La Metamorfosis de La Universidad
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1. Sociólogos Franceses – Homenajes. 2. Intelectuales Franceses – Homenajes. 3. Diseño y Revisión Cu-
rricular. 4. Innovación Educativa. 5. Universidades – Congresos – Tema Principal. 6. Educación Supe-
rior – Congresos. 7. Prostitución – España – Investigación. 8. Género. 9. Desarrollo Urbano – Filosofía.
10. Desarrollo Sustentable. 11. Ecología – México – Investigación. 12. Predicción Social. 13. Educación y
Desarrollo. 14. Educación y Sociedad. 15. Finalidades de la Educación. 16. Interdisciplinariedad. 17. Trans-
disciplinariedad. 18. Teoría de la Complejidad – Tema Principal. 19. Epistemología de la Educación. 20.
Filosofía de la Educación. 21. Morin, Edgar – Tema Principal. I. Luengo González, Enrique (coordinación).
II. Morfín López, Catalina (prólogo). III. t.
Índice 5
Posibilidades de construcción de un futuro humano
y ambientalmente sustentable / Enrique Leff 97
6 La metamorfosis de la universidad
Prólogo
CATALINA MORFÍN LÓPEZ*
* Directora General Académica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (iteso) desde
2017. Es doctora por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (ciesas) Occi-
dente; maestra en Investigación en Ciencias de la Educación por la Universidad de Guadalajara y licenciada en
Ciencias de la Comunicación por el iteso. Es profesora numeraria del iteso, donde también ha desempeñado
diferentes cargos directivos y ha participado en diversos Comités Académicos a nivel estatal y nacional.
Prólogo 7
los que la universidad genera. Reconocemos la importancia de trabajar con
grupos sociales externos a la universidad para, juntos, encontrar soluciones
a sus problemas y diseñar, en colaboración con estos grupos, los programas
y proyectos académicos.
Buscamos, por otra parte, establecer modos de superar la separación
disciplinar que imposibilita la comprensión de los problemas y las propues-
tas de posibles soluciones ya que, como se señala en los diferentes textos
que integran esta compilación, la realidad compleja requiere de una inter-
vención interdisciplinaria en la que la reflexión sobre el conocimiento y la
ética son imprescindibles.
Es casi lugar común reconocer que estamos atravesando por una crisis civi-
lizatoria, producto de la época moderna que enfatizó una ciencia sin con-
ciencia, por ello, varios desarrollos tecnológicos han incumplido muchas de sus
promesas de bienestar. Sin embargo, es de todos conocido que el desarrollo
científico ha incumplido con muchas de sus promesas de bienestar para la
humanidad. Por el contrario, ha producido un grave deterioro medioambien-
tal que nos ha llevado a tocar los límites de la explotación de los recursos
naturales. Asimismo, la acumulación de la riqueza en poquísimas manos y
la aberrante desigualdad en el acceso a los recursos y las oportunidades le
presenta a la universidad el reto de pensar en otros modos de producir y
de organizar la vida económica, política y social, de pensar otros mundos
posibles.
Considerando los anteriores argumentos, el presente libro ofrece un con-
junto de propuestas y experiencias sobre posibles caminos para trasformar
el quehacer de la educación superior. Otro tipo de orientación y de acciones
son factibles de explorar e implementar en nuestros procesos formativos
y de investigación, así como en la cooperación y la producción académica
encaminadas a responder a los problemas que nos aquejan como sociedad.
Los diversos capítulos que componen la obra son una invitación a continuar
reflexionando e innovando para ofrecer mejores respuestas a lo que hoy nos
exige nuestro entorno.
La fuerza de un buen educador es alentar o reactivar la curiosidad y el
interés de sus estudiantes, poniendo en conjunto diversos componentes y
recursos interconectados. De igual manera, este justo propósito debe ser
atendido y puesto en acción por nosotros mismos como universitarios, es
8 La metamorfosis de la universidad
decir, por quienes participamos del proceso educativo. En breves palabras, te-
nemos que preguntarnos acerca de las posibilidades y acciones que podemos
realizar para trasformar nuestras instituciones educativas en la búsqueda por
ser más pertinentes social y ambientalmente, tal como lo hacen los diversos
autores en sus capítulos.
La posibilidad de pensar otros mundos para Enrique Leff, uno de los au-
tores de esta compilación, pasa por la necesidad de identificar la manera en
que la razón elaboró este logos que pretendía darnos la verdad y el control
del mundo, pero que al final ha generado el desquiciamiento de la vida que
se expresa fundamentalmente en la crisis ambiental. Para salir de la raciona-
lidad tecnoeconómica, que todo lo mide conforme al beneficio económico, la
universidad necesita entrar en diálogo con los saberes de quienes han logrado
respetar la vida, para mirar el mundo de otra manera.
El texto de Jorge de la Torre López complementa este análisis histórico
de la modernidad que, para este autor, se ha basado en una determinada ex-
periencia fáctica, reduciendo la experiencia originaria, lo que ha provocado
el olvido de la reflexión sobre la humanidad. Por ello, nos invita a la recu-
peración de la experiencia auténtica frente a ese pseudoempirismo que ha
reducido al mundo a la instrumentalización de pura facticidad, desprovista
del mundo del significado.
Desde esa perspectiva, en varios capítulos de La metamorfosis de la univer-
sidad encontramos propuestas para que nuestras instituciones de educación
superior puedan ayudar a pensar otros modos de imaginar el mundo y de
convivir entre nosotros. Por ejemplo, Miguel Bazdresch Parada nos invita
a pensar en una hipotética no–universidad, que deje de lado los supuestos
que en la actualidad la sostienen: la profesionalización, la disciplina, el cu-
rrículo, la segmentación y las fronteras. La no–universidad debe convocar a
los estudiantes a la comprensión, el estudio y la búsqueda de alternativas
a los problemas cuya solución requiere del concurso de diversas discipli-
nas, espacios y tiempos no preestablecidos y la participación de otros
saberes; ello podrá trasformar a la institución al tiempo que las mentes de
quienes la conformamos.
En estos momentos de trasformación y de cambio de época, debemos re-
plantear las preguntas que están en la base de nuestro quehacer educativo,
como: ¿qué vale la pena aprender y enseñar hoy?, pregunta que se plantea
Prólogo 9
Elimar Pinheiro do Nascimento, quien, desde un análisis de dos grandes
retos que enfrentaremos, la crisis ecológica y la innovación tecnológica, nos
dice que los aprendizajes que vale la pena enfatizar son el conocimiento y la
valoración de uno mismo; aprender a aprender, valorar el error, contextuali-
zar, comprender la condición humana, desarrollar una noción de movimiento
permanente, colaborar, en síntesis, aprender a vivir.
El punto de encuentro que une a estas propuestas de trasformación uni-
versitaria y a las experiencias narradas en La metamorfosis de la universidad
es, por supuesto, su acercamiento desde la complejidad. Para esclarecer el
significado de este acercamiento, Carlos Eduardo Maldonado se adentra en
una reflexión epistemológica en la que se distinguen los enfoques clásicos
de los no clásicos, en donde estos segundos parten de la convicción de que
no existe una realidad sino múltiples, y del énfasis puesto en el estudio de lo
posible e imposible más que de lo que es.
Estas y otras propuestas que encontraremos en los capítulos de La me-
tamorfosis de la universidad coinciden en sus búsquedas de trasformación
personal y social con la filosofía educativa del Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Occidente (iteso) y de las obras que la Compañía
de Jesús ha gestado en todo el mundo, las cuales están marcadas por el modo de
proceder que su fundador, Ignacio de Loyola, impulsó en esta orden religiosa.
Lo anterior no resulta extraño si reconocemos que san Ignacio vivió tam-
bién en un cambio de época, el paso de la Edad Media al Renacimiento, de
donde surgió la Edad Moderna, la cual está llegando a su ocaso. Considero
que la mayor aportación que Ignacio de Loyola ofrece a la humanidad es un
método para que cada persona sea capaz de enfrentar estos cambios mediante
el conocimiento de la propia circunstancia; la integración de la inteligencia,
los sentimientos y la voluntad, y la reconstrucción de los significados que
la mueven desde lo más hondo. Todo en comunión y diálogo con los demás.
Este método lo plasmó en los Ejercicios Espirituales, que no son un tratado
teórico sino precisamente una práctica mediante la cual es posible movilizar
a las personas para elegir una vida buena para todos, mediante un discer-
nimiento profundo sobre los componentes de la realidad humana, que no
requiere de una creencia religiosa, Es un método que nos conduce por el
camino del cambio, de la metamorfosis que busca integrar al individuo, la
10 La metamorfosis de la universidad
especie, la sociedad y quien, en palabras de Morin, busca siempre elegir al
Eros contra el Thanatos.
Este impulso llega a nuestros días expresado en una red de más de 228
universidades jesuitas en el mundo, que comparten la misión de promover
la justicia social y la sustentabilidad ecológica a través del diálogo intercul-
tural, de forma que la creación del conocimiento y el acompañamiento en
los procesos de formación humana, en los que están empeñadas las institu-
ciones confiadas a la Compañía de Jesús, contribuyan a construir una vida
reconciliada y en paz entre todos los seres humanos.1
Para el actual Superior General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, S.J.,
el trabajo intelectual va más allá del cultivo de las ciencias cuando es capaz
de dialogar con otras disciplinas, de enriquecerse de otras perspectivas y
diversas visiones del mundo, la ciencia y la cultura; cuando no se encierra
en su supuesta verdad.2
Por lo anterior, en el iteso, estamos ciertos de que esta compilación,
La metamorfosis de la universidad, servirá como fuente de inspiración para
continuar con la búsqueda de una trasformación institucional que imagine
y construya otros mundos más humanos, más sustentables y más justos.
REFERENCIAS
Prólogo 11
Introducción
ENRIQUE LUENGO GONZÁLEZ
Introducción 13
misma orientación científica, tecnológica y la visión económica dominante
que se impulsa desde la educación superior.
Una de las tesis compartidas por los autores de este libro es que la edu-
cación convencional está perdiendo aliento y vivacidad. Algunas de sus
señales son tratadas en los diversos capítulos de la presente obra: los sis-
temas escolares se reproducen e imitan acríticamente; la segmentación de
los conocimientos disciplinares se mantienen o profundizan; el sentimiento
de cansancio y frustración de la enseñanza en las aulas es creciente; la inca-
pacidad de escuchar y atender las iniciativas académicas de los estudiantes
prácticamente no se atiende; los profesionistas universitarios egresan para
trabajar en sus propios campos de actividad como universos cerrados sobre
sí mismos y sin habilidades para concebirlos de manera sistémica y contex-
tualizada; la cuasi burocratización de la planeación y rendición de cuentas de
los profesores ocupa cada vez más su tiempo; las dificultades notorias para
enlazar equipos interdisciplinares de investigación avanzan lentamente; y la
casi total ausencia de reflexión epistemológica, ética, socio–política y am-
biental de nuestros programas y proyectos universitarios.
Sostener la necesidad de metamorfosear la educación implica volver a
abordar las preguntas sobre sus finalidades actuales: ¿cuáles deben ser
las contribuciones de nuestra educación?, ¿para qué enseñar y por qué?,
¿en función de cuáles objetivos y con qué criterios de evaluación? Pensar en
las finalidades educativas es también pensar en sus contenidos, en sus es-
trategias de trasmisión y de regeneración del conocimiento, así como en las
responsabilidades que estas trasformaciones conllevan tanto como integran-
tes de nuestra comunidad humana en general y como individuos.
Por tanto, el contexto crítico actual que hoy vivimos, favorece la reflexión
sobre la educación y la implementación de ensayos, pilotajes y experiencias
en nuestras universidades, pues tal como escribe acertadamente Piero Do-
minici:
14 La metamorfosis de la universidad
En otras palabras, es necesario también tener el valor de romper el equi-
librio, romper las cadenas de la tradición, abandonar lo seguro por lo in-
cierto; elegir al menos temporalmente y correr el riesgo de ser vulnerable.
Vivir las fronteras, los territorios inexplorados, superar esas limitaciones
y las lógicas de separación (típicas de las instituciones educativas y de
formación) que nos impiden captar el sentido más profundo de lo vital,
lo social, lo relacional y la comprensión de su complejidad y ambivalencia
(Dominici, 2018).
Introducción 15
otras realidades posibles, nuevas vías de futuro. Por ello, deseamos alentar
a los lectores, para ofrecer mejores respuestas a los problemas de nuestra
agotada sociedad, lo que implica interrogarnos y aun cambiar los marcos de
referencia —filosóficos, científicos, culturales y valorales— sobre los que
basamos nuestras acciones. Edgar Morin, a través de su inmensa obra, nos
ofrece magníficas ideas y derroteros para cambiar estos referentes con el
propósito de repensar el devenir de la vida misma, de la humana y de toda
la vida que nos acompaña.
Por su parte, actuar sobre la universidad significa explorar, pilotear, im-
plementar y construir juntos nuevas vías que nos conduzcan a enfrentar con
mayores posibilidades de éxito los problemas del “vivir” que nos plantea la
civilización contemporánea. Problemas del “vivir”, como nos señala Edgar
Morin, son algunas de las tendencias que él observa en la sociedad actual.
Por ejemplo, nos dice:
16 La metamorfosis de la universidad
Por tanto, pensar y actuar para la humanidad con la intención de meta-
morfosear la universidad significa una invitación a la esperanza; significa
la aspiración a crear los enlaces para vivir en comunidad, fraternidad y
ecológicamente; significa relanzar las aspiraciones clásicas de libertad con
solidaridad, igualdad de la mano con la diversidad, fraternidad y hermandad
como expresión integrada de nuestra humanidad. Tarea urgente para los
universitarios y para todos nosotros como ciudadanos, pues sabemos que la
dinámica de nuestra civilización nos está conduciendo precipitadamente a
un camino sin retorno.
Los universitarios, junto con otros muchos agrupamientos ciudadanos,
particularmente de jóvenes, podemos colaborar y cooperar para repensar
y actuar en nuestro mundo con el propósito de ofrecer nuevas respuestas
viables a nuestro futuro. Aún más, debemos disponernos a agruparnos para
generar redes de personas y organizaciones interesados en pensar y actuar
en otras realidades posibles.
El libro inicia con la trascripción de la conferencia que ofreció Edgar Morin
en la ceremonia en el que el Sistema Universitario Jesuita lo distinguió como
Doctor Honoris Causa.1 Esta conferencia la presentamos como el primer capí-
tulo de la obra pues nos ofrece un referente para la necesaria trasformación
de la educación. En su exposición, después de afirmar que presenciamos
una nueva barbarie civilizatoria que conduce a nuestro planeta a una crisis
planetaria, Edgar se pregunta: ¿cómo podemos construir un nuevo futuro?
Él mismo se responde afirmando que tenemos que interrogarnos y asumir
en nuestro actuar una nueva concepción del conocimiento, de la realidad,
de la vida, de la historia y de lo humano para entender que estamos en una
aventura que inicia con el universo, que continúa con la evolución de la vida
y con nuestra prehistoria humana. En este devenir, debemos pensar las contri-
buciones de nuestras universidades y apostar por las fuerzas que potencien
la vida en sus diversas manifestaciones.
Los escritos que aparecen en los capítulos de este libro pretenden ser un
sencillo homenaje que los autores le brindan a este gran pensador por las
aportaciones que nos ha ofrecido a lo largo de su vida.
1. Ceremonia realizada el 29 de octubre de 2018 en las instalaciones del iteso, Universidad Jesuita de Guadala-
jara, México.
Introducción 17
El libro está organizado en tres apartados interrelacionados, los cuales
giran en torno a tres preguntas centrales: ¿Qué universidad necesitamos en
el siglo xxi?, ¿qué conocimiento y procesos de participación universitaria
tenemos que promover en ellas? y ¿qué tipo de contribuciones universitarias
debemos impulsar para ofrecer otras alternativas de futuro para responder
a los problemas colectivos actuales y por venir?
Las respuestas que los autores ofrecen a estas preguntas tienen una base
común, el abordar la trasformación de la universidad como un problema com-
plejo. Por esta razón, los capítulos proponen, ejemplifican y alientan la
metamorfosis desde distintos ángulos o aspectos.
La primera pregunta, ¿qué universidad necesitamos en el siglo xxi?,
es respondida en el primer apartado partiendo de otros fundamentos,
sentidos y finalidades a los que convencionalmente recurren nuestras
universidades actuales, lo cual conduce a proponer otro tipo de conteni-
dos y prácticas educativas, estrategias de trabajo inter y trasdisciplinares,
organizaciones académicas y espacios arquitectónicos, programas educativos y
mallas curriculares, investigación y difusión para estudiar problemas complejos.
El segundo apartado, relacionado con el anterior, aborda las aportaciones
que las diversas aproximaciones o vertientes de la complejidad —ciencias
de la complejidad, sistemas complejos y pensamiento complejo— pueden
ofrecer para avanzar en torno al tipo de conocimientos y procesos de apren-
dizaje que deberían impulsarse en la educación universitaria para atender la
complejidad de las problemáticas contemporáneas. La complejidad implica
avanzar en la inter y transdisciplina, así como en el diálogo con otros saberes
no académicos.
El último apartado, que se pregunta sobre el tipo de contribuciones univer-
sitarias que se puede ofrecer desde una perspectiva compleja de los procesos
educativos, presenta algunos ejemplos de lo que se está realizando en diver-
sos espacios universitarios en el campo de la investigación interdisciplinar y
el pensamiento complejo, las redes como estrategia de impulso a los trabajos
sobre ecosistemas y sustentabilidad, y el impulso a la perspectiva de género
en la investigación.
Tal como podrá apreciarse después de la lectura de este libro, no hay un
consenso entre los autores en adscribirse a una sola vertiente de la com-
plejidad, sin embargo, pudiéramos afirmar que todos ellos pertenecen, en
18 La metamorfosis de la universidad
expresión usada por Carlos Eduardo Maldonado, a la gran familia de la com-
plejidad.
Una aclaración final, algunos de los capítulos son trascripciones de las con-
ferencias que los autores ofrecieron en el Seminario Internacional Universi-
dad, pensar y actuar para la humanidad. Homenaje a Edgar Morin, realizado
del 29 de octubre al primero de noviembre de 2018 en el iteso, Universidad
Jesuita de Guadalajara, México. Este es el caso de las conferencias de Edgar
Morin, Sabah Abouessalam–Morin, Enrique Leff y Mannsour Bin Mussalam.
Las otras colaboraciones son escritos elaborados para la presente publica-
ción a partir de la participación que tuvieron en el mencionado seminario.
Una de las aportaciones adicionales de algunos de estos escritos es la rica
bibliografía que enlistan al final de sus trabajos.
REFERENCIAS
Introducción 19
Homenaje a Edgar Morin
Edgar Morin se distingue por ser uno de los grandes pensadores del siglo
xx y comienzos del xxi. Es un hombre nacido y desarrollado en el cruce
de diversas herencias culturales e intelectuales, inconformista e innovador,
generador y productor de una amplia obra que ha contribuido a múltiples
ámbitos de las ciencias y las humanidades, articulados en una estrategia de
pensamiento que él bautiza como el pensamiento complejo.
Su obra es un compromiso con la búsqueda de un conocimiento vincu-
lado, no mutilado ni aislado, que permite pensar y actuar sobre el mundo
de una manera más amplia y profunda, que genera otras posibilidades para
potenciar la vida.
Su carrera académica comenzó en La Sorbona, donde realizó estu-
dios de geografía, historia y derecho hasta 1942. A partir de esa fecha,
se enlista como combatiente voluntario de la resistencia clandestina
francesa contra los nazis durante la segunda guerra mundial, iniciando
así una comprometida trayectoria, caracterizada por la adhesión a diversas
causas justas y humanas del mundo. A lo largo de una vida de compromiso
con la libertad se ha opuesto, entre otros males, a los odios nacionalistas
e interreligiosos y al juicio apresurado que condena sin entender. Ha sido
cofundador del comité contra la guerra colonial de Argelia, promotor de un
diálogo pacifista ante la guerra entre Serbia y Bosnia, opositor de la gueti-
zación de los palestinos; asimismo, ha abogado por la hospitalidad de los
migrantes desplazados por los conflictos y el hambre.
Entre sus muchas contribuciones están sus investigaciones en antropolo-
gía y sociología contemporánea; las exploraciones sobre un método y episte-
mología para afrontar los desafíos de la complejidad; la interrelación de la
dimensión físico–biológica con la dimensión cultural en la concepción de
la realidad humana; la apertura de las ciencias sociales al reconocimiento
de la vida cotidiana y la subjetividad, la literatura y las artes, la filosofía y el
misterio, así como los diagnósticos de los problemas fundamentales de nues-
22 La metamorfosis de la universidad
Por su vinculación entre la universidad, el conocimiento interdisciplinar
y los grupos activos de ciudadanos que alientan nuevas posibilidades para
vivir juntos. Por su capacidad de poner en diálogo disciplinas, saberes y
diversas visiones de mundo y culturas. Por ofrecernos esperanzadoras
vías de futuro en la compleja e incierta realidad que vivimos. Y por ser
ejemplo de vida a favor de la justicia, la libertad, la paz y el cuidado de
nuestro planeta Tierra.
28 La metamorfosis de la universidad
Enrique Leff, con la claridad y brillantez que acostumbra, se cuestiona en
su conferencia sobre las posibilidades que tenemos de un futuro humano y
ambientalmente sustentable. Ante la “crisis de la sustentabilidad y del sen-
tido de la vida” que actualmente vivimos, el autor afirma que es necesario
entender cómo es que el pensamiento humano nos ha llevado a la actual si-
tuación, conocer “cómo se configuró ese mundo y vislumbrar otros mundos
posibles”. De esta manera podemos cuestionar los esquemas de racionalidad
y comprensión que nos enseñan en las universidades, y, así también, podemos
disponer de una universidad más pertinente para re–aprender a vivir.
El siguiente capítulo nos lo ofrece Mannsour Bin Mussalam, presidente de
The Educationn Relief Foundation (erf), quien ha sido un incansable promotor
de una educación equilibrada e inclusiva a nivel mundial, la cual promueve
en diferentes países, preferentemente del Sur. Inspirado en la obra de Edgar
Morin, el autor de este capítulo presenta y desarrolla, con una gran sencillez,
los cuatro pilares que él considera fundamentales para la educación del futuro:
culturalismo, transdisciplinariedad, dialecticismo y contextualización.
Por último, Jorge de la Torre, ubicando a la universidad en el contexto
de una visión histórica de la modernidad y asumiendo el paradigma de la
complejidad, señala en tres síntesis los retos que enfrenta la universidad en
el siglo xxi: la síntesis de la identidad, la síntesis del saber y la síntesis del
hacer. Dicho de otra manera, la universidad, como espacio de producción
de identidades, saberes y haceres, requiere trasformarse para enfrentar las
exigencias de la sociedad contemporánea.
Tal como podremos apreciar en los capítulos de esta sección, las iniciativas
y proyectos para trasformar nuestro quehacer educativo se enfrentan a múlti-
ples obstáculos, desde las resistencias de los altos estamentos universitarios
y los guardianes de las rutinas y disposiciones hasta los propios profesores y
alumnos que, en muchos casos, se sienten inseguros y frágiles fuera de la
ortodoxia institucional. Sin embargo, son cada vez más los universitarios y
los miembros de distintos grupos u organismos sociales en distintos países
y continentes que reclaman, buscan y proponen iniciativas para una más y
mejor universidad según lo requieren los complejos y urgentes problemas
que hoy presenciamos.
EDGAR MORIN
* Trascripción de la conferencia de Edgar Morin en la Ceremonia de otorgamiento del Doctorado Honoris Causa
a Edgar Morin por parte del Sistema Universitario Jesuita de México, llevada a cabo el 29 de octubre de 2018 en
las instalaciones del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (iteso), Universidad Jesuita
de Guadalajara, México. Traducción del texto original escrito en francés: Enrique Luengo González.
32 La metamorfosis de la universidad
fury, ruido y furia, la locura, lo que los antiguos griegos llamaban la hybris,
la desmesura, todas esas cosas que intervienen y activan la historia humana.
Para el futuro, no podemos pensar en la existencia de un futuro eufórico,
de emancipación, con la garantía de un progreso o mejora humana determi-
nada por algún tipo de ley de la historia. No, el futuro es la incerteza, es la
incertidumbre. Por esta razón, debemos pensar que no existe una sola manera
para solucionar los problemas humanos, como pudiera ser la revolución vio-
lenta, pues hay otros caminos. Uno de ellos es el camino de la metamorfosis,
de un camino permanente de continuas mutaciones o trasformaciones. No
podemos pensar que haya un modelo ideal de sociedad para todos, pues la
finalidad de la búsqueda del futuro se encuentra ahí, dentro del camino per-
manente de la aventura humana.
De lo anteriormente expresado, podemos desprender que la realidad hu-
mana, tal como suele concebírsele, está cortada en pedazos o fracciones,
dispersos para su estudio en un montón de disciplinas compartimentalizadas.
Heidegger decía, atinadamente, que el conjunto de los humanos nunca he-
mos tenido tantos conocimientos, tantas informaciones sobre las realidades
humanas, como hasta ahora. Sin embargo, añade que nunca habíamos estado
tan perdidos en saber lo que hoy día significa ser humano.
Actualmente, por ejemplo, no disponemos de lo que en el siglo xviii se
llamaba la antropología, es decir, una concepción donde todos los saberes,
científicos y otros, sobre el humano, se encontraban asociados y pensa-
dos. Hoy día, la antropología está limitada a las poblaciones sin escritura, a
las más antiguas poblaciones o a lo que denominamos estudios etnográficos.
Por esta razón, debemos construir una humanología, pues la palabra an-
tropología, como la empleamos hoy, es demasiado equívoca y restrictiva.
Necesitamos una concepción del humano para una reconstrucción de la
realidad humana. Esta reconstrucción necesita de una concepción de eso que
se puede llamar la trinidad humana. La trinidad humana no es del mismo
tipo que la santa trinidad, pero es una relación indisoluble, una relación de
interdependencia, una relación interproductiva, entre el individuo, la especie
y la sociedad.
El humano no es únicamente un ser individual, no es únicamente un ser
social, no es únicamente un ser biológico o animal. Lo humano son las tres
dimensiones en una relación permanente de retrointerrelación. Por ejemplo,
el cerebro es un componente biológico; este desarrolla o produce la mente o
34 La metamorfosis de la universidad
de la complejidad de la persona humana y de la vida humana, de las cosas de la
vida. Es decir, en la vida hay cosas que debemos hacer sin placer, por obliga-
ción, y las cosas que hacemos para gozar del amor, de la comunión, del arte,
de la poesía de la vida. Por eso, debemos pensar que no podemos eliminar en
nuestras vidas todos estos aspectos de la existencia sino que debemos buscar
desarrollar en cada persona las emociones poéticas, los placeres poéticos de
la vida.
Así, se pueden ver todas las posibilidades humanas, de la mejor a la peor de
todas las partes constitutivas de lo humano. No podemos pensar la política,
la historia humana, únicamente con la idea de que el hombre es bueno o que
el hombre es malo. No, pues hay una complejidad inescapable.
Por esta razón, debemos pensar también la relación del individuo con
la sociedad. Los humanos y las interacciones producen la sociedad, pero la
sociedad con su estado, con su organización, produce la cultura, el len-
guaje que produce a las personas. Somos también productos y productores
de la sociedad. Esta es una relación que no se puede separar.
La cuestión de cuál puede ser la mejor sociedad o la más buena, es una so-
ciedad donde haya democracia, una democracia que signifique que la persona
es un ciudadano, y ciudadano significa deberes y también derechos, derechos
y deberes con y para la sociedad. Pero en la democracia, en las relaciones
entre los individuos, siempre tenemos el peligro de la dominación total del
estado o sociedad sobre las personas o el peligro de las personas sin poder
relacionarse entre ellas, aisladas y separadas.
Ahora, veremos el último punto de la relación de la sociedad y el in-
dividuo con la especie. Es evidente que somos también primates, como
los chimpancés, como los simios. Somos mamíferos. Somos vertebrados.
Somos animales. Estamos hechos de unas células que son las hijas o herma-
nas de las primeras células creadas sobre la Tierra. Tenemos cada uno de
nosotros toda la historia de la vida. Una historia singular, porque no somos
vegetales, pero todos llevamos dentro de cada uno la historia desde el prin-
cipio de la vida. Además, como sabemos que el más primitivo ser vivo está
hecho de moléculas que son elementos físicos y químicos, debemos saber
que estas moléculas están hechas de la historia de la Tierra, del universo,
porque el carbón, que es necesario para la vida, está hecho de una estrella
muerta. Por ello, decimos que las partículas de nuestros átomos llegan desde
los primeros tiempos del universo. Tenemos en nosotros no únicamente la
36 La metamorfosis de la universidad
La vía para el futuro de la humanidad:
la reforma de las ciudades*
SABAH ABOUESSALAM–MORIN
• La educación.
• La salud.
• El medio ambiente.
• La urbanización, porque el porvenir de la humanidad depende también
de las ciudades, que alojan actualmente a más de la mitad de la población del
planeta (52% de la población mundial vive en ciudades, mientras que al
comienzo de la era industrial solo 2% de la humanidad habitaba en ellas).
• El aumento de la pobreza.
• De la existencia de un sector informal que escapa a la economía oficial.
• De la existencia de villas, favelas y barrios, donde cada día millones
de personas pobres que sufren de graves carencias en muchos países de
África, Asia y América Latina generan violencia urbana y caos.
Por todas partes, los problemas del crecimiento urbano y su amplitud en las
sociedades del Sur definen también nuestras políticas urbanas.
El problema del gobierno de las ciudades, de su gobernanza, deviene en-
tonces en un desafío principal para el planeta en su conjunto, para el mundo
en su totalidad, pues muchos estamos convencidos que la ciudad, y sobre
todo las megalópolis, son hoy el laboratorio donde se experimenta el destino
de la humanidad.
Nuestras sociedades del Sur son cada vez más duales, más fragmentadas,
más dicotómicas: la fractura entre pobres y ricos es cada vez más evidente e
indignante. También es cierto que los diagnósticos para reducir la pobreza
en el mundo, muchas veces hechos por investigadores y expertos internacio-
nales, son erróneos, porque se fundan solo en base a análisis cuantitativos
de información estadística e ignoran otras dimensiones de la complejidad
urbana. Desafortunadamente, el contenido de estos diagnósticos es la base
de las políticas sobre las ciudades.
Por esta razón, estos diagnósticos ocultan el pensamiento complejo, que
no se contenta con una visión que se limita a las cuadrículas de lectura cuan-
titativa de los análisis estadísticos sino que busca ir más allá en el análisis
de los procesos generales y específicos de esta o aquella realidad observada
para intentar conocer y diagnosticar las especificidades de cada realidad.
Lo que quisiera decirles es que, desde el comienzo de nuestro encuentro,
casi todas las participaciones o comunicaciones de los ponentes han insis-
tido sobre:
38 La metamorfosis de la universidad
• Una reforma de nuestros espíritus cerrados en las certidumbres que nos
impiden el acceso a la duda y, también, a la comprensión de un mundo que
va de lo simple a lo complejo y quizás de lo complejo a lo simple. Este es
el desafío en el siglo xxi: trabajar por un nuevo paradigma del siglo xxi,
trabajar por una nueva manera de pensar y de actuar.
40 La metamorfosis de la universidad
Los expertos, a menudo condicionados por un enfoque del Norte, llegan a
estos países del Sur con sus valijas de recetas ya construidas y las aplican sin
pensar, sin reflexionar, sin tomar en cuenta las especificidades del contex-
to, las cuales, evidentemente, hacen más compleja la interpretación de la
pobreza. Sin duda, estas conducen a malentendidos sobre la pobreza y, por
lo tanto, al fracaso de varios intentos de políticas para combatir la pobreza
en el mundo.
En este marco, mi propósito es tratar de mostrar que la realidad urbana
es tan compleja como los otros temas abordados por los diversos colegas
que nos han compartido sus contribuciones en este seminario. La investi-
gación sobre lo urbano tiene la necesidad de salir de su propio encierro, de
sus propias certidumbres. Tiene la necesidad, como toda educación, de un
pensamiento que articule y que religue para tratar de sobrepasar los errores
que produce su fragmentación, su punto de vista unidimensional.
La complejidad de todas estas realidades necesita no solamente de un
enfoque articulado, religado, sino también de un pensamiento capaz de com-
prender lo global en lo local y lo local en lo global, con el fin de evitar el error
y la ilusión de cierto urbanismo tecnocrático que se ha construido desde hace
largo tiempo en una visión bastante íntima y cercana a los arquitectos y urba-
nistas, que ha penetrado en el mundo de los tomadores de decisión y del que
solo, tardíamente, se ha tomado conciencia del fracaso de la política, de una
política centrada exclusivamente en el rendimiento. Es solo recientemente
que la ciudad se interesa o, más bien, que quienes trabajan en la ciudad se
interesan en los aportes que pueden provenir del conocimiento que pueden
ofrecer las ciencias sociales.
Los comentarios hasta aquí vertidos, orientados hacia el hecho urbano,
confirman con los ejemplos señalados, cómo las relaciones con lo urbano
divergen según si es un economista, un abogado, un planificador, un geógrafo
o un político. Tenemos que preguntarnos hasta qué punto el objeto ciudad
es capaz de alimentarse y enriquecerse a través de la comunicación de todas
estas disciplinas y con otros saberes. ¿Cómo tener éxito en el desplazamiento
de un sistema fragmentado de pensamiento, de pensamiento encerrado en
sus certezas y sus verdades cuando sabemos que todo el planeta se encuentra
amenazado?
42 La metamorfosis de la universidad
una ciudad para todos y cada uno, independientemente de su ingreso, sexo,
edad, raza o religión, para que todos puedan participar de las posibilidades
que la ciudad ofrece.
Hay que considerar poner en valor también lo que representan las pobla-
ciones pobres del Sur. Hoy hay una constatación unánime: los sistemas de
asistencia han fracasado en su lucha eficaz contra la pobreza urbana.
Hay que crear una diversidad social y urbana en donde los espacios es-
tigmatizados permitan recorridos de inserción de las poblaciones pobres y
marginales. También hay que enfrentar el desafío de desarrollar, de regene-
rar el vínculo social. Tenemos que trabajar por religarnos entre nosotros al
interior de nuestras comunidades locales y sociales, para hacer de nuestras
diferencias éticas, raciales, culturales y económicas, una riqueza y no un
empobrecimiento.
Se trata, entonces, de trabajar por un nuevo paradigma, de trabajar por
un nuevo estilo de pensar que implica repensar la organización de la inves-
tigación con dispositivos intersectoriales más trasversales, más transdisci-
plinares, capaces de identificar tendencias fuertes y ajustar las regulaciones
necesarias. Este nuevo paradigma, este nuevo estilo de pensamiento, debe
ser considerado como una oportunidad para el porvenir de la humanidad.
Debemos hacer de estas propuestas una manifestación de nuestro com-
promiso común, para que el próximo milenio sea más digno, más justo y
humano.
MIGUEL BAZDRESCH
46 La metamorfosis de la universidad
separado con el supuesto de la necesidad de profundizar al distinguir cada
disciplina por su lado. Esa distinción ha permitido avances en profundidad de
la ciencia y al mismo tiempo una ceguera de los “efectos secundarios” de la
aplicación de verdades parciales en una realidad de suyo compleja y articula-
da, a más de una cierta soberbia disciplinar mediante la cual cada disciplina
se satisface con sus avances sin revisar cómo los avances de otras matizan,
completan o incluso desmienten tales afirmaciones unidisciplinarias.
Hoy, la universidad enfrenta el reto de reconocer la insuficiencia disciplinar
y, por tanto, pensar con base en la complejidad. ¿Cómo será esa universidad
del futuro? No es posible saberlo sin experimentar propuestas y caminos hi-
potéticos, no solo inerciales, los cuales requieren de una guía para transitar
de la pregunta de “¿qué pasaría si...?”, a la respuesta: “pasó tal...”. Una hipótesis
construida desde una base compleja puede ayudar a encontrar un camino
al futuro. O lograr una metamorfosis, según plantea Morin, de lo actual a un
futuro posible.
NO–UNIVERSIDAD: HIPÓTESIS
LA NO–UNIVERSIDAD: LA INSPIRACIÓN
48 La metamorfosis de la universidad
mática”, etc. Con ello se enmascara la dificultad esencial que está en el
origen del fracaso de todas las reformas sucesivas de la enseñanza: no se
puede reformar la institución sin haber reformado antes las mentes, pero no
se puede reformar las mentes si antes no se han reformado las instituciones.
(Morin, 2011, p.147).
¿Cómo imaginar —pensar una universidad sin definir una oferta de prepa-
ración en un campo laboral— la formación de un liberal definido y pleno de
contenidos disciplinares “necesarios” para estar formado como... ingeniero,
abogado, médico, ecólogo, etcétera?
Un punto de partida diverso pueden ser los fenómenos naturales, sociales
y humanos, considerados en y desde la red de relaciones que constituye su
presencia y dinamismo en el mundo. Por ejemplo, la globalización, la civili-
zación, el agua, el aire, la tierra, la empresa, la ciencia, la tecnología, etcétera.
Si se piensa en el agua como un objeto de conocimiento de inmediato se
prefigura una red de cuestiones relacionadas entre sí. ¿Quién la descubrió
y cuál fue su actitud al tocarla e imaginar su naturaleza? ¿Qué es el agua?
¿Dónde está? ¿Se puede fabricar? ¿Cuáles son sus cualidades? ¿Cuál es su
importancia? ¿De dónde proviene? ¿Cómo llega a los humanos? ¿Es de todos?
¿Llega de manera natural o el ser humano ha inventado formas de allegarse
el agua? ¿Cómo, quiénes y para qué la usan? ¿Con cuáles finalidades y benefi-
cios? ¿Cuáles son las consecuencias —aceptables o no— de tal uso? ¿Es igual
50 La metamorfosis de la universidad
en todo el mundo? ¿Qué fenómenos individuales, comunitarios, societales,
universales, se producen alrededor de la apropiación, control y aprovecha-
miento del agua? ¿Quiénes son los actores del agua? ¿Quiénes estudian hoy
el dinamismo del agua mundial? Y un centenar más de cuestiones, las cuales,
al pensarlas de manera compleja, es decir, sin hacer separación para estudiar
cada cuestión, se da forma a una red de relaciones, conexiones y articula-
ciones entre todas esas cuestiones, en la cual se evidencia, por ejemplo, el
beneficio para los humanos del agua y al mismo tiempo cómo la converti-
mos en residuo desechable el cual lastima la naturaleza e influye en el clima
mundial y genera la necesidad de exploración profunda en busca de más
agua más costosa, en lugar de cuidarla, amarla, tratarla como un bien común.
Con la idea del ejemplo anterior, podemos pensar en las tareas de un
aprendiz y de un conocedor de una no–universidad interesados en el agua.
Una tarea inicial puede ser que el conocedor ayude al aprendiz a identificar
las redes de objetos (los depósitos y los flujos del agua), de actores (el go-
bierno, los ciudadanos, los empresarios del agua, la industria farmacéutica)
y de dinamismos sociales (la apropiación mercantil del agua) que permiten
visibilizar problemáticas identificadas en torno al objeto de estudio: agua.
Este ejercicio lo lleva de inmediato a la colaboración con otros interesados
en el objeto de estudio y a la búsqueda de asesoría de quienes dominan el
campo —no solo al profesor— para establecer una ruta de indagación y
valoración de cuáles cuestiones han de estudiarse en el campo mismo, cuá-
les en la práctica, con cuáles instrumentos; qué conseguir en informes de
conocedores locales e internacionales; y de cuáles se puede “saber” de ellas
mediante libros y cuáles mediante contactos digitales con investigadores y
profesionales en el campo gubernamental e industrial.
De un ejercicio así, se obtendrán relaciones de poder entre usuarios y
gobiernos o concesionarios de fuentes de agua, o relaciones de colabora-
ción y de beneficios para las personas y la naturaleza; o bien, relaciones
que constituyen obstáculos y problemáticas por sí mismas; la escasez, por
ejemplo. Y desde luego, más preguntas, digamos de segundo y tercer nivel de
conocimiento: ¿el agua se puede fabricar? ¿Cómo? ¿Qué se ignora acerca del
agua y su dinamismo natural? El ejercicio, debidamente acotado para evitar
que resulte gigantesco, a más de respuestas e informaciones obtenidas, de-
jará ver las relaciones y conexiones y dejarán al descubierto los vacíos de
conocimiento y la posibilidad de generarlos o no.
52 La metamorfosis de la universidad
circuito. No quiero decir que cada uno deba pasar su tiempo leyendo,
informándose sobre todos los dominios. ¡No! Pero lo que digo es que,
si se plantea el problema del conocimiento, y por tanto el problema del
conocimiento del conocimiento, estamos obligados a concebir los proble-
mas que acabo de enumerar. Son ineluctables; y no porque sea muy difícil
informarse, conocer, verificar, etc., hay que eliminar esos problemas. Es
necesario, en efecto, darse cuenta de que es muy difícil y que no es una
tarea individual; es una tarea que necesitaría el encuentro, el intercambio,
entre todos los investigadores y universitarios que trabajan en dominios
disjuntos, y que se encierran, por desgracia, como ostras cuando se les
solicita.
Los marcos son estructuras mentales que moldean nuestra visión del mun-
do. Por lo tanto, moldean los objetivos que perseguimos, los planes que
trazamos, el modo en que actuamos y los que consideramos en buen o
mal resultado de nuestras acciones [...] Los marcos no se ven ni se oyen.
Forman parte de lo que los científicos llaman el “inconsciente cognitivo”;
se trata de estructuras de nuestro cerebro a las que no podemos acceder
de manera consciente, pero que conocemos a través de sus consecuencias:
la forma en que razonamos y lo que consideramos de sentido común [...]
Redefinir el marco significa cambiar [el modo en que vemos] el mundo
[...] Dado que el lenguaje activa marcos, para establecer nuevos marcos se
requiere un nuevo lenguaje. Para pensar distinto hay que hablar distinto
(Lakoff, 2017, p.11).
54 La metamorfosis de la universidad
Se trata, en suma, de explorar a través de un laboratorio de aprendizaje.
En el laboratorio se explorará la articulación en el acto de aprender de ma-
nera simultánea tanto los elementos teóricos como los requerimientos de las
prácticas propias del objeto de conocimiento que se selecciona. Con una me-
todología de procesos de producción de conocimiento a partir de la búsqueda
emprendida por los sujetos aprendices, con características de crítica, común
y colaborativa. En el laboratorio, el modo congruente es aprender–haciendo,
cuyas características clave son situaciones de colaboración, creación colecti-
va, exploración, experimentación y de prueba y error. Se trata de conocer el
conocimiento mediante aquello que es capaz y posible de producir conocien-
do el conocimiento mismo a partir del dinamismo asociado a su aplicación,
a la acción de practicarlo, aun antes de que se domine del todo. Implica, por
tanto, colectivos de aprendices y conocedores con intereses relacionados.
En la no–universidad el laboratorio de aprendizaje es para “aprender–
haciendo” de manera conjunta con otros, a partir de una ignorancia, una
búsqueda, un proyecto o deseo de lograr un cierto objetivo de conocimiento
o, dicho de modo sencillo, atender a unos intereses vitales por conocer qué
es, cómo se produce, para qué sirve, cómo se aplica, un conocimiento, un
fenómeno o un tema, y así cuál formación produce en los aprendices.
56 La metamorfosis de la universidad
les complejas que, creemos, se pueden representar y gobernar de manera
dialógica, flexible y poderosa si se conciben como una red de relaciones e
interacciones variadas. Y para asegurar la flexibilidad y la dialogicidad de la
exploración en el lab, la conversación es el modo privilegiado de análisis,
reflexión y comprensión del proceso de aprender y de resolver las situaciones
bajo estudio... siempre en la intención de “tejer” hallazgos.
REFERENCIAS
* Agradecemos a Gabriela Delgado Ayala el apoyo en la traducción del presente capítulo, originalmente escri-
to en portugués.
60 La metamorfosis de la universidad
que superar, muchas dificultades a ser vencidas. Es un trabajo arduo, cuyo
resultado es normalmente insatisfactorio, pero vale la pena. Con el diseño
del futuro tal vez erraremos, pero probablemente menos que sin él.
Para pensar el futuro es necesario, inicialmente, tomar en consideración
el presente y sus potencialidades de desdoblamiento, pues el futuro es el
resultado de las continuidades y discontinuidades. Aquí, el determinismo no
tiene lugar. Muchas posibilidades están contenidas en el presente. Muchas
hipótesis se develan. No se puede adivinar cuáles son las persistencias y cuá-
les los cambios. Sobre todo, cuáles los desdoblamientos de estos cambios. No
se pueden imaginar las inflexiones que van a ocurrir hasta el final del siglo.
Después de todo, el presente está preñado de muchos futuros.
Uno de los grandes desafíos de pensar el futuro es identificar la lógica de
la continuidad y del cambio. ¿Por qué muchas cosas del presente tienden a
continuar, a persistir, por un determinado periodo de tiempo, y otras desa-
parecen rápidamente? ¿Cómo surge la innovación, lo nuevo, lo diferente? ¿Es
posible predecirlos? ¿Cuáles son sus consecuencias?
En cuanto al surgimiento de lo nuevo, además de los límites provenientes de
la fragilidad que tenemos de manejar un gran número de informaciones (lo
que las computadoras están superando) y de la casi permanente escasez
o insuficiencia informacional, uno de los grandes obstáculos es que pensa-
mos el futuro desde nuestras percepciones, las cuales siempre son limitadas.
Nuestras concepciones, o la ideología que compartimos, funcionan como
filtro para que registremos solo algunos de los eventos que están surgiendo
y no otros. Michel Foucault (2000) acuñó un término para hablar de esos
límites cognitivos, episteme. Este define el horizonte de lo pensable, de lo que
podemos percibir. Por eso, todo el esfuerzo prospectivo valora fuertemente el
trabajo colectivo, tanto más rico cuanto más diversos sean sus componentes,
con conocimientos disciplinarios y transdisciplinares distintos, diversidad
ideológica y política, pero también de género, edad y religión. Todo trabajo
colectivo bien hecho estimula la imaginación, la creatividad, la sensibilidad,
y acoge lo contradictorio. Fortalece la lógica de lo indecible, de lo no concep-
tualizable (Blumenberg, 2013), para que lo impensable pueda surgir, pueda
ser identificado. La creatividad es un instrumento esencial en la prospectiva.
Pensar el futuro es aún más difícil en la medida en que tomamos en con-
sideración que la sociedad moderna está marcada por el movimiento. Este
define la esencia del modo de ser de la sociedad moderna. Al contrario de las
1. Tous les rapports sociaux, traditionnels et figés, avec leur cortège de conceptions et d’idées antiques et vénéra-
bles, se dissolvent.
62 La metamorfosis de la universidad
cías regida por una fuerte competencia entre sus actores. Conducida, ya sea
por un proceso de destrucción o de creación, según sea el caso.
La naturaleza competitiva de la economía de mercado (capitalista) pone en
el centro de interés la innovación tecnológica, pues es el constante aumento
de la productividad el elemento vital de supervivencia de los agentes que
componen la economía de mercado. Y la tecnología es el principal factor de
aumento de la productividad del trabajo.
La revolución industrial, por lo tanto, no es más que la consolidación de la
economía de mercado, pues permite el crecimiento de la actividad produc-
tiva, acoge la innovación, distribuye las mercancías y aumenta el consumo,
que, a su vez, alimenta la producción de nuevas mercancías.
La sociedad moderna, por otra parte, tiene su base en la convención que
se establece en el desdoblamiento del iluminismo europeo y de las revo-
luciones americana y francesa, de que los humanos son iguales ante la ley.
Esta convención se desdobla en la noción de los mismos derechos para
todos; de ciudadanía, individuos revestidos de derecho, y de democracia o
el gobierno de los miembros de la comunidad, el pueblo. Con eso, el poder
deja de ser personal para ser funcional. Él no reside más en un grupo, una
familia o una persona sino en un lugar que puede ser ocupado por cualquiera
de los miembros de la sociedad.
La afirmación de que la sociedad industrial no es lo mismo que la economía
de mercado y estos dos no son lo mismo que la sociedad moderna, no signifi-
ca desarticulación ni autonomía absoluta entre sus partes. Son espacios con
dinámicas distintas, pero absolutamente entrelazadas entre sí. Los cambios
recaen en un espacio siempre en forma diferente sobre los demás, pero no
son lo mismo. Este movimiento de diferenciación e integración, por otra
parte, es el núcleo de la L’aventure de la Méthode, de Morin (2015).
Actualmente, la sociedad industrial está en vías de desaparecer, lo que no
ocurre con la economía de mercado y con la sociedad moderna (De Masi,
1999). La desaparición de la sociedad industrial no significa, a su vez, la ex-
tinción de las industrias. La producción de bienes materiales persiste porque
los humanos los necesitan y son incapaces de reproducirse por sí mismos. La
división social del trabajo no se puede deshacer fácilmente. El deshacer de
la sociedad industrial solo significa que la producción de valor está cada vez
más fuera del circuito de producción material, y cada vez más en los servi-
cios que la circundan. No es en la producción material del jabón que reside
64 La metamorfosis de la universidad
LOS DOS MAYORES RETOS DEL FUTURO:
CRISIS ECOLÓGICAS E INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
Giovana Girardi (2018) cita en Estado, que los eventos críticos del año 2017
produjeron 11,500 muertes y un perjuicio del orden de 375 millones de dó-
lares. Si contabilizamos los eventos climáticos críticos, entre 1988 y 2017,
encontraremos 11,500 eventos, con 526,000 muertes y con una destrucción
económica equivalente a 3,47 billones de dólares.
Desafortunadamente, los eventos críticos tienden a aumentar, según el
último informe del Intergovernmental Panel on Climite Change (ipcc), reali-
zado el 2018 en Polonia. Esto significa que continuamos la destrucción am-
biental a pesar de los constantes estudios y demostraciones que nos señalan
que no podemos continuar en ese camino. Paul Gilding (2011) sugiere que
caminamos hacia el colapso y no tenemos la capacidad de percibir, como
sociedad, que eso es irracional, más aún, que es una locura. Sin embargo,
dice el antiguo dirigente de Greenpeace, cuando el colapso llegue, seremos
capaces de cambiar y adoptar las medidas necesarias. Utiliza como ejem-
plo las medidas tomadas por Estados Unidos al declarar la guerra a Japón,
cuando convirtió las fábricas de automóviles en centros de producción de
equipos para la guerra y adoptó el racionamiento con la aceptación de toda
la población de ese país.
66 La metamorfosis de la universidad
FIGURA 4.1 SERIE HISTÓRICA PARA DIVERSOS PARÁMETROS AMBIENTALES (1960–2016)
0.3 6 50
d. Zonas muertas (número e. Cobertura forestal f. Abundancia de especies
de regiones afectadas) (billones de Ha) de vertebrados (% de 1970)
100
600
4.10
80
400
4.05
60
200
4.00
40
i. Población de humanos
g. Emisiones de CO2 y bovinos (billones
h. Cambio climático (ºC)
(Gt CO2 por año) de individuos)
1.00
7
30 0.75 6
0.50 5 Humanos
20
0.25 4
3 Bovinos
10 0.00
1960 1992 2016 1960 1992 2016 1960 1992 2016
Fuente: Ripple et al., 2017, p.1,027, citado en Almeida, 2018.
68 La metamorfosis de la universidad
consumo. El problema es si ocurrirán a tiempo para evitar el desastre, sobre
el cual pocos tienen conciencia.
El problema es que las tecnologías disruptivas también recorren otros
caminos, uno de ellos es el de crear desempleo masivo con la robotización
generalizada y el desarrollo de máquinas que aprenden. Una masa de hu-
manos, económicamente innecesarios, puede estar surgiendo en el mundo.
Estas personas vivirán de un ingreso universal, disponible a todos los que
no logran, por sus propios esfuerzos, adquirir sus medios de subsistencia
(Ford, 2016).
Una tesis que defiendo, y que no ha contado con el apoyo de muchos colegas
cientistas sociales, es que al final del siglo xx e inicio del xxi, además de
otros paradigmas, se rompió aquella idea que afirmaba que la política era
el locus privilegiado de los cambios. En el siglo xx —que se inició con la
revolución rusa de 1917 y se cierra con la caída del Muro de Berlín en 1989;
pasando por las independencias africanas y la diseminación de regímenes
políticos similares al soviético en Europa, durante la segunda guerra mundial;
en América Latina, con el caso de Cuba; en África, en varios países, entre
ellos, las excolonias portuguesas; y, en Asia, particularmente con China y
Vietnam— el modelo soviético fracasó. Algunos de manera patente, como
las colonias portuguesas y los países de Europa del Este, y otros cambiaron
a modalidades más flexibles, como China y Vietnam. El modelo soviético
fracasó al intentar producir un paraíso terrestre, ser la puerta al comunismo,
sin embargo, algunos países fueron victoriosos en retirar a sus pueblos de
la miseria.
La política dejó de ser el factor de cambios en la medida en que los regíme-
nes socialistas se desplomaron o se trasformaron y las ideologías murieron
(anarquismo, nazismo, fascismo, socialismo). Quedó de pie el liberalismo
que comenzó, aparentemente, a agotarse. Hoy el número de regímenes polí-
ticos, considerados por el Economist Inteligent como democracias perfectas
o imperfectas, es menor que hace dos años. Y los cambios recientes, tanto en
China como en Estados Unidos, tuvieron como fundamento los cambios tec-
nológicos. El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, mostró el valor de
las nuevas modalidades de comunicación. Ganó las elecciones sin partido y
70 La metamorfosis de la universidad
El abordaje y comprensión de todos estos fenómenos remiten a la comple-
jidad, pues remiten a un conjunto y volumen de conocimientos y experiencias
interrelacionadas que son necesarios para comprenderlos y llevarlos a cabo.
72 La metamorfosis de la universidad
fake news que el hombre ha creado, en particular las religiones monoteístas,
pues ellas están dotadas de la verdad que debe ser difundida al género huma-
no, con la excepción de la religión judía, que da poco valor al proselitismo.
La disputa entre religiones alimenta la principal guerra en la sociedad con-
temporánea, en el oriente próximo, en torno a Israel y Siria.
Por supuesto, hay otros espacios donde la intolerancia y la discriminación
progresan, como la política, el género, el regionalismo y el racismo, pero
son espacios específicos en el interior de las naciones. El feminicidio es
alarmante en Brasil (Agência–Brasil, 2018), el cual ocupa el quinto lugar en el
ranking mundial de feminicidios. El país solo está detrás de El Salvador, Co-
lombia, Guatemala y Rusia en el número de casos de asesinatos de mujeres.
El racismo es claro y notorio en Estados Unidos; la política agrava ánimos y
tensiones en algunos países como Argentina; y el regionalismo es fuerte en
España; y así sucesivamente. Pero todas estas problemáticas no son espacios
generalizados como el nacionalismo y las religiones, con la excepción, tal
vez, del feminicidio.
Los cambios tecnológicos acelerados y la globalización amenazan la super-
vivencia de la democracia, centro organizativo de la sociedad moderna y uno
de los cuatro pilares cuya trayectoria definirá nuestro futuro. La democracia
conoce hoy, en el mundo, un retroceso, después de haber avanzado en los
últimos 35 años. Rodrigo Mattos (2018), citando a Fredoon House, muestra
que uno de cada cuatro humanos vive sin libertad, y solo el 30% vive en países
realmente libres. Entre 2006 y 2016, 113 países empeoraron en el ámbito de la
libertad, solo 62 mejoraron. Según el Economist Intelligence Unit Democracy
Index, entre 167 países, había en el mundo 20 países plenamente democráticos
y 59 parcialmente democráticos en 2011. Cinco años después eran 76.
Cada vez más, los regímenes políticos democráticos son incapaces de
ofrecer empleo y renta a sus poblaciones, además de fallar en el suministro
de servicios esenciales como seguridad, educación y salud. En cambio, China,
a su vez, ofrece una referencia cada vez más cautivadora en la respuesta a
estas demandas populares. Además, crecen las fuerzas políticas autoritarias
en los países occidentales, sean entre los ricos, como en Estados Unidos y
Europa, sean en los menos desarrollados como en América Latina.
Si la democracia falla en las demandas inmediatas de la población, también
significa que es igualmente torpe en la construcción de respuesta a la crecien-
te crisis ecológica que amenaza las condiciones de vida de los humanos, si no
2. Toda esta parte del texto tiene en Edgar Morin a su principal inspirador —si bien, otros autores están presentes
y son citados, como Paulo Freire, Cristovam Buarque, Clayton Christensen, Salman Khan— y también cuenta
con la experiencia del autor como profesor y estudioso de las dinámicas sociales durante más de 40 años.
74 La metamorfosis de la universidad
venes van a aprender a cuidar, a conocer el propio cuerpo. Educación física y
meditación, para aprender a concentrarse, a centrarse. Es necesario conocer
el mundo, la naturaleza, a los demás y a sí mismos.
Como dice Michel de Montaigne, y es también el título de una obra de
Morin (1999a), lo importante no es una cabeza plena, llena, sino una cabeza
bien hecha, capaz de operar en las montañas de informaciones que recibimos
continuamente. Hoy, tiene poca importancia acumular información, pues ella
está allí, en la web y otros lugares, disponibles. Lo importante es desarrollar
el método de aprender, de resolver problemas, de formular problemas. El
método, encontrar y organizar las informaciones, compararlas, sintetizarlas,
aprender a abstraer, verificar lo que los fenómenos particulares y distintos
tienen en común, es decir, desentrañar cuáles son los patrones que los unen.
Hoy, más importante que enseñar contenidos fácilmente accesibles es
desarrollar, en las nuevas generaciones, el gusto por lo nuevo, por el de-
safío. Aprender a aprender. Estimular la curiosidad y el placer de resolver
problemas teóricos y prácticos. La curiosidad sobre el mundo y sus misterios.
Sabiendo siempre que todo el conocimiento convive con el error y la ilusión.
Valorar el error es fundamental. Desconfiar de las certezas, también
(Pena–Vega, 2017). Nada se crea sin experimentación, sin intento y error.
Para saber, será fundamental en el futuro, por lo tanto, cuestionar, convivir
con la incertidumbre, gozar las preguntas.
Como sugiere Morin (2015), los jóvenes deben aprender a contextualizar
los conocimientos, las normas, las actitudes. Aprender de las relaciones
que los unen. Nada está aislado o separado en el mundo. Todo está en co-
nexión, aunque sean cosas distintas por su naturaleza o por su intensidad.
Por eso, comprender la condición humana —de su imperfección, de
la esencia de lo social en la formación de lo humano— es fundamental. Ella
permite la lucidez que conlleva la conciencia planetaria, que nos libera del
provincialismo, del nacionalismo, del corporativismo, del individualismo. En
fin, de las particularidades que nos empobrecen. El conocimiento de la condi-
ción humana permite aflorar la conciencia ciudadana: somos miembros de un
cuerpo social y político, habitando una nave espacial común: el planeta tierra.
Para deslumbrarse con el mundo, conocer el mundo y sus relaciones, co-
nocer la naturaleza, conocer a los otros y conocer a las máquinas, nuestros
jóvenes deberán tener menos tempo de escuela, de salón de clases o aula, y
76 La metamorfosis de la universidad
tiempo, cambia constantemente. Ninguno de nosotros, a los 50 años, es igual a
cuando teníamos cinco. No teníamos la misma capacidad cognitiva, no tenía-
mos los mismos intereses, ni los mismos valores, ni las mismas percepciones
del mundo. Somos lo otro y lo mismo.
En el mundo global y conflictivo es fundamental que los jóvenes apren-
dan a valorizar la diversidad, a ser conscientes de que estamos en una nave
común y que los problemas de cada país, de cierta forma, nos conciernen. La
diversidad, así como el error, son fuentes de la creatividad. Lo homogéneo no
crea, no innova, repite. Lo creativo es heterogéneo o diverso. Por eso, inver-
samente a lo que dice Jean–Paul Sartre, el otro es el paraíso, y no el infierno.
En una relación de pareja es en ella, y gracias a ella, que creo mi identidad.
Y por ella, y gracias a ella, es que puedo percibir mis errores e ilusiones. Es
en la confrontación amorosa donde las divergencias de cada uno se desen-
vuelven más y mejor.
El respeto a la diversidad y el amor al otro, así como la desconfianza de
las certezas, son condiciones esenciales para el trabajo colectivo. Y esto es
esencial en el siglo xxi. Hubo grandes invenciones a finales del siglo xix,
hechas por individuos, la mayoría fuera de la academia, las innovaciones del
presente son resultado del trabajo colectivo, organizado en red, la mayor
parte de las veces internacional. Si esto es cierto para el trabajo científico
no lo es menos para otras situaciones. La mayoría de las empresas reúnen
a muchas o a pocas personas que trabajan articuladamente; la mayoría de
los deportes, del remo al fútbol, se hacen en equipo; las actividades como el
mantenimiento de la seguridad, de la salud, de la movilidad, exigen trabajo
colectivo, trabajo en equipo. Los futuros profesionales, con rarísimas excep-
ciones, si las hay, todos necesitarán saber trabajar en equipos, directamente
o intermediados por las máquinas.
Para trabajar en equipo es preciso, también, capacidad de comunicación,
lo que generalmente se hace por medio del habla, por la conversación. Para
ello, los juegos de convencimiento, de enfrentamiento de conflictos o de
situaciones conflictivas son importantes en la formación juvenil. Aprenda a
expresarse, a decir de sus reales intereses, así como a saber escuchar, lo que
otro dice es esencial para el trabajo productivo y saludable en equipo.
Finalmente, enseñemos a los jóvenes la práctica de la meditación. Una
práctica de escucha de sí mismos, de su cuerpo, de su mente, de sus pensa-
mientos, de sus deseos y frustraciones. Una práctica de revisar sus prácticas.
REFERENCIAS
78 La metamorfosis de la universidad
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ultimas-noticias/2018/10/04/democracia-regride-no-mundo-todo-e-
corre-risco-tambem-no-brasil-dizem-especialistas.htm
80 La metamorfosis de la universidad
Lineamientos de una reforma del pensamiento
de la educación del presente
1. “No hay reforma política sin una reforma del pensamiento político, lo que supone una reforma del pensa-
miento mismo, y que supone una reforma de la educación, y que a su vez requiere de una reforma política.
No hay una reforma económica y social sin una reforma política, que a su vez supone una reforma del pen-
samiento. No hay una reforma de la vida o una reforma ética sin una reforma de las condiciones económicas
y sociales de la vida y no hay una reforma social o económica, sin una reforma de la vida y de una reforma
ética” (Morin, 2003).
82 La metamorfosis de la universidad
deductiva, con conclusiones también cerradas, como diría Immanuel Kant,
tales conclusiones ya están contenidas en la formulación de las propias pre-
misas de razonamiento.
En los orígenes de la física cuántica, que bien se podría denominar una
física de la incertidumbre, se da un paso adelante no solo por la formulación
de una nueva lógica de conocimiento (Werner Heisenberg, Niels Bohr, Wol-
fgang Pauli y otros) sino por la reformulación de una nueva geometría, como
lo formula, de manera explícita, Albert Einstein en su texto de 1917, sobre la
teoría de la relatividad especial y general (Einstein, 2012, pp. 13–25).
El principio de complementariedad que formula Bohr, como consecuencia
del principio de incertidumbre de Heisenberg, pone en entredicho la univer-
salidad de la “verdad” lógica que sostenía que dos proposiciones contradicto-
rias no pueden ser verdaderas al mismo tiempo. En efecto, según el principio
de complementariedad, pueden aparecer dos formas de descripción de un
sistema determinado como mutuamente excluyentes, como es el caso de los
corpúsculos y en las ondas de luz, sin embargo, ambos son necesarios para
una “completa” comprensión del sistema.
Comprender y expresar estas continuidades y discontinuidades, supone
introducir una lógica compleja de la contradicción y de la incertidumbre. Las
descripciones de los fenómenos de la naturaleza pueden ser contradictorias,
porque no hay más objetos discretos en un mundo entrópico y abierto.
Cuando René Magritte pinta una manzana, y escribe que “esto no es una
manzana”, así como cuando dibuja una pipa, y escribe que “esto no es una pipa”,
tiene toda la “razón”. Las cosas se escapan de sí mismas en la percepción de un
observador que no es ni puede ser absolutamente “objetivo” ni menos neutro.
En esta perspectiva, el mundo a conocer no es la simple suma de las cosas
ni objetos que están afuera de nosotros sino las correlaciones con y desde
nosotros mismos en el mundo. El desplazamiento de la idea de objeto a la idea
de fenómeno es relevante, porque más que un cambio de nomenclatura con-
ceptual es una reposición de la relación misma entre sujeto y objeto. En esta
relación no hay solo dos términos que queden circunscritos a la aprehensión
de una esencia, o de un eidos sino más bien, como diría Maurice Merleau–
Ponty, a la posibilidad de detectar los sentidos y engranajes del fenómeno
(que se muestra como ya–ahí), y del cual también siempre somos parte.
Lo absolutamente externo e interno no son algo en–sí, y por lo mismo, ya
no tienen límites discernibles. El lado exterior o “fuera de” la conciencia no
2. A este respecto, el Teorema de Gödel es un buen ejemplo. En efecto, en este teorema se demuestra matemáti-
camente la imposibilidad de demostrar todos los axiomas de base de un sistema matemático cualquiera, y en
el caso que esto fuera posible, se podría mostrar tanto la validez de una proposición “P”, como al mismo tiempo
la validez de una proposición “no–P” al interior de un mismo sistema x de proposiciones (Cfr. Nagel, 2007).
84 La metamorfosis de la universidad
escala del espacio y tiempo físico. Este “resultado” no es evidentemente un
capricho de Einstein sino una reapropiación radical en el modo de entender
e interpretar la materia, el espacio, el tiempo y en definitiva el mundo.
Así, por ejemplo, la materia ya no es más concebida como aquello que
ocupa un lugar en el espacio, ni como algo sólido como un bloque monolítico
sino que es una dimensión, que literalmente informa al espacio como curvar-
se y que, recíprocamente, es este espacio el que informa a la materia como
moverse. Esto significa sostener que el espacio no es plano, como se intuía
desde una geometría euclidiana y que la curvatura de este no es en sí misma
sino que es “relativa” a la materia misma. El espacio y el tiempo relativo, en
sus relaciones de movimiento, se establecen en otro dominio a las coorde-
nadas binarias de espacio y tiempo establecidas por Newton.
Los ingredientes de incertidumbre están ya ahí, entre el espacio y tiempo
relativo de Einstein y la formulación de una geometría también “relativa” en
un espacio no topográfico, donde él mismo está estructuralmente en fuga y
en movimiento. A diferencia de la geometría euclidiana y de la física que se
sostiene desde ella, donde se supone que, “Cualquier descripción espacial
del lugar de un suceso o de un objeto consiste en especificar el punto de un
cuerpo rígido con el cual coincide el suceso” (Einstein, 2012, p.17). Ya no hay
una tal coincidencia, ni siquiera de las cosas ni de los objetos consigo mismos,
ni adecuación de un sujeto imparcial con objetos rígidos. Los objetos, eventos
y retroacciones del mundo son azarosas y de enlaces complejos.
En esta perspectiva, la reforma del pensamiento no es, por ende, un simple
cambio metodológico del conocimiento sino, sobre todo, un giro estratégico
de los saberes en su conjunto. Esto significa no solamente asumir una nueva
teoría o incluso un nuevo paradigma del conocimiento, como sería el caso
de la física de Einstein, sino introducir también una reforma del campo de
los saberes que están en juego (en este caso la geometría no–euclidiana) y
de los conceptos fundamentales sobre los cuales tales teorías se sostienen
(materia, espacio, tiempo).
La reforma del pensamiento es una decisión que recae no solo como de-
safío epistemológico disciplinario sino también ético y político de las insti-
tuciones, sea tanto de la escuela como también de las universidades y de los
centros de formación superior.
Estas revoluciones científicas, como diría Thomas Kuhn, no logran por sí
solas generar una reforma del pensamiento, porque los sistemas de enseñan-
3. Véase Amadio, Opertti y Tedesco, 2014, y sobre la noción de currículum por competencias (véase ocde, 2017).
86 La metamorfosis de la universidad
FIGURA 5.1 MATERIAS DE HUMANIDADES
Fuente: iteso. Materias. iteso, Guadalajara, s.f. [de disponible en: https://carreras.iteso.mx/web/general/ruta?group_id=216897, consultada el 11
de septiembre de 2020].
algo que está por llegar, o de un tiempo por venir al cual hay que reaccionar
particularmente.
Ahora bien, en lo que respecta a los siete saberes, hay incontestablemente
un vacío en los actuales sistemas de enseñanza. Por señalar tan solo uno de
los siete saberes, la necesidad de enfrentar las incertidumbres sigue siendo una
perspectiva, no solo soslayada por la educación curricular vigente sino además
aparece como una estrategia deliberadamente proscrita de la enseñanza y
del aprendizaje.
Ciertamente no se trata, de ninguna manera, de poner cursos de incerti-
dumbre sino de reformular el espacio y lugar donde centramos el itinerario
disciplinario del conocimiento. Considerando que en educación se ha natu-
ralizado el diseño de la malla de las disciplinas y cursos, en el espacio topo-
gráfico de la geometría euclidiana, como lo muestran los siguientes ejemplos.
La figura 5.1 y la figura 5.2 son solo dos casos, de entre tantos que podría-
mos mostrar, que evidencian que la lógica disciplinaria es localizada en una
misma secuencia inserta en una geometría plana y lineal.
Malla curricular
Fuente: Pontificia Universidad Católica de Chile. “Malla curricular”. Instituto de Filosofía. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de
Chile, 2018 [de disponible en http://filosofia.uc.cl/pregrado/licenciatura#malla-curricular, consultada el 11 de septiembre de 2020].
88 La metamorfosis de la universidad
truir los saberes a márgenes de incertidumbre, de asombro, de preguntas, en
suma, al tejido complejo del conocimiento.
4. Una imagen de este tipo del Trívium se puede ver en: Petra Llamas García (s.f.). Algo que aprender del
Trivium y el Quadrivium. Sitiocero. Recuperado el 10 de septiembre de 2020, de https://sitiocero.net/2013/12/
algo-que-aprender-del-trivium-y-el-quadrivium/
5. Una imagen de este tipo de la organización del Quadrivium se puede ver en Petra Llamas García, ibidem.
6. “Herrada de Landsberg (Alsacia, Bajo Rhin, 1130–1195). Monja alsaciana del siglo xii y abadesa de la abadía de
Hohenburg en los montes Vosgos. Es la autora de la enciclopedia pictórica Hortus deliciarum o ‘El Jardín de
las delicias’, la primera enciclopedia que fue escrita por una mujer. Comenzada en 1165, la obra se finalizó en
1185. El Hortus deliciarum fue uno de los manuscritos más célebres iluminados de la época. Era un com-
pendio de todas las ciencias estudiadas en su época, incluyendo la teología. Se ideó como una herramienta
pedagógica para las jóvenes novicias del convento. En esta obra, Herrada detalla la batalla entre la Virtud
y el Vicio con imágenes visuales. Son 336 ilustraciones en total las que adornan el texto” (Ana S., 2014; las
cursivas son añadidas). Una imagen de la Hortus deliciarum se puede ver en: Monasterios (s.f.). Abadía de
Hohenbourg. Mont Sainte–Odile / Superior Monasterium. Monasterios. Recuperado el 10 de septiembre de
2020, de https://www.monestirs.cat/monst/annex/fran/alsacia/chohenb.htm
90 La metamorfosis de la universidad
encapsulado y sobresaturado. Es como si la escuela, en su formulación propia
del tiempo, cerrara la puerta, incluso antes de abrirse a las posibilidades de
enseñar y aprender en el tiempo oportuno (kairós), del tiempo propicio para
saber, y por lo mismo, saborear las cosas.
7. La imagen del tablero de horarios se puede ver en: Guillermo Marini y Juan Rodríguez Merchan (2020). Ima-
ges of school times: organizing rhythms, revealing pedagogie. Sage Journal. Recuperado el 10 de septiembre
de 2020, de https://www.researchgate.net/publication/342990096_Images_of_School_Times_Organizing_
Rhythms_Revealing_Pedagogies
8. “Somos un país ocde (Chile) que avanza cada día por salir del subdesarrollo y llegar a ser como las anhela-
das potencias europeas. Pero ¿Cómo ve nuestro sistema educativo la ocde? Dice que somos uno de los paí-
ses con más horas de clase. Chile tiene, por ejemplo, según el Informe pisa, en promedio 1203 horas anuales,
contrastando con las 921 del promedio ocde, tenemos 6 horas y 40 minutos de matemática a la semana,
en comparación al promedio ocde que son de 3 horas y 38 minutos a la semana” (Cárcamo, 2016, párr.10).
9. La vista previa y posterior a la intervención mencionada se puede ver en: Francisco Schwember (2018).
Lecciones de clase: Investigación basada en artes en contextos educacionales vulnerables. Tesis para
obtener el grado de doctor (pp. 147–150, 156). Pontificia Universidad Católica de Chile / Facultad de
Educación, Santiago de Chile. Recuperado el 10 de septiembre de 2020, de http://repositorio.conicyt.cl/
bitstream/handle/10533/233029/tesis%20lecciones%20de%20clase%20francisco%20schwember.
pdf?sequence=1&isAllowed=y
92 La metamorfosis de la universidad
Si anotamos la idea de “intervención” entre comillas, como parte central
de este proyecto de tesis del programa de Doctorado en Educación de la
Universidad Católica de Chile, es porque no es un artista o un profesor el
que interviene el espacio sino los estudiantes. En ambos casos, uno de los
“principios” que movilizan la acción de estas obras es lo que los latinos de-
nominaban festina lente, que consiste en la cualidad de hacer las cosas en su
propia pausa y oportunidad, pero a la vez en el tiempo efectivo y preciso en
que las cosas deben hacerse.10
Hay variados proyectos que podríamos citar a este respecto de reforma
del pensamiento, donde la coincidencia de todos ellos es la reformulación del
espacio donde ocurre el enlace de los saberes y de su propia formulación
como conocimiento y pensamiento complejo.
La ruptura de una lógica lineal de las disciplinas segmentadas y de la sola
eficiencia medida con criterios de accountability es quizás la tarea más ur-
gente de las posibilidades de intervención social de la universidad hoy día.
Más que en otro tiempo, hay una urgencia de reencantamiento de los saberes
en sus relaciones con las ciencias, con la filosofía y la política, pero también
con el otro, con la diferencia, con la naturaleza y el mundo.
REFERENCIAS
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Unesco.
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trada de blog]. Recuperado el 10 de septiembre de 2020, de http://muje-
ricolas.blogspot.com/2014/01/herrada-de-landsberg-autora-de-la.html
Arias, M. (2018). ¿Sabes cómo eran las salas de clases a comienzos del siglo
xx? Elige Educar, 10 de octubre de 2018. Recuperado el 10 de septiembre
10. “‘Festina lente’ es una locución latina proveniente del oxímoron griego ‘σπεῦδε βραδέως’ (speûde bradéōs),
cuya traducción literal es: ‘Apresúrate despacio’. Esta locución la usó supuestamente el emperador romano
Augusto al lamentarse por la irreflexión de uno de sus comandantes, y, según el historiador romano Sueto-
nio, era una de sus frases favoritas: ‘Caminad despacio si queréis llegar antes a un trabajo bien hecho’” véase:
Wikipedia, (s.f.). Festina lente. Wikipedia. Recuperado el 10 de septiembre de 2020, de https://es.wikipedia.
org/wiki/Festina_lente).
94 La metamorfosis de la universidad
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Blaise Pascal. Recuperado el 10 de septiembre de 2020, de http://www.
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Pauli. (Bibliothèque Albin Michel Sciences). París: Autor.
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Schwember, F. (2018). Lecciones de clase: Investigación basada en artes en con-
textos educacionales vulnerables. Tesis para obtener el grado de doctor
(pp. 147–150, 156). Pontificia Universidad Católica de Chile / Facultad
de Educación, Santiago de Chile. Recuperado el 10 de septiembre de
2020, de http://repositorio.conicyt.cl/bitstream/handle/10533/233029/
tesis%20lecciones%20de%20clase%20francisco%20schwember.
pdf?sequence=1&isAllowed=y
ENRIQUE LEFF
98 La metamorfosis de la universidad
sentido de nuestra existencia es también parte de esta crisis. Y eso nos lleva
necesariamente a dar algunos pasos atrás en la historia para comprender la
configuración del mundo moderno que se abate sobre la sustentabilidad de
la vida.
Hoy se nos presenta el mundo actual como el fin de la historia, como la
instauración de una modernidad sin trascendencia que se ha vuelto reflexiva,
no en el sentido de que reflexione sobre sus orígenes, sus causas y su futuro
sino que se refleja sobre sí misma, que gira sobre sus propios ejes de raciona-
lidad. Ello significa que el pensamiento sociológico no está en la disposición
de abrir el pensamiento y la reflexión humana para dar cuenta del origen de
la perversidad del proceso civilizatorio que se ha olvidado de la vida. Se dice
que hemos entrado en la era del antropoceno; y eso no solo significa que la
dinámica ecológica del planeta está gobernada por los modos de interven-
ción del ser humano sino que tal diagnóstico nos invita a reflexionar qué
es lo que ese antropos ha hecho con los flujos, con el metabolismo y con la
sustentabilidad de la vida.
Pero no basta con reconocer que el ser humano tiene una responsabilidad
con los destinos de la vida; ciertamente la tiene y por primera vez en la his-
toria de la humanidad esa conciencia empieza a democratizarse, lo cual nos
plantea una cuestión ética sobre la responsabilidad común ante el destino
de la vida, de la humanidad y del planeta. Hoy avanza un cierto consenso en
el sentido de que la insustentabilidad de la vida no es un evento natural; no
es una catástrofe estrictamente ecológica como fueron en las épocas de las
glaciaciones, en las épocas de la historia geológica del planeta. Hoy, la alte-
ración del metabolismo de la vida se debe fundamentalmente a los modos de
intervención humana sobre la dinámica de la vida en la biosfera.
Ahora bien, ¿cómo entender el modo de intervención humana en la natu-
raleza? Si uno indaga en los imaginarios sociales, en los modos de compren-
sión que tenemos más a la mano para entender, está la causalidad histórica
para concebir cómo, cuándo y dónde desviamos los caminos de la vida; si uno
consulta a las comunidades y a los Pueblos de la Tierra, su respuesta es clara
y contundente: el capital es la fuerza que gobierna los destinos del planeta; y yo
creo que comprenden muy bien las causas que afectan sus condiciones de
existencia, porque el capital, como modo de producción, es la racionalidad
que organiza la vida, donde se han cristalizado un conjunto de procesos
históricos en la configuración de un esquema de sociedad, de un modo de
Ahora, el tercer pilar de los que les hablé, la dialéctica, o lo que llamamos
dialecticismo. Entre estos dos conceptos existe una pequeña diferencia. His-
tóricamente, la dialéctica no es solamente la dialéctica hegeliana. Si nos
vamos a Sócrates y la mayéutica, esta implica una dialógica, una dialéctica.
Nosotros usamos la palabra dialecticismo para mostrar la importancia de la
dialéctica y del diálogo. Esto es importante. Pero hoy, con el móvil o celular
REFERENCIAS
Son tres las ideas o premisas que intento desarrollar en torno al tema citado
como título de este capítulo. Con ellas trato de responder a la pregunta que
me hizo una profesora en la presentación de un ensayo que hice sobre la
tradición textual en la educación universitaria. La pregunta me pareció suma-
mente pertinente y digna de mayor profundización. La cito como la recuerdo:
Las tres síntesis de la complejidad y los retos de la universidad en el siglo xxi 119
individuo constituido desde la complejidad y la realidad humana, en tanto
complejidad social, no pueden reducirse a ser mera facticidad; el sujeto y con
él, el conjunto de la sociedad no pueden reducir la orientación decisiva de la
vida únicamente al criterio de lo útil. Asumir esto es abrirnos a otros modos y
maneras del ser, otras formas de pensar y de vivir más allá de lo fáctico. Aquí
es donde tiene que darse paso a la emergencia del pensamiento complejo.
Por ejemplo, planteémonos el aparecer del sujeto teórico, aquel que pro-
blematiza el mundo dado de forma fáctica y que se convierte por ello en
investigador de su realidad porque la problematiza redimensionando lo que
ha recibido. La educación no se puede asumir como una mera recepción o
repetición cuya única meta sea la facticidad, es decir, una realidad mera-
mente instrumental y olvidarse de cuestionar lo dado y llevarlo al nivel de
la complejidad, ya que esto nos permite pensar al hombre y la realidad bajo
nuevas perspectivas.
Segunda premisa: la complejidad y el pensamiento complejo manifies-
tan la necesidad de re–pensar la realidad histórica que se ha vuelto mucho
más densa y más problemática. Así pues, ante el contexto histórico de una
sociedad global, la emergencia de nuevos saberes y la fragmentación de re-
ferentes y tradiciones que tienen que reagruparse o reinterpretarse desde
otros centros o marcos culturales, surge, en el ámbito universitario, lo inter
y transdisciplinar. A esto le llamo síntesis del saber.
Podemos entender este escenario histórico si seguimos el análisis mar-
xista del desarrollo histórico de las fuerzas de producción y su incidencia
en la superestructura (entiéndase la universidad como una de las instancias
que reflejan las condiciones materiales concretas existentes). Así, los tres
momentos históricos dentro de la modernidad que postulamos como aque-
llos cuyo dinamismo nos han marcado y nos han dejado un conjunto de po-
sibilidades que hemos asumido de una u otra manera; dichas posibilidades
podemos entenderlas como campos de conocimientos, disciplinas o saberes.
La primera es la etapa mercantilista, que coincide con el pensamiento
lógico matemático condensado en la ciencia europea, en donde la ciencia
empírica superará al pensamiento escolástico medieval. Los nuevos saberes
que sostienen el pujante avance de la modernidad tendrán esta impronta. El
segundo momento es la etapa industrial, aquí tenemos dos manifestaciones,
una que coindice con el pensamiento social revolucionario, con la educación
de masas y la educación para las clases trabajadoras. Por otro lado, tenemos
Síntesis de la identidad
Las tres síntesis de la complejidad y los retos de la universidad en el siglo xxi 121
pensamiento pragmático y utilitario que reduce el criterio de verdad, o de
bien, el cual, según Max Weber (1864–1920), conmina a los sujetos a que pre-
fieran lo que es instrumentable, pero cuyo costo nos ha desencantado, puesto
que lo que necesita el sistema económico para desarrollarse como modelo
eficiente es la racionalidad de un sujeto económico generador de utilidades.
Ahora bien, se acepta que sí es viable ser más competente o eficaz al mo-
mento de realizar algo. Pero no se puede aceptar que ello no implique que
el sujeto que sabe a un nivel práctico no tenga que saber también a un ni-
vel teórico. Según Aristóteles, (384–322 a.C.), aquel que tiene sabiduría no
solo sabe cómo hacer las cosas sino que conoce sus causas y principios, por
ello dice: “no consideramos a los jefes de obras más sabios por su habilidad
práctica sino por su dominio de la teoría y su conocimiento de las causas”
(Aristóteles, 1990, 981b 5).
Es decir, la dimensión del que sabe no se reduce a un solo saber práctico.
Se acepta pues que el que conoce mejor cómo funcionan las cosas es tam-
bién un teórico y un investigador de la realidad última de las cosas. A este
respecto él mismo añade, ponderando el nivel puro o genuino del pensar,
sin desprestigiarlo o condenarlo como inútil o infecundo, por ello se puede
estimar la presencia del sujeto teórico en toda empresa educativa:
Otro elemento más, que nos ayuda a plantear la necesidad de esta síntesis de
lo fáctico y lo teórico, es reconocer la relevancia del sujeto como buscador
Las tres síntesis de la complejidad y los retos de la universidad en el siglo xxi 123
la inmediatez; de lo que aparece en la afirmación asertórica y sus criterios de
verdad, o lo que es falaz, desde donde se sostiene el ser de la evidencia y la
certeza; o bien, el imperativo o la ejecución directiva desde donde se sostiene
la organización eficiente. En cambio, el nombrar de la creación poética y el
inquirir constante del inquieto pensar, aparecen dándole consistencia a la
identidad que se complejiza haciéndose más densa y profunda.
El sujeto más auténtico y el más conflictuado surge no de un plano cierto
en donde se han dado evidencias rotundas e inamovibles, o instrucciones,
o ejecuciones binarias, o esquemas ciertos dados de antemano por el esce-
nario social que da fórmulas para reducir la fatiga existencial. Asistimos,
más bien, si rescatamos la idea de complejidad de Edgar Morin, (1921–), al
encuentro del subieto complexus que surge desde el mundo de lo incierto,
de lo paradójico, del mundo del desencuentro y de los hechos caotizados en
esa cadena de azares que llamamos realidad y de la cual queremos prever
patrones y delinear la conducta fenoménica tanto del individuo como del
colectivo. Así pues, por complejidad habremos de asumir, según Egar
Morin, como constituyente del sujeto, lo siguiente:
Síntesis de saber
Las tres síntesis de la complejidad y los retos de la universidad en el siglo xxi 125
las tradiciones o saberes se vuelven a reconstruir una y otra vez a través de
un proceso de apertura hacia lo ya dado y a lo que está dándose y lo que
aún no se da. La síntesis del saber es una síntesis que agrupa y reagrupa las
distintas tradiciones, y desde este articular patentiza su misión histórica de
darle continuidad y vigencia a los distintos modos de organizar los saberes
sin negarlos o desaparecerlos sino más bien integrándolos y fundiéndolos
con lo nuevo, incluso, con la incertidumbre.
Sin esta articulación no puede pensarse en la continuidad histórica de la
institución social llamada universidad. Solo en esa articulación de saberes
nuevos con saberes viejos se puede sostener un discurso que pueda seguir
nombrándose y nombrando, que siga generando nuevos discursos y nuevas
interpretaciones, dando nuevos marcos de sentidos. Son estos marcos de
sentido que, al articularse o relacionarse entre sí, permiten que el discurso
humano, como expresión de saberes, siga dando de sí; y, además, es en la
universidad en donde ese discurso se complejiza de forma más potente al
valorar tanto las tradiciones científicas de la modernidad, tanto como el
pensamiento antiguo, o el pensar de otros actores, o de otras geografías,
o de otras sensibilidades o disciplinas. Así pues, sin esta articulación no
puede haber una integración o síntesis del saber, pues tal y como apunta
Morin sobre el reduccionismo disciplinar:
Las tres síntesis de la complejidad y los retos de la universidad en el siglo xxi 127
der el porvenir de una sociedad–mundo, que implica la existencia de una
civilización planetaria y una ciudadanía cosmopolita, sin comprender el
devenir de la planetarización de la humanidad y el desafío de su goberna-
bilidad (Morin, 2003, pp. 78–79).
CONCLUSIONES
Las tres síntesis de la complejidad y los retos de la universidad en el siglo xxi 129
como una de las vías posibles para una nueva humanidad, para un nuevo
saber y un nuevo vivir.
El concepto de neoempirismo sería la tendencia dominante de los modelos
educativos dentro de la universidad y la sociedad capitalista, creando lo que
se conoce como capitalismo académico, el cual da mayor reconocimiento a
los modelos educativos con una base práctica y empírica, desestimando
todo aquel conocimiento que no se concretice en aspectos prácticos, en
concreto las humanidades, y particularmente la filosofía cuyo saber está
más vinculado al orden teórico. Este neoempirismo, en realidad, según mi
apreciación, no es un empirismo auténtico sino un pseudoempirismo, ya
que no sustenta su saber en la práctica en su sentido genérico sino en un
determinado tipo de prácticas, a saber, las que tengan que ver con la va-
lidación y legitimidad del discurso dominante de la tecno–modernidad.
Así pues, otro tipo de prácticas que sustentan otro tipo de saberes se en-
cuentran desvaloradas, o bien, no tienen la legitimidad de las prácticas vali-
dadas como legítimas por el capitalismo académico. Habría que reorientar el
valor de la experiencia, que, a su vez, postule la recuperación de un auténtico
empirismo que trate de superar la visión reduccionista de este llamado
neoempirismo. Se cree o se presupone que recuperar la auténtica experien-
cia no desestima a otros modelos educativos, o conjunto de prácticas como
las que se encuentran en las humanidades y particularmente en la filosofía.
En este sentido, vale la pena recordar lo que nos dice Edmund Husserl
(1859–1938) en “Die Krisis des europaischen wissenschaften und die tranzen-
detale phanomenologie, 1936” (La crisis de las ciencias europeas y la fenome-
nología trascendental), en donde nos señala que el objetivismo moderno,
llamado fisicalismo objetivista, ha creado una crisis del espíritu. Una cri-
sis que es crisis de la interioridad, de la subjetividad, frente al dominio de
la exterioridad de la ciencia matematizante que ha posibilitado el dominio de la
realidad física, pero que también nos ha desconectado, nos ha desarraigado;
la sociedad ha perdido su raíz, su fundamento, su significar originario, esto
es, su pensar originario y con ello su vital experienciar originario.
La crisis de la filosofía es la crisis del pensamiento científico y la crisis de
la sociedad, que se ha volcado sobre la única experiencia de la prosperity. El
ímpetu de este conocer ha llevado a cabo una reducción fáctica reduciendo
la experiencia originaria y permitiendo que el poderío del saber fáctico pro-
voque el olvido y el ocultamiento del pensar y del vivir que no es prosperity.
Las tres síntesis de la complejidad y los retos de la universidad en el siglo xxi 131
riqueza de una vida interior cultivada, de una vida del espíritu que es inmortal
en el ejercicio de su inquirir constante, ni aun así, esta vida que logra la unidad
y el sentido, puede quedar separada del mundo de la experiencia, puesto que
tal y como lo recomienda el mismo Ignacio de Loyola: “el amor se debe poner
más en las obras que en las palabras” (ee, Ej. 230).
Me parece que este sería el reto que la universidad y la sociedad actual-
mente enfrentan, la vía de la recuperación de la experiencia auténtica frente
a la pseudoempiria que ha reducido el mundo de la experiencia a una mera
instrumentalización de la pura facticidad, los hechos puros y llanos, des-
provistos del mundo del sentido, del mundo del significar potenciado por la
experiencia misma.
Ahora bien, la apuesta es que la recuperación de esta experiencia pueda
darse desde el paradigma de la complejidad al ensanchar los horizontes de
lo que se pondera como digno de ser estudiado o investigado e incorporar
nuevas identidades, saberes y praxis en aras del progreso de la vida.
REFERENCIAS
Las tres síntesis de la complejidad y los retos de la universidad en el siglo xxi 133
II. Desafíos del conocimiento complejo
Avanzar con la pretensión de trasformar la universidad implica no solo consi-
derar diversas propuestas y modificaciones de las múltiples dimensiones que
interactúan en el quehacer educativo —contenidos académicos, estrategias
pedagógicas, espacios educativos, organización institucional, etcétera—, tal
como lo señalan los autores de los capítulos que se presentan en el primer
apartado del libro. Además, la educación superior requiere de otro tipo de
producción de conocimientos mejor entrelazados, es decir, inter y transdis-
ciplinarios, para favorecer nuevas y mejores respuestas a los problemas que
hoy vivimos o que muy posiblemente enfrentaremos en el futuro.
Por lo anterior, esta segunda parte tiene como eje la pregunta sobre el tipo
de conocimientos y procesos de participación universitaria que tendríamos
que aprender, cuestionar, impulsar y trabajar según el devenir de los esce-
narios de la sociedad y de la discusión científica y filosófica contemporánea.
En este tenor, los capítulos de Carlos Eduardo Maldonado y de Miguel
Ramón Viguri hacen referencia a distintas aproximaciones que en los últimos
años se han venido denominando teorías de la complejidad. Esta diversi-
dad de prometedoras aproximaciones invitan a la necesidad de impulsar el
conocimiento inter y transdisciplinar, ahondar en consideraciones epistemo-
lógicas y metodológicas para poder abordar problemas complejos, favorecer
la investigación–intervención universitaria en asuntos de pertinencia social,
avanzar en la articulación entre el pensar / hacer universitario y el pensar /
hacer de la ciudadanía activa y, además, contribuir al enlace entre las inicia-
tivas universitarias y ciudadanas que apuntan a contribuir a un mejor futuro
posible, tanto ambiental como humano.
Carlos Eduardo Maldonado, quien ha sido uno de los principales promo-
tores de las ciencias de la complejidad en América Latina, en su capítulo
“Especificidad de las ciencias de la complejidad y la construcción de otros
mundos posibles”, sostiene que existen diferencias sustantivas entre las di-
versas aproximaciones de la complejidad, por ejemplo, entre las ciencias de
sistemas o enfoques complejos, la cibernética, el pensamiento complejo y las
Como pretexto inicial, bien vale la pena hacer un comentario sobre el mapa
de la complejidad, que Brian Castellani publica desde 2018 (véase Castellani,
2018) y que actualiza de tanto en tanto. Es el hecho de que se trata de un mapa
equivocado por lo parcial y sesgado, y es altamente reduccionista, algo que
va totalmente en contra del espíritu y la letra de las ciencias de la compleji-
dad. Para un outsider, el roadmap de Castellani es de ayuda, sin duda, para
establecer desarrollos, actores, tiempos. Pero su validez no vas más allá de
una mirada a ese continente que es Internet, y en su caso particular a eso
que denomina “complejidad”.
El mapa de Castellani sirve para introducir dos ideas que justifican este
texto. Una, que será el objeto solo de reflexiones indirectas, y la otra, que
constituye el núcleo de este capítulo. Se trata de, en un caso, en el mejor es-
píritu del Círculo de Viena (Stadler, 2011), trabajar, al interior de la “familia
complejidad”, una familia grande, pues,1 a la fecha, ciertamente, en criterios
de demarcación. No es lo mismo la ciencia de sistemas (o los enfoques sis-
témicos) (systems science) que la cibernética, que el pensamiento complejo,
que las ciencias de la complejidad, en fin, por ejemplo, que la autopoiesis
y que la autoorganización, por mencionar tan solo los ejemplos más gruesos.
Digámoslo de forma franca: la ciencia de sistemas es originaria y filosófica-
mente ciencia del control. Nada más opuesto a las ciencias de la complejidad.
1. Una observación de entrada: en la expresión “la familia de complejidad”, usaré siempre “complejidad” entre
comillas para significar que el uso de complejidad por parte de los demás miembros de la familia es genérico,
vago, impreciso. En muchas ocasiones, se usa el término como adjetivo o adverbio.
MATEMÁTICAS Y COMPLEJIDAD
2. La voz más directa en la búsqueda de las leyes de la complejidad fue, sin duda, la de Stuart A. Kauffman
(1995).
3. La última vez que se habló expresamente, en algún sentido, acerca del programa de búsqueda de las leyes fue
en Melanie Mitchell (2009).
4. Que las ciencias de la complejidad son una revolución científica, por ejemplo, en el sentido kuhniano, ha
sido un tema que he trabajado en Carlos Maldonado (2009).
5. Véase el hermoso volumen de François Guénard y Gilbert Lelièvre (1999), con textos, entre otros, de J.P.
Dieudonné, J. Fraïssé, M. Mandelbrot y R. Thom.
6. Este fue un texto entregado para su publicación en el año 2010, pero el libro tardó varios años en ser publica-
do. Un desarrollo más orgánico de este texto se encuentra en Carlos Maldonado (2017b).
7. No todo problema es complejo, y por lo demás no tiene por qué serlo. El estudio de cómo o por qué un pro-
blema es complejo es el objeto específico de la teoría de la complejidad computacional. Me he ocupado de la
misma en Carlos Maldonado (2013).
COMPLEJIDAD Y POSIBILIDADES
Dicho lo anterior, no obstante, hay una especificidad que es aún más radical.
Se trata del hecho de que, bien entendidas, las ciencias de la complejidad
no se limitan únicamente al estudio de posibilidades. Mejor aún, se trata del
reconocimiento expreso de que, además, y acaso principalmente, pensar en
complejidad es pensar en imposibilidades. La puerta que permite el acceso
a este argumento es la cohomología, un campo particular, especializado,
anexo a la topología.9
Sin embargo, antes es preciso hacer una observación de orden histórico
y cultural a fin de entender lo que sigue a continuación. Toda la antigüedad,
la Edad Media y hasta el Renacimiento se caracterizan porque estuvieron
volcados hacia el pasado. Ya sea en la forma de añoranza, de búsqueda o de
ejemplos. La modernidad y, en general, toda la ciencia normal se define, por
el contrario, por un marcado interés por lo real; esto es, lo que hay, lo que
sucede, lo que acaece, lo que está allí afuera. Justamente por ello esa forma
de hablar: “la realidad”.
En contraste, hace relativamente muy poco tiempo, la ciencia, la cultura y
la historia en general se vienen volcando hacia lo posible, incluso lo probable,
lo que hay adelante, lo que puede acontecer mañana o pasado mañana. Pues
bien, aún mucho más recientemente, existe también un interés y preocupa-
ción por lo imposible mismo. Es exactamente en este marco que emergen las
ciencias de la complejidad y se desarrollan de la forma como lo han hecho
hasta la fecha.
Algunos ejemplos notables de un interés científico y cultural por lo impo-
sible puede apreciarse en la geometría de politopos desarrollada inicialmente
por Donald Coxeter, la obra de Maurits Cornelis Escher, buena parte de la
obra de René Magritte, el estudio de teselados y la cohomología, ya mencio-
nada, en fin, el descubrimiento de los cisnes negros (Taleb, 2008). Nassim
Taleb, uno de los autores que ha llegado a ser incorporado como parte del
corpus de las ciencias de la complejidad, lo destaca bien en el subtítulo de su
9. Uno de los padres más importantes en los estudios sobre cohomología es Roger Penrose. Entre sus muchos
libros quisiera destacar Penrose, 2010.
10. Sin la menor duda, el título más agudo de este tema es el azar o la aleatoriedad, que es, psicológica, emocio-
nal y cognitivamente, el más difícil problema para los seres humanos. Actualmente, me encuentro trabajan-
do en un texto al respecto, naturalmente, como el núcleo mitocondrial mismo de la complejidad.
Real
Posible
Imposible
11. Cfr. Uno de los padres de las ciencias de la complejidad, René Thom (1993).
REFERENCIAS
PERSPECTIVAS
REFERENCIAS
REDES DE CONOCIMIENTO
EN EL ÁMBITO DE LA SUSTENTABILIDAD
Los diversos actores de las redes tienen agencia propia. Muestran capacidad
de acción, organización y decisión, al margen de la red y dentro de ella. Cada
actor, como miembro de la red, es capaz de participar desde la aportación,
la interacción, el intercambio, la realización de acciones conjuntas y puede
asumir tareas para la toma de decisiones de beneficio colectivo. A la vez, es
un actor de notable agencia sobre su propia condición, con autonomía de la
red. Esto puede ser como investigador, como productor (campesino, gana-
dero, pequeño comerciante) como institución educativa o de investigación,
como oficina gubernamental, como organismo de la sociedad civil, todos
ellos y otros con sus propios roles al margen de la red y con capacidad de
asumir nuevos roles específicos, al interior de la misma. Esta agencia es un
rasgo distintivo que puede ser una razón o condición, para considerar que
los miembros participantes en la red adquieran el rol de actores.
Teóricamente, es de suponer que los actores con agencia realizan y gestio-
nan su acción de acuerdo con sus experiencias, también de acuerdo con su
actual situación y contexto, así como con sus perspectivas de futuro (Mustafa
& Mische, 1998). Desde tal capacidad de acción y de gestión, los actores asu-
men posturas o responsabilidades temporales y cambiantes al interior de la
red. Cada actor de la red aporta la experiencia que considera pertinente para
la red, además de atender a sus propios intereses que le llevan a mantenerse
dentro de ellas.
La diversidad de actores permite comprender la presencia de una di-
versidad de estilos de agencia. Digamos que son agencias que logran ma-
yor efectividad en distintos ambientes, ambientes institucionalizados, o en
ambientes de política pública, o en ámbitos de financiamiento. Los actores
expresan su estilo propio de agencia y derivan de este estilo o contribuyen
desde él, a una agencia general para la organización de la red. Desde ahí, ela-
boran propuestas de trabajo y acciones en y para la red. De lo anterior, me es
posible sostener que las redes son configuraciones abiertas y potenciadoras
de las agencias de los actores que participan en ellas.
En ambos casos de estudio, los investigadores muestran los siguientes
rasgos en relación con su forma de participación:
Los temas de interés que se atienden por cada caso de estudio están mostran-
do la producción de contenidos en colaboración con actores no académicos,
con los cuales se realizan aportaciones al campo de estudios sobre sustenta-
bilidad y ecología o socio–ecología.
REFERENCIAS
1. Hay que tener en cuenta que, en contra de la pretensión de determinados sectores sociopolíticos e intelec-
tuales con aspiraciones totalitarias, no hay un único feminismo sino múltiples feminismos, los cuales man-
tienen entre sí discrepancias en cuestiones importantes. Así ocurre de hecho con respecto al trabajo sexual,
donde encontramos dos tendencias enfrentadas. De un lado nos encontramos con el autodenominado “femi-
nismo abolicionista”, que se opone radicalmente al libre y voluntario intercambio de dinero por relaciones
sexuales y que propugna la criminalización y penalización de cualquier modalidad de comercio sexual. De
otro lado, se encuentra el feminismo proderechos de las personas trabajadoras sexuales, que considera lícito
el comercio sexual libre y voluntario, defiende la descriminalización de los intercambios de dinero por rela-
ciones sexuales y aboga por el establecimiento de un sistema de protecciones para las personas trabajadoras
del sexo que garantice a estas la realización efectiva de sus derechos.
Las y los abolicionistas afirman que “la prostitución” es una forma de escla-
vitud, es esclavitud sexual (Asociación para la Prevención, Reinserción y
Atención a la Mujer Prostituida [apramp], 2005, p.12; Lienas, 2006, p.17): “lo
que llamamos prostitución es esclavitud sexual”, es “una forma inequívoca de
esclavitud” (Dirección General de la Mujer, 2001, p.15); “la prostitución” (en
todos los casos y circunstancias) es “una forma de esclavitud” (Plataforma
2. Tesis que no son exclusivas del abolicionismo hispano sino que forman parte de la tradición ideológica abo-
licionista (varias de ellas datan de antiguo) y, en consecuencia, son asumidas también por los movimientos
abolicionistas de otros países.
3. Los elevados y contundentes porcentajes abolicionistas de mujeres y niñas víctimas de trata y esclavitud se-
xual no solo se revelan infundados para el caso de España sino también con respecto a muchos otros países
y en relación a datos de ámbito mundial. Citaremos algunas de las cifras que computa Siddharth Kara (2010).
Este investigador calcula que, a la fecha de 2006, había 28.4 millones de esclavos en el mundo, de los cuales
1.2 millones eran esclavas sexuales, es decir, mujeres y niñas engañadas, secuestradas, vendidas y forzadas
a ejercer la prostitución. Por tanto, la esclavitud sexual suponía un 4.25% del global de casos de esclavitud.
Estos cálculos contradicen la tesis abolicionista de que la mayoría de los casos de esclavitud en el mundo
son casos de esclavitud sexual. Por otra parte, si damos por buena la cifra de 4 millones de prostitutas en el
mundo, que ha sido asumida por varios organismos oficiales, nuestras Cortes Generales entre ellos (véase
Cortes Generales, 2007, p.22), y la relacionamos con el total de esclavas sexuales (1.2 millones), entonces
nos encontraríamos con un porcentaje de un 30% de esclavas sexuales en el global mundial de prostitutas,
un cómputo bastante alejado de los porcentajes de esclavas sexuales (entre 90% y 95%) asumidos por las
abolicionistas.
4. Por ejemplo, Remei Sipi (2002, pp. 66–67), a la sazón presidenta de la Federación de Asociaciones Guineanas
en Cataluña y Secretaria de la Asociación de mujeres africanas E’Waiso Ipola, de la que fue cofundadora,
afirma que las trabajadoras sexuales guineanas que conoció llegaban en ocasiones a ingresar diez veces
más de lo que podían ganar en el servicio doméstico: “Llegué a ver la libreta de una de estas mujeres donde
apuntaba los ingresos semanales, en la década de los años ochenta, o sea hace 20 años, cantidades astro-
nómicas tales como 800.000 pesetas semanales [4800 euros]”. Esas ganancias supusieron para las mujeres
guineanas que las obtuvieron “un empoderamiento económico”, difícil de lograr realizando otros trabajos,
el cual les permitió sacar adelante a sus hijos, comprar una vivienda, poner negocios familiares e incluso su-
fragar estudios universitarios a sus maridos. Casos similares pueden verse en José Luis Solana y José López
(2012, pp. 273–275).
5. Esas realidades negativas pueden ser consideradas como riesgos y peligros potenciales que, como tales, se
hacen presentes o no y se manifiestan de manera más o menos intensa en función de las circunstancias en
que la prostitución se desarrolla y de los factores mediante los cuales se concretiza y configura.
Las tesis abolicionistas sobre el trabajo sexual son reductoras: las abolicio-
nistas se empeñan en reducir los tipos de casos de prostitución a un único
tipo considerado por ellas como prototípico y mayoritario, y por tanto como
el único relevante para conocer y mostrar en qué consiste la prostitución,
cuál es la esencia de esta. Igualmente, se empeñan en reducir las múltiples
dimensiones que la prostitución presenta a solo algunas de ellas, general-
mente las más problemáticas y negativas, y erigen a estas como las únicas
relevantes para conocer y valorar lo que la prostitución es y significa, la
esencia de la prostitución.
REFERENCIAS
PERSPECTIVAS
REFERENCIAS