Por David Wilkerson

15 de abril de 1996 __________ Sin duda, la sangre de Jesucristo es el regalo ms precioso que nuestro Padre celestial le ha dado a su iglesia. Sin embargo, son pocos los cristianos que entienden su valor y su virtud. A menudo los cristianos cantan sobre el poder de la sangre. Ciertamente, el himno nacional de la iglesia Pentecostal es, Hay poder, poder, sin igual poder, en la sangre de Jess. Pero la mayora de los creyentes rara vez entran en el poder de esa sangre. Sencillamente no comprendemos el gran significado de la sangre. Por ejemplo: constantemente clamamos la sangre como si fuera una formula mstica de proteccin. Pero son pocos los cristianos que pueden explicar su gran gloria y beneficios. Si yo te preguntara que significa el poder de la sangre, quizs contestes de esta forma, significa que mis pecados son perdonados que soy libre de la atadura de la iniquidad que todos mis pecados estn cubiertos. Sin embargo, ms all del perdn, qu significa la sangre de Jesucristo para ti? Puedes explicarme a m, a tu familia, a tus compaeros de trabajo el valor y la virtud de la sangre de Jess? Quiero darte un entendimiento ms pleno acerca de la preciosidad de la sangre de Jess--y como puede hacer cambios maravillosos en tu vida! 1. En las escrituras existen dos referencias acerca de la sangre. Sangre derramada y sangre rociada! La mayora de los cristianos tienen conocimiento acerca de la sangre que Jess derramo por nosotros. Cuando Cristo levanto la copa en el da de Pascua, l dijo: ...Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama (Lucas 22:20). Nosotros recordamos su sacrificio cada vez que tenemos comunin, Pero ese es el limite del conocimiento que muchos cristianos tienen acerca de la sangre de Jess. Solo conocemos acerca de la sangre derramada--y no acerca de la sangre rociada!

La primera referencia bblica acerca de la sangre rociada esta en xodo 12:22. Los israelitas fueron ordenados a tomar un manojo de hisopo, mojarlo en la sangre de un cordero, y rociarla en el dintel de los dos postes de la puerta. Esa noche cuando el ngel de la muerte llego y vio la sangre en los postes de la puerta, el pasara sobre esa casa. Toma en cuenta--que mientras la sangre estaba en el envase, no tenia efecto; era simplemente sangre que haba sido derramada. La sangre tena poder para salvar solo cuando era sacada del envase y era rociada! Por qu los israelitas no podan simplemente dejar el envase de sangre en la puerta y decir, No importa lo que hagamos con ella. Despus de todo, sangre es sangre. Suponte que hayan puesto el envase sobre una mesa cubierta con un mantel, o sobre un pedestal cerca de la puerta. Yo les dir lo que hubiese sucedido: El ngel de la muerte hubiera entrado a ese hogar! La sangre tenia que ser levantada o sacada del envase y rociada sobre la puerta para que cumpliera el propsito de proteccin. Esta sangre en xodo 12 es un tipo de la sangre de Cristo. La sangre que fluyo en el Calvario no se desperdicio--no cayo en la tierra y desapareci. No, esa sangre preciosa fue recogida en una fuente celestial. Existe un himno que dice: Hay una fuente llena de sangre y los pecadores sumergidos en ese flujo pierden su culpa y mancha... Sin embargo, ese concepto no es bblico; nosotros no nos sumergimos en la sangre ni nadamos en ella. No es rociada sobre nosotros! Cuando uno es rociado, uno esta totalmente bajo la proteccin de la sangre de Cristo contra todos los poderes destructores de Satans. Cuando los poderes satnicos ven la sangre de Cristo sobre los postes de tu puerta, ellos deben pasar sobre ti. Ellos no pueden tocarteporque ellos no pueden tocar a quienes han sido rociados con la sangre de Cristo! As que, como pueden ver, la preciosidad de la sangre tiene que ver con algo ms que con el perdn. La sangre de Jess no fue dejada en el envasesino que ha sido levantada y rociada en tu corazn. Y esta esperando para ser rociada en los postes de los corazones alrededor del mundo! Tambin en xodo 24:1-11 el rociamiento de la sangre es mencionado. En este pasaje, Dios hizo un pacto con Israel. El promet, Si obedeces mis palabras, yo ser tu Dios, y tu sers mi pueblo.

Despus que Moiss ley la ley al pueblo, ellos contestaron, Entendemos y obedeceremos. Ellos estuvieron de acuerdo con entrar en el pacto con el Seor. Ahora pues, este pacto deba ser sellado ratificado y hecho valido eso solo poda suceder a travs del rociamiento de sangre. Hebreos nos dice que Moiss ...tomo la sangre... y roci el mismo libro, y tambin todo el pueblo... (Hebreos 9:19). La sangre derramada del holocausto estaba en un envase. Moiss tomo parte de esa sangre y derramo parte de ella cerca del altar. Despus tomo un hisopo, lo entro en el envase y roci parte de la sangre sobre las doce columnas (las cuales representan las doce tribus de Israel). Por ultimo, Moiss mojo el hisopo y roci al pueblo con la sangre. La sangre que cubri al pueblo sello el pacto! Es claro del pasaje que el rociamiento de sangre les otorgaba a los israelitas pleno acceso a Dios, con gozo. En esta ocasin no tena nada que ver con el perdn y remisin de pecadosino, ms bien, comunin. Ahora ellos haban sido santificados, lavadosaptos para estar en la presencia de Dios. Entonces Moiss, Aarn, Nadab, Abiu, y los setenta ancianos subieron al monte a reunirse con Dios. Y el Seor se les apareci, y debajo de sus pies haba un embaldosado de zafiro. Estos hombres vieron una mesa delante de ellosy las Escrituras dicen que con facilidad, comodidad y sin temor a ser juzgados, ellos se sentaron en la presencia de Dios y comieron y bebieron con el. Mas no extendi su mano sobre los prncipes de los hijos de Israel y vieron a Dios, y comieron y bebieron (xodo 24:11). Esto es simplemente sorprendente! Estos hombres comieron y bebieron en la misma presencia de Dioscuando momentos antes, ellos temieron por sus vidas. Era porque la sangre haba sido rociaday ellos comprendan el significado de la proteccin, el poder y la seguridad que hay en ella. Ellos no tuvieron temor! Amados, hoy estamos en un pacto nuevo con Jesucristoun pacto sellado con su propia sangre. Y de igual manera hoy, cuando su preciosa sangre es rociada en nuestra alma, es con el propsito de tener comunin al igual que purificacin. Es para que con todo denuedo puedas ircon facilidad, sin temor al juicioa la presencia de Dios y tener comunin con el. Se te otorga acceso a

el, sin que el pecado te condene. Estas libre para hablar con Dios y disfrutar de su compaa! Uno de los rociamientos de sangre ms importantes era llevado a cabo por el sumo sacerdote. Una vez al ao el entraba al Lugar Santsimo para hacer expiacin, lo cual significa reconciliacin, el propsito de este acto era para borrar los pecados del pueblo, para que as pudieran ser reconciliados y una vez mas tuvieran comunin con el Padre celestial. El sacerdote llevaba un puado de incienso, un incensario lleno de brasas de fuego del altar, y un envase de sangre de un becerro al Lugar Santsimo. Dentro del Lugar Santsimo haba un arca, encima de la cual haba una tapa dorada con un labio alrededor. Esto era el propiciatorio, donde Dios se sentaba; era su misma presencia. El propiciatorio tena dos querubines dorados a cada lado, con sus alas extendidas cubrindolo. Despus de purificarse en una ceremonia muy elaborada, el sacerdote entraba al Lugar Santsimo con gran temor y reverencia. El echaba el incienso en el fuego, haciendo que el aroma y el humo ascendieran. (Esto representaban las oraciones de Cristo, intercediendo por su pueblo. Jess por siempre esta sentado a la diestra del Padre, intercediendo por los santos). Luego, el sacerdote mojaba su dedo en la sangre y la rociaba siete veces sobre el propiciatorio: Tomara luego de la sangre del becerro y la rociara con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparca con su dedo siete veces de aquella sangre. (Lev. 16:14). Cuando la sangre era rociada sobre el propiciatorio, el perdn de todos los pecados era consumado, y todos los pecados pasados eran cubiertos. Cuando el sumo sacerdote sala del Lugar Santsimo, el pueblo saba que Dios haba aceptado el sacrificio, y sus pecados eran perdonados. El pueblo de Israel nunca dudo! Amados, nosotros tambin tenemos un sumo sacerdoteJess, nuestro Seor. Y el es nuestro Sumo Sacerdote no solo una vez al ao sino que todo el tiempohasta el fin del mundo! Jess tomo su propia sangre al verdadero propiciatorioa la presencia de Dios, el Lugar Santsimoy la presento para la remisin de todos los pecados; de todos los creyentes, por siempre. Este fue el rociamiento final! Las escrituras dicen lo siguiente sobre este acto:

Y no por sangre de machos cabrios ni de becerros, sino por su propia sangre, entro una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin (Hebreos 9:12). Cuanto mas la sangre de Cristo... limpiara nuestras conciencias de obras muertas para que sirvis al Dios vivo? (Verso 14). ...sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios (Hebreos 9:24). Jess llevo su propia sangre al cielo por nosotros! Y no esta reservada all como algn conmemorativo. Es para rociarla sobre todo aquel que se acerca a el en fe! 2. Cmo es rociada la sangre de Jess sobre el corazn? Es trgico que tantos creyentes no disfrutan del poder y la virtud de la sangre de Jess. La escritura aclara, es importante que nosotros sepamos como la sangre es rociada en nuestros corazones. Esto se hace de dos maneras: La sangre es rociada sobre nosotros por el Espritu de Cristo, el cual mora en nosotros.

Jess roca su sangre sobre nosotros cuando, por fe, recibimos su obra terminada en el Calvario. Esto no es un rociamiento fsico; ms bien, es una transaccin legal y espiritual. El roca la sangre en nuestros corazones como respuesta a nuestra fe. Y hasta que nosotros realmente creamos en el poder de su sacrificio en el Calvario, la sangre de Jess no producir efecto alguno en nuestras almas! A quien Dios puso como propiciacin [una reconciliacin] por medio de la fe en su sangre,... (Romanos 3:25). Las iglesias alrededor del mundo, regularmente toman parte en la comunin. Sin embargo, Pablo nos advierte contra tomar la copa indignamente. Esto no significa simplemente tomar parte en el servicio de comunin despus que hayamos fallado en alguna manera; sino que sabemos que si nos arrepentimos de nuestros pecados, Jess nos perdona y nos limpia de toda iniquidad.

Noyo creo que Pablo se refera a que debemos discernir el cuerpo de Cristo apropiadamente. El se refera al hecho de acercarnos a la mesa del Seor, tomando la copa que simboliza su sangre--sin creer en el poder de esa sangre! Tiene que ver con mantenerse en condenacin y temorsin creer que la sangre de Cristo nos ha justificado ante Dios. Muchos creyentes pierden la maravillosa experiencia en la mesa del Seor porque viven en condenacin porque no van a la sangre en fe. Pablo estaba diciendo, Con razn hay tanta enfermedad entre vosotros. Estn dbiles porque no creen en la victoria total que se encuentra en la sangre de Cristo! Tales cristianos dicen en esencia, Se que es maravilloso ser justificado a travs de la sangre de Jesucristo. Pero aun se me hace difcil creer que el Seor me considera justo. Despus de todo, no he llegado a la meta. Aun tengo luchas. Amados, la verdadera evidencia de fe es reposo! Si crees con todo tu corazn, tu conciencia y tu alma entraran al reposo. Y cuando participes en la cena del Seor y tomes la copa, podrs decir, Creo que soy salvo, perdonado, sanado, porque creo en la sangre. Confi en ella! La sangre de Jess es rociada en nuestra alma a travs de la predicacin ungida por el Espritu Santo.

Cuando escuchas que Cristo y su sangre son exaltados en predicaciones ungidas por el Espritu Santo, sabrs que la sangre esta siendo rociada! Cuando Felipe le predico el evangelio al eunuco, el corazn de ese hombre fue asolado por la Palabra. Inmediatamente, el pidi ser bautizado. Felipe le dijo, ...si crees de todo corazn, bien puedes... (Hechos 8:37) De la misma manera, cada vez que aceptas una predicacin ungida por el Espritu Santo en tu corazn y clamas, Seor, por favor, dame toda tu verdad eres rociado con la sangre de Cristo por fe! Hasta ahora, pensaras, Cmo puedo saber que la sangre ha sido aplicada a mi corazn? A seguir te mostrare tres formas en que puedes saber que has sido rociado por la sangre: 1. Si estas dispuesto a caminar en la luz y permitir que el Espritu Santo exponga toda tinieblas en ti, entonces sabrs que has sido rociado.

...pero, si andamos en luz, como el esta en luz, tenemos comunin unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. (1 Juan 1:7) Juan esta hablando claramente de alguien que esta tan enamorado de la Palabraque no tiene temor a ser reprobadoque dice, Seor, alumbra la luz del Espritu Santo en cada hendidura o grieta de mi corazn. Quiero caminar en la luz. Si amas la luz, es una seal segura de que has sido rociado! 2. Si clamas al poder y autoridad de la sangre de Cristo cuando eres atacado por el enemigo, puedes estar seguro que has sido rociado. Cuando, aquellos que no han sido rociados se encuentran en problemas llaman a su mejor amigo o consejero, o sino se retuercen en el temor y la condenacin. Pero aquellos que han sido rociados con sangre, inmediatamente se apoyan en la sangre de Jess! A menudo escuchamos la frase suplicando a la sangre la cual es usada en los crculos cristianos. Pero este no es un trmino bblico. La palabra suplicar en esta instancia significa argumento o abogando, sugiere que uno esta mendigando o rogando. Y esa es una forma defensiva. Creo que nuestra actitud debe ser ms fuerte que eso. Somos guerreroscomprados con la sangre, salvados por la sangre, ms que vencedores en Cristo Jess! Nosotros no estamos en la corte con el diablo, rogando por nuestro caso. No somos vencedores! Jess gano la victoria para nosotros; su sangre ha prevalecido. Y creo que nuestro grito de guerra debe ser, Proclamo la victoria de la sangre de Jess! Soy lavado en la sangre, comprado por sangre, justificado por sangre, salvo por sangre, redimido por sangre. Y proclamo la victoria de la sangre de Jess! 3. Cuando estas tan seguro en el lavamiento, poder justificador de la sangre que tu conciencia no te condena, entonces sabrs que has sido rociado.

T conciencia esta haciendo una obra maligna cuando no te despierta o te conmueve a obediencia al evangelio. Esta haciendo el mal cuando innecesariamente te condena, te acusa y te recuerda constantemente como le fallaste a Dios y te causa depresin y temor. Pero cuando descansas completamente en el lavamiento y poder justificador de la sangre de Jesscuando tomas control de tu conciencia en el Esprituentonces tu conciencia ya no es un acusador, sino que ms bien, hace su obra apropiadamente. Y cuando el diablo se levanta con una acusacin maligna, tu conciencia proclamara la victoria de la sangre! ...acerqumonos con corazn sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia (Hebreos 10:22). Una conciencia pacifica y limpia es una seal de haber sido rociado con su sangre! 3. Cules son los beneficios que fluyen de la sangre de Jess, una vez que tu corazn ha sido rociado? La sangre de Jess nos redime del pecado y el poder de las tinieblas.

...en quien tenemos redencin por su sangre... (Efesios 1:7). Ya no estamos bajo condenacin o temor! Mucha gente ha sido redimida y justificada por la sangrepero no lo saben, porque viven en temor y condenacin. Tienen fe en el Seor pero no han entrado en la gloria de ser justificados por la sangre. Son como un hombre que tiene una deuda enorme y no la puede pagar. El jefe rico de este hombre viene y paga la deuda sin decrselo al empleadoluego lo llama para darle la buena noticia.

El hombre se sienta, le entregan el expediente de las deudas, y hojea las pginas para ver la lista de deudas que ha acumulado. El piensa, Nunca podr pagar todo esto. Me van a encarcelar! Cuando el jefe ejecutivo ve el temor en el rostro del hombre se queda perplejo. El dice, Disculpe usted miro la primera pagina? El hombre vuelve a la primera pagina donde esta escrito Totalmente pagado. Muchos cristianos se parecen a este hombre. Ellos no saben que su pecado ha sido cubierto, totalmente pagado! Tenemos que entrar a ese conocimiento por fe para as recibir el beneficio el cual es paz con Dios!

La sangre de Jess ha comprado toda la iglesia de

Dios. ...la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. (1 Juan 1:7). Estas palabras deben poner una gran sonrisa de fe en tu rostro. Eres santificado--rociado, limpio! Esta es una obra continua del Espritu.

La sangre de Cristo vence a Satans y el huye.

y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos... (Apocalipsis 12:11). Cul es la palabra del testimonio? Sencillamente es esto: Creo en la sangre! Testifico del poder vencedor y prevaleciente de la sangre de Jess y proclamo su victoria total! Si quieres vencer al diablo, colcate en la sangre--y proclama su poder! La sangre nos da acceso al Lugar Santsimoa nuestro Padre celestial--sin reproches.

As que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santsimo por la sangre de Jesucristo... (Hebreos 10:19). Debemos ir a nuestro Padre con libertadsin temor! 4. Qu espera Dios de nosotros una vez que fuimos rociados con la sangre de Jess?

Estamos comprometidos de alguna manera por el rociamiento? Por supuesto que si! Si fuimos rociados por la sangre de Jess, somos ordenados a hacer dos cosas: 1. Debernos ir en paz y no dudar mas! Cuando Moiss roci la sangre sobre los israelitas pecadores, ellos no dudaron ni una vez que fueron perdonados y aceptados por Dios. Ellos confiaron en ese rociamiento! Hoy, la sangre que ha sido rociada sobre nosotros no es de becerros, chivos u ovejassino de Cristo, el Cordero de Dios. Y sin embargo, tenemos ms dudas y ms temor que aquellos israelitas! Martn Lutero dijo que es una blasfemia que tomemos todos los pecados que fueron puestos sobre Cristo nuevamente. Yo estoy de acuerdo! Es un sacrilegio absoluto que andemos en temor, culpabilidad y condenacin-diciendo, La Biblia dice que por fe soy limpio, justificado y protegido del poder de Satanssin embargo, no puedo creer que algo tan glorioso sea posible! 2. Debemos alabar a Dios con un corazn agradecido sin dudar! Somos ordenados a darle gracias a Dios por la preciosa sangre de Jess, con alabanzas resonantes: ...sino que tambin nos gloriamos en Dios por el Seor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliacin. (Romanos 5:11) Alegraos en Jehov y gozaos, justos; y cantad con jubilo todos vosotros los rectos de corazn (Salmo 32:11). Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte... (Salmo 89:15). En gran manera me gozare en Jehov, mi alma se alegrara en mi Dios; porque me visti con vestiduras de salvacin, me rodeo de manto de justicia... (Isaas 61:10).

Proclama la victoria de la sangre de Jess en tu vida. Y comienza a alabarlo ahora por la promesa de ese gran da de redencin venidera. Amen!

"Y l le dijo: Qu has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a m desde la tierra." Gnesis 4: 10. "A Jess el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel." Hebreos 12: 24.

Sermones

El primer derramamiento de sangre humana fue un ensayo muy terrible. Independientemente de que el golpe asesino de Can haya sido premeditado o no, la vista de un cuerpo humano sangrante debe haber sido una terrible novedad para l. Can no haba sido endurecido por la lectura de los detalles de una guerra, o por escuchar narraciones de crmenes; el asesinato era un nuevo terror para la humanidad, y l, que fue quien encabez tal violencia, debe haberse llenado de un confundido asombro con el resultado de su golpe, y de temor por sus consecuencias. Me parece verlo de pie junto al cadver, por un instante paralizado por el terror, sobrecogido por el espectculo de la sangre. Acaso los cielos lanzaran fuegos malignos sobre l? Acaso la tierra ensangrentada producira veloces vengadores desde su suelo asombrado? Cuntas preguntas deben haber surgido en la mente del asesino! Pero, he aqu, la tibia sangre de vida fluye en un arroyo carmes sobre la tierra, y un consuelo espantoso se abre paso en la mente del perverso culpable, cuando observa que la tierra absorbe la sangre. No se queda acumulada en un charco, sino que la tierra abre su boca para recibir y ocultar la sangre de su hermano. Tristes recuerdos salpican la hierba y tien de rojo el suelo, pero aun as el terrible charco se est secando, y el asesino siente un gozo momentneo. Tal vez Can se alej de all imaginando que ese terrible asunto haba terminado por completo. Haba realizado el acto y ya no poda revertirlo; haba asestado el golpe, deshacindose de la presencia de alguien que era detestable para l; la tierra se haba tragado la sangre y el asunto haba llegado a su fin por lo que no haba necesidad de pensar

ms en ello. En aquellos das no exista ninguna maquinaria policaca, ni ley, ni jueces, ni horca, por lo que Can senta muy poco o ningn miedo. Era un hombre fuerte y robusto y no tena a nadie que lo castigara, nadie que lo acusara o lo reprendiera, excepto su padre y su madre, y ellos, probablemente, estaban demasiado abrumados por el dolor y demasiado preocupados por su propia ofensa, como para mostrar resentimiento hacia su primognito. Por tanto Can se imaginaba que su acto quedaba en un silencio sin palabras y que ahora el olvido cubrira su crimen, de tal forma que l podra continuar su camino como si no hubiera hecho nada. Sin embargo, no era as, pues aunque la sangre estuviera callada en la endurecida conciencia de Can, alzaba su voz en otra parte. Una voz misteriosa se elev ms all de los cielos; lleg a los odos del Invisible, y conmovi el corazn de la Eterna Justicia, de tal forma que atravesando el velo que oculta al hombre del Infinito, Dios se revel a S mismo y habl a Can; "Qu has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a m desde la tierra." Entonces Can comprendi que la sangre no poda ser derramada vanamente, que el asesinato sera vengado, pues haba una lengua en cada gota de esa esencia vital que flua de la humanidad asesinada, que prevaleca ante Dios, de tal forma que l interpondra y mantendra una solemne averiguacin al respecto. Hermanos, el experimento que fue llevado a cabo en el Calvario fue mucho ms terrible, puesto que no fue el primer hombre sacrificado, sino el propio Hijo de Dios; l, que era hombre pero que sin embargo era ms que un hombre, Dios manifestado en carne; fue un experimento terrible cuando habindolo arrastrado ante el asiento del juicio y habindolo condenado, a los gritos de "Fuera, fuera, crucifcale!" en verdad se atrevieron a tomar los clavos y clavaron al Hijo de Dios en el madero maldito, levantando Su cuerpo entre la tierra y el cielo, y contemplando Sus dolores hasta que concluyeron en Su muerte, cuando traspasaron Su costado, y en el acto fluy de all sangre y agua. Sin duda Pilatos, que haba lavado sus manos con agua, pens que ningn mal se derivara de ello. Los escribas y fariseos prosiguieron su camino diciendo "hemos silenciado la voz acusadora. Ya no se escuchar ms el clamor de Quien deca 'Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipcritas!' Ya no seremos molestados ms en nuestra hipocresa y formalidad por la presencia de un Ser puro y santo, cuya sencilla honestidad era una dura censura para nosotros. Lo hemos asesinado, lo hemos matado sin justa razn, pero ya le pusimos fin. Esa sangre no tendr una voz." Muy poco se imaginaban que aquel clamor de Jerusaln ya haba subido al cielo: "Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos," siendo registrado en las tablas de la justicia, y muy pronto Jerusaln se

convirti en la casa de un tesoro de dolor y una guarida de miseria, de tal forma que no haba habido nada parecido a su destruccin, ni la habra tampoco, sobre la faz de la tierra. Mucho ms deleitable es el hecho que otra exclamacin ms melodiosa subi al cielo desde la cruz del Calvario. "Padre, perdnalos," reson desde las heridas de Emmanuel. La sangre de Abel no careca de voz y la sangre de Jess no era muda; clam para ser oda en medio de los tronos del cielo, habl a favor nuestro y no en contra nuestra; no habl cosas malas, como pudo haberlo hecho, sino habl mejor que la de Abel. No solicit una venganza ms fiera que esa que cay sobre Can, no pidi que anduviramos errantes y fugitivos sobre la faz de la tierra, para luego ser al fin desterrados de la presencia de Dios y arrojados al infierno, sino que clam "Padre, perdnalos," y prevaleci, y la maldicin fue quitada, y una bendicin vino a los hijos de los hombres. Esta maana nos proponemos sujetar nuestro sermn al tema de la voz de la sangre de Abel y la voz de la sangre de Jess, comparando la una con la otra. Ambas hablaron. Eso es evidente. Abel, muerto, an habla por ella, dice el apstol, y nosotros sabemos para nuestro consuelo permanente, que la sangre de Jess intercede ante el trono eterno. Toda sangre tiene una voz, pues Dios es celoso de su preservacin, y la sangre de los hombres justos y excelentes tiene todava un discurso ms celestial. Pero la voz de la sangre de Jess sobrepasa por mucho a todas, y en medio de diez mil voces lleva la palma. I. En primer lugar, LA SANGRE DE JESS HABLA MEJORES COSAS EN GENERAL. Qu dijo la sangre de Abel? Acaso no fue una sangre de testimonio? Cuando Abel cay a tierra bajo el garrote de su hermano, dio testimonio de la religin espiritual. Can era amante de una simple adoracin externa, en la cual no caba la fe. l amaba una adoracin de espectculo y pompa; el adornaba su altar con frutas y lo decoraba con flores; la suya era una religin de gusto y elegancia, una religin inventada por l; pero estaba exenta de toda referencia espiritual, creyente, y humilde relativa al Libertador espiritual. Abel, en contraste, estaba all como el profesante de una religin sin adornos, una religin de fe en el sacrificio prometido. Sobre el altar estaba un cordero, sangrando por su herida mortal, y colocado dispuesto para el holocausto; era un espectculo espantoso en el que el buen gusto no se poda deleitar, algo de lo que los amantes de lo bello huiran con rapidez. Abel haba elegido tal ofrenda porque Dios la haba elegido, y porque era el medio adecuado para conducir su fe al verdadero objeto,

al Seor Jess. Por medio de la fe, Abel vio en el cordero sangrante el memorial de la grandiosa propiciacin del Seor por el pecado, que no poda verse en la ofrenda de los frutos de la tierra que hizo Can, independientemente de cun gustosa poda ser esa ofrenda. Abel se presenta ante nosotros como el primero en la nube de testigos, dando un testimonio valeroso, y preparado para sellarlo con su vida. l muri como un mrtir de la fe, testimoniando esa verdad grandiosa, semejante a Dios, que Dios acepta a los hombres de conformidad a su fe. Todo honor a la sangre del mrtir que habla tan eficazmente a favor de la preciosa verdad. Nuestro Seor Jesucristo, siendo tambin un testigo y dando testimonio de la fe de Dios, habl mejores cosas que Abel, porque tena ms cosas que decir, y habl con un conocimiento ms ntimo de Dios. l era un testigo ms completo de la verdad divina de lo que poda ser Abel, pues l trajo la vida y la inmortalidad a la luz, y habl claramente a Su pueblo acerca del Padre. Nuestro Seor Jesucristo haba estado en el seno del Padre, y conoca el secreto divino; y este es el secreto que revel a los hijos de los hombres en Su ministerio, y luego lo sell con Su sangre. No debe olvidarse que aunque la muerte de Cristo fue principalmente una expiacin por el pecado, tambin fue un testimonio de la verdad, pues l fue un testigo para el pueblo, un lder y un comandante para el pueblo, y como mrtir agonizante y sangrante, ser muy claro para ustedes que esta sangre da testimonio de una verdad ms plena, ms brillante y ms gloriosa que el testimonio que dio la sangre de Abel. Adems, la sangre de Abel habl buenas cosas en el sentido que fue prueba de fidelidad. Este amado siervo del Gran Seor fue fiel bajo la oposicin de su hermano; s, fiel hasta la muerte. De l no se poda decir lo que dijo el apstol de otros individuos: "Porque an no habis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado." l resisti el pecado hasta derramar su sangre; l fue fiel en toda su casa como un siervo; no se desvi de su integridad, y no cont su vida como algo precioso para l. Cuando su sangre caa en la tierra, habl esta cosa buena: "Grandioso Dios, Abel Te es fiel." Pero la sangre de Jesucristo da an testimonio de una mayor fidelidad, pues fue la secuela de una vida perfecta y sin mancha, que ningn acto de pecado ensuci jams; en cambio, la muerte de Abel adorn, es verdad, una vida de fe, mas no una vida de perfeccin. La fidelidad de Jess fue completa desde el da de Su nacimiento hasta la hora de Su muerte; y en la medida en que l no necesitaba morir por otra causa, la entrega voluntaria de Su vida fue mayormente un acto de obediencia, y

la mejor prueba de Su fidelidad a lo que se le haba confiado. Adems, no debemos olvidar nunca que todo lo que la sangre de Abel pudo decir al caer a tierra no fue sino la sombra de esa sustancia ms gloriosa que nos asegura la muerte de Jess. Jess no fue tipo de la expiacin, sino que la ofreci; l no fue el representante del sacrificio; l fue el propio Sacrificio grandioso, y en la medida que la sustancia debe exceder siempre la sombra, la sangre de Jesucristo habla mejores cosas que la de Abel. Es bueno agregar que la persona de nuestro Seor era infinitamente ms digna y gloriosa que la persona de Abel, y consecuentemente Su muerte debe darnos un mejor discurso proveniente de una boca de oro, que la muerte de un simple mortal como Abel. El que muere a manos de Can no es sino uno de nuestra raza, testificando la verdad y la justicia, dando testimonio por la fe de un sacrificio que vendra; pero el que muri a manos de Herodes y de Pilato era divino, y vino con una misin nada comn, para entregar un mensaje nada ordinario. Cuando el glorioso Hijo de Dios inclin Su cabeza y expir, la voz que se alz de Su sangre debe haber sido necesariamente ms alta, ms dulce, ms plena y ms semejante a Dios que la voz de la sangre coagulada de Abel. Entendemos entonces, antes de llegar a los detalles, que con base en los principios generales podemos tener la certeza que la sangre de Jess habl mejores cosas que la sangre de Abel. II. Ahora vamos a entrar en el propio corazn de nuestro texto, mientras recordamos que LA SANGRE DE JESS HABLA A DIOS MEJORES COSAS que la sangre de Abel. La sangre de Abel clam a odos del Seor, pues as le dijo l a Can: "La voz de la sangre de tu hermano clama a m desde la tierra." Ese clamor no anduvo dando vueltas para encontrar un mediador, sino que fue directamente al trono del juicio de Dios, y present una acusacin en contra del asesino. Ahora, qu le dijo a Dios la sangre de Abel? Mojando el lugar donde cay Abel, y manchando de rojo la tierra con los cogulos, que les parece que dijo esa sangre? Cul sera la propia reflexin de ustedes? Qu piensan que le dijo a Dios la sangre? Dijo simplemente esto: "Oh Dios, una de Tus propias criaturas, el producto de Tu habilidad sin par, ha sido hecha pedazos, y ha sido brbaramente destruida. Un cuerpo vivo y sensible formado con el arte y la capacidad que slo T puedes mostrar, ha sido quebrantado perversamente. El alfarero no soportar que la vasija que ha sido formada en la rueda con tanto costo y trabajo sea quebrada protervamente, pero aqu est un cuerpo ms valioso, mucho ms maravilloso de lo que puede crear el arte humano, y ste ha sido destruido. Gran Dios, el Creador de todas las cosas, vers esto

con paciencia, soportars ver la obra de Tus propias manos tan cruelmente destruida?" Acaso no haba mucho en este clamor? Luego esa sangre argumentara adicionalmente, "Oh Dios, Tu criatura ha sido destruida sin causa alguna. No se ha dado ninguna justa razn de provocacin, no se ha cometido ninguna ofensa que podra merecer un golpe tan terrible; pero una de tus dbiles criaturas que reclama Tu amable proteccin, ha sido asesinada innecesaria y perversamente: su sangre apela a ti! T, Juez de toda la tierra, permitirs que el dbil sea pisoteado por el fuerte, y dejars que el inocente sea golpeado por la mano fiera del malvado?" Ustedes ven que el grito cobra fuerza. Al principio es: "oh Dios, Tu criatura ha sido destruida;" a continuacin es: "oh Dios, Tu sbdito ha sido maltratado por uno de sus compaeros sbditos, por uno que se ha convertido en Tu enemigo: no vas a interferir?" Sin embargo, la voz de Abel dijo algo ms que esto; dijo: "oh Dios, la sangre aqu derramada, fue derramada por Ti." Pareca decir: "si no fuera por amor a Ti, esta sangre no hubiera sido derramada! Si estas gotas no hubieran sido consagradas por la devocin, si esta sangre no hubiera fluido en las venas de un hombre que am a Dios con todo su corazn, no hubiera sido derramada sobre la tierra. Oh Dios," clama cada gota, "yo ca en tierra por Ti: vas a soportar esto? Acaso una criatura que T has creado va a entregar su vida con dolor y angustia por Ti, y sers T como una estatua fra, inmvil, inconmovida, inconmovible, y acaso mirars sin ninguna emocin? No vas a hacer nada, oh Dios? Ser derramada la sangre por Ti, derramada injustamente, la sangre de tu propia criatura amante y justa, y no vas a intervenir?" Qu fuerza hay en esa voz! Sin embargo, la sangre agreg esto: "oh Dios, he sido derramada en provocacin a Ti," pues el golpe que sali de la mano de Can no estaba nicamente dirigido a Abel, sino que en espritu estaba dirigido a Dios, pues si Can hubiera podido hacer lo mismo a Dios como lo hizo a su hermano Abel, sin duda lo habra hecho. Era del malvado, y por tanto asesin a su hermano, y la perversidad anidada en l era deicida; l hubiera asesinado al propio Dios si hubiera podido, y as la sangre clama: "oh Dios, aqu est el guante del desafo que ha sido arrojado ante Ti. Can te desafa. l Te ha lanzado el primer golpe, l ha atacado la vanguardia del ejrcito de tus elegidos. Mirars esto en calma? Acaso no te vengars? No tendrs esto en consideracin? Habr silencio en el cielo cuando hay gemidos y gritos en la tierra? Estar fro el corazn del cielo cuando el corazn del enemigo arde con furia y con la fiereza de la rebelin? Oh Dios, no te interpondrs? Ciertamente este es un grito que perfora el cielo, pero esto no es todo. La sangre del protomrtir agreg a todo esto la siguiente argumentacin: "oh Dios, esta es la primera sangre

humana que ha sido derramada por medio de un asesinato, y derramada por mano de un hermano desnaturalizado. Pasars esto por alto? Entonces cmo puedes ser justo? Acaso esta sangre no ha retado la propia existencia de la justicia de Dios? Oh Dios, si T no castigas a este primer asesino brbaro, que mata a su hermano, entonces a lo largo de todas las edades los hombres se amotinarn en sangre y se sentirn libres para asesinar, y dirn: "cmo lo sabr Dios?" El que se sienta en los cielos no lo mira, ni siquiera hablar. Sera como si Dios otorgara una licencia para que los hombres derramaran sangre, y diera permiso para que el asesinato, mostrando su mano ensangrentada, reinara sobre toda la creacin, si el primer asesinato pasara desapercibido por el grandioso Juez de todos. Escuchan, hermanos, qu tono debe haber tenido la sangre de Abel, y con qu poder debe haber subido al cielo? Pero no somos libres de conjeturar en lo relativo al poder de ese clamor, pues se nos dice que Dios lo oy, y cuando lo oy, l vino a pedirle cuentas a Can, y dijo: "Qu has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a m desde la tierra." Luego vino la sentencia marchitante del crimen. La tierra que haba bebido la sangre se volvi maldita para Can, de tal forma que aunque la arara todo lo que pudiera, no le podra dar una cosecha abundante; aunque la trabajara como quisiera, con todo arte y habilidad, nunca podra darle su fuerza a Can. La maldicin original de espinos y cardos, que haba cado sobre la tierra cuando Adn sobrevivi, fue ahora duplicada en Can, de tal forma que slo cosechaba puados y recoga escasas gavillas. Esta sera una constante amargura mezclada con su pan diario, mientras que por encima de todo ello, l recibi en su corazn una maldicin que lo convirti en el esclavo de sus propios espantos. Can serva al miedo y al temblor como si fueran sus dioses, y anduvo errante por la tierra con oscuridad dentro de l y oscuridad a su alrededor, sin gozarse nunca ms, llevando el sello de reprobacin fijado en su frente. Su vida fue sin duda un infierno en la tierra, y al fin fue arrojado para siempre de la presencia del Dios Altsimo. La sangre tiene una voz, y cuando sta es oda contra un hombre, trae sobre l una maldicin indecible. Bien. Ahora, hermanos, es una tarea muy dulce pedirles que vuelvan sus mentes de la sangre de Abel a la sangre de Jess. Estoy persuadido que ya reconocieron la voz de la sangre de Abel, y quiero que sus mentes oigan con igual claridad la voz de la sangre de Jesucristo, pues existen las mismas razones para su fuerza, pero son mucho ms enfticas. Pueden colocarse en el Calvario ahora y pueden ver cmo fluye la sangre del Salvador de Sus manos y pies y costado? Cules son sus

propias reflexiones en cuanto a lo que esa sangre dice a Dios? Piensen ahora al pie de la cruz. Esa sangre clama en voz alta a Dios, y qu dice? Acaso no dice esto? "Oh Dios, esta vez no es simplemente una criatura la que sangra, pues aunque el cuerpo que pende de la cruz es la criatura de Tu Espritu Santo, es Tu propio Hijo el que ahora derrama Su alma hasta la muerte. Oh Dios, es tu Unignito, amado por Ti, esencialmente uno contigo, Uno en quien te complaces, cuya obediencia es perfecta, cuyo amor por ti ha sido firme. l es quien muere. Oh Dios, acaso despreciars los gritos y las lgrimas, los gemidos, los quejidos, la sangre de Tu propio Hijo? Muy tierno Padre, en cuyo pecho yaca Jess antes de los cimientos de la tierra, l muere, y no lo considerars? Caer en vano Su sangre en la tierra? Luego, adems, la voz argumentar: "No es nicamente Tu Hijo, sino Tu Hijo perfectamente inocente, Quien no tena ninguna necesidad de morir, porque l no tena pecado original que Le habra trado corrupcin, que adems no tena ningn pecado, que a lo largo de toda la vida no haba hecho nada digno de la muerte o de las cadenas. Oh Dios, es Tu unignito, quien, sin falta alguna, es conducido como un cordero al matadero, y est como una oveja ante sus trasquiladores. Puedes ver esto, Dios de todo, puedes ver al infinitamente santo y justo Hijo de Tu corazn llevado a la muerte, puedes verlo sin sentir la fuerza de la sangre cuando clama a Ti?" Acaso no fue aadido a este hecho que nuestro Seor muri para vindicar el honor de Su Padre? "Por Ti, oh Dios, por Ti muere l! El que est crucificado en el Calvario est all por deferencia a Tu propio decreto, en el cumplimiento de Tu propio propsito, en vindicacin del honor de Tu ley, para que T puedas ser glorificado, para que Tu justicia sea cumplida, y Tu misericordia tenga un imperio ilimitado. Oh Dios, el sufriente, plido en la muerte, cuyas heridas estn abiertas por los crueles clavos, y cuya alma est atormentada por un dolor indecible, muere por Ti. Si no hubiera habido Dios no tena que morir. Si no hubiera habido una ley que vindicar, una verdad que defender, un honor, una majestad y una justicia a las cuales rendir homenaje, no era necesario que l muriera. Si hubieras estado contento de manchar Tu honor o restringir Tu misericordia, no hubiera habido necesidad que l se entregara. Pero es por Ti, por Ti cada dolor, por Ti cada gemido, por Ti cada gota de sangre, y no te conmover eso?" Hermanos, acaso no hay poder en esta voz? Sin embargo, por encima de todo esto, la sangre debe haber argumentado as con Dios: "Oh Dios, la sangre que est siendo ahora derramada, tan honorable y gloriosa en s misma, est siendo vertida con un motivo que est divinamente lleno de gracia. El que muere en esta cruz, muere por Su enemigo, gime por

aquellos que lo hacen gemir, sufre por quienes lanzan el dardo en Su alma, y luego se burlan de la agona que ellos mismos han causado. Oh Dios, es una cadena para Dios en el cielo que ata a la vctima a los cuernos del altar, una cadena de amor eterno, de bondad sin lmites." Ahora, queridos hermanos, ustedes y yo no podramos ver sufrir a un hombre por pura benevolencia sin ser conmovidos por su sufrimiento, y Dios no ser conmovido? El Dios perfectamente santo y lleno de gracia, ser indiferente donde t y yo somos conducidos a una emocin profunda? El espectculo de la sangre hace que algunos de nosotros nos estremezcamos; el espectculo de la sangre derramada por una persona inocente (derramada por la mano de la violencia) hara que nuestras almas se congelaran; pero el pensamiento de que esa sangre est siendo derramada por un motivo tan maravilloso, por causa de un afecto desinteresado por unos criminales que no lo merecen, eso nos conmovera ciertamente; y piensan ustedes que no movi el corazn de Dios? Bendito sea Su nombre, en esto no se nos permiten conjeturas; conmovi tanto a nuestro Padre celestial, que hasta este da Dios ha venido al hombre, y hablndole a travs de esa sangre, l ha dicho: "Qu has hecho? Sin importar lo que has hecho, sin importar cun negro y sucio pueda haber sido tu pecado, la voz de la sangre de mi Hijo clama a M desde la tierra, y ahora, de hoy en adelante, he quitado la maldicin de la tierra por Su causa, y no la voy a maldecir ms. Sers bendecido en tu canasta y en tu bodega, en tus salidas y en tus entradas. Yo te he perdonado tus iniquidades; he puesto una marca en ti, y ningn hombre te har dao, ni la justicia te castigar, pues en la persona de mi Hijo amado te he recibido y te he aceptado, culpable como eres. Prosigue tu camino, y vive feliz y apaciblemente, pues te he quitado tus iniquidades y he arrojado tus pecados tras mi espalda, y el da ha llegado en el que si tus pecados son buscados no sern encontrados, s, si son investigados ya no estarn, dice el Seor, pues yo he perdonado a quienes he reservado." La sangre de Abel tena predominio para maldecir, pero la sangre de Jess tiene predominio para bendecir a los hijos de los hombres. Quiero que se queden un poco con este pensamiento para digerirlo. Quisiera poder tener el poder de grabarlo en ustedes; nicamente el Espritu Santo, sin embargo, puede hacer eso. Quiero, a pesar de todo, detenerme un poco en l, para que ustedes puedan adentrarse en su esencia. Observen que la sangre de Abel habl a Dios mucho antes que Can hablara. Can estaba sordo a la voz de la sangre de su hermano, pero Dio s la oy.

Pecador, mucho antes que oigas la sangre de Jess, Dios la escucha, y perdona tu alma culpable. Mucho antes que esa sangre entre en tu alma para derretirla en arrepentimiento, intercede por ti ante Dios. No fue la voz de Can la que hizo descender la venganza, sino la voz de la sangre de Abel; y no es el clamor del pecador que busca misericordia el que es causa de misericordia, sino el clamor de esa sangre de Jess. S que me dirn que no pueden orar; oh, qu misericordia es que la sangre s pueda hacerlo, y que cuando ustedes no pueden argumentar para prevalecer, la sangre interceda. Si ustedes van a obtener misericordia de Dios y recibir el perdn, no ser por la eficacia de sus oraciones y lgrimas, sino por medio de la eficacia de esa sangre del amado Hijo de Dios. Can no pidi la venganza, pero sta vino sin ser buscada por medio de la sangre; y t, aunque sientas como si difcilmente te puedes atrever a buscar misericordia, la encontrars si puedes confiar en la sangre de Jess que habla por ti. La sangre no necesita tu voz para incrementar su poder con Dios; l oir tu voz, pero es porque l oye la sangre de Jess antes que nada. Es para nosotros una misericordia que la sangre de Jesucristo hable por el culpable, as como la sangre de Abel habl en contra del culpable. La sangre de Jess no intercede por el inocente, si existiera tal persona, pues no necesitara la intercesin del sacrificio de expiacin. Jess intercede por los rebeldes, para que el Seor Dios habite entre ellos; por ustedes, que han quebrantado Sus leyes, y han despreciado Su amor, y han luchado contra Su poder; la sangre de Jess intercede por personas como ustedes, pues l vino al mundo para salvar a pecadores. "El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se haba perdido." La sangre preciosa habla constantemente. Observaron esa palabra en el texto? "que habla," no "que habl," sino "que habla." La sangre de Jess intercedi por el ladrn en la cruz, pero "Nunca perder su poder, Hasta que toda la iglesia rescatada por Dios, Sea salvada para no pecar ms." Hermano, cuando el pecado que prevalece oprime a la conciencia, es una grandsima misericordia saber que tenemos inclusive ahora un Salvador que prevalece. Hace aos, algunos de nosotros venimos a Cristo y encontramos perdn; pero nuestra fe desmaya ocasionalmente, y nuestras dudas se fortalecen. Vamos, vayamos nuevamente a la fuente, miremos de nuevo a la cruz, pues la sangre

habla todava. En efecto, nuestro Seor Jess sangra todava el da de hoy tanto como lo hizo hace mil ochocientos aos, pues la sangre es ciertamente tan segura en su poder con Dios en el momento presente, como cuando el ladrn dijo: "Acurdate de m." Pensemos en esto y regocijmonos. Alma ma, cuando no puedas suplicar a Dios, cuando no te atrevas a hacerlo, cuando tu lengua est callada, y la desesperacin amordace tu boca, aun entonces Jess intercede. Ahora, afrrate a la intercesin; ven y arrjate sobre l; descansa enteramente en l, l prevalecer aunque t no puedas, l tendr xito aunque t no tengas ningn poder. Ven entonces y vinclate con la intercesin infalible de la preciosa sangre que prevalece, y entonces estars bien, estars seguro y salvo para siempre. Que Dios nos conceda gracia para que hagamos esto, cada uno de nosotros, y a l sea la alabanza! III. Adems, LA SANGRE DE JESS NOS HABLA MEJORES COSAS EN NUESTROS CORAZONES que la sangre de Abel. Yo supongo que la mayora de ustedes leyeron la narracin escrita por los corresponsales de los peridicos, que han estado presentes en los campos de batalla de Kniggratz o Sadowa. Cmo lo estremeca a uno leer acerca de las trincheras repletas de sangre, y del olor de cuerpos putrefactos que se volva tan intolerable que los viajeros ansiaban abandonar el campo de batalla con premura. A m no me gustara ser Bismarck, ni el Prncipe de la Corona de Prusia, ni el Rey, ni nadie que tuviera que ver con una guerra tan sanguinaria y tan injustificable. Yo supongo que los asesinos se acostumbran a tales cosas; yo supongo que ellos pueden leer sin emocin acerca de miles de personas mutiladas por las balas y las bombas e incluso ver las pilas de cadveres sin estremecerse, pero estoy seguro de esto, que a m me volvera loco. Ah!, tener la sangre de una persona derramada a mi puerta sera suficiente para eliminar todo consuelo de mi vida; pero hacer derramar la sangre de decenas de miles, simplemente para complacer una ambicin, hace tambalear la razn de inmediato. Debe ser una falta de conciencia total la que hace que la razn mantenga su trono cuando los hombres han estado chapoteando en la corriente de la sangre de sus compaeros por simples propsitos de ganancia egosta. Considerando que no haba habido guerras en el da de Can, y que el corazn humano no se haba insensibilizado como ahora, llegando al punto de hablar de la guerra en trminos tan benignos como lo hacemos en nuestra poca, ciertamente si Can hubiera tenido algo de conciencia, debe haber sido un horrible pensamiento para l haber matado a su hermano.

"He matado a un hombre, he derramado su sangre." Ciertamente esto habr sobresaltado su sueo. Cmo poda estar calmado en su lecho solitario? Ese hombre con su mano teida en sangre! Culpable, un siniestro chambeln, con dedos manchados con el rojo de la sangre, seguramente cerr las cortinas de su cama. Acaso no regresara a su mente todo el espectculo? La conversacin en el campo, el impulso sbito, el golpe, la sangre, la mirada de su vctima cuando clamaba por piedad mientras un cruel golpe segua al otro; y luego el espectculo del cuerpo desfigurado y del arroyo de sangre, y de las manchas de color carmes en la tierra empapada. Oh, debe haber sido un recuerdo enrollado como una vbora alrededor del asesino dondequiera que se encontrara! Pudo muy bien construir una ciudad, como se nos dice que lo hizo, para apagar estos recuerdos ardientes. Entonces le vendra el pensamiento: "lo asesinaste a pesar de que era tu hermano." "Soy yo acaso guarda de mi hermano?" dijo l, pero los hombres pueden hablar a veces ms altaneramente de lo que en secreto hablan sus corazones. El horror del acto fratricida debe haber perseguido a Can: "yo mat a mi hermano; el que naci primero de mujer, mat a quien naci despus." Y luego se le hara preguntar: "y por qu lo mat? Qu mal me haba hecho? Qu importa si ofreci un sacrificio diferente al mo, y qu si Dios lo acept a l y no a m, y sin embargo, qu mal me hizo?" Si Can tena alguna conciencia, la inocencia de su vctima debe haber incrementado su desasosiego, pues recordara cun inofensivamente haba cuidado sus ovejas, habiendo sido como una ms en medio de ellas, tan parecido a un cordero, ese hombre pastor, una verdadera oveja de los pastos de Dios. "Sin embargo," dira Can, "yo lo asesin porque yo odiaba a Dios, el Dios ante cuyo tribunal pronto voy a comparecer, el Dios que puso esta seal en m." Pueden imaginarse al hombre que tena que ser diariamente enseado y recriminado por una sangre de hermano? Se requiere la mente de un poeta para ensearle. Piensen cmo se sentiran si hubieran matado a su propio hermano, cmo la culpabilidad estara suspendida sobre ustedes como una nube negra, derramando horror sobre sus almas. Ahora, hermanos, hay algo ms que una fuerza igual en el clamor de la sangre de Jess, pero acta de manera diferente, y habla de mejores cosas. Debemos recordar, sin embargo, que habla de esas mejores cosas con la misma fuerza. Hay consuelos que se levantan de la sangre de Jess tan poderosamente como horrores se alzaron de la sangre de Abel. Cuando el pecador mira a Jess crucificado, puede decir muy bien, "si no supiera que toda esta sangre fue derramada para m as

como tambin por m, mis miedos se multiplicaran mil veces; pero cuando pienso que esa preciosa sangre es sangre derramada en lugar de la ma, que es sangre que Dios plane y orden que fuera derramada por m desde antes de la fundacin del mundo, cuando pienso que esa es la sangre del propio amado Hijo de Dios, a Quien ha herido en vez de castigarme a m, hacindolo soportar toda Su ira para que yo no tuviera que soportarla, oh, Dios mo, qu consuelos fluyen de esa bendita fuente! Justo en la proporcin que el pensamiento del asesinato de Abel hara que Can se sintiera desgraciado, en esa misma proporcin debe hacerte sentir feliz la fe, cuando piensas en Jess crucificado; pues la sangre de Cristo, como lo dije al principio del sermn, no puede tener una voz menos poderosa; tiene que tener una voz ms poderosa que la de Abel, y por tanto clama ms poderosamente por ti, de lo que clam la sangre de Abel en contra de su hermano Can. Oh, entonces, pecados mos que claman, yo puedo escucharlos, pero no tengo temor de ustedes, pues la sangre de Jess habla ms fuerte que todos ustedes. Oh, entonces, conciencia, puedo or tu acusacin, pero no me alarma, pues mi Salvador muri. Me presento ante Dios con perfecta confianza, porque he sido rociado con la sangre de mi Sustituto. Si el horror de Can con una conciencia despierta podra ser insoportable, as la paz que me viene por medio de la preciosa sangre de Jess es indescriptible e inefable, una paz como un ro, una justicia como las olas del mar. Dulce paz poseen todos aquellos que oyen que la sangre habla a sus almas, dicindoles que el pecado es perdonado, que Dios est reconciliado, que somos aceptados en el Amado, y que ahora somos preservados en Cristo Jess, y que nunca vamos a perecer, y que nadie nos arrebatar de Su mano. Yo confo que ustedes conocen, y s que muchos de ustedes en verdad lo conocen, el dulce poder de esta sangre que habla de paz. Tal sangre inocente, ordenada con el propsito de dar paz, es preciosa ms all de todo precio. Oh, alma ma, nunca busques la paz en otra parte, y nunca tengas temor de encontrar paz aqu! Si el da de hoy, oh cristiano, has perdido tu confianza, si hoy ests consciente de haber sido falso con tu Seor, y de haber despreciado Su Espritu, si hoy te sientes avergonzado del propio nombre de cristiano porque t lo has deshonrado, si hoy la desesperacin est lista para estrangular tu esperanza, y ests tentado a abandonarlo todo, ven ahora, ahora mismo, a esa preciosa sangre. No pienses que mi Salvador puede salvar nicamente a pequeos pecadores; l es un grandioso Salvador; poderoso para salvar. Yo s que tus pecados hablan en voz muy alta; ah! pueden muy bien hacerlo; yo espero que oigas su voz y los odies en

el futuro; pero ellos no pueden hablar tan alto como lo hace la sangre de Jess. Dice: "Padre, Padre, voy a morir en vano? Padre, yo pagu con mi sangre por los pecadores, no sern salvados los pecadores? Yo fui herido por los culpables, sern castigados tambin los culpables?" La sangre dice: "oh Dios, Yo he reivindicado Tu ley, qu ms demandas? Yo he honrado Tu justicia, por qu habras de arrojar al infierno al pecador? Oh T, Benignidad Divina! Acaso puedes recibir dos pagos por una ofensa, y castigar a aquellos por quienes sufri Jess? Oh Justicia! Vas a vengarte aqu? Oh Misericordia! Cuando el camino ha sido limpiado, no corrers hacia los pecadores culpables? Oh Amor Divino, cuando es abierto un sendero para ti, no te mostrars T mismo a los rebeldes y a los viles?" La sangre no interceder en vano; los pecadores sern salvos, y t y yo, yo espero, estaremos en medio de ellos para alabanza y gloria de Su gracia. IV. Dos o tres palabras para concluir. LA SANGRE DE JESS, AUN EN MI TEXTO, HABLA DE MEJORES COSAS QUE LA SANGRE DE ABEL. Habla de las mismas cosas pero en un mejor sentido. Se fijaron en el primer texto? Dios dijo a Can "Qu has hecho?" Ahora eso es lo que la sangre de Cristo les dice a ustedes: "Qu has hecho?" Mi querido lector, acaso no sabes que tus pecados mataron al Salvador? Si hemos estado jugando con el pecado, y lo hemos considerado como algo muy pequeo, algo sin importancia con lo que podemos jugar y hasta rernos de l, corrijamos ese error. Nuestro Salvador cuelga de la cruz, y fue clavado all por nuestros pecados; los consideraremos como algo sin importancia? Mirando desde la cruz, Jess nos dice: "Qu has hecho?" Oh, querido lector, qu has hecho? Has asesinado a tu mejor amigo y te has arruinado a ti mismo! Djenme hablar a cada uno ahora en lo individual. Hagan ahora un inventario de sus pecados. Revisen la lista negra desde su niez hasta ahora. Qu has hecho? Ah!, Seor, he hecho lo suficiente para llorar para siempre si no fuera porque T has llorado por m. Gotas de dolor no pueden pagar nunca la deuda que es debida a Tu sangre. Ay!, he hecho mal, Seor, pero T me has hecho bien. Qu has hecho? Qu has hecho?, fue una terrible acusacin para Can; pudo haberlo atravesado como un dardo; pero para ti y para m es la suave voz de un Padre que pregunta y que nos conduce al arrepentimiento. Que nos conduzca ahora! Lo que quiero indicar principalmente es esto. Si se fijan en el segundo texto, esta sangre es llamada "la sangre rociada." Yo no puedo decir si la sangre de Abel roci a Can o no, pero si hubiera sido as, debe haber

aadido a su horror el tener la sangre realmente rociada sobre l. Pero en el caso nuestro esto aade al gozo, pues la sangre de Jess es de poco valor para nosotros mientras no sea rociada sobre nosotros. La fe hunde al hisopo en la sangre de la expiacin y la roca sobre el alma, y el alma queda limpia. La aplicacin de la sangre de Jess es la verdadera base del gozo, y la fuente segura del consuelo del cristiano; la aplicacin de la sangre de Abel debe haber sido un horror, pero la aplicacin de la sangre de Jess es la raz y el fundamento de todo deleite. Hay otro tema en el texto con el cual concluyo. El apstol dice: "os habis acercado....a la sangre rociada." l menciona eso entre otras cosas a las que nos hemos acercado. Ahora, todo hombre razonable huira de la sangre de Abel. Quien ha asesinado a su compaero desea poner una amplia distancia entre l y el cuerpo acusador. Pero nosotros nos acercamos a la sangre de Jess. Es un tpico en el que nos deleitamos conforme nuestras meditaciones nos acercan ms y ms a l. Yo les pido, amados amigos cristianos, que se acerquen a l, el da de hoy, ms de lo que lo hayan hecho jams. Reflexionen en la grandiosa verdad de la sustitucin. Imagnense los sufrimientos del Salvador. Qudenselo viendo un buen rato, sintense al pie del Calvario, moren en Su presencia en Su cruz, y nunca se aparten de ese gran espectculo de misericordia y de miseria. Acudan a l; No tengan miedo. Alto, pecadores, ustedes que nunca han confiado en Jess, miren aqu y vivan! Oh, que puedan venir a l ahora! "Vengan, almas culpables, y huyan, Como palomas, a las heridas de Jess." Es ms, no huyan de las heridas que ustedes han abierto, sino ms bien, encuentren abrigo en ellas; aunque olviden los sufrimientos de Cristo, descansen en ellos! Su nica esperanza radica en confiar en Jess, descansando enteramente en l. Piensen mucho en los dolores de su Seor, y si puedo yo sugerir a algunos de ustedes que no vendrn al servicio el da de hoy por la tarde, que pasen una hora o dos entre los servicios considerando los sufrimientos del Salvador, esas consideraciones pueden ser el medio de traerles la fe. La fe viene por el or, pero se trata de un or con atencin; y el or viene por la palabra de Dios, pero se debe reflexionar en esa palabra. Abran la Palabra, lean la historia de la cruz, pdanle al Seor que la bendiga para ustedes, y quin sabe si por medio del Espritu Divino algunos de ustedes pueden or todava la voz de esa sangre que habla mejores cosas que la de Abel.

Que el Seor bendiga a cada uno de ustedes por causa de Su nombre. Amn.

LA SANGRE PRECIOSA DEL MESIAS

AFIRMACIONES DE LAS ESCRITURAS SOBRE LA SANGRE DEL MESIAS
- Hemos sido hechos cercanos por la sangre del Mesas:
"Pero ahora en Cristo Jess, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo." Efesios 2:13

- Hemos sido ganados por la sangre del Mesas:

". . . para apacentar la iglesia del Seor, la cual l gan por su propia sangre." Hechos 20:28

- Hemos sido perdonados por la sangre del Mesas:

". . . en quien tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados . . ." Efesios 1:7 ". . . en quien tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados." Colosenses 1:14 ". . . y sin derramamiento de sangre no se hace remisin (perdn)." Hebreos 9:22

- Hemos sido salvos por la sangre del Mesas:

"Y t tambin por la sangre de tu pacto sers salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua." Zacaras 9:11

- Hemos sido reconciliados con Dios por la sangre del Mesas. ". . . y por medio de l reconciliar consigo todas las cosas, as las que estn en la tierra como las que estn en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz." Colosenses 1:20

- Hemos sido redimidos por la sangre del Mesas:

". . . en quien tenemos redencin en su sangre . . ." Efesios 1:7 ". . . en quien tenemos redencin por su sangre . . ." Colosenses 1:14 ". . . por su propia sangre, entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin." Hebreos 9:12 ". . . sabiendo que fuisteis rescatados . . . con la sangre preciosa de Cristo . . ." I Pedro 1:18-19 ". . . porque t fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios." Apocalipsis 5:9

- Hemos sido justificados por la sangre del Mesas:

"Pues mucho ms, estando ya justificados en su sangre, por l seremos salvos de la ira." Romanos 5:9

- Hemos sido santificados por la sangre del Mesas:

". . . y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espritu de gracia?" Hebreos 10:29

"Por lo cual tambin Jess, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeci fuera de la puerta." Hebreos 13:12

- Hemos sido lavados por la sangre del Mesas:

". . . han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero." Apocalipsis 7:14 "Al que nos am, y nos lav de nuestros pecados con su sangre . . ." Apocalipsis 1:5

- Hemos sido rociados por la sangre del Mesas:

". . . a Jess el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel." Hebreos 12:24 ". . . elegidos segn la presciencia de Dios Padre en santificacin el Espritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo . . ." I Pedro 1:2

- La sangre del Mesas habla mejores cosas que la sangre de Abel.

". . . a Jess el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel." He.12:24

- La sangre del Mesas nos limpia:

"cunto ms la sangre de Cristo, el cual mediante el Espritu eterno se ofreci a s mismo sin mancha a Dios, limpiar vuestras conciencias de obras muertas para que sirvis al Dios vivo?" Hebreos 9:14 ". . . pero si andamos en luz, como l est en luz, tenemos comunin unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado."

I Juan 1:7

- La sangre del Mesas nos da libertad para entrar en el Lugar Santsimo:

"As que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santsimo por la sangre de Jesucristo . . ." Hebreos 10:19

- La sangre del Mesas nos hace aptos en toda buena obra:

"Y el Dios de paz que resucit de los muertos a nuestro Seor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagis su voluntad, haciendo l en vosotros lo que es agradable delante de l por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amn." He. 13:20-21

- La sangre del Mesas nos da la victoria sobre Satans:

"Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte." Apocalipsis 12:11

- El Nuevo Pacto ha sido instituido, ratificado y confirmado por la sangre del Mesas.
"Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada." Marcos 14:24 "De igual manera, despus que hubo cenado, tom la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama." Lucas 22:20

ALGUNAS EXPLICACIONES PERTINENTES

1. Si Jess no hubiera derramado su sangre no tendramos perdn (He.9:22). La muerte de Jess no fue suficiente para poder obtener el perdn de Dios, se requera que sangre fuese derramada.

2. Todas las promesas y bendiciones que encontramos en el Nuevo Testamento pueden llegar a ser nuestras porque el Nuevo Testamento ha sido ratificado y sellado por la sangre del Mesas (Mc. 14:24 / Lc. 22:20), sin la sangre del Mesas el Nuevo Pacto no hubiera podido ser efectivo (He. 9:17-18) y ninguna promesa tendra validez. 3. La sangre de Jess est hablando (He. 12:24) y dando testimonio en la tierra (I Jn. 5:8). La sangre de Abel hablaba venganza y juicio, la sangre del Mesas habla perdn y misericordia. La sangre del Mesas est viva. Recordemos que la sangre del Mesas es incorruptible. ". . . sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo . . ." I Pedro 1:18-19a 4. Nuestra posicin de autoridad y de victoria se basa en el poder de la sangre del Mesas. 5. La sangre del Mesas es un arma espiritual por medio de la cual el acusador es derrotado. Me gustara aclarar que la sangre de Jess no es la nica arma en la batalla, pero ahora estamos tocando el tema de la sangre y no me detendr a comentar las dems. "Y ellos le han vencido (al acusador v. 10) por medio de (Gr. dia = por medio de / a causa de / con) la sangre del cordero y de la palabra del testimonio de ellos." Apocalipsis 12:11 En el versculo anterior se habla de: - La derrota de Satans (le han vencido). - La victoria de los creyentes (y ellos le han vencido). - Las dos armas espirituales por medio de las cuales se llev a cabo la victoria: La sangre del cordero y la palabra de su testimonio. 6. La sangre del Mesas no nos libra de la tentacin ni de los ataques del diablo, pero si nos libra del pecado y la derrota. Mientras estemos en este mundo vamos a ser tentados y atacados, por eso es muy importante, si queremos prevalecer, conocer todas las armas espirituales que estn a nuestra disposicin.

7. Una de las maneras en la que podemos usar la sangre del Cordero es confesando lo que por medio de la sangre del Mesas hemos recibido de Dios. Nuestra confesin debe ser firme en los tiempos de tentacin y ataque si queremos ser vencedores. Cuando el diablo recuerde tus pecados confiesa que por medio de la sangre de Jess has sido lavado y limpiado (Ap. 1:5/7:14/I Jn. 1:7), cuando el diablo te diga que no vales para nada confiesa que por medio de la sangre de Jess has sido hecho apto (He. 13:20-21), cuando el diablo te diga que Dios est lejos de ti confiesa que por la sangre de Jess has sido hecho cercano (Ef. 2:13), cuando el diablo te quiera atar y oprimir confiesa que has sido redimido (liberado) por la sangre de Jess (Co. 1:14) . . . y cuando el diablo quiera prevalecer confiesa que has vencido por medio de la sangre del Cordero (Ap. 12:11). 8. Otra manera en la que podemos usar la sangre de Jess es aplicndola a nuestra propia vida. Cuando nos cubrimos con la sangre de Jess estamos reconociendo que pertenecemos a Dios y que el diablo no tiene autoridad ni poder legal sobre nuestras vidas. Dios nos ha dado la sangre de Jess para hacer expiacin (cobertura) sobre nuestras vidas (Lv. 17:11). La sangre de Jess nos provee una cobertura espiritual, la sangre de Jess es nuestra, nos pertenece y como sacerdotes podemos aplicarla (rociarla) sobre nuestras vidas y sobre otras personas por las cuales estemos intercediendo. Veamos en el Antiguo Testamento un ejemplo de la proteccin y bendicin de Dios por medio de sacrificios: "E iban sus hijos y hacan banquetes en sus casas, cada uno en su da; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos. Y aconteca que habiendo pasado en turno los d'as del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de maana y ofreca holocaustos conforme al nmero de todos ellos. Por que deca Job: Quiz habrn pecado mis hijos, y habrn blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera haca todos los das . . . . Respondiendo Satans a Jehov dijo: Acaso teme Job a Dios de balde? No le has cercado alrededor a l y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendicin; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra." Job 1:4-5, 9-10 Job deba entender el principio que estamos tratando en este estudio de los sacrificios, sus hijos no eran como su padre, mas bien y con todos mis respetos, seran como su madre (Job 2:9). Lo curioso es que por los sacrificios que Job presentaba a Dios todos los das, su mujer, sus hijos y todo lo que tena era guardado por una cerca que Dios haba levantado. Cuando aplicamos la sangre de Jess a nuestra vida y a nuestros seres queridos Dios levanta un vallado de proteccin, el enemigo puede atacar pero nunca podr prevalecer si la sangre de Jess nos cubre. Job como

cabeza de familia fsica y espiritual provea una cobertura espiritual sobre su familia por medio de la sangre de los sacrificios. Nosotros debemos proveer una cobertura espiritual por medio de la sangre del Mesas. 9. Cuando decimos que la sangre del Mesas nos cubre y el diablo no nos toca, queremos decir que el diablo no va a poder llevar a cabo su obra y sus planes en nuestras vidas: robarnos, matarnos y destruirnos. Al estar cubiertos con la sangre de Jess, el diablo ya no tiene argumentos para derrotarnos; al diablo le encantara robarnos bendiciones y promesas, matarnos espiritualmente y fsicamente, y destruirnos, pero l no puede tocarnos, por tanto no puede prevalecer, en este sentido el diablo no nos toca, no quiere decir que no seremos atacados ni tentados por l. 10. La palabra SALVACION tanto en hebreo como en griego tiene un significado ms extenso y profundo. La palabra salvacin se puede traducir como: SANIDAD, LIBERACION y PROTECCION. Al confesar que la sangre de Jess nos cubre estamos declarando que lo que ha provisto la sangre de Jess nos pertenece y entre otras cosas, la sangre nos ha provisto SALVACION (Za. 9:11). La palabra SALVACION tiene que ver con todo el ser del hombre: espritu (salvacin), alma (liberacin) y cuerpo (proteccin). S, la sangre del Mesas nos libra del pecado y sus consecuencias y de las artimaas y sutilezas del maligno. Debemos recordar que la sangre de Jess habla mejores cosas que la sangre de Abel (He. 12:24), la sangre de Jess habla de redencin, habla de reconciliacin, habla de perdn, habla de victoria . . . habla de salvacin A quin habla la sangre del Mesas? La sangre de Jess habla tanto a los creyentes como al diablo, el diablo no est sordo, y cuando se le menciona la sangre de Jess, el diablo no puede evitar or lo que la sangre de Jess ha llevado a cabo a nuestro favor y lo que la sangre del Mesas le est hablando a sus odos: DERROTA.

AFIRMACIONES DE HOMBRES Y MUJERES DE DIOS SOBRE LA SANGRE DEL MESIAS

"Dios mira la sangre por la cual su Hijo ha contestado la acusacin, y Satans no tiene ya terreno de ataque. Nuestra fe en la preciosa sangre y nuestra negacin a ser mudados de aquella posicin es lo nico que pueda silenciar sus acusaciones y ponerle en derrota; y as' ser hasta el fin (Ap.12:11)" La vida cristiana normal pag. 25 Watchman Nee "Cuando la santa sangre del Cordero se roca, all se consigue la victoria y se pone en fuga a Satans." El poder de la sangre de Jess pag. 112

Andrew Murray "La sangre de Cristo nos hace participar en el amor, la gua y la proteccin de Dios." La sangre de la cruz pag. 103 Andrew Murray "La sangre de Jess nos limpia de todo pecado mientras confesamos todo pecado a Dios y recibimos perdn. Si vivimos en lo bueno de esta provisin de Dios, Satans no podr conseguir ningn asidero en nuestra vida. Necesitamos saber dnde estamos en Dios. La sangre de Jess nos capacita para vivir en victoria sobre Satans." Los fundamentos de la vida cristiana pag. 165 Bob Gordon "Tenemos un muro protector y una cobertura en la sangre de Jess que el diablo no puede penetrar . . . nuestra proteccin puede ser quitada si andamos en tinieblas . . . La sangre de Jess es un arma de nuestra guerra, pero debemos usarla diariamente para disfrutar de los beneficios que se derivan de ella . . . Nuestra proteccin en la sangre es un vallado que nos guarda." The precious blood pag. 48/64/75 David Alsobrook "El arma principal del pueblo de Dios contra Satans es la sangre del Cordero. La sangre de Cristo, el Cordero, hace que el pueblo de Dios prevalezca, porque ella responde a todos las acusaciones del enemigo . . . Dios nos ha declarado justos y victoriosos por medio de la sangre de Cristo." Biblia Plenitud (Comentario de Ap.12:11)" pag.1726 Charles Simpson "Ap. 12:11 . . . A estos que vencen es manifiesto que el Espritu Santo les ha enseado a usar la victoria de la Cruz; la sangre - o muerte - del Cordero fue, por tanto, la nica arma que usaron contra el enemigo." La cruz del calvario pag. 101 Jesie Penn Lewis "El pago de la sangre del Seor por nuestros pecados fue algo relacionado con Satans; cancel todos los derechos que tena sobre nosotros, liberndonos de su esclavitud y control." Manual de guerra espiritual pag. 499 Dr. Ed Murphy "El cristiano est "en Cristo". Estar en Cristo es tener la proteccin de su sangre. Corrie Ten Boom escribi: Por qu odia Satans la sangre? Le

recuerda su derrota en el Calvario por la muerte de Jess, que dio su sangre por nosotros" De la misma manera en que la sangre del cordero protegi contra el ngel de la muerte (Ex. 12:13), as la sangre de Jess es una barrera impenetrable contra la intrusin de espritus malos." Enfrentamiento de poderes pag. 190 Opal L. Reddin "Para proteger o cuidar nuestros bienes, Dios nos ha dado las siguientes armas para que equipados y ejercitados en ellas podamos asegurarnos la victoria: 1. La oracin y el ayuno 2. La sangre de Jess 3. El nombre de Jess . . ." Derribemos fortalezas pag. 159 Hctor Torres "No hubo ninguna fuerza en el infierno que pudiera abrir una puerta sellada por la sangre. Cuando atraviesas ataques satnicos y clamas al valor de la sangre de Cristo, Satans no puede prevalecer. El slo puede retroceder y correr porque odia la vista de la sangre." Your adversary, The devil pag. 171 J. Dwight Pentecost "En todas las palabras que usted utilice, vocalice su posicin en Jesucristo y resista a los demonios con el uso del nombre de Jess y de la sangre de Jess. Ellos son invasores y deben huir cuando se les resiste de esta manera." Cerdos en la sala pag. 28 Frank & Ida Mae Hammond "Y ellos le han vencido por medio de la sangre de Cristo y de la palabra del testimonio de ellos. Esto nos muestra que los ngeles por s' solos no son los nicos que llevan a cabo la derrota del diablo, sino que es la oracin, la fe, el testimonio de los justos, que morando bajo la proteccin de la sangre del cordero, juegan un papel vital en la derrota de los poderes de las tinieblas." Ministry of Angels pag. 28 Gordon Lindsay ". . . muchas veces descuidamos el uso de la sangre de Cristo como nuestro smbolo y arma poderosa en nuestra lucha espiritual con Satans . . . Solamente la mencin de la sangre de Jess es un tormento a los odos de Satans y una tortura para su memoria . . . La sangre de Jess, tan preciosa para nosotros, es un arma aterradora para Satans. La sangre le grita "derrota" a sus odos . . . implora por la sangre de Jess. Esto es una agona para Satans . . . la sangre es la garanta de la victoria de Cristo . . . la sangre de la pascua en el Antiguo Testamento

representaba la proteccin completa contra el ngel de la muerte. La sangre de Jess, nuestra pascua ( I Co. 5:7), es nuestra proteccin completa en el tiempo y en la eternidad. Estamos cubiertos por Su sangre, amparados por Su sangre, y hechos infinitamente preciosos para Dios por la sangre de Cristo . . . Satans no puede pelear con la sangre de Jess y tiene que huir de su recuerdo. Ella es el grito de batalla de usted; ella es su arma espiritual. sela para derrotar a Satans." La oracin poderosa que prevalece pag. 280 Wesley L. Duewel "El arsenal de armas espirituales del creyente: - El nombre de Jess: Nuestra autoridad. - La sangre de Jess: Nuestra proteccin. - Ponerse de acuerdo: Nuestro vnculo de unin. - Atar y desatar: Nuestras llaves. - Ayuno: Nuestro filo cortante. - La alabanza: Nuestro estandarte. - La palabra de Dios y nuestro testimonio: Nuestro fundamento. Una de las estrategias que los intercesores han usado a travs de los aos es "cubrirse con la sangre de Jess". Pero por el mal uso de algunos, se ha transformado en un tema de controversia. El cubrir la vida de una persona con la sangre de Jess para su proteccin, es simplemente recordarle al enemigo cules son sus lmites. Este, es el mismo principio que vemos ilustrado en xodo 12:22-23 cuando la sangre del cordero era derramada sobre los dinteles de las puertas de los hogares de los israelitas, queriendo significar que el ngel de la muerte no poda tocar a nadie en aquel hogar. Durante tu tiempo de intercesin, cbrete con la sangre de Jess para tu proteccin y para la de aquellos por los que oras. La sangre de Jess te garantiza paz y victoria duraderas. Vemos un ejemplo de esto en I Samuel 7:3-14 . . . En el libro Nacido para la batalla, su autor, Arthur Mathews nos da la esencia de este episodio: Estando confiado Samuel en que su ofrenda haba sido agradable delante de Dios, clam al Seor de Israel. Dios en respuesta envi un gran estruendo desde los cielos sobre los filisteos que los atemoriz y conforme a lo que revelan las Escrituras, "no volvieron a entrar ms al territorio de Israel". Esta victoria era necesaria para obtener la paz. La paz es una victoria mantenida. La nica persona que puede mantener al enemigo fuera de nuestro territorio es el intercesor bendito es aquel intercesor que sabe hacer uso del poder de la Sangre en guerra espiritual. Preciosa sangre, por medio de ella vencemos en la lucha ms cruenta, el pecado y Satans son vencidos por medio de su poder." El poderoso guerrero pag. 139/152-153-154 Elizabeth Alves

"A travs de Moiss, Dios dijo a cada familia israelita que matara un cordero y que colocara su sangre sobre el dintel de la puerta de la casa . . . Las Escrituras indican claramente que Satans es el "destructor". Desde la cada del hombre hasta la resurreccin de Jesucristo, el poder de la muerte estuvo en manos del diablo. En Ap. 9:11, l es llamado Abaddon (hebreo) y Apollyon (griego). Ambos trminos significan "destructor". Jess lo describi como sigue: "El ladrn viene solamente a matar, a robar y a destruir." (Jn. 10:10) . . . Aquella noche Dios iba a utilizar el poder de la muerte del mismo diablo para sus propios propsitos. Iba a ser una noche tenebrosa - una noche de muerte y destruccin . . . La presencia del Seor protege a aquellos "bajo la sangre" del destructor. Cuando vio la sangre sobre el dintel de la casa de cada israelita, el Seor mismo "pas por delante" de la puerta. Su presencia cubri a la familia que haba dentro y les libr de todo mal . . . S, para los israelitas, la proteccin del destructor en aquella noche oscura de muerte fue la sangre - la sangre de un corderito perfecto . . . Verdaderamente, la sangre y la cruz proveen toda la proteccin que necesitaremos siempre con las fuerzas del mal." El cayado del pastor B1-pag. 7 y 8 Ralph Mahoney "La cuarta manera de ejercer autoridad es recordarle a Satans la sangre de Jess. "Y ellos le han vencido por medio de la sangre del cordero" (Ap. 12:11). Recordamos a Satans de su derrota en la cruz cuando la preciosa sangre de Jess fue derramada como expiacin por el pecado, revocando la maldicin y la atadura del enemigo sobre la humanidad. La declaracin de su sangre parece tener un efecto poderoso sobre el enemigo. Lleva esa derrota a cada una y todas las situaciones, aplicndola fresca para este tiempo y lugar. Verdaderamente hay poder en la sangre." Guerra espiritual pag. 127 Dean Sherman "Satans no puede soportar el estar expuesto a la sangre de Cristo. Palidece ante cada visin del Calvario. Las sangrantes heridas son la seal de su retirada. Los corazones salpicados de esa sangre son terreno sagrado en los cuales no se atreve a pisar; se horroriza, tiembla y se acobarda cuando est en presencia de un soldado rociado con esa sangre. Teme ms una palabra clara que d testimonio del poder de esa sangre que el ataque de una legin de arcngeles." Satan, his personality, power and overthrow pag. 143 E. M. Bounds "La frase "sangre del cordero" . . . se trata de una de las frases ms importantes y esplendorosas de las Escrituras . . . Satans no cuenta con ninguna arma con la que pueda responder a la sangre del cordero." Satans no es un mito pag. 122 J. Oswald Sanders

"Mas os habis llegado... a Jess el Mediador de Nuevo Testamento, y a la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel. Mirad que no desechis al que habla" (Heb. 12:24, 25).

Qu es "la sangre del esparcimiento"? En breves palabras, esta sangre es la representativa de la pasin, de las penas, los sufrimientos, la humillacin y la muerte de nuestro Seor Jesucristo, que padeci en provecho de la humanidad culpable. Acordmonos de que su pasin y muerte no fueron cosas aparentes slo, sino reales y positivas, y eran penas y agonas que llegaron a un punto incalculable. La redencin de nuestras almas cost sufrimiento indecible, "hasta la muerte, y muerte de cruz". Cost a Nuestro Seor sudor de sangre, corazn quebrantado por reproches, y especialmente la agona causada por sentirse abandonado por el Padre, hasta exclamar: "Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado?" El Mediador sufri la muerte bajo los aspectos peores, sin ninguno de aquellos consuelos que en los casos de otros hombres piadosos se suministran por la bondad y fidelidad de Dios. Su muerte no fue una muerte natural, sino una muerte tanto ms penosa cuanto fue agravado el caso por circunstancias sobrenaturales que aumentaron hasta lo infinito la agona. Esto es lo que entendemos por la sangre de Cristo, por "la sangre del esparcimiento": a saber, sus sufrimiento terribles y la muerte de expiacin.
1. La sangre del esparcimiento es el punto central de la manifestacin divina bajo el Evangelio. Notemos su lugar importantsimo en el pasaje que meditamos. Tenemos el privilegio, por la gracia divina, de acercarnos espiritualmente primero al monte de Sin (v. 22), subir sus pendientes y colocarnos en la altura santa y entrar en la ciudad del Dios vivo, Jerusaln la celestial. En sus pavimentos de oro vemos una compaa innumerable de ngeles que rodean el trono. Qu visin de gloria! Pero no debemos parar aqu, porque la gran asamblea general, la reunin festiva, la convocacin solemne de los alistados en los cielos se est celebrando, hallndose todos all ataviados de regocijo, rodeando a su Dios y Seor. Penetremos hasta el mismo trono, donde est sentado el Juez de todos, rodeado de aquellos espritus puros que han lavado sus ropas, y por lo tanto estn ante l trono de Dios hechos perfectos. No hemos avanzado mucho ya? No estamos ya admitidos en el mismo centro de la revelacin? Todava no. Otro paso y estamos frente a frente con el Salvador, el Mediador del nuevo pacto. Aqu se completa nuestro gozo, pero debemos contemplar un objeto ms all. Qu hay en se Lugar Santsimo Interior? Qu es aquello que est escondido en el lugar santsimo? Qu es aquello que es lo ms precioso, de mayor valor que todo, o supremo en toda la revelacin de Dios? "La sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminacin" (1 Pedro 1: 19), la sangre del esparcimiento. Esto es lo supremo: es la verdad ms profunda de la dispensacin de la gracia, en la cual vivimos. 2. Pido adems que leis el texto y tomis nota de que este esparcimiento de la sangre, segn est mencionado por el Espritu en este texto, es del todo idntica con Jess mismo. Veamos: "A Jess, el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel. Mirad que no desechis al que habla." Este giro inesperado slo se puede explicar por la suposicin de que en la mente del escritor, Jess y la sangre eran idnticos. Mediante lo que podramos llamar un giro

gramatical, poniendo 11 por ella, el Espritu de Dios con intencin o a propsito nos hace patente la verdad importante de que el sacrificio es idntico con el Salvador. "Nos hemos llegado al Salvador, el Mediador del nuevo pacto y a la sangre del esparcimiento que habla; mirad que no desechis a l." Queridos amigos, no hay Jess sin esparcimiento de sangre; no hay Salvador sin sacrificio. Insisto en esto, porque hoy da se procura predicar a Cristo aparte de la cruz y de la propiciacin. Se le presenta como gran maestro de moralidad, como un espritu de abnegacin, como el campen que ser de una gran reforma moral, sobre la que se formar su reino. Aun se sugiere que a este reino no se le ha dado la importancia debida por haberlo impedido la cruz. Pero qu es Jess sin el sacrificio? No hay tal Jess si le separamos de la sangre del esparcimiento, que es la sangre del sacrificio. Sin la propiciacin nadie puede ser cristiano y el Cristo no puede ser Jess. Si arrancamos del Evangelio de Jess la sangre del sacrificio, le quitamos el corazn y le robamos la misma vida. Si hollamos la sangre del esparcimiento, reputndola cosa comn, en lugar de ponerla en el umbral y en los postes de la puerta, hemos cometido transgresin horrenda. En cuanto a m, no permita Dios que me glore, salvo en la cruz de nuestro Seor Jesucristo, ya que para m esa cruz es idntica a Jess mismo. No conozco a otro Jess que aquel que muri, el Justo por los injustos. Pudese separar a Jess de su sangre materialmente, pues por la obra de la lanza y los otros instrumentos de tortura, se quit la sangre del cuerpo del Seor; pero espiritualmente esta "sangre de esparcimiento" y el Cristo, mediante el cual vivimos, son inseparables, una mismsima cosa; de suerte que no podemos conocerle verdaderamente o predicar su nombre eficazmente, si no le presentamos cual vctima inmolada por el pecado. No podemos confiar en l, a no ser que confiemos en l como quien hace la paz por la sangre de su cruz (Efe. 2). Si rechazamos la sangre, rechazamos a Jess mismo. Nunca se separar de su gloria de Medianero, por su sacrificio por nosotros, ni podemos nosotros acudir a l si desconocemos sa su categora. No lo ensea bien claro nuestro texto que son uno Jess y su sangre del esparcimiento? Lo que Dios ha juntado no lo separe el hombre. Acordmonos bien de ello. 3. Esta sangre del esparcimiento se relaciona estrictamente con el nuevo pacto. No hay que extraar que aquellos que tienen ideas vagas sobre la propiciacin no tengan nada de importancia que decir en cuanto a los pactos, tanto del antiguo como del nuevo. La doctrina en los dos pactos es la mdula de la divinidad; pero estos espritus vanos desprecian el asunto. Y es natural, porque tratan de la redencin slo con ligereza. Pues qu pacto hay sin sangre? Si un pacto no se ratifica con sangre, si no se hace sacrificio para confirmarlo, no resulta tal pacto a la vista de Dios ni a la de los hombres entendidos. Pero, hermanos, vosotros que conocis al Seor y procuris conocerle mejor, para vosotros el pacto de la promesa es una herencia de gozo, y su propiciacin es lo ms precioso, ya que constituye la garanta del nuevo pacto. Para nosotros la muerte de Cristo, cual sacrificio, no es una doctrina sino la doctrina; no una consecuencia de otras doctrinas, sino la esencia, el meollo de la doctrina cristiana. Para nosotros, Jess, en su obra redentora, es el alfa y omega, el principio y fin, porque en l el pacto principia y acaba. Sabemos que se confirm con sangre. Si se trata de pacto humano, es vlido; si se ratifica, es vlido; pero ste es el pacto de Dios, confirmado por promesas, juramentos y sangre, y permanece en vigor para siempre. Cada creyente tiene tanto inters en este pacto como Abraham, el padre de los creyentes, porque el pacto se hizo con l y su simiente espiritual, siendo confirmado en Cristo para toda esa simiente y para siempre por su preciosa sangre. 4. Pero quiero que notis que, segn el texto, la sangre es la voz de la dispensacin nueva. Acordaos de que en Sina hubo "el sonido de la trompeta y la voz de las palabras, la cual, los que la oyeron, rogaron que no se les hablase ms." As es que en la nueva dispensacin tambin esperamos que una voz hable y no llegarnos a ninguna hasta hallar el ltimo objeto en la lista y vemos all la sangre del esparcimiento que habla. Aqu, pues, tenemos la voz del Evangelio. No se trata de un sonido de trompeta ni de palabras emitidas con majestad espantosa;-, pero la sangre habla y por cierto no hay voz ms penetrante, ms potente, ms constante. Dios oy la voz de la sangre de Abel y visit a Can, con castigo correspondiente a su crimen por haber matado a su hermano. Y la sangre preciosa de Jesucristo, el Hijo de Dios, clama a los odos de Dios con voz que siempre se oye. Cmo podr imaginarse el hombre que el Seor Dios permanece sordo al sacrificio de su Hijo? En todas estas edades la sangre ha clamado: "Perdnales! Perdnales! Acptales! Lbrales de bajar al abismo, porque he hallado un rescate!" La sangre del esparcimiento nos habla a nosotros para ensearnos, as como habla a Dios intercediendo. Clama a nosotros, diciendo: "He aqu el mal del pecado' He aqu cmo Dios ama la justicia! He aqu cmo ama a los hombres! Ve que te es imposible escapar del castigo por el pecado, fuera del gran sacrificio, en que el amor y la justicia de Dios se manifiestan por igual. He aqu cmo Jehov no perdon al nico Hijo, sino que le entreg libremente por todos nosotros!" Qu voz la de la reconciliacin! Voz que aboga por la causa de la santidad y del amor, de la justicia y de la gracia, de la verdad y de la misericordia. "Mirad que no desechis al que habla." 5. Esta voz es idntica a la voz del Seor Jess, pues as consta aqu. "La sangre del rociamiento que habla. Mirad que no desechis al que habla." Sea cual fuere la doctrina del sacrificio de Jess, es la principal enseanza de Jess mismo. Debemos observar que la voz que habl desde el Sina fue tambin la voz de Cristo. Jess mismo promulg aquella ley cuyo castigo hubo de sufrir. Quien la proclam en medio de la tempestad fue Jess mismo. Notemos la declaracin: "La voz del cual

entonces conmovi la tiemma ... " (v. 26). En cualquier momento que oigas el Evangelio, ests oyendo la voz de la sangre preciosa de Jess mismo, la voz de aquel que conmovi la tierra en el Sina. Esta misma voz, no slo conmover en su da la tierra, sino tambin el cielo. Qu voz ms solemne es la de la sangre del esparcimiento, siendo como es la voz del eterno Hijo de Dios, que puede hacer y tambin deshacer! Quisierais que yo callara respecto a esta voz? Quisiera alguien de vosotros intentar cosa tan horrible? Se nos criticar si continuamente proclamamos este mensaje del cielo acerca de la sangre de Cristo. Pero hablaremos en voz baja, porque algn vicioso tiemble al or la palabra sangre, o porque algn "intelectual" se rebela contra la idea antigua del sacrificio propiciatorio? No, por cierto. Al contrario; preferiramos que se nos cortara lengua antes que cesar la predicacin acerca de la sangre preciosa de Cristo. Para m no hay cosa que valga la pena de meditarse ni de predicarse fuera de esta gran verdad, que es el principio y el fin de todo el sistema cristiano, a saber: Que Dios dio su Hijo para que muriese, a fin de que los pecadores vivan; y esto no es slo la voz de la sangre, sino la voz de Cristo mismo. 6. Esta sangre habla siempre. El texto no dice: "La sangre que habl", sino "la sangre que habla", que est hablando. Contina hablando siempre, siendo un ruego a Dios y un testimonio a los hombres. Nunca callar, ni en un sentido ni en otro. En su oficio intercesorio, el Salvador resucitado y ascendido al cielo, habla siempre al Altsimo por su sacrificio. Por la enseanza del Espritu Santo" la redencin hablar siempre para la edificacin de los creyentes en la tierra; pero tambin en este caso es la sangre la que habla. Segn nuestro texto, ste es el discurso nico que nos ofrece esta dispensacin. Se acallar este discurso? Dejaremos de escucharlo? Dejaremos de repetirlo? Lejos sea de nosotros, y Dios no nos lo permita, si tal intentramos. Da y noche, el gran sacrificio contina clamando a los hombres: Arrepentos de vuestros pecados, porque a vuestro Redentor le cost carsimo vuestro rescate. Dios vio con lenidad los tiempos de ignorancia, pero ahora denuncia a todos los hombres en todos los lugares que se -arrepientan, ya que puede perdonar, y, sin embargo, ser justo. Vuestro Dios ofendido os ha provisto, l mismo, de un sacrificio. "Venid, pues, para ser rociados con la sangre y reconciliados con l de una vez para siempre." La voz de esta sangre habla en cualquier lugar, donde haya una conciencia que sienta su culpa, en cualquier puesto donde haya un corazn quebrantado, donde haya un pecador que busque perdn, donde haya un alma creyente. Habla con voz tierna, familiar, agradable, consoladora. Para el odo del arrepentimiento no hay msica ms encantadora que aleje los temores. No cesar de hablar mientras haya un pobre pecador que busque a Cristo, mientras haya en la tierra una oveja perdida que le implore. Escuchadle. 7. Finalmente, notemos que la sangre del Seor habla mejor que la de Abel, y qu dice? Dice que "hay redencin por su sangre, la remisin del pecado, segn las riquezas de su gracia." El cual mismo llev nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia: por la herida del cual habis sido sanados. Al que no conoci pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fusemos hechos justicia de Dios en ]l. La voz de la sangre es sta: "Ser propicio a sus injusticias? Y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordar ms. La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Pedro 1: 19; 2 Cor. 5:21; Heb. 8:12; 1 Juan 1:6, 7). Por lo visto, pues, hermanos, estas cosas son mejores que las que pudo decir la sangre de Abel, y son de las que habla la sangre de Jess a cada persona que por la fe acepta ser rociada con ella. Si no se nos aplica por la fe, no nos dice nada. Pero al aplicarse a cada individuo creyente, le dice palabras de bendicin que deleitan el alma.

El apstol dice que "os habis llegado... a la sangre del rociamiento. Se puede decir esto en tu caso? La sangre del esparcimiento, te ha sido aplicada a ti? La percibes? Te ha limpiado? Ests guardado por la misma? Ests unido por ella a Dios- Ests consagrado al servicio de Dios por la redencin? Si as es, entonces adelante y, en firme confianza que no vacila, bendice la sangre del esparcimiento. Proclama este hecho glorioso, diciendo a cada pecador que halles que si el Seor Jess !e limpia con su sangre, ser "enblanquecido ms que la nieve". Predica el sacrificio expiatorio del Cordero de Dios y celbralo y cntalo, acordndote del triple canto del captulo 5 del Apocalipsis, en el cual primero los ancianos y los seres vivos alrededor del trono cantan un cntico nuevo, diciendo: "T fuiste inmolado, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linaje

y lengua y pueblo y nacin." Despus, la multitud de millones de millones de ngeles continan el canto: "El Cordero que fue inmolado es digno", etc. Pero no es esto todo, pues nos dice el apstol que: "Toda criatura que est en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra y que est en el mar, y todas las cosas que en ellos hay estn, diciendo: Al que est sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendicin, y la honra, y la gloria y el poder, para siempre Jams." No veis cmo todos ensalzan al Seor Jess en su calidad de sacrificio o cual Cordero inmolado? Me queda poca paciencia para con los que dejan a un lado esta verdad y aun se burlan de ella o de propsito la presentan mal. Seores: si queris ser salvos, es indispensable que seis rociados con la sangre. El que no cree en Cristo Jess y en su sacrificio expiatorio, perecer. El Dios eterno rechazar con disgusto infinito al que rechaza el sacrificio amoroso de Jess. El que no crey necesitar este sacrificio maravilloso, esta expiacin divina, no tiene otro sacrificio por el pecado, no le queda ms que "la oscuridad de las tinieblas" y la tempestad simbolizada en el Sina. Los que rechazan la expiacin ideada por la sabidura eterna, provista para los hombres por el amor eterno y aceptada por la justicia eterna, stos han firmado ya su sentencia de muerte y nadie se maravillar de que se pierdan sus almas. Que Dios os gue al Crucificado! Amn.