Las Guerras Púnicas
Las Guerras Púnicas
Las Guerras Púnicas
INTRODUCCION
Una vez que Roma logró unificar bajo su gobierno y completar así su dominio sobre
toda la amplia zona de la península itálica, no parecía querer nuevas aventuras
militares, sino lograr su unión política y económica. Sin embargo, otra potencia con la
que había convivido desarrollando una estrategia de pactos, Cartago, antigua colonia
fenicia ubicada en la costa norte de África, comenzaba a expandir peligrosamente sus
dominios. A medida que el poder y la influencia de Roma se extendían por el
Mediterráneo, el choque contra el imperio cartaginés se tornaba inevitable. Así fue
como Roma emprendió la lucha contra Cartago para disputarle su influencia en el
Mediterráneo occidental. Estos conflictos entre Roma y Cartago, son lo que
conocemos como guerras púnicas. Revela una dinámica diferente a la expansión
romana en Italia, aunque es consecuencia de ella.
Cartago era una poderosa ciudad-estado con un gran imperio comercial. No era un
estado conquistador, sino comercial, basado en sus colonias exteriores que lo
convertía, sin considerar a Roma, en el más poderoso estado del Mediterráneo
occidental. Cartago dominaba y controlaba el mar, con una poderosa flota y
superioridad naval. Los trirremes cartagineses de 36 mts y con una tripulación de 180
hombres, fue el barco de guerra más poderoso de la época. Estos no tenían fines
conquistadores sino de garantizar seguridad en las rutas comerciales evitando el
peligro de ataques piratas. Realizó una serie de alianzas con pueblos griegos e itálicos
logrando tener influencia sobre las necesidades de estos. No necesitaba contar con
gran cantidad de soldados sino que puntualmente sumaría a sus fuerzas mercenarios
contratados.
La floreciente República romana, por otro lado, encontraba interés en clara oposición a
los de Cartago. Roma que ya controlaba la totalidad de la península Itálica dirigía ahora
sus ojos más allá aún; hacia Sicilia, en el sur, y zona llamada Galia Transalpina (zona
tras los Alpes), en el norte.
Tan pronto como Roma inició su expansión hacia el norte y el sur, inevitablemente
trajo el conflicto con Cartago, que vería amenazado su dominio en el mar
Mediterráneo y su imperio comercial.
Antes de entrar meramente en los hechos bélicos, debemos reconocer los aspectos
que llevaron a estos.
CARTAGO ROMA
Esto de origen fenicio Organizada políticamente como una
Imponente ciudad ubicada en la costa de República.
la actual Túnez, que había sido fundada
por los fenicios. Abarcaba desde la llanura del Río Po, en
Civilización con una enorme escuadra el norte, hasta el estrecho de Mesina en
marítima, y grandes navegantes. Tenía el sur.
una poderosa armada, formada por
trirremes ágiles Los romanos buscaban expandirse
Carentes de un ejército permanente, territorialmente y controlar la
pues contrataban mercenarios en época navegación y el comercio en el mar
de guerras. No tenían fuerzas terrestres Mediterráneo.
permanentes.
Poseía un gran ejército
Antes de las guerras controlaban Sicilia,
Córcega, Cerdeña y las costas del sur y el Debilidad en la infraestructura naval
este de la península ibérica.
El conflicto entre Roma y Cartago tuvo varios episodios, donde destaca la decisiva
segunda guerra púnica.
Reciben el nombre de “púnicas” debido a que los romanos utilizaban ese término
(punici) para referirse a los cartagineses. Los cartagineses las llamaron guerras
romanas.
2da Guerra Púnica (218 a.C- 201 a.C.): la pérdida de la guerra sumando a los altos
costos a los que estaban obligados a pagar, hicieron que Cartago cayera en una
economía sumergidas, incapaz de pagar a sus mercenarios para luchar contra Roma.
Ante esta situación le pidieron al Senado romano poder expandir su influencia por la
zona de Hispania, de donde obtener los recursos para pagar deuda a romanos. Roma
aceptó, pero con el tiempo las colonias griegas ubicadas en el norte de la península se
vieron amenazadas por el poder de Cartago, que había resurgido fuerte en la región.
Así entre los años 218-201 a.C. encontramos el segundo periodo de guerras, estas
ubicadas en dos frentes distintos:
En primer lugar la Península Ibérica; donde los romanos tuvieron que hacer
frente tanto a los cartagineses como a los pueblos íberos que había en la zona.
En segundo lugar Se abrió un frente en Italia; Aníbal, junto a un gran ejército
lograron atravesar los Alpes, llegando incluso a las puertas de una Roma sin
defensas pues todas estaban actuando en la península ibérica.
La segunda guerra es la más famosa y la más feroz de las tres, principalmente por la
figura de Aníbal Barca, el brillante general cartaginés. Aníbal inició el conflicto al atacar
Sagunto, una ciudad aliada de Roma en Hispania, y luego llevó a cabo una hazaña sin
precedentes al cruzar los Alpes con un ejército de infantería, caballería y elefantes de
guerra para invadir Italia. Durante años, Aníbal derrotó a los romanos en batallas
épicas como Trevia, Trasimeno, y sobre todo la de Cannas, en la que aniquiló a las
fuerzas romanas a pesar de estar en inferioridad numérica. Sin embargo, a pesar de su
genio militar, Aníbal no logró tomar Roma debido a la falta de refuerzos. Mientras
tanto, aparece la figura del general romano Escipión el africano, que logra vencer las
tropas cartaginesas e íberas en Hispania, para más adelante dirigir sus fuerzas a invadir
África y amenazar Cartago, obligando a Aníbal a regresar para defender su patria. En la
Batalla de Zama en el año 202 a.C., Escipión derrotó a Aníbal, lo que obligó a Cartago a
firmar la paz, ceder Hispania y a pagar otra gran indemnización
3ra Guerra Púnica (149 a.C- 146 a.C.): El tercer y último conflicto fue impulsado por el
deseo de algunos romanos, como Catón el viejo, de acabar con la amenaza cartaginesa
de una vez por todas. Aunque Cartago había sido debilitada, destrozada militar y
económicamente, y era una potencia menor que apenas podía hacer frente a los
tributos romanos, Roma temía por su resurgimiento y que se levantara de nuevo en
armas. Con el pretexto de una supuesta violación de los términos de paz, Roma
declaró la guerra, envía a Escipión al norte de África y así sitio Cartago. La ciudad
resistió de manera heroica durante unos 3 años, pero finalmente fue destruido en 146
a.C. Tras un asedio brutal, los romanos arrasaron Cartago, vendieron a sus habitantes
como esclavos, y cubrieron la ciudad de sal para así evitar que volviera a prosperar.
Roma eliminó a Cartago del mapa; se hizo con el control de África de Norte,
consolidando así su hegemonía en el Mediterráneo. Aníbal huyó a los reinos
helenísticos, y la presión que le ejercía los embajadores romanos lo llevó a suicidarse.
LA PRIMERA GUERRA PÚNICA (264 -241 a.C.)
La causa del enfrentamiento entre Roma y Cartago fue la lucha por querer controlar la
isla de Sicilia, con una posición estratégica importante. La lucha concluirá con la
victoria de Roma y la proclamación de Sicilia como “primera provincia romana”.
Roma acude Sicilia, tras el pedido de ayuda de Mesina ante el acoso de Siracusa,
liderada por cartaginenses. En un principio fue un combate desigual dado que los
romanos carecían de una flota de guerra intentaron combatir en tierra, es decir dentro
de la isla. Sin embargo, con el avance del conflicto se convirtió en una guerra naval.
Tras los ataques y sin ayuda cartaginesa a la vista, Siracusa no tuvo más opción que
firmar la paz con los romanos, convirtiéndose entonces en aliada de Roma, y
pagándole una suma como indemnización. Sin embargo, probablemente lo más
importante del tratado era que Siracusa aceptaba ayudar al ejército romano en Sicilia,
permitiendo que Roma mantuviera un ejército en la isla, sin depender para ello de una
ruta marítima a favor de un enemigo con superioridad naval.
Mientras tanto, los cartagineses habían comenzado a reclutar un ejército de
mercenarios en África, que todavía debía ser enviado por mar hasta Sicilia para
enfrentarse a los romanos en su intento de defender el oeste de la isla desde la base
de la ciudad de Agrigento. El ejército mercenario lucharía en campo abierto contra los
romanos, mientras que las ciudades fuertemente fortificadas ofrecerían una base
defensiva desde la que operar. No obstante, una vez iniciada la invasión de las costas
de Italia, Roma acorraló a Agrigento en el 262 a. C.. Una fuerza de liberación
cartaginesa llegó al rescate, destruyendo la base de suministros romana ubicada en la
fortaleza de Erbesus, y dejando a los romanos en una situación en la que se vieron
obligados a construir y mantener dos líneas defensivas: una interna, contra los posibles
ataques desde Agrigento, y otra externa, contra el ejército de liberación que acudía al
llamado de ayuda. Tras algunas batallas, el ejército romano sufrió una epidemia,
mientras que los aprovisionamientos en Agrigento comenzaban a escasear. De esta
manera, llegó un momento en el cual ambos bandos consideraban preferible una
batalla a campo abierto en lugar de la situación actual.
La segunda guerra púnica fue un conflicto épico entre Roma y Cartago que tuvo un
impacto significativo en la historia del Mediterráneo occidental.
Entretanto, después que los cartagineses asediaran y destruyeron Sagunto, Roma
decidió su intervención en la Península Ibérica y lanzarse también por África de Norte.
Publio Cornelio Escipión (el africano) derrotaría a los cartagineses en la Península y
luego se dirigió hacia Cartago.
Aníbal intentó poner fin a la amenaza romana y dirigió su ejército contra la ciudad de
Roma. Consciente de que su flota era inferior a la de los romanos, no atacó por mar
sino que tomó una ruta terrestre complicada pero interesante para reclutar
mercenarios aliados dispuestos a pelear contra los romanos. El general cartaginés
sorprendió a Roma al cruzar Los Alpes con un ejército y elefantes de guerra. Esta audaz
maniobra le permitió atacar Italia desde el norte.
Aníbal sabía que su ejército era inferior al romano, que el enfrentamiento no debería
ser prolongado sino que se debía resolver cuanto antes. Su estrategia, para sorpresa
de propios y extraños, fue dirigirse a Italia con buena parte de su ejército pero
atravesando los Pirineos y los Alpes, en una travesía con una táctica muy destacada, ya
que atravesó distintas adversidades como montañas, terrenos, clima adverso, ataques
de poblaciones locales y con soldados de distintas etnias y que hablaban distintas
lenguas, y con la presencia de 12 elefantes, aplastando en su ingreso a Italia a cual
romano se opusiera. Con una brillante táctica Aníbal aniquiló a los romanos, a pesar de
encontrarse en inferioridad de condiciones. Numerosos pueblos italianos se unieron a
la causa de Aníbal.
En el 216 a.C. las ciudades griegas de Sicilia se rebelaron contra el control político
romano y el rey de Macedonia, Filipo V, se declaró aliado de Aníbal.
En el año 216 a.C. en la Batalla de Cannas Aníbal logró aplastar a los romanos
causándoles numerosas bajas, siguiendo la famosa táctica de “abrazo de la muerte”.
Aníbal no tuvo los recursos necesarios para asediar Roma y dar el golpe crucial, pues si
hubiera recibido el equipo necesario desde Cartago, podría haber logrado algo más
que quedarse solo en hostigamiento a las fortalezas que se le resistían.
Desde el año 215 a.C. los romanos emplearon una estrategia de evitar enfrentarse en
batalla con Aníbal. Con todo puesto en el terreno militar, los romanos reconquistarían
Siracusa en el año 212 a.C., y posteriormente destruir a un ejército cartaginés en
Sicilia.
El general romano Publio Cornelio Escipión, el africano, lideró una lucha contra Cartago
en Hispania y luego en África.
Los cartagineses pidieron ayuda a Aníbal para enfrentarse a Escipión. Este regresó a
Cartago y entabló combate contra los romanos en Zama (cerca de Cartago), donde fue
derrotado. Escipión derrotó a Aníbal en Zama poniendo fin a la guerra.
Con la victoria sobre Cartago, Roma vio crecer su imperio con dos nuevas provincias,
Hispania y el norte de África. Todo el Mediterráneo occidental pasó a ser territorio
romano.
Cartago aceptó condiciones de paz humillantes, perdiendo territorios y poder.
Roma pasó a tener la hegemonía del Mediterráneo, mientras que Cartago quedó
debilitada, y finalmente destruida.
La Tercera Guerra Púnica (149-146 a.C.)
Roma había impuesto a Cartago condiciones suficientemente difíciles para asegurarse
que nunca más pudieran levantarse de la miseria, pero no obstante, a pesar de las
derrotas sufridas, Cartago unos 50 años después logró recuperar su vitalidad
comercial, despertando la envidia de los mercaderes latinos y la suspicacia de los
gobernantes romanos, especialmente de Catón el Censor. Los romanos al observar con
inquietud que su eterno rival parecía estar recuperándose, incendiaron la ciudad de
Cartago durante 17 días, destruyéndola piedra por piedra, además de sembrar los
campos con sal para que nada volviese a crecer en gran capital del estado púnico.