APOYO ESCOLAR FAMILIAS

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Las investigaciones muestran que la participación familiar auténtica es

un factor clave en el éxito de los estudiantes a largo plazo.


La motivación es una de las armas más importantes para alcanzar
el éxito personal. Por ello, es indispensable motivar a nuestros hijos a
rendir mejor en la escuela desde una edad temprana.
Por ello, los padres tienen que dirigir esfuerzos a la motivación de los hijos.

Cómo motivar a los niños


1. Ten las expectativas adecuadas
Los niños son muy conscientes de cómo los padres los perciben y, muchas
veces, ajustan sus expectativas según lo que piensen los padres. Por ello, si
esperas que tu hijo triunfe, es muy posible que su motivación y
probabilidades de éxito sean mucho mayores. Si tus expectativas son bajas,
es muy probable que no consiga los resultados esperados.

Es importante fijar las expectativas adecuadas y acordes a cada niño. Para


ello, sigue estos dos pasos:

 Habla con tu hijo: charla abiertamente con tu hijo sobre los campos
de estudio que más le gustan y en los que más sobresale.
 Reevalúa cuando sea necesario: a medida que tu hijo crezca, los
intereses y aptitudes cambiarán, por ello, es importante ir
reajustando las expectativas.

2. Ayuda a tu hijo a fijarse metas


Es importante enseñar a tu hijo a establecer metas propias, que le ayudarán
a estar más motivado y conseguir sus objetivos.

 Anotar las metas: alcanzar las metas será más fácil y motivador si
se escriben en un papel. Puede ser muy útil colocar estas notas en un
lugar visible de la casa para que tu hijo las recuerde cada día.
 Las metas deben ser específicas: por ejemplo, más que marcar
como meta ‘el próximo semestre te irá mejor en matemáticas’, será
mucho más efectivo si se concreta más: ‘repasarás los problemas de
matemáticas 20 minutos todos los días’.
 Las metas deberán poder medirse: las metas tienen que ser
cuantificables para valorar si se está progresando en su
cumplimiento.

3. Encuentra maneras de mostrarle a tu hijo que


la escuela es importante
Si mostramos a los hijos nuestro propio interés y entusiasmo por la
educación, ellos adoptarán la misma actitud. Existen diversas maneras para
fomentar este interés:
 Establece una relación con el profesor de tu hijo: comparte con
el maestro las expectativas que esperas para tu hijo y pídele opinión
al respecto.
 Apoya los programas de la escuela de tu hijo: asistir a
acontecimientos organizados por la escuela, obras de teatro, etc.,
sirve para demostrar a tu hijo la importancia que le otorgas a la
escuela y sus actividades.
 Crea un ambiente adecuado para hacer las tareas: asegúrate
de que tu hijo dispone de un lugar tranquilo y bien iluminado en casa
para hacer los deberes y estudiar. Préstale ayuda y colaboración con
las tareas, pero nunca las hagas en su lugar.
 Conoce las tareas de tu hijo: aquello que está estudiando en cada
asignatura, los trabajos y exámenes que debe hacer, etc.

4. Ten una actitud positiva hacia la escuela


Si tu hijo observa que percibes las tareas escolares de una manera positiva
e interesante, él lo percibirá de la misma manera. Apoya el estilo de
aprendizaje de tu hijo. Cada niño tiene una manera predilecta de estudiar y
aprender, que es más natural y motivadora. Ayúdale a descubrirla y
fomenta que la utilicen de la mejor manera posible. En general, existen tres
tipos de estudiantes:

5. Utiliza un lenguaje que le anime


Alentar a los niños motiva mucho más que elogiarlos.
, se trata más de animar a que la próxima vez se haga mejor.

6. El aprendizaje en casa y en la comunidad


Tus hijos deben percibir el aprendizaje como un acto divertido y no sólo
como la tarea obligatoria y pesada de estar sentado detrás de un
escritorio. Los estudiantes motivados ven el aprendizaje en cualquier
parte y entienden que hay algunas actividades divertidas que a la
vez también aportan conocimiento.
Existen diversas ideas para fomentar esta visión en tu hijo: cuando lea un
clásico de la literatura infantil, podéis pasar a ver la versión en película, se
pueden estudiar las diferentes culturas a las que no acude de forma regular
(si le gusta el futbol, llevarlo al ballet, por ejemplo), o visitar museos sobre
temas que esté estudiando.

7. Fomenta la fortaleza en su hijo


Si un niño no es fuerte internamente, su motivación disminuye
mucho y ve pocas vías para salir adelante en medio de la
adversidad. La fortaleza hace que estén preparados ante las adversidades
y que se enfrenten a ellas y tengan capacidad de resolver muchos
problemas, aprovecharan sus puntos fuertes y se darán cuenta de que
todos cometemos errores y de que son oportunidades para aprender.

Para fomentar la fortaleza tu hijo sigue estos pasos:

 Identifícate con tu hijo viendo la situación desde su punto de vista


antes de reaccionar.
 Ofrécele opciones razonables para elegir entre dos cosas.
 Fomenta los talentos e intereses de tu hijo. Por ejemplo, si tu hijo no
tiene resultados positivos en la escuela, pero le gustan mucho las
clases de teatro y es lo que más le anima, no le prives de estas
actividades por el hecho que no saque buenas notas. Celebra sus
talentos y no los prohíbas.
APOYO ESCOLAR
Es necesario para el éxito escolar de su hij@ que como madre o padre,
refuerce la colaboración entre la familia y escuela, y cree un contexto positivo
que facilite la integración en el aula y el centro y el aprendizaje.
Para ello, puede hacer lo siguiente:
 Establecer una rutina diaria en familia, que incluya buenos hábitos de
alimentación y de sueño.
 Destinar un lugar y un horario concretos para dedicar a tareas escolares
( Haya deberes o no. Cuando no haya o se terminen antes, se puede
repasar lo que se ha visto y ojear lo que se verá próximamente)
Se aconseja un lugar silencioso, cómodo y bien iluminado con el
material necesario. También puede resultar conveniente evitar las
distracciones (como un televisor encendido) y establecer un horario de
inicio y finalización. Una buena regla para un período de estudio y/o
tarea en el hogar eficaz es de aproximadamente 10 minutos por grado
de la etapa de primaria. Los niños de cuarto grado, por ejemplo,
deberían dedicar unos 40 minutos de tarea o estudio todas las tardes.
 Revisen juntos las tareas al finalizarlas, y muéstrese cercano y accesible
para ayudarle en algo concreto o solventar alguna duda. Pero resista el
deseo de darle las respuestas correctas o de completar usted mismo sus
tareas. Aprender de los errores es parte del proceso.
 Asegúrese de que revisa y tiene al día la agenda, y hágalo con él si no
sabe o aún no tiene el hábito integrado.
 Hable todos los días con su hijo/a sobre sus actividades.
 Asegúrese de que prepara y revisa la mochila cada noche, y ayúdele a
prepararla si no sabe o no tiene aún el hábito integrado.
 Promover la alfabetización, lea libros y también léale a su hijo/a e
invítele a leer un ratito cada noche.
 Limite y supervise el tiempo que ven televisión, juegan, o pasan en las
redes sociales, la computadora o el mv. Establezca también un horario y
unas normas concretas para esto.

Cómo transmitir buenos hábitos de estudio

Para los niños pequeños, estudiar para una evaluación puede ser aterrador y
muchos educadores asumen que los padres les ayudarán, por lo que no les
entrenan en este sentido. Presentarle a su hij@ técnicas de estudio le
permitirá tener buenos hábitos de aprendizaje durante toda su vida.
Asegúrese de saber las fechas de evaluación para ayudar a su hijo a estudiar con tiempo
en lugar de hacerlo con prisas la noche anterior. Es posible que también deba recordarle a
su hijo que traiga el material de estudio correcto a su casa, como apuntes, guías de
estudio o libros.

Enséñele a su hijo a dividir los trabajos en partes más pequeñas y manejables; de este
modo, prepararse para una evaluación no le resultará abrumador. También puede
enseñarle a su hijo trucos nemotécnicos para ayudarlo a recordar la información. Recuerde
que tomarse un descanso después de un período de estudio de 45 minutos es una manera
importante de ayudar a los niños a procesar y recordar la información.

Si tiene dificultades de organización…

Cuando los niños son organizados, se pueden mantener concentrados


en lugar de perder tiempo buscando cosas y distrayéndose.
Para el trabajo escolar, significa tener un cuaderno de tareas y una
carpeta de tareas para llevar un registro de las tareas y los proyectos.
Revise el cuaderno de tareas y la carpeta de tareas de su hijo todas las
noches para familiarizarse con las tareas y para que su hijo no se atrase.
Hable con su hijo acerca de mantener el escritorio de la escuela
ordenado para no perder los papeles que debe llevar a casa. Enséñele a
su hijo a usar la agenda, calendario o un planificador personal para
ayudarlo a organizarse.
También es útil enseñarle a su hijo cómo hacer una lista de tareas para
ayudarlo a asignar prioridades y hacer las cosas. Puede ser tan sencillo
como:
1. hacer deberes
2. jugar al fútbol
3. guardar la ropa
Nadie nace con habilidades de organización; es necesario aprenderlas y
ponerlas en práctica.

Conozca las políticas de disciplina


Las escuelas suelen incluir las políticas de en los manuales del estudiante. Las reglas
cubren las expectativas y las consecuencias de no alcanzar las expectativas, en aspectos
como conducta, código de vestimenta, uso de dispositivos electrónicos y lenguaje
aceptable de los estudiantes.

Las políticas tal vez incluyan detalles sobre la asistencia, el vandalismo, el hecho de
copiarse en un examen, las peleas y las armas.
Muchas escuelas también tienen políticas específicas sobre el bullying. Es útil conocer la
definición que se le da en la escuela, las consecuencias para los agresores, las formas de
apoyo que se da a las víctimas y los procedimientos para denunciar el acoso.

Es importante que su hijo sepa qué espera de él en la escuela y que usted apoyará las
consecuencias impuestas por la escuela cuando no cumpla las expectativas. Cuando las
expectativas de la escuela coinciden con las del hogar, todo es más sencillo y eficiente.

INCORPORACION AL CENTRO
(VACACIONES, CAMBIOS O COMIENZOS)

¡Esta transición puede ser estresante y perturbadora para toda la familia!


Antes del primer día de clases, puede mostrar síntomas de ansiedad como
llorar, tener rabietas, problemas para dormir, quejarse de dolores de cabeza o
de estómago, retraerse y volverse irritable entre otros.

Estas preocupaciones son habituales y normales, y algunas de ellas incluyen:


 ¿Quién será mi nuevo maestro?
 ¿Qué pasa si mi nuevo maestro es malo?
 ¿Alguno de mis amigos estará en mi clase?
 ¿Encajaré?
 ¿Mi ropa está bien?
 ¿Me veré estúpido?
 ¿Con quién me sentaré en el almuerzo?
 ¿Qué pasa si pierdo el autobús?
 ¿Qué pasa si no puedo entender el nuevo trabajo escolar?
 ¿Qué pasa si algo malo le sucede a mamá o papá mientras estoy en la
escuela?

A continuación, veamos cómo podemos ayudarl@s:


Lo más importante es que asistan a la escuela, ya que de esta podrán reunir
pruebas que desafíen y disipen sus miedos catastróficos y poco realistas.

Cómo lidiar con las preocupaciones del regreso a clases??

 CUIDA LO BÁSICO.
Nadie funciona bien cuando está cansado o hambriento. Los niños ansiosos a
menudo se olvidan de comer, no sienten hambre y no duermen lo suficiente.
Esté especialmente pendiente de cubrir las necesidades del niñ@ durante este
periodo y cree rutinas regulares para que la vida sea más predecible para su
hij@. Estas rutinas pueden involucrar los hábitos al levantarse y a la hora de
acostarse, así como los horarios de alimentación.
 ANIME A SU HIJO A COMPARTIR SUS MIEDOS.
Escuche y reconozca los sentimientos de su hijo y demuestre confianza en que
puede manejar la situación. Anime a sus hijos a hablar abiertamente con usted
y con los maestros sobre las inquietudes o preocupaciones que puedan tener.
Pregúntele a su hijo qué es lo que lo preocupa. Y dígale a su hijo que es
normal tener preocupaciones.
Antes y durante las primeras semanas de clases, establezca una hora y un
lugar regulares para hablar. Algunos niños se sienten más cómodos en un
espacio privado con toda su atención (como justo antes de acostarse o durante
la comida). Los adolescentes a menudo agradecen algún tipo de distracción
para reducir la intensidad de sus preocupaciones y sentimientos (como
trayectos en automóvil o mientras caminan).

 EVITE DAR CONSUELO... ¡EN SU LUGAR, RESUELVA EL


PROBLEMA Y PLANIFIQUE!
L@s niñ@s a menudo buscan la seguridad de que no sucederán cosas malas
para reducir su preocupación. No les asegures con un “¡No te preocupes!” o
"¡Todo estará bien!"
En su lugar, anime a su hijo a pensar en maneras de resolver su problema. Por
ejemplo, "Si (lo peor) sucede, ¿qué podrías hacer?" o “Pensemos en algunas
formas en las que podrías manejar esa situación”.
Esto le da la oportunidad de entrenar a su hijo sobre cómo hacer frente e
interpretar situaciones de miedo tanto reales como imaginarias. También le
dará las herramientas que necesita para hacer frente a una situación
inesperada que pueda surgir.
A continuación se ofrecen algunas alternativas para que le ayude a trabajar
estos aspectos:
¡Enfócate en los aspectos positivos!
Anime a su hijo a redirigir la atención lejos de las preocupaciones y hacia los
aspectos positivos. Por ejemplo, pregúntele a su hijo: "¿Cuáles son las tres
cosas que más le emocionan en su primer día de clases?" La mayoría de los
niños pueden pensar en algo bueno, incluso si es volver a ver a viejos amigos,
o comer un refrigerio especial . Refuerce la emoción de aprender cosas
nuevas, y hacer nuevos amigos.

 PRESTA ATENCIÓN A TU PROPIO COMPORTAMIENTO.


A los padres les puede provocar ansiedad dejar el cuidado y la responsabilidad
de sus hijos a los maestros. Los niños toman las señales de sus padres, por lo
que cuanto más confianza y comodidad pueda demostrar, más entenderá su
hijo que no hay razón para tener miedo.
Sé solidario pero firme. Por ejemplo, al despedirte por la mañana, dígalo
alegremente, y no insista demasiado.

 ACCIONES QUE AYUDARÁN A PREVENIR O CALMAR LA


SITUACIÓN:

Al menos un par de semanas antes:


 Inicie a su hijo en una rutina de día escolar: Despertarse, comer y
acostarse a horas regulares.
(Explique que todos en la familia deben adaptarse al nuevo horario, para
que no se sienta solo con estos cambios.)
 Para los más mayores que tienen problemas para acostarse y levantarse
de la cama, entréguele un reloj despertador de "persona grande" y
déjelo practicar su uso.
 Pídale a su hijo que ayude a planificar los almuerzos escolares para la
primera semana.
 Creen juntos una lista de material escolar y vayan a comprarlos.
 Practiquen ejercicio físico o actividades relajantes (adaptadas a los
gustos del niñ@) o enseñe habilidades de afrontamiento de estrés para
usar cuando se sienta nervioso, como respiraciones o tarjetas de
afrontamiento.
 Si tienen la opción, faciliten situaciones o queden con otros niñ@s que
vayan a estar en su clase o en su escuela.

Un par de días antes de la escuela:


 Ve a la escuela al menos un par de veces: caminando, conduciendo o
tomando el autobús. Para los niños pequeños que toman el autobús
escolar, describa y dibuje la ruta del autobús, incluyendo donde para y
cuánto tarda en llegar a la escuela.
 Cuando es posible, le tranquilizará mucho hacer un recorrido por la
escuela. Mostrarle las aulas, el patio y los baños y reunirse con el
maestro con su hijo presente.
Si requiere medicamentos, algún tratamiento o tiene necesidades
especiales, hable con el personal encargado de la escuela, y luego
hable con su hij@ sobre cómo se manejarán esas necesidades.
Modele también posibles situaciones estresantes. Es decir, dígale y
repasen qué puede hacer es esos supuestos, por ejemplo si usted llega
tarde a recogerlo, o se siente incómodo solo en el recreo.
 Pídale que le ayude a elegir la ropa para la primera semana de clases, y
deje que use su atuendo favorito el primer día.
 Preparen juntos la mochila escolar la noche anterior, e incluyan unas
golosinas.

El primer día de escuela:


 Haga si es posible, que su hijo vaya a la escuela con un amig@ durante
los primeros días. O podéis quedar con él o ella y el adulto que le lleve,
ya sea para el trayecto o para verse antes en la puerta.
 Levántense media hora antes, es importante evitar las prisas y preparar
un tranquilo y rico desayuno.
 Los niños más pequeños podrían además estar nerviosos por separarse.
Sugiérale llevar a la escuela un objeto especial que le recuerde a su
casa. Una nota tranquilizadora en el almuerzo de un niño también puede
ayudar a aliviar la ansiedad por separación. O incluso un objeto o dibujo
en un brazo al que le otorguen ese valor.
 Dígale al maestro que su hijo tiene algo de ansiedad por separación:
¡La mayoría de los maestros son expertos en esta área y tienen años de
experiencia!

 ¡Lo más importante es que elogie y recompense a su hijo por


su comportamiento valiente!

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