirada de lo incesante y de lo interminable... ver sin poder llegar del todo a dominar el objeto (Mora, 2000: 108).
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Por lo tanto, la mirada del narrador es lo que descubre a la mujer como ese ser inasible, omnipresente, delimitado por su cuerpo (la forma que la forma15), de naturaleza indeterminable; la cual se le escapar siempre.
14 Relativamente, pues la dimensin fraccional puede ser igual a un nmero irracional, es decir con nmero infinito de decimales, por lo tanto indeterminado (Talanquer, 2009: 21). 15 Parfrasis de un fragmento del captulo 14 de la serie animada japonesa Neon Genesis Evangelion dirigida por Hideki Anno, producida por el estudio Gainax en 1995. Doblaje a cargo de ADV. La forma que me forma en el original.
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Es decir, el narrador de la historia es nico. ste mismo da la visin confusa de los acontecimientos con la falta de diferenciacin entre el sueo (ficcin) y la realidad (Jaeck, 1998: 35).16 Indudablemente ste cuento es circular, la ltima lnea del relato refiere de vuelta a la primera (6):17 el cuento concluye aparentemente en el mismo momento en que empieza: En continuidad de los parques... asistimos a otro recurso que llamaremos circularidad y que consiste en una vuelta a la situacin anterior, previo paso a un acto de escape de la realidad apoyado en el sueo o la lectura (Amcola, 1969: 35). Normalmente estos nexos se logran con metaficcin. ste relato parece presentarla. Si se utiliza la teora de Genette donde considera para el anlisis narrativo al tiempo, persona y los niveles narrativos (los elementos propios del relato como enunciado verbal) (113), se observa en
16 La traduccin es ma. 17 La traduccin es ma.
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este caso que el anlisis arroja que el texto pone en juego dos historias, cada una de las cuales tiene una relativa autonoma sintctica y se inserta en un universo con reglas diferentes (115). Por lo tanto, el narrador nunca cambia, no est enmarcado por un cambio, no existe (Zavala, 1993: 124). No hay una transicin de un narrador del relato a un narrador de la novela dentro del relato; es el mismo narrador quien describe superficialmente lo que el personaje lee, este hecho es visible en la omisin del dilogo entre los dos personajes de la novela: Un dilogo anhelante corra por las pginas como un arrollo de serpientes (Cortzar, 1995: 14). La narracin del primer narrador intenta fusionarse con la enunciacin del narrador de la novela. Pero no se abandona un nivel narrativo para dar lugar a otro (118). Es decir, el narrador emula ese universo reflejado. El paso de la realidad a la ficcin se observa en el primer prrafo, de un uso concreto del participio y pretrito perfecto:18 Haba empezado a leer una novela, La abandon por negocios urgentes, volvi a abrirla (13); poco a poco empieza a surgir el pretrito imperfecto en oraciones yuxtapuestas a otras construidas con pretrito perfecto: se puso a leer los ltimos captulos. Su memoria retena sin esfuerzo los nombres, la ilusin novelesca le gan casi enseguida. Gozaba del placer casi perverso (13). A partir de la oracin Primero entraba la mujer (13) el resto de los tiempos verbales (simples o compuestos) tienen como ncleo el pretrito imperfecto. Es decir, indica una accin que contina hasta el momento de la enunciacin, en este caso de la lectura. A causa de ello el texto que est leyendo el protagonista [...] coincide con el tiempo real del relato (Ros, 1990: 244) pues el narrador ha pasado de una historia a otra, pero no de uno a otro nivel narrativo (Filinich, 1996: 117) por lo tanto ocurre que el personaje de un primer relato se convierte en lector de otro relato (115). El ltimo prrafo del cuento permite pensar en la unificacin de realidades, pues la narracin intenta borrar las marcas del acto de lectura para fundirse con la enunciacin de las acciones narradas en la novela (117). El narrador nico que unifica lo fantstico con lo real dentro del relato es el factor que permite la fractalidad del cuento. Implcitamente se dan indicios de lo que ocurrir; es decir, que la accin del final, el encuentro entre el lector y el
18 Podramos caracterizar a este primer narrador segn el modo como se manifiesta: se trata de un narrador explcito que alude al protagonista en tercera persona y narra los hechos en tiempo pasado (utilizando, en un primer momento del relato, preferentemente el pretrito indefinido). El uso de la tercera persona verbal connota un cierto distanciamiento de los hechos asegurando la objetividad y verosimilitud a lo narrado... Si bien el narrador extradiegtico mantiene plenamente su funcin narrativa (destina el relato un virtual narrativo y verbaliza la narracin), asume la perspectiva del personaje, limitando su conocimiento y alcance de su visin a aquello que el personaje puede tener acceso (Filinich, 1996: 116).
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asesino, est presente desde el principio del relato, todo est decidido desde siempre (Cortzar, 1995: 14). Del mismo modo la imagen del espejo narrativo es otro elemento autosimilar, caracterstico de los fractales, que remite no slo a las acciones del mismo relato sino a la accin de quien lee el cuento; es decir, que el lector lee un cuento acerca de alguien que lee una novela, la cual narra cmo dos personajes pretenden matar a un tercero, a quien uno de ellos encuentra leyendo una novela. As la inconclusin permite esa imagen, pues detiene al amante con la imagen del hombre leyendo.
conclusIones
Los ejemplos mostrados permiten vislumbrar la propiedad fractal dentro de la literatura. Podra decirse que son los contraejemplos a la teora que propone Zavala al respecto de la fractalidad y la fragmentariedad de los textos narrativos. Esta propiedad tambin puede difundirse en la poesa.19 Si bien es cierto que se puede mirar un objeto el tiempo suficiente para ver en l un patrn definido como un fractal, la exageracin de la teora, tambin lo es el hecho de que estas figuras son inherentes al orden de las cosas; y si se encuentran en la naturaleza o el cosmos, bajo la consideracin de que la literatura, como toda obra de ficcin, simula la realidad bajo ciertas condiciones determinadas curioso parecido a la natura real, por qu no habran de encontrarse fractales literarios autnomos e independientes? Zavala afirma que un fractal slo cobra sentido cuando se le coteja con la serie a la que pertenece; sin embargo, los cuentos Orientacin de los gatos y Continuidad de los parques no requieren de serie o ciclo cuentstico alguno para que el fractal sea inteligible al lector. Por ejemplo, a lo anterior podra aadirse que la repeticin del nombre Alana en el cuento Orientacin de los gatos crea un fractal fonolgico con base en el fonema /a/ pues es el predominante, ya que aparece tres veces en el nombre de la protagonista y que esta repeticin de vocales no sucede en el resto de los cuentos de "Queremos tanto a Glenda". La propiedad fractal no es nica de las novelas o de las minificciones en ciclos cuentsticos, tambin se localiza en cuentos o cuentos breves como los aqu expuestos.
19 Mario Markus, matemtico chileno, public un libro Poemas de invierno, en donde trata de unificar la ciencia con el arte; otro de los tantos propsitos encomendados a los fractales.
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Literatura fractal
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LITERATURA
___, De la teora de la novela a la teora de la minificcin. Ponencia magistral Segundo Encuentro de Minificcin en el Aula Magna de la Facultad de la UNAM.