Ensayo comparativo Marvel Moreno y García Márquez

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Pablo Ruiz 201816836

Novela colombiana siglo XX


09/06/2021
Deconstrucción del Boom, diálogo y desviación al paradigma literario; un ensayo
comparativo sobre la narración en las novelas En diciembre llegaba las brisas y Cien años de
soledad
En el presente ensayo se estudian comparativamente dos novelas fundamentales en la constitución
del canon literario colombiano. Por un lado, quizá la más representativa, o al menos la más famosa,
del Boom latinoamericano, Cien años de soledad; por otro lado, una obra maestra de la escritura
del Post-Boom, En diciembre llegaban las brisas. La razón de la escogencia de estas novelas radica
en su maestría narrativa, su inestimable valor literario, su contribución a la tradición novelística
colombiana y la infinidad de posibilidades discursivas que ambas abren al contexto escritural
colombiano. También, y, sobre todo, porque ambas comparten ciertas semejanzas de orden
narrativo, que, estudiadas en detalle, pueden llegar a producir ideas que enriquezcan sus lecturas.
En primer lugar, me gustaría destacar un elemento estilístico de la novela de Marvel Moreno
que en mi experiencia de lectura surgió a colación varias veces. Me refiero a la utilización constante
del recurso retórico de las prolepsis y analepsis, que está a su vez ligado a un manejo del tiempo
que tiene como base al narrador (en este caso narradora) omnisciente, el cual es a su vez
caracterizado por la distancia que sostiene respecto a las acciones de la trama.
Pero antes, quisiera tomarme un paréntesis, para aclarar un punto que considero
fundamental a la hora de establecer este tipo de análisis comparativo. Hablaré desde mi experiencia.
Durante mi lectura de la obra, tuve la sensación de que esta debía mucho a la escritura de García
Márquez. Ello me conflictuó en un principio, puesto que tuve la sensación de estar
inconscientemente adscribiendo una narrativa femenina bajo el marco de un patriarca literario, y
por tanto de no reconocer sus propias virtudes. Sin embargo, con el tiempo fui haciéndome
consciente de que al agón de la influencia (el término es de Bloom) 1 no escapa ningún escritor, e
incluso García Márquez debió haber sentido a su tiempo la angustia de las influencias hacia sus
precursores (pensemos en La hojarasca y el influjo que hay en ella de William Faulkner). Entonces
di en pensar que así como García Márquez no fue solo un faulkneriano trasnochado, sino un autor
de vanguardia, que produjo una narrativa capaz de responder a las características del contexto

1
Me refiero a la teoría de la angustia de las influencias de la que habla Harold Bloom en El canon occidental.
colombiano y latinoamericano (además de lograr un estilo complejo y personal, y un encanto
literario universal), de la misma forma la narrativa de Marvel Moreno tampoco fue una réplica
femenina del nobel aracateño, sino que constituyó una propuesta literaria que bebió de su influencia
pero que se construye autónoma, y dueña de sí misma. Esto, logrado a través de una conversación
magistral con la tradición cultural y literaria de la cual participa su obra, sin que esto significara
que en algún momento la misma dejara de establecer sus propias preocupaciones ideológicas,
estéticas y críticas. En cierta medida, podría decirse que Marvel Moreno logra asumir una postura
frente a su obra similar a la que una vez fue señalada por Albalucía Ángel, quién dijo:
Muchos escritores no lo hacen, pero pienso que al empezar sobre esta base, el estilo de
García Márquez, podemos fabricar historias que también sean colombianas, pero con otros
estilos y otras formas de decir, entonces empezaremos a encontrar otras salidas. Es difícil,
porque un maestro es un maestro y aunque, considero yo, la influencia de Gabo es bastante
benéfica; sin embargo, muchos de nosotros tenemos bastante trabajo por hacer para
superarlo (Williams, 1977). (Gutiérrez, 77) 2
Ahora bien, habiendo sorteado lo anterior (y evitándome con ello una constante e
inconsciente autocensura feminista para el resto del ensayo) continuaré con la reflexión de las
prolepsis y el narrador. Marvel, a lo largo de la novela, suele repetir una serie de fórmulas que
recuerdan, inexorablemente, a Cien años de soledad. Me refiero a esas maravillosas construcciones
verbales que comienzan con: “Muchos años después…” y que refieren una distancia temporo-
espacial tomada por parte del narrador frente a la situación que venía siendo el presente del relato.
Sin embargo, cabe resaltar que en ambos textos existe una ligera diferencia en la forma en que los
narradores utilizan esta fórmula.
En realidad, esta diferencia radica en dos puntos: primero, en la naturaleza del narrador,
que difiere según cada novela; segundo, en la desviación ejercida por la narrativa de Marvel
Moreno respecto a su referente. Me explico, en ambas narrativas el narrador es omnisciente, un
Dios de la novela que todo lo sabe y todo lo ve. Lo cual pareciera suceder hasta llegadas las últimas
páginas de ambos libros (hacia el final del último capítulo en Cien años de soledad, y en el epílogo
de Lina en En diciembre llegaban las brisas). Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre

2
El texto citado lo tomo del ensayo “Propuesta narrativa de Albalucía Ángel en Estaba la pájara pinta
sentada en el verde Limón” por Aley Gutiérrez M, quién a su vez lo toma y lo traduce (pues parece ser que
la entrevista original se hizo en inglés) de Williams.
ambos finales. En Cien años de soledad, ocurre una suerte de desplazamiento mágico del discurso.
Aquel Dios de los hechos que había sido el narrador termina convirtiéndose en un libro, pues el
protagonista de los últimos capítulos, Aureliano Babilonia, logra desentrañarlo a través de la
traducción de los antiguos manuscritos de Melquiades. En esta traducción, la historia de los
Buendía deja de ser un privilegio al que solo los lectores tenemos acceso, siendo que ahora
Aureliano Babilonia también la conoce. De esta forma, él, quien antes había sido objeto pasivo de
nuestra observación, pasa entonces a convertirse en uno más de nosotros, en otro lector. Y de la
misma forma, nosotros, los lectores pasamos a ser parte de su nivel diegético, y nos hallamos
expuestos ante la incertidumbre. Al mismo tiempo, se produce una operación por la cual aquella
voz narrativa que antes había sido omnisciente se vuelve ahora tan solo una ficción dentro de un
libro: los manuscritos de Melquíades. Y es así, como su figura termina desmitificándose. Justo
después de esto “la cólera del huracán bíblico” (García Márquez, 172) termina por devorar a
Aureliano y su pueblo. De esta manera podría afirmarse que en los últimos instantes de la novela
el personaje se vuelve Dios mientras que el Dios narrador cae, desmitificado, de su pedestal.
Frente a la narración anterior la empresa llevada a cabo por Marvel se constituye como una
verdaderamente temeraria. Pues quiso reinventar uno de los finales más hermosos de la literatura
universal. Veamos que sucede en su narrativa. En diciembre llegaban las brisas se constituye
también por una narradora omnisciente, que, como dije antes, gracias a su magistral manejo de los
tiempos, trasladando la acción presente al futuro lejano de Lina en París, recuerda mucho a García
Márquez. Sin embargo, la diferencia consiste en que aquí se da la unión del narrador con el
personaje de Lina. Se trata de un narrador Dios, cierto. Pero que planta sospechas, a lo largo de la
trama, sobre su conexión intrínseca con Lina. Solo hasta llegar al epílogo el lector puede confirmar
estas sospechas, teniendo en esas páginas, de forma bastante breve, la historia de Lina, que desde
la distancia de París recuerda y les da vida a todas las otras historias de la trama. Ahora bien, si
continuamos elaborando la comparación anterior, podría argumentarse que aquí también se
produce una desmitificación del narrador. Aquella sospecha sobre la identidad del narrador, de la
cual no teníamos certeza pero que bien podíamos identificar con el personaje de Lina es confirmada
en el epílogo. Y entonces acontece que la diosa narrativa se convierte en personaje. Pero ello ocurre
después de la destrucción (a diferencia de Cien años de soledad, en donde se produce primero la
caída del narrador, e inmediatamente después la destrucción del pueblo). Puesto que, en esta
novela, primero viene la inmolación de Beatriz (la explosión de la casa); siendo que después es que
encontramos las palabras de Lina en primera persona, hablando desde París.
La relación entre ambos finales no es en absoluto inocente. Sobre todo, si se tienen en cuenta
las diferencias de los detalles entre ambas novelas. En Cien años de soledad un huracán se devora
al pueblo; en En diciembre llegaban las brisas, una mujer, por decisión propia, destruye su casa.
El pueblo es el ámbito social que tradicionalmente se asocia con la acción masculina. La casa, en
cambio, es el ámbito que tradicionalmente se ha impuesto a la mujer. En García Márquez se acaba
con el orden social; en Marvel Moreno, también, y además se rompe con la estructura patriarcal.
Destruir la casa termina siendo el símbolo de ruptura por parte de la novela para con las reglas
impuestas por la sociedad sobre la mujer.3 Lo cual es, de hecho, el propio ejercicio que la narración
pretende llevar a cabo a lo largo del libro. De esta forma, el epílogo de Lina resulta siendo la
culminación de este mismo ejercicio, pues allí se la muestra como una mujer libre, que escribe su
memoria en un exilio voluntario, narrando las injusticias del pasado, la vida de los otros, y
resignificándolo a través de su literatura. Y de esta forma logra reinterpretar los hechos y la historia,
dotando de un espacio en el discurso a aquellas voces y personas del pasado: “Su palabra se opone
al recuerdo secreto y a la confidencia, y así transforma las vidas en denuncia y les impide ser apenas

3
Cabe señalar que esta idea se basa en una interpretación elaborada por Elvira Sánchez-Blake en su ensayo
“Los laberintos narrativos de Marvel Moreno y Humberto Eco”. Dejo acá el fragmento completo de las
líneas a partir de las cuales me basé para elaborar mi reflexión:
“Su trágica muerte [la de Beatriz] entre la explosión de pólvora que ella misma provoca, evoca la
visión apocalíptica de los castigos que anuncia la Biblia y las citas mencionadas. Una vez más se refuerza
la función de la obra a nivel simbólico: la de desenmascarar con violencia la falsedad de una sociedad, para
construir sobre sus escombros una nueva visión. Por último, la conexión intertextual del laberinto-
apocalipsis nos remonta nuevamente con El nombre de la rosa, y el inevitable hacerlo con Cien años de
soledad […] En Cien años de soledad, la destrucción final de Macondo, devela la descomposición de un
mundo en ruinas estancado en sus simientes.
De igual manera en la novela de Marvel Moreno el desenlace revela una destrucción del
ordenamiento. El orden racional que construye la abuela en la primera sección y cuya normatividad se
desafía y se pone en entredicho en la segunda, con el triunfo de Catalina sobre normas y prejuicios, se
desintegra en la tercera con el final trágico de Beatriz.” (Sánchez-Blake, 40)
curiosidades. Su conocimiento de casos individuales se convierte en experiencia social.” (Ordoñez,
105).
En conclusión, la novela En diciembre llegaban las brisas es un admirable ejemplo de la
producción narrativa del Post-Boom, y su propuesta literaria es magistral ya que logra reinterpretar
el mundo y las visiones de muchos de aquellos textos con que discute. Es decir, que logra establecer
un diálogo enriquecedor con el pasado histórico y con la tradición literaria, engendrando así una
narrativa autónoma (que se defiende por sí sola), compleja y estéticamente valiosa. Por otra parte,
me gustaría dejar la puerta abierta para otras propuestas de análisis que sigan esta línea discursiva.
De acuerdo con esto, creo que un próximo texto podría versar sobre la relación entre la fundación
mítica de Macondo en Cien años de soledad y el tema de la colonización paisa retratada en Estaba
la pájara pinta sentada en el verde limón.4 Por último, solo queda decir que, tras el análisis de las
dos novelas mencionadas, pareciera quedar la impresión de que a la literatura colombiana de la
segunda mitad del siglo XX le queda todavía muchísimo por decir.

Bibliografía
Bloom, Harold. El Canon Occidental. Anagrama, 2015.
García Márquez, Gabriel. Cien Años De Soledad. Ediciones La Cueva.
Gutiérrez M., Aley. “Propuesta narrativa de Albalucía Ángel en Estaba la pájara pinta sentada en
el verde limón.” Estudios de Literatura Colombiana, núm. 21, julio-diciembre, pp. 73-91.
Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia, 2007.
Ordoñez, Monserrat. “Cien Años De Escritura Oculta: Soledad Acosta, Elisa Mújica Y Marvel
Moreno” en La escritura, ese lugar que me acompaña. Universidad De Los Andes, 2014,
pp. 103-106, https://www.jstor.org/stable/10.7440/j.ctt19rmbgx?turn_away=true.
Revisado el 9 de junio del 2021.
Sánchez-Blake, Elvira. “Los Laberintos Narrativos De Marvel Moreno Y Humberto Eco”.
Department Of Romance Studies Cornell University, 2021, https://colombianistas.org/wp-
content/themes/pleasant/REC/REC%2021/Ensayos/7.REC_21_ESanchezBlake.pdf.
Revisado el 9 de junio del 2021.

4
Tema que queda sugerido, y que se desarrolla de forma muy breve, en el ensayo de Aley Gutiérrez M.
citado anteriormente: “Propuesta narrativa de Albalucía Ángel en Estaba la pájara pinta sentada en el verde
Limón” (página 86).
Williams L, Raymond. “An interview with women writers in Colombia”, en: Latín American
writers: Yesterday and Today. Pittsburg: Editions Yuette Miller and Charles M. Tatum.
Latin American Literature Reviews Press, 1977.

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