BRONQUIOLITIS 2021
BRONQUIOLITIS 2021
BRONQUIOLITIS 2021
Introducción
Este texto está basado en la última actualización sobre Recomendaciones para el manejo de las
infecciones respiratorias agudas bajas en menores de dos años, actualización 2021, documento
elaborado por el Comité de Neumonología, Infectología, Medicina Interna y Pediatría
Ambulatoria de la SAP. Las recomendaciones tienen como principal objetivo disminuir la
morbimortalidad por Infección Respiratoria Aguda en este grupo etario a partir de identificar
factores de riesgo, promover medidas de prevención y aplicar un manejo normatizado de caso
en pacientes con bronquiolitis o neumonía de la comunidad. Asimismo, basado en las mejores
evidencias (locales e internacionales), intenta brindar pautas a los profesionales que atienden
este tipo de pacientes para asegurar un uso más racional de antibióticos optimizando recursos
y minimizando eventos adversos y resistencia a los antimicrobianos.
En la última versión (2021) se remarca la importancia de los factores de riesgo biológicos
y socioambientales tanto en la visita inicial como en el seguimiento del lactante con IRAB.
También se refuerza el concepto de que la medicación broncodilatadora debe utilizarse solo en
el marco de una prueba terapéutica. Asimismo, se enfatiza la necesidad de profundizar la
pesquisa y diagnóstico de hipoxemia en la evaluación inicial, así como frente a situaciones de
riesgo aumentado de complicaciones o muerte, para así actuar en consecuencia.
Índice:
● Definición de bronquiolitis
● Epidemiología
● Etiología
● Fisiopatogenia
● Cuadro clínico
● Métodos complementarios
● Criterios de internación y alta
● Tratamiento y manejo ambulatorio
● Prevención
● Bibliografía
Definición.
Se define como bronquiolitis a la Infección Respiratoria Aguda Baja (IRAB), de etiología
generalmente viral, caracterizada por la inflamación difusa y aguda de las vías aéreas inferiores
que ocasiona obstrucción. Se expresa clínicamente con tos, rales y/o sibilancias (con o sin
retracción costal/tiraje).
En este documento, con fines operativos definiremos como bronquiolitis al “primer episodio de
Infección Respiratoria Aguda baja en el menor de 2 años, de etiología viral, expresado
clínicamente por obstrucción de vías aéreas periféricas (tos, rales, y/o sibilancias”). Esta
definición de caso fue modificada en la actualización 2021, con la intención de diferenciar a la
entidad clínica de IRAB en su primer episodio, (con o sin sibilancias) de aquellos procesos que
participan de cuadros de obstrucción bronquial durante el periodo de lactante. Estos son
generados por diferentes mecanismos patogénicos que suelen ser indistinguibles en la práctica
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diaria al menos, inicialmente. Incluyen situaciones complejas, heterogéneas y muchas veces
superpuestas (broncoconstricción inducida por virus, hiperreactividad bronquial, atopía con
inflamación eosinofílica, vías aéreas congénitamente estrechas, mecanismos reflejos, etc).
Epidemiología
La bronquiolitis es más frecuente en lactantes, especialmente menores de 6 meses. Predomina
en los meses de otoño-invierno en climas templados. Menos del 3% de los lactantes sin factores
de riesgo requieren internación y entre ellos, la mortalidad es menor al 1%. La situación es
distinta cuando existen factores de riesgo. En menores de 30 días de vida internados por
bronquiolitis, hasta el 35% puede requerir cuidados intensivos con asistencia respiratoria
mecánica, y en prematuros con displasia broncopulmonar la incidencia de hospitalización puede
alcanzar a más del 10%. Los pacientes con cardiopatía congénita pueden requerir cuidados
intensivos cuatro veces más frecuentemente que los niños sanos, con una mortalidad de hasta
el 37%.
En general, los lactantes con factores de riesgo presentan internaciones más prolongadas, con
más días de requerimiento oxígeno, y mayor necesidad de asistencia respiratoria mecánica
(ARM) como parte del tratamiento.
Etiología
El agente etiológico más frecuentemente detectado es el virus respiratorio sincicial (VRS),
responsable del 60-80 % de los casos de bronquiolitis (especialmente en invierno). Otros agentes
virales como rinovirus, parainfluenza (1 y 3), metapneumovirus, influenza, adenovirus,
enterovirus y bocavirus humano también pueden causarla, aunque con una frecuencia mucho
menor y en algunos casos con variaciones epidémicas. La detección de más de un agente viral
en el mismo episodio no parece estar relacionado con la gravedad del cuadro clínico.
El VRS es transmitido por secreciones contaminadas de un contacto cercano, en forma directa o
por medio de fómites. La vía más frecuente de contagio en pacientes ambulatorios es el contacto
con un enfermo; mientras que en pacientes hospitalizados la transmisión también puede
deberse a las manos contaminadas del personal. El período de incubación es de 2 a 8 días; y el
virus se elimina en secreciones respiratorias durante 3 a 8 días, pudiendo prolongarse en niños
pequeños e inmunocomprometidos.
Fisiopatología
La infección comienza en el tracto respiratorio superior y se disemina a las vías aéreas inferiores
en pocos días. La injuria viral desencadena una respuesta inflamatoria intensa en las vías aéreas
pequeñas (mononucleares y neutrófilos) que conduce a edema y necrosis del epitelio
respiratorio y su descamación dentro de la luz bronquial/bronquiolar, ocasionando obstrucción.
Algunas vías aéreas se encuentran parcialmente obstruidas con alteración del flujo aéreo normal
y atrapamiento aéreo distal; otras se encuentran completamente obstruidas produciendo
atelectasias. La falta de desarrollo de circulación colateral en esta etapa del desarrollo (poros de
Kohn y canales de Lambert) predispone a esta situación. El compromiso mecánico de la
ventilación interfiere con el intercambio gaseoso.
La alteración más frecuente es la hipoxemia secundaria a áreas hipoventiladas. La hipercapnia
no es frecuente salvo que el niño se encuentre gravemente enfermo. Cuadros graves pueden
acompañarse de inadecuada secreción de hormona anti-diurética e hipertensión pulmonar. La
escasa participación del músculo liso explicaría la falta de respuesta a broncodilatadores, y la
inflamación a predominio neutrofílico (IL-8) justificaría la escasa mejoría de la bronquiolitis típica
con el uso de esteroides.
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Asimismo, la gran heterogeneidad observada en la respuesta terapéutica permite asumir la
existencia de importantes factores individuales en los procesos patogénicos de pacientes con
bronquiolitis al punto de proponer referirse a ella como “síndrome Bronquiolar”. Numerosos
estudios evidencian la presencia de endotipos o mecanismos patogénicos diferentes en función
de marcadores de inflamación (con predominio de TH1/Th2), o fenotipos clínicos: leves,
obstructivos (pulmones negros en la Rx de tórax) e hipoxémicos (infiltrados en la Rx de tórax).
El antecedente de prematurez, o la presencia de comorbilidades, por otra parte, condicionaría
un comportamiento clínico/ respuesta al tratamiento diferente.
Cuadro clínico
La infección típicamente viral (VRS) se caracteriza por la presencia de infección respiratoria alta
entre 1 a 3 días previos (rinorrea, tos y fiebre de escasa magnitud), seguida de síntomas de
compromiso de vías aéreas inferiores (obstrucción bronquial/bronquiolar periférica): tos,
taquipnea, retracción intercostal, espiración prolongada, rales, con o sin sibilancias, que pueden
durar 5 o 6 días. Ocasionalmente puede asociarse a apnea, más frecuente cuanto menor es el
paciente. La recuperación clínica completa puede demorar dos o tres semanas (tiempo de
regeneración del epitelio ciliado).
Diagnóstico
El diagnóstico de bronquiolitis es clínico. No requiere de ningún estudio complementario para
su confirmación. Sin embargo, una radiografía de tórax debe solicitarse en determinadas
situaciones, como veremos a continuación.
Estudios complementarios
Una Rx de tórax deberá solicitarse en las siguientes situaciones:
- Sospecha neumonía bacteriana o viral (taquipnea s/edad luego de tratar las sibilancias. Ver
clase neumonía).
- Sospecha de complicaciones (escape aéreo, atelectasia, enfisema subcutáneo, etc).
- Cuadros graves o con mala evolución (fiebre alta y prolongada, mal estado general, leucocitosis
con neutrofilia y/o más del 10% de neutrófilos inmaduros, VSG>30mm y PCR>40 mg/ml,
hipoxemia (Sat O2<90%).
- Pacientes con factores de riesgo de gravedad (menores de 3 meses, prematuros/ bajo peso al
nacer, cardiopatías congénitas, enfermedad pulmonar crónica, inmunocomprometidos,
trastornos del neurodesarrollo).
Aunque puede ser normal, el patrón radiológico típico es el de compromiso de la vía aérea
(atrapamiento aéreo, engrosamiento peribronquial, infiltrados perihiliares bilaterales discretos,
atelectasias segmentarias o subsegmentarias). El hallazgo de atelectasias en niños con
bronquiolitis puede inducir erróneamente al diagnóstico de neumonía bacteriana ( ver Figura
1).
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Figura 1
Diagnóstico etiológico
La detección de antígenos virales (virus respiratorio sincicial, adenovirus, parainfluenza 1-2-3,
influenza A-B y metapneumovirus humano) en secreciones nasofaríngeas mediante anticuerpos
monoclonales por inmunofluorescencia (IF) está indicado en pacientes que requieren
internación; no es necesario en pacientes ambulatorios sin complicaciones. La muestra debe ser
obtenida dentro de los 5 días desde el comienzo de los síntomas. La Figura 2 es una fotografía
de Inmunofluorescencia con resultado positivo para VRS en secreciones nasales de un lactante
con bronquiolitis.
Figura 2).
Clasificación de gravedad
De acuerdo al grado de incapacidad ventilatoria podrán determinarse distintos niveles de
gravedad. La escala Pierson-Tal (modificada) ha demostrado ser muy útil en la práctica:
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permite normatizar el manejo clínico y la toma de decisiones (ver Tabla 1). La gravedad puede
clasificarse según el puntaje en esta escala en:
● Leve: 0 a 4 puntos (Sat O2≥ 98%).
● Moderado: 5 a 8 puntos (Sat O2 entre 92-97%).
● Severo: 9 a 12 puntos (Sat O2 <92%)
Un estudio de validación de los componentes de la escala mostró a la retracción torácica
(tiraje) como el indicador más preciso de hipoxemia en lactantes.
Criterios de internación
Entre los criterios para decidir el ingreso de un lactante con bronquiolitis se cuentan:
● Hipoxemia (Sat O2< 92%)
● Historia de Apneas
● Score de Tal >11 inicial; >9 en la 1º h; > 6 en la 2º hora.
● Cianosis
● Imposibilidad de alimentarse
● Deshidratación
● Presencia de factor de riesgo para IRAB grave
● Riesgo social
Lugar de internación
Según las características del paciente, variará el sector en el que se lo interne cuando lo
requiera. Es decir:
- Un paciente con SatO2= 92-95% con máscara de oxígeno (Fi O2:100%) o SatO2< 92%
respirando aire ambiental debe enviarse a la sala general con suministro de oxígeno.
- Si el paciente presenta incapacidad para mantener la saturación de oxígeno mayor a 92% a
pesar de oxigenoterapia en aumento, si existe deterioro del estado respiratorio con signos de
agotamiento (signos compatibles con CRIA) y si el paciente presenta apneas debe ingresar a
UCI/UTI.
La reciente incorporación del uso de la Oxigenoterapia de Alto flujo con cánula nasal (OAF)
podría permitir tratar a los pacientes en sala general, reduciendo eventualmente la necesidad
de incrementar el apoyo ventilatorio.
En el caso de pacientes con diagnóstico etiológico confirmado (Ag virales por IFI) el accionar
variará también en función de ese diagnóstico:
● VRS, parainfluenza, metapneumovirus: se indicará aislamiento de contacto* y barrera
epidemiológica**
● Influenza A y B, adenovirus: se indicará aislamiento de contacto y respiratorio
(habitación individual por 14 días o aislamiento de cohorte).
● Sin identificación de etiología se indicará aislamiento de contacto y barrera
epidemiológica.
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*Aislamiento de contacto: lavado de manos, equipo individual estéril y uso de guantes, limitar
visitas, unidades separadas por 1,80 mts
**Barrera epidemiológica: no internar junto con menores de 1 año, niños con cardiopatías,
enfermedad pulmonar crónica, inmunocomprometidos
Tratamiento
Manejo ambulatorio
- Ingreso del paciente al sistema de salud por el primer nivel de atención (articulado a red de
derivación).
- Evaluación del paciente y su entorno en forma integral, incluyendo su gravedad y factores
de riesgo.
- Observación del lactante durante un período de tiempo breve y acotado, pero suficiente
para valorar adecuadamente su estado clínico (gravedad y estado de hidratación) y
respuesta a las medidas adoptadas.
- Decisión sobre el destino del paciente en base a gravedad, evolución durante el período de
observación y factores de riesgo presentes, incluyendo las opciones de manejo ambulatorio
o derivación a centro de mayor complejidad, según corresponda.
- Difusión a la comunidad de medidas de prevención, reconocimiento de signos de alarma,
necesidad de consulta precoz y de cumplir con los controles hasta el alta definitiva.
- En el contexto de la pandemia por el virus SARS-CoV2, u otras situaciones epidemiológicas
particulares, las recomendaciones deberán adecuarse oportunamente en base a las
disposiciones impartidas por las autoridades sanitarias.
Consideraciones para el manejo normatizado de caso el primer nivel de atención. Ver cuadro
(Figura 3).
Tratamiento en la internación
- Posición semi-sentado para favorecer la mecánica respiratoria.
- Hidratación. Cuando esté indicada hidratación parenteral se comenzará el aporte de agua y
electrólitos según las necesidades de mantenimiento estandarizadas, corrigiéndose
posteriormente el aporte de acuerdo a los requerimientos reales del paciente. En caso de existir
déficit previo (deshidratación), se corregirá inicialmente. Ante la posibilidad de existir retención
hídrica por inadecuada secreción de hormona antidiurética, es recomendable ajustar los
volúmenes de acuerdo a un estricto balance hídrico (diuresis y densidad urinaria).
- Alimentación: Siempre que sea posible se conservará la lactancia materna. Se intentará
mantener un aporte nutricional adecuado. Es importante observar al niño durante la
alimentación para evaluar la coordinación entre los mecanismos de succión, deglución y
respiración y detectar/prevenir la aspiración de alimentos. Se recomienda mantener las fosas
nasales despejadas, administrar pequeños volúmenes de alimento con frecuencia y establecer
pausas periódicas para que puedan descansar. La magnitud de la incapacidad ventilatoria puede
hacer necesario fraccionar la alimentación o incluso suspender el aporte oral (cuando la
frecuencia respiratoria supere 60 por minutos). En algunos casos podrá recurrirse al uso de
sonda nasogástrica u orogástrica.
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- Antitérmicos: Cuando corresponda podrán emplearse antitérmicos como el paracetamol o el
ibuprofeno a dosis habituales.
- Oxigenoterapia. El oxígeno es el único medicamento con probada eficacia en bronquiolitis; es
broncodilatador, vasodilatador y disminuye el trabajo respiratorio. Se sugiere mantener
SatO2>94%. Para la suspensión del mismo tomar registros estables de SatO2 >94%. En pacientes
sin factores de riesgo y con evolución clínica favorable, podría considerarse la suspensión de la
oxigenoterapia con SatO2 entre 92-94%. El oxígeno debe administrarse (mediante cánulas
nasales) humidificado y calentado con flujos superiores a 1 L/min. Como se mencionó
anteriormente, el empleo de Oxigenoterapia de Alto flujo con cánula nasal (OAF) aparece como
una alternativa de tratamiento, particularmente útil en pacientes en los que la oxigenoterapia
convencional no ofrece el resultado esperado. Se puede considerar el uso de ventilación no
invasiva (VNI) en aquellos pacientes con insuficiencia respiratoria que no responden al
tratamiento médico convencional. La utilización de dispositivos como BiPAP/CPAP han
demostrado mejorías en escalas clínicas de gravedad, disminuyen la frecuencia y la dificultad
respiratoria; sin embargo requieren de entrenamiento por parte del equipo profesional y no
siempre es tolerado por los lactantes.
- B2 adrenérgicos: Aún persiste cierta controversia sobre el beneficio del uso de estas drogas en
niños con bronquiolitis. Debido a que no se han podido establecer características que permitan
identificar a los niños que no responderán al tratamiento con broncodilatadores, puede
intentarse una prueba terapéutica; y en el caso de no haber respuesta clínica, deberían
suspenderse. Esto es particularmente importante en aquellos programas que consideren al
paciente en base a su sintomatología (sindrome bronquial obstructivo), la cual puede incluir
diferentes enfermedades. Las recomendaciones propuestas en la actualización 2021 considera
su ingreso al sistema a partir del 1er episodio de IRAB, en donde la prioridad deberá estar
centrada en la pesquisa y diagnóstico de hipoxemia, y
El salbutamol vía inhalatoria puede ser utilizado en el manejo inicial debido su baja toxicidad y
fácil administración. Se administra con un aerosol presurizado (200 mcg= 2 disparos) con
aerocámara o nebulización con O2 (0,15-0,25mg/kg/dosis. Máximo 20 gotas= 5mg) o
nebulización continua con salbutamol 0,5 mg/kg/h (no pasar de15 mg/h). Antes de continuar
con el tratamiento, es necesario evaluar la respuesta del paciente.
Tratamientos NO recomendados:
- Solución salina hipertónica: No hay evidencia suficiente que avale su uso en forma sistemática.
Un estudio publicado recientemente no encontró beneficios en los días de hospitalización con
el uso de solución salina hipertónica nebulizada (3%) versus solución salina (0,9%) más
broncodilatador en menores de un año con bronquiolitis.
- El empleo de corticoides sistémico o inhalados, anticolinérgicos, furosemida aerosolizada,
adrenalina, mucolíticos, DNasa, antibióticos, antileucotrienos, solución fisiológica nebulizada
NO han demostrado efectos beneficios en niños con bronquiolitis.
- El uso inapropiado de antibióticos expone a los pacientes a riesgos innecesarios de eventos
adversos, incrementa los costos y favorece el desarrollo de resistencia a los antibióticos.
- Kinesioterapia: en general las técnicas de vibración y percusión no se recomiendan debido a
una falta de beneficio y los potenciales efectos adversos (vómitos, bradicardia y desaturación) o
la desestabilización respiratoria transitoria.
Complicaciones
Entre las complicaciones del paciente con bronquiolitis, podemos encontrar:
∙ Insuficiencia respiratoria (paro cardiorrespiratorio/muerte).
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∙ Apneas.
∙ Deshidratación/sobrehidratación e hipertensión pulmonar.
∙ Escape aéreo (neumotórax, neumomediastino, enfisema subcutáneo).
∙ Infecciones bacterianas sobreagregadas (otitis media- neumonía bacteriana).
∙ Hiperreactividad bronquial secundaria (sibilancias recurrentes).
. Complicaciones derivadas de la terapéutica instaurada (apoyo ventilatorio y/o cuidados en
UTI)
Prevención
La prevención de la bronquiolitis es, fundamentalmente inespecífica, tal como se abordó en la
clase sobre las generalidades de las IRA.
Prevención específica
La prevención específica contra los virus involucrados en bronquiolitis implica completar carné
de vacunación según normas del Ministerio de Salud de la Nación y recomendaciones de la
Sociedad Argentina de Pediatría. Incluye vacuna antigripal (embarazada y lactantes entre 6-24
meses de edad) y anticuerpo monoclonal para VRS (Palivizumb) con indicaciones precisas
según riesgo y epidemiología local.
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Figura 3. Escala visual para colaborar en el tamizaje y manejo de lactantes con IRAB en el primer nivel de
atención.
Destinado al 1° episodio de IRAB en menores de 2 años, con tos y dificultad para respirar (con o sin tiraje,
taquipnea, rales, y/o sibilancias).
*Considerar ATB y/o estudios complementarios sólo si sospecha infección Bacteriana (Infección Urinaria-otitis media
aguda- neumonía bacteriana).
**Realizar prueba terapéutica con salbutamol (2 puff c/15-20 minutos, 3 en una hora) evaluar durante la primera
hora. Verificar respuesta clínica. Con respuesta clínica positiva continuar con salbutamol inhalado 2 puff (con
aerocámara) c/6-8 hs. Sin respuesta SUSPENDER.
***Factores de Riesgo. Biológicos: edad menor de 3 meses, prematurez/bajo peso al nacer, cardiopatía congénita,
desnutrición, inmunodeficiencia, enfermedades pulmonares crónicas, alteraciones del neurodesarrollo. Socio-
ambientales: madre adolescente, bajo nivel de instrucción materno y/o paterno, dificultades en el acceso al sistema
de salud, tabaquismo, etc.
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