Historia de La Sexualidad

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Historia de la Sexualidad

La sexualidad es el conjunto de aspectos relacionados con el género, los deseos,


las relaciones y la salud sexual de una persona. Abarca la identidad de género, la
orientación sexual, la forma en que se expresa la sexualidad y el cuidado de la
salud sexual. Cada persona vive y expresa su sexualidad de manera única y es
importante respetar esa diversidad.
Desde las primeras civilizaciones, la sexualidad ha sido un componente esencial
de la vida humana, moldeada por creencias religiosas, normas sociales y
estructuras de poder. Varia de una cultura a otra y del contexto sociohistórico en
que se desarrolle.

Prehistoria
Debido a la falta de documentos escritos, se basa en gran medida en la
interpretación de artefactos arqueológicos, restos humanos y la comparación con
las culturas contemporáneas.
La sexualidad estaba ligada a la reproducción y la supervivencia de la especie.
30,000 - 10,000 a.C.: Arte Paleolítico: Las figuras de Venus, como la Venus de
Willendorf (aprox. 28,000-25,000 a.C.) y la Venus de Lespugue (aprox. 23,000
a.C.), son estatuillas que se cree representaban diosas de la fertilidad o ideales de
belleza femenina. Estas figuras suelen enfatizar los atributos sexuales y
reproductivos, lo que sugiere que la fertilidad y la sexualidad eran temas
importantes.
Durante la prehistoria, época de la que se ha comentado que existió una
promiscuidad sexual primitiva, se podría decir que en ella existieron dos etapas: la
primera conocida como monogamia natural, en la cual el hombre de manera
similar a los animales llevaba una vida sexual regulada por los períodos de
acoplamiento. Este patrón de sexualidad prevalece con el advenimiento de la
agricultura y ganadería, práctica económica que motivó el surgimiento de la
propiedad privada. Para entonces la monogamia tenía como finalidad asegurar el
patrimonio familiar condición que define la segunda etapa.

Edad Antigua (aprox. 3300 a.C. – 476 d. C)


Mesopotamia (aprox. 4500 a. C.-1900 a.C)
La sexualidad no solo era un acto biológico, sino también un ritual con profundas
implicaciones espirituales. La prostitución sagrada, practicada en templos
dedicados a diosas como Inanna, vinculaba el acto sexual con la fertilidad y la
prosperidad de la comunidad.
Judaísmo
Con la llegada del judaísmo se dan interacciones interesantes ante la sexualidad.
En el Antiguo Testamento, fuente original de la ley judía, se señalan las normas
que regulaban la conducta sexual de la época. Así, en Exodo (XX, 14) en los diez
mandamientos, se prohíbe el adulterio, reforzándose en Levítico (XVII, 20): “no
pecarás con la mujer de tu prójimo ni te contaminarás con tal unión”. Aparece
proscrita la homosexualidad en Levítico (XVIII, 22): “no cometerás pecado de
sodomía porque es una abominación” y aparece el tabú de la desnudez en
Levítico (XVIII, 7) y la prohibición del incesto en Levítico (XVIII, 6): “nadie se
juntará carnalmente con su consanguinidad, ni tendrá que ver con ella”. También
enCorintios (I, 1-5) se hace evidente la prohibición del incesto.
En esta cultura, el matrimonio tenía como finalidad la descendencia y la esposa
hebrea tenía el “privilegio” de compartir los favores del esposo con otras esposas
secundarias, pero si ella era infiel era apedreada. Un ejemplo de esta condición
fue el caso del Rey Salomón, de quien se dice tuvo 700 esposas y 300
concubinas. En el Cantar de los Cantares la sexualidad es vista como un impulso
creativo y placentero (2,3). La influencia del judeocristianismo persiste hasta
nuestros días.
Egipcios
La mujer a ser una mercancía de intercambio. Se instituyó la familia como algo
sagrado y el matrimonio se convirtió en un ritual. La homosexualidad era aceptada
y documentada, aunque no eran tan comunes en las representaciones oficiales.
Dentro de la cultura egipcia el incesto estaba permitido y la circuncisión, práctica
adoptada posteriormente por los judíos, tenía un carácter ritual en la ceremonia de
iniciación de la adolescencia.
Romanos
Con el ascenso del Imperio Romano, la sexualidad se convirtió en un reflejo de la
decadencia y el poder. La educación de los hijos era confiada a sirvientes o
esclavos, lo que permitía a las mujeres, especialmente a las de clase alta, una
mayor libertad para participar en la vida social y sexual de Roma. La búsqueda de
placer personal se convirtió en un objetivo primordial tanto para hombres como
para mujeres, el aborto se extendió como un método anticonceptivo común. En
esta sociedad, el placer sexual era visto como un valor dominante, al que se
sometían otros principios morales y sociales. El adulterio y el divorcio no solo eral
aceptados, sino también practicados con frecuencia, reflejando una cultura en la
que la satisfacción personal estaba profundamente ligada al deseo y la lujuria.
Griegos
En Grecia, se toleraba la homosexualidad masculina entre adultos y adolescentes
púberes dentro de un contexto educativo, en el que el adulto tenía la función de
educar y formar en lo intelectual y ético a sus pupilos (paidegogous); en Atenas las
mujeres no podían andar solas, privilegio exclusivo de las hetairas (prostituta fina),
quienes podían andar públicamente con hombres y las pornoi eran las prostitutas
más bajas, vocablo del que deriva la palabra pornografía. La mujer era como un
ciudadano de segunda categoría y era ante todo una “gyne”, cuyo significado era
“portadora de hijos”.
Chinos
En la dinastía Xia y Shang, la sexualidad en la antigua China estaba
estrechamente vinculada a la fertilidad y la continuidad de la familia. L poligamia
era común entre los emperadores y la nobleza.
Indios
En la antigua India, los Vedas y otros textos sagrados discutían la sexualidad en el
contexto del matrimonio y la procreación. La sexualidad no era vista solo como un
medio de reproducción, sino también como un acto de placer y unión espiritual.
Compuesto alrededor del siglo III, el Kamasutra es uno de los textos más famosos
sobre la sexualidad en la India. No solo describe técnicas sexuales, sino que
también aborda el amor, la vida en pareja, y las relaciones entre hombres y
mujeres en un contexto filosófico y espiritual.
Los templos de Khajuraho y Konark, construidos durante este período, están
decorados con esculturas eróticas que celebran la sexualidad como una parte
integral de la vida y la espiritualidad.

Edad Media (aprox. 476 d. C – 1453)


En la edad Media, la Iglesia consolidaba su poder, de modo tal que la teología se
equiparaba a la ley civil. En esta época aparecieron los famosos cinturones de
castidad, y se hicieron evidentes muchos problemas sexuales, por lo que la Iglesia
para reafirmarse refrenda el matrimonio monógamo y declara al instinto sexual
como demoníaco dando origen así a la Santa Inquisición.
Alrededor de 1530, la Reforma protestante encabezada por Martín Lutero se gana
a Inglaterra, al admitir el primer divorcio solicitado por Enrique VIII para separarse
de Catalina y casarse con Ana Bolena.
A finales del siglo XV aparecen en Europa los primeros indicios de enfermedades
de transmisión sexual, conocidas entonces como enfermedades venéreas y que
fueron consideradas un castigo celestial por los excesos sexuales
Árabes
Antes del Islam, las tribus árabes tenían diversas costumbres sexuales. La
poligamia era común, y no había una regulación estricta sobre las relaciones
sexuales. Las mujeres tenían cierto grado de libertad sexual, aunque su estatus
variaba según la tribu.
Con la llegada del Islam, se establecieron normas claras sobre la sexualidad. El
Corán y los Hadices establecen que el matrimonio es el único marco legítimo para
las relaciones sexuales. La poligamia se limitó a un máximo de cuatro esposas,
con la condición de tratarlas con equidad. La homosexualidad y el adulterio fueron
estrictamente prohibidos.
A medida que el Islam se expandió, también lo hicieron sus normas sobre la
sexualidad. Aunque la castidad y el matrimonio eran valorados, la poesía y la
literatura árabe de la época muestran un interés profundo en el amor y el deseo, a
veces de manera muy liberal.
Chinos
Durante la Dinastia Tang, la sexualidad era relativamente abierta, con una cultura
que celebraba la poesía erótica y las artes. Las cortesanas y las concubinas
desempeñaban roles importantes en la vida social y cultural.

Edad Moderna (aprox. 1453 – 1789)


Japoneses
Las geishas, también conocidas como "geiko" en Kioto, tienen sus raíces en el
período Edo (1603-1868 d.C.), aunque sus orígenes pueden rastrearse hasta el
período Heian (794-1185 d.C.). Las geishas son artistas tradicionales japonesas
que se especializan en el entretenimiento, incluyendo la danza, la música, el canto
y la conversación. Su rol es mantener vivas las artes tradicionales y ofrecer
entretenimiento a los clientes en ambientes exclusivos.
Durante el período Edo, el papel de las geishas se formalizó y diferenciaron
claramente de las prostitutas. Las casas de geishas y los distritos de placer, como
Gion en Kioto, eran lugares donde las geishas ofrecían entretenimiento a una
clientela de clase alta. Las geishas eran respetadas por su habilidad y elegancia, y
su entrenamiento incluía las artes del comportamiento refinado y la conversación.
Aunque el estatus de las geishas continuó siendo alto, también hubo cierta
confusión con las trabajadoras del placer en los primeros tiempos modernos. Sin
embargo, las geishas mantuvieron su rol principal como artistas y entretenedoras,
distantes de la prostitución formalizada.
Aztecas
La religión azteca incluía una serie de dioses y diosas asociados con la sexualidad
y la fertilidad. Entre ellos se encontraban:
 Tlazolteotl: Diosa de la fertilidad, la sexualidad y el parto. Tlazolteotl era
asociada con la sexualidad tanto en su aspecto positivo como en el pecado y
la transgresión.
 Xipe Totec: Dios de la fertilidad, la agricultura y la regeneración. A veces, sus
rituales incluían aspectos relacionados con la fertilidad y el ciclo de vida y
muerte, lo que también se conectaba con la sexualidad.
Los rituales de fertilidad y sexualidad podían incluir ofrendas y sacrificios. La
conexión entre la sexualidad y la fertilidad se manifestaba en la práctica de rituales
que buscaban asegurar la prosperidad de la comunidad y el equilibrio cósmico.
Practicaban la poligamia (en clases nobles) donde las esposas secundarias y sus
hijas formaban parte de la familia junto con el señor y su esposa principal.
Había dos formas permitas de relación sexual. Aquellas dentro de la familia y las
existentes entre guerreros y sacerdotes (las cuales eran prostitutas rituales).
Quienes estaban protegidas por la diosa Xochiquetzal (asociada con amor, la
belleza, la fertilidad y las artes).
Incas
La civilización inca, que floreció en la región andina de América del Sur desde el
siglo XV hasta la conquista española en el siglo XVI, tenía una visión bastante
particular sobre la sexualidad y las relaciones de género. La sexualidad estaba
estrechamente relacionada con conceptos de pureza y moralidad.
Desde una edad temprana, los niños eran educados en las normas y expectativas
sexuales de la sociedad. Esta socialización incluía la instrucción sobre la
importancia del matrimonio y la familia, así como las conductas apropiadas para
hombres y mujeres.
El matrimonio era una institución central en la sociedad inca. Se esperaba que los
matrimonios fueran monógamos y que los cónyuges tuvieran relaciones sexuales
exclusivamente entre ellos. El matrimonio también estaba a menudo vinculado con
la política y la economía, ya que los matrimonios entre élites ayudaban a
consolidar el poder y los recursos.
En la sociedad inca, los roles de género estaban claramente definidos. Los
hombres y las mujeres tenían responsabilidades diferentes, y estas diferencias se
reflejaban en sus expectativas sexuales y de comportamiento. Los hombres eran
responsables de actividades públicas y de la agricultura, mientras que las mujeres
se encargaban de las tareas domésticas y el cuidado de la familia.
Mayas
La civilización maya, que floreció en Mesoamérica desde aproximadamente el año
250 a.C. hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI, tenía una visión
compleja y matizada de la sexualidad.
La sexualidad estaba profundamente vinculada a la religión y a los rituales. Los
mayas creían que los actos sexuales tenían una dimensión sagrada y podían
influir en el equilibrio del cosmos. Algunas prácticas sexuales y rituales estaban
asociados con ceremonias religiosas, y se pensaba que podían influir en la
fertilidad y en la prosperidad de la comunidad.
La concepción de la sexualidad te tenía no discriminaba heterosexuales de
homosexuales, la diosa Luna, siendo una fuerte de creación, es bisexual, podía
ser de ambos géneros (hermafrodita). Su identidad con el todo que los rodea
impregnaba cada aspecto de su cultura y su sexualidad con esta adoración a la
deidad, realizado por hombres y mujeres.

El puritanismo de los siglos XVII y XIX


Durante los siglos XVIII y XIX o época victoriana, conductas sexuales como por
ejemplo la masturbación, eran consideradas inapropiadas y se le culpaba de
desórdenes como la epilepsia. En 1882 aparece el trabajo de Richard Kraft-Ebing
“Psychopatia Sexualis”, donde describe diferentes tipos de comportamiento sexual
etiquetándolos como patológicos y surgiendo así el término desviación sexual. En
este tiempo, cualquier acto sexual que no tuviera como fin la reproducción se
consideraba como “sexualidad anormal”. Sus escritos ligaban la sexualidad no
reproductiva con el concepto de enfermedad sexual mismo que persiste hasta
nuestros días.
Asimismo, en esta época las actitudes ante la sexualidad diferían de acuerdo con
la clase social. La representatividad de esa época estaba dada por la clase media,
la que se sintió obligada a fingir que se comportaba de acuerdo con la moral rígida
imperante de entonces. El pensamiento religioso daba gran importancia a la
familia, pero no permitían olvidar que el sexo era una desafortunada necesidad y
no algo de lo que pudiera disfrutarse. Para las mujeres el sexo era algo que debía
soportarse, lo que llevó a la aparición de mitos que mezclaban la culpa y el miedo.
Lo curioso de esto es que fueron los propios médicos los responsables de estos
mitos. Así por ejemplo se decía que “el exceso de relaciones sexuales reducía la
vida del hombre o lo volvía idiota”. También se propagaba que si las mujeres
referían disfrutar de las relaciones sexuales estaban sentenciadas a morir jóvenes.
La difusión de estos mitos se ha especulado, se dio por considerarse los médicos
como depositarios de la moral burguesa por lo que deseaban acabar con todo tipo
de práctica sexual. En la clase alta, por el contrario, se disfrutaba del amor libre y
las grandes ciudades de Europa contaban con ejércitos de prostitutas, sin olvidar
que ya desde entonces existía la prostitución infantil. Además, fue en la época
victoriana que se aprobaron las primeras leyes que prohibían la pornografía. Se
puede decir que fue esta época del puritanismo y la de mayor represión sexual.

Revolución sexual y el inicio del modernismo social


Posteriormente, hace su aparición Sigmund Freud (1856-1939), médico vienés,
quien demostró la trascendencia que la sexualidad tiene para los individuos.
Desarrolló su teoría de la personalidad, la cual tiene como pivote el desarrollo
sexual. Introdujo el término de “líbido” como la energía de la que emanan todas las
actividades de los hombres. Con este concepto escandalizó a la sociedad
burguesa de Viena al afirmar que la mayoría de las fobias y miedos tenían relación
con las frustraciones sexuales. Puede decirse que con Freud se inició el
modernismo sexual, el que surgió en respuesta a las rígidas normas victorianas.
Freud realizó investigaciones en niños y adultos, estableciendo que desde la más
tierna infancia los niños son seres sexuales. Otra de sus contribuciones es la
descripción del denominado complejo de Edipo, en el que afirmaba que la mayor
parte de las veces los pequeños desde la edad de dos años centran en uno de los
padres su objeto amoroso. Freud es el padre del psicoanálisis.
Por la misma época de Freud, pero en Inglaterra, el médico Havellock Ellis publica
su obra Psychology of Sex. De acuerdo con Caruso, “Ellis es al estudio teórico de
la Sexualidad lo que Einstein a la Física moderna”. En su obra él menciona que el
deseo sexual es igual para hombres y mujeres y refuta el concepto de que la
masturbación ocasionaba insannia. Otro personaje inglés, D. Lawrence (1885-
1930), muy conocido por la novela “El amante de lady Chaterley”, por cuya autoría
fue llevado a juicio, es otro protagonista. Este personaje creía que la negación de
la sexualidad era la causa de los problemas. Su novela es copia de su vida. Él
vivía con una mujer que abandonó a su esposo y familia para seguirlo.
Las mujeres igualmente hacen su aparición por esta época. Marie Stopes (1880-
1958), quien decía que el sexo debía de ser disfrutado libremente y sin temores.
Su interés hacia el tema se dio por los problemas sexuales de su esposo que
culminaron en la anulación del matrimonio. A partir de entonces, ella establece un
compromiso con las parejas ayudándolas a desprenderse de las inhibiciones y
represiones rígidas de la época victoriana, publicando un manual al respecto.
Margaret Sanger se adelanta a su época iniciando el movimiento de control de la
natalidad en los Estados Unidos y entre 1922 y 1927 publica diversos artículos
sobre la sexualidad de la mujer. La antropóloga Margaret Mead (1901-1978), quien
al vivir en las comunidades objeto de su estudio plasmó en sus libros aquellas
experiencias, incluyendo el comportamiento sexual. Además, observó que es
costumbre tratar a la mujer como un ser inferior.
Geramine Greer (1939) feminista activa publicó su obra “El eunuco femenino”, que
se ha convertido en baluarte del movimiento feminista. En esta obra se hace
observaciones al matrimonio convencional y a las actitudes que existían para con
las mujeres atacando los estereotipos rígidos en que se habían encasillado las
mujeres, el hombre activo y la mujer pasiva.

Referencias Bibliográficas
Vera-Gamboa, L. (1998). “Historia de la Sexualidad”. Laboratorio de Hematología,
Centro de Investigaciones Regionales, “Dr. Hideyo Noguchi”, Universidad
Autónoma de Yucatán, Mérida, Yucatán, México.

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