Emprendimiento Social - Comillas - TFG-BilbaoAldama,Maria

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Facultad de Económicas

EMPRENDIMIENTO SOCIAL:
CONCEPTO, TIPOLOGÍAS Y
APLICACIONES PRÁCTICAS

Autor/a: María Bilbao Aldama

Director/a: Alberto Núñez Fernández

MADRID | Junio 2020


RESUMEN
El presente trabajo pretende abordar la evolución que se ha producido sobre la visión
del fin de las empresas, desde un foco inicial puramente económico a la incorporación de
fines sociales y medioambientales que han acabado convirtiéndose en la razón de ser
fundamental de algunas empresas como son, las empresas sociales. A lo largo del trabajo
se exponen las características que definen a una empresa social, el análisis del nacimiento
de un cuarto sector que sustente adecuadamente a esta nueva concepción de empresa, las
distintas clasificaciones de empresas sociales que se pueden hacer ilustrándose con
ejemplos de empresas en cada campo, también se abordan cuestiones que rodean al
ejercicio del emprendimiento social como es: la innovación social, la financiación o su
importancia para el desarrollo de los ODS y; finalmente, se expone la realidad de estas
empresas sociales en España. Para concluir, como aplicación práctica del trabajo, se
realiza una propuesta a la Universidad Pontificia de Comillas para colaborar en el
desarrollo de estas empresas que ponen foco en causas sociales, a través de la instauración
de una política de compra responsable a proveedores.
Palabras clave: empresa social, economía social, innovación, impacto, compra
responsable.
ABSTRACT
This paper aims to address the evolution that has occurred on the vision of the purpose
of the companies, from a purely economic initial focus to the incorporation of social and
environmental purposes that have become the fundamental reason of existence of some
companies such as social enterprises. Throughout the work, the characteristics that define
a social enterprise are presented, the analysis of the emergence of a fourth sector that
adequately supports this new concept of enterprise, the different classifications of social
enterprises that can be made, illustrated with examples of companies in each field, and
issues surrounding the exercise of social entrepreneurship are also addressed, such as:
social innovation, financing or its importance for the development of ODS, and finally,
the reality of these social enterprises in Spain is presented. To conclude, as a practical
application of the work, a proposal is made to the Universidad Pontificia de Comillas to
collaborate in the development of these companies which focus on social causes, through
the establishment of a policy of responsible purchasing from suppliers.
Keywords: social enterprise, social economy, innovation, impact, responsible purchase.
ÍNDICE DE CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN .......................................................................................... 1
1.1. Justificación del tema .................................................................................... 1
1.2. Propósito del trabajo ..................................................................................... 1
1.3. Metodología .................................................................................................. 1
1.4. Partes del trabajo ........................................................................................... 2
2. LA EMERGENCIA DE LO SOCIAL EN EL MUNDO EMPRESARIAL
CONTEMPORÁNEO .................................................................................... 3
2.1. Irrupción de la concienciación social en el mundo empresarial ................... 3
2.2. La empresa social vs. La empresa con responsabilidad social ..................... 5
3. CARACTERIZACIÓN EMPRESA SOCIAL ........................................... 10
3.1. Adaptación del concepto a nivel europeo ................................................... 10
3.2. Adaptación del concepto a nivel nacional .................................................. 16
4. CLASIFICACIÓN DE EMPRESAS SOCIALES ..................................... 20
4.1. Clasificación según el reparto de beneficios ............................................... 20
4.1.1. Empresas sociales sin ánimo de lucro. ................................................ 20
4.1.2. Empresas sociales con ánimo de lucro, pero sin voluntad de reparto de
beneficios. ........................................................................................... 20
4.1.3. Con ánimo de lucro y con voluntad de reparto de beneficios ............. 21
4.2. Clasificación según el tipo de impacto social ............................................. 21
4.2.1. Impacto en colectivos vulnerables ...................................................... 21
4.2.2. Impacto en medioambiente y desarrollo sostenible ............................ 22
4.2.3. Impacto en inclusión socio-laboral ..................................................... 22
4.2.4. Impacto en salud y envejecimiento de las personas............................ 22
4.2.5. Educación y conciencia ciudadana ..................................................... 23
4.3. Clasificación según su independencia financiera ....................................... 23
4.3.1. Market hybrids .................................................................................... 23
4.3.2. Blended hybrids .................................................................................. 23
4.3.3. Bridging hybrid. .................................................................................. 24
4.3.4. Coupling hybrids................................................................................. 24
4.4. Clasificación según su forma jurídica ......................................................... 25
4.4.1. Formas jurídicas definidas en la Ley 5/2011 ...................................... 25
4.4.2. Sociedades mercantiles ....................................................................... 27
4.4.3. Sociedades mercantiles creadas específicamente para las empresas
sociales ............................................................................................... 29
4.4.4. Empresas con certificaciones sociales ................................................ 30
5. EL CUARTO SECTOR ............................................................................... 31
6. EL EMPRENDIMIENTO SOCIAL ........................................................... 34
6.1. El emprendimiento y la innovación social .................................................. 34
6.2. El ecosistema de apoyo al emprendedor social........................................... 37
6.3. La financiación al emprendedor social ....................................................... 38
6.4. Importancia del emprendimiento social ...................................................... 40
7. REALIDAD DE LAS EMPRESAS SOCIALES EN ESPAÑA ................ 42
8. CONTRIBUCIÓN AL EMPRENDIMIENTO SOCIAL EN LA
UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE COMILLAS ..................................... 46
8.1. Desarrollo de una política interna hacia la responsabilidad social ............. 47
8.2. Implementación de una política de contratación responsable de proveedores
................................................................................................................... 48
8.3. Aplicación de políticas de control sobre los proveedores ........................... 56
8.4. Relación con los proveedores. .................................................................... 57
8.5. Desarrollo interno hacia una política de compra responsable .................... 58
9. CONCLUSIONES ........................................................................................ 59
10. BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................... 61
11. ANEXOS ........................................................................................................ 67
ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1- Escalas de responsabilidad social corporativa ................................................... 7


Tabla 2 – Grado de reconocimiento del término “empresa social” en Europa .............. 12
Tabla 3 – Diferentes definiciones de “empresa social” en Europa ................................ 13
Tabla 4 – Tabla sobre los beneficios fiscales de las empresas recogidas en la ley de
Economía Social. ......................................................................................... 18
Tabla 5 - Tabla sobre fines y beneficios en los sectores de la economía ....................... 31
Tabla 6 - Número de empresas de economía social en España .................................... 43
Tabla 7 – Sectores característicos de las empresas de Economía Social ....................... 44
Tabla 8 – Criterios de valoración del servicio de los proveedores ................................ 51
Tabla 9 – Criterios de valoración de la calidad de los proveedores ............................... 51
Tabla 10 – Criterios de valoración del precio de los proveedores ................................. 52
Tabla 11 – Criterios de valoración de la innovación de los proveedores ...................... 52
Tabla 12 – Criterios de valoración de la tecnología de los proveedores........................ 53
Tabla 13 – Criterios sociales de valoración de los proveedores .................................... 54
ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1 – Países europeos con regulación sobre la empresa social .............................. 16


Figura 2- Gráfico sobre el cuarto sector......................................................................... 32
1. INTRODUCCIÓN

1.1. Justificación del tema

Mi elección de realizar mi trabajo sobre este tema es porque reúne dos partes
que siempre me ha llamado mucho la atención, el emprendimiento y la acción social.
Creo que como estudiante de administración de empresas y habiendo estudiado en
un colegio y una universidad de la Compañía de Jesús donde se me han inculcado
valores de ayuda a los demás, me va a resultar muy provechoso para mi formación y
mi dedicación al mundo de la empresa, ver las posibilidades que existen de conseguir
contribuir en la mejora de causas sociales y medioambientales a través de mi trabajo.

1.2. Propósito del trabajo

El objetivo del trabajo es remarcar la importancia que ha ido cogiendo el ámbito


social y medioambiental en el mundo empresarial a través de la evolución de un
nuevo modelo de empresa como es, la empresa social. Se pretende arrojar un poco
de luz sobre la ambigüedad que existe acerca de las características de estas empresas
sociales a través de un profundo análisis de este sector. Finalmente, una vez se ha
elaborado un marco completo sobre estas empresas y resaltada la necesidad de su
evolución y publicidad en España, se busca que la Universidad Pontificia de
Comillas contribuya con esta causa a través de la implantación de una política de
compra a proveedores responsable.

1.3. Metodología

Para el desarrollo del presente trabajo y la consecución de su objetivo se ha


utilizado un método deductivo que comienza desde lo general con la irrupción de lo
social y la caracterización de las empresas sociales hasta la realización de diversas
clasificaciones de las mismas y la exposición de su realidad en España. Las
principales fuentes a las que se ha recurrido para la investigación de estos puntos son
diversos informes realizados en el marco de la Comisión Europea denominados Social
enterprises and their ecosystem in Europe (2020) donde se expone una
conceptualización y realidad de la empresa social a nivel europeo y a nivel español.

1
Por otro lado, para las clasificaciones se ha acudido fundamentalmente a un informe
realizado por la fundación Ashoka junto con Pricewaterhousecoopers y como fuente
principal para la búsqueda de ejemplos de empresas sociales en España se ha utilizado
un documento elaborado por ESADE y BBVA denominado Un recorrido por 47
empresas sociales (2017).

Finalmente, una vez queda expuesto y comprendido todo el marco que rodea a
estas empresas, ello permite realizar una propuesta concreta sobre la implantación de
criterios sociales en la contratación de los proveedores de la Universidad Pontificia
de Comillas basándose en modelos utilizados en Suecia como el que se refiere el
documento The Implementation of Socially Responsible Purchasing (2009) y en la
contratación pública en España, contrarrestado con una entrevista realizada a un
miembro de la Asociación Española de Profesionales de Compras, Contratación y
Aprovisionamientos.

1.4. Partes del trabajo

El trabajo está dividido en 5 partes fundamentales:

1ª – Se expone la emergencia de lo social en el mundo empresarial.


2ª – Se realiza un análisis profundo sobre las empresas sociales: su concepto,
clasificaciones y el nacimiento del cuarto sector como marco.
3ª – Se indaga sobre el ejercicio del emprendimiento social: su ecosistema, su
financiación, la innovación y su importancia.
4ª – Se pone en conexión la empresa social con el emprendimiento social a través
del análisis de su realidad en España.
5ª – Se realiza una aplicación práctica sobre la Universidad Pontificia de Comillas
para favorecer el desarrollo de estas empresas a través de la implantación de
una política de contratación responsable de proveedores.

2
2. LA EMERGENCIA DE LO SOCIAL EN EL MUNDO EMPRESARIAL
CONTEMPORÁNEO

2.1. Irrupción de la concienciación social en el mundo empresarial

Las nuevas generaciones, nacidas entre 1993 y 2010, se caracterizan por tener una
marcada conciencia social y por su implicación en la resolución de problemáticas
sociales, como precisamente muestran los resultados del Estudio sobre Diversidad
Generacional del Observatorio Generación y Talento (Pina, 2018). Tanto es así que, ha
producido cambios en a todos los niveles; en las personas con sus hábitos de consumo,
en las empresas con sus métodos de producción y políticas laborales, en los colegios y
universidades con las asignaturas impartidas y, en la política, con sus regulaciones. Estos
cambios que han irrumpido con gran fuerza en nuestra sociedad, continuarán
evolucionando hacia la búsqueda de la responsabilidad social dado que, las nuevas
generaciones se han educado en un contexto en el que se da mucha importancia a la lucha
contra los problemas sociales. Es esta generación la que exige los cambios y, el día de
mañana, ellos serán los que los lleven a cabo. Con este planteamiento, nos damos cuenta
que, adentrándonos en el mundo empresarial, ninguna empresa puede sobrevivir en el
largo plazo sin incorporar esta visión dentro de su estrategia empresarial porque será lo
que el consumidor y el inversor exigirán.

Son muchas los preocupaciones sociales y medioambientales que irrumpen entre los
ciudadanos, políticos, empresarios, activistas, que no pueden ser ignoradas. Para ello, se
han llevado a cabo diversas iniciativas, siendo la más relevante, la realizada por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que definió́ 17 Objetivos
de Desarrollo Sostenible en 2015, con el objetivo de llegar a cumplirlos en el 2030 (ver
Anexo 1). Uno de los principales cambios introducidos en los ODS es que, hasta esta
iniciativa, siempre se había dejado de lado la sostenibilidad financiera y, a partir de este
programa se empieza a buscar garantizar la vida y los derechos de las personas del planeta
poniendo un foco fundamental en la sostenibilidad (Naciones Unidas, 2015).

A la hora de combatir estas preocupaciones, las empresas tienen un papel fundamental


en la contribución al cumplimiento de los ODS y la tendencia está avanzando hacia la
unión de lo económico, lo social y lo medioambiental en las corporaciones. Ya no basta

3
con crear una empresa para generar rentabilidad, sino que, implica un paso más allá, un
compromiso con la sociedad. En este sentido, han surgido diversas iniciativas como: la
creación de los criterios ESG (Environmental, Social and Governance), que suponen un
conjunto de normas que utilizan los inversores con conciencia social para evaluar la
empresa en el que van a invertir. Los criterios que se utilizan son: en el ámbito
medioambiental, factores como, el uso de energía, los desechos producidos, la
sostenibilidad o la conservación de recursos naturales; en el ámbito social, se valoran
actuaciones como, donaciones de beneficios a causas sociales, condiciones laborales de
los empleados, relación con proveedores o el fomento de la igualdad; y, en el ámbito de
la dirección, se busca la transparencia de las cuentas empresariales, la participación de
los accionistas en la toma de decisiones o la elección justa del Consejo de Administración
(Chen, 2020). Otra propuesta, es la encabezada por el Saïd Business School de la
Universidad de Oxford, la Facultad de Derecho de Berkeley y Hermes EOS, que pretende
que las grandes empresas realicen una “declaración de propósito” en la que se informe de
manera pública y detallada, la forma en la que, la empresa va a lograr una solución para
la sociedad de manera rentable (Edgecliffe-Johnson, 2019). Por último, otra iniciativa que
corrobora esta tendencia hacia una mayor unión de lo económico y lo social fue el
comunicado recientemente emitido por la Business Roundtable, el principal lobby
empresarial de Estados Unidos, en el que 181 empresas globales expresaban su voluntad
de dirigir su actividad priorizando en sus trabajadores, sus proveedores y la colaboración
con comunidades desfavorecidas, antes que la búsqueda del beneficio económico (Vega,
2019).

Con esto, podemos concluir en la gran importancia que ha cobrado el compromiso


social en las empresas y que, a día de hoy, en nuestro mundo globalizado, resulta casi
imposible que las grandes empresas puedan sobrevivir a largo plazo si su actuación no
incluye objetivos sostenibles. Esto está obligando a las empresas, a fijar nuevas
estrategias de actuación e incluso, a tener que plantear su negocio de otra manera. Un
ejemplo de ello, es la petrolera Shell, que recientemente ha centrado su estrategia en la
producción de biocombustibles bajos en carbono, en el desarrollo de proyectos de energía
eólica y solar y en la inversión en start-ups que fomenten bajas emisiones de carbono
(Raval, 2019).

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2.2. La empresa social vs. La empresa con responsabilidad social

Partiendo de la base de la importancia de esa responsabilidad social, todavía existen


muchas empresas que se centran en la maximización del beneficio económico sin tener
en cuenta su contribución positiva en la sociedad, pero, por otro lado; existen empresas
que sí que incorporan en su actividad el componente social y, dentro de esta categoría, se
diferencian distintos rangos de compromiso según la prioridad que la empresa dé a este
factor dentro de su actividad.

En primer lugar, será importante diferenciar una empresa que es socialmente


responsable de otra que no lo es. De aquí nos surge la pregunta, ¿cuándo hablamos de que
una empresa es responsable socialmente? En términos filosóficos, podríamos decir que
cualquier empresa por el hecho de serlo, ya aporta valor a la sociedad en la generación de
riqueza, en el desarrollo económico y en la generación de empleo y, por tanto, es
socialmente responsable “per se”. Pero este criterio en muchas ocasiones queda escaso
para poder diferenciar las empresas que aparte de lo mencionado, ponen un esfuerzo
“extra” para contribuir en mejorar la sociedad en la que vivimos. Como afirmaba Adam
Smith en su teoría de la mano invisible, la búsqueda del interés individual empresarial es
capaz de generar un bienestar social máximo, pero la realidad muestra que no siempre es
así y por ello, existen empresas que han añadido criterios sociales en su toma de
decisiones.

Subiendo en esa pirámide de responsabilidad social empresarial, nos encontramos con


muchas versiones de preocupación social y muchas formas de contribuir con ellas según
el tipo de empresas. En primer lugar, localizamos empresas que realizan inversiones que
están categorizadas como fruto de responsabilidad social corporativa, donde más allá del
exigible cumplimiento de la legislación laboral, mercantil, fiscal o medioambiental,
buscan de una manera voluntaria contribuir con acciones o inversiones que impliquen un
mejoramiento social, económico o ambiental de zonas, sectores o personas con problemas
específicos de desarrollo. Por otro lado, hay empresas que deciden aportar el dinero que
generan con la venta de algunos de sus productos o servicios, a la financiación de
proyectos que están desarrollados por otros vehículos como las ONG, fundaciones, etc.
Además, otra vertiente serían las empresas que construyen fundaciones y buscan patronos
que les aporten ayudas filantrópicas y colaboren para abordar problemáticas sociales.

5
Incluso, existen empresas que nacen con objetivos puramente de contribución social,
siendo ese su principal fin, priorizando en sus operaciones el impacto social a la
generación de beneficios económicos. Dentro de todas estas formas de colaboración, será
necesario establecer una línea que divida entre: aquellas empresas en las que, la mejora
social resulta una actividad accesoria y, aquellas que, fijan esa mejora social como el
motor de su ejercicio (Nuño, 2017).

A día de hoy resulta muy difícil encontrar empresas que no tengan establecida algún
tipo de responsabilidad social en su estrategia y esto puede crear confusión a la hora de
diferenciarlas de las empresas sociales. Para poder establecer una línea divisoria,
adentrémonos en el concepto de responsabilidad social empresarial y sus diversas
implicaciones. Y es que, a día de hoy, las empresas se enfrentan a una mayor presión para
incorporar contribuciones sociales en el ejercicio de su desempeño empresarial y, no solo
eso, sino que, también se ha generado una fuerte demanda de información acerca de las
políticas de responsabilidad social llevada a cabo por la empresa. Esto ha generado que
las empresas comiencen a reportar no solo su información financiera sino, también su
responsabilidad social empresarial (Vartiak, 2016). Este incremento exponencial, ha
quedado demostrado mediante el análisis llevado a cabo por KPMG desde 1993 sobre
4.900 empresas situadas en 49 países, mediante el cual mide el nivel de responsabilidad
social de las empresas y los informes realizados sobre la misma. Este análisis demostró
que el 75% de las empresas reportaban su responsabilidad empresarial en 2018, frente a
un 12% que lo hacía en 1993 (ver anexo 2) (King, 2017). En concreto en España, se ha
impulsado esta publicidad mediante la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía
Sostenible, con las medidas que establece en su artículo 39 para promocionar la
responsabilidad social de las empresas.

Dentro de estas exigencias de responsabilidad empresarial, hay distintas posiciones


que pueden llevar a cabo las empresas, unas más tendentes a cumplir lo mínimo y otras,
más intensas en su actividad social. En el siguiente cuadro (Tabla 1) están organizados
de izquierda a derecha de esta forma y se refleja por cada una, las implicaciones de su
comportamiento en los distintos ámbitos empresariales. En primer lugar, estarían las
empresas que se engloban en la visión laissez-faire, que se dedican exclusivamente al
aumento de beneficio cumpliendo lo estrictamente necesario establecido por ley; en
segundo lugar, se encuentran empresas que siguen el modelo de enlightened self-interest,

6
que son aquellas que consideran la responsabilidad social como una inversión a futuro
que contribuye a la mejora de su imagen y en consecuencia, en un aumento del beneficio;
el tercer escalón sería, el fórum stakeholder interaction, que agrupa a empresas que toman
en consideración a todos los stakeholders a la hora de desarrollar su estrategia y apoyan
el hecho de que la empresa no solo se mide por sus resultados económicos; por último,
estarían aquellas empresas consideradas shaper of society, que consideran que el aspecto
financiero de la empresa es secundario y priman retribuir a la sociedad con su ejercicio
(Smajovic, 2009).

Tabla 1- Escalas de responsabilidad social corporativa

Nota: (Johnson, Whittington, & Scholes, Exploring Strategy, 2011)

Las empresas agrupadas en el cuarto escalón de esta escala se encuentran muy ligadas
al concepto de empresa social, haciendo muchas veces que su diferenciación sea casi
imperceptible e incluso, llegando a considerarse algunas, empresas sociales. Pero por lo
general, existe una diferencia entre empresas socialmente responsables y las empresas
sociales, en términos fundamentalmente de prioridad social, de innovación y de impacto
sistémico. Atendemos a la clasificación que hace la Fundación Ashoka en un informe
redactado junto con Pricewaterhousecoopers, en la que, diferencia las empresas sociales
de aquellas que son socialmente responsables y de las que no utilizan un modelo
empresarial para crear impacto social, que son las estructuras asistencialistas (Arroyo,
Madrid, & Menghini, 2020):

7
1. Empresas socialmente responsables: el objetivo principal de la empresa
es favorecer económicamente a sus accionistas, buscando la mayor
rentabilidad y escalabilidad de su negocio, basados en una estructura
financiera sostenible. Todo ello, sin perjuicio de que a su vez puedan tener
algún compromiso sostenible donde asignen inversiones importantes a
cubrir su llamada “responsabilidad social corporativa” tratando de
devolver a la sociedad en forma de mejoras sociales, parte de los
beneficios que ha obtenido de la misma. Digamos que, para estas
empresas, la actividad “social” en gran parte es un medio para mejorar su
imagen y resultados empresariales, a la vez que mejoran los de esas
personas, sectores o zonas más desfavorecidas (Arroyo, Madrid, &
Menghini, 2020). La empresa textil Inditex sería un perfecto ejemplo de
empresa socialmente responsable ya que realiza campañas para recoger
ropa usada y dársela a los más desfavorecidos y dona grandes sumas de
dinero para contribuir en causas sociales (EAE Business School, 2015).

2. Empresas sociales: su razón de ser y su objetivo empresarial está centrado


en el impacto social, pero con una estructura de mercado, un objetivo de
escalabilidad y sostenibilidad económica y un alto componente de
innovación.

3. Estructuras asistencialistas: estas son aquellas que nacen por un motivo


social y su único objetivo es conseguir ese impacto social. No existe
ningún retorno económico para sus fundadores, no son sostenibles, ni
escalables basando su perdurabilidad básicamente en aportaciones,
subvenciones o donaciones. Dentro de esta clasificación quedarían
englobadas las ONGs tradicionales (Arroyo, Madrid, & Menghini, 2020).
Un ejemplo, sería la organización sin ánimo de lucro, Apsuria, que se
dedica a la atención y mejora de la calidad de vida de las personas con
discapacidades severas (Compromiso empresarial, 2008).

En definitiva, una empresa social es un concepto diferente al de una ONG o al de una


empresa con responsabilidad social. Lo que le diferencia fundamentalmente de una ONG
es el hecho de que, los ingresos que genera una empresa social provienen generalmente

8
de la venta de productos o servicios que genera con su actividad, mientras que, una ONG
se sustenta económicamente gracias a donaciones. En cuanto a la diferencia respecto a
una empresa con responsabilidad social, es que, la empresa social dirige todo su
planteamiento empresarial hacia la consecución de una misión social o medioambiental,
mientras que, la empresa con responsabilidad corporativa sigue utilizando un proceso de
producción tradicional en el que existen prácticas que crean un impacto positivo en la
sociedad, pero sin poner esta misión como el centro de sus decisiones. Se puede decir,
que se considera una estructura híbrida entre ellas (Aguiar, 2016).

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3. CARACTERIZACIÓN EMPRESA SOCIAL

3.1. Adaptación del concepto a nivel europeo

Adentrémonos en el concepto novedoso de empresa social que se ha mencionado


anteriormente. Y, es que, la empresa social ha ido ganando importancia en nuestro
mercado a la vez que, crecían las preocupaciones sociales y la voluntad ciudadana de
actuar contra ellas. Se trata de un movimiento impulsado mayoritariamente por jóvenes
que han nacido en un entorno más conectado con los desafíos sociales y que, incluso han
adaptado sus estudios a carreras que están dirigidas a aportar cambios positivos en la
sociedad. Esta forma de emprender ha crecido tanto en los últimos años que, según el
Global Entrepreneurship Monitor (GEM), casi la mitad de personas que constituyen
empresas a día de hoy, lo hacen en torno a un propósito principalmente social y
medioambiental, dejando en un segundo plano, el objetivo puramente económico. Este
movimiento hacia la constitución de empresas sociales surge en un momento de
escándalos empresariales en empresas de gran envergadura, como el caso de emisiones
de Volkswagen, que han hecho tambalear la concepción de empresa como motor
fundamentalmente económico (Groom, 2018).

Pues bien, la idea de empresa social nace del desarrollo de la llamada “economía
social” en el S. XIX, que hacía referencia a aquellas empresas que nacían con el objetivo
de paliar los daños del capitalismo. En España esta idea se reguló mediante la Ley 5/2011,
de 29 de marzo, de Economía Social, aportando una definición de este concepto en su
artículo segundo que dice que, se considera economía social a “el conjunto de actividades
económicas y empresariales, que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades
que, de conformidad con los principios recogidos en el artículo 4, persiguen bien, el
interés colectivo de sus integrantes, bien el interés general económico o social, o ambos”
(Boletín Oficial del Estado, 2011). Es a partir de esta idea de economía social que acaban
naciendo lo que hoy en día conocemos como empresas sociales y, siendo cierto que el
concepto de economía social y de emprendimiento social están muy ligados, no hacen
referencia a lo mismo.

El problema de la definición de empresa social es que no se ha llegado a una definición


unánime y global, lo que genera gran confusión. Situándonos en el territorio europeo,

10
depende incluso, de la zona geográfica en la que se encuentre la empresa para que se
considere social o no. La regulación al respecto varía en gran medida, dado que, hay
países que únicamente tienen regulado el ámbito de economía social donde amparan las
empresas sociales, como hace España; hay otros que tienen una ley específica para las
empresas sociales, como es el caso de Eslovenia; y por último existen países que regulan
las empresas sociales a través de modificaciones en sus leyes actuales, como hace
Eslovaquia. Además de que la regulación es distinta, la idea de lo que se considera
empresa social también difiere (European Center for Not-for-Profit Law, 2015).

Por otro lado, existen diferencias conceptuales no solo a nivel europeo, sino que, a
nivel global son todavía mayores. Las mayores discrepancias se producen entre países en
desarrollo y países desarrollados porque las actividades empresariales de tipo social en
los países en desarrollo van dirigidas a cubrir fines básicos de la población como puede
ser el abastecimiento de agua, mientras que en Europa las iniciativas están más enfocadas
en temas de inclusión social, ayuda a colectivos desfavorecidos y cuestiones
medioambientales (Rametse & Shah, 2012).

Para intentar aportar algo de unanimidad y favorecer el ecosistema que rodea a las
empresas sociales, la Comisión Europea dio una definición al respecto en un comunicado
que realizó en 2011: “Una empresa social es un operador en la economía social cuyo
principal objetivo es tener un impacto social en lugar de obtener un beneficio para sus
propietarios o accionistas. Opera para proporcionar bienes y servicios para el mercado
de manera emprendedora e innovadora y usa sus ganancias principalmente para
alcanzar objetivos sociales. Se administra de forma abierta y de manera responsable y,
en particular, involucra a empleados, consumidores y partes interesadas afectadas por
sus actividades comerciales. (European Comission , 2011)”. En este mismo comunicado
la Comisión establece una serie de características que deben cumplir las empresas sociales
(European Comission , 2011):

- El objetivo social debe ser la razón de la actividad comercial y en muchas ocasiones,


implicando un alto nivel de innovación social.
- Los beneficios tienen que ser principalmente reinvertidos en la consecución del fin
social.
- Se debe ver reflejada su misión en su método de organización empresarial.

11
- Se deben dedicar a la prestación de bienes o servicios dirigidos a colectivos
vulnerables y/o; deben tener un método de producción de bienes y servicios dirigidos
a un fin social pero cuya actividad puede estar fuera del ámbito del suministro de
bienes o servicios sociales.

Con este comunicado la Comisión Europea no pretende establecer una definición


estándar que se aplique en todos los países de manera obligatoria y armonizar
regulaciones, sino que, busca aunar los principios sobre emprendimiento social que
comparten la mayoría de los Estados miembros, dejando la posibilidad de que cada país
pueda llevar a cabo una regulación más específica sobre la materia.

La realidad de hoy en día es que, las empresas sociales se encuentran presentes en


todos los miembros de la Unión Europea, aunque existan diferentes criterios de
reconocimiento y aceptación. En el siguiente cuadro se muestran los distintos grados de
aceptación que existen sobre el término de empresa social en Europa:

Tabla 2 – Grado de reconocimiento del término “empresa social” en Europa

GRADO DE RECONOCIMIENTO PAÍSES

Política, jurídica y socialmente aceptado Irlanda, Italia, Reino Unido.


de manera amplia.
Reconocimiento difuso con la idea de Bélgica, España, Francia, Grecia,
economía social. Luxemburgo, Portugal.
No utilizado de manera habitual debido a Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia,
la existencia de instituciones tradicionales Islandia, Noruega, Países Bajos, Suecia.
de bienestar que cubre la mayoría de
necesidades de la población.
Política y jurídicamente aceptado de Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia,
manera muy estrecha, reducido a un tipo Finlandia, Hungría, Letonia, Lituania,
de empresas muy concreto. Polonia, República Checa, Rumania,
Serbia, Suecia.

12
Primacía de otros conceptos como la Chipre, Dinamarca, Estonia, Islandia,
responsabilidad social o la innovación Montenegro, Noruega, Países Bajos,
social. Suecia.
Aceptación emergente. Albania, Malta, Macedonia del Norte,
Turquía.

Nota: Adaptada de (Borzaga, y otros, 2020)

Cada vez el número de estados miembros de la Unión Europea que cuentan con una
definición sobre empresa social es mayor. Las diferencias fundamentales entre las
diversas definiciones que da cada país son en torno a los tipos de actividades que cada
una considere sociales (es decir, la integración laboral y/o la prestación de servicios
sociales), la proporción de ingresos que deben generar las actividades de mercado y el
nivel y las modalidades en que se espera que los interesados se involucren en los procesos
de adopción de decisiones. Veamos algunos ejemplos en la siguiente tabla:

Tabla 3 – Diferentes definiciones de “empresa social” en Europa

LUGAR DONDE
GRADO DE SIMILITUD CON LA
PAÍS SE ENCUENTRA
DEFINICIÓN EUROPEA
DEFINIDO
Grecia Ley de Economía Da una definición sobre las organizaciones de
Social y Solidaria economía social y solidaria que está muy hilada
(4430/2016). con el término de empresa social de la Unión
Europea. Se diferencia en la ausencia de una
referencia explícita a la actividad empresarial y un
mayor énfasis en el funcionamiento democrático
de la organización y en la propiedad común de sus
participantes.
España Ley de Economía Definen las cooperativas de iniciativa social, las
Social (5/2011). empresas de integración social y los centros
especiales de empleo de manera que se ajusten
estrechamente a la definición de empresa social
que da la Unión Europea.

13
Lituania Ley de empresas Define empresa social como: “Un modelo
sociales (IX- comercial según el cual la maximización de los
2251/2004) beneficios está relacionada con las metas y
Concepción de la prioridades sociales utilizando el mecanismo del
Empresa Social mercado, teniendo en cuenta los principios de
(2015) asociación entre el sector público y el privado y
Directrices para los aplicando innovaciones sociales” y se podrá
proyectos de constituir en cualquier forma legal. (European
empresas sociales Center for Not-for-Profit Law, 2015).
(2017). Concepción estrechamente ligada con la
definición de la Unión Europea, con un énfasis
adicional en la innovación social y la medición del
impacto social.
Países No tienen definición Adopta la definición de la Unión Europea.
Bajos oficial ni aceptada
ampliamente
socialmente
Reino Guía de formas Lo define como: “una empresa con objetivos
Unido jurídicas para la primordialmente sociales cuyos excedentes se
empresa social reinvierten principalmente con ese fin en la
empresa o en la comunidad, en lugar de estar
impulsados por la necesidad de maximizar los
beneficios para los accionistas y los
propietarios”. Opta por una visión amplia que
tiende a concebir que la empresa social debe tener
un objetivo social significativo en la creación de
bienes o servicios y la ausencia de ánimo de lucro
pudiendo ser capitalista o pública, sin
restricciones respecto a su actividad.
Francia Ley marco de Se ajusta a una definición ligada con el concepto
economía social y de Economía Social, una organización colectiva
solidaria (2014) sin ánimo de lucro y en la que los bienes y
servicios producidos están íntimamente

14
relacionados con el objetivo social explícito al que
está dirigida la empresa, utilizando criterios
estrictos de participación de los stakeholders en la
toma de decisiones.
Croacia Estrategia para el Su definición está íntimamente alineada con la de
desarrollo de la la Unión Europea salvo que hace hincapié en el
capacidad equilibrio entre los objetivos sociales, ambientales
empresarial social y económicos y exige una vigilancia y evaluación
(2015). de su impacto.
Finlandia Ley de empresas A la definición de la Unión Europea añade los
sociales (924/2012). criterios de: empresa propiedad de sus empleados
y la necesaria evaluación de su impacto.

Nota: Elaboración propia. Datos recogidos de (Borzaga, y otros, 2020)

No cabe duda de que el reconocimiento político de la empresa social ha ido ganando


importancia en la última década y como se ha señalado, su reconocimiento se ha dado a
través de diversos instrumentos dependiendo del país; de una forma más directa, a través
de una regulación específica o, indirecta, a través de la adaptación de su regulación
existente. En el siguiente mapa se muestran aquellos países que cuentan con un marco
normativo sobre las formas o estatutos jurídicos de las empresas sociales:

15
Figura 1 – Países europeos con regulación sobre la empresa social

Nota: Figura de (Borzaga, y otros, 2020)

El reconocimiento político y jurídico de las empresas sociales ha desempeñado un


doble papel, a veces con ambigüedad. Por un lado, ha contribuido a captar la mayor parte
del fenómeno. Le ha dado visibilidad y ha apoyado (o al menos esa era la intención) su
desarrollo. Sin embargo, el reconocimiento a través de la condición jurídica no parece
haber sido plenamente eficaz, especialmente en los países en que, por miedo a crear una
competencia desleal con las empresas convencionales, se han introducido cargas y
limitaciones administrativas estrictas y exenciones fiscales irrelevantes para las empresas
sociales.

3.2. Adaptación del concepto a nivel nacional

Veamos ahora el caso de España, donde encontramos regulada la Economía Social


pero no existe una regulación concreta acerca de la empresa social y, en consecuencia,
quedará englobada dentro de la regulación de Economía Social, sin establecer distinción

16
alguna. Será aplicable, por tanto, la definición establecida sobre Economía Social en la
Ley 5/2011, que lo define como: “el conjunto de actividades económicas y empresariales,
que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades que, de conformidad con los
principios recogidos en el artículo 4, persiguen bien, el interés colectivo de sus
integrantes, bien el interés general económico o social, o ambos” (Boletín Oficial del
Estado, 2011). Como se puede observar, esta ley engloba muchas más entidades de
economía social que las que abarca la definición de empresa social establecida por la
Comisión Europea. Como se puede observar en las diferentes definiciones, la empresa
social incluye características de innovación, escalabilidad y una estructura de mercado
que el término de economía social no exige. Aunque funcione como aproximación al
concepto, resulta perjudicial para el desarrollo de empresas sociales en España, que
todavía no exista un marco jurídico que se ajuste a sus características. Esto obstaculiza su
desarrollo, dificulta la labor de identificación, disminuye su publicidad y, en
consecuencia, hace todavía más complicada la obtención de financiación.

En 2013 se presentó una iniciativa en el Parlamento español que pretendía el


establecimiento de una nueva forma jurídica denominada Sociedad Limitada de Interés
General, sin embargo, esta iniciativa no fue aprobada por el Parlamento español. En la
resolución del Parlamento se indicaba que la Ley 5/2011 de Economía Social era el marco
legal para las empresas sociales en España. Se apoya la visión de que la empresa social
supone una extensión de las fronteras de lo que se conoce como “economía social” y se
concluye que el marco de la economía social es perfectamente válido para acoger a las
empresas sociales. Dicho esto, el uso de dos conceptos desiguales para la "empresa
social" en la Unión Europea y la "economía social" en el ámbito español, podría dar lugar
a confusión y a una interpretación y aplicación inadecuada de la Ley 5/2011 de Economía
Social. Esta regulación ofrece unos beneficios fiscales concretos para las formas jurídicas
determinadas que se establecen en la ley (cooperativas, centros especiales de empleo,
asociaciones y fundaciones que realizan actividades económicas…) pero no regula
beneficios concretos para las empresas sociales (Diaz, Marcuello, & Nogales, 2020). A
continuación, quedan definidos los beneficios fiscales que se confieren a las empresas de
economía social según su forma jurídica:

17
Tabla 4 – Tabla sobre los beneficios fiscales de las empresas recogidas en la ley de
Economía Social.

FORMA JURÍDICA BENEFICIOS FISCALES

o Con el reconocimiento de su misión


sin ánimo de lucro, sus beneficios
podrían estar exentos o gravar sólo el
Cooperativas de iniciativa social
10% de los ingresos.
o Reducción del 95% en el Impuesto de
Actividades Económicas.
o Disminución de las cotizaciones a la
seguridad social de los empleados en
riesgo de exclusión.
o Subvenciones con el objetivo de
compensar los costes laborales
incurridos en el proceso de
Empresas de inserción laboral
integración.
o Subvenciones para inversiones
dirigidas a cumplir sus objetivos
sociales.
o Pueden aplicar subvenciones
regionales.
o Subvención y reducción del impuesto
anual de sociedades por cada nuevo
trabajador discapacitado que se
contrate.
Centros especiales de empleo de
o Subvención para ayudar en la
iniciativa social
adaptación del lugar de trabajo.
o Algunas exenciones aplicables en el
impuesto de sociedades y al IVA
debido a la misión sin fines de lucro.

18
o Algunas exenciones derivadas de su
Fundaciones y asociaciones
naturaleza no lucrativa.
involucradas en actividades
o Beneficios fiscales para los donantes
económicas
de fondos.
o No cuentan con un régimen fiscal
Empresas sociales
especial.

Nota: Figura adaptada de (Diaz, Marcuello, & Nogales, 2020)

Como ha quedado resaltado, resulta de gran complicación dar una definición común
en torno a este concepto de empresa social, pero sí que podemos establecer una serie de
elementos que comparten todas las concepciones. Estos elementos son: la creación de un
valor social o medioambiental, el uso de métodos empresariales en la consecución del
objetivo social, la aportación de soluciones innovadoras ante desafíos sociales y por
último la generación de un cambio social (Estévez, 2015).

19
4. CLASIFICACIÓN DE EMPRESAS SOCIALES

Una vez analizado el concepto de empresa social, al igual que cualquier empresa
tradicional, existen muchas formas de clasificarlas. En este apartado se van a exponer
diversas clasificaciones que se hacen en España según: el reparto que hagan de sus
beneficios, su tipo de impacto social, su independencia financiera y finalmente según su
estructura jurídica.

4.1. Clasificación según el reparto de beneficios

Según el informe realizado por la Fundación Ashoka junto con PwC acerca del
emprendimiento social, se dividen en (Arroyo, Madrid, & Menghini, 2020):

4.1.1. Empresas sociales sin ánimo de lucro.

Aquellas que no persiguen la generación de beneficios y, en caso de


producirse, se dedican a invertirlos en el objetivo social que dirige su forma de
actuación (Arroyo, Madrid, & Menghini, 2020). Para verlo a través de una forma
más representativa, un ejemplo puede ser la empresa Socialnest, que se dedica
orientar y ayudar en la ejecución de la idea, a emprendedores que tienen la voluntad
de realizar algún cambio social a través de la creación de una empresa o modificación
de la que ya tienen (Pablos, 2013).

4.1.2. Empresas sociales con ánimo de lucro, pero sin voluntad de reparto de
beneficios.

Son aquellas que buscan su crecimiento y la generación de beneficios, asi que


establecen estrategias propias del mercado para conseguir las ventas y el crecimiento
necesario que les de sostenibilidad y supervivencia empresarial. La diferencia con
otro tipo de empresas es que en estas cuando se produce beneficio o excedentes
empresariales los reinvierten en su totalidad en la consecución de su objetivo
primordial, que no es otro que el objetivo social por el que se constituyeron. En
consecuencia, nunca habrá beneficio empresarial entendido como tal, ni reparto del
mismo entre los socios porque a más resultado empresarial mayor consecución del

20
objetivo social perseguido (Arroyo, Madrid, & Menghini, 2020). Una empresa que
sigue este modelo es la marca de agua mineral Auara, que se dedica a invertir el
100% de sus dividendos en proyectos que contribuyan a desarrollar el acceso a agua
potable de colectivos vulnerables (Manzano, 2016).

4.1.3. Con ánimo de lucro y con voluntad de reparto de beneficios

Son aquellas que buscan obtener beneficios y repartirlos entre sus socios,
aunque siempre guiando su actividad a la consecución de un objetivo social. Quizás
esta son las más comprometidas para decidir clasificarlas como empresa social o no,
aunque su actividad sea muy innovadora y de valor añadido para la sociedad. Parece
que el criterio que se está siguiendo en Europa para este subgrupo, es considerarlas
empresas sociales cuando se prima la misión social sobre el reparto de beneficios o
dividendos (Arroyo, Madrid, & Menghini, 2020). Existe una empresa en España que
se llama Ecodeme que se dedica a diseñar y construir viviendas ecológicas que
contribuyen a reducir el impacto medioambiental, pero a su vez, los socios obtienen
rentabilidad del negocio (Manzano, 2016).

4.2. Clasificación según el tipo de impacto social

Otra clasificación es la que divide las empresas según su misión social principal,
aunque, a día de hoy, muchas integran impactos de varios tipos en su misión como es el
caso de empresas que fabrican productos sostenibles a través de la contratación de
personas en riesgo de exclusión (Guindeo, Porro, & Vernis, 2017):

4.2.1. Impacto en colectivos vulnerables

Son empresas que tienen como objetivo mejorar la vida de las personas,
pertenecientes a colectivos vulnerables o con diferencias en sus capacidades físicas
o intelectuales utilizando las nuevas tecnologías y las posibilidades que ofrece el
mundo digital adaptándolas a problemas concretos (Guindeo, Porro, & Vernis,
2017). La empresa Batec Mobility, incide en esta labor a través de la venta de
bicicletas para mejorar la movilidad de personas con discapacidad y, además, dando
empleo a personas de este tipo colectivos (Batec Mobility, 2013)

21
4.2.2. Impacto en medioambiente y desarrollo sostenible

Empresas que promueven el desarrollo y sostenimiento de comunidades


locales en aspectos como el rural, marino de fauna y flora, o medioambiente en
general. La empresa Concepto i, se dedica al desarrollo, producción y venta de
productos innovadores de vidrio reciclado y reciclable que sean sostenibles y
responsables con el medioambiente, además de, contratar a personas con
discapacidad para la fabricación de estos productos (Guindeo, Porro, & Vernis,
2017).

4.2.3. Impacto en inclusión socio-laboral

Empresas que trabajan a través de procesos productivos o a través de la oferta


de servicios en la inclusión socio-laboral de personas con dificultad para acceder al
mercado laboral tradicional por su diversidad en capacidades o por su exclusión
social (Guindeo, Porro, & Vernis, 2017). La Fundación DAU es un gran ejemplo de
empresa social que concentra sus esfuerzos en mejorar la calidad de vida de personas
con deficiencias mentales a través de su incorporación en buenos trabajos,
dignamente remunerados para conseguir ofrecerles igualdad de oportunidades que a
otras personas (Fundación DAU, s.f.).

4.2.4. Impacto en salud y envejecimiento de las personas

Empresas innovadoras en busca de soluciones de prevención, salud y mejora


de la calidad de vida de personas enfermas y de la tercera edad. La empresa Gran
Vallès Assistencial, se dedica a poner en contacto a cuidadores y a personas en
situación de dependencia, actuando como simple intermediaria. Su labor es doble,
porque por otro lado ayudan a encontrar oportunidades laborales a colectivos
excluidos como, por ejemplo, mujeres inmigrantes desempleadas (Guindeo, Porro,
& Vernis, 2017).

22
4.2.5. Educación y conciencia ciudadana

Empresas del sector de la educación que buscan respuestas a algunas de las


problemáticas que afectan a los beneficiarios del sector o a esas otras empresas que
procuran sensibilizar a la población en cuestiones que derivan en mejoras para la
sociedad. En este caso, un buen ejemplo sería la empresa Thinkids Project, que se
dedica a ofrecer programas para niños en los que puedan desarrollar el sentido del
emprendimiento, el liderazgo y la creatividad, todo ello bajo el paraguas de unos
valores sociales (Guindeo, Porro, & Vernis, 2017)

4.3. Clasificación según su independencia financiera

Otra clasificación interesante se basa en diferenciar tipos de empresas sociales según


su modelo organizativo, la relación con sus clientes, la gestión de su financiación y el
impacto social que generan. Se dividen en (Casasnovas, 2017):

4.3.1. Market hybrids

Este tipo de corporaciones son las que se dedican a producir y vender un


producto o servicio que será consumido por el propio colectivo desfavorecido, lo que
provoca que, su impacto social crezca en la misma medida que lo hace su
sostenibilidad económica y su rentabilidad. Digamos que, si realmente cubren una
necesidad del mercado y consiguen producir su producto o servicio de manera
eficiente para que pueda ser asumido por el colectivo desfavorecido, podría ser el
ecosistema perfecto (Casasnovas, 2017). Este modelo se identifica en la empresa
Mass Factory Urban Accessible Mobility, que se trata de una aplicación que
desarrolla sistemas para planificación de viajes, guía y supervisión de personas con
necesidades especiales, acercándoles a una mayor movilidad, calidad de vida e
inclusión en la sociedad (RRHH Press, 2019).

4.3.2. Blended hybrids

Este es el modelo más utilizado por entidades micro-financieras donde el


prestatario es, a su vez, el beneficiario. En esta situación es necesario encontrar el

23
equilibrio entre: buscar una acción con la que se aporte lo más posible a la sociedad
basada en que las condiciones de los créditos sean positivas para el cliente pero que
a la vez, sea un negocio rentable y sostenible para la propia empresa (Casasnovas,
2017). Un claro ejemplo de utilizar este modelo es la idea de negocio de la empresa
Microwd, que se dedica a poner en contacto a personas en España que busquen una
oportunidad de inversión con mujeres de América Latina que necesiten financiación,
todo ello, proponiendo unas condiciones favorables para ambas partes, tanto de
rentabilidad para el inversor como de bajos intereses de deuda para la financiada
(Social Enterprise, s.f.).

4.3.3. Bridging hybrid.

En este modelo es la propia actividad empresarial la que genera el impacto


social y los clientes no conforman el colectivo social ayudado. Este puede ser el caso
de las empresas que utilizan personas con capacidades diferentes y de difícil
inclusión en el mercado laboral para prestar un servicio a clientes de todo tipo. En
este caso, el reto está en generar un conjunto de procesos que permitan conciliar el
impacto social perseguido con la satisfacción del cliente, permitiendo la
competitividad en el mercado y la sostenibilidad financiera de la empresa. La
búsqueda de clientes con sensibilidad social también puede ayudar al éxito de estos
modelos (Casasnovas, 2017). Como representación de este tipo de empresas,
encontramos La Fageda, que se trata de una empresa que integra como empleados a
personas con discapacidades mentales que se encargan de fabricar productos lácteos
y venderlos en el mercado (Manzano, 2016).

4.3.4. Coupling hybrids.

En este tipo de corporaciones se busca la convivencia entre las buenas


condiciones laborales de sus empleados y el buen servicio a sus clientes. Los
trabajadores incluidos en este modelo, suelen ser personas que necesitan atenciones
que exceden de su mera contribución en la producción o prestación del servicio.
Podrían chocar los intereses económicos con los sociales en este tipo de
corporaciones (Casasnovas, 2017). Un ejemplo, sería la empresa Huertos de Soria,
en la que personas con discapacidades mentales se dedican a producir verduras y

24
hortalizas ecológicas en Soria, de esta manera por su contribución con la inclusión
laboral y con el medioambiente, el producto es percibido con doble valor por sus
clientes (Manzano, 2016).

4.4. Clasificación según su forma jurídica

Por lo general, las empresas sociales se pueden constituir en cualquier forma jurídica
para poder desarrollar su labor. Existen países que cuentan con tipos jurídicos
específicamente creados para ajustarse a la idea de empresa social, pero no resulta el caso
de España. Al existir tanta variedad de formas jurídicas resulta difícil hacer una
clasificación, pero podríamos dividirlo en cuatro apartados que serían: las estructuras
jurídicas mencionados en la Ley 5/2011 de Economía Social; las sociedades mercantiles,
con especial mención a la sociedad limitada; nuevos tipos jurídicos desarrollados en el
ámbito de empresa social y las empresas con certificaciones sociales.

4.4.1. Formas jurídicas definidas en la Ley 5/2011

En el art. 5 de esta ley establece que: “forman parte de la economía social las
cooperativas, las mutualidades, las fundaciones y las asociaciones que lleven a cabo
actividad económica, las sociedades laborales, las empresas de inserción, los
centros especiales de empleo, las cofradías de pescadores, las sociedades agrarias
de transformación y las entidades singulares creadas por normas específicas que se
rijan por los principios establecidos en el artículo anterior” (Boletín Oficial del
Estado, 2011). Pongamos ejemplos de las más relevantes:

1. Fundaciones: son entidades de personalidad jurídica privada constituidas sin


ánimo de lucro que, por voluntad de sus creadores, tienen dedicado su patrimonio
de forma duradera en el tiempo a un objetivo fundacional que tiene un interés
general para la sociedad. Todo ello, sin afectar de manera individual a sus
fundadores o patronos y con unos ingresos que se generan a través de los
rendimientos de su patrimonio, así como, de las donaciones, subvenciones o
aportaciones de sus patronos. (Confederación Empresarial Española de la
Economía Social, s.f.) Como ejemplo, Aspanias, es una fundación que se dedica

25
a generar empleo a personas con discapacidad y mejorar la vida de personas de
edad avanzada en situaciones de dependencia (Laura Guindeo, 2017).

2. Asociaciones: consisten en una agrupación de personas físicas o jurídicas que, sin


ánimo de lucro y regidas de una manera democrática, presta servicios allí dónde
el sector lucrativo falla en su provisión. Este tipo de sectores suelen coincidir con
aquellos sectores en los que se satisfacen derechos fundamentales, sobre todo en
su acceso a colectivos especialmente vulnerables, como las personas con
discapacidad. Son también señas de identidad la capacidad de innovación para
satisfacer los problemas que surgen en la sociedad, y la defensa de cambios
sociales, legales, administrativos, o de otro tipo, siempre en defensa de los
derechos y las libertades de las personas con discapacidad y, con respeto a la
diversidad, la pluralidad y la tolerancia. Las asociaciones están mayoritariamente
sufragadas por subvenciones, por los propios asociados o por donaciones, pero
también se han dado cuenta que para su propia sostenibilidad en el tiempo
necesitan innovar respecto a la forma de conseguir ingresos llevando al mercado
productos o servicios que les puedan aportar ingresos recurrentes a través de
tiendas de productos, organización de actividades, sorteos, eventos…
(Confederación Empresarial Española de la Economía Social, s.f.). Como
ejemplo, la asociación Piel de Mariposa (DEBRA España), nace con el objetivo
de poner a disposición de familias que les toque lidiar con esta enfermedad, un
equipo de expertos a lo largo de toda su vida y, además, buscan ser una fuente de
recaudación para contribuir con esta enfermedad. Se financian a través de
donaciones, subvenciones, eventos, y, fundamentalmente a través de la venta de
productos que han sido donados a la asociación (Laura Guindeo, 2017).

3. Cooperativas: son una forma de organización empresarial basada en una


asociación de personas que se unen para satisfacer necesidades y aspiraciones
económicas, culturales o sociales comunes, a través de una empresa de propiedad
conjunta que se basa en una estructura y funcionamiento democrático. Su
actividad se desarrolla atendiendo a los principios cooperativos, aceptados y
regulados en los ámbitos autonómico, estatal e internacional: la adhesión
voluntaria y abierta de los socios, la gestión democrática, la participación
económica de los socios, la educación, formación e información y el interés por

26
la comunidad (Confederación Empresarial Española de la Economía Social, s.f.).
Un ejemplo de cooperativa, es la empresa Bioservice, que se dedica a comprar y
recoger cartuchos de tinta y tóner vacíos para contribuir en una mejora del
medioambiente y, además, lo hace a través de una plantilla de empleados
mayoritariamente discapacitados (Laura Guindeo, 2017).

4. Los centros especiales de empleo: son centros que, mediante la realización de


un trabajo productivo y la participación regular en las operaciones del mercado,
tienen por finalidad el asegurar un empleo remunerado y la prestación de servicios
de ajuste personal y social a sus trabajadores con discapacidad. Todo ello, a la vez
que construyen un medio de integración para mayor número de estos trabajadores
discapacitados en un régimen de trabajo normal (Confederación Empresarial
Española de la Economía Social, s.f.). Un centro especial de empleo es Laborplus
situado en Madrid, que se encarga de la integración laboral de personas que
presentan una discapacidad de cualquier tipo (Laborplus, 2018).

5. Las empresas de inserción: este tipo de corporaciones a diferencia de las


anteriores, tratan de incluir en el mercado laboral colectivos desfavorecidos a
través de procesos de aprendizaje que les permiten paulatinamente insertarse en
procesos laborales de tipo convencional. Existe una regulación, según cada
comunidad, del porcentaje de plantilla que debe estar en esas condiciones, de los
beneficios que deben reinvertir para ser candidatos a recibir esta forma jurídica y
las ayudas que llevan asociadas (Confederación Empresarial Española de la
Economía Social, s.f.). Por ejemplo, el Taller 99, es una empresa de inserción
social promovida por la fundación Labora y apoyada por Cáritas, que se dedica a
convertir en profesionales a personas que se encuentran en situaciones de
exclusión social para conseguir que se integren con total normalidad en el
mercado laboral, su entrenamiento se centra en fabricar productos de confección
industrial, confección infantil y marroquinería (Díaz-Mayordomo, 2017)

4.4.2. Sociedades mercantiles

Las citadas en la ley de Economía Social han sido las formas jurídicas tradicionales
en las que se sustentan estos proyectos sociales, pero a día de hoy, con el nuevo concepto

27
que se está desarrollando sobre la “empresa social”, estas figuras pueden limitar en cierta
parte el crecimiento y desarrollo de estas empresas. Es necesaria una estructura jurídica
que facilite el acceso a entradas de capital mayores a través de socios que se encarguen
de administrarlo correctamente a la orden del objeto social al que sirven. Para ello, se
puede utilizar cualquier tipo de sociedad mercantil pero la sociedad limitada es la figura
más elegida entre los emprendedores sociales a la hora de constituir su negocio (Manzano,
2017):

o Sociedad Limitada: se trata de una sociedad mercantil en la que los socios


responden ante terceros con el límite del capital que han aportado dicha
sociedad. Las aportaciones de los socios en el capital recibirán el nombre de
participaciones y para su transmisión es necesario que se formalice en
documento público. Este tipo societario juega un papel muy favorecedor en
el caso de empresas sociales ya que da la posibilidad de: acceder a un mayor
número de recursos económicos, limitar la responsabilidad de los socios,
actuar como cualquier sociedad limitada en el mercado, aunque su misión sea
social, tener un crecimiento exponencial en un menor periodo de tiempo y
facilitar las operaciones con clientes, proveedores, inversores y demás
stakeholders, al ser un tipo societario comúnmente conocido. Cada vez son
más empresas en España que utilizan este tipo societario para tratar de poner
remedio a una problemática social como objetivo primordial de la empresa,
pero, sin tener que renunciar al ánimo de lucro (Manzano, 2017). Como
ejemplo, la empresa Sorbcontrol se rige bajo la estructura de sociedad
limitada y se dedica a vender sistemas que ayudan controlar y acabar con la
contaminación provocada por el derrame de hidrocarburos y productos
químicos en el mar o en la atmósfera (Laura Guindeo, 2017).

Dicho esto, siempre que se cumplan los requisitos mencionados


anteriormente para considerarse empresa social, se podrá utilizar cualquier modelo
de organización que le funcione a la empresa. Será útil ver la forma jurídica de
empresas tradiciones que desarrollen la actividad en su mismo sector a la hora de
analizar la forma jurídica que podría encajar con el negocio, un ejemplo sería que la
empresa social Auara que se dedica a la venta de agua embotellada prestase atención
a la constitución de empresas como Bezoya o Solan de Cabras. Un ejemplo sería la

28
empresa Hornos de Lamatelle, que se constituyó en forma de Sociedad Anónima y
que se dedica a la fabricación de productos de repostería para vender a restaurantes
y tiendas, fabricados por personas con discapacidad sensorial, intelectual o física
(Laura Guindeo, 2017).

4.4.3. Sociedades mercantiles creadas específicamente para las empresas sociales

Como ya se ha mencionado anteriormente en el trabajo, España no cuenta con


una regulación explícita sobre las empresas sociales y, por lo tanto, existe una
amplia ambigüedad en el sector, incluyendo la forma jurídica en la que deben
constituirse este tipo de empresas. En otros países, se han creado nuevos tipos
societarios parecidos a la sociedad de responsabilidad limitada pero expresamente
creados para las empresas sociales. Alguno de los casos serían las “Community
Interest Companies” en Reino Unido, las “Impresa Sociale” en Italia o, las
“Limited Liability Limited Profitability Companies” y las “Benefit Corporations”
en Estados Unidos. En relación a este tema, en España encabezado por CIU, se
intentó promover un nuevo tipo de sociedad:

o Sociedad Limitada de Interés General (S.L.I.G): proyecto que se presentó


ante el Congreso de Diputados en octubre de 2013. Este tipo de sociedad no
pretende ser una nueva figura legal si no simplemente una especificación
dentro de las sociedades limitadas para aquellas que busquen colaborar con
un fin social, cultural o medioambiental. Con esta figura se propone que este
tipo de empresas sean compensadas con beneficios fiscales tributando
mediante un tipo reducido en el impuesto de sociedades, que además tengan
una política para limitar la distribución de dividendos a un máximo del 30%
sobre los beneficios, que se garantice una gestión transparente, además de una
limitación de sueldos y que, su objeto social indique expresamente la realidad
social con la que pretenden colaborar. Finalmente, esta propuesta fue
declinada por el Congreso de Diputados en julio de 2015 (Manzano, 2017).

29
4.4.4. Empresas con certificaciones sociales

Para finalizar, existe una forma de identificar a empresas sociales que no


constituye una forma jurídica como tal, sino que, se trata de un sello que certifica que
la empresa es social. Este sello recibe el nombre de “B Corp” y para conseguirlo se
tienen que cumplir unos altos estándares de trasparencia, rendición de cuentas y de
desempeño social y medioambiental que serán evaluados por la empresa B Lab que
se encarga de conceder estas certificaciones. Esta certificación es reconocible a nivel
mundial y, además, pone en contacto a una red de empresas que están unidas por su
propósito de generar un impacto positivo en la sociedad, su trasparencia, su trabajo
y servicio responsable, siempre primando el bien de la comunidad, los trabajadores
y el medioambiente. Ejemplos de empresas españolas que cuentan con el sello de “B
Corp” son la empresa textil Ecoalf y la empresa que ofrece espacios de co-working,
Impact Hub (Manzano, 2017).

30
5. EL CUARTO SECTOR

La empresa social, no se trata ni de una ONG, ni de una empresa tradicional basada


en la rentabilidad económica, sino que, es una estructura híbrida que agrupa elementos
de cada una de estas figuras. Esta creación de nuevas estructuras que no pueden ser
abarcadas en ninguna de las clasificaciones tradicionales, debe de ir acompañada de la
creación de un ecosistema económico, financiero, jurídico, cultural y educativo que les
dé soporte y, por ello, se hace necesaria, la aparición de un nuevo sector, denominado el
cuarto sector. Tradicionalmente, la mayoría de economías contemporáneas han hecho una
distinción de 3 sectores en el ámbito social empresarial, que serían: el primer sector, que
engloba a empresas del sector privado que tienen ánimo de lucro; el segundo sector, que
serían todas las instituciones y empresas de carácter público, pertenecientes al Estado y;
por último, el tercer sector que incluye todas las organizaciones sin ánimo de lucro que
combaten contra un problema de carácter social (Triquels, 2019). Como se ha podido ver,
esta clasificación no se adapta perfectamente al panorama actual, puesto que, muchas
organizaciones con ánimo de lucro han ampliado su visión hacia contribuciones sociales
y medioambientales y; por otro lado, las organizaciones del segundo y tercer sector han
adoptado métodos de funcionamiento empresarial para la consecución de sus objetivos.
De esta evolución, nace la necesidad de creación de una cuarta clasificación, el cuarto
sector, donde se engloban, las empresas sociales (Renner, 2018). Véase Tabla 2 y Figura
1, para mejor comprensión:

Tabla 5 - Tabla sobre fines y beneficios en los sectores de la economía

CUARTO
SECTOR SECTOR
SECTOR SECTOR
PRIVADO SOCIAL
PÚBLICO (Estructura
(Con ánimo de (Sin ánimo de
(Gobierno) híbrida
lucro) lucro)
privado-social)
PRINCIPAL Beneficio Beneficio Beneficio
Riqueza privada
FIN público público público
PRINCIPAL Donaciones y
Ganancias Impuestos Ganancias
BENEFICIO ganancias
Nota: Elaboración propia. Adaptado de (Fourth Sector Group, s.f.)

31
Figura 2- Gráfico sobre el cuarto sector

Fuente: (Esturirafi, 2018)

Se trata de un sector que todavía se encuentra en desarrollo conceptual, pero que, sin
ninguna duda, viene pisando con mucha fuerza. Aunque las estimaciones no son del todo
precisas, algunos estudios dicen que las empresas englobadas en este sector podrían
suponer en torno a un 10% del PIB y, provocar unas tasas de crecimiento de empleo dos
veces mayor que el de las empresas tradicionales en Estados Unidos y en Europa. Cierto
es que, las empresas sociales se encuentran englobadas en esta categoría, pero no son las
únicas ya que, también se incluyen, entre otras, instituciones financieras de desarrollo
comunitario, empresas sostenibles, empresas de economía social, asociaciones cívicas y
municipales u organizaciones de valor mixto (Renner, 2018).

Ahora, tratemos la importancia que tiene este cuarto sector para favorecer el
emprendimiento social. Y es que, el cuarto sector funciona como un ecosistema que
ampara e impulsa de manera exponencial el emprendimiento social. Este sector combina
las logísticas institucionales de los tres sectores tradicionales para dar cabida al
nacimiento de un nuevo tipo de empresas que utilizan enfoques basados en el mercado y
el capital privado, pero utilizando sus beneficios para cumplir con su objetivo primordial
de poner solución a problemas sociales y medioambientales del mundo. Actualmente,
cada uno de los tres sectores tradicionales mencionados, cuenta con un macro-entorno
especializado que les sustenta y les permite desarrollarse de manera exitosa. Este macro-
entorno incluye factores como política y regulación, mercados financieros, capacitación

32
y sistemas educativos, publicidad e información. En el caso de las empresas sociales,
hasta ahora, como no contaba con un entorno adaptado, han tenido que adaptarse a los
macro-entornos de estos tres sectores tradicionales lo que, en muchas ocasiones, les ha
perjudicado y reducido su capacidad de impacto. Algunas limitaciones son, por ejemplo:
la falta de estructuras jurídicas que les aporten beneficios fiscales y que, a su vez, les
permitan combinar su ánimo de lucro y su labor social; la poca publicidad que se da a
este tipo de empresas en los mercados financieros que se centran principalmente en la
división entre inversión filantrópica y privada, lo que dificulta su financiación o; la falta
de apoyo educativo para los profesionales que operan en un entorno que exige la
integración de la lógica comercial y de un objetivo social. En definitiva, ninguno de los
tres sectores tradicionales está adaptado para dar soluciones a este tipo de empresas, sino
que, generalmente están pensados para mantener el aspecto social y el ánimo de lucro por
separado.

Según la tendencia hacia el crecimiento de este nuevo tipo de empresas, las sociales,
avanzaba, se han ido forjando medidas para desarrollar un medio favorable que las
sustente, que ha permitido hablar de la aparición de un cuarto sector en la economía.
Algunos ejemplos han sido: el desarrollo de legislación al respecto en diversos de países,
la aparición de fondos e intermediarios financieros que favorecen las inversiones con
impacto social, el aumento de estudios que examinan el crecimiento e impacto de este.
Aunque en los últimos años se ha avanzado mucho al respecto, cabe afirmar que el cuarto
sector todavía no está constituido de forma robusta, coordinada y completa dado que, los
elementos que constituyen este ecosistema siguen siendo escasos, rudimentarios,
fragmentados y poco claros.

El desarrollo del cuarto sector tiene implicaciones positivas en todos los demás
sectores, privados, públicos y sociales; puesto que, abre el camino a todos hacia el
impulso de cambios positivos y crea un terreno fértil para el intercambio de valores y
conocimientos entre sectores. En definitiva, es fundamental madurar este nuevo sector y
desarrollarlo de una manera más coordinada y acelerada, para poder adaptarnos
correctamente a las nuevas necesidades derivadas de la irrupción de lo social en el mundo
empresarial (Fourth Sector Group, s.f.).

33
6. EL EMPRENDIMIENTO SOCIAL

La creación de una empresa social conlleva un ejercicio de emprendimiento como en


la creación de cualquier tipo de empresa y, además, una importante vocación social.
Alrededor de este tipo de emprendimiento existen varias temáticas que se tratan a
continuación que serán de vital importancia en el impulso, desarrollo, apoyo y sustento
de este ejercicio.

6.1. El emprendimiento y la innovación social

De la mano del economista austriaco, Joseph Schumpeter, el emprendimiento puede


consistir en la creación de nuevos productos, la creación de nuevos mercados, el
desarrollo de nuevos procesos productivos, nuevas fuentes para la procuración de
materias primas o la introducción de una nueva organización en una industria, aunque ya
esté consolidada (Schumpeter, 1934).

Pues bien, el Centro para la Innovación Social de Standford acuñó una definición de
la figura del emprendedor social que versa así: “Los emprendedores sociales buscan
solución a un problema o reto social de una forma más justa, eficiente, efectiva y/o
sostenible que las soluciones anteriores y priman el impacto social por delante del
beneficio económico de personas u organizaciones concretas” (Rocío Martínez Arroyo,
2020).

Uno de los puntos fundamentales en el proceso de emprendimiento social que le


diferencia del emprendimiento, aparte de su misión, es el factor de que se produzca una
innovación social. La Comisión Europea habla sobre este tema en su “Guía de la
innovación social” en donde establece que existen 4 prácticas esenciales en el proceso,
que son: el hallazgo de necesidades sociales nuevas sobre las que se pueda trabajar, el
trabajo para aportar soluciones ante este tipo de necesidades, el contraste para evaluar el
funcionamiento de dichas soluciones y la expansión de los modelos que hayan funcionado
en la resolución de los problemas sociales. Sin embargo y, como ya se ha comentado,
para muchos el emprendimiento por el mero hecho de ser emprendimiento ya se
consideraría una labor social, como cualquier empresa, porque genera valores para la
sociedad como el empleo, impuestos, servicios, etc. Y desde ese mismo punto de vista,

34
cualquier innovación por muy lucrativa que fuera podría ser considerada social en cuanto
que mejora algún tipo de proceso, producto o satisface alguna necesidad que tiene la
sociedad.

En este apartado se pretende diferenciar por un lado la innovación técnica, de la


innovación social, siendo la innovación técnica un tipo de innovación más fácil de medir
y percibir en sus resultados, proporcionando normalmente un beneficio directo para el
innovado. El origen de la innovación técnica suele ser la investigación académica o
científica en busca de un éxito comercial que suponga un crecimiento económico, además
de, mejorar el bienestar humano. Y, por el otro lado, lo que recibe el nombre de
innovación social es un concepto más elevado, que proviene de cambios sociales
trascendentales, que no recaen en usuarios individuales, que son difícilmente medibles y
rompen con estructuras sociales tal y como se habían entendido hasta ese momento.
Podríamos poner como ejemplos no exclusivos de innovación social, los cambios
paradigmáticos en temas como el clima, la ecología, la desigualdad, la exclusión social o
la pobreza (Nieto, 2015). El fin último en este tipo de innovación es llegar a las
instituciones dado que, el poder se mueve normalmente desde los ciudadanos al gobierno,
que dirigen la mayoría de sus decisiones en torno a la demanda de una necesidad social
o; por otro lado, se pretende que la innovación social se instaure como costumbre social
conocida y practicada por todos los ciudadanos. Como ejemplo, no tenemos más que
constatar el hueco que han abierto en la sociedad los productos orgánicos, ecológicos y
de comercio justo generando una tendencia creciente de contagio rápido que obliga a dar
explicaciones a las empresas que no actúan de esa manera (Comisión Europea, 2013).

Sin embargo, se produce un contrasentido porque la innovación social viene de abajo


a arriba, pero son las instituciones y los estados los que se encuentran ante el difícil reto
de llevar a cabo sus políticas de protección social bajo presupuestos de carácter reducido.
Es por eso, que el papel de los innovadores sociales se vuelve imprescindible en la
búsqueda de soluciones eficientes tanto económicamente como socialmente y por ello, es
vital que se promueva y se dé apoyo a las iniciativas y, en concreto, en el planteamiento
de sus políticas sociales. De esta manera, se da sustento a una amplia gama de actores
muy diferentes que son capaces de dar enfoques diferentes a las necesidades sociales que
presupuestariamente no son viables de ser atendidas, siempre promoviendo innovación y
experimentación social. La Unión Europea en este sentido es activa en la dotación de

35
fondos que bajo un sistema de dotación compartida colaboran con los estados miembros
y sus distintas regiones donde una autoridad local, bajo el ministerio competente, se
encarga de lanzar las propuestas, registrar las solicitudes, llevar a cabo la selección y
seguimiento de los proyectos de cada país. Estos fondos son el Fondo Social Europeo
(FSE) que se ocupa de promover la cohesión económica y social de todos los estados
miembros de la Unión Europea y, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)
que se dedica a dar financiación para inversiones empresariales que impliquen mejoras
sociales además de, contribuir al desarrollo regional y local fomentando la cooperación
con las ciudades. Un ejemplo de innovación social financiado por FEDER sería la
fundación I-Cane, que inventó una tecnología innovadora en un bastón inteligente capaz
de detectar obstáculos y enviar las instrucciones adecuadas a personas ciegas guiándoles
por un camino seguro. Por lo tanto, I-Cane supone una combinación de financiaciones
del sector público y privado, una colaboración entre empresas sociales junto con expertos
tecnológicos y una interacción directa con personas con deficiencias visuales para adaptar
el producto a sus necesidades (Comisión Europea, 2013).

En lo que respecta a España, existe un gran desconocimiento sobre el significado la


innovación social, lo que hace más complicado su desarrollo y asentamiento en la
sociedad ya que ni los innovadores ni los beneficiarios conocen sus implicaciones. Un
estudio realizado por el Instituto GEM muestra que únicamente el 20,59% de la población
española conoce el significado de la innovación social. En este mismo informe se
muestran varios factores que tienen influencia a la hora de conocer el mundo de la
innovación social y sobre los que se podría incidir para lograr un mayor empuje hacia
esta tendencia. Estos datos concluyen que: en primer lugar, los empleados de las empresas
privadas tienen un mayor desconocimiento ya que no son tan conscientes de su papel
fundamental dentro de la sociedad frente a los empleados de las organizaciones públicas
y los trabajadores de las ONGs; así como, los trabajadores autónomos que ponen su foco
en los objetivos económicos a corto plazo y se olvidan las iniciativas sociales. Otro de los
factores determinantes es la educación, a mayor educación existe un mayor conocimiento
sobre la innovación social y, por lo tanto, será importante fortalecer políticas públicas y
privadas dirigidas a fortalecer el estudio de este campo tan vital para el desarrollo
sostenible del mundo empresarial. Por último, existen diferentes niveles de conocimiento
en las distintas comunidades autónomas, factor que está íntimamente ligado con la renta
per cápita y la inversión I+D que se realiza en cada Comunidad. A mayor renta per cápita

36
y a mayor inversión, existe una mayor implicación en la innovación social, es por ello
que, Cataluña, País Vasco, Madrid y Navarra demuestran tener un mayor conocimiento
de este tipo de innovación (Alonso-Martínez, Álvarez, & Nieto, 2016).

6.2. El ecosistema de apoyo al emprendedor social

El emprendimiento siempre es una tarea ardua donde al empuje del emprendedor hay
que sumar, su experiencia, la financiación, los contactos con posibles clientes, la gestión
administrativa, la revisión financiera y todo un amplio ecosistema alrededor.

El emprendimiento social tiene todas las características de dificultad que tiene


cualquier emprendimiento normal, con la diferencia de que muchas de esas cosas
desaparecen o se transforman cuando sustituimos la palabra rentabilidad por cambio
social en la ecuación del éxito. Es de considerar que son muchas las veces que la “no
rentabilidad” de los emprendimientos sociales puede ser un hándicap y, otras muchas, se
convierte en la razón de ser de su propia existencia porque el hecho de aspirar a devolver
a la sociedad alguna de las cosas recibidas, impulsa a colaborar desinteresadamente en
proyectos que por su naturaleza son difíciles de rentabilizar, pero son muy necesarios para
una región, grupo o sociedad determinada. En este contexto, existen muchos agentes de
apoyo que de alguna forma impulsan al emprendedor en su labor. Estos agentes se
encuentra en todo tipo de campos, entre otros, hay: empresas técnicas y de servicios que
se dedican a ser asesores a través de proyectos pro-bono; organizaciones y redes de apoyo
y difusión que ponen en contacto a personas con problemas e inquietudes parecidas para
que puedan compartir ideas; las conocidas aceleradoras e incubadoras, que se dedican a
dar soporte a las nuevas start-ups desde su idea embrionaria hasta su asentamiento en el
mercado proporcionándoles dinero, estrategia, alianzas o contactos que les permitan
alcanzar la madurez necesaria en tiempos mucho más cortos; el Gobierno y las
Administraciones Públicas a través de la aportación de fondos a los proyectos y de la
generación de leyes y reglamentos que faciliten estos movimientos sociales; y, por
último, las universidades y centros de investigación, que tienen una obligación moral de
ayudar, incentivar, promover, divulgar y premiar la creación de iniciativas sociales como
pilar de la construcción de una sociedad más igualitaria y sostenible para futuras
generaciones (Rocío Martínez Arroyo, 2020).

37
6.3. La financiación al emprendedor social

Otra parte fundamental en la construcción de las empresas sociales lo conforman los


financiadores dado que, los proyectos de tipo social suelen comenzar con la ilusión y
empuje de su emprendedor, con sus ahorros y los de sus familiares incentivados por el
liderazgo y empuje del emprendedor, pero esos recursos normalmente no son suficientes
y hay que recurrir a otras fuentes de financiación. Tradicionalmente la forma de financiar
estas iniciativas ha sido mediante donaciones, pero cada vez son más las formas de
financiarse que tienen estos emprendedores, ampliando sus fronteras a instrumentos de
deuda, capital y otro tipo de instrumentos híbridos. En este proceso es fundamental la
creación del cuarto sector, de tal manera que, se potencien los mercados orientados hacia
este tipo de iniciativas y se haga más fácil la financiación de los mismas.

El auge de la concienciación social en el mundo empresarial de los últimos años,


también ha incidido en la visión de los inversores, que han empezado a buscar factores
diferentes de la rentabilidad económica en sus proyectos de inversión. Esto ha incentivado
que haya particulares, Family Offices e instituciones financieras que decidan invertir en
inicativas sociales, que existan organizaciones empresariales con programas de
incubación o que el gobierno y las administraciones públicas aporten fondos y
subvenciones a empresas sociales. Un método muy común para acumular fondos de
particulares de manera masiva es a través del crowdfunding, que se basa en aportaciones
muy pequeñas de cada integrante que son donadas a fondo perdido, sobre la base de un
compromiso colectivo que pretende un cambio sistémico en la sociedad y, por otro lado;
el crowdlending que funciona de la misma manera, pero en forma de préstamos de alto
riesgo (Rocío Martínez Arroyo, 2020).

En la evolución del proceso de financiación, las empresas sociales, como cualquier


otra start-up, pasan por diferentes etapas hasta llegar a su madurez. Analizando el
momento en el que se encuentra cada una de esas empresas y el tipo de mercado en el que
se mueve, puede requerir de distintos tipos e importes de financiación según el momento
de vida en el que se encuentre (Rocío Martínez Arroyo, 2020):

1. En la fase de las primeras ideas y de su puesta en marcha es cuando de manera


habitual, más difícil se les hace a los emprendedores conseguir financiación, como
consecuencia del alto riesgo que tiene el proyecto y, el escaso flujo de ingresos

38
que proporciona. Es en ese tiempo cuando el emprendedor, una vez agotados sus
fondos, recurre a subvenciones o donaciones, así como los ingresos que pueden
venir por premios y tickets pequeños de inversión que normalmente además del
dinero, vienen acompañados de asesoramiento estratégico y de desarrollo de un
plan de negocio, así como contacto con aceleradores del mercado. El mix de
producto es la tónica general en este momento embrionario mientras el producto
o servicio se abre paso en el mercado y necesita una serie de fondos para su
correcto desarrollo. Estos fondos, suelen venir repartidos de distintas fuentes para
minimizar el riesgo individual y, como se ha especificado anteriormente suelen
ser: capital social, deuda y donaciones.

2. Durante las siguientes etapas de crecimiento, las iniciativas se empiezan a testear


el mercado para demostrar su potencial, para ser financieramente auto-sostenibles
y escalar su actividad. Durante esta etapa, debido a las necesidades específicas de
cada iniciativa se pueden utilizar instrumentos financieros flexibles como puede
ser la combinación de instrumentos (donaciones y deuda o capital) o instrumentos
de financiación hibrida que se adapten a las necesidades específicas de cada
iniciativa. Hay que tener en cuenta que estas aportaciones que ya suelen alcanzar
cifras, entre los cien mil y el millón de euros, se convierten en donaciones
excesivas, en muchos casos, para filántropos, y, sin embargo, parecen pequeñas
para otro tipo de inversor más institucional. Dicho esto, lo más común es que en
ese salto necesario para el crecimiento sostenible de la empresa y su escalabilidad,
no encuentre financiación por las razones expresadas y se extinga la empresa en
esa zona llamada “valle de la muerte”.

3. Al final y una vez que la empresa ya se muestra sólida y auto-sostenible


financieramente, se debe abordar la fase de escalado donde la empresa es capaz
de replicar su modelo para que su rentabilidad crezca y se consolide al igual que
lo debe hacer su impacto social en la sociedad. Esta fase es algo más sencilla en
la financiación porque el riesgo que siempre existe es más valorable y medible y

39
eso provoca que, el número de iniciativas al servicio del emprendedor social para
financiarse sea mucho más amplio.

6.4. Importancia del emprendimiento social

El fomento y desarrollo del emprendimiento social juegan un papel fundamental en


nuestra sociedad y en su contribución hacia el desarrollo de un mundo empresarial
sostenible. Recientemente estudios de la ONU han puesto de manifiesto que, para el
cumplimiento de los ODS, la inversión anual necesaria es de aproximadamente 6 trillones
de dólares de media y en la actualidad, de esa cifra, existe un 44% de déficit que ronda
un total de 2,6 trillones de dólares. Además, un estudio realizado por la UNEP “Finance
Iniciative Positive Impact” ha analizado que en torno al 96% de este déficit de inversión
se produce en los países en vías de desarrollo. Este dato es de gran importancia ya que
cabe señalar que la inversión privada en los países desarrollados se encuentra en torno a
un 63% del total requerido mientras que en los países en desarrollo baja a un 22% por el
riesgo que comportan las inversiones en los mismos. De aquí, podemos deducir la
importancia de una mayor contribución del sector privado en estos países para la
reducción del déficit ya que se podría reducir esta cifra en aproximadamente 1,8 trillones
de dólares. Todo esto nos lleva a pensar que para el cumplimiento de los ODS se requiere
el trabajo conjunto de individuos, organizaciones y demás partes del ecosistema para
promover un impacto positivo que sea duradero en el tiempo (Rocío Martínez Arroyo,
2020).

Esta problemática señala la importancia de los proyectos de emprendimiento social


para colaborar en la reducción del déficit en el cumplimiento de los ODS. Se trata de un
modelo perfectamente adaptado a la idea de buscar soluciones sostenibles, provocar un
cambio positivo en la sociedad, y, además, en busca de escalabilidad (Rocío Martínez
Arroyo, 2020). Concretamente en España, el emprendimiento social todavía no se
encuentra del todo asentado, tanto que, como se ha visto no existe ni una definición
unánime al respecto, pero es de vital importancia su desarrollo. Son proyectos que
generan una inversión a través de la cual, se trabaja contra las causas del problema al que
se quiere dar solución, todo ello, en concordancia con las ideas de sostenibilidad,
escalabilidad y replicabilidad. Además, abre la posibilidad de: analizar problemas desde

40
diferentes visiones, trabajar sobre ideas innovadoras para poner solución a los mismos,
poner en contacto a gente cualificada de diferentes sectores para lograr soluciones que
provoquen un mayor impacto, trasladar la idea de negocio a otros países para que también
pongan solución a dichos problemas sociales y generar un impacto social a mayor escala
(Rocío Martínez Arroyo, 2020).

Una de las prácticas fundamentales de las empresas sociales es que, se encargan de


poner solución a los problemas sociales a través cambios sistémicos en vez de, aportar
soluciones rápidas que “tapen agujeros”. Con cambio sistémico, se hace referencia a
aquellas empresas que, además de producir impacto con el trabajo que realizan, van un
paso más allá y, muestran un comportamiento ejemplar, una manera diferente de
producción responsable, una visión del mundo en la que se prioriza la contribución en la
mejora social comunitaria y no la búsqueda de su propio beneficio económico; todo ello
siendo posible la difusión y reproducción de su modelo en otras partes del mundo. Y, es
entonces cuando, se produce el cambio sistémico una vez el impacto creado en la sociedad
es tan grande que se genera un cambio social irreversible.

En definitiva, para poder contribuir con los ODS de manera directa, mediante la
resolución de problemáticas sociales y de manera indirecta, mediante la reducción del
déficit, hay que aumentar la concienciación de la necesidad de fomentar el
emprendimiento social que impulse cambios sistémicos (Bonet, 2020). En este sentido,
España tiene mucho campo de mejora porque existe poco apoyo a este sector por
desconocimiento general de su impacto positivo, la financiación es difícil de obtener
sobre todo en las fases de iniciación, hay pocos individuos cualificados que se animan a
emprender socialmente dadas las pocas ayudas que se ofrecen a este sector, existen pocos
sistemas que midan el impacto que generan estas empresas, las iniciativas que se llevan
a cabo suelen tener dificultad de réplica y una visión local y, a todo esto, hay que añadir
que no existe una regulación específica sobre la materia (Rocío Martínez Arroyo, 2020).

41
7. REALIDAD DE LAS EMPRESAS SOCIALES EN ESPAÑA

A continuación, se expondrán datos numéricos para poder establecer un marco que


delimite las características del emprendimiento social en España. En cuanto al nivel de
emprendimiento social, la tasa media de emprendimiento social mundial en fase de
iniciación, que mide la proporción de personas que se encuentran en edad de trabajar que
estén empezando o liderando alguna iniciativa, actividad u organización que priorice el
valor social o medioambiental sobre el económico y que hayan llevado a cabo acciones
en los últimos 12 meses para impulsarla, ronda en torno al 3,2% con diferencias
significativas entre países, desde Corea del Sur con un 0,3% hasta Perú que ronda un
índice en torno al 10,1%. España por su lado, apunta a cifras en torno al 1%, una cifra
menor al de la media mundial y menor a la media europea que se sitúa en un promedio
de 2,98% (ver Anexo 3) (Bosma, Schott, Tejersen, & Kew, 2016). Como se puede
observar, el emprendimiento social, aún con el auge que ha tenido en los últimos años,
sigue siendo un fenómeno reducido dentro del mundo del emprendimiento, ya que la tasa
media de emprendimiento comercial mundial es de un 7,6% y en España es de 6,4%
(Peña-Legazkue, Guerrero, L.González-Pernía, & Montero, 2019).

Las tasas sobre empresas sociales que ya se encuentran asentadas en el mercado no


difieren en gran medida, situándose en un promedio mundial del 3,7% que oscila entre el
0,4% en Irán y el 14% en Senegal y respecto España, sigue rondando en cifras que se
acercan al 1% (ver Anexo 5). Debido a la ausencia de un asentamiento total y efectivo de
un cuarto sector con un marco jurídico y económico que lo sustente adecuadamente,
muchos de las iniciativas de emprendimiento social mueren antes de estabilizarse en el
mercado. Esto queda señalado en el estudio realizado por GEM, que concluye que del 1%
de españoles que llevan a cabo iniciativas sociales, un 0,7% consigue estabilizar su
proyecto (Bosma, Schott, Tejersen, & Kew, 2016).

En cuanto las características de los emprendedores sociales, la brecha de género que


hay respecto a las empresas en el ámbito comercial es mayor que el que existe en el ámbito
social. Actualmente, un 55% de los emprendedores sociales son hombres y un 45%
mujeres, mientras que en el emprendimiento comercial el 60% son hombres y el 40%
mujeres. Otra de las características de estos emprendedores sociales es que suelen ser

42
jóvenes entre 18 y 34 años con inquietudes de cambiar el mundo (Bosma, Schott,
Tejersen, & Kew, 2016).

En España no existe un organismo encargado de recabar datos acerca del estado del
mercado de las empresas sociales y por lo tanto resulta difícil encontrar estadísticas que
incorporen datos sobre empresas sociales que no tengan las formas jurídicas tradicionales
establecidas en la ley de Economía Social (Centros especiales de empleo, empresas de
inserción, fundaciones, asociaciones y cooperativas de interés general).

La Confederación Española de la Economía Social (CEPES) ofrece algunas cifras


generales que ayudan a estimar la escala de este cuarto sector en España, identificada con
la definición que da la Unión Europea sobre la empresa social. Actualmente la Economía
social en España conforma un 10% del PIB, un 12,5% del empleo con 2,2 millones de
empleos directos e indirectos (Confederación Empresarial Española de Economía Social,
2018). La siguiente tabla muestra los datos disponibles de 2018 de las empresas de
Economía Social que existen en España según su forma jurídica:

Tabla 6 - Número de empresas de economía social en España

Empresas
Centros Otras
de Sociedades
Cooperativas especiales Fundaciones Asociaciones formas Total
inserción laborales
de empleo jurídicas
laboral

19.954 260 670 93 8.163 8.725 4.275 42.140

Nota: Elaboración propia. Datos de (Confederación Empresarial Española de


Economía Social, 2018)

En el ámbito de las cooperativas, existen muchas que, aun conformando parte de


la economía social española, no resultan de interés a este estudio porque no tienen un
fin social. En 2017, se estimó que únicamente 647 cooperativas tenían una iniciativa

43
social (Diaz, Marcuello, & Nogales, 2020). Basado en este dato, el País Vasco y
Andalucía se posicionan como líderes en el desarrollo de este sector, seguidos de
Cataluña y Madrid, pero en cada comunidad autónoma predominan diferentes
estructuras jurídicas. En Andalucía predominan las cooperativas de iniciativa social
con una cifra de 132 y los centros especiales de empleo que suman un total de 145,
mientras que, en Cataluña, País Vasco y Madrid la forma de cooperativa es la más
utilizada, sumando un total de 144, 141 y 96 respectivamente (Diaz, Marcuello, &
Nogales, 2020).

Las empresas sociales se encuentran representadas en numerosos sectores, siendo


más característica algún tipo de forma jurídica concreta para ciertas actividades. En
la actualidad, las empresas de inserción y los centros especiales de empleo se dedican
fundamentalmente al sector económico en sectores como limpieza, construcción
servicios personales, jardinería, reciclaje o fabricación en pequeña escala.

Tabla 7 – Sectores característicos de las empresas de Economía Social

FORMA JURÍDICA SECTOR PRINCIPAL OTROS SECTORES


Integración socio-laboral,
Cooperativas de Educación y servicios
manufacturero,
iniciativa social sociales.
administrativo.
Limpieza, cuidado Textil, construcción,
Empresas de inserción
medioambiente, servicios de
laboral
reciclaje. mantenimiento.
Manufacturero a pequeña
Centros especiales de escala, construcción,
Limpieza y jardinería.
empleo servicios de
mantenimiento, reciclaje.
Fundaciones y Educación, cultura y
Servicios sociales.
Asociaciones servicios médicos.
Búsqueda de la
Educación, finanzas,
sostenibilidad, apoyo al
Empresas sociales salud, trabajo social,
emprendimiento social y
consumo.
a la cultura.

44
Nota: Elaboración propia. Adaptada de (Diaz, Marcuello, & Nogales, 2020).

En la Tabla 7 se ha incluido una referencia a las empresas sociales, que como se ha


mencionado también son una parte de la economía social española. Al no existir
estadísticas sobre las empresas sociales y no habiendo podido incluir sus cifras en la Tabla
6, se ha utilizado una muestra de 50 empresas sociales españolas (Guindeo, Porro, &
Vernis, 2016) (Manzano, 2016) (ver Anexo 5) para poder establecer algunas
características sobre su tamaño, su forma jurídica, facturación media y localización. De
esta muestra se puede deducir que la mayoría de empresas sociales son de tamaño
pequeño entre microempresas y pymes, un 36% de ellas tienen menos de 10 trabajadores
y un 72% menos de 50. En cuanto a su facturación, el 78% no supera los 2 millones de
euros, el 44% no alcanza si quiera los 500.000 y únicamente un 4% supera los 10 millones
de euros. La forma jurídica más elegida es la de Sociedad Limitada con una mayoría del
66% por las características que tiene de fácil acceso al capital y limitación de la
responsabilidad de sus socios que se mencionan anteriormente en el trabajo. También
destacan las cooperativas de iniciativa social con un 12% y las fundaciones y asociaciones
que conforman el 22%. Finalmente, la Comunidad Autónoma con más iniciativas de
empresas sociales es Cataluña con un 40%, seguida de Madrid, País Vasco y Andalucía
con un 24%, 10% y 6% respectivamente.

45
8. CONTRIBUCIÓN AL EMPRENDIMIENTO SOCIAL EN LA
UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE COMILLAS

A lo largo del trabajo, ha quedado de manifiesto la importancia que ha cobrado el


ámbito social en el mundo empresarial, el significado de una empresa social y el
incipiente nacimiento de un cuarto sector que lo sustente. Todo ello, hace evidente la
necesidad de avanzar hacia este tipo de empresas para lograr una sociedad sostenible a
futuro y colaborar en el cumplimiento de los ODS. Por ello, resulta interesante ver el
papel que puede desarrollar la Universidad Pontificia de Comillas para aportar su granito
de arena en este sector ya que tiene a su alcance mecanismos para fomentar y ayudar al
desarrollo de empresas más sostenibles. La propuesta está enfocada en establecer un plan
mediante el que se colabore con estas empresas a través de la implementación de unos
criterios sociales a la hora de contratar a proveedores. Dicho esto, la Universidad tiene en
su poder la formación de cientos de alumnos y está en su mano promover este tipo de
iniciativas de emprendimiento social y dar a conocer todas las posibilidades que existen
de contribuir a mejorar la sociedad en la que vivimos utilizando como herramienta a las
empresas, como ya enseña a través de sus actividades de Consultoría Social o Clínica
Jurídica.

Ya ha quedado resaltado la importancia de incidir sobre el avance de las empresas


sostenibles y responsables, pero ahora pongámoslo en conexión con la importancia que
cobra para la Universidad colaborar de manera integral con estas iniciativas por ser
consecuentes con lo que dictan los valores que sostienen la identidad de la misma y por
lo que dicta el Código de conducta de las empresas de la Compañía de Jesús, aplicable a
la Universidad Pontificia de Comillas en su totalidad. Pues bien, el fin institucional que
persigue la Compañía de Jesús en todas sus labores e instituciones “es la promoción del
bien integral de todas aquellas personas con las que entra en contacto por medio de
ellas. Ese fin es formulado también como «servicio de Dios y ayuda de los prójimos»
(Compañía de Jesús, 2018) y establece que la manera de conseguir ese fin será mediante
la utilización de sus propios miembros o de aquellos que se encuentren bajo su mando
mediante una relación laboral. Por otro lado, si hacemos referencia a los valores de la
Universidad existen algunos muy relevantes respecto de esta temática como son: la
búsqueda de aplicación práctica de la enseñanza para resolver problemas del hombre en
el mundo, la formación integral de los alumnos respecto a la responsabilidad y el servicio

46
a los demás, la instauración del sentido crítico en sus alumnos para no ser impasibles ante
los problemas que les rodean, la primacía de los valores humanos y el mantenimiento de
la identidad religiosa católica, manteniendo en concordancia sus fines con aquellos que
propone la Iglesia. Todo ello hace imprescindible que la Universidad se convierta en
transmisor e instigador de esos valores no solo a nivel interno sino también a lo largo de
toda su cadena de valor.

La metodología que se va a aplicar para la implementación de criterios de compra


responsable en la Universidad Pontificia de Comillas es la desarrollada por Charlotte
Leire y Oksana Mont en su estudio sobre la estrategia utilizada por empresas suecas en
esta materia (Leire & Mont, 2009). Este plan está dividido en 5 pasos definidos a
continuación:

1. Desarrollo de una política interna hacia la responsabilidad social.


2. Implementación de una política de contratación responsable de proveedores.
3. Aplicación de políticas de control sobre los proveedores.
4. Relación con los proveedores.
5. Desarrollo interno hacia una política de compra responsable.

Véase a continuación la aplicación práctica de estos pasos para su instauración en la


Universidad Pontificia de Comillas.

8.1. Desarrollo de una política interna hacia la responsabilidad social

En primer lugar, será necesario que exista una política interna descrita en algún
documento en la que se exprese la voluntad de alinear el fin de la empresa con un
compromiso de colaboración y responsabilidad con el mundo que nos rodea. En el caso
de la Universidad, esta idea queda plasmada y comunicada a través del Código de
Conducta de las instituciones de la Compañía de Jesús. En este Código se establecen una
serie de valores que se deben transmitir a todos los trabajadores de la empresa y a todos
aquellos que colaboren con la misma. De los mismos destacamos: cooperación al bien
común de la sociedad, responsabilidad social y vocación al servicio de los demás, no
discriminación e igualdad de oportunidades, respeto al medioambiente y búsqueda de la
justicia y la paz (Compañía de Jesús, 2018).

47
Por otro lado, en lo que respecta a sus relaciones con proveedores se establece que su
selección deberá realizarse de una manera objetiva y transparente y en la evaluación de
los distintos candidatos se tendrán en cuenta la calidad y precio del servicio siempre que
se concilie con una actitud ética y responsable del proveedor, que les permita establecer
una relación estable y duradera (Compañía de Jesús, 2018). Es interesante poner en
conexión este principio de relación con los proveedores con uno de los principios
generales que también viene establecido en el Código que dice así: “las actividades e
instituciones regentadas por la Compañía en España y quienes trabajan en ella, de
cualquier modo que sea, han de proceder de modo positivamente congruente con el fin
institucional perseguido por ella” (Compañía de Jesús, 2018) y como se ha mencionado
antes, el fin de la Compañía se basa en la ayuda al prójimo. En torno a esta ayuda al
prójimo, las Preferencias Apostólicas Universales establecen el “acompañamiento a
jóvenes en la creación de un espíritu esperanzador” (Sosa, 2019) como uno de los
principales objetivos, labor que engloba el fin de la Universidad. Si extendemos este
concepto al ámbito de la Universidad será interesante dirigir la política de contratación
de los proveedores hacia el fin más concreto de la propia Universidad que supone, la
formación de personas para que puedan integrarse en un mundo laboral en el que
promuevan la justicia y la utilidad para la sociedad. Por ello, será interesante favorecer la
contratación de proveedores que compartan esos mismos valores y que cuenten con
programas o iniciativas que favorezcan la formación e integración socio-laboral de
personas y de esta manera, se estaría en concordancia con el fin de la Compañía y con el
fin de la Universidad. Si se desarrolla esta política de manera eficiente, se podrá convertir
en una ventaja competitiva de la Universidad siempre que los altos directivos entiendan
los cambios que se tienen que realizar para avanzar hacia un sistema de contratación
responsable y éstos se transmitan y apliquen correctamente.

8.2. Implementación de una política de contratación responsable de proveedores

El primer paso fundamental para poder establecer un sistema de contratación


responsable de proveedores es que el sistema de contratación sea transparente. Para ello
se debe evaluar a todos los proveedores con unos criterios comunes y objetivos que
deberán ser puestos a disposición de los mismos para que sepan las medidas sobre las que
se les va a evaluar antes de la presentación de su oferta. El método más comúnmente
utilizado para la contratación transparente es el que se usa en la contratación pública a

48
través de licitaciones o concursos. Actualmente la Universidad Pontificia de Comillas no
cuenta con un sistema de licitaciones para su contratación y, por lo tanto, dada su difícil
implantación en toda la cadena de valor, la propuesta se basa en una aplicación gradual
de esta política. Esta aplicación gradual se centra en comenzar la aplicación del sistema
de contratación sobre los proveedores más importantes de la Universidad, desde el punto
económico, que serían los servicios de mantenimiento y limpieza. Cabe resaltar que los
proveedores dedicados a la enseñanza suponen uno de los mayores gastos, pero un
sistema pensado para favorecer a aquellas empresas que invierten en formación y
enseñanza no resulta de utilidad si se aplica a empresas que de por sí, se dedican a ello.
Los siguientes sectores sobre los que se podría avanzar serán: seguridad, publicidad,
consultoría y papelería.

Esta política se basa en un sistema de evaluación por puntos valorando


fundamentalmente 6 aspectos de los proveedores que son:

1. Criterios relativos al servicio ofrecido.


2. Criterios relativos a la calidad.
3. Criterios relativos al precio.
4. Criterios relativos a la innovación.
5. Criterios relativos a la tecnología.
6. Criterios relativos a su contribución social en relación a la educación y la
integración socio-laboral.

El sistema de puntos se basa en un total de 100 puntos distribuidos entre los 6


apartados mencionados, pudiendo dotarse de un máximo de: 15 puntos a los criterios de
servicio, 18 puntos a la calidad, 35 puntos al precio, 6 puntos a la innovación, 6 puntos a
la tecnología y 20 puntos a lo social. El sistema de evaluación está basado en una
entrevista realizada a un miembro de AERCE (Rey, 2020).

Se trata de un sistema de gran utilidad ya que permite a la Universidad fijar unos


criterios sobre los que guiarse a la hora de contratar, pero no cierra la posibilidad a
contratar a ciertas empresas al no exigir un mínimo de puntuación sino buscar la mayor
puntuación dentro del sector que se esté evaluando. En cuanto a empresas sociales, este
método favorece su contratación, pero tampoco lo exige ya que eso limitaría

49
enormemente la aplicación práctica real del sistema porque como se ha concluido, puede
ser que no existan empresas sociales en un servicio concreto o que simplemente por su
tamaño generalmente pequeño, no sean capaces de abastecer la demanda de la
Universidad.

Debido a que se trata de un comienzo para adaptarse a un nuevo tipo de contratación


resulta difícil establecer unos criterios aritméticos para evaluar a los proveedores de los
diferentes sectores, pero a medida que se vaya instaurando se podrán definir más
concretamente los rangos de puntuación, una vez se haya creado una curva de experiencia
sobre el tipo de proveedores que presentan sus ofertas y sobre las características que
tienen sus empresas. Los criterios definidos a continuación sirven como un punto de
partida para orientar los futuros avances que se puedan realizar sobre este campo.

A. REQUISITOS GENERALES APLICABLES EN LA EVALUACIÓN DE


TODAS LAS CONTRATACIONES

En primer lugar, es necesario definir una serie de criterios que aplican a todo el
sistema de evaluación presentado a continuación. Estos criterios deben ser objetivos, no
discriminatorios e inevitablemente estarán ajustados al presupuesto que tienen la
Universidad en relación a sus proveedores. Se preponderarán los criterios que se puedan
medir de manera objetiva sobre los que requieran un juicio valorativo conformando los
primeros el 80% de la decisión sobre la puntuación y los segundos el 20%.

En lo que se refiere a los criterios del servicio se debe establecer una cantidad mínima
de abastecimiento según la necesidad de la Universidad en relación a los diferentes
servicios y ésta conformará uno de los requisitos mínimos para poder evaluar al
proveedor. Dicho esto, nada limita la división en lotes de cualquier servicio que sea
susceptible de división en unidades funcionales, cuantitativas o incluso entre las distintas
sedes de la Universidad. De esta manera, se puede favorecer a la contratación de pymes
entre las que se incluyen la mayoría de empresas sociales.

Por otro lado, en los criterios económicos la base para la evaluación será el
presupuesto. Se valorará la adecuación de todas las alternativas de precio sobre la base
que se haya establecido en el presupuesto de ese determinado sector.

50
Por último, en cuanto a los criterios sociales existen unos mínimos que serán de
obligado cumplimiento para todos los proveedores y también servirán como requisito
mínimo para la evaluación de ese proveedor mediante el sistema de puntos. Estos criterios
mínimos serán:

- Cumplimiento de la legalidad.
- Respeto a los Derechos Humanos y laborales.
- Profesionalidad e integridad.
- No discriminación e igualdad de trato.
- Seguridad y salud en el trabajo.
- Conciliación vida personal y familiar.
- Respeto al medioambiente.

B. CRITERIOS SOBRE EL SERVICIO – máximo de 15 puntos

Tabla 8 – Criterios de valoración del servicio de los proveedores

ASPECTOS PARA SU PUNTUACIÓN


CRITERIO
VALORACIÓN MÁXIMA
- Nivel de producción o capacidad de
abastecimiento de la empresa
CAPACIDAD siempre que pueda cumplir con el Hasta 5 puntos
mínimo requerido
- Plazos de entrega
- Garantías
CONDICIONES
- Servicio post-venta Hasta 5 puntos
CONTRACTUALES
- Formas de pago
- Número de años en el sector
- Referencias de clientes
EXPERIENCIA Hasta 5 puntos
- Gama de servicios
- Situación financiera

Nota: elaboración propia.

C. CRITERIOS SOBRE LA CALIDAD – máximo 18 puntos

Tabla 9 – Criterios de valoración de la calidad de los proveedores

51
ASPECTOS PARA SU PUNTUACIÓN
CRITERIO
VALORACIÓN MÁXIMA
- Conformidad
CALIDAD DEL - Seguridad
SUMINISTRO - Funcionalidad Hasta 14 puntos
- Diseño
- Legalidad
- Certificaciones ambientales
- Control de residuos
SOSTENIBILIDAD - Huella de carbono Hasta 4 puntos
- Reciclaje
- Salud ambiental

Nota: elaboración propia

D. CRITERIOS ECONÓMICOS – máximo 35 puntos

Tabla 10 – Criterios de valoración del precio de los proveedores

PUNTUACIÓN
CRITERIO ASPECTOS PARA SU VALORACIÓN
MÁXIMA
- Tendrá que ser un precio que entre
dentro del presupuesto de la
Universidad.
- Se tendrán en cuenta los gastos
adicionales para obtener un precio
PRECIO objetivo. Hasta 35 puntos
- Se dotará de una puntuación mínima de
10 puntos a aquellos que cumplan con
el presupuesto. Por cada punto
porcentual por debajo del presupuesto
se sumarán 2 puntos.

Nota: elaboración propia

E. CRITERIOS SOBRE INNOVACIÓN – máximo de 6 puntos

Tabla 11 – Criterios de valoración de la innovación de los proveedores

ASPECTOS PARA SU PUNTUACIÓN


CRITERIO
VALORACIÓN MÁXIMA
- Inversión en I+D.
Hasta 6 puntos

52
- Diferenciación de productos o
INNOVACIÓN servicios.
- Patentes.
- Capacidad de adaptación a nuevas
realidades.

Nota: elaboración propia

F. CRITERIOS SOBRE TECNOLOGÍA – máximo de 6 puntos

Tabla 12 – Criterios de valoración de la tecnología de los proveedores

PUNTUACIÓN
CRITERIO ASPECTOS PARA SU VALORACIÓN
MÁXIMA
- Inversión en tecnología.
- Maquinaria y recursos utilizados.
TECNOLOGÍA - Capacitación técnica del personal. Hasta 6 puntos
- Automatización de procesos.

Nota: elaboración propia

G. CRITERIOS SOCIALES - máximo de 20 puntos

Antes de abordar la forma en que se debe valorar este aspecto social, será útil realizar
unas puntualizaciones:

- Los criterios sociales están orientados a favorecer a aquellas empresas que tienen
objetivos sociales alineados con el fin de la Universidad, estos son proveedores
que tengan instauradas políticas de formación y de inclusión socio-laboral
independientemente del servicio que ofrezcan. La razón por la que los criterios
sociales deben coincidir con el fin de la Universidad es porque, de esta manera no
solo se consigue fomentar un mayor impacto hacia este objetivo, sino que,
además, al ser el campo de la formación un sector conocido por la misma, ésta
podrá guiar a sus proveedores sobre cómo mejorar este ámbito e incluso crear
sinergias y también provocará que el trabajo de evaluación y control de estos
criterios sea mucho menos costoso. Además, al medir a todos bajo un mismo
criterio social la valoración es más objetiva y actualmente encontrar empresas que
realicen algún tipo de acción en el ámbito formativo no resulta difícil, como afirma

53
un estudio realizado por el Ministerio de Empleo en 2015 que señala que el 77%
de las empresas españolas realizan acciones formativas (Europa Press, 2017).

- Como ha quedado resaltado, en España no es fácil establecer una línea divisoria


entre las empresas de economía social y las empresas sociales y, por lo tanto, lo
más fácil será favorecer a ambas en los criterios de contratación. Pero no solo se
favorecerá a aquellas empresas de esta índole sino también a aquellas que sin tener
esa certificación de “sociales” crean algún impacto positivo en el área de la
educación o la inclusión socio-laboral. Con impacto social positivo se hace
referencia a aquellas transformaciones en la vida de las personas que se producen
a través de una acción, proyecto u organización. Es necesario que para valorar los
indicadores de impacto se tenga en cuenta la medida de “transformación de la vida
de las personas”, de tal manera que, en el ámbito de la formación el indicador de
impacto no sería el número de horas dedicadas a la formación sino el número de
personas que han podido acceder al mundo laboral por esa formación o el número
de personas que han ascendido o aumentado su salario gracias a ello. Para
encontrar diversos indicadores de impacto una herramienta muy interesante es la
creada por B Lab denominada B Impact Assesment Standards Navigator y algunos
de ellos se exponen a continuación (B Lab, 2020):

Tabla 13 – Criterios sociales de valoración de los proveedores

PUNTUACIÓN
CRITERIO ASPECTOS PARA SU VALORACIÓN
MÁXIMA

- ¿De qué manera fomenta la empresa la


formación profesional?
- ¿Se da al menos capacitación básica a
los empleados para desarrollar su
trabajo con éxito?
EMPRESAS DE
- ¿En los últimos 12 meses cual ha sido
ECONOMÍA
el promedio de horas de formación de
SOCIAL O CON
los trabajadores?
IMPACTO
- ¿Tienen algún método para medir el
SOCIAL EN EL
“éxito” de sus programas de
ÁREA DE LA
formación? ¿Cuántas veces lo aplican?
EDUCACIÓN O Hasta 20 puntos
- ¿Provoca algún tipo de impacto
DE INCLUSIÓN
significativo para la vida del trabajador
SOCIO-
la asistencia a la formación?
LABORAL

54
- ¿La empresa tienen algún tipo de
formación para mejorar las
oportunidades laborales de personas en
riesgo de exclusión en el mundo
laboral?
- ¿Existe alguna política de inclusión
socio-laboral?
- ¿Existe alguna persona discapacitada o
con difícil acceso al mundo laboral que
esté contratada por la empresa? En caso
de tener:
o ¿Qué porcentaje de la plantilla
conforman estas personas?
o ¿Cómo es su proceso de selección?
o ¿Cuántos están afiliados a la
Seguridad Social?
o ¿Cómo son sus contratos, fijos o
temporales?
o ¿Cómo es su salario? ¿Se paga al
menos el SMI?
- ¿Colaboran con algún proyecto u
organización que destine recursos a la
educación o formación de personas
vulnerables?

Nota: elaboración propia

Para concretarlo en el ámbito de la limpieza, como principal gasto de la


Universidad, en los diversos criterios se pondría el foco en:

- En cuanto al servicio: abastecimiento a todas las sedes de la Universidad, agilidad


y disponibilidad ante urgencias, asesoramiento a la Universidad sobre cambios
normativos en el sector, aparición de nuevos productos o formas de organización
que sean más eficientes, número de años en el sector, gestión de diferentes
superficies, referencias de clientes, un equipo cualificado.

- En cuanto a calidad del suministro: seguridad y adecuación de los productos


utilizados, sellos de calidad, gestión personalizada y adaptación del servicio de
limpieza a las necesidades de la Universidad, proporcionada gestión del tiempo y
de los empleados, utilización de productos sostenibles, consumos de agua y energía,
reciclaje, control de residuos, control de la huella de carbono.

55
- En cuanto al precio: criterio objetivo aplicable de la misma manera a todos los
proveedores.

- En cuanto a la innovación: incorporación de la innovación en el desarrollo de su


servicio, inversión en investigación, desarrollo de sus propios productos de
limpieza, capacidad de adaptación a nuevas realidades como puede ser la necesidad
de desinfección de un virus.

- En cuanto a la tecnología: adecuación de la maquinaria y productos de limpieza a


la actualidad, capacitación del personal para el uso de las tecnologías.

- En cuanto a los criterios sociales en el ámbito de la formación e inclusión socio-


laboral: criterio objetivo aplicable de la misma manera a todos los proveedores.

8.3. Aplicación de políticas de control sobre los proveedores

En el proceso de implantación de este tipo de sistemas, será fundamental la creación


de herramientas para poder controlar y evaluar que las empresas que certifican cumplir
determinados requisitos sociales los mantienen a lo largo de la vida del contrato. Este
factor en muchas ocasiones supone una gran barrera de entrada a la hora de proceder con
este tipo de contrataciones ya que puede llevar mucho tiempo y dinero y generalmente la
forma más eficaz de conseguirlo es a través de auditorías realizadas sobre el proveedor,
lo que supone una inversión que en muchos casos no abarca el presupuesto. Para evitar
esto, existen varias alternativas:

- Depositar la carga de la prueba sobre la acreditación del cumplimiento en el


proveedor de tal manera que deba aportar documentos anualmente que lo
certifiquen de manera suficiente. La forma más eficiente de hacerlo es a través de
la creación de una serie de modelos estandarizados que se puedan otorgar a todos
los proveedores para que los rellenen y valorarlos siempre bajo los mismos
parámetros, pero en una primera implantación esto resulta una labor complicada.
Por lo que, para un comienzo, algunas de las certificaciones generales que podrían
requerirse son:

56
o Certificado sobre el número de trabajadores discapacitados o en situación
de vulnerabilidad afiliados a la Seguridad Social.
o Subvenciones del Estado recibidas por su contribución social.
o Contratos sobre los cursos de formación de sus trabajadores.
o Contrato de un técnico de inserción socio-laboral que se dedique a formar
y orientar a las personas del proyecto de inserción.
o Número de ascensos de la plantilla en el último año tras una formación
impartida por la empresa.
o Certificados de contribuciones dinerarias a alguna causa social de
educación o inclusión socio-laboral.

- La contratación con empresas que tengan un certificado que garantice su aspecto


social como pueden ser el sello “B Corp”, encontrarse en la “Bolsa Social”, que
algún fondo social haya invertido en la misma, o que la empresa sea generalmente
conocida por su aspecto social de tal manera que no ofrezca dudas, como puede
ser por ejemplo contratar con Ilunion.

- Otra de las opciones sería reducir el número de proveedores y establecer


relaciones a largo plazo con las existentes de forma que se establezca una relación
de confianza que reduzca así la necesidad de auditorías e inspecciones. Esta
opción tiene el peligro de que puede ser perjudicial para las pequeñas y medianas
empresas que no puedan abastecer la totalidad de la demanda de la Universidad,
como suele ser el caso de las empresas de economía social.

8.4. Relación con los proveedores.

La fijación de la relación con los proveedores previo al contrato es una tarea


fundamental a la que no se le suele dar demasiada importancia en la implantación de estos
sistemas de contratación. Esta labor consiste en establecer las consecuencias que se darían
en caso de que se incumpla alguno de los criterios por los cuales se contrató a ese
proveedor concreto. Será fundamental establecer los criterios sociales como una cláusula
exigible del contrato para que puedan ser causa de resolución del contrato al igual que el

57
incumplimiento de cualquier otra característica del servicio. En caso de incumplimiento
de alguno de los criterios sociales se llevarán a cabo los siguientes pasos:

1. Evaluar el grado de incumplimiento y la factibilidad de su corrección.


2. En caso de que sea posible su corrección y el proveedor muestre voluntad de
remediarlo, se establecerá un tiempo prudencial para que el proveedor realice la
acción correctiva.
3. Ofrecer ayudas por parte la Universidad para posibilitar la corrección. Un ejemplo
podría ser: ceder la utilización de un aula y recursos del centro universitario para
que un proveedor pueda impartir un curso de formación.
4. En caso de no poder remedio al incumplimiento se valorará la rescisión del
contrato.

8.5. Desarrollo interno hacia una política de compra responsable

Por último, la Universidad no se debe limitar a exigir comportamientos a sus


proveedores, sino que, además, deberá fomentar y favorecer estas prácticas. Esto lo debe
hacer a través de dos vías:

- Establecer condiciones y facilidades para que las empresas puedan llevar a cabo
sus prácticas sociales siendo consecuente con aquello que se exige. Por ejemplo,
no se podrá requerir que se contrate a gente discapacitada y a su vez, no permitir
que ellos realicen parte del servicio en la Universidad o establecer un presupuesto
tan ajustado que dificulte al proveedor la incorporación de los mismos.

- Deber de comunicación tanto internamente como externamente, sobre la


instauración de esta política de compra responsable y su impacto. En primer lugar,
se debe informar a los empleados de la Universidad para que las conozcan y actúen
alineados a ellas. En segundo lugar, debe de existir un diálogo fluido con los
proveedores para obtener feedback y avanzar en estas políticas de una manera
coherente. Por último, el análisis y comunicación a todos los stakeholders del
impacto positivo que genera cada compra responsable es fundamental y una forma
de hacerlo es a través de la publicación de informes anuales.

58
9. CONCLUSIONES

PRIMERO – La inquietud por contribuir a generar cambios sociales y


medioambientales positivos ha irrumpido con gran fuerza en el mundo empresarial. Ha
conllevado el desarrollo de políticas tendentes a conseguir la instauración de la
responsabilidad social en las empresas, como son la elaboración de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible de la ONU y la obligación de las empresas de reportar sus datos
sobre responsabilidad social que ha generado que en 2018 el 75% de las empresas
incluyesen en sus reportes este tipo de datos.

SEGUNDA – Existe gran confusión y ambigüedad en torno al concepto de “empresa


social” a nivel europeo y a nivel mundial. En España su definición está ligada al ámbito
de la economía social sin establecer diferencias, pero en realidad, no hacen referencia a
lo mismo. La definición que da la Comisión Europea acerca de la empresa social incluye
características de innovación, escalabilidad y una estructura de mercado que el término
de economía social no exige. En definitiva, toda empresa social es economía social, pero
no toda economía social es empresa social. Una regulación concreta sobre esta materia
sería de gran utilidad para dar publicidad a este tipo de empresas y facilitar la
identificación a aquellos que quieran contratar con ellas.

TERCERA – Existen infinidad de clasificaciones que se pueden realizar acerca de


las empresas sociales según el criterio que se quiera utilizar. Esto resalta el auge que
existe en el desarrollo de estas empresas y la gran variedad de sus características, con sus
diferentes estructuras de negocio, sus diversos sectores, sus múltiples causas sociales y
medioambientales o sus distintas formas de financiación. Esto hace evidente la necesidad
de la aparición de un cuarto sector, que comienza a asomarse para desarrollar un
ecosistema que ampare e impulse de manera exponencial el emprendimiento social.

CUARTO – El emprendimiento social en España es menor que la media del mundo


y de Europa y sigue existiendo una primacía del emprendimiento comercial. Los
emprendedores de estas características suelen ser jóvenes y hay más emprendedores
hombres, pero la brecha de género es menor que en el comercial. Las empresas suelen ser
pymes o microempresas, constituidas en diversas formas jurídicas, pero entre las que se
sitúa la Sociedad Limitada como predominante y las CCAA que se muestran a la cabeza

59
de estas iniciativas son Cataluña, País Vasco, Madrid y Andalucía. La ambigüedad del
término de empresa social hace difícil que existan datos fiables y exactos sobre la realidad
de este sector en España, lo que supone otra gran razón por la que trabajar en la
elaboración de una definición o regulación más concreta.

QUINTO – La Universidad Pontificia de Comillas como institución perteneciente a la


Compañía de Jesús que busca como fin la ayuda al prójimo y como promotora del cambio
a través de la educación de sus alumnos, debe instigar y promover sus valores en toda su
cadena de valor a través de la instauración de una política de compra responsable. Esta
política de compra responsable debe ir orientada a favorecer la contratación de empresas
que generen un impacto positivo en el ámbito de la formación y la inclusión socio-laboral.
Su implantación debe ser gradual por el esfuerzo inicial que supone, comenzando por la
instauración de un sistema de contratación transparente y basado en criterios objetivos.
De esta manera, la Universidad logrará un mayor impacto en la consecución de su propio
fin y, además, favorecerá la tendencia de incorporar objetivos sociales en las empresas y
la contratación de empresas sociales. El sistema de evaluación está basado en un sistema
de puntos fundado en unos criterios que se imparten en la escuela de AERCE que son
expertos en compras, contratación y aprovisionamiento y que giran en torno a cinco
aspectos que son: el servicio, la calidad, el precio, la innovación, la tecnología y, a estos
se ha añadido un sexto criterio, el social, ya que conforma el principal objetivo de este
trabajo. Además, la implantación de esta política y la evaluación de los proveedores no
será efectiva si ello no va seguido de unas medidas de control sobre los proveedores que
no requieran excesivos costes para la Universidad depositando la carga de la prueba
principalmente en el proveedor, el establecimiento de un sistema de actuación en caso de
incumplimiento en el que la Universidad colabore en la corrección de la desviación y una
comunicación integral a todos los stakeholders de los objetivos conseguidos con la
instauración de estas medidas.

60
10. BIBLIOGRAFÍA

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66
11. ANEXOS

Anexo 1 – Objetivos de desarrollo sostenible

Nota: (Naciones Unidas, 2015)

67
Anexo 2 – Aumento de los reportes de la responsabilidad social empresarial en relación
con la muestra de N100 (En referencia a 4.900 empresas situadas en 49 países)

Nota: (King, 2017)

68
Anexo 3 – Tasa media de emprendimiento social en fase de iniciación en las 58
economías analizadas en el Informe especial GEM sobre emprendimiento social

Nota: (Bosma, Schott, Tejersen, & Kew, 2016)

69
Anexo 4 – Tasa media de emprendimiento social en funcionamiento en las 58 economías
analizadas en el Informe especial GEM sobre emprendimiento social

Nota: (Bosma, Schott, Tejersen, & Kew, 2016)

70
Anexo 5 – Muestra de 50 empresas sociales españolas
FORMA FACTURACIÓN SECTOR SECTOR DE
TRABAJADORES CCAA
JURÍDICA (euros) PRODUCTIVO IMPACTO
o Ayuda a la
o Actividades dependencia
1 Aptent 11 SL 201.000-250.000 Madrid
artísticas o Inclusión socio-
laboral
o Ayuda a la
3.500.000- o Industria dependencia
2 Batec mobility 34 SL Cataluña
4.000.000 manufacturera o Inclusión socio-
laboral
Cognitiva
o Sanitario y o Ayuda a la
3 Unidad de 8 SL 351.000-400.000 Madrid
servicios sociales dependencia
Memoria
o Información y o Inclusión socio-
4 Directo Telmark 45 SL 401.000-450.000 Andalucía
Comunicaciones laboral
o Sanitario y o Ayuda a
5 Irisbond 6 SL 301.000-350.000 País Vasco
servicios sociales discapacitados
Job o Informática y o Ayuda a
6 11 SL 401.000-450.000 Navarra
Accomodation electrónica discapacitados
1.000.000- o Informática y o Ayuda a
7 Mass Factory 5 SL Cataluña
1.600.000 electrónica discapacitados
1.000.000- o Informática y o Inclusión socio-
8 Specialisterne 150 SL Cataluña
2.500.000 electrónica laboral
7.000.000- o Sanitario y o Inclusión socio-
9 Aspanias Burgos 500 Fundación Burgos
8.000.000 servicios sociales laboral
o Agricultura, o Desarrollo
Bajoelagua ganadería, educativo
10 4 SL < 500.000 País Vasco
factory silvicultura y o Mejora
pesca medioambiente
o Inclusión socio-
laboral
11 Bioservice 21 Cooperativa 851.000-900.000 País Vasco o Consumo
o Mejora
medioambiente
o Inclusión socio-
laboral
12 Concepto I 2 SL 151.000-200.000 Galicia o Consumo
o Mejora
medioambiente
o Comercio justo
13 Coshop 10 SL 451.000-500.000 Cataluña o Consumo textil
y/o local
o Acceso a
o Construcción e
14 Ecodeme 15 SL 501.000-550.000 Madrid viviendas
inmobiliario
/desarrollo rural
o Agricultura,
ganadería, o Inclusión socio-
15 Huertas Soria 36 SL > 2.500.000 Castilla y León
silvicultura y laboral
pesca
o Inclusión socio-
1.000.001- o Energía y laboral
16 Sorbcontrol 15 SL Cataluña
2.500.000 medioambiente o Mejora
medioambiente
o Inclusión socio-
o Energía y laboral
17 Grupo Sylvestris 14 SL 151.000-200.000 Madrid
medioambiente o Mejora
medioambiente
o Transporte,
o Mejora
18 Txita 8 SL 201.000-250.000 País Vasco almacenamiento y
medioambiente
logística
o Actividades
artísticas, o Conciencia
19 Parallel 40 9 SL 801.000-850.000 Cataluña
recreativas y de ciudadana
entretenimiento
o Actividades o Desarrollo
artísticas, educativo
20 Thinkids project 8 SL < 50.000 Madrid
recreativas y de o Inclusión socio-
entretenimiento laboral
Fundación
o Inclusión socio-
21 Pharos Recovery 9 Fundación /SL 301.000-350.000 Cádiz o Sanitario
laboral
Spain
o Ayuda a la
Gran Vallès o Sanitario y dependencia
22 4 SL 351.000-400.000 Cataluña
assistencial servicios sociales Inclusión socio-
laboral
o Informática y
23 Inhealth 38 SL 701.000-750.000 País Vasco o Salud
electrónica
o Sanitario y o Inclusión socio-
24 Mylife 250 Fundación <50.000 Cataluña
servicios sociales laboral

71
o Conciencia
Piel de mariposa 1.500.000- o Comercio al por
25 39 Asociación Andalucía ciudadana
debra 2.000.000 menor
o Salud
o Ayuda a la
Sacendi SL - 1.500.000- o Sanitario y
26 80 SL Galicia dependencia
Saraiva 3.000.000 servicios sociales
o Salud
27 Siel Bleu España 56 Fundación 401.000-450.000 Cataluña o Deportivo o Salud
o Inclusión socio-
laboral
28 Apuntadas 10 SL 251.000-300.000 Valencia o Textil
o Mejora
medioambiente
o Agricultura, o Agricultura
Teb Verd - Bolet ganadería, orgánica
29 10 Cooperativa 201.000-250.000 Cataluña
Ben Fet silvicultura y o Inclusión socio-
pesca laboral
Fuundación 1.001.000- o Inclusión socio-
30 130 Fundación Cataluña o Farmacéutico
DAU 2.000.000 laboral
Hornos 2.001.000- o Alimentación y o Inclusión socio-
31 76 SA Galicia
Lamastelle 3.000.000 bebidas laboral
Cooperativa y o Alimentación y o Inclusión socio-
32 La Fageda 307 >20.000.000 Cataluña
fundación bebidas laboral
o Agricultura, o Agricultura
ganadería, orgánica
33 La Tavella 15 SL 650.000-700.000 Cataluña
silvicultura y o Inclusión socio-
pesca laboral
o Inclusión socio-
laboral
34 L'estoc 6 Cooperativa 101.000-150.000 Cataluña o Mobiliario
o Mejora
medioambiente
3.001.000- o Sanitario y o Inclusión socio-
35 Ilersis 219 Fundación Cataluña
4.000.000 servicios sociales laboral
o Inclusión socio-
36 SoulEM 5 SL <300.000 Madrid o Manufacturero
laboral
3.000.000- o Mejora
37 Nostoc Biotech 33 SL Madrid o Agricultura
3.500.000 medioambiente
1.001.000- o Información y o Inclusión
38 Apunts 89 SL Cataluña
2.000.000 comunicaciones sociol-aboral
o Artistico,
Fundación 1.001.000- actividades de o Inclusión socio-
39 148 Fundación Cataluña
Onada 2.000.000 entretenimiento y laboral
recreativas
Cocemfe Toledo
1.500.000- Castilla La o Inclusión socio-
40 Servicios 127 SL o Manufacturero
3.000.000 Mancha laboral
Múltiples
o Alimentación y o Inclusión socio-
41 Menja Futur Ei 8 SL 451.000-500.000 Cataluña
bebidas laboral
3.001.000- o Inclusión socio-
42 Moltacte 50 Cooperativa Cataluña o Textil
4.000.000 laboral
o Inclusión
sociol-aboral
43 Roba Amiga 244 Cooperativa >5.000.000 Cataluña o Textil
o Mejora
medioambiente
o Transporte,
o Inclusión socio-
44 Roncalli 391 Fundación > 20.000.000 Madrid almacenamiento y
laboral
logística
o Agricultura, o Inclusión socio-
Huerta de ganadería, laboral
45 21 SL 201.000-250.000 Madrid
Montecarmelo silvicultura y o Agricultura
pesca orgánica
o Acceso a agua
potable
46 Aura 17 SL 1.000.000 Madrid o Bebidas
o Mejora
medioambiente
o Mejora
47 Ecoalf 50 SL > 2.500.000 Madrid o Textil
medioambiente
o Ayuda a
500.001 -
48 Gawa Capital 9 SA Madrid o Finanzas colectivos
1.000.000
desfavorecidos
o Servicios de
empleo, salud, o Reactivación
49 Almanatura 10 SL < 500.000 Andalucía
educación y mundo rural
tecnológica
500.001 - o Mejora
50 Aquaphytex 50 SL Extremadura o Biotecnología
1.000.000 medioambiente

72
Nota: tabla de elaboración propia. Datos actualizados de (Guindeo, Porro, & Vernis,
2016) y (Manzano, 2016).

Estadísticas:
<10 <50

Nº trabajadores 36% 72%

Fundaciones y
SL Cooperativa
asociaciones
FORMA JURÍDICA 66% 12% 22%

< 500.000 <2.000.000 > 10.000.000

FACTURACIÓN 44% 78% 4%

Cataluña País Vasco Madrid Andalucía Otras

CCAA 40% 10% 24% 6% 20%

Nota: elaboración propia a partir de datos de la tabla anterior

73

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