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Poder Judicial de la Nación

JUZGADO FEDERAL EN LO CRIM. Y CORR. DE SAN MARTIN 1

Gral. San Martín, 17 de diciembre de 2024.


AUTOS Y VISTOS:
Para resolver en el expediente nro. FSM 9538/2024 del
registro de la Secretaría nro. 3, de este Juzgado Federal en lo Criminal
y Correccional nro. 1 de San Martín, respecto de la situación procesal
de MARTÍN LUCIANO PODERTI, de nacionalidad argentina, titular
del DNI nro. 24.588.248, sin sobrenombres ni apodos, nacido el
21/4/1975 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hijo de Carlos
Alberto (f) y de Ana Beatriz Natin (v), juez federal de la Nación, de
estado civil separado de hecho, domiciliado en la calle Azcuénaga nro.
255, piso 14, depto. 5 de la ciudad de Mar del Plata, pcia. de Buenos
Aires -Complejo "Torres Golf"-.
Y CONSIDERANDO QUE:
I- Formación de la presente causa:
Las presentes actuaciones reconocen su origen como
consecuencia de la extracción de testimonios del expediente nro. FSM
5237/2014/148, caratulado “Sancho, Gustavo Darío y otros
s/infracción a la Ley 23.737”, dispuesta por el Sr. juez a cargo del
Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro, en
los términos del art. 177 del CPPN, ante la posible comisión de un
delito de acción pública.
Tal decisión encontró fundamento en el hecho que en el
marco de las diligencias realizadas para concretar la devolución de
efectos oportunamente ordenada por el Tribunal Oral en lo Criminal
Federal nro. 2 de San Martín, en favor de Rodolfo Darío Tamborini, se
verificó el faltante de ciertos valores que habían sido oportunamente
secuestrados y depositados en la caja de seguridad nro. 8-44 de la
sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina, más
precisamente varias monedas de oro que permanecían resguardadas
-junto a otros elementos- en tal caja de seguridad, cuya llave había sido
confiada al Dr. Martín Luciano Poderti -en ese entonces secretario ante
el mencionado juzgado federal-, el cual figuraba en los registros
bancarios con un total de diecinueve ingresos al ámbito de esa caja de
seguridad, durante el transcurso de tres años, sin correlación alguna
con las constancias del referido sumario.

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Registrados los actuados ante este tribunal, se dispuso
delegar la dirección de la investigación al Sr. Fiscal Federal de Tres de
Febrero, de conformidad con lo normado por el art. 196 del CPPN.
Luego de producir distintas diligencias, el Representante
del Ministerio Público Fiscal presentó el dictamen glosado a fs.
1223/1236, en el consignó que atento al cuadro probatorio recabado en
la presente pesquisa, se había reunido el estado de sospecha requerido
por el artículo 294 del CPPN para convocar a Martín Luciano Poderti a
prestar declaración indagatoria, en orden al evento aquí pesquisado,
que resulta encuadrable "prima facie" en el delito de peculado (art. 261
del CP).
Así las cosas, indagado que fue el encausado Poderti es que
corresponde resolver su situación procesal.
II- Acción atribuida a Martín Luciano Poderti, y su
responsable autoría:
En los términos previstos por el art. 306 del CPPN, se tiene
por acreditado “prima facie” que Martín Luciano Poderti en fecha
incierta, pero entre los días 26 de diciembre de 2019 y 9 de febrero de
2023, intervino en la sustracción de 144 monedas de oro, entre ellas 59
piezas de oro identificadas como “KRUGERRAND”; 2 piezas de oro
que representan moneda CIEN SOLES–PERÚ; 28 como “ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS” que representan 50 pesos mexicanos; 54
piezas de oro correspondiente a moneda libra (soberano) con la imagen
de un hombre a caballo; y 1 pieza de oro correspondiente a una
moneda de 100 Yuanes, cuya custodia le fuera confiada en razón de su
cargo, que fueran secuestradas entre otros efectos, en fecha 14 de
noviembre de 2017, en el marco de la causa nro. FSM 5237/2014, y
resguardados en la caja de seguridad nro. 8-44 de la sucursal San Isidro
del Banco de la Nación Argentina, que fuera contratada a la orden del
Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 1 de San Isidro,
donde inicialmente tramitó dicho sumario, y tras la inhibición de la
jueza a cargo de ese tribunal, se traspasó la titularidad de la caja de
seguridad al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 2 de
San Isidro, a nombre del Dr. Lino Mirabelli y del encausado, quien el
día 10 de diciembre de 2019, compareció a la aludida sede bancaria,
junto con Marcelo Pablo Becerra, titular de la Secretaría nro. 1 del

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Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 1 de San Isidro,


para fotografiar los elementos allí reservados, certificarlos, y
mantenerlos resguardados en la caja de seguridad antes detallada,
cuyas llaves le fueron entregadas en mano a Poderti, en tanto el
faltante, se detectó el 9/4/2024.
En este orden de ideas, objetivamente el hecho puede
considerarse probado, hasta aquí, a través de las siguientes actuaciones:
1) Constancia elaborada con fecha 9 de abril de 2024, por el
Dr. Matías Pietronave, que da cuenta que al dar cumplimiento con lo
ordenado por el Dr. Lino Mirabelli, en consonancia con lo dispuesto
por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal nro. 2 de San Martín,
respecto de la devolución de los efectos resguardados en la caja de
seguridad nro. 844 de la sucursal San Isidro del Banco de la Nación
Argentina, se constituyó el 8/4/2024 en la mencionada sucursal
bancaria, e hizo entrega del oficio en original en el cual se ordenó que
la mencionada caja de seguridad pasara a estar registrada a su orden y
del Dr. Mirabelli, ante lo cual le fue informado por personal de tal
entidad que horas más tarde o al día siguiente podría encontrarse en
condiciones de acceder a la caja de seguridad.
Asimismo, consignó que el 9/4/2024 se volvió a presentar
ante la citada sede bancaria y por primera vez ingresó al sector de las
cajas de seguridad, sito en el subsuelo de tal dependencia, con la
respectiva llave, de la cual poseía dos ejemplares que oportunamente
se le entregaran en el juzgado en el que cumplía funciones, a fin de
organizar los valores que debía entregar a Rodolfo Tamborini.
Expuso que en esa oportunidad, fue acompañado por el
habilitado del juzgado Martín Ochoa, el cual sin ingresar al sector de
cajas de seguridad, mantuvo conversaciones con empleados de la
sucursal en cuestión para establecer el espacio para efectivizar la
entrega.
Mencionó que en el sector de las cajas de seguridad fue
acompañado de un empleado para proceder a la apertura de la caja
nro. 844, para luego dirigirse siempre en ese mismo ámbito a un sector
reservado para tomar vista de lo contenido y pudo constatar que
dentro de la caja de seguridad además de varios embalajes como ser
tubos plásticos y cajas de cartón se encontraban los siguientes valores:

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seis (6) monedas doradas con la inscripción “Krugerland”; ciento
treinta y cuatro (134) monedas doradas con la imagen de un hombre a
caballo; una (1) moneda plateada con la imagen de la estatua de la
libertad; tres (3) anillos; un (1) reloj con la inscripción “Rolex”; y tres
(3) lingotes dorados que poseían adjuntos certificados con la
inscripción “Credit Suisse” nros. 497672, 497679 y 106055.
Expuso que luego procedió a obtener fotografías de los
elementos detallados con su teléfono celular las cuales se adjuntaron a
la constancia.
Surge del acta que su horario de arribo a la sucursal fue
aproximadamente a las 10 hs.
Expresó que dado que en principio los valores hallados no
tendrían correlación con aquellos que surgían de las constancias de la
causa, luego de colocar los efectos nuevamente en la caja de seguridad
de mención y proceder a su cierre con el personal bancario, sin
retirarse del sector de las cajas de seguridad que se hallaba separado
por una reja del resto de la sucursal bancaria, se comunicó
telefónicamente con el Dr. Federico Díaz, secretario a cargo de la
Secretaría nro. 5 del juzgado, el cual se apersonó en la entidad bancaria
alrededor de las 12 hs., y constató su salida de ese sector, y además
verificó que al egresar solo portaba objetos personales que detalló en
una acta que labró al efecto (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
2) Constancia de fecha 9/4/2024, elaborada por el Dr.
Federico Díaz, en la que expuso que a las 12 hs. aproximadamente, se
constituyó en la sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina,
más precisamente en el sector de cajas de seguridad, situado en el
primer subsuelo, donde constató que el Dr. Matías Pietronave se
encontraba reja de por medio, es decir dentro del aludido sector de
cajas de seguridad.
Surge de dicha acta que el mencionado Pietronave salió de
ese lugar con una hoja en su mano y sin elemento de valor alguno, y
que sin perderlo de vista se dirigieron al vehículo asignado al juzgado
donde le exhibió sus pertenencias que resultaron todas personales.

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Detalló lo exhibido que resultó lo siguiente: un porta


-documento, $19.000, una llave automotor, un encendedor, un atado de
cigarrillos, dos teléfonos celulares, y un juego de llaves de la caja de
seguridad (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
3) Acta que da cuenta del allanamiento efectuado con fecha
14/11/2017, en el inmueble sito en la calle Juan Domingo Perón nro.
679, piso sexto, oficina 602, de la CABA, por orden del Juzgado Federal
en lo Criminal y Correccional nro. 1 de San Isidro, en el marco de los
autos caratulados “Sancho, Gustavo Darío s/infracción Ley nro. 23.737
(causa nro. 5237/2014)”, de la que se desprende que se procedió al
secuestro de dos frascos cilíndricos transparentes con la inscripción
“Numis Products Inc. Los Angeles”, los que contenían veinte (20)
monedas cada uno de color dorado, que rezaban todas “SUID-AFRICA
-KRUGERRAND FYNGOUD 1OZ FINE GOLD”, de las cuales 1
moneda era del año 1971, 4 del año 1974, 3 del año 1975, 2 del año 1976,
1 del año 1977, 1 del año 1978, 12 del año 1979, 12 del año 1980, 1 del
año 1981, y 3 del año 1983, identificados como “Secuestro 9” (fs. 1 y fs.
124/439 del Sistema Lex 100).
4) Acta que ilustra el allanamiento llevado a cabo el
14/11/2017, en la calle Juan Domingo Perón nro. 679, piso octavo,
oficina 802, de la CABA, por orden del Juzgado Federal en lo Criminal
y Correccional nro. 1 de San Isidro, en relación al expediente
mencionado en el punto que antecede, de la que surge que se
incautaron, entre otras cosas, dos (2) cajas de cartón con la inscripción
“Dulkre”, que en su interior poseían un (1) frasco transparente con
cinco (5) monedas doradas con la inscripción “50 pesos 375G oro puro
1821 1947” y al dorso “Estados Unidos Mexicanos”; diecisiete (17)
monedas doradas con la inscripción “KRUGERRAND FYNGOUD 1OZ
FINE GOLD” y al dorso “SUID-AFRIKA- SOUTH AFRICA”, de
diferentes años; dos (2) frascos con la leyenda “ACEMUK 600” con
ochenta (80) y cuarenta y cuatro (44) monedas doradas con la figura de
un hombre sobre un caballo de distintos años, ubicadas en los frascos
descriptos, identificados como “Secuestro nro. 1”. Asimismo, se
secuestraron tres (3) anillos; una (1) moneda con la imagen del rostro
de la estatua de la libertad del año 1985 y un (1) reloj con la inscripción
“Rolex” color plateado, identificados como “Secuestro nro. 21”.

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También se incautaron tres (3) barras de color dorado con la
inscripción “CREDIT SUISSE 100G FINE GOLD 999.9”, series 497679,
497672, y 106055, respectivamente, con sus respectivos certificados;
una (1) moneda dorada con inscripción año 1985; veintitrés (23)
monedas doradas que rezan “50 pesos 375G oro puro 1821 1947” y al
dorso “Estados Unidos Mexicanos”; dos (2) monedas doradas con la
inscripción “CIEN SOLES ORO GRS. 42.1264 DE ORO FINO año
1962”, y al dorso “REPUBLICA PERUANA NUEVEDECIMOS
FINOS”; ocho (8) monedas doradas con la inscripción
“KRUGERRAND 1983 FYNGOUD 1OZ FINE GOLD” y al dorso “SUID
-AFRIKA- SOUTH AFRICA”; sesenta y cuatro (64) monedas doradas
con la figura de un hombre sobre un caballo de distintos años,
identificadas como Secuestro nro. 1”. (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema
Lex 100).
5) Proveído de fecha 15/11/2017 y certificado, en los que
lucen descriptos los efectos secuestrados de forma coincidente con lo
anteriormente detallado en los puntos 3) y 4) del presente resolutorio (
fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
6) Informe labrado por el Banco Ciudad de Buenos Aires,
presentado por el Dr. Celso Farías, en su carácter de apoderado de tal
entidad bancaria, del cual surge que analizados los bienes descriptos
precedentemente arrojaron un valor de $2.653.134.
Cabe destacar que en tal estudio se consignó puntualmente
que las monedas incautadas resultaban de oro de diferentes kilates y
pesos (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
7) Constancia elaborada y suscripta por el Dr. Martín
Luciano Poderti, que da cuenta que en su carácter de secretario del
Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro,
recepcionó el expediente nro. FSM 5237/2014 procedente del Juzgado
Federal en lo Criminal y Correccional nro. 1 de San Isidro, en tanto que
a continuación luce el decreto a través del cual el Dr. Lino Mirabelli,
titular del tribunal mencionado en primer término, dispuso aceptar la
inhibición de la Dra. Sandra Arroyo Salgado, a cargo del juzgado
declinante (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
8) Proveído de fecha 3/12/2019, suscripto por el Dr. Lino
Mirabelli, mediante el cual se ordenó la apertura de una caja de

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seguridad en la sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina,


a efectos de guardar los valores que obraban reservados en la caja de
seguridad abierta en esa sede a titularidad del Juzgado Federal en lo
Criminal y Correccional nro. 1 de San Isidro.
Asimismo, se dispuso que la caja de seguridad cuya
apertura se solicitaba, quedara a la orden de los Dres. Lino Mirabelli y
Martín Luciano Poderti, y a este último debía entregarse la
correspondiente llave de acceso.
A la vez, se ordenó que los Dres. Marcelo Becerra y Martín
Luciano Poderti coordinaran constituirse en la mencionada entidad
bancaria, a los fines de traspasar los valores de la caja de seguridad,
todo lo cual debía dejarse asentado en un acta detallada y firmada por
ambos funcionarios (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
9) Decretos de fechas 3/9/2019 y 4/10/2019, por medio de
los cuales la Dra. Sandra Arroyo Salgado ordenó en lo sustancial al
gerente de la sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina que
los diferentes depósitos, cuentas y valores reservados en esa
dependencia, relativos a la causa nro. FSM 5237/2014 quedaran
anotados a exclusiva disposición del Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional nro. 2 de San Isidro, como así también dispuso idéntica
diligencia respecto de la caja de seguridad registrada a nombre del
Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 1 de San Isidro (fs.
1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
10) Acta de fecha 10/12/2019, que da cuenta que los Dres.
Marcelo Pablo Becerra y Martín Luciano Poderti de las Secretarías
nros. 1 y 6 de los Juzgados Federales en lo Criminal y Correccional
nros. 1 y 2 de San Isidro, respectivamente, se hicieron presentes en la
sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina, y procedieron a
certificar el contenido de la caja de seguridad nro. 844 mediante la
extracción de fotografías de los elementos allí resguardados, las que
imprimieron y agregaron para constancia de ello. Asimismo, asentaron
que los elementos que daban cuenta las imágenes quedaban a
resguardo en la misma caja de seguridad a disposición del mencionado
Juzgado Federal nro. 2, cuyas llaves fueron modificadas y entregadas
en mano al Dr. Poderti (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100)

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Asimismo, se glosó el certificado actuarial, de fecha
22/7/2024, suscripto por el Dr. Ezequiel Palazuelos de la Fiscalía
Federal de Tres de Febrero, del que surge la recepción de los originales
de la actuación labrada el 10/12/2019, por los Dres. Becerra y Poderti y
de las placas fotográficas obtenidas en el marco de la certificación de
efectos efectuada en tal oportunidad.
11) Proveído y oficio electrónico (DEO nro. 10640372)
librados en el marco de la causa nro. FSM 5237/2014, por el Tribunal
Oral en lo Criminal Federal nro. 2 de San Martín en fecha 7/8/2023, a
través de los cuales comunicó al Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional nro. 2 de San Isidro que con fecha 3 de mayo del 2023 se
resolvió absolver a Rodolfo Darío Tamborini, y devolverle la totalidad
de los efectos descriptos en las actas detalladas precedentemente (fs. 1
y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
12) Proveído de fecha 9/11/2023 en causa nro. FSM
5237/2014, mediante el cual el titular del Juzgado Federal en lo
Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro, ordenó que se procediera
a la devolución de la totalidad de efectos secuestrados a Tamborini (fs.
1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
13) Decreto del 7/3/2024, en expediente nro. FSM
5237/2014 del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 2 de
San Isidro, a través del cual se le requirió a la sucursal San Isidro del
Banco de la Nación, que la caja de seguridad nro. 844 cesara de estar
anotada a la orden de los Dres. Lino Mirabelli y Martín Luciano
Poderti, y quedara registrada a la orden del primero de los nombrados
y del Dr. Matías Santiago Pietronave, medida que se llevó a cabo para
poder cumplir con la devolución de efectos a Tamborini (fs. 1 y fs.
124/439 del Sistema Lex 100).
14) Decreto del 16/4/2024, en causa nro. FSM 5237/2014
del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro,
en el que se dispuso que, de conformidad con lo que surgía del acta de
fecha 9 de abril de 2024, labrada por el Dr. Pietronave, se formara
legajo a fin de procurar la búsqueda de los efectos faltantes (fs. 1 y Fs.
124/439 del Sistema Lex 100) y la constatación "in situ" por parte del
Dr. Mirabelli en la sede de la sucursal bancaria en cuestión.

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15) Acta del 16/4/2024 labrada por el Dr. Federico Díaz


que da cuenta que se constituyó en la sucursal San Isidro del Banco de
la Nación Argentina, y a las 13.46 hs. aproximadamente los Dres Lino
Mirabelli y Matías Pietronave ingresaron al sector de cajas de
seguridad de tal entidad bancaria, previo exhibirle sus pertenencias,
las cuales constaban de su respectivos DNI, teléfonos celulares y
billeteras, sin tener objetos de valor alguno, y que a las 14.09 hs., los
mencionados funcionarios egresaron del aludido sector, ocasión en la
que ni bien traspasaron la reja constató que poseían los mismos objetos
personales con los que ingresaron, sin portar elemento de valor alguno
(fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
16) Acta del 16/4/2024, suscripta por los Dres. Lino
Mirabelli y Matías Pietronave, de la que surge que se hicieron
presentes los mencionados y el Dr. Federico Díaz en la sucursal San
Isidro del Banco de la Nación Argentina, y que los dos primeros
nombrados pudieron constatar que en el interior de la caja de
seguridad nro. 844 había una caja de plástico azul que contenía otras
dos cajas de cartón y elementos varios sueltos.
Luce descripto que dentro de la caja de cartón identificada
como “Monedas Secuestro 1”, pudieron verificar que había tres (3)
anillos, un (1) reloj con la inscripción “Rolex”, tres (3) lingotes dorados
que poseían adjuntos certificados que rezaban “CREDIT SUISSE” nros.
497672, 497679 y 106055, y papeles varios.
Se desprende además, que dentro de la restante caja de
cartón identificada como “Secuestro 21” había cinco (5) tubos plásticos
vacíos, un (1) tubo de plástico con seis (6) monedas doradas con la
inscripción “KRUGERRAND”, un estuche azul con una moneda
plateada con la imagen de la cabeza de la estatua de la libertad, un
tubo plástico con cincuenta y cuatro (54) monedas doradas con la
imagen de un hombre a caballo, y un tubo plástico con ochenta (80)
monedas doradas con la misma imagen antes descripta, y papeles
varios.
Surge que dentro de la caja azul había dos (2) tubos
plásticos vacíos y un pedazo de cartón que rezaba “Secuestro 9”,
además de papeles varios.

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Asimismo, se dejó constancia que era todo lo que contenía
la caja de seguridad, la cual fue colocada en su espacio correspondiente
y cerrada correctamente y se extrajeron fotografías de todos los
elementos que fueron habidos.
Por último, se asentó que el Dr. Mirabelli se entrevistó con
la gerente de la mencionada sucursal bancaria, María Alejandra
Gutierrez, y ante la solicitud que le fuera formulada, aportó el registro
de los accesos a la caja de seguridad nro. 844 que constaba de veintidós
(22) impresiones de pantalla (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
17) Plana de ingresos expedida con fecha 16/4/2024 por la
sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina, que da cuenta
que desde el 12/12/2019 se registraron los siguientes ingresos a la caja
de seguridad 8-44: 1) 26/12/2019 desde 10.56 hs. hasta las 11.01 hs.; 2)
6/1/2020 desde 11.24 hs. hasta 11.30 hs.; 3) 4/2/2020 desde 11.19 hs.
hasta 11.31 hs.; 4) 11/2/2020 desde 13.48 hs. hasta 14.12 hs.; 5)
21/8/2020 desde 13.23 hs. hasta 13.46 hs.; 6) 28/4/2021 desde 14.23 hs.
hasta 14.30 hs.; 7) 29/7/2021 desde 11.48 hs. hasta 12.30 hs.; 8)
22/9/2021 desde 13.36 hs. hasta 14.05 hs.; 9) 11/1/2022 desde 17.11
hasta 17.13 hs.; 10) 15/3/2022 desde 12.21 hs. hasta 12.29 hs.; 11)
3/5/2022 desde 12.06 hs. hasta 12.17 hs.; 12) 12/8/2022 desde 10.21 hs.
hasta 10.31 hs.; 13) 5/9/2022 desde 11.17 hs. hasta 11.23 hs.; 14)
14/9/2022 desde 13.04 hs. hasta 13.09 hs.; 15) 2/11/2022 desde 11.05
hs. hasta 11.10 hs. 16) 28/12/2022 desde 11.49 hs. hasta 11.55 hs. 17)
30/12/2022 desde 10.27 hs. hasta 11.15 hs.; 18) 27/1/2023 desde 14.15
hs. hasta 14.26 hs.; 19) 9/2/2023 desde 10.06 hs. hasta 10.13 hs.; 20)
9/4/2024 desde 10.48 hs. hasta 11:55 hs.; 21) 16/4/2024 desde 13:46 hs.
hasta 14.10 hs. (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
18) Planillas libradas por la sucursal bancaria de mención
que reflejan los movimientos descriptos en el párrafo que precede, y
de las que surge que los primeros diecinueve (19) ingresos fueron
efectuados por el titular del DNI nro. 24.588.248 y CUIL nro. 20
-24588248-4, mientras que el ingreso 20) lo realizó el titular del DNI
nro. 21.953.782 y CUIL nro. 20-21953782-5; y el 21), lo concretaron el
anteriormente sindicado y el titular del DNI 21.732.220 y CUIL nro. 20
-21732220-1 (fs. 1 y fs. 124/439 del Sistema Lex 100).

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19) Informe actuarial que da cuenta que el Dr. Martín


Luciano Poderti estuvo a cargo de la Secretaría nro. 6 del Juzgado
Federal en lo Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro hasta el día
28 de febrero de 2023, luego de lo cual -el 1 de marzo del 2023- se hizo
cargo de tal secretaría, el Dr. Matías Nicholson.
Surge expuesto que en los primeros días de su gestión, el
último de los nombrados, ordenó un relevamiento de la totalidad de
los efectos resguardados en el ámbito de la mencionada secretaría,
tanto en el armario de la oficina que Nicholson ocupaba como en los
demás muebles existentes, y no fueron halladas monedas de oro y/o
dinero que tuviera que ser depositado en un establecimiento bancario.
Se dejó constancia que dentro del escritorio que utilizaba el
Dr. Poderti se encontró un manojo que tenía llaves que pertenecían al
archivo y armarios de esa secretaría, como así también a la cocina y al
anexo del segundo piso de ese juzgado.
Por último, luce asentado que en el armario ubicado en su
despacho halló bajo llave, una caja rotulada como “Legajos de
Identidad Reservada”, dentro de la cual se encontraron distintas
actuaciones, y dos llaves de una caja de seguridad del Banco de la
Nación Argentina relativa a la causa nro. FSM 5237/2014, que tuvo en
su poder hasta que se las entregó al Dr. Matías Pietronave (fs. 124/439
del Sistema Lex 100).
20) Informe actuarial suscripto por el Dr. Federico Díaz, del
que se desprende que en el expediente nro. FSM 5237/2014 no
constaba actuación o decreto alguno vinculado con el acceso a la caja
de seguridad nro. 844, excepto aquellos relacionados al cambio de
registración a la orden del Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional nro. 2 de San Isidro (10/12/2019), y la providencia del 7
de marzo de 2024, a través del cual se cambió la titularidad del
autorizado al ingreso de Martín Poderti a Matías Pietronave, a los fines
de proceder a la devolución de los elementos resguardados.
Asimismo, se dejó constancia que la CUIL nro. 20-24588248
-4 corresponde a Martín Luciano Poderti, conforme compulsa
efectuada a la página “www.cuitonline.com” (fs. 124/439 del Sistema
Lex 100).

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21) Decreto de fecha 17/4/2024, a través el cual el Dr. Lino
Mirabelli, titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional
nro. 2 de San Isidro, ordenó una intensa búsqueda de los valores que se
hallaban resguardados en la caja de seguridad nro. 844, como así
también el envío de un correo electrónico a la sucursal San Isidro del
Banco de la Nación Argentina, a fin de solicitar los registros de
ingresos a la aludida caja de seguridad, y la obtención de testimonios
de lo actuado, y su remisión a la CFASM, ante la posible comisión de
un delito de acción pública (fs. 124/439 del Sistema Lex 100).
22) Declaración testimonial de María Alejandra Gutiérrez,
en la que aclaró que no resultaba la gerente de la sucursal San Isidro
del Banco de la Nación Argentina, sino que tal cargo lo ostentaba
Alejandro Paredes y que cuando el gerente no se encontraba en
función, suscribía la declarante, en razón del orden jerárquico.
Al ser preguntada para que explique el procedimiento para
el acceso al sector de cajas de seguridad, expuso que la persona que se
presentaba en tal sector para ingresar debía exhibir inexorablemente el
DNI en forma física, no se admitía el digital, y se controlaba que
coincidiera tanto la fotografía como la firma que lucían en el cartular.
Refirió que también se chequeaba que el ejemplar del DNI
exhibido coincidiera con aquel registrado al momento de la
contratación de la caja de seguridad, y que la persona efectivamente
resultare ser el titular de la caja.
Agregó que antiguamente existía la figura del autorizado
para acceder a la caja de seguridad, más, en razón de una serie de
modificaciones internas del banco, ello ya no era posible, solo accedían
los titulares.
Destacó que ello ocurría cuando se trataba de personas
físicas, mientras que en el caso de personas jurídicas titulares de una
caja de seguridad, al momento de su contratación se definía, en
función del estatuto de cada empresa, quién sería la persona que
accedería.
Al ser consultada para que indique cómo era el proceso en
el caso de cajas de seguridad contratadas a la orden de un juzgado,
respondió que al momento de la contratación, el juez debía especificar
quién sería la persona designada para el acceso.

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JUZGADO FEDERAL EN LO CRIM. Y CORR. DE SAN MARTIN 1

Describió que para el ingreso a las cajas de seguridad,


además de exhibir el DNI, la persona que requería el acceso debeía
completar un formulario en el que se asentaba nombre y apellido,
número de documento, hora de ingreso, hora de egreso, número y
cuerpo de la caja de seguridad, y se suscribía al pie y aclaraba la firma.
Expuso que de manera simultánea esos datos se cargaban
en el sistema informático del banco para constatar si se encontraba
habilitado el acceso.
Refirió que luego de ello, una vez que se corroboraba tal
habilitación y la persona accedía, para la apertura de la caja era
necesaria la utilización de la llave otorgada al momento de la
contratación, como así también, de otra que se hallaba en poder del
empleado bancario, encargado del sector.
Manifestó que luego de abierta la caja de seguridad el
titular retiraba la caja metálica que se encontraba dentro, y con ella se
dirigía a una cabina cerrada, ubicada dentro de ese sector.
Aclaró que desde afuera no podía observarse el interior de
tal cabina, ni se hallaban instaladas cámaras de seguridad allí.
Detalló que con posterioridad, al egresar la persona de esa
cabina con la caja metálica, ésta se guardaba en su correspondiente
lugar, la cual quedaba cerrada con las dos llaves a las que hiciera
alusión anteriormente.
Indicó que de ninguna manera la caja podía quedar abierta,
al retirarse de ese sector su titular.
Alegó que el espacio de cajas de seguridad se encontraba
sumamente protegido, que durante el horario de atención al público se
hallaba cerrado con una reja con llave, la cual era manejada
únicamente por el encargado del sector y quedaba reservada en
tesorería cuando éste se retiraba, mientras que fuera del horario
bancario el espacio se cerraba con puertas blindadas comandadas por
el área de tesorería que tenían instalados relojes de apertura y cierre.
Al ser preguntada si había cámaras en el sector de las cajas
de seguridad, mencionó que no estaba segura si había en ese sector
propiamente dicho, pero creía que sí, y aclaró que había una instalada
del lado de adentro de la reja que cerraba ese espacio, la cual registraba
el ingreso, como así también existía otra en la sala de espera

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correspondiente, donde las personas que querían acceder completaban
el formulario que antes se señalara.
Dijo que no estaba segura de cuánto tiempo se conservaban
las filmaciones de las cámaras de seguridad, pero que sabía que se
guardaban por poco tiempo, por menos de un mes (fs. 29/116 del
Sistema Lex 100).
23) Boletas de acceso de las que se desprende que Martín
Luciano Poderti –DNI nro. 24.588.248- ingresó a la caja de seguridad
cuerpo 8 nro. 44, en las fechas y horarios indicados en el punto 17) del
presente resolutorio, en las oportunidades identificadas con los
números del 1) al 19), las cuales se encuentran rubricadas por el
ingresante (fs. 29/116 del Sistema Lex 100).
24) Plana RENAPER que da cuenta que Martín Luciano
Poderti resulta titular del matrícula DNI nro. 24.588.248 (fs. 29/116 del
Sistema Lex 100).
25) Informe suscripto por Damián Falcone -jefe de
tasadores de la Coordinación de subastas y pignoraticio del Banco
Ciudad- que obra como actualización de valuación, expedido con fecha
4/6/2024, del que se desprende que cincuenta y nueve (59) piezas de
oro, de título promedio 22 kilates por densidad, “Krugerrand”, con un
peso total aproximado de 2001,8 gramos le corresponde una valuación
de $100.954.758; veintiocho (28) piezas de oro, de título promedio 22
kilates por densidad, “50 pesos mexicanos”, con un peso total
aproximado de 1165,2 gramos le corresponde una valuación de
$58.763.354,70; cincuenta y cuatro (54) piezas de oro, de título
promedio 22 kilates por densidad, “monedas libra soberano”, con un
peso total aproximado de 429,8 gramos le corresponde una valuación
de $21.675.669,30; dos (2) piezas de oro, de título promedio 22 kilates
por densidad, “100 soles peruanos”, con un peso total aproximado de
93,4 gramos le corresponde una valuación de $4.710.347,87; una (1)
pieza de oro, de título promedio 24 kilates por densidad, “100 yuanes”,
con un peso total aproximado de 31,1 gramos le corresponde una
valuación de $1.845.217,74 (fs. 1081/1222 del Sistema Lex 100).
26) Acta que da cuenta de la presentación de los Dres.
Matías Santiago Pietronave y Gonzalo Luis Coelho el día 5/6/2024,
ante la sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina,

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oportunidad en la que el segundo de los nombrados constató que el


Dr. Pietronave no portaba elemento de valor alguno consigo, y que a
las 10.15 hs. hizo su ingresó al sector de cajas de seguridad, donde
fueron atendidos por el encargado.
Luce expuesto que el Dr. Coelho permaneció reja de por
medio mientras que el Dr. Pietronave ingresó al lugar propio en el cual
se encontraban las cajas de seguridad, se le dió apertura a la nro. 844,
y se extrajo de su interior la caja metálica.
A la vez, se desprende que dentro de una caja de plástico
color azul contenida en la caja metálica antes descripta, se halló tres (3)
anillos, un (1) reloj con la inscripción “Rolex”, tres (3) lingotes dorados
que poseían adjuntos certificados que rezaban “CREDIT SUISSE” nros.
497672, 497679 y 106055.
Además, se pudo constatar la existencia de seis (6)
monedas doradas con la inscripción “KRUGERRAND” junto con la
imagen de un ciervo, las leyendas “19” y “83” y “FYNGOUD 10Z FINE
GOLD” y en el reverso la cabeza de un hombre y la leyenda “SUID
AFRIKA-SOUTH AFRICA”.
Asimismo, se verificó la existencia de cincuenta y cuatro
(54) monedas doradas de diferentes características con la imagen de un
hombre a caballo y lo que parecía ser un dragón a los pies del caballo.
Así también, se describió el hallazgo de ochenta (80)
monedas doradas de distintas características con la misma imagen
antes descripta y se verificó que no hubiera otro elemento de valor
dentro de la caja de seguridad.
Posteriormente, junto con el encargado del sector se
procedió a colocar la caja metálica en el lugar asignado y se cerró la
caja de seguridad correctamente.
Por último, se dejó constancia que a las 12.55 hs., el Dr.
Pietronave se retiró del sector de cajas de seguridad y apenas
traspasada la reja divisoria, el Dr. Coelho que aguardaba allí, constató
que poseía los mismos elementos personales que portaba al momento
de ingresar, y que no tenía objetos de valor en su poder (fs. 1081/1222
del Sistema Lex 100).
27) Acta de fecha 5/6/2024, labrada por el Dr. Gonzalo
Luis Coelho, que da cuenta que se presentó junto con el Dr. Matías

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Pietronave en la sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina,
y que a las 10.15 hs., el mencionado Dr. Pietronave ingresó a la caja de
seguridad nro. 8-44, y en tal ocasión portaba su DNI nro. 21.953782, su
teléfono celular marca Motorola, sus anteojos, una llave de vehículo
automotor, un paquete de cigarrillos marca Camel, un encendedor, dos
biromes negras y varias hojas de papel, sin que llevara consigo
elemento de valor alguno.
Asimismo, se dejó constancia que siendo las 12.59 hs., el
Dr. Pietronave egresó de tal sector, y en la antesala le exhibió sus
pertenencias, y constató que se trataban de aquellas mismas con la que
había ingresado, y que no llevaba consigo elemento de valor alguno.
(fs. 1081/1222 del Sistema Lex 100).
28) Certificado suscripto por Luciana Turrin –Secretaria
ante la CAFSM- del que se desprende que Martín Luciano Poderti
desde el 31/3/2010 se desempeñó como Secretario de Juzgado
contratado (Resoluciones 614/10, 1679/10509/10 y 929/11 CSJN), y
que resultó efectivizado el 28/6/2011 en igual cargo –Secretario de
primera instancia ante el Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional nro. 2 de San Isidro-, mediante Acordada nro. 185/11 de
tal tribunal de alzada (fs. 1081/1222 del Sistema Lex 100).
29) Actuaciones que dan cuenta de la adscripción de
Martín Luciano Poderti, al Tribunal Oral en lo Criminal Federal nro. 1
de San Martín, con fecha 18 de enero de 2023, situación que fue
resuelta por la CSJN el día 7/3/2023 mediante Resolución nro.
287/2023 (fs. 1081/1222 del Sistema Lex 100).
30) Certificado suscripto por el Dr. Agustín Solari,
Secretario ante la CFASM, del que surge que Martín Luciano Poderti,
hizo uso de las siguientes licencias: 11/12/19 (razones particulares); 12
y 13/3/20 (razones particulares); del 17 al 20/11/20 (compensatoria);
del 14 al 30/12/20 (compensatoria), 23 y 24/9/21 (razones
particulares); 17 y 20/12/21 (razones particulares); 8, 11, 12, y 13 de
abril de 2022 (compensatoria); del 1/11/22 al 9/12/22
(compensatoria); del 15 al 23 de diciembre de 2022, y del 26 al 30 de
diciembre de 2022; y del 1º al 26 de febrero de 2023 (compensatoria)
–fs. 2186/2325-.

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Luego, se agregó que el mencionado Poderti permaneció en


funciones durante las siguientes ferias judiciales: enero/2020, desde el
21 al 31 de enero; y enero/2021, desde el 1 al 31 de enero (fs. 2186/2325
del Sistema Lex 100).
31) Oficio de la sucursal San Isidro del Banco de la Nación
Argentina que da cuenta de la remisión del material fílmico de los días
9/4/2024 y 16/4/2024, correspondiente a los ingresos a la caja de
seguridad nro. 8-44, efectuados por Matías Pietronave en la primera
ocasión, y por el mencionado y el Dr. Lino Mirabelli en la restante.
Luego, la mencionada entidad bancaria informó con fecha
28/8/2024 que ya no poseían las filmaciones solicitadas, y que las
proporcionadas, detalladas en el párrafo que precede, correspondían
con el horario de ingreso y egreso dentro del recinto de caja de
seguridad, el cual registraba como horario de egreso las 11.55 hs.,
conforme comprobante que adjuntaron referente al día 9/4/2024.
Posteriormente, en aclaración a lo expuesto, se comunicó
que las filmaciones permanecían archivadas por el lapso de noventa
días en los sistemas del banco.
Asimismo, se informó que las filmaciones entregadas
retrataban el ingreso y egreso del cliente del sitio en el cual se
encontraban propiamente los nichos de la caja de seguridad.
A la vez, se comunicó que los horarios de ingreso y egreso
del cliente se plasmaban en el formulario nro. F-47310.
Se dejó asentado que Matías Santiago Pietronave -DNI nro.
21.953.782-, ingresó al recinto de los nichos de cajas de seguridad a las
10.48 hs., y egresó a las 11.55 hs., cuando ya había guardado bajo llave,
en su propio nicho, la gaveta de caja de seguridad.
Luce mencionado que al salir de los nichos el cliente
permaneció en el sector de las cajas de seguridad al lado del escritorio
del personal encargado de tal sector, toda vez que manifestó que
aguardaba a personal del Poder Judicial de la Nación, a efectos que
labraran un acta en la que plasmaran que Pietronave no había retirado
ningún elemento contenido en la gaveta de caja de seguridad (fs.
2186/2325 del Sistema Lex 100).
32) Acta que da cuenta que con fecha 8/10/2024, se
hicieron presentes en la sucursal San Isidro del Banco de la Nación

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Argentina, Matías Pietronave –secretario del Juzgado Federal en lo
Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro-, Ezequiel Palazuelos-
secretario de la Fiscalía Federal en lo Criminal y Correccional de Tres
de Febrero-, el Dr. Alejandro Daniel Bisbal por la defensa de Martín
Luciano Poderti, y Carlos Enrique Aller Atucha, perito designado para
la realización del examen de las cerraduras de la caja de seguridad nro.
8-44.
Luce detallado que, a las 10.20 hs., ingresaron al sector
designado como “recinto caja de seguridad”, y que se sumaron al acto,
Jorge Marcelo Moyano Crespo, quien manifestó ser empleado de la
sucursal bancaria de mención y encargado del sector antes descripto,
como así también Daniel Hernán Gurruchaga, empleado cerrajero de la
casa central del Banco de la Nación Argentina.
Se dejó constancia que a las 10.25 hs., se dio comienzo a la
apertura de la caja de seguridad en cuestión, para lo cual introdujeron
las llaves el Dr. Pietronave, y Moyano Crespo, en representación del
banco.
Asimismo, se indicó que inmediatamente Aller Atucha
comenzó a examinar las cerraduras en cuestión, tarea que finalizó a las
10.27 hs., luego de lo cual la caja de seguridad quedó correctamente
cerrada.
A la vez, se detalló que en ningún momento mientras duró
el acto, el gabinete que se encontraba dentro de la caja de seguridad
fue retirado de su lugar, por lo que ninguno de los intervinientes tuvo
acceso a su contenido.
Luce señalado que a las 10.28 hs. se retiraron del recinto
“cajas de seguridad”, y que el perito designado informó que realizaría
su informe, y lo remitiría a la fiscalía federal interviniente (fs.
2446/2465 del Sistema Lex 100)
33) Informe labrado Carlos Enrique Alller Atucha, del cual
se desprende que el día 8 de octubre de 2024, realizó el peritaje que le
fuera encomendado sobre la puerta y cerradura de la caja de seguridad
nro. 44, sector 8 de la sucursal San Isidro del Banco de la Nación
Argentina.
Expuso que la puerta en cuestión no presentaba ninguna
marca de haber sido forzada para su apertura.

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Mencionó que la cerradura marca Bash de cambio


automático estaba en perfectas condiciones de funcionamiento. Agregó
que no había signos de violación.
Refirió que, en conclusión los elementos peritados se
hallaban en perfecto estado de funcionamiento (fs. 2446/2465 del
Sistema Lex 100).
III- Descargos y valoración probatoria:
Al recibirle declaración indagatoria a Martín Luciano
Poderti, el nombrado sostuvo que no tenía nada que ver con el faltante
de las monedas, y que desconocía quién pudo haberlas tomado.
Asimismo, reconoció haber ingresado voluntariamente, y a
raíz de una decisión personal, a la caja de seguridad 844 de la sucursal
San Isidro del BNA, determinado en un exceso de celo profesional,
para resguardar allí documentación, papeles de trabajo, fotocopias de
trabajo, y papeles muy sensibles que estaban bajo su conocimiento, en
el marco de causas graves y complejas que tramitaban en la Secretaría
nro. 6 del Juzgado Federal nro. 2 de San Isidro, de la cual era titular.
Antes de brindar detalles de cada uno de esos expedientes,
hizo saber que con fecha 17/8/2017 sufrió un robo en el domicilio de la
calle Irigoyen nro. 1149 de Martínez, PBA, oportunidad en la que
revolvieron toda la casa en muy poco tiempo, incluso, papeles de
trabajo que tenía en su poder, además de haberse llevado dinero,
electrodomésticos y otros efectos.
Agregó que le dio la sensación que estaban buscando algo,
razón por la cual su domicilio no era un lugar seguro para guardar la
documentación y papeles de trabajo vinculados con los expedientes a
los que hizo referencia.
Alegó que eran varias las razones o motivos por los cuales
no cometió el hecho que se le imputa.
En tal sentido, mencionó que era un funcionario honesto,
que lo fue durante los 31 años de carrera judicial y que se preparó todo
ese tiempo para alcanzar y honrar el cargo que ostenta en la
actualidad, por lo que sería absolutamente absurdo y casi burdo, haber
dejado evidencia que lo conectaba directamente con ese robo.
Manifestó que no había ninguna explicación razonable por
la cual alguien que tuviera acceso a todas las monedas, si el objeto era

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robar, dejara algunas, máxime si incluso quedaron elementos de mayor
valor, como por ejemplo, lingotes de oro, un reloj marca Rolex, y
algunos anillos.
Por otra parte, sostuvo que no había ninguna diligencia en
el expediente tendiente a establecer en qué circunstancias y cuándo
devolvió las llaves de la caja de seguridad bancaria en cuestión.
Dijo que sólo constaba un informe del secretario que lo
reemplazó, el Dr. Matías Nicholson que daba cuenta que esas llaves se
encontraban en el interior de un sobre, en el armario donde se
guardaban los legajos de identidad reservada en la oficina del
secretario.
Expresó que hasta que prestó funciones en ese Juzgado
Federal nro. 2 de San Isidro, no había caja de seguridad y lo que fungía
como lugar de resguardo de los efectos, era un armario de dos puertas
de madera, que tenía una llave minúscula que se encontraba a
disposición del personal de la secretaría, en el primer cajón del lado
izquierdo del que era su escritorio.
Mencionó que, en varias oportunidades, había encontrado
a su arribo, ese armario abierto, situación que lo había instado a llamar
la atención al personal de la secretaría.
Agregó que allí, se guardaba, salvo dinero y droga,
cualquier tipo de documentación afectada a expedientes, cds, teléfonos
celulares, armas y cualquier otro efecto que se secuestrara.
Al volver sobre el tema de las llaves de la caja de
seguridad, manifestó que las devolvió un año y un mes antes de
detectado el faltante, ante el primer requerimiento que le fue cursado
por el habilitado del juzgado, Martín Ochoa.
En tal sentido, explicó que por audio de la aplicación
WhatsApp, de fecha 9/3/2023 Ochoa le preguntó si le había entregado
a Matías Nicholson esas llaves, a lo que le respondió que se las
alcanzaba sin problema, lo que hizo al lunes siguiente.
Al respecto, si bien no recordó si se las entregó a María
Andrea Caminos o a Martín Ochoa, en la puerta del juzgado, aclaró
que ni se bajó del auto y no se labró acta, porque mediaba la confianza.

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Expresó que en los 21 años en que trabajó en el Juzgado


Federal de San Isidro, jamás existió un traspaso de secretaría con
arqueo de efectos, porque justamente lo que mediaba era la confianza.
Por otro lado, señaló como sugestivas algunas cuestiones,
como por ejemplo, que en más de una oportunidad, y mientras
trabajaba en ese juzgado, Martín Ochoa le preguntó por el contenido
de la caja de seguridad en cuestión, e incluso le hizo bromas, como
diciéndole no preguntes “chusma”.
Adujo que el día que fue con el secretario Becerra, es decir
el 10/12/2019, hicieron el traspaso, tomaron fotografías y se inventarió
todo para que quedara constancia en la causa de lo que había en la caja.
Alegó que por lo que pudo ver en el expediente, el Tribunal
Oral nro. 2 de San Martín, ordenó la devolución de los efectos
secuestrados a Tamborini y el Dr. Mirabelli el 9/11/2023, tres meses
después dispuso se cumplimentara ello, para lo cual era necesario un
cambio de titularidad de la caja de seguridad, y en ese marco, el
7/3/2024, se libró el oficio al banco.
Al continuar con el relato de lo observado en el sumario,
Poderti indicó que el 9/4/2024 fue Pietronave a constatar, sin saber
qué cosa, porque estaba todo perfectamente discriminado e
inventariado en el legajo, y ahí se topó supuestamente con el faltante,
en tanto que una semana después, concurrió el Dr. Mirabelli con
Pietronave a constatar lo que ya estaba constatado.
Aclaró que el Dr. Mirabelli no le requirió que hiciera un
acta de entrega de las llaves de la caja de seguridad, al finalizar su
función ante la Secretaría nro. 6.
Sostuvo que si bien no tenía ningún elemento de prueba, ni
sospechaba de la honorabilidad de estos funcionarios, reiteró que no
había robado ninguno de los efectos.
En ese marco, solicitó que se pesquisaran todas las líneas e
hipótesis investigativas que pudieran haber, porque sólo se había
avanzado en un sentido. Agregó que tenía 31 años de ejercicio en la
actividad judicial y nunca vió, que se investigara sólo una hipótesis.
Pidió también que se constatara el intercambio de audios
que tuvo con el habilitado del tribunal, del que surge su voluntad de
entregar las llaves, en la primera ocasión que le fueran requeridas.

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Alegó que no buscó ganar tiempo, no puso ninguna
evasiva para devolver las llaves, ni ningún otro acto que pudiera ser
revelador de la acción delictiva que se le imputa.
Manifestó que Matías Pietronave, Federico Díaz y el Dr.
Mirabelli, fueron a su jura, y a dos de ellos los conocía desde hacía 20
años, en tanto que incluso el Dr. Mirabelli firmó el acta de posesión del
cargo de juez.
Al respecto, señaló que resultaba impensado que si hubiera
cometido el delito que se le imputa, hubiera tenido la frialdad de
convocarlos en un momento tan importante para el declarante.
Por otra parte, reconoció como propias las firmas
impuestas en cada formulario de ingreso a la caja de seguridad, como
así también haber consignado de su puño y letra el horario de ingreso,
sólo en algunas ocasiones.
Refirió que había formularios que daban cuenta que estuvo
50 minutos o una hora, y eso nunca había pasado. Aclaró que como
máximo, permaneció en el sector 25 minutos y señalizó, al serle
exhibidas las planillas originales, cuales eran las grafías que no
reconocía como propias, entre las cuales a veces estaba la sigla DNI, o
el número consignado, y en otras ocasiones, las correspondientes a los
horarios de ingreso y egreso.
Explicó que hizo esas referencias, para dar cuenta que la
registración del ingreso a la caja de seguridad podía resultar falible, y
que cuando una persona iba mucho al banco y era conocida, se
relajaban los controles.
Expresó que fue a ese banco, durante 22 años en forma
ininterrumpida, y que desconocía, durante todo el tiempo que tuvo en
su poder las llaves de acceso a la caja de seguridad, cuántas personas
ingresaron durante esos casi 4 años, al sector de cajas de seguridad de
la sucursal San Isidro del BNA, y si existieron o no, otros faltantes en
otras cajas y si hubo personal externo, como ser cerrajeros u otros que
hubieran podido ser convocados por el Banco para reparar alguna caja
o llave.
Por otra parte, refirió que ingresó a la caja de seguridad a
fin de resguardar información sensible, de expedientes graves,
complejos y que podían tener repercusión mediática y judicial.

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Al respecto, dijo que guardó 3 pen drives, fotocopias de


causas, cuadros de relación, apuntes y anotaciones.
Solicitó que no se filtrara información porque eran
expedientes sensibles que involucraban personas peligrosas e incluso
personas con identidad reservada.
En ese marco, explicó que el primero de los sumarios que
deseaba mencionar era el FSM 182339/18 caratulado:“Escalada, Jacinta
Raquel y Soto Augusto s/supresión de identidad de un menor”, donde
se investigaba la sustracción y supresión de identidad de un menor en
la época de la dictadura, y quien se posicionaba como víctima era una
persona que vivía en Houston, EEUU, por lo que viajó a esa ciudad con
personal del Banco Nacional de Datos Genéticos y se tomó la muestra
del ciudadano argentino.
Explicó que las actas labradas se volcaron en un pen drive
que quedó en su poder, hasta el regreso a Argentina y procedió a
guardarlo en el único lugar que había entonces, que era el armario que
refirió. Agregó que el regreso de la comitiva a este país fue el
29/9/2019.
Repitió que había fuertes indicios que el sujeto en cuestión
era hijo de personas desaparecidas y se había ordenado absoluta
reserva vinculada con ese expediente.
Expuso que paralelamente, había una causa de
narcotráfico, la FSM 54150/19, caratulada: "WALZ, Alberto Erman y
otros s/ inf. Ley 23737”, donde se investigaba a una banda
narcocriminal que comercializaba precursores químicos.
Refirió que, en ese marco, producido los allanamientos se
detuvo a varias personas, y uno de ellos se identificó como Mariano
Belucco, quien tenía una cocina de fabricación de drogas, se secuestró
droga, dinero y un pasaporte italiano a nombre de Mariano Belucco.
Expresó que sabía que no era su identidad, porque
intervino personalmente en su indagatoria y presentaba errores al
momento de describir sus datos filiatorios, y porque en su domicilio se
secuestraron además de ese pasaporte constancias de otros expedientes
judiciales con otros nombres.
Manifestó que en ese marco, le ordenaron a Interpol
distintas comunicaciones y le remitieron sus huellas dactilares, y

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determinaron que la verdadera filiación era Horacio Albo Sardiñas,
ciudadano cubano que había sido condenado en Italia por un hecho de
narcotráfico, por lo que se amplió su indagatoria y se lo procesó con el
verdadero nombre.
Agregó que paralelamente, se profundizó la investigación
hacia eslabones internacionales y que el nombrado fue condenado en
el Tribunal Oral con la filiación correcta.
Indicó que en forma contemporánea, ingresó al juzgado
una denuncia penal que había formulado Malena Galmarini por
amenazas que habría sufrido ella y su familia, dentro de los cuales
estaba el entonces presidente de la Cámara de Diputados de la Nación,
Dr. Sergio Tomás Massa.
Recordó que ese expediente había llegado por
incompetencia de la justicia provincial, se habían producido
muchísimos allanamientos, se habían secuestrados un montón de
teléfonos y había que procesar toda esa información porque las
amenazas se habían instrumentado por redes sociales.
Dijo que fueron con el Dr. Mirabelli a la Honorable Cámara
de Diputados de la Nación a tomarle declaración al diputado Massa, y
el Dr. Mirabelli había dispuesto absoluta reserva en el manejo de la
información, lo que retransmitió a los instructores del expediente.
Sostuvo que la denunciante, ya querellante, estaba muy
preocupada por ese expediente porque temía por su familia a raíz de
las amenazas recibidas y que se los instó a trabajar con celeridad y
precisión, al punto tal que se dictó auto de procesamiento de algunos
imputados.
Expresó que el cuadro de relacionamiento de imputados y
teléfonos con la entidad de las amenazas le llevó meses hacerlo, porque
había que determinar qué mensaje tenía un carácter amenazante y cual
no, y cual sólo se trataba de meras opiniones.
Agregó que otro expediente importante de ese momento,
donde guardó información en la caja de seguridad era el FSM
245/2020 caratulado: “Martín Aroldo Fusari s/ inf. ley 23737”.
Señaló que el nombrado era chamán y realizaba rituales
donde se consumía un veneno extraído de un sapo de México,
actividad ilegal que realizaba en Argentina, Paraguay y Uruguay.

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Refirió que en el marco del sumario les interesó explorar


las conexiones internacionales que tenía el nombrado en el exterior,
para ingresar el veneno a la Argentina, lo que era novedoso.
Manifestó que fue la primera causa en Argentina con esta
cuestión, y que se lo indagó, procesó, y se elevó el expediente a juicio.
Dijo que la información que era de interés para el avance
de la pesquisa la guardaba y almacenaba en uno de los pendrives
como reaseguro y en la causa.
Alegó que todos los instructores de todos los expedientes
mencionados debían guardar con recelo la información obtenida.
A continuación, hizo referencia a un expediente que se
inició con una denuncia que decía que un camarista de la jurisdicción,
en oportunidad de ser juez interino de uno de los Juzgados Federales
de Morón, actuaba en complicidad con una banda narcocriminal que
se dedicaba a mexicanear cargamentos de droga importantes, y había
dos hipótesis presuntas, una era que se lo consultaba una vez
interceptada la droga y se robaba parte de la misma con conocimiento
del juez, y la otra era que había casos que no se judicializaban y
directamente con la presunta venia del juez se sustraía la totalidad del
material estupefaciente.
Dijo que el Dr. Mirabelli decidió inicialmente delegar la
instrucción al Fiscal pero le ordenó que cualquier pedido de la fiscalía
lo tramitara directamente, y que cada vez que el expediente llegara al
juzgado por alguna razón, obtuviera copias del mismo.
Recordó puntualmente que el fiscal a cargo de la
investigación solicitó un listado de llamadas entrantes y salientes del
teléfono del entonces juez, a lo que se le hizo lugar pero se exhortó a
los secretarios de la Fiscalía, de palabra, a tener sumo cuidado con la
información.
Expresó que independientemente de la opinión que tenía al
respecto, en cuanto a que no creía nada de lo que se decía en la
denuncia, lo cierto era que ese sumario existía, y era una situación
incómoda porque se cruzó con el magistrado varias veces y no podía
comentarle nada.
Agregó que esa situación lo determinó a que las copias del
expediente no quedaran en el tribunal, y luego las guardó junto con el

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resto de los elementos que mencionó de las otras causas, en la caja de
seguridad en cuestión.
Refirió que era un cuerpo y medio de expediente judicial, y
que el último recuerdo que tenía de ese sumario fue que llegó de la
fiscalía un pedido de archivo de la causa, y que motivó una charla con
el juez respecto de que si la vía procesal escogida era la adecuada
porque sostenía que había que sobreseer y no archivar en tanto existía
una imputación concreta a persona determinada.
Adujo que otro expediente que en su momento tuvo gran
repercusión en el juzgado fue uno de narcotráfico que había ingresado
por derivación de llamadas de la línea 0800 del municipio de San
Isidro, y lo fue a ver al juez, el secretario de seguridad, porque
supuestamente se había denunciado un domicilio donde se acopiaba la
totalidad de la droga que ingresaba a la Villa Santa Rita de San Isidro,
y se habían denunciado los principales puntos de venta.
Alegó que ese hecho tenía relación con una investigación
en curso del juzgado que se remontaba al año 2016, que se había
trabajado con la PFA, en la que se había allanado con suerte dispar.
Manifestó que lo concreto fue que se unificaron ambos
expedientes y se lo trabajó con tres fuerzas federales, en distintas
oportunidades.
Recordó que también el Dr. Mirabelli les pidió al instructor
del expediente y al declarante, que se realizara una labor minuciosa y
detallada para lograr avances en la instrucción, toda vez que se trataba
de una denuncia que reeditaba una vieja.
Agregó que de esa causa, guardaba cuadro de relaciones,
domicilios, puntos de venta, datos de teléfonos, y que la razón de ser
del cambio de las fuerzas intervinientes fue que ninguna confiaba en la
otra y había magros resultados de las investigaciones practicadas.
Así las cosas, explicó que la reseña de expedientes
efectuada era la razón de ser de sus ingresos a la caja de seguridad.
Asimismo, aclaró que su último ingreso a la caja en cuestión tuvo por
objeto retirar todos esos papeles, y los pendrives, toda vez que ya
estaba trabajando en el TOF nro. 1 de San Martín.

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Señaló que sugestivamente, volvió a sufrir otro robo,


también judicializado, el día 23/11/2022, en el domicilio de la calle
Ituzaingó nro. 2749 de Don Torcuato, PBA.
Dijo que los robos ocurrieron en dos momentos distintos,
en dos diferentes domicilios, por lo que evidentemente había gente que
le quería hacer daño, que estaban buscando que pagara un vuelto de
algo que no cometió, porque lo único que hizo durante 32 años fue
hacer su trabajo honestamente.
Agregó que se metió con muchas mafias, metió presa a
mucha gente, con lo cual si bien no tenía certezas, relacionó los robos
con su actividad profesional, al igual que la razón de ser de este
expediente.
Agregó que antes de su asunción como juez federal de Mar
del Plata trabajó como secretario en el TOF nro. 1 de San Martín,
asignado tal vez a uno de los expedientes de mayor gravedad
institucional que juzgará a una red de complicidad judicial y policial
para el armado de causas, la falsificación de actas, robo de droga, y la
extorsión a personas que eran investigadas por su vinculación al
comercio de drogas.
Indicó que incluso ese expediente terminó con la
destitución de un fiscal que estuvo en actividad hasta hacía poco
tiempo, Dr. Claudio Scapolan.
Refirió que si bien no lo podía relacionar directamente,
quería decir que hacía poco tiempo, se dictó veredicto condenatorio a
penas muy altas, en el TOF en el que se desempeñaba como juez en
una causa conocida como “Marea Verde”, FMP 1575/2015/TO3, en la
que se juzgó el secuestro del cargamento de droga más importante de
Mar del Plata.
Señaló que uno de los imputados también se encontraba
por ser juzgado en otro expediente paralelo del que resultaba juez
unipersonal por lavado de activos, causas nro. FMP
32006228/2013TO1.
Por otra parte, sostuvo que desde el momento en que tomó
posesión de la caja de seguridad en cuestión, hasta la fecha de su
declaración indagatoria, su patrimonio no se había visto incrementado
injustificadamente de ningún modo.

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Indicó que tenía tres vehículos, uno marca Audi Q7 modelo
2013, recibido como parte de pago por la venta de la casa de su padre
que obtuvo en herencia.
Detalló que el rodado marca Fiat 500, se lo compró a un
amigo en 10 cuotas, y era utilizado por sus hijos, y el último, era una
camioneta familiar marca Lifan MyWay que adquirió en el año 2018.
Aclaró que no tenía bienes inmuebles a su nombre, ni cajas
de seguridad, ni cuentas en el exterior, y que tampoco su ex mujer y
ningunos de sus hijos.
Al ser consultado dijo que no anotició de sus ingresos al
juez del juzgado en el que trabajó, Dr. Mirabelli.
Expuso que por consejo que de sus abogados no contestaría
preguntas del tribunal ni de la Fiscalía y que se reservaba tal derecho
para cuando la prueba que se iba a solicitar estuviera producida.
Mencionó que no deseaba aportar la clave de su teléfono,
ya que no tenía garantías de que se fuera a preservar la información
contenida, y que no se precisó conforme fuera peticionado el objeto de
extracción de información.
Ahora bien, concluida la reseña de la prueba acumulada y
el descargo efectuado, considero que por los fundamentos que a
continuación expondré, debe tenerse en principio acreditada la
intervención de Martín Luciano Poderti en el hecho disvalioso
descripto en el punto II- de los presentes considerandos.
Ello así, a partir de la descripción de la totalidad de la
prueba reunida, que será analizada a la luz de la sana crítica.
Al respecto, es dable recordar, dado que resulta aplicable al
supuesto en trato, lo sostenido por la Excma. Cámara Federal de
Apelaciones de San Martín, en cuanto a la valoración de las pruebas.
En tal sentido, ha dicho la Alzada que: “...el cuadro probatorio se
hallaba constituido por una serie de indicios y pruebas directas que,
valoradas en conjunto, autorizan a resolver en los términos en que se
ha de decidir tomando como base que aquéllos configuran un
elemento accesorio que requiere relevancia al advertirse que tienen
conexión unos con otros. Así, ha de valorarse la prueba en forma
global, ya que la incertidumbre que pueda caber mediante el análisis
apartado de cada una, podrá superarse a través de una evaluación

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conjunta… la eficacia de las presunciones depende de la ponderación


junta de ellas teniendo en cuenta su diversidad, correlación y
concordancia, pero no de su tratamiento particular pues, por su misma
naturaleza, cada una no puede fundar aisladamente ningún juicio
convictivo, sino que éste deriva precisamente de la pluralidad y el
juzgador podrá efectuar deducciones útiles en la medida en que realice
una racional composición de los elementos que a primera vista
aparecen inocuos…” (CFSM, Sala I, Sec. Penal 3, reg. nro. 5593, rta. el
19/4/11).
También se ha expuesto que: “el indicio es un hecho, que se
prueba a sí mismo o que se encuentra probado, y que permite por
datos sensibles de la experiencia o de la ciencia obtener conocimiento
de otro hecho, conocimiento que puede ser cierto o probable. Su valor
reside en tanto y en cuanto puede indicar otro hecho desconocido
hasta el momento, de una manera terminante y necesaria, o
simplemente de una manera probable, respecto de circunstancias que
hacen al objeto procesal concreto que se investiga. La importancia de la
prueba indiciaria reside en su naturaleza lógica, porque el
entendimiento humano compone y descompone a los efectos de
fundar una sentencia o un auto, y el indicio es un acto de raciocinio,
que aunque imperfecto, produce conocimiento de modo mediato. Por
lo tanto pertenece al ámbito de la sana crítica, al campo donde el
razonamiento no debe contradecir las leyes de la lógica, y el
encadenamiento de los hechos obedece a estas leyes. Y el indicio
pertenece a las mismas…” (Cámara Civil, Comercial, Laboral y
Minerías, Trelew, Chubut, Sala Procesal Penal, MPM S/ Homicidio.
Interlocutorio nº 139 del 13 de noviembre de 2002).
Así, cabe estimar, a partir de las constancias obrantes en
autos, que se tiene por acreditado, con el grado de provisoriedad que
caracteriza a la etapa, que Martín Luciano Poderti sustrajo ciento
cuarenta y cuatro monedas de oro que fueran secuestradas en el marco
de la causa nro. FSM 5237/2014, que tenía bajo su custodia como
titular de la Secretaría nro. 6 del Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional nro. 2 de San Isidro, en la caja de seguridad 8-44 de la
sucursal San Isidro del Banco de la Nación Argentina.

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Dicha afirmación encuentra sustento en la prueba
reseñada, que de seguido valoraré.
En primer término, cabe mencionar que la materialidad del
hecho en trato se ve comprobada, a partir de la constatación del
faltante de las monedas en cuestión, detectado por el Dr. Matías
Pietronave, el 9/4/2024, en el marco de las diligencias dispuestas a fin
de proceder a la devolución de efectos oportunamente secuestrados a
Rodolfo Tamborini en la causa nro. FSM 5237/2014.
Las mismas se hallaban resguardadas en la caja de
seguridad 8-44 de la sucursal San Isidro del Banco de la Nación
Argentina, a la que a partir del día 10/12/2019 sólo tenían acceso el
encausado y el Dr. Mirabelli, circunstancia que a los efectos de la
devolución de los elementos en cuestión, se modificó el día 7/3/2024
cuando el titular del Juzgado Federal nro. 2 de San Isidro, designó al
Dr. Pietronave en reemplazo de Poderti.
El motivo por el cual Matías Pietronave tuvo acceso a la
caja de seguridad nro. 8-44 siempre estuvo claro. Se presentó a fin de
cumplimentar con una orden del Juez, que dispuso devolver a Rodolfo
Tamborini, los efectos oportunamente secuestrados que se encontraban
en esa caja, es decir, su ingreso a la caja de seguridad encontró
fundamento en una orden previa del magistrado.
Conforme surge de las actas labradas, y se puede observar
en las filmaciones, tras detectar el faltante el Dr. Pietronave, guardó la
caja en su espacio con la asistencia del empleado bancario y
permaneció en el mencionado sector de Cajas de Seguridad separado
por una reja del resto de la sucursal bancaria, hasta que arribó el Dr.
Federico Díaz -titular de la Secretaría nro. 5- que procedió a constatar
que Pietronave sólo portaba elementos personales.
A esta altura, corresponde destacar que en las actas
descriptas en los puntos 3 y 4 de la prueba se detallaron las monedas
doradas incautadas en las oficinas de Tamborini sitas en la CABA, en
el marco de la causa nro. FSM 5237/2014 (284 monedas doradas y 1
plateada), en tanto que el Dr. Pietronave dejó constancia que el día
9/4/2024, sólo halló en la caja de seguridad nro. 8-44 en cuestión, un
total de 140 monedas doradas y 1 plateada, por lo que se detectó el
faltante de 144 monedas doradas.

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Acerca del cuantioso valor de los efectos sustraídos,


corresponde estar a lo oportunamente informado por el Dr. Celso
Farías en su carácter de apoderado del Banco Ciudad de Buenos Aires
y la actualización realizada por el agente Damián Falcone de la
mencionada entidad bancaria, lo que refleja en la hipótesis la
motivación que seguramente tuvo el autor del hecho para hacerse de
las monedas cuyo faltante se detectara.
Así las cosas, corresponde adentrarnos al análisis de la
vinculación de Poderti con la sustracción pesquisada.
En primer término, destaco que el nombrado fue designado
como Secretario contratado del Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional nro. 2 de San Isidro el 31/3/2010, y se lo efectivizó en tal
cargo el 28/6/2011, desempeñando funciones como titular de la
Secretaría nro. 6, hasta el 28/2/2023.
Establecido ello, corresponde analizar la secuencia de la
recepción de los efectos incautados en las oficinas de Tamborini, cuya
sustracción se investiga.
En tal sentido, cabe recordar que el propio Poderti dejó
constancia que el sumario nro. FSM 5237/2014 había quedado
radicado ante la secretaría a su cargo, y en virtud de lo ordenado por el
titular del tribunal, las llaves de la caja de seguridad de la sucursal San
Isidro del Banco de la Nación Argentina, en la que se encontraban
resguardados los efectos incautados en el marco del mencionado
expediente, quedaron en poder del nombrado.
Conforme surge del acta labraba entre Marcelo Becerra y
Martín Poderti, ninguna duda cabe que este último recibió con fecha
10/12/2019, todos los efectos que se hallaban reservados en la caja de
seguridad en cuestión, -entre los que se encontraban las 284 monedas
de oro-, sin efectuar ninguna aclaración o corrección sobre los
elementos receptados.
Asimismo, desde el día 10/12/2019 -cuando el Dr. Poderti
recibió los efectos- hasta el 9/11/2023 -momento en que se ordenó su
devolución a Tamborini-, nada se dispuso en el expediente FSM
5237/2014 acerca de tales elementos, menos aún alguna diligencia que
implicara el ingreso a la caja de seguridad donde estaban resguardados.

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Así las cosas, se cuenta con las planillas donde quedaron
registrados los accesos a la caja de seguridad en cuestión, a partir del
10/12/2019, de las cuales surgen 19 ingresos efectuados por el titular
del DNI nro. 24.588.248, Martín Luciano Poderti, lo que por otra parte,
fue confirmado por el nombrado al momento de prestar declaración
indagatoria, oportunidad en la que reconoció como de su puño y letra
las rúbricas a él atribuidas. En tanto que luego del último ingreso de
Poderti, ingresó Pietrovane el 9/4/2024, fecha en la que detectó el
faltante de las monedas.
Dichos ingresos además, cabe aclarar, tampoco fueron
comunicados al titular del Juzgado en el que tramitaba el expediente,
Dr. Lino Mirabelli.
También destaco como muy relevante, la circunstancia de
que Poderti accedió en 4 ocasiones a la caja de seguridad en cuestión,
encontrándose en uso de licencia compensatoria, en las siguientes
fechas, a saber; 2/11/2022, 28/12/2022, 30/12/2022 y 9/2/2023 en
tanto que también lo hizo el día 27/1/2023, en plena feria judicial, sin
que se haya informado que trabajaría en ese mes de enero.
Incluso resulta sugestivo además, que haya ingresado en
dos oportunidades, con posterioridad a solicitar la adscripción a otro
tribunal -18/1/2023- y como dijera, encontrándose de licencia y en la
feria judicial.
En virtud de lo expuesto, surge con claridad que Poderti,
en su calidad de funcionario a cargo de la Secretaría nro. 6 del Juzgado
Federal en lo Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro, tenía la
custodia de los efectos resguardados en la caja de seguridad 8-44,
poseía las llaves de ingreso a la misma, era la persona autorizada para
el acceso y fue el único que ingresó en varias oportunidades, antes que
se detectara el faltante de las 144 monedas de oro. Ello, sin que esos
accesos estuvieran justificados en el expediente en el marco del cual se
secuestraron los efectos, ni comunicados al juez de la causa, conforme
los propios dichos de Poderti al prestar declaración indagatoria.
Párrafo aparte merece el prolijo accionar del Dr.
Pietronave, quien al advertir que faltaban efectos en la caja de
seguridad 8-44, permaneció en el sector de cajas de seguridad del
banco, sin traspasar las rejas, hasta la llegada del Dr. Díaz, quien

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JUZGADO FEDERAL EN LO CRIM. Y CORR. DE SAN MARTIN 1

certificó que el primero se retiraba de la entidad poseyendo sólo sus


objetos personales. Dicho accionar hecha por tierra cualquier
irregularidad que se hubiese podido cometer en esa oportunidad, de lo
que se deriva, que la sustracción acaeció con anterioridad al 9/4/2024.
Por otra parte, se cuenta con la declaración de la agente
María Alejandra Gutiérrez, de la sucursal San Isidro del Banco de la
Nación Argentina, quien explicó detalladamente el proceso para
obtener una caja de seguridad y los controles que debían cumplirse
para su acceso. Sólo podía ingresar la persona autorizada, con
exhibición de su DNI, y firma estampada en planilla.
Asimismo, valoro el informe labrado por Aller Atucha que
despeja de forma contundente toda duda sobre la operatividad de la
cerradura de la caja de seguridad en cuestión, ya que hizo saber que se
encontraba en perfectas condiciones de funcionamiento, que no había
signos de violación y que no presentaba ninguna marca de haber sido
forzada para su apertura.
A ello se suma que ni el Dr. Becerra, ni el Dr. Poderti, las 19
veces que fue, ni el Dr. Pietronave, ni el Dr. Mirabelli, ni los empleados
del sector de Cajas de Seguridad del BNA, informaron algún tipo de
inconveniente con la cerradura de la caja 8-44, en las ocasiones en que
accedieron.
Todo lo expuesto precedentemente resulta determinante,
ya que hecha por tierra que la sustracción de las monedas hubiese
podido relacionarse con el ingreso a la caja fuerte de una persona no
autorizada o que se hubiese forzado la cerradura de la misma.
A esta altura, corresponde analizar los argumentos de
justificación brindados por Poderti, acerca de los motivos que lo
llevaron a ingresar a la caja de seguridad en cuestión.
Básicamente el nombrado se fundó en lo que llamó "exceso
de celo profesional" toda vez que sostuvo que los accesos a la caja de
seguridad tenían por objeto el resguardo de papeles de trabajo,
pendrives y copia de un expediente, todos vinculados a sumarios
sensibles, graves y complejos.
En tal sentido, Poderti sostuvo que en dos oportunidades,
fue víctima de robos en su vivienda, por lo que su domicilio no era un
lugar seguro para guardar documentación relativa a causas con las

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características descriptas, lo que lo motivó a reservarla en la caja de
seguridad en cuestión.
Afirmó que el primero de los sucesos acaeció el 17/8/2017,
en tanto que ingresó a la caja de seguridad, después del traspaso por
primera vez el 26/12/2019, es decir aproximadamente 2 años y 4
meses después.
Asimismo, el siguiente hecho ocurrió el 23/11/2022,
cuando ya había ingresado 15 veces.
Del análisis de las fechas descriptas precedentemente,
surge que si el motivo habría sido resguardar documentación de
causas sensibles, lo cierto es que lo realizó por primera vez, a más de 2
años después de sufrido el primer robo, lo que a todas luces, no parece
una justificación válida, en tanto que resulta sugestivo que siendo
secretario desde 31/3/2010, surja la necesidad de guardar papeles de
trabajo en un lugar seguro, días después de haber tomado posesión de
las llaves de la caja de seguridad 8-44.
Así también, lo expuesto en relación al estado del
mobiliario de la Secretaría nro. 6 del Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional nro. 2 de San Isidro, en el que tampoco resulta lógico que
Poderti justifique sus accesos a la caja de seguridad.
La pregunta que se impone entonces es, dónde guardó la
documentación que entendía sensible durante los nueve años que fue
secretario antes de ingresar a la caja de seguridad del Banco de la
Nación Argentina, si entendía que el mueble que tenía a disposición no
era seguro.
Todo lo narrado además, choca con la confianza alegada
por Poderti en las labores que realizaba con los funcionarios y
empleados del juzgado en el que trabajaba.
Resalto también, que la caja de seguridad la había
contratado un juzgado distinto a aquel en el que cumplía funciones el
causante, con el fin de resguardar valores de la causa nro. FSM
5237/2014, por lo que no se explica como válido, que hubiera accedido
a la misma con el fin detallado.

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JUZGADO FEDERAL EN LO CRIM. Y CORR. DE SAN MARTIN 1

Ello, sumado a que ninguna de las 19 veces que ingresó a


ella justificó su accionar ante el titular del Juzgado Federal en lo
Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro, quien podía compartir o
no, su exceso de celo profesional.
Por otra parte, afirmaciones tales como desechar su
intervención porque de haberlo hecho no sería lógico que hubiese
quedado algo, tampoco puede validarse como argumento de defensa
puesto que sería aplicable en todos los casos a todas las personas y, por
ende, si se siguiera esa lógica, a todas luces inexplicable, no sería
factible responsabilizar a nadie.
El motivo por el cual se dejó una parte de los valores en el
interior de la caja de seguridad, es totalmente irrelevante para lo que
resulta materia de pesquisa, al igual que la circunstancia de que lo que
no se sustrajo, tuviere mayor valor.
Respecto de lo sostenido por Poderti en relación a las
circunstancias en las que devolvió las llaves de la caja fuerte, según sus
dichos en forma inmediata, después de que le fueron requeridas, no
modifica en nada el cuadro cargoso en su contra ya que en definitiva,
llama más la atención que las tuviera en su poder, cuando ya no
trabajaba más en el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro.
2 de San Isidro y que hubiese que habérselas pedido.
Además, lo cierto es que ningún otro funcionario asumió la
custodia de la caja de seguridad al momento en que Poderti dejó de
cumplir funciones ante la Secretaría nro. 6 del referido tribunal, sino
que solo cuando fue necesario acceder nuevamente a la misma, el Dr.
Mirabelli hizo una nueva designación para autorizar al Dr. Pietronave.
La falta de entrega formal de las llaves en cuestión, no genera situación
de duda alguna, porque solo podían entrar al sector de las cajas de
seguridad, las personas autorizadas.
Lo aseverado en cuanto a que invitó a los Dres. Pietronave,
Díaz y Mirabelli a su juramento al cargo de Juez, resulta irrelevante,
toda vez que de ello no puede derivarse su inocencia. La lógica indica,
que habiéndose desempeñado como secretario en el juzgado a cargo
del Dr. Mirabelli, por más de 10 años, esa invitación existiera y lo
contrario, llamaría la atención.

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La circunstancia que señaló Poderti en cuanto a que los
horarios de ingreso y egreso que se consignaron en las boletas de
acceso a la caja de seguridad, en algunos casos no eran los reales, y que
de ello podía derivarse lo falible de la registración de los ingresos, a
criterio del suscripto no puede sostenerse, máxime si se tiene en cuenta
lo expresado por la agente Gutiérrez en cuanto a los controles que se
llevaban a cabo al ingreso al sector en cuestión. A la caja nro.8-44, sólo
podían acceder Poderti y Mirabelli y posteriormente, Pietronave,
mediante la exhibición de DNI y estampado de firma, y no otras
personas, que además no estaban autorizadas y no contaban con llaves
de acceso.
Pensar que estos controles pueden relajarse en el sector de
cajas de seguridad de un banco, porque puedan presentarse personas
conocidas por la entidad financiera, es una afirmación sin sustento
alguno, que en definitiva implica quitar toda confianza en el sistema de
seguridad bancaria, en la que se confió para resguardar efectos de un
secuestro y según los dichos del causante, también papeles de trabajo
de causas sensibles.
Cualquier inconveniente en la caja de seguridad en
cuestión, hubiese sido comunicada a Poderti y al Dr. Mirabelli en
forma inmediata, sin que resulte relevante establecer cuántas personas
ingresaron al sector de cajas de seguridad mientras el causante tuvo las
llaves, o si hubo otros faltantes en otras cajas o si hubo cerrajeros
convocados para arreglar otras cajas.
Ningún indicio existe de que terceras personas, no
autorizadas, sin dejar registro de acceso, hubiesen ingresado a la caja
de seguridad 8-44, y a criterio del suscripto el causante deja traslucir
esa posibilidad al solo efecto de sembrar dudas que permitan deslindar
su responsabilidad.
Por otro lado, se cuenta como ya señalé, con el informe
labrado por Aller Atucha, del que surge que la cerradura de la caja en
cuestión estaba en perfectas condiciones de funcionamiento, sin marcas
de haber sido forzada.

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Referirnos con esa liviandad a la seguridad bancaria y sin


prueba alguna, a partir del estricto análisis de los elementos cargosos
colectados, sana crítica mediante, lo entiendo como un vano intento de
Poderti por mejorar su comprometida situación procesal.
En resumen, sostener que se puede acceder a una caja de
seguridad sin llaves, y sin informar al titular de la misma, sin quedar el
ingreso registrado, resultaría desvirtuar el sentido mismo de una caja
de seguridad bancaria, es decir habilitar esa hipótesis tornaría en un
sinsentido guardar objetos de valor en un banco, porque entonces se
instalaría la idea que todas las cajas de seguridad del sistema bancario
pueden ser violadas o resultar inseguras, lo que en el contexto de toda
la prueba valorada y el hecho que se constató de que la cerradura
funcionaba correctamente, no tendrá acogida en esta instancia.
Luego, Poderti detalló los sumarios que contenían
información sensible que motivó que guardara en la caja de seguridad,
según sus dichos, papeles de trabajo, pendrives y fotocopias de un
cuerpo y medio de un expediente judicial.
Al respecto, cabe señalar que el supuesto que haya
ingresado con ese objetivo, ello no lo exime de responsabilidad en la
sustracción de las monedas de oro, cuando, como ya se dijera, fue la
única persona que accedió a la caja de seguridad, antes de detectarse el
faltante de las mismas.
Sin perjuicio de lo expuesto, en el contexto de la
justificación brindada, no se entiende que Poderti, haya ingresado días
en que se encontraba en uso de licencia. También cabe preguntarse
cuál era el objeto de guardar fotocopias de un cuerpo y medio de una
causa en una caja de seguridad cuyas constancias estaban en el Sistema
de Gestión Judicial Lex100, como también lo estaban todas las
constancias de los sumarios mencionados. Además, de sostener el
argumento defensista habría que pensar que cada vez que se tenía que
trabajar uno de esos expedientes sensibles, el nombrado debía ir a la
caja de seguridad y finalizado el día, volver para resguardar los
"papeles de trabajo". ¿Antes de tener las llaves de acceso a la caja de
seguridad, Poderti nunca tuvo otros documentos que según su criterio

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debía preservar? ¿Dónde habría quedado todo eso que con tanta recelo
resguardaba, vinculado a expedientes en cuya instrucción ya no
intervenía?
Por otra parte, la circunstancia de que no se haya verificado
un incremento injustificado del patrimonio conforme lo alegado por
Poderti, tampoco resulta un argumento de defensa válida, toda vez
que el provecho de lo sustraído, pudo haber sido perfectamente
gastado, incluso sería lógico que a fin de no ser descubierto, o levantar
sospechas, el patrimonio de aquel no se viera acrecentado.
Por otro lado, Poderti no explica cómo la "gente" que le
quiere hacer daño habría sustraído las monedas de oro que tenía bajo
su custodia, ni cómo los robos de los que fue víctima y la formación de
este expediente tendrían relación con su actividad profesional y ello,
con la sustracción pesquisada.
A esta altura, entiendo que las pruebas acumuladas
resultan suficientes a fin de avanzar en los términos del art. 306 del
CPPN conforme fuera valorado.
Además, he de señalar que sin perjuicio de que el Sr. Fiscal,
a cargo de la dirección de la instrucción, evaluó la pertinencia y
utilidad de las medidas solicitadas por la defensa de Poderti, es
opinión del suscripto que las mismas no modificarían, el cuadro
cargoso reunido en contra del causante.
Así las cosas, todo lo expuesto conforma un cuadro de
cargo suficiente para tener por acreditada, con el grado provisorio de
esta etapa, la autoría y responsabilidad que en el suceso, le cabe a
Martín Luciano Poderti.
IV- Calificación legal:
El hecho descripto al inicio por el cual deberá responder el
nombrado Poderti, en carácter de autor penalmente responsable,
constituye el delito de peculado –sustracción de caudales públicos-,
previsto y penado en el art. 261 -1er. párrafo- del Código Penal.
Conforme lo ha sostenido la Alzada: “Debe recordarse que las
diversas formas de malversación que comprende el capítulo VII del Título XI,
tienden a proteger el normal y regular desarrollo de la actividad patrimonial
de la administración. Por lo tanto, las disposiciones del capítulo de referencia
no miran la seguridad de los bienes como tales -interés propio de los delitos

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contra la propiedad-, sino que atienden una actividad funcional cuyo


resguardo es lo que colectivamente interesa: la regular actividad patrimonial
de la administración . . . en el caso de la conducta prevista por el Art. 261,
párrafo primero, la acción consumativa es la de sustraer los caudales o efectos
administrados, percibidos o custodiados, apropiación que se consuma cuando
los caudales o efectos en posesión estatal por mano del funcionario, pasan
ilegítimamente a la posesión particular a éste o de un tercero”. (CFASM, Sala
II, Sec. Penal nro. 2, causa 1301/95, reg. nro. 890).
Asimismo, se ha dicho que: “El delito de peculado es un delito
de lesión, aunque ello no importe un perjuicio patrimonial, en tanto procura la
preservación de la seguridad administrativa de los bienes públicos como
garantía del normal comportamiento de la función patrimonial del Estado”
(CNCCorr., Sala VII, 8-7-99, “F. De I,R.”, L.L. 200 C-919) –Revista de
Derecho Penal, Delitos contra la Administración Pública I, pág. 416, ED.
Rubinzal-Culzoni-.
Cabe señalar que para la configuración del ilícito previsto
en la norma citada, es necesario que el sujeto activo sea funcionario
público, requisito éste que se tuvo “prima facie” por acreditado en los
considerandos que anteceden, en relación a Poderti.
Al respecto, ha de destacarse la opinión de doctrina en
cuanto a que: “Es autor del delito el funcionario público que sustrajere
caudales o efectos cuya administración, percepción o custodia le haya
sido confiada en razón de su cargo. El objeto material del delito está
constituido por los caudales o efectos...esto implica que los caudales o
efectos deben ser administrados o haber sido recibidos por el
funcionario o estar a su cuidado en razón de la competencia funcional
y territorial que le atribuye el cargo que desempeña...Comete el delito
el funcionario administrador, preceptor o custodio que sustrae los
caudales o efectos, es decir, el funcionario que apropiándose de ellos
definitivamente o para restituirlos después, los saca el ámbito de
tenencia efectiva o simbólica de la administración pública…El dolo
exige el conocimiento de la calidad de los objetos y la intención de
apropiarse de ellos. El delito se consuma con la sustracción...” (Ricardo
C. Nuñez, “Manual de Derecho Penal. Parte Especial”, pág. 446/vta.,
Ed. Córdoba).

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A partir de las constancias obrantes en el sumario, se pudo
establecer que en razón del cargo que ostentaba Poderti -secretario a
cargo de la Secretaría nro. 6 del Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional nro. 2 de San Isidro- éste tenía bajo su tutela la custodia
de la totalidad de las monedas de oro que habían sido incautadas en el
marco de los allanamientos dispuestos en la causa nro. FSM 5237/2014,
secuestros documentados mediante las actas de fecha 14/11/2017.
Recuérdese lo expuesto en relación a lo oportunamente
dispuesto por el Dr. Lino Mirabelli, que en su carácter de juez a cargo
del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nro. 2 de San Isidro
ordenó que la caja de seguridad nro. 8-44 de la sucursal San Isidro del
Banco de la Nación Argentina quedara anotada a su disposición y de
Martín Luciano Poderti, a quien se le entregaron las llaves de la misma.
Así, los efectos allí reservados, pasaron a estar en custodia
de Poderti, circunstancia que se materializó con el traspaso llevado a
cabo el día 10/12/2019.
Entonces, se desprende sin esfuerzo que la función de éste
era la de recepcionar, cuidar, guardar, custodiar, y conservar, todos los
elementos reservados en la referida caja de seguridad.
Establecida su competencia funcional en relación a los
efectos en cuestión, en razón de su cargo, he de señalar que detectado
el faltante conforme fuera descripto, la acción de Poderti, en virtud de
las valoraciones efectuadas “ut supra”, encuadra en el verbo típico
“sustraer”, que remite a la idea que el objeto fue separado de la esfera
de la administración pública en la que legalmente se encontraba.
Tal como lo sostiene la doctrina, su conducta implicó poner
el bien fuera del alcance de la custodia en que fue colocado y lo
relevante fue que lo apartó sin perjuicio de la existencia o no de una
finalidad en particular, y sin resultar necesario para la configuración
típica que el sujeto activo se haya enriquecido personalmente a través
de dicha sustracción. (Andrés, José D’ Alessio, “Código Penal de la
Nación, Comentado y Anotado”, Tomo II, Editorial La Ley, pág. 1298).
“A los fines del artículo 261 del Código Penal, la expresión
“sustraer” no exige apoderamiento ni apropiación, siendo suficiente la

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violación de la custodia” (CNCCorr., sala VI, 24-4-95, “D., C.”, C.D. J.A.)”
–Revista de Derecho Penal, Delitos contra la administración Pública –I, pág.
422, ED. Rubinzal-Culzoni-.
Así, el delito en cuestión encuentra consumación con sólo
haber sustraído Poderti las ciento cuarenta y cuatro monedas de oro de
la totalidad que se hallaban bajo su custodia, extremo acreditado
“prima facie” en autos a partir de las constancias “ut supra” valoradas,
a las que me remito a fin de evitar reiteraciones.
En el contexto descripto, el epigrafiado no podía
desconocer el carácter de los bienes y la vinculación funcional que lo
unía a éstos, sin perjuicio de lo cual, tuvo la voluntad de separar los
efectos faltantes de la caja de seguridad en cuestión, de la esfera de
custodia en las que se encontraban.
Así las cosas, se presentan dos situaciones que el tipo penal
en estudio requiere: que el imputado sea un funcionario público y que
se encuentre en una especial relación funcional con el bien cuya
sustracción se investiga, circunstancia de plena aplicación para el
evento aquí pesquisado.
En vista que la conducta endilgada al encausado supera el
examen de tipicidad, entiendo que tanto la materialidad del injusto
como la responsabilidad que le cabe al encartado, se ven por el
momento acreditadas satisfactoriamente por lo que habré de decretar
el procesamiento de Martín Luciano Poderti, al considerarlo "prima
facie" autor penalmente responsable del delito precedentemente
señalado.
V- Medidas Cautelares:
A los fines de merituar la medida cautelar de naturaleza
personal prevista en el art. 312 del C.P.P.N., al evaluar que el
encausado Martín Luciano Poderti no registra antecedentes penales
–ver informe del Registro Nacional de Reincidencia incorporado en el
Sistema Lex 100 a través del DEO correspondiente- y la escala punitiva
prevista para el delito que se le imputa, he de mantener la libertad del
nombrado (conf. art. 310 del C.P.P.N.), toda vez que en caso de recaer
condena en las presentes actuaciones, ésta podría ser de ejecución
condicional.

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Por lo demás, tampoco se advierten circunstancias a partir
de las cuales se pueda presumir que intentará entorpecer la
investigación o fugarse, en los términos del art. 319 del CPPN y arts.
221 y 222 del CPPF, por lo que no se impondrá ninguna de las medidas
de coerción estipuladas en el art. 210 del CFPP.
En cuanto al monto del embargo a decretar respecto del
imputado, adelanto que mantendré la suma oportunamente fijada
mediante resolutorio de fecha 3/7/2024, la que considero suficiente
teniendo en cuenta los parámetros establecidos en los arts. 518 y 533
del CPPN.
En tal sentido, cabe recordar que la primera normativa
mencionada impone al juez que ordene el embargo de los bienes del
imputado al dictar el auto de procesamiento, a fin de garantizar la
pena pecuniaria, la indemnización civil y las costas.
En relación al primer rubro a considerar, la previsión de
pena pecuniaria para el delito imputado permite al juez aumentar el
mínimo legal, la segunda categoría, en su caso, depende de la cantidad
de personas legitimadas a solicitar resarcimientos, así como la índole o
la gravedad de lo que debiera ser reparado.
Además, debe atenderse a las costas del proceso. Tal como
lo establece el art. 533 del código de forma, éstas consisten en el pago
de la tasa de justicia, los honorarios devengados por los abogados,
procuradores y peritos y los demás gastos que se hubieran originado
por la tramitación de la causa, circunstancias a valorar a la hora de fijar
la suma a dar a embargo.
Así, si bien no se establecen topes a la fijación del monto,
éste debe derivar del análisis de diferentes elementos objetivos de cada
caso en particular. En tal sentido, también se ha dicho, por ejemplo,
que la fijación del monto se supedita al mayor o menor grado de
compromiso en las maniobras (Francisco J. D´Albora, Código Procesal
Penal de la Nación, Edit. Abeledo Perrot, pág. 928, Edic. 8va.).
Al respecto, debe adunarse que, conforme la Ley 27.423, la
regulación de honorarios mínima por la actuación hasta la clausura de
la instrucción asciende a 15 UMA, mientras que hasta la sentencia es de

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20 UMA; lo que rige tanto para los casos de abogados particulares


como para la defensa oficial, pues a esta última también cabe la
regulación de honorarios.
Por su parte, la tasa de justicia por monto indeterminado
asciende a cuatro mil setecientos pesos.
Por último, cabe tener en consideración lo normado en el
art. 22 bis del CP en cuanto a que si el hecho ha sido cometido con
ánimo de lucro, podrá agregarse a la pena privativa de libertad una
multa, aún cuando no esté especialmente prevista o lo esté sólo en
forma alternativa con aquélla.
En virtud de lo expuesto, y efectuadas estas
consideraciones de acuerdo a los parámetros mencionados, tal como lo
adelantara mantendré el embargo sobre los bienes y/o dinero del
causante hasta cubrir la suma de $ 190.000.000.
Por último, corresponde mencionar que el pedido de
pronto despacho interpuesto por el Sr. agente fiscal, se tiene por
evacuado con lo aquí resuelto.
Sin perjuicio de ello, corresponde señalar que el Dr. Paulo
Starc, solicitó el 14/10/2024 el procesamiento de Poderti. Fecha para la
cual aún se encontraban pendientes de realización los peritajes sobre
los aparatos electrónicos secuestrados respecto del imputado y
familiares, dispuestos por el titular de la investigación. En ese sentido,
el suscripto entendió prudente esperar el resultado de tal análisis,
luego de lo cual el 20/11/2024, el Sr. agente fiscal dejó sin efecto dicha
medida por él ordenada.
Así las cosas, sólo 20 días después de ello, presentó el
escrito solicitando pronto despacho, cuando por otra parte el
26/11/2024 ordenó reservar la información remitida por la DATIP, la
que fue descargada en el Sistema Lex 100 el 9/12/2024, información
que también debió ser analizada por el suscripto para resolver la
situación del aquí encausado, más allá de lo informado por la
dependencia designada para la realización de tal tarea
En razón de todo lo aquí reseñado, entiendo que no ha
transcurrido un lapso tal, que haya justificado tal presentación.

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Ante todo lo reseñado y valorado, entiendo corresponde y
así;
RESUELVO:
I- DECRETAR el PROCESAMIENTO de MARTÍN
LUCIANO PODERTI, de las demás condiciones personales obrantes
en autos, por estimarlo “prima facie” autor penalmente responsable
del delito de malversación de caudales públicos, por el que fuera
indagado (arts. 45 y 261 -1er. párrafo- del CP, y art. 306 del CPPN).
II- Mantener la libertad que goza el nombrado Poderti (art.
310 del CPPN).
III- Mantener el embargo dispuesto con fecha 3/7/2024
sobre el dinero o demás bienes del procesado Poderti, por la suma de
pesos ciento noventa millones ($ 190.000.000), en los términos del art.
518 del CPPN.
IV- Fórmese legajo de personalidad del encausado.
Tómese razón, notifíquese y firme, remítanse testimonios al
Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación, en el marco
del expediente CM 103/2024.

Ante mí:

Notifiqué mediante cédulas electrónicas al Sr. Fiscal de Tres de


Febrero, a la parte querellante, y a la defensa técnica de Poderti.
CONSTE.

Signature Not Verified Signature Not Verified


Digitally signed by BRUNA MARIA Digitally signed by EMILIANO
SCHWARZ RAMON CANICOBA
Date: 2024.12.17 13:24:53 ART Date: 2024.12.17 13:44:33 ART

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