Material de Lectura - Las Partes de La Constitución Nacional
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Material de Lectura - Las Partes de La Constitución Nacional
Cuando hay una relación de alteridad el Estado puede regular. El Estado no puede regular la
libertad de pensamiento y la libertad de conciencia. El Estado puede regular: la libertad de
culto y la libertad de expresión
EL PREÁMBULO
Contiene y condensa las decisiones políticas fundamentales, las pautas del régimen, los fines y
objetivos, los valores y principios propugnados, el esquema del plan o programa propuesto por
el constituyente.
La primera definición que encontramos en el preámbulo acoge el principio de que el poder
constituyente reside en el pueblo. “Nos los representantes del pueblo…”. De inmediato
cuando dice “por voluntad y elección de las provincias…”, reconoce la preexistencia histórica
de las provincias. Ambas alusiones permiten coincidir en que el sujeto primario de nuestro
poder constituyente ha sido el pueblo “de las provincias” o, en otros términos, el pueblo
diversificado en las unidades políticas provincianas que antecedieron al Estado federal.
Cuando el preámbulo enuncia: “para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los
hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, hemos de interpretar varias
cosas:
En el preámbulo convergen principios, valores, fines y raíz histórica. Pero hay que interpretarlo
y comprenderlo desde el “contexto”, porque los principios, valores y fines que la constitución
recoge no son un invento ni una creación arbitraria del constituyente; el contenido de ellos no
es producto de un voluntarismo absoluto del autor de la constitución; al contrario, registra una
ascendencia que se halla fuera de esa voluntad decisoria.
Por ello se puede concluir que del plexo total de valores, principios y derechos que se inserta
en las dos partes de la constitución:
A ella añadimos:
1. Normas escritas dispersas, como lo son las leyes dictadas por el Congreso
2. Instrumentos internacionales
Inciso 22. Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos
tienen jerarquía superior a las leyes.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el
Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de
cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional”
Por otro lado, sostenemos que también comparten esta jerarquía jurídica la normativa
derivada de aquellos órganos creados por los instrumentos internacionales que gozan del tal
status.
La validez como cualidad posible del derecho positivo proviene de su ajuste o conformidad a
los valores jurídicos puros, especialmente al valor justicia. El derecho positivo justo goza de
validez, en tanto el derecho positivo injusto (que sigue siendo derecho), es inválido, o carece
de validez, aunque tenga vigencia sociológica.
Cuando la constitución es justa, la validez del derecho infraconstitucional se tiene por cierta si
se adecua a la constitución, pues a través de ésta viene a realizar el valor justicia.
A la vigencia la podemos desdoblar para hablar de: una vigencia normológica; y una vigencia
sociológica. Normalmente, cuando se emplea el término vigencia sin calificativo alguno, se
suele aludir a la vigencia sociológica. La vigencia normológica es la de las normas (u orden
normativo), y consiste en que una norma sea “puesta” en el mundo jurídico, y permanezca en
él sin un acto formal de derogación, abrogación, eliminación o supresión. La vigencia
sociológica se da en la dimensión sociológica del mundo jurídico, y requiere la conducta
ejemplarizada y la norma descriptiva (escrita o no escrita) con funcionamiento y eficacia.