LECTURA 11 filosofia
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EPISTEMOLOGIA
Positivismo: Definición: El positivismo defiende que el conocimiento válido se deriva únicamente de la experiencia
verificable mediante el método científico. Método: Observación empírica, verificación empírica. Autores: Auguste
Comte (1798-1857) - Postura: Comte es considerado el fundador del positivismo y abogó por la aplicación de
métodos científicos en todas las áreas del conocimiento, en lo social, psicológico al mismo nivel que las ciencias
naturales. Considera que la historia se ha desarrollado en estadios, primero Teológico-religioso,
Metafísico-racional y Positivo-científico. Frase: "El amor por principio, el orden por base y el progreso por fin."
Kuhn (1922-1996), la ciencia no avanza simplemente acumulando datos, sino a través de cambios
fundamentales en la manera en que las comunidades científicas entienden y practican la ciencia desde su
enfoque histórico y sociológico. Frase: "Un paradigma es un conjunto de prácticas que definen una disciplina
científica durante un periodo específico." Insite en que la ciencia transita entre paradigmas o modelos que
cambian. Un paradigma guía la investigación científica hasta que se encuentra con anomalías que no puede
explicar, lo que puede llevar a una crisis y eventualmente a una revolución científica, donde un nuevo paradigma
reemplaza al anterior.
ONTOLOGÍA
Parménides fue un filósofo de la escuela eleática y es conocido por su poema filosófico "Sobre la naturaleza".
Para Parménides, el ser es unitario, inmutable y eterno. Argumentaba que el cambio y el devenir son meras
ilusiones de los sentidos, ya que el ser no puede surgir de la no-ser. Según él, el ser simplemente es, y no puede
no ser. Creía en una realidad estática y eterna, donde cualquier apariencia de cambio es solo un engaño de los
sentidos. Para reconocer al ser, Parménides abogaba por la razón y la lógica, argumentando que solo a través
del pensamiento abstracto y la reflexión se puede comprender la verdadera naturaleza del ser.
Heráclito, en contraste con Parménides, argumentaba que el cambio es fundamental en el universo. Su famoso
aforismo "Todo fluye" refleja su creencia en la constante transformación y devenir de todas las cosas. Heráclito
veía al ser como un proceso dinámico de flujo y cambio constante, donde la única constante es el cambio mismo.
Reconocer al ser para Heráclito implicaba observar y comprender la naturaleza cambiante y fluida del mundo, así
como aceptar la inevitabilidad del cambio como una característica fundamental de la realidad.
Platón, uno de los filósofos más influyentes de la antigua Grecia, propuso una ontología dualista que distinguía
entre dos reinos de existencia: el mundo sensible y el mundo de las Ideas o Formas. El mundo sensible: Para
Platón, el mundo sensible es el mundo material que percibimos a través de nuestros sentidos. Sin embargo, este
mundo es una mera copia imperfecta de la verdadera realidad, ya que está sujeto al cambio y la imperfección. El
mundo de las Ideas: Platón postuló la existencia de un reino supra-sensible de las Ideas o Formas, que son
entidades perfectas, eternas e inmutables que constituyen la verdadera realidad. Las Ideas son los arquetipos o
modelos de todas las cosas en el mundo sensible y son conocidas a través de la razón y la contemplación
filosófica. Por lo tanto, para Platón, el ser se encuentra en el mundo de las Ideas, donde las Formas representan
la realidad última y perfecta, mientras que el mundo sensible es una mera sombra o reflejo de estas Ideas. El
conocimiento del ser se alcanza a través de la razón y la contemplación filosófica, desprendiéndose de las
apariencias sensoriales para acceder a la verdad eterna e inmutable.
Aristóteles, discípulo de Platón, ofreció una ontología más sistemática y empirista, centrada en el estudio de la
naturaleza y la realidad tal como se presenta a través de la experiencia. Sustancia y accidentes: Para Aristóteles,
el ser se encuentra en las sustancias individuales, que son entidades con existencia independiente y que
constituyen la realidad fundamental. Las sustancias poseen atributos o accidentes que pueden cambiar sin
cambiar la identidad de la sustancia misma. Categorías y sustancia primera: Aristóteles desarrolló una
clasificación de las categorías de ser, que incluyen sustancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición,
estado y acción. La sustancia es la categoría fundamental, y la sustancia primera es aquella que no es predicada
de ninguna otra cosa, sino que todas las demás cosas son predicadas de ella. En resumen, mientras que Platón
sitúa el ser en el mundo de las Ideas, donde las Formas representan la realidad última, Aristóteles lo encuentra
en las sustancias individuales que constituyen la realidad empírica.
San Anselmo (1033-1109) fue un teólogo y filósofo cristiano medieval, conocido especialmente por su obra
"Proslogion", donde presenta su famoso argumento ontológico para la existencia de Dios. En su ontología,
Anselmo se centra en la naturaleza del ser, especialmente en relación con Dios. El argumento ontológico de San
Anselmo se puede resumir de la siguiente manera: Anselmo define a Dios como "aquello mayor que nada puede
ser concebido". Argumenta que es posible concebir a un ser que posee todas las perfecciones, incluida la
existencia. Este ser, al ser concebido, existe necesariamente en la mente. Sin embargo, un ser que existe tanto
en la mente como en la realidad es mayor que uno que solo existe en la mente. Por lo tanto, si se acepta la
premisa de que Dios es "aquello mayor que nada puede ser concebido", entonces debe existir no solo en la
mente, sino también en la realidad. En otras palabras, Anselmo argumenta que la idea de un ser perfecto e
infinito implica necesariamente su existencia, ya que de lo contrario no sería tan grande como se le concibe. Este
argumento se basa en la naturaleza misma de la idea de Dios como el ser supremo. En cuanto a la condición del
ser según Anselmo, podemos identificar algunos puntos clave: Ser necesario: Anselmo sostiene que Dios es un
ser necesario, es decir, su existencia es requerida por su propia naturaleza. No puede dejar de existir, ya que su
esencia incluye la existencia misma. Ser perfecto: Dios, para Anselmo, es el ser supremo y perfecto, que posee
todas las perfecciones en grado máximo. Es la máxima expresión de la bondad, la verdad y la belleza. Ser
creador: Anselmo también atribuye a Dios la condición de ser creador, responsable de la creación y el
sostenimiento del universo.
En la ontología de Descartes, la noción de "res" (cosa o entidad) desempeña un papel fundamental. Descartes
distingue entre varios tipos de res en su filosofía: Res cogitans: Se refiere a la "cosa pensante", es decir, la mente
o el yo consciente. Según Descartes, la mente es una sustancia pensante, cuya esencia radica en el
pensamiento, la conciencia y la razón. La existencia del yo como res cogitans se establece a través de la famosa
afirmación "Cogito, ergo sum" ("Pienso, luego existo"). Res extensa: Se refiere a la "cosa extensa", es decir, la
materia o el mundo material. Para Descartes, la realidad física está compuesta de res extensa, que poseen
atributos como extensión en el espacio, forma y movimiento. Esta concepción dualista de la realidad distingue
claramente entre la mente (res cogitans) y el cuerpo físico (res extensa). Res divina: Descartes también postuló
la existencia de Dios como una res divina, una entidad perfecta e infinita que es la causa primera y garantía del
conocimiento verdadero. Dios desempeña un papel crucial en la filosofía cartesiana como fundamento de la
existencia y como garante de la verdad y la bondad del conocimiento humano.
En cuanto a la "sustancia", Descartes la define como aquello que existe en sí mismo y no necesita de ninguna
otra cosa para existir. Tanto la mente (res cogitans) como la materia (res extensa) son sustancias en el sistema
cartesiano. La mente es una sustancia pensante, mientras que la materia es una sustancia extensa. Cada una de
estas sustancias tiene sus propias cualidades y modos de existencia. La "participación del arquitecto" se refiere al
papel de Dios en el sistema cartesiano. Descartes compara a Dios con un arquitecto supremo que ha creado el
universo de acuerdo con principios racionales y geométricos. Dios, como ser perfecto e infinito, es el creador y
sustentador del mundo, y es responsable de la armonía y regularidad de la naturaleza. En este sentido, la
participación del arquitecto implica la idea de que Dios interviene en el mundo como el diseñador y garante de su
orden y estabilidad. Este mejor denominado Demiurgo.
Kant aborda la ontología desde una perspectiva crítica y trascendental. En su obra más influyente, la "Crítica de
la razón pura", Kant sostiene que el ser en sí mismo (ding an sich) es incognoscible para nosotros, ya que
nuestra experiencia está mediada por las estructuras a priori de la mente humana, como el espacio y el tiempo, y
las categorías del entendimiento, como la causalidad y la sustancia. Ser fenoménico y ser en sí mismo: Para
Kant, solo podemos conocer el ser como se nos presenta en nuestra experiencia, es decir, como ser fenoménico.
El ser en sí mismo, que existe independientemente de nuestra experiencia, permanece más allá de nuestro
alcance cognitivo y está fuera del dominio de la razón humana. Noúmenos y fenómenos: Kant distingue entre los
fenómenos, que son los objetos tal como aparecen en nuestra experiencia, y los noúmenos, que son los objetos
como son en sí mismos, independientemente de nuestra percepción. Por lo tanto, para Kant, el ser se entiende
como una categoría trascendental de la mente humana, que organiza nuestra experiencia, pero cuya naturaleza
última permanece fuera de nuestro alcance.
Martin Heidegger por otro lado, ofrece una ontología existencialista y fenomenológica que enfatiza la
comprensión del ser en el contexto de la existencia humana concreta. Dasein y Ser-en-el-mundo: Heidegger
introduce el concepto de Dasein, que se traduce comúnmente como "ser ahí" o "existencia". Dasein es el tipo de
ser que nosotros mismos experimentamos y es fundamentalmente diferente de cualquier otro tipo de ser. El
Dasein está inmerso en el mundo, y su ser es inseparable de su existencia en el mundo. Ontología fundamental:
Heidegger propone una "ontología fundamental", que busca comprender el ser en sí mismo a través del análisis
del Dasein y su relación con el mundo. La existencia humana se entiende como un proyecto o una posibilidad de
ser, y la comprensión del ser implica una interpretación de la situación existencial del Dasein. Por lo tanto, para
Heidegger, el ser se entiende como una cuestión existencial y relacional, que implica la comprensión de nuestra
propia existencia en el mundo y nuestra relación con los otros y con el entorno en el que vivimos. Su enfoque se
centra en la experiencia concreta y en el significado que atribuimos a nuestra existencia.
ETICA -AXIOLOGIA
VIRTUD
Para Sócrates, la virtud está estrechamente vinculada al conocimiento. Sostenía que la virtud es el resultado de la sabiduría y el
autoconocimiento. Creía que la virtud no puede ser enseñada directamente, sino que debe ser descubierta a través del diálogo y la
autoindagación. Su método consistía en interrogar a las personas sobre sus creencias y valores, llevándolas a examinar sus propias
opiniones y descubrir la verdad por sí mismas. Sócrates identificó varias virtudes, como la sabiduría, la justicia, la valentía y la templanza,
y argumentaba que todas ellas están intrínsecamente relacionadas con la sabiduría y la búsqueda del conocimiento. Platón, discípulo de
Sócrates, desarrolló una teoría ética en la que las virtudes están estrechamente ligadas a la noción de las Formas o Ideas. En su obra "La
República", Platón presenta la teoría de las cuatro virtudes cardinales: sabiduría, valentía, templanza y justicia. Según Platón, estas
virtudes corresponden a las diferentes partes del alma humana, y la justicia es la virtud suprema que armoniza y coordina las otras
virtudes. Creía que el individuo virtuoso es aquel que ha alcanzado la sabiduría y la contemplación de las Formas, liberándose así de las
pasiones y deseos mundanos. Según Platón, el alma humana está compuesta por tres partes:
1. Racional: La parte racional del alma es responsable del pensamiento, la razón y la toma de decisiones. Es la sede de la sabiduría
y la capacidad de discernir entre lo correcto y lo incorrecto.
2. Irascible o Volitiva: Esta parte del alma es responsable de las emociones y los deseos. Es la sede de los impulsos, las pasiones y
las emociones, como el valor, el coraje y la ira.
3. Apetitiva o Concupiscible: La parte apetitiva del alma está asociada con los impulsos básicos y las necesidades corporales, como
el hambre, la sed y el deseo sexual.
Platón argumenta que las virtudes éticas corresponden a cada una de estas partes del alma, y que la virtud suprema es aquella que
armoniza y coordina las tres partes del alma en un estado de equilibrio.
1. Sabiduría (Sophia): Corresponde a la parte racional del alma y se relaciona con el conocimiento, la inteligencia y la capacidad de
discernir lo verdadero de lo falso.
2. Valentía o Coraje (Andreia): Corresponde a la parte espiritual o volitiva del alma y se relaciona con la capacidad de enfrentar el
miedo y la adversidad con determinación y fortaleza.
3. Templanza (Sophrosyne): Corresponde a la parte apetitiva del alma y se relaciona con el control de los deseos y las pasiones, en
particular de aquellos relacionados con el placer y los impulsos corporales.
4. Justicia (Dikaiosyne): La justicia es la virtud suprema que armoniza y coordina las tres partes del alma. Para Platón, la justicia
consiste en cada parte del alma cumpliendo su función adecuada y trabajando en armonía con las otras partes, de modo que el
individuo pueda alcanzar la excelencia moral y vivir una vida virtuosa.
Aristóteles, por su parte, desarrolló una ética basada en la noción de la "virtud ética" o "virtud moral". Según Aristóteles, la virtud es el
resultado de hábitos adquiridos a través de la práctica y la educación. Consideraba que la virtud se encuentra en un punto intermedio
entre dos extremos, cada uno de los cuales representa un vicio: el exceso y la deficiencia. Por ejemplo, la valentía se encuentra en el
punto medio entre la cobardía (deficiencia) y la temeridad (exceso). Aristóteles identificó doce virtudes éticas, entre las que se encuentran
la valentía, la generosidad, la amabilidad y la honestidad. Creía que la virtud ética es esencial para alcanzar la eudaimonía, o felicidad
humana, que consiste en vivir de acuerdo con la razón y el propósito. En resumen, mientras que Sócrates enfatizaba el autoconocimiento
y la sabiduría como fundamentos de la virtud, Platón la relacionaba con la contemplación de las Formas o Ideas, y Aristóteles la concebía
como el resultado de hábitos adquiridos a través de la práctica y la educación.Virtud entendida como término medio.
DEONTOLOGÍA
La deontología es una rama de la ética que se centra en el estudio del deber moral y en la elaboración de principios o reglas morales que
guían la conducta humana. El término "deontología" proviene del griego "deon", que significa "deber", y "logos", que significa "estudio" o
"ciencia". La deontología se preocupa principalmente por determinar qué acciones son moralmente correctas o incorrectas,
independientemente de sus consecuencias, centrándose en el cumplimiento de deberes o principios éticos. Uno de los principales autores
asociados con la deontología es el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804), quien desarrolló una ética deontológica en su obra
"Fundamentación de la metafísica de las costumbres" y en su obra "Crítica de la razón práctica". Para Kant, la moralidad se basa en el
cumplimiento del deber y en la aplicación del imperativo categórico, un principio moral universal que establece que debemos actuar de
acuerdo con aquellas máximas o reglas que puedan ser universalizadas sin contradicción. Kant propuso varios formulaciones del
imperativo categórico, siendo una de las más conocidas la siguiente: "Obra solo según aquella máxima por la cual puedas querer que al
mismo tiempo se convierta en ley universal". Esto significa que debemos actuar de acuerdo con principios que podríamos desear que
todos siguieran en situaciones similares, sin excepción. Un ejemplo que ilustra el enfoque deontológico de Kant es el caso del mentiroso.
Según Kant, mentir es moralmente incorrecto porque implica tratar a los demás como un medio para alcanzar un fin personal, en lugar de
como fines en sí mismos. Además, si todos mintieran, la confianza y la comunicación entre las personas se verían socavadas, lo que
generaría un mundo moralmente incoherente. Por lo tanto, el imperativo categórico nos obliga a actuar de manera honesta y decir la
verdad en todas las circunstancias, incluso cuando mentir pueda parecer más conveniente o beneficioso en el corto plazo.
ÉTICA PRAGMÁTICA
La ética pragmática, también conocida como ética pragmatista, es una corriente ética que enfatiza la importancia del contexto y las
consecuencias prácticas de las acciones para determinar su valor moral. Esta perspectiva ética considera que la moralidad está
relacionada con la capacidad de una acción para producir resultados positivos o beneficiosos en la vida cotidiana, más que en la adhesión
a principios abstractos o reglas fijas. Algunos autores y filósofos asociados con la ética pragmática incluyen: William James (1842-1910):
James fue uno de los fundadores del pragmatismo en filosofía y también influyó en el desarrollo de una ética pragmatista. En su obra
"Principios de psicología" y otros escritos, James argumenta que la moralidad debe ser juzgada por sus consecuencias prácticas en la vida
de las personas. John Dewey (1859-1952): Otro destacado pragmatista, Dewey desarrolló una ética centrada en la idea de la experiencia
y la experimentación. En su obra "Teoría de la moral", Dewey aboga por una ética que considere las consecuencias de las acciones en la
mejora del bienestar y la calidad de vida de las personas. Richard Rorty (1931-2007): Rorty es conocido por su crítica a las concepciones
tradicionales de la verdad y la moralidad, y por su defensa de una ética pragmatista basada en la solidaridad y el compromiso con el
bienestar de los demás. Desde la perspectiva pragmatista de Rorty, la lealtad puede entenderse como un compromiso o apego a
determinadas prácticas, comunidades o valores que son importantes para el individuo dentro de un contexto particular. Sin embargo, Rorty
también enfatiza la contingencia y la historicidad de nuestras creencias y compromisos, lo que sugiere que la lealtad no necesariamente
implica una fidelidad inquebrantable a principios o ideales trascendentales. Rorty sugiere que nuestras lealtades pueden estar
influenciadas por una variedad de factores, incluidos los contextos culturales, sociales y políticos en los que nos encontramos. Además,
Rorty enfatiza la importancia de la solidaridad y la comunidad en la formación de nuestras identidades y compromisos morales. Desde esta
perspectiva, la lealtad puede estar vinculada a nuestra participación activa en comunidades específicas y a nuestra disposición para
apoyar y colaborar con otros en la búsqueda de objetivos compartidos.
Ejemplos de roles y situaciones que podrían ilustrar la ética pragmática incluyen: El político pragmático: Un político que adopta una
postura pragmática podría enfocarse en políticas que produzcan resultados tangibles y beneficiosos para la sociedad, en lugar de
adherirse estrictamente a principios ideológicos. Por ejemplo, un político pragmático podría apoyar una medida de infraestructura que
genere empleos y estimule la economía, aunque no esté alineada con todas las creencias de su partido. El empresario pragmático: Un
empresario pragmático podría tomar decisiones basadas en la maximización de los beneficios y el crecimiento de la empresa,
considerando factores como la demanda del mercado, la eficiencia operativa y la responsabilidad social corporativa. Por ejemplo, un
empresario pragmático podría invertir en tecnología sostenible para reducir costos a largo plazo y mejorar la imagen de su empresa. El
profesional de la salud pragmático: Un profesional de la salud pragmático podría tomar decisiones éticas basadas en la evidencia científica
y el bienestar del paciente, adaptándose a las circunstancias específicas de cada situación médica. Por ejemplo, un médico pragmático
podría recomendar un tratamiento menos costoso pero igualmente efectivo para un paciente sin seguro médico, considerando las
limitaciones financieras del paciente.
AMO-ESCLAVO
En la filosofía de Nietzsche, la relación entre amo y esclavo es un tema central que aborda en su obra "Así habló Zaratustra" y en otros
escritos. Nietzsche utiliza estas figuras metafóricamente para representar dinámicas de poder y relaciones sociales más amplias. Amo y
esclavo en Nietzsche: Amo: Representa a aquellos que tienen poder y dominio sobre otros. Los amos son individuos que se guían por su
voluntad de poder y ejercen su poder sobre los demás sin restricciones morales. Para Nietzsche, los amos son creativos, valientes y están
más allá de la moral tradicional, estableciendo sus propios valores y normas. Esclavo: Representa a aquellos que están subordinados y
dominados por los amos. Los esclavos son individuos que carecen de poder y se someten a la voluntad de otros. Según Nietzsche, los
esclavos son resentidos, débiles y buscan refugiarse en ideales de moralidad y justicia para compensar su falta de poder y control sobre
sus vidas.
Nietzsche critica la moralidad tradicional, que considera una moral de esclavos, ya que promueve valores como la compasión, la humildad
y la renuncia, que considera contrarios a la voluntad de poder y a la afirmación de la vida. Propone una transvaluación de los valores,
donde los valores del amo (vitalidad, creatividad, afirmación de uno mismo) sean considerados superiores a los valores del esclavo
(compasión, sumisión, renuncia).
Nietzsche propone una ética que va más allá del bien y del mal tradicionales, que considera una expresión de la moral de los esclavos.
En su lugar, aboga por una ética de afirmación de la vida y de la voluntad de poder, que celebra la vitalidad, la creatividad y la excelencia
individual. Nietzsche promueve la idea del "superhombre" o "Übermensch", como un ideal humano que trasciende las limitaciones de la
moral tradicional y crea sus propios valores y significados. El superhombre es un individuo que se atreve a vivir sin miedo, en busca de su
propia grandeza y plenitud.
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