La mamá cabra y los siete cabritos 2ph
La mamá cabra y los siete cabritos 2ph
La mamá cabra y los siete cabritos 2ph
Francisca Escorza
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-Si eres nuestra madre, entonces enséñanos -¡Esta vez sí que eres mamá! -y abrieron la
tu pata. puerta.
El lobo no dudó en enseñarles su pata negra El lobo entró rápidamente en la casa y empezó
y peluda por debajo de la puerta. Y los a correr para alcanzar a los cabritillos. Los
cabritillos dijeron: cabritillos salieron corriendo y se escondieron
-Nooo… tú no eres nuestra madre. ¡Eres el cada uno en un sitio distinto.
lobo! En ese momento pasaba por allí un cazador
Contrariado, el lobo se dirigió a la casa de que, oyendo todo el ruido de voces, entró
un molinero y le pidió un saco de harina. en la casa. Estaba a punto de matar al lobo
Metió una patita en la harina para que se la cuando el animal salió corriendo asustado
blanqueara y se fue otra vez a la casa de los y con miedo, rogando al cazador que no lo
cabritillos -toc toc toc- y les dijo: matara y jurando que jamás volvería por
-Niños, soy mamá y les traigo comidita muy aquellos lados. Al cabo de un rato llegó la
exquisita del pueblo. ¡Abran la puerta! mamá cabra y se encontró la puerta abierta
Los cabritillos volvieron a decirle: y la casa vacía.
-Si eres nuestra madre, entonces enséñanos -Ay, ¡mis hijitos! Seguro que a todos se los
tu pata. ha llevado el lobo.
El lobo enseñó la pata bien rebozada en Fue entonces cuando todos los cabritillos,
harina por debajo de la puerta y los cabritillos uno a uno, fueron saliendo de sus escondrijos
dijeron: para la alegría de la mamá cabra. El cazador
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le explicó todo lo que había ocurrido. Y
entonces, como agradecimiento al cazador,
la mamá cabra y sus cabritillos prepararon
una gran fiesta donde pudieron comer la
rica comidita que había comprado la mamá
cabra en el mercado del pueblo.
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