Decreto-adaptacion-Fondo-Comun_BOA-comprimido

DECRETO DEL SR.
ARZOBISPO
POR EL QUE SE ADAPTA A LA LEGISLACIÓN CIVIL VIGENTE LA

NORMATIVA DIOCESANA SOBRE EL FONDO COMÚN DIOCESANO
ANTONIO
DEL TÍTULO DE SAN PANCRACIO
CARDENAL CAÑIZARES LLOVERA
POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SEDE APOSTÓLICA
ARZOBISPO METROPOLITANO DE VALENCIA
En la primera comunidad cristiana, “todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían

todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y lo repartían entre todos, según la
necesidad de cada uno” (Hch. 2, 44s). En este espíritu de comunión, el Concilio Vaticano
II dio las pautas para la organización de las diócesis, plasmadas, entre otros, en el Código
de derecho canónico (c. 1274 et alii) y en el Directorio para el ministerio pastoral de los
Obispos (nn. 188ss), de manera que brille radiante la comunicación de bienes en toda su
dimensión.
Ya en el año 1980, mi predecesor el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Miguel Roca

Cabanellas plasmó este espíritu de comunicación de bienes en el decreto por el cual se
creó el FONDO COMÚN DIOCESANO (BOA nº 2992, abril de 1980), con la finalidad
de atender las necesidades mínimas vitales para el sustento de los sacerdotes, ayudar a las
nuevas parroquias y potenciar la actuación de las distintas delegaciones e iniciativas
pastorales.
Posteriormente, de conformidad con el canon 1274 §1, el Emmo. y Rvdmo. Sr. D.

Agustín Cardenal García-Gasco Vicente constituyó en la Archidiócesis el Instituto
Diocesano para la Sustentación del Clero (BOA nº 3232, marzo 2001), que administra los
fondos destinados para proveer la congrua sustentación de los clérigos, empleando las
cantidades entregadas al Instituto, como son las donaciones, herencias y legados, fondos
de la diócesis, así como los rendimientos patrimoniales de todos ellos.
En el 2012, el Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Carlos Cardenal Osoro Sierra adaptó la

normativa diocesana a lo dispuesto en el Código de derecho canónico vigente y a la
modificación del plan general contable para entidades no lucrativas (BOA nº 3359, mayo
2012).
La creación de la Oficina de transparencia y rendición de cuentas el 5 de abril de

2017 (BOA nº 3415, abril 2017) sistematizó la rendición de cuentas del resto de las
personas jurídicas canónicas −fundaciones y asociaciones−. Cumpliendo con la
legislación canónica (c. 1287), ofrece un nivel de garantía y transparencia equivalente al
resto de entidades no lucrativas en el ámbito civil, permitiendo acogerse a los beneficios
previstos en el régimen fiscal especial.
La adopción del nuevo plan general de contabilidad para la Iglesia −aprobado en la

asamblea plenaria de la Conferencia episcopal−, la normativa civil vigente sobre las
entidades no lucrativas, los requerimientos crecientes en materia económica y de
transparencia −blanqueo de capitales, inversiones financieras, etc.−, hacen necesario
adaptar la normativa diocesana sobre el FONDO COMÚN DIOCESANO (cf. c.1274
§3).
El canon 1276 confiere al Ordinario la función de vigilar diligentemente la
administración de todos los bienes, así como la potestad para dictar instrucciones
particulares referentes a la misma.
Oído el parecer del consejo presbiteral en la sesión del 22 de marzo de 2021 y del
consejo diocesano de asuntos económicos en la sesión del 12 de mayo de 2021,
DECRETO
1. Dentro del actual FONDO COMÚN DIOCESANO (c.1274 §3), se constituyan,

por las crecientes necesidades en algunos ámbitos, los siguientes fondos finalistas:
a) Fondo de obras, desde el que se atenderá las peticiones de las parroquias,
especialmente las rurales y afectadas por la despoblación.
b) Fondo de estabilización, desde el que se atenderán las ayudas directas a
parroquias para su sostenimiento, especialmente las rurales y afectadas por la
despoblación.
c) Fondo para sostenimiento de convictorios y casas sacerdotales, desde el que
se ayudará al Instituto Diocesano de Sustentación del Clero a mantener las
casas sacerdotales y sus crecientes necesidades de atención.
d) Fondo de caridad, fruto inmediato de la fe, que no nos deja impasibles ante
las necesidades del pobre y del necesitado (c.1285).
Tanto el FONDO COMÚN DIOCESANO, como los fondos finalistas

mencionados, son administrados por el ecónomo diocesano, que dará cuentas al arzobispo
e informará al vicario general-moderador de la curia, actuando bajo las directrices del
arzobispo y del consejo diocesano de asuntos económicos.
2. Todas las iglesias abiertas al culto, parroquiales o no, elaborarán anualmente el

balance de situación y la cuenta de resultados, que presentarán a la administración
diocesana durante el primer cuatrimestre del año siguiente al cierre.
Dichos datos se utilizarán para preparar la memoria económica diocesana, que se
ha de presentar a la administración del Estado y que se publicará en torno a la celebración
del día de la Iglesia diocesana.
El presupuesto de la entidad del siguiente año se presentará durante el último
trimestre del año.
Los administradores cuentan con la ayuda válida del consejo parroquial de asuntos
económicos para la realización de estas tareas (cc. 537 y 1280; Normas por las que se han
de regir los consejos parroquiales de asuntos económicos, BOA 1989, 51-55).
Se utilizarán los modelos diocesanos, que se han adaptado al plan general de
contabilidad de la Iglesia, a través del programa de gestión integral de la información
parroquial (GiiP).
La entidad ha de incluir TODOS los movimientos asociados a su actividad
pastoral y caritativa. También imputará el sustento y la seguridad social de los clérigos
vinculados o adscritos a la entidad en la contabilidad que se presente, computando como
ayuda recibida la parte no ingresada en el Instituto Diocesano de Sustentación del Clero.
De esta forma, conociendo la contabilidad real de la entidad, fomentaremos la
responsabilidad de los fieles en sostener a la Iglesia en sus necesidades (c. 222).
3. La liquidación de cada Iglesia abierta al culto asciende al 15% de los ingresos

brutos. Permanecen exentas las colectas imperadas y las de causas especiales –que
deberán ser entregadas a través de la Administración Diocesana–, los estipendios de
misas, las rentas de fundaciones no autónomas, las subvenciones públicas finalistas, las
aportaciones diocesanas y las colectas extraordinarias autorizadas por el vicario
episcopal.
Se podrá deducir de la base de cálculo lo aplicado en gasto de Cáritas parroquial
y de actividades pastorales, debidamente documentados.
Las entidades adheridas al sistema completo de gestión parroquial (GiiP) podrán
optar por un sistema de cuotas fijas mensuales, que servirán de liquidación de la
aportación al FONDO COMÚN DIOCESANO, acordándolas con el ecónomo
diocesano. Estas cuotas se revisarán trianualmente ajustándolas a la realidad económica
de la parroquia. Quedarán fuera del acuerdo las herencias y donaciones extraordinarias
recibidas, que requerirán liquidación extraordinaria.
4. Iniciada una actividad económica, exenta o no, en nombre de la parroquia y con

la correspondiente licencia previa del Ordinario del lugar, faculto al ecónomo diocesano
para llevar a cabo la vigilancia de la administración de los bienes de dicha entidad, en
virtud de los cánones 1276 §1 y 1278, por sus repercusiones en la fiscalidad de la
Archidiócesis y en el deber de información a las distintas administraciones públicas, ya
sean de ámbito nacional, autonómico o local.
Cualquier entidad que, a la fecha de entrada en vigor del presente decreto, haya
iniciado una actividad económica sin la licencia pertinente del Ordinario del lugar, deberá
acudir a la administración diocesana para sanar dicha situación.
5. La entidad llevará contabilidad separada de la actividad económica y rendirá

cuentas bajo el criterio de subentidad, con arreglo al plan de cuentas diocesano publicado
y a lo previsto en el Código de Comercio.
Concertarán con el ecónomo diocesano su aportación al FONDO COMÚN

DIOCESANO, bien por la norma general del 15% −esta vez sobre los ingresos netos−,
bien mediante establecimiento de una cuota fija mensual. Adicionalmente, aportarán a la
administración diocesana la cuota de impuestos que corresponda por el impuesto de
sociedades.
El importe recibido por este capítulo se repartirá de la siguiente forma entre los
fondos mencionados del punto 2, a saber:
a) 35% para el fondo de obras, destinado a las obras de parroquias, especialmente
las rurales y afectadas por la despoblación.
b) 25% para el fondo de estabilización, destinado para ayudas directas a
parroquias necesitadas, especialmente las rurales y afectadas por la
despoblación.
c) 30% para el fondo para sostenimiento de convictorios y casas sacerdotales
a través del Instituto Diocesano de Sustentación del Clero.
d) 10% para el fondo de caridad.
Estos porcentajes se revisarán periódicamente en función de las necesidades de
redistribución entre ellos.
6. El resto de las personas jurídicas canónicas, asociaciones y fundaciones, sujetos a

la rendición de cuentas prevista en el canon 1287, lo harán a la Oficina de transparencia
y rendición de cuentas (OTRC) mediante los modelos vigentes y la aportación de un
balance de sumas y saldos a nivel de cuenta (5 dígitos) en formato electrónico.
Las cuentas de estas entidades se integrarán en la memoria diocesana dentro del
perímetro amplio de consolidación diocesana.
7. Las entidades detalladas en el punto anterior aportarán como contribución al

FONDO COMÚN DIOCESANO un 1% de los ingresos brutos de la entidad en el caso
de fundaciones, o una cantidad por asociado en el caso de asociaciones. Dicha aportación
se podrá adaptar a la realidad de la entidad concertando una cuota fija con el ecónomo
diocesano para subvenir las necesidades de la diócesis (c. 1263).
Quedan derogadas las normas del derecho particular de la diócesis valentina que sean
contrarias a las disposiciones de este Decreto (c. 33§2), de obligado cumplimiento y que
se publicará en el Boletín Oficial del Arzobispado, entrando en vigor el 1 de noviembre
de 2021, Solemnidad de Todos los Santos.
Dado en Valencia, a cuatro de octubre de dos mil veintiuno, Festividad de San

Francisco de Asís.
† Antonio, Cardenal Cañizares Llovera

Arzobispo de Valencia
Por mandato de S.E.R.

José Francisco Castelló Colomer
Canciller–Secretario

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POR EL QUE SE ADAPTA A LA LEGISLACIÓN CIVIL VIGENTE LA

En la primera comunidad cristiana, “todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían

Ya en el año 1980, mi predecesor el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Miguel Roca

Posteriormente, de conformidad con el canon 1274 §1, el Emmo. y Rvdmo. Sr. D.

En el 2012, el Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Carlos Cardenal Osoro Sierra adaptó la

La creación de la Oficina de transparencia y rendición de cuentas el 5 de abril de

La adopción del nuevo plan general de contabilidad para la Iglesia −aprobado en la

1. Dentro del actual FONDO COMÚN DIOCESANO (c.1274 §3), se constituyan,

Tanto el FONDO COMÚN DIOCESANO, como los fondos finalistas

2. Todas las iglesias abiertas al culto, parroquiales o no, elaborarán anualmente el

3. La liquidación de cada Iglesia abierta al culto asciende al 15% de los ingresos

4. Iniciada una actividad económica, exenta o no, en nombre de la parroquia y con

5. La entidad llevará contabilidad separada de la actividad económica y rendirá

Concertarán con el ecónomo diocesano su aportación al FONDO COMÚN

6. El resto de las personas jurídicas canónicas, asociaciones y fundaciones, sujetos a

7. Las entidades detalladas en el punto anterior aportarán como contribución al

Dado en Valencia, a cuatro de octubre de dos mil veintiuno, Festividad de San

† Antonio, Cardenal Cañizares Llovera

Por mandato de S.E.R.

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