Capitulo Flor Marchita
Capitulo Flor Marchita
Capitulo Flor Marchita
Habían pasado tres semanas desde que conocí a Vincent en aquella fiesta, habíamos estado
enviándonos mensajes durante este tiempo. Él es un hombre muy simpático y bastante
bromista, la verdad ha sido maravilloso hablar con él este tiempo, siempre me hace reír y
me esta alegrando los días además de ser un romántico empedernido que todos los días me
escribe cosas que me dejan sin aliento al momento de leerlas.
Hoy hemos quedado de salir a comer un helado, por suerte vivimos cerca a tan solo unos
veinte minutos de distancia.
Me doy una ducha y me visto tratando de verme lo mejor posible, colocándome unos jeans
de mezclilla y una blusa con escote en V color rosa ceñida a las curvas de mi cuerpo, por
último me coloco unas botas de tacón negras y mi chaqueta de lona.
Me dirijo a dónde acordamos encontrarnos con los nervios a flor de piel y el estomago
revuelto de emoción. Al llegar al lugar acordado mi respiración se entrecorta cuando lo
observo ahi de pie junto a la banqueta con su móvil en la mano, llevaba una playera
deportiva y unos jeans negros rotos, en cuanto me vio me sonrió una sonrisa tan hermosa.
—Ahora que te tengo de frente estoy mucho mejor —su mirada me recorrió por completo
—me deleitas la vista con tu presencia y con ese atuendo ni se diga.
—Por supuesto fingiremos que te creo —contesto guiñándole el ojo con más confianza de
la que realmente tengo.
Caminamos hasta la pequeña plaza que hay cerca, en todo el camino se la pasó adulándome
y haciéndome reír, en verdad disfrutaba de pasar tiempo con el, se sentía bien que por
primera vez para alguien seas importante y el que te alagara todo el tiempo diciéndote
cuanto le gustabas y lo hermosa que eras lo era todo para mi. A mi jamás me habían
adulado de esa forma, ahora se sentía tan bien que ya no me vieran así y me observará
como si fuera lo más hermoso de este planeta.
—Pide tu primero mi pequeña y bella Alena —habló Vincent con una hermosa sonrisa en
su rostro señalando el mostrador.
—Por supuesto, más si la bella dama eres tú —contestó haciendo una leve reverencia al
cual conteste riéndome
—No exageres Vincent, pero igual pediré primero a como gustas —dije volteándome para
pedir mi orden —Me regala un banana Split por favor —le digo al dependiente de la tienda
—No hay problema esta vez pagaré yo —conteste sonriéndole, pobre estaba tan nervioso
que hasta eso se le olvido y pues a mi no me costaba nada pagarle su helado.
Después de ese día salíamos muy a menudo a fiestas juntos, con mis amigos y los suyos,
me visitaba en casa, por supuesto frente a ella nos manteníamos ya que aun no quería
presentarlo con mi familia, me daba la sensación de que me tratarían peor que a como lo
hacían y si antes me llamaban promiscua ahora me llamarían es puta.
Casi siempre que salíamos de los nervios o prisas olvidaba su billetera y yo pagaba todo, no
me molestaba total estamos en pleno siglo XXI podía pagarlo sin ningún inconveniente e
igual el prometió pagarme lo que había gastado en cada salida así que no tenía nada que
perder.
Así pasamos los dos primeros meses siendo novios oficialmente "mi primer novio", me lo
pidió en una ocasión mientras estábamos conversando y yo por supuesto le dije que si me
sentía la mujer más afortunada y plenamente feliz de este mundo, no podía desear más que
esto, una persona que me amara y me quisiera.
—Entremos a mi casa Alena me tienes loco —gruño entre pegando sus caderas a las mías.
—No lo se —dude —aún es muy pronto para esto, ya te he dicho que tuve una muy mala
experiencia en esto y...
—Vamos mi amor ya te dije que no soy como los demás te lo he demostrado no ¿O es que
acaso no confías en mi no me amas lo suficiente?
—Claro que confío en ti mi amor es solo que aún no estoy lista para esto, pero podemos
seguir conversando...
—De hecho tengo cosas que hacer lo mejor será que te vayas a tu casa —dijo dándose la
vuelta para abrir la puerta.
—Mi amor espera... ¿Porque estas molesto conmigo que hice mal?
—No estoy molesto Alena, solo me decepciona el saber que no confías en mi como yo
confío en ti, las parejas hacen esto y si no puedes dármelo todo completo lo mejor será que
terminemos.
—Por supuesto que te quiero, yo te amo Alena así como tu me quieres, es por eso que no
entiendo por que te niegas a estar conmigo cuando ya llevamos tiempo siendo novios
¿Porque no quieres demostrarme tu amor? ¿Acaso no te he demostrado mi amor lo
suficiente?
—Lo se, es que... no quiero que me lastimes como lo han hecho antes otras personas te lo
he dicho y lo sabes bien mi amor—un nudo atravesó mi garganta.
—Yo no soy como los demás mi amor, quiero estar contigo siempre para toda la vida y es
por eso quiero que sellamos nuestro amor que me demuestres cuanto me amas.
—No lo se....
—Vamos mi amor entremos platiquémoslo dentro de mi casa —me interrumpió
tomándome de la mano y abriendo la puerta para entrar a su casa llevándome casi a rastras
con el.
En cuanto entramos me guio hasta su habitación, no quería que se enojara por mi culpa, el
era tan bueno conmigo como nunca antes nadie lo había sido me trataba tan bien que se
merecía que le correspondiera sus atenciones.
—¿Me prometes que no me dejaras y que no me harás daño? —pregunté con los ojos
humedecidos con las lágrimas no derramadas.
—Te lo juro mi amor —se acerco a mi —te juro que nunca te lastimaría solo quiero que me
des la prueba de tu amor por mi —me dio un beso corto, rápido en los labios.
Ni bien termine de decirlo cuando se me abalanzó encima sin preocuparse por cerrar la
puerta detrás de nosotros, besándome con fuerza apretando mis caderas y pegándose a mi
cuerpo, se sentía... raro pero supongo que así son estas cosas, aunque no estaba muy segura
de la situación, la última vez que hice esto con alguien me dolió y mucho, no lo disfruté
pero quería a Vincent no quería que me dejara como todos lo hacían quería tenerlo a mi
lado y que supiera que si lo amaba, por eso estaba haciendo esto.
—Dios Alena espere tanto tiempo tenerte así —gruñó pegando su cadera a la mía y
dejándome sentir un duro bulto en sus pantalones.
—Si hago esto es porque te quiero y quiero demostrarte mi amor por ti Vincent.
—No te preocupes cariño me estas demostrando que me quieres con esto —aseguró
amasando mis senos con ambas manos.
—Te amo Vincent —dije sinceramente volviéndolo a besar, el aprovecho esto para
tumbarme sobre la cama y empezar a levantarme la blusa dejando a la vista mi sujetador del
cual él bajo las copas liberando mis senos.
—Que buena estas Alena, yo sabía que no me defraudarías —gruñó incorporándose para
quitarse la camisa y los pantalones quedando únicamente en bóxer.
Estiro su mano para alcanzar la mesita de noche y sacar de ahí un paquete plateado
Preservativos de los cuales abrió uno y se lo coloco, fue en ese momento que me di cuenta
de lo que iba a suceder y de la desnudez en la que nos encontrábamos, yo estaba que me
moría de los nervios no sabia que hacer dado que la primera y única vez que estuve con un
hombre únicamente fue un objeto para su uso.
—Me encantas Alena una niña buena y obediente como siempre —habló colocándose entre
mis piernas abriéndose paso a través de ellas para colocar su miembro en mi entrada,
suspire nerviosamente y sin previa anticipación entro de una sola estocada.
Me ardía como nunca y me dolía también ambas a partes iguales pero no se lo dije, se veía
que lo estaba disfrutando y no quise arruinarle el momento por más incómodo que se
sintiera
—Vamos preciosa dime cuanto te gusta que te la meta —jadeo aumentando el ritmo de sus
estocadas.
—Oh si —gimió mas fuerte —Alena vamos dime cuanto te gusta —dijo colocando su
cabeza en mi cuello para apoyarse, empecé a jadear por las arremetidas que estaba
dándome que no eran nada suaves mucho menos amables o delicadas, aun no sentía ese
placer que me describieron, pero al menos no sentía dolor y ardor como antes, eso debía ser
suficiente ¿No?
Luego de unas cinco estocadas más dejo de moverse dejando caer todo su peso sobre mi y
liberándose en el preservativo, se quedo dentro de mi por unos segundos más.
—¿Mi amor estaba pensando si mirábamos una película que dices? —sugerí.
—No tengo tiempo para esas pendejadas Alena tengo trabajo que hacer.
Sin más volvió su atención al móvil dejándome ahí de pie con miles de preguntas rodando
mi cabeza ¿Será que no lo hice bien o no le gusto, no lo disfruto? ¿Tan mala soy para esto?
ni siquiera me respondió cuando le dije que lo amaba.
—Ya te dije que no tengo tiempo —alzó la voz molesto —¿Eres retrasada o es que no
entiendes o que?
—Perdón amor tienes razón te dejare trabajar no te molesto más —respondí en voz baja.
Sin más me di la vuelta y salí por la puerta que seguía abierta y me fui caminando a casa,
por suerte estaba cerca como a media hora caminando, la verdad ya era noche y estaba
oscuro pero respire hondo y decidí continuar, no podía molestar a Vincent cuando estaba
ocupado trabajando.
Pasaron uno, dos, tres, cuatro días y asi sucesivamente hasta que paso una semana entera y
no había señales de Vincent por ninguna parte, quedó en hablarme en cuanto tuviera tiempo
pero no lo ha hecho por más que lo he llamado y le enviado mensajes, siempre me dice que
esta ocupado que no tiene tiempo y que después se contacta conmigo, sin embargo no lo ha
hecho.
Mientras estoy sentada en la cama intentando leer un libro mientras mi mente no deja de
pensar, mi móvil vibra con una llamada de Vincent. Una sonrisa brota de mi rostro y corro
enseguida a contestarle.
—Hola mi amor —sonrio aun mas —te he extrañado llevas días sin hablarme ¿Esta todo
bien?
—Porqué no me mandas una foto tuya en ropa interior quiero verte mi amor, observar ese
caliente cuerpo tuyo.
—Si ¿Porque no? Soy tu novio y tengo todo el derecho de verte asi.
—Pero no se cómo, además no estoy segura alguien podría verla y no quiero que eso pase.
—Buena niña.
Me levanto de la cama sin colgar la llamada y me quito todo, quedando únicamente en ropa
interior, me coloco frente al espejo de cuerpo completo de mi habitación y tomo la foto lo
mejor que puedo, dudo un momento antes de presionar el botón de enviar pero porque
dudaría de él, él me ama y confío ciegamente que no haría nada para lastimarme.
—Eso es mi pequeña niña traviesa, te ves tan buena, anda mándame otra pero desnuda, no
quiero nada de por medio.
Dudando un poco pero aceptando me tomo la foto y se la envío, era Vincent el que me la
pedía, el era mi novio y nunca me haría daño, colgó la llamada luego de que le enviara las
fotos cuando le pregunte donde estaba porque se escuchaban voces y risas de fondo.
Así pasaron las semanas siguientes, Vincent y yo no nos veíamos mucho ahora ya que el
decía que tenia mucho trabajo, únicamente nos veíamos un par de veces cada quince días y
cuando lo hacíamos casi siempre era para tener sexo o cuando rara vez me llamaba era
siempre para pedirme fotos desnuda.
Un día cuando estaba lista para irme a la cama me llego un mensaje de un número
desconocido, dudando lo abrí y lo que vi me dejó helada, sin poder reaccionar, sin poder
decir una sola palabra, sentí que la sangre se había salido de mi cuerpo mientras mi corazón
latia tan fuerte que sentía que se me iba a salir por la boca mientras mis ojos no dejaban de
mirar lo que tenía delante de mi.
Eran... eran... ¡Mis fotos! eran todas las fotos que le había enviado a Vincent, esas en donde
salía desnuda o en ropa interior. Sentí un nudo formarse en mi garganta y las lágrimas
emprendieron su carrera por mi rostro al leer el mensaje debajo de las fotos.
"Pequeña putita ya nos dijo Vincent lo complaciente que eres, nosotros queremos esa
misma atención o nos veremos obligados a hacer públicas estas fotos y pobre niña si
alguien las viera aunque para ser sinceros las disfrutarian tanto como nosotros"
Más lágrimas brotaban sin cesar por mis mejillas y mis manos temblorosas intentaban no
botar el móvil mientras continuaba leyendo.
"Te esperamos hoy a las 10pm frente a la casa de Vincent espero que no faltes sería una
lastima tener que tomar otras medidas"
Por Dios ¿Que era esto?¿Una clase de broma? No fueron muy específicos con lo que
pidieron pero... ¿Como obtuvieron mis fotos? No creo que Vincent se haya atrevido a
compartirlas. No, él no me haria eso no quería siquiera pensarlo, él me ama me lo ha dicho
y debo confiar en él no sería capaz de lastimarme de esta forma, de ninguna forma.
Con las manos temblorosas marco el número de Vincent y llevo el aparato a mi oído, suena
una, dos tres, cuatro veces y suena el buzón, Jesús que hago ahora, me siento entre la
espada y la pared, no quería ir pero... ¿Y si no iba y las publicaban? No podía correr ese
riesgo no quería ni inmaginarme que pasaría si esas fotos salían a la luz, mi vida, mi
reputación y mi futuro como profesional se verían arruinados para siempre y mi mayor
duda era porqué Vincent no me respondía las llamadas que le hacía, el podría ayudarme, él
tenía que hacerlo pero por más que llame y llame jamás contestó.
Armandome de valor fui a la casa de Vincent a la hora que me dijeron y lo que encontré, lo
que mis ojos observaban parecía una pelicula de terror para mi, una pesadilla vuelta
realidad mientras mas me acerba a ese lugar. La sangre me corria lentamente por el cuerpo
todo en camara lenta cuando vi que ahi afuera estaba Vincent con dos de sus amigos y dos
chicas junto con ellos, él ya me los había presentado en una ocasión según recuerdo e
incluso conversamos y fueron muy amables conmigo, demasiado amables.
Esto no me puede estar pasando a mi, como... como pudo hacerme esto, yo confíe
ciegamente en él, él dijo que me amaba que me quería y quería estar conmigo para siempre
¡Como pudo traicionarme asi!.
Ahí esta ese maldito infeliz besuqueandose con una de las chicas que había ahí y los amigos
se mantenían frente a ellos viendo el show que estaban dando ya que él estaba manoseado a
esa chica sin ninguna clase de pudor, sentí un sabor amargo subir desde mi garganta hasta
mi boca, las extremidades me pesaban, me dolía, me dolía todo esto, me dolía su traición,
me sentí estúpida por creer que su amor fue sincero, que me quizo a como yo lo hacia que...
que por Dios. No podía con este dolor, mi pecho ardia, me quemaba por dentro haciéndome
añicos el corazón con cada doloroso latido que este daba.
—Vaya vaya vaya si ahí viene nuestra puta favorita ¿Como estas pequeña Alena? —habló
Matt uno de los amigos de Vincent.
—Ufff pero si en persona estas mejor que en esas fotos pequeña Alena, haber dinos ¿Que
tanta experiencia tienes con esa boquita? —Kash el otro amigo de Vincent.
No respondí a ninguna de sus insinuaciones, únicamente me quede ahí de pie con la mirada
perdida en la escena que mis ojos no dejaban de mirar.
—Mi amor viniste —dijo Vincent separándose de la rubia a la que le comía la boca
mientras la manoseaba.
—Como pudiste Vincent —solloze — yo... yo te amaba —apenas logre decir con las
lágrimas que esta vez no se contuvieron y salieron sin control alguno mojando mis mejillas.
—Vamos niña ¿en verdad creíste que te amaba? Por Dios esta salio mas idiota todavía —se
burlo de mi riéndose a carcajadas con sus amigos.
—Pequeña pequeña Alena espero estés preparada para nuestra fiesta de hoy y que aguantes
todo lo que tenemos preparado para ti —Matt sonrío siniestramente, una sonrisa que me
heló el cuerpo.
—Vamos chicos les dije que era calidad —se adelanto Vincent — no me atrevería a traerles
cualquier cosa, la pequeña Alena es toda una putita sucia complaciente —su atención se
dirigió hacia mi —hoy serás nuestra puta Alena y vas a obedecernos.
—Vamos que la fiesta esta por comenzar y nuestro entretenimiento ya esta aqui —Kash me
tomo del brazo con fuerza y brusquedad empujándome dentro de la casa.
Detras de mi entraron Matt y Vincent seguidos por las dos chicas que estaban afuera con
ellos.
—Vamos Alena ahora desnudate para nosotros queremos ver ese cuerpecito tuyo —ordenó
Matt.
Vincent se sentó en los sillones de la sala de estar junto con las dos chicas, una sentada en
sus piernas y la otra a su lado izquierdo besando su cuello y tocandolo por todas partes
sumidas en complacerlo.
—Vamos puta no me hagas quedar mal con mis invitados —la voz dura y cortante de
Vincent se escucho desde el sillón golpeandome como un puño.
Mi cuerpo no paraba de temblar y las lagrimas no dejaban de brotar, sentía que esto era una
maldita pesadilla de la cual quería despertar ya, si eso es, es una pesadilla y en cualquier
momento voy a despertar.
—Alena Alena —la voz siniestra de Matt llamandome me hizo estremecer —no nos hagas
castigarte pequeña puta recuerda que tenemos tus fotos y podemos hacer con ellas lo que
nos plazca, no dudaremos en hacerlas públicas si no nos obedeces ni nos complaces.
—Además te he visto en acción y eres toda una puta profesional —continuo Matt.
¿Me ha visto? Como podría eso ser posible si el único lugar donde he estado con Vincent es
su habitación, aunque siempre dejaba la puerta abierta...
—No haré nada de esto —entro en pánico — ustedes están enfermos ¡Son unos malditos
enfermos! Y yo me voy de aqui —grito aun más fuerte con las lágrimas nublandome la
visión decidida a largarme de este lugar de pesadilla pero en cuanto logro avanzar unos
pasos una mano fuerte me detiene por el cabello.
—Alena Alena —susurra Vincent quien se habia levantado del sillon —quieras o no esta
noche serás nuestra puta así que tú eliges si esto sera por las buenas o por las malas —
endureció su tono y su agarre se intensificó en mi cabello haciéndome arder el cuero
cabelludo con la fuerza que empleaba —te quitas la ropa ahora o te la rompo en este
instante —me sacudió bruscamente llevándome de regreso a donde estaba.
—Déjala Vincent con o sin ropa hara lo que le digamos, quiera o no —Kash sonrió
observandome de pies a cabeza mientras se remojaba los labios.
—No, No, No porfavor no —grito con la garganta en llamas por lo fuerte que lo hago —
¡Yo no voy a hacer nada! —lloro con todas mis fuerzas mientras forcejeo contra Vincent
pero su duro agarre no cede —¡ya déjenme ir, déjenme en paz que yo no les he hecho
nada! — grito sollozando fuertemente llena de impotencia, de miedo a lo que me puedan
hacer.
—Tranquila pequeña putita que bien sabemos que te gusta no te hagas la santa, tú fuiste la
que nos provocaste con esas fotos tuyas —dijo Matt acercandose a mí.
—Déjenme ir por favor se los ruego.... —lloro con todas mis fuerzas intentando librarme
pero no lo logro, mis ojos nublados por el miedo, mi mente en estado de terror.
—No vas a ningún lado sin antes habernos complacido a los tres y recuerda que esto es tu
culpa Alena por provocarnos nadie te mando a hacerlo —dice Vincent.
—No diré nada lo juro, pero por favor déjenme, se los ruego, se los suplico no me hagan
nada yo no quiero hacer nada de esto— mi voz sale apagada y entrecortada por el llanto
que se apodera de mi —por favor Vincent, piedad—susurro apenas — si me quisiste alguna
vez....
-—No seas estúpida Alena —me interrumpe Vincent —¿En verdad te creíste todo lo que te
dije? Es que más imbecil no puedes ser ya, eres una idiota que no sirve para una mierda
más que para complacer asi que ya basta de lloriquear —ordena agarrándome con tanta
fuerza que mis pies apenas logran tocar el suelo mientras me sujeta del cabello y maldigo
en este momento la diferencia de altura entre nosotros y el no poder defenderme de ellos —
aquí no te vas sin habermos complacido —susurra en mi oído y de la nada recibo una
abofeteada que me tumba en el piso, nuevas manos me agarran por el cabello levantándome
de golpe.
—Pequeña puta, espero seas buena como aseguran con esa boquita —habla Matt
desabrochandose el cinturón y sacándose la polla, quien me sostiene me hace arrodillarme
frente a él.
—Abre la boca —ordena mientras busco por todos los medios escaparme de aqui —¡Abre
la puta boca! —grita poniéndo su miembro en mi boca, pero no la abro, me niego a hacerlo
a pesar del pánico y el miedo que se apoderan de mi cuerpo.
—O abres la boca o publicó tus fotos ahora —amenazó Kash, quien es quien me sostiene
mientras Vincent observa.
No quería que nadie viera esas fotos no podría vivir con la vergüenza de que todos las
vieran pero me niego a hacerlo, no quiero hacer nada de esto, Dios no quiero que me
lastimen de esta manera por favor te lo ruego ayúdame.
Suplico y suplico hasta el cansancio, aun sin darme por vencida mientras mis oídos zumban
y mi corazón late desenfrenado en mi pecho "tengo miedo, tengo miedo que me lastimen"
Mi mirada se dirige hacia las dos chicas sentadas en los sofás.
—Ayúdenme por favor, ayúdenme se los suplico —les imploro una y otra vez pero ellas
simplemente se ríen de mi y me ignoran por más que les pido su ayuda.
—No seas estúpida y ya para de querer librarte de esto, porque de aquí no te salva nadie
Alena ¡Eres nuestra puta así que obedece ya! —grita Vincent haciéndome estremecer
mientras mi lucha se debilita y mis suplicas son ignoradas. Así que sin mas remedio y sin
salida alguna a esta situación, abandono toda esperanza mientras el sabor salado de las
lágrimas derramadas se hace presente con más fuerza y mi cuerpo no paraba de temblar
ante lo que estaba experimentado "No quiero que me toquen"
Sin embargo no tuve más remedio que hacerles caso y abrir la boca.
—Eso es pequeña putita obediente, tenias razón Vincent la pequeña Alena si que es muy
complaciente —afirma Matt metiéndome su polla en la boca y al instante las nauseas me
abarcan por completo mientras la introduce sin piedad, metiendola y sacándola tantas veces
como podía mientras mis gritos eran amortiguados por su miembro en mi boca —Oh si
Alena —gime — sigue así no vayas a cerrar la puta boca —ordena Matt mientras lo hace,
en un impulso por salir de esta pesadilla lo muerdo con todas mis fuerzas con tal de que me
soltara y ya no me siguiera lastimando.
—Vaya que tiene dientes la pequeña puta —dijo Kash riéndose de su amigo.
—Tranquilos chicos que si con la boca la puta esta no quiso, pues será con su coño que nos
complacerá — aseguró Vincent desabrochandose el pantalón ante mis ojos, para luego
levantarme de un tirón que por poco creí que me dislocaria el hombro por la brusquedad
con que lo hizo.
Mi mejilla se sentía entumecida y mis ojos ardían por todas las lágrimas que salían de estos,
sabía que esto sería el principio sin fin de mi tortura, lo sabía y el tenerlo presente era aún
peor.
—Ahora si Alena vas a saber lo que se siente estar con tres hombres a la vez y estoy seguro
que te va a gustar porque eres una puta queriendo dárselas de mojigata — gruño en mi
rostro para despues estamparme contra la mesa del comedor boca abajo.
Quitándome los pantalones y las bragas de un solo tirón dejándome desnuda de la cintura
para abajo. Mis gritos y súplicas llenaban el espacio en el que me encontraba atrapada pero
simplemente todo fue en vano por que era ignorada por todos los presentes.
—Miren ese rico coñito, después que acabe con la puta siguen ustedes —les dijo a sus
amigos mientras yo seguía forcejando a pesar de que la esperanza me hubiera abandonado,
seguía luchando dispuesta a no rendirme —mientras tanto miren como es que se doma a
una perra — dijo justo antes de poner sus asquerosas manos sobre mi y penetrarme con
tanta fuerza que creí desfallecer en ese instante, mi grito de dolor atravesó toda la casa y el
tiempo se ralentizo para mi.
Sentí que iba a morir en ese momento, mi garganta no daba para mas por la fuerza con la
que gritaba para que dejara de violarme, gritaba para que se compadecieran de mi y me
dejaran ir, pero sabia que eso no iba a suceder, la luz al final del túnel jamás apareció y en
su lugar la oscuridad me devoro y me dejo a su merced en sus sucias y asquerosas manos.
Me dolía como nunca antes me habia dolido nada en la vida, el salvajismo con el que me
penetraba me hacia sangrar la entrepierna y sentia como esta escurria por mis muslos,
sentía como mi cuerpo estaba siendo ultrajado sin piedad mientras el entraba y salía
bruscamente de mi, mis lágrimas de puro dolor y agonía se desbordaban sin control alguno
por mi rostro, por mis mejillas y mojaban la mesa debajo de mi.
Mis ojos lograban deslumbrar a las dos chicas desde este ángulo y a pesar de saber que no
me ayudarían les seguía suplicando que me salvarán, que detuvieran mi sufrimiento y me
ayudaran a escapar de este infierno.
—Por favor —susurro —se los ruego ayúdenme —mis susurros y súplicas fueron apagadas
cuando mi cabeza fue estrellada repentinamente contra la mesa, una, dos, tres veces y esta
vez no solo las lágrimas la mojaban si no también la sangre que escurría de mi por los
repetidos golpes contra esta.
¿Porque me pasaba esto a mi, que mal había hecho en este mundo como para que me pasara
todo esto, como para merecer ser violada por ellos?
—Oh, si Alena joder —gime una y otra vez Vincent detras de mi —nunca decepcionas,
tienes ese coño tan apretado —arremete contra mi más rápido, violandome más fuerte —
deja de llorar maldita puta — vuelve a estrellarme la cabeza contra la mesa —se que te
gusta no te hagas la mojigata que lo estas disfrutando.
—Guardanos un poco Vincent —escucho la voz lejana de Matt, mi mente estaba en lucha y
en tormento con cada segundo que pasaba, la agonía era demasiada para soportarla.
—Por favor detente—sollozo —para te lo suplico Vincent detente, me iré y no diré nada...
—trago el nudo en mi garganta —¡Detente me duele me estas lastimando! —grito cuando
más sangre sale de mi entrepierna y el ardor se vuelve algo insoportable, no quiero esto por
favor Dios, si me escuchas sálvame de este tormento.
Mi llanto no paraba, mis gritos no cesaban y mis suplicas fueron apagadas y tragadas por
las paredes, él no se detuvo, no paró hasta acabar y llenarme de él.
—Ah —gime aun dentro de mi mientras continua vaciandose —Alena... eso es pequeña
puta tragate todo mi semen con tu coño —ordena Vincent saliendo de mi interior justo
cuando la oleada de vomito se apodera de mi y sale a montones por mi boca cuando el asco
y la repugnacia hacia ellos y hacia mi me abarca.
—Aparte de puta una maldita llorona asquerosa que se vomita encima —habla con desden
y asco apartándose completamente de mi dejando que ahora fuera Matt quien se colocará
detrás de mi sin importarle lo manchada de vomito que este.
—Ya que no quisiste por las buenas será por las malas maldita puta —siseo entre dientes
Matt justo antes de meterme su polla.
—Eso es pequeña puta tragate toda mi polla llora, llora más alto y grita todo lo que quieras
que eso me pone más duro —gruñe Matt a mi espalda mientras seguía penetrandome
violentamente, toma mi cabeza y la golpea contra la mesa justo como lo hizo Vincent,
causandome heridas y moretones en el rostro, que estoy segura en este instante se encuentra
totalmente desfigurado, incluso mantener los ojos abierto es un gran esfuerzo dado lo
hinchados que están por los golpes.
—Ah, ah, Siiiii eso es maldita puta llora !Llora! —gritó acabando en mi interior como lo
hizo Vincent, Dios me sentía como la peor escoria del mundo, una asquerosa y sucia
basura.
—Ah que delicia, tenias razón Vincent la pequeña puta es complaciente y tiene un coño
delicioso.
—Siempre se guarda lo mejor para el final, es mi turno con la puta —Kash se coloca detrás
de mi dándome la vuelta acostándome sobre la mesa llena de vomito y sangre, este
manchaba mi cabello y espalda pero era lo que menos sentía en ese instante, el dolor, el
miedo, la impotencia abarcaban todos mis sentidos.
Mis ojos apenas pueden distinguir algo, mi cara se siente entumecida y por más que quiero
gritar la voz ya no me sale, ni siquiera un susurro puede brotar de mi garganta en este
momento.
—Ahora si vas a saber que es lo bueno pequeña puta, te haré gritar y lo vas a disfrutar —ríe
—tantl que me vas a pedir más —abriéndome de piernas y metiéndose de un solo empellon
dentro de mí, mi visión se nubla por completo.
Sentía como sangraba, como dolía y ardia intensamente esa parte de mi cuerpo, me habian
lastimado tanto que el dolor que sentia era inhumano, imposible de aguantar y no solo era
el dolor punzante y tormentoso que me avallasaba completamente, el sentir como el alma
dolía y el escucharla romperse pedazo a pedazo como un trozo de hielo desprendiéndose de
un iceberg cayendo al mar frío y oscuro, ese mismo recorrido estaba haciendo en este
instante, un caída sin fin al mar frío y oscuro. Ver y sentir como me estaban quebrando
pieza por pieza y se llevaban lo poco que quedaba de mi ser era una agonía sin final.
Mi mente intento imaginar que esto era solo una pesadilla, un mal sueño y que en realidad
sólo dormía en casa, en mi cama con mamá a mi lado abrazándome y diciéndome lo mucho
que me amaba y me quería, deseaba que ahora mismo ella estuviera conmigo diciéndome
que todo estaría bien y que no tengo que temer, ella era mi lugar seguro o lo fue al menos
una vez.
Mi cuerpo ya no da más, todo era demasiado. El sonido de carne contra carne se escucha
cada vez mas lejano y los gritos silenciosos en mi mente parecen acallarse lentamente, mi
cuerpo y mi lucha pierden fuerza y este levita mientras mis sentidos dejan de funcionar,
siendo la oscuridad la única que me abraza.
"Mi amor sabes que eres mi princesa y que mamá siempre estará aquí, cuidara de ti estará
contigo siempre a pesar de los problemas que tengamos, nunca dejare de amarte mi
pequeña Alena jamas lo olvides y si algún dia tenemos que separarnos prometeme que
jamas dejaras que nadie te lastime ¿Lo prometes mi princesa?"
"Lo prometo mami" —aseguró aunque se que eso jamas sucederá mami y yo jamas nos
separaremos.
"Si quiero mami y después podemos ver una película de las barbies esa de la chica que es
mesera y que despues se convierte en princesa me encanta esa película mami yo algún día
quiero ser como ella ser una princesa"
"Ya lo eres mi amor eres mi princesa" —sonríe calidamente tomándome en sus brazos.
—Ya despertaste pequeña puta —Vincent aparece en mi escaso campo de vision dado que
me cuesta distinguir su figura o la de cualquier otra cosa a más de medio metro de
distancia, pero su voz es inconfundible.
—La hubieras pateado para que despertara así no desperdiciabas esa agua —se quejo Matt
que se que es él porque a pesar de no ver casi nada por todos los golpes que tengo, sus
voces son imperdibles, están grabadas con fuego en mi memoria.
—Después del servicio cinco estrellas que nos dio la puta esta, lo menos que podíamos
hacer era despertarla con el agua Matt —respondió Kash.
—¿D-d-donde....? —no podia formular las palabras que queria decir por mas que lo
intentara —¿D-donde es-stoy? —logre decir finalmente me ardía demasiado la garganta y
me era casi imposible hablar.
—En el paraíso preciosa —dijo Vincent —por cierto inconsciente fue más fácil follarnos tu
boca, así no parecías una perra mordiendo todo lo que entraba —rieron todos incluidas las
dos chicas —toda una delicia.
¿Me desmaye? Lo último que recuerdo fue a Kash violandome y golpeándome hasta el
cansancio sobre la mesa de ahí todo se volvió negro.
—Ya dejemosla ir, ya cumplió lo que tenia que cumplir ya nos dio su servicio la pequeña
puta —canturreo Kash.
—Excelente servicio por cierto aunque empezaste algo agresiva Alena nos dejaste con
ganas de repetir —dijo Matt y pude escuchar sus pasos acercandose a mi —aún cuando
vomitaste y te pusiste toda asquerosa daban ganas de follarte.
—Bueno ya, levántate perra que no tenemos todo el día —ordeno tajante Vincent —vístete
y vete que aqui ya no te necesitamos, ya serviste para lo que serviste y ahora no eres más
que basura desechable —su silueta borrosa empezó a alejarse de su lugar frente a mi.
—Ah —se detuvo— y por cierto más te vale no decir nada de lo que pasó hoy aquí,
tenemos todo tu show grabado como la pequeña puta que eres así que si abres la maldita
boca se lo enviaremos a tu familia y todos podran verlo incluso podriamos venderlo por
muy buen dinero, putas como tú son muy cotizadas—amenazó Vincent volteandose
nuevamente y dirigiendose con las dos chicas en los sillones.
Ellas solo se quedaron ahí observando, viendo todo lo que me hacían, viendo mientras ellos
me violaban y yo suplicaba por su ayuda mas no me la brindaron, si no más bien se
deleitaron con mi sufrimiento cual circo de entretenimiento para ellas riéndose de mi y de
mis suplicas.
Lo sigo intentando e intentando arrastrándome por el suelo hasta que lo logro gracias a la
ayuda de la pared más cercana que pude encontrar.
Mientras yo intentaba vestirme las chicas en el fondo miraban con diversion la situación,
mientras yo me quejaba con cada movimiento que daba ellas reian y bromeaban, los tres
infelices actuan como si nada ignorandome por completo.
Me vestí y salí de ese infierno a como pude, temblando, llorando sintiéndome sucia y
asquerosa.
A pasos lentos y tortuosos llegue a casa, por suerte esa noche mamá y papá estaban
durmiendo y no me escucharon llegar. Subi gateando las escaleras hacia mi habitacion, las
palmas y rodillas las sentia en carne viva y mi vientre dolia de manera abrasadora. Me
adentre en mi habitación y me deshice de TODA la ropa ensangrentada, llena de vomito y
fluidos, abrí la ducha me metí en la regadera y me deje caer al suelo de la misma.
No se cuánto tiempo pase tirada en el suelo de la ducha soltando las lagrimas que el agua se
encargaba de lavar, talle y talle duramente mi cuerpo con la esponja intentando quitar de
mi la suciedad que esos malditos dejaron en mi, pero aun así sentía que no se me quitaba
me sentía asqueada de mi misma, me repugnaba y me odiaba.
En cuanto pude salír del baño me mire frente al espejo, mi rostro estaba mallugado de los
golpes que me dieron esos malditos, tenía los labios partidos, la frente llena de cortadas y
mis mejillas estaban amoratadas al igual que mi cuello, ver mi reflejo me hizo romper en
llanto nuevamente no quería ni verme a mi misma, me daba asco observarme asi, golpeada,
sucia, asquerosa y hecha una completa basura.
No sabía que excusa le daría a mis padres cuando me vieran en este estado, seguramente les
inventaria que me había peleado con alguien, tendrían que creérselo a como diera lugar.
El tiempo pareció volverse lento desde ese dia, las heridas sacaron eventualmente o al
menos lo hicieron las superficiales porque las de mi interior estaban en carne viva.
No dormía, las pesadillas que llegaban dia y noche no me lo permitían, la linea entre la
realidad y las alucinaciones que tenía desaparecio por completo, salir de mi habitación me
resultaba imposible, el miedo a ser atacada de nuevo era demasiado.
Fueron semanas en las que mamá luchaba porque comiera o por que saliera, pobre estaba
tan desesperada por verme bien que había hecho todo lo posible por ayudarme a salir de
este maldito agujero al que fui arrojada.
1 año después...
Han pasado un año desde ese dia, 1 maldito año de infierno y pesadillas, de recuerdos
dolorosos que me torturaron cada día y cada noche en todo este tiempo, por suerte ninguno
de infelices logró dejarme embarazada, eso habria sido la gota que derramara el vaso, lo
único que me ayudo a sobrevivir este tiempo fue ahogar mi dolor en alcohol y drogas, me
hacía olvidarme del infierno que vivía al menos por unas horas aunque al regresar a la
realidad volvía a la misma vida de mierda.
Este último año no hice más que darle problemas y dolores de cabeza a mis padres, sabía
que era una decepción como hija para ellos pero ¿Que mas daba? También era una maldita
decepción para mi misma, yo me había fallado en todos los aspectos y me odiaba por eso
me odiaba por ser una maldita cobarde sin los cojones suficientes para acabar con esta
miseria y terminar con mi vida, con esta miserable existencia a la que aún me aferraba y
que a pesar de que lo que más anhelaba era morir no tenía el valor de hacerlo por mi
misma.