Pensamientos del Padre Pio (Padre Pío [Pío, Padre])
Pensamientos del Padre Pio (Padre Pío [Pío, Padre])
Pensamientos del Padre Pio (Padre Pío [Pío, Padre])
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Enero
1. Por gracia de Dios estamos al comienzo de un nuevo año. Este año, cuyo
final sólo Dios sabe si lo veremos, debe estar consagrado del todo a reparar
por el pasado, a proponer para el futuro; y a procurar que vayan a la par los
buenos propósitos y las obras santas.
3. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. No dejemos para mañana
lo que podemos hacer hoy. Del bien de después están llenos los sepulcros...;
y además, ¿quién nos dice que viviremos mañana? Escuchemos la voz de
nuestra conciencia, la voz del profeta rey: "Si escucháis hoy la voz del
Señor, no cerréis vuestros oídos". Levantémonos y atesoremos, porque sólo
el instante que pasa está en nuestras manos. No queramos alargar el tiempo
entre un instante y otro, que eso no está en nuestras manos.
¡La más pequeña transgresión de la santa ley de Dios será tenida en cuenta!
8. Dios os deja en esas tinieblas para su gloria; aquí está la gran oportunidad
de vuestro progreso espiritual. Dios quiere que vuestras miserias sean el
trono de su misericordia y vuestra incapacidad, la sede de su omnipotencia.
12. Cuando el alma sufre y teme ofender a Dios, no le ofende y está muy
lejos de pecar.
15. Siento cada vez más la imperiosa necesidad de entregarme con más
confianza a la misericordia divina y de poner sólo en Dios toda mi
esperanza.
17. Busquemos servir al Señor con todo el corazón y con toda la voluntad.
Nos dará siempre mucho más de lo que merecemos.
19. Sólo un general sabe cuándo y cómo deben actuar sus soldados. Ten
paciencia; también a ti te llegará tu vez.
20. Apártate del mundo. Escúchame: uno se ahoga en alta mar, otro se
ahoga en un vaso de agua. ¿Qué diferencia hay entre uno y otro? ¿No están
muertos los dos?
"Se sufre mucho, es cierto, pero hay que confiar; existe el temor de Dios y
el temor de Judas.
El primero debe dar la mano a la segunda, y deben caminar los dos juntos
como dos hermanas. Hay que actuar siempre así, ya que, si nos percatamos
de tener miedo o de temer demasiado, entonces debemos recurrir a la
confianza; y, si confiamos en exceso, debemos, en cambio, tener un poco de
temor, porque el amor tiende hacia el objeto amado, pero al avanzar es
ciego, no ve, pero el santo temor le ofrece la luz".
30. Yo no deseo otra cosa que morir o amar a Dios: o la muerte o el amor;
pues la vida sin este amor es peor que la muerte; para mí esa situación sería
más insostenible que la actual.
31. No debo, pues, mi queridísima hija, dejar pasar el primer mes del año
sin llevar a tu alma el saludo de mi alma y garantizarte cada día más el
afecto que mi corazón siente por el tuyo, al que no dejo nunca de desear
toda clase de bendiciones y de felicidad espiritual.
Febrero
2. Quiero ser solamente un pobre fraile que ora... Dios ve manchas hasta en
los ángeles, ¡cuánto más en mí!
3. Ora y espera; no te inquietes. La inquietud no conduce a nada. Dios es
misericordioso y escuchará tu oración.
Debes hablar a Jesús también con el corazón además de hacerlo con los
labios; o, mejor, en algunas ocasiones debes hablarle únicamente con el
corazón.
14. Las oraciones de los santos en el cielo y las de los justos en la tierra son
perfume que no se perderá jamás.
15. Yo no me cansaré de orar a Jesús. Es verdad que mis oraciones son más
dignas de castigo que de premio, porque he disgustado demasiado a Jesús
con mis incontables pecados; pero, al final, Jesús se apiadará de mí.
16. Todas las oraciones son buenas, siempre que vayan acompañadas por la
recta intención y la buena voluntad.
17. Reflexionad y tened siempre ante los ojos de la mente la gran humildad
de la Madre de Dios y Madre nuestra.
En la medida en que crecían en ella los dones del cielo, ahondaba cada vez
más en la humildad.
18. Como las abejas que sin titubear atraviesan una y otra vez las amplias
extensiones de los campos, para alcanzar el bancal preferido; y después,
fatigadas pero satisfechas y cargadas de polen, vuelven al panal para llevar
a cabo allí en una acción fecunda y silenciosa la sabia transformación del
néctar de las flores en néctar de vida: así vosotros, después de haberla
acogido, guardad bien cerrada en vuestro corazón la palabra de Dios.
19. El alma cristiana no deja pasar un solo día sin meditar la pasión de
Jesucristo.
23. La verdadera causa por la que no siempre consigues hacer bien tus
meditaciones yo la descubro, y no me equivoco, está en esto: Te pones a
meditar con cierto nerviosismo y con una gran ansiedad por encontrar algo
que pueda hacer que tu espíritu permanezca contento y consolado; y esto es
suficiente para que no encuentres nunca lo que buscas y no fijes tu mente en
la verdad que meditas. Hija mía, has de saber que cuando uno busca con
prisas y avidez un objeto perdido, lo tocará con las manos, lo verá cien
veces con sus ojos, y nunca lo advertirá.
De esta vana e inútil ansiedad no te puede venir otra cosa que no sea un
gran cansancio de espíritu y la incapacidad de la mente para detenerse en el
objeto que tiene presente; y la consecuencia de esta situación es cierta
frialdad y sin sentido del alma, sobre todo en la parte afectiva.
Para esta situación no conozco otro remedio fuera de éste: salir de esta
ansiedad, porque ella es uno de los mayores engaños con los que la virtud
auténtica y la sólida devoción pueden jamás tropezar; aparenta
enfervorizarse en el bien obrar, pero no hace otra cosa que entibiarse, y nos
hace correr para que tropecemos.
24. El que no medita puede hacer como el que no se mira nunca al espejo,
que no se preocupa de salir arreglado. Puede estar sucio sin saberlo.
26. En cuanto a lo que me dices que sientes cuando haces la meditación, has
de saber que es un engaño del diablo. Estáte, pues, atenta y vigilante. No
dejes jamás la meditación por este motivo; de otro modo, convéncete de que
muy pronto serás vencida por completo.
28. Rogad por los malos, rogad por los fervorosos, rogad por el Sumo
Pontífice y por todas las necesidades espirituales y temporales de la santa
Iglesia, nuestra tiernísima madre; y elevad una súplica especial por todos
los que trabajan por la salvación de las almas y por la gloria del Padre
celestial.
29. Después del amor a nuestro Señor, te recomiendo, hija, el amor a la
Iglesia, su Esposa, a esta querida y dulce paloma, que es la única que puede
poner los huevos y procrear los palominos y palominas del Esposo. Da
gracias continuas a Dios por ser hija de la Iglesia, a ejemplo de tantas almas
que nos han precedido en el feliz tránsito.
Marzo
Igual que el cuerpo necesita alimentarse, así el alma necesita día tras día de
la cruz, para purificarse y separarse de las criaturas.
3. En esta tierra cada uno tiene su cruz, pero debemos actuar de modo que
no seamos el mal ladrón sino el buen ladrón.
4. El Señor no puede darme un cireneo. Debo hacer sólo la voluntad de
Dios; y si le agrado, lo demás no cuenta.
6. En primer lugar quiero decirte que Jesús tiene necesidad de quien llore
con él por la iniquidad de los hombres, y por este motivo me lleva por los
caminos del sufrimiento, como me lo señalas en tu carta. Pero sea siempre
bendito su amor, que sabe mezclar lo dulce con lo amargo y convertir en
premio eterno las penas pasajeras de la vida.
8. Comprendo bien, hija mía, que tu Calvario te resulte cada día más
doloroso. Pero piensa que Jesús ha llevado a cabo la obra de nuestra
redención en el Calvario y que en el Calvario debe cumplirse la salvación
de las almas redimidas.
9. Sé que sufres y que sufres mucho, pero ¿no son acaso éstas las alhajas del
Esposo?
12. Preferiría mil cruces e incluso me sería dulce y ligera toda cruz, si no
tuviese esta prueba de sentirme siempre en la duda de si agrado o no al
Señor en mis obras. Es doloroso vivir así... Me resigno, ¡pero la
resignación, mi "fiat", me parece tan frío, tan vacío...! ¡Qué misterio!
Confío en Jesús.
13. Ama a Jesús; amalo mucho; pero precisamente por esto, ama cada vez
más el sacrificio.
14. El corazón bueno es siempre fuerte; sufre pero oculta sus lágrimas, y se
consuela sacrificándose por el prójimo y por Dios.
16. El dolor ha sido amado con deleite por las almas grandes. Es el auxiliar
de la creación después de la desgracia de la caída; es la palanca más potente
para levantarlo; es el segundo brazo del amor infinito para nuestra
regeneración.
17. No temas las adversidades, porque colocan al alma a los pies de la cruz
y la cruz la coloca a las puertas del cielo, donde encontrará al que es el
triunfador de la muerte, que la introducirá en los gozos eternos.
19. Subamos con generosidad al Calvario por amor de aquél que se inmoló
por nuestro amor; y seamos pacientes, seguros de que volaremos hacia el
Tabor.
21. Sí, yo amo la cruz, la cruz sola; la amo porque la veo siempre detrás de
Jesus.
28. Los angeles sólo nos tienen envidia por una cosa: ellos no pueden sufrir
por Dios. Sólo el sufrimiento nos permite decir con toda seguridad: Dios
mio, mirad cómo os amo.
Abril
1. ¿No nos dice el Espíritu Santo que, cuando el alma se acerca a Dios, debe
prepararse para la prueba? ¡Animo, pues! ¡Valor!, hija mía. Lucha con
fortaleza y tendrás el premio reservado a las almas fuertes.
2. Hay que ser fuertes para llegar a ser grandes: éste es nuestro deber. La
vida es una lucha de la que no podemos retirarnos; todo lo contrario, es
necesario triunfar.
3. ¡Ay de los que no son honrados! No sólo pierden todo respeto humano
sino que, además, no pueden ocupar ningún cargo civil... Por eso, seamos
siempre honestos, desechando de nuestra mente todo mal pensamiento; y
vivamos con el corazón orientado siempre hacia Dios, que nos ha creado y
nos ha puesto en este mundo para conocerle, amarle y servirle en esta vida y
después gozar de él eternamente en la otra.
Digo más: tus tentaciones son del demonio y del infierno, pero tus penas y
sufrimientos son de Dios y del paraíso; las madres son de Babilonia, pero
las hijas son de Jerusalén.
No, no, hija mía, deja que sople el viento y no pienses que el sonido de las
hojas sea el rumor de las armas.
7. Pon fin a estas aprensiones sin sentido. Recuerda que la culpa no está en
el sentimiento sino en el consentir a tales sentimientos. Sólo la voluntad que
actúa libremente es capaz del bien y del mal. Pero cuando la voluntad gime
bajo la prueba del tentador y no quiere aquello que se le presenta, allí no
sólo no hay culpa sino que hay virtud.
Hasta ahora tu vida ha sido de niña; ahora el Señor quiere tratarte como a
adulta. Y porque las pruebas de la vida adulta son muy superiores a las de
quien todavía es un niño, por eso al comienzo te encuentras desorganizada;
pero la vida del alma adquirirá la calma y tú recobrarás la quietud. Ten
paciencia por un poco más de tiempo; todo será para tu bien.
Recuerda que vence el que huye; y tú, ante los primeros movimientos de
aversión hacia aquellas personas, debes apartar el pensamiento y recurrir a
Dios.
11. Ten por cierto que cuanto más crecen los asaltos del enemigo tanto más
cerca del alma está Dios. Piensa y compenétrate bien de esta verdad cierta y
reconfortante.
14. Comprendo que las tentaciones más que purificar el espíritu parece que
lo manchan; pero escuchemos cuál es el lenguaje de los santos; y a este
propósito, os baste saber lo que, entre otros, dice San Francisco de Sales:
que las tentaciones son como el jabón, que, extendido sobre la tela, parece
que la ensucia cuando en realidad la limpia.
15. Vuelvo a inculcaros una vez más la confianza; nada puede temer el alma
que confía en su Señor y que pone en él su esperanza. El enemigo de
nuestra salvación está siempre rondándonos para arrancarnos de nuestro
corazón el ancla que debe conducirnos a la salvación, quiero afirmar la
confianza en Dios nuestro Padre; agarremos con fuerza esta ancla y no
permitamos nunca que nos abandone ni un solo instante, de otro modo todo
estaría perdido.
16. Oh, ¡qué felicidad en las luchas del espíritu! Basta querer saber
combatir siempre, para salir vencedor con toda seguridad.
18. Marchad con sencillez por el camino del Señor y no atormentéis vuestro
espíritu.
Tenéis que odiar vuestros defectos, pero con un odio tranquilo y no con el
que inquieta y quita la paz.
19. La confesión, que es la purificación del alma, hay que hacerla a más
tardar cada ocho días; yo no me puedo resignar a tener a las almas más de
ocho días alejadas de la confesión.
20. El demonio tiene una única puerta para entrar en nuestro espíritu: la
voluntad; no existen puertas secretas. Nada es pecado si no ha sido
cometido por la voluntad. Cuando no entra en juego la voluntad, no se da el
pecado, sino la debilidad humana.
23. Nuestro enemigo, provocador de nuestros males, se hace fuerte con los
débiles; pero con aquél que le hace frente con valentía resulta un cobarde.
28. Las tinieblas que a veces obscurecen el cielo de vuestras almas son luz:
por ellas os creéis en la obscuridad y tenéis la impresión de encontraros en
medio de una zarza ardiente.
29. Camina con alegría y con un corazón lo más sincero y abierto que
puedas; y cuando no puedas mantener esta santa alegría, al menos no
pierdas nunca el valor y la confianza en Dios.
30. Todas las pruebas a las que el Señor os somete y os someterá son
señales de su divino amor y alhajas para el alma. Pasará, mis queridas hijas,
el invierno y llegará la interminable primavera, tanto más rica de bellezas
cuanto más duras fueron las tempestades.
Mayo
1. Quando se pasa ante una imagen de la Virgen hay que decir: "Te saludo,
María.
Saluda a Jesús
de mi parte".
Yo os deseo que lleguéis a morir con Jesús en la cruz y que podáis exclamar
en él dulcemente: "Se ha cumplido".
13. No te alejes del altar sin derramar lágrimas de dolor y de amor por
Jesús, crucificado por tu eterna salvación.
14. Hijo, tú no sabes qué produce la obediencia. Mira: por un sí, por un solo
sí, "fiat secundum verbum tuum", por hacer la voluntad de Dios, María
llega a ser Madre del Altísimo, confesándose su esclava, pero conservando
la virginidad que tan grata era a Dios y a ella.
16. Madre mía, infunde en mí aquel amor que ardía en tu corazón por él; en
mí, que, cubierto de miserias, admiro en ti el misterio de tu inmaculada
concepción y que ardientemente deseo que, por ese misterio, purifiques mi
corazón para amar a mi Dios y a tu Dios, mi mente para elevarme hasta él y
contemplarlo, adorarlo y servirlo en espíritu y verdad, el cuerpo para que
sea su tabernáculo menos indigno de poseerlo cuando se digne venir a mí en
la santa comunión.
Aquellos años en los que tuvo que estar separada de él, fueron para ella el
más lento y doloroso martirio, martirio de amor que la consumía
lentamente.
20. Jesús, que reinaba en el cielo con la humanidad santísima que había
tomado en las entrañas de la Virgen, quiso que también su Madre, no sólo
con el alma sino también con el cuerpo, se reuniera con él y compartiera
plenamente su gloria.
Y esto era totalmente justo y merecido. Aquel cuerpo, que no fue ni por un
sólo instante esclavo del demonio y del pecado, no debía serlo tampoco de
la corrupción.
23. Practica la penitencia de pensar con dolor en las ofensas hechas a Dios;
la penitencia de ser constante en el bien, la penitencia de luchar contra tus
defectos.
24. Confieso ante todo la gran desgracia que supone para mí el no saber
expresar y sacar fuera este gran volcán siempre encendido que me abrasa y
que Jesús ha metido dentro de este corazón tan pequeño. Todo se resume en
esto: vivo devorado por el amor de Dios y por el amor del prójimo.
25. La ciencia, hijo mío, por muy grande que sea, es siempre algo muy
pobre; y es menos que nada en comparación con el formidable misterio de
la divinidad. Debes encontrar otros caminos. ¡Limpia tu corazón de toda
pasión terrena, humíllate en el polvo y ora! De ese modo encontrarás con
certeza a Dios, que te dará la serenidad y la paz en esta vida y la beatitud
eterna en la otra.
26. ¿Has visto algún campo de trigo en plena madurez? Podrás observar que
algunas espigas son altas y vigorosas; otras, en cambio, están dobladas
hacia el suelo.
Prueba a coger las altas, las más vanidosas, y verás que están vacías; si, por
el contrario, coges las que están más bajas, las más humildes, verás que
están cargadas de granos.
27. Nos conviene esforzarnos mucho para llegar a ser santos y servir
intensamente a Dios y al prójimo.
29. ¡Oh Dios!, hazte sentir cada vez más en mi pobre corazón y realiza en
mí la obra que has comenzado. Siento en lo íntimo una voz que me dice
insistentemente: santifícate y santifica. Pues bien, queridísima mía, es esto
lo que yo quiero, pero no sé por dónde comenzar. Ayúdame, pues; sé que
Jesús te quiere muchísimo y lo mereces. Háblale, pues, de mí que me
conceda la gracia de ser un hijo menos indigno de san Francisco, que pueda
servir de ejemplo a mis hermanos de modo que el fervor continúe siempre y
crezca siempre más en mí de forma que haga de mí un perfecto capuchino.
30. Sé, pues, siempre fiel a Dios en el cumplimiento de las promesas que le
has hecho y no te preocupes de las burlas de los ignorantes. Debes saber
que los santos jamás se han preocupado del mundo y de los mundanos y
han puesto bajos sus pies al mundo con sus máximas.
Octubre
13. Te afanas, mi buena hija, por buscar al sumo Bien. Está en verdad
dentro de ti y te tiene tendida sobre la desnuda cruz, alentando fuerza para
que soportes ese martirio insostenible y amor para que ames amargamente
al Amor. Por lo mismo, el temor a haberlo perdido y a haberle disgustado
sin darte cuenta no tiene fundamento alguno, porque él está tan cercano y
unido a ti. Tampoco tiene sentido el agobio por el porvenir, ya que la
situación actual es una crucifixión de amor.
16. Hijas, acordaos de que yo soy tan enemigo de los deseos inútiles como
de los deseos peligrosos y malos; porque, aunque sea bueno aquello que se
desea, ese deseo es siempre defectuoso en relación a nosotros, sobre todo
cuando anda mezclado con una preocupación excesiva, ya que Dios no
exige este bien, sino algún otro en el que quiere que nos ejercitemos.
17. En cuanto a las pruebas espirituales a las que te va sometiendo la
paternal bondad del Padre del cielo, te ruego que te resignes y que, en
cuanto te sea posible, estés tranquila, fiándote de las aseveraciones de quien
ocupa el lugar de Dios, te ama en él y te desea toda clase de bienes, y te
habla en su nombre. Sufres, es verdad, pero con resignación; sufres, pero no
temas, porque Dios está contigo y tú no le ofendes sino que le amas. Sufres,
pero cree que Jesús mismo sufre en ti y por ti y contigo. Jesús no te
abandonó cuando huías de él, mucho menos te abandonará de ahora en
adelante cuando tú quieres amarlo.
19. Manténte siempre con alegría en paz con tu conciencia, dándote cuenta
de que estás al servicio de un Padre infinitamente bueno, que, impulsado
sólo por su ternura, desciende hasta su criatura para elevarla y transformarla
en él, su Creador. Y huye de la tristeza, porque ésta entra en los corazones
que están apegados a las cosas mundanas.
22. El Sabio alaba a la mujer fuerte: "Sus dedos, dice, sostienen el huso"
(Prov 31,19).
Con gusto os diré algunas cosas sobre estas palabras. Vuestra rueca es el
cúmulo de vuestros deseos. Por eso, hilad todos los días un poco, tirad hilo
a hilo de vuestros proyectos hasta su ejecución, y sin duda alguna los veréis
cumplidos. Pero estad atentos para no apresuraros, porque enredaríais el
hilo con nudos y embrollaríais vuestro huso.
Por tanto, caminad siempre; y aunque vayáis avanzando lentamente, haréis
un gran viaje.
24. ¿Por qué os tiene que preocupar el que Jesús os quiera llevar a la patria
celestial por los desiertos o por los campos, si por los primeros y por los
segundos se llega del mismo modo a la eterna bienaventuranza? Alejad de
vosotros toda preocupación excesiva que brota de las pruebas con las que el
buen Dios quiere visitaros; y si esto no es posible, apartad el pensamiento y
vivid resignados en todo al divino querer.
27. El espíritu de Dios es espíritu de paz, y hasta en las faltas más graves
nos hace experimentar un arrepentimiento tranquilo, humilde, confiado, que
depende precisamente de su misericordia. El espíritu del maligno, en
cambio, excita, exaspera y nos hace experimentar, en el arrepentimiento
mismo, una especie de ira contra nosotros mismos, siendo así que el primer
acto de caridad debemos dirigirlo a nosotros mismos. Por tanto, si te turban
algunos pensamientos, piensa que esta turbación no viene nunca de Dios,
sino del diablo. Dios te regala la serenidad porque es espíritu de paz.
Diciembre
1. No te importe perder, hijo mío, deja que publiquen lo que quieran. Temo
el juicio de Dios y no el de los hombres. Que lo único que nos asuste sea el
pecado, porque ofende a Dios y nos deshonra.
13. Es por medio de las pruebas que Dios une a sí a las almas que ama.
15. Tener miedo de perderte entre los brazos de la divina bondad es algo
más extraño que el temor del niño estrechado entre los brazos de su madre.
16. ¡Animo!, mi querida hija; tienes que cultivar atentamente ese corazón
bien formado y no ahorrar nada que le pueda ser útil para su felicidad. Y si
es cierto que esto puede y debe hacerse en toda estación, es decir, en toda
edad. La edad que tú tienes es la más apropiada.
17. En sus lecturas, hay poco que admirar y casi nada que edifique. Os es
necesario del todo que, a esas lecturas, añada la de los libros santos
(=Sagrada Escritura), tan recomendada por todos los santos padres. Y yo, a
quien me apremia tanto su perfección, no puedo eximirle de estas lecturas
espirituales. Conviene (si quiere obtener de tales lecturas tan inesperado
fruto) que deponga sus prejuicios sobre el estilo y la forma con que se
presentan estos libros. Esfuércese por cumplir esto y encomiéndelo al
Señor. En todo esto se oculta un grave engaño y yo no se lo puedo ocultar.
Deja que al contacto con tu fuego, mi alma se derrita por amor, y que tu
fuego me consuma, me abrase, me convierta en cenizas aquí a tus pies y
permanezca derretido por amor y glorifique tu bondad y tu caridad.
22. Jesús Niño sea la estrella que te guíe a través del desierto de esta vida.
25. Vive alegre y animosa, al menos en las facultades superiores del alma,
en medio de las pruebas en las que el Señor te pone. Vive alegre y animosa,
repito, porque el ángel, que preconiza el nacimiento de nuestro pequeño
Salvador y Señor, anuncia cantando y canta anunciando que él promulga
alegría, paz y felicidad, a los hombres de buena voluntad, para que no haya
nadie que ignore que, para recibir a este Niño, basta ser de buena voluntad.
27. Jesús llama a los pobres y sencillos pastores por medio de los ángeles
para manifestarse a ellos. Llama a los sabios por medio de su misma
ciencia. Y todos, movidos por la fuerza interna de su gracia, corren hacia él
para adorarlo. Nos llama a todos nosotros con divinas inspiraciones y se nos
comunica a nosotros con su gracia. ¿Cuántas veces nos ha invitado
amorosamente también a nosotros? Y nosotros ¿con qué prontitud le hemos
correspondido?
Dios mío, me ruborizo y me lleno de confusión al tener que responder a esta
pregunta.
29. Cuando llegue nuestra última hora y cesen los latidos de nuestro
corazón, todo habrá terminado para nosotros y también el tiempo de
merecer y de desmerecer. Tal como nos encuentre la muerte, nos
presentaremos a Cristo juez. Nuestros gritos de súplica, nuestras lágrimas,
nuestros suspiros de arrepentimiento, que, todavía en la tierra, nos habrían
ganado el corazón de Dios y con la ayuda de los sacramentos nos habrían
podido cambiar de pecadores en santos, en ese momento ya no sirven para
nada; el tiempo de la misericordia ha terminado y comienza el tiempo de la
justicia.
31. La palma de la gloria está reservada para el que combate con valentía
hasta el fin.
Comencemos, pues, este año, nuestro santo combate. Dios nos asistirá y nos
coronará con un triunfo eterno.
La caridad
La caridad es la reina de las virtudes. La primera virtud de la cual el alma
que tiende a la perfección, es la caridad. La caridad tiene tres partes: el
amor a Dios, el afecto a si mismo y la dilección del prójimo. La caridad
tiene por hermanas el gozo y la paz. Como las perlas, están unidas una tras
otras por un hilo, así las virtudes por la caridad. Y cuando se rompe el hilo
las perlas se caen, así cuando la caridad viene a faltar, las virtudes se
dispersan. El quicio de la perfección es la caridad. Aquel que vive en la
caridad, vive en Dios, porque Dios es amor, como dijo el Apóstol. La
preocupación principal ha de ser aquella de amar a Dios y creer cada vez
más en las virtudes y en la santa caridad. Quien falta a la caridad, ofende la
pupila del ojo de Dios.
Un acto de amor
Un solo acto de amor del hombre hacia Dios tiene tanto valor a sus ojos que
Él estimaría muy poca cosa el pagarlo con el don de la creación … El amor
no es otra cosa que la chispa de Dios en los hombres … la esencia misma
de Dios personificada en el Espíritu Santo.
La Fe
La humildad y la caridad
La oración
La eucaristía
La cruz
Las cruces son las joyas del Esposo. La cruz es la bandera de los elegido:
tengámonos siempre muy ligados a ella y saldremos vencedores en todo,
sobre todos y de todos. Todas Las almas amantes de Jesús han de rendirse
cada vez mas conformes a éste eterno y divino maestro.
Santidad
Santidad quiere decir ser superiores nosotros mismo; quiere decir victoria
perfecta sobre todas nuestras pasiones; quiere decir despreciar verdadera y
constantemente a nosotros mismos y a las cosas del mundo hasta preferir la
pobreza a las riquezas, las humillaciones a la gloria, el dolor al placer.
Tentación
El pecado
La confesión
Las virtudes
Las virtudes son los senderos que llevan al cielo, armemonos con la bella
virtud de la confianza en el Señor. Abandonémonos en Él. Confiémonos en
la Providencia Divina. La corona que se va tejiendo allá arriba es
infinitamente superior a todo concepto humano.
La virgen María
Ella es la Madre de todas las esperanzas y el camino mas corto para llegar a
Dios. Ella es el canal por el cual Cristo llega hasta nosotros. Hay que
abandonarse entre sus manos si queremos encontrar el bienestar y la paz.
Nada nos da el Señor que no pase por las manos de la Reina del cielo. Dios
es omnipotente por naturaleza, María lo es por gracia. Ella es la
omnipotente que suplica.
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MAXIMAS DEL PADRE PIO
La presencia de Jesús en el corazón:
Amor:
Las cosas humanas necesitan ser conocidas para ser amadas; las
divinas necesitan ser amadas para ser conocidas No lo olvidéis: el eje de
la perfección es el amor. Quien está centrado en el amor, vive en Dios,
Porque Dios es Amor, como lo dice el Apóstol.
Santa Misa:
“Sería más fácil que la tierra se rigiera sin el sol, que sin la santa
Misa”.
María Santísima
Oye, Madre, yo te quiero más que a todas las criaturas de la tierra y del
cielo;... después de Jesús, es claro; te quiero
tanto.
Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte.
Seamos inmensamente gratos a la Virgen. ¡Ella nos dio a Jesús!
Oración
Crítica
Pruebas y tentaciones.
Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más la pondrá a
prueba. Por tanto, ¡Coraje! y adelante siempre.
Por muy altas que sean las olas, el Señor es más alto.
Las pruebas a las que Dios os somete y os someterá, todas son signos
del amor Divino y Perlas para el alma.
Puede decirse con toda justicia que cada alma destinada a la gloria
eterna es una de esas piedras indispensables. Cuando un constructor
quiere levantar una casa, debe ante todo limpiar y nivelar el terreno; el
Padre celestial procede de igual manera con el alma elegida que, desde
toda la eternidad ha sido concebida para el fin que El se propone; por
eso tiene que emplear el martillo y el cincel. Esos golpes de cincel son
las sombras, los miedos, las tentaciones, las penas, los temores
espirituales y también las enfermedades corporales.
Dad pues, gracias al Padre celestial por todo lo que impone a vuestra
alma. Abandonaos a El totalmente. Os trata como trató a Jesús en el
Calvario.
Sufrimiento
Casi todos vienen a mí para que les alivie la Cruz; son muy pocos los
que se me acercan para que les enseñe a llevarla.
¿Por que?
Dirección Espiritual
Esta mudanza aterra: - Que gran delito habrá cometido el alma, para
atraer sobre si tal desdicha. Escudriña su conciencia, pasa por tamiz
sus mas insignificantes actos, y al no descubrir nada que justifique su
infortunio, saca en conclusión que ha sido abandonada.
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Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Octubre
Diciembre
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