El Gorila (libreto)

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EL GORILA

Comedia escrita por Daniel Alfonso Rojas inspirada en la obra “El Oso” de
Anton Chejov (1888)

ACTO ÚNICO

LA VIUDA LLORA, ENCIENDE UNA VELA A LA FOTO DE SU DIFUNTO


ESPOSO, QUIEN POSA CON UN GATO EN EL REGAZO. EL SIRVIENTE
LLEGA CON CAFÉ PARA ELLA.

SIRVIENTE: Ay Dios mío, pero esta mujer se va a secar de tanto llorar. (Se le
acerca) ¡Mi patrona, ya déjese de eso! ¡Hasta la gata que dejó el
DifuntoPatrónQueDiosTengaEnSuSantaGloria anda por ahí… siendo feliz!

VIUDA: ¡Ay, Minina! Su gatita… Que nunca le falten sus sardinitas confitadas…
¡Pero yo morí el mismo día que enterramos a mi Nicolás!

SIRVIENTE: A mi mamá también se le murió el marido, lo enterró, lo lloró y


después nací yo y mis otros siete hermanos.

VIUDA: Somos diferentes.

SIRVIENTE: Acuérdese que tanto encierro saca telarañas por todas partes… A
lo mejor allá afuera se quita ese luto…

VIUDA: ¡Nunca! ¡Siempre le seré fiel y le demostraré que lo amaba de verdad!

SIRVIENTE: Ni que él haya sido un santo… y que me perdone el


DifuntoPatrónQueDiosTengaEnSuSantaGloria. ¡Está perdiendo los poquitos
años de juventud que le quedan!

VIUDA: ¿Me dijiste vieja?

(Se oyen golpes a la puerta)

SIRVIENTE: Voy a ver quién es…

VIUDA: (Estremeciéndose) Di que no recibo a nadie.

(El Sirviente sale)


VIUDA: Yo te sigo amando, Nicolás… por eso jamás estaré con otro hombre…

(El Sirviente entra de un solo empujón que le dan)

SIRVIENTE: (Asustado) Ay, patroncita… no es un hombre… ¡Es una fiera…


me agarró, me estremecí y…!

GORILA: (Entra, violento) ¡Sal de mi camino! (A Viuda) Señora, me presento:


Eliseo Bustamante.

VIUDA: (Seca) ¿Y qué quiere?

GORILA: Mis reales… Su difunto marido me debía unos cobres.

VIUDA: ¿Y se puede saber de qué le debía mi esposo?

GORILA: Pues compró un berenjenal de cosas para una tal Minina.

VIUDA: ¡Ay, Minina! (Al Sirviente) No lo olvides… que nunca le falten sus…

SIRVIENTE: Sardinitas confitadas… (y se esconde, para chismosear)

VIUDA: Señor, regrese pasado mañana porque mi administrador está en la


capital… Hace siete meses que murió mi marido y no estoy de humor.

GORILA: ¡Pues imagine cómo está mi humor! ¡Ahora nadie me quiere pagar y
si yo no pago mis deudas, me fregué!

VIUDA: ¿No me escuchó? Pasado mañana recibirá su dinero.

GORILA: ¡Después se preguntan por qué uno anda cerrero! Vengo desde bien
lejos cobrándole a todo el mundo que me debe y a según, unos no tienen
plata… y los otros, o están muertos o se fueron lejos… Y me cansé…

VIUDA: Eso no es mi problema.

GORILA: ¡Yo no le pregunté si era problema suyo!

VIUDA: ¡Está borracho!

GORILA: Estoy harto de los mala paga… Pero como la doña no está de humor.

VIUDA: ¡¿Me dijo doña?!

GORILA: Muchachita no es… ¡Deme mis reales y me voy!


VIUDA: A mí nadie me grita… ¡Fuera de mi casa!

(Sale)

GORILA: ¡Vacié, ¿y ésta me dejó hablando solo?! ¡Carajo! ¡Siete meses que se
murió el marido y ella no está de humor! ¡Por eso no trato con hembras más
que para hacer carricitos!

SIRVIENTE: (Entrando) Ya escuchó a la señora, tiene que irse.

(El Gorila simplemente le gruñe y El Sirviente se espanta.)

SIRVIENTE: ¿O desea algo más el señor?

GORILA: (Grita) ¡Tráigame algo para beber, que la doña ésa hizo que me
doliera la cabeza!

(El Sirviente sale en carreras, asustado)

GORILA: (Le grita, violento) Pero no se asuste, caray, que yo no soy violento…

(Él se sienta a sus anchas y llega El Sirviente con un vaso y una botella de
aguardiente, temblando).

GORILA: ¡¿Qué le pasa?! ¿Está temblando?

(El Sirviente niega, pero no atina a servir, así que El Gorila le quita la botella)

GORILA: ¿Y qué le pasa a esa mujer? ¿Piensa quedarse de luto toda la vida?

SIRVIENTE: Eso es lo que dice ella…

(Pero el Sirviente no sigue, porque entra la Viuda)

VIUDA: ¿Por qué estás atendiendo a este hombre?

SIRVIENTE: Patrona, pero si usted no sale de aquí, al menos deje que la gente
entre a la casa…

VIUDA: ¡Le pedí que se fuera! ¡Sácalo!

(El Sirviente intenta acercarse para quitarle la botella, pero apenas El Gorila lo
mira, lo espanta)
SIRVIENTE: Mejor páguele y que se vaya, porque usted tiene razón, es un
grosero.

VIUDA: ¡Es un animal! ¡Por eso no quiero salir de esta casa, porque allá afuera
está lleno de bestias como él!

GORILA: ¡¿Me va a dar mis reales o no?!

VIUDA: ¡Es usted un cavernícola! ¡No sabe usted comportarse ante las damas!

GORILA: ¡Claro que sé! ¿Cómo quiere que le hable?… ¿En francés?…
“Madame, je vous prie… que felicidé que no me quiere paguer, qué bonité le
queda el negré”.

VIUDA: ¡Respete mi luto!

GORILA: Sepa que en mi vida he visto muchas más mujeres que zamuros.
Tres veces me caí a machetazos y siempre por culpa de las mujeres. ¡A doce
hembras abandoné y nueve me abandonaron a mí!

VIUDA: No me sorprende. Es un grosero.

GORILA: ¡Grosero el burro, que anda con las que le conté afuera! Antes sí era
pendejo con las de su clase y les creía todo, pero ahora no… A las mujeres hay
que tratarlas con carácter…

VIUDA: Yo no soy como esas mujeres que seguramente usted conoce.

GORILA: A mí no me engañan sus ojos negros, apasionados… ni sus labios


rojos, ni sus hoyuelos en las mejillas, ni el aliento tímido… ni el perfume ese tan
sabroso… ni su cabello… ni esa cinturita… ni esas… esas…

VIUDA: ¿Ésas qué?

GORILA: ¡Nada! Todas son unas demonias… presumidas, chismosas,


embusteras, vanidosas, mezquinas, crueles… Unas víboras.

SIRVIENTE: Eso es verdad…

(Gorila golpea algo tan fuerte que dan un gritico de susto)


GORILA: ¡Las mujeres namás que aman los reales de uno! “Papi, te amo” y
con eso lo joden a uno… Porque eso sí saben, joder y joder. Las únicas que
son capaces de ser fieles, son las viejas, las feas y las gordas…

SIRVIENTE: Eso también es verdad…

VIUDA: ¿Y según usted quién es más fiel? ¿El hombre? ¡Ja, ja y ja! ¡Todos son
malos, traidores, deshonestos, desleales y sobre todo… son infieles!

SIRVIENTE: Eso es verdad…

GORILA: ¿Y entonces por qué llora tanto a su esposo?

VIUDA: Lo amé apasionadamente, le entregué mi felicidad, mi juventud, mis


bienes… ¡Y aún así, me engañaba el muy sinvergüenza! Se iba por ahí con
cualquiera.

SIRVIENTE: Eso también es verdad…

VIUDA: Pero como yo sí soy fiel, hasta después de muerto le guardaré respeto.
¡Por eso este luto no me lo quitaré!

GORILA: (Con risa despreciativa) ¡Mucho luto, pero no se olvidó de ponerse


esa jeta bien roja, ¿verdad?! Lo que quiere es fama y reconocimiento.

VIUDA: ¿Cómo se atreve?

GORILA: ¡Como no soy mujer, soy directo y honesto, no manipulador y


embrollado! ¡Deme mi dinero!

VIUDA: ¡Ahora no pienso darle ni un centavo!

GORILA: ¡De aquí no me voy hasta que me pague! (Se sienta)

VIUDA: ¡Fuera de mi casa! ¡Fuera! (Al Sirviente) Sácalo.

SIRVIENTE: ¿Yo?

(El Sirviente se le acerca, el Gorila simplemente le gruñe y él salta espantado)

SIRVIENTE: (Llevándose la mano al corazón) ¡Ay Dios mío! ¡Yo no puedo! ¡Es
tan… tan grandote! Mejor sáquelo usted misma, patroncita.
VIUDA: ¡Salga inmediatamente de aquí! ¡Es usted un desgraciado!… ¡Un
monstruo! ¡Un asqueroso gorila!…

GORILA: El último que me llamó así está tres metros bajo tierra…

VIUDA: ¡Yo no le tengo miedo!

GORILA: ¿Usted cree que por ser hembra me va a ofender sin pagar por eso?
¡Pues la desafío! ¡Búsquese un machete, que nos vamos a caer a machetazos!

SIRVIENTE: Ay, Dios mío, sacó el machete…

VIUDA: ¿Porque usted tenga puños enormes… espaldas grandes… pecho tan
fuerte… y esos pelos de Gorila… cree que le temo? ¡Gorila y mil veces gorila!

GORILA: ¡A mí nadie me ofende y sobrevive! ¡Si las mujercitas como usted


quieren igualdad, se la doy! ¡Usted ofende como hombre, paga como hombre!

VIUDA: ¡Gorila! ¡Gorila! ¡Gorila! Y si quiere que nos batamos a duelo, lo


hacemos… (Comienza a buscar algo) ¡Mi marido también tenía un machete y
con qué gusto le meteré un buen machetazo!

(Y se aparta de ellos, para buscar un machete).

SIRVIENTE: ¡Ay, nos va a matar a todos! (y se voltea para no ver).

GORILA: ¡No soy un cachorro sentimental! (Se acerca al Sirviente y grita


fuerte) ¡Para mí no existen los seres débiles!

SIRVIENTE: Sí existimos, patroncito… (De rodillas) ¡No me mate! ¡Tenga


piedad de mí! ¡Suelte ese machete!

GORILA: ¡A usted no le voy a hacer nada, ahómbrese!

(El Sirviente se compone como puede).

GORILA: ¡Ahí está la igualdad de derechos… ése es el empoderamiento


femenino! ¡Ella quiere machete, pues le doy machete!

SIRVIENTE: Pero ella no está acostumbrada a un machete como ése… No le


dé muy duro, pobrecita…
GORILA: A las hembras hay que domesticarlas… (Cae en cuenta) Pero a
pesar de eso… ¡Qué mujer! (Remedándola) “¡Con qué gusto le meteré un buen
machetazo!” ¡Hasta me da lástima matarla!

(Voltea la Viuda blandiendo un machete)

VIUDA: ¡Aquí está el machete de mi marido, pero antes de batirnos… tiene que
enseñarme a usarlo!

GORILA: ¡Caray, pero este machete es muy chiquito y ni filo tiene, ahora
entiendo por qué usted anda así! Agarre el mío… para que sienta la
diferencia…

SIRVIENTE: ¡Ay Dios mío, le agarró el machete!

VIUDA: Es más grande… ay, y corta…

GORILA: ¡Agárrelo bien! Porque este machete es de los buenos, no como el


del marido suyo… ¡Venga acá! ¡Agárrelo así! (Aparte) ¡Qué temple!… ¡Qué
mujer!

VIUDA: ¿Así?…

GORILA: Pero no tan duro… (Aparte) ¡Qué fuego en los ojos! (A ella) Luego lo
levanta así… eche la cabeza pa’ tras… y la mano firme… y esto es todo. Que
no le tiemble el pulso cuando lance el primer zarpazo.

VIUDA: Bien… ¡Empecemos!

GORILA: Pero entonces quédese usted con mi machete y yo uso éste…

VIUDA: ¡Si yo le doy un machetazo, espero que usted también!

GORILA: Bueno… pero no precisamente con este machete.

SIRVIENTE: ¡Esto sí se puso bueno! ¡50 ganador al machete del Gorila!

VIUDA: ¡No recobraré la tranquilidad hasta que lo atraviese!

GORILA: Yo quisiera hacerle lo mismo…

VIUDA: ¡En guardia!

GORILA: No puedo… Porque…. Porque… porque usted me gusta.


VIUDA: ¿Cómo que le gusto? ¡Está loco! ¡Fuera de mi casa! ¡Sácalo!

(El Sirviente invita al Gorila a salir y él, en silencio, deja caer el machete y se
dirige a la puerta. Vuelve la cabeza y luego se acerca a ella, indeciso)

GORILA: ¿Sigue molesta?…

VIUDA: ¡Sí! ¡Fuera!

GORILA: (Con un grito) ¿Acaso tengo la culpa de que usted me guste?…

(Da un golpe fuerte a algo, la Viuda da un gritico y El Sirviente también)

GORILA: No se asuste. ¡Usted me gusta!… ¡Casi estoy enamorado!

VIUDA: ¡Apártese de mí! ¡Le detesto! ¡Haz que se vaya!

(El Sirviente vuelve a acompañarlo y el Gorila se devuelve)

GORILA: ¡Dios mío!… ¡Qué mujer!… ¡Caí como a un ratón en su trampa!

(Y va hacia ella)

VIUDA: ¡Apártese si no quiere que lo hiera!

GORILA: ¡No sabe lo feliz que seré de morir bajo la mirada de esos ojos! ¡Yo
no soy mal partido… tengo una haciendita en Apure! Doscientas cabezas de
ganado y buenos caballos… Tengo para mantenerle a esa gata… ¡Pero sea mi
mujer!

VIUDA: (Con indignación) ¡Es que yo lo mato! ¡Le desafío!

GORILA: (Le coge la mano, ella lanza un grito de dolor) ¡Y yo la desafío a que
nos amemos! ¡La amo! ¡La amo como nunca he amado!

VIUDA: ¿Y las doce mujeres que dejó y las nueve que lo dejaron?

GORILA: Ninguna como usted… ¡Le ofrezco mi mano, pero si la rechaza, sepa
que nunca más me volverá a ver!…

(Ella niega. Él inicia mutis, Sirviente lo acompaña pero antes de que salga, ella
lo llama)

VIUDA: ¡Espere!
GORILA: ¿Qué?

VIUDA: ¡Nada! ¡Márchese! ¡No…espere! ¡No! ¡Márchese! ¡Márchese!… ¡Lo


aborrezco! ¡O no…no se marche! ¡Si supiera usted lo rabiosa que estoy! ¡¿Por
qué se queda ahí?! ¡Fuera!

GORILA: ¡Adiós!

VIUDA: (Gritando) ¿A dónde va? ¡Espere!… ¡O si no….! ¡Márchese! ¡Ah, que


rabia! ¡¡¡No se acerque!!!

SIRVIENTE: Bueno, pero decídanse…

GORILA: (Acercándose) ¡¿La suelto?!

VIUDA: ¡Sí! ¡No! ¡Que sí le dije!

GORILA: Ah, entonces la agarro más fuerte…

VIUDA: ¡Sí…! ¡Ay, Dios mío… no!

GORILA: ¡Hasta se me puso carne de gallina!

SIRVIENTE: A mí también.

GORILA: (Brutalmente) ¡La amo! (La coge por la cintura) ¡Cinco años sin amar
a nadie y a usted, la amo!

VIUDA: ¡Apártese! ¡Fuera las manos! ¡Le detesto! ¡Suéltame, Gorila! (Un largo
beso y cuando van al cuarto…)

SIRVIENTE: ¿Señora, y yo qué hago?

VIUDA: Recoja esos machetes… ah, y hoy la gata come doble ración…

(La viuda y Gorila salen)

VIUDA: (Desde adentro) ¡Pero qué machete tan grande y qué filoso está!

SIRVIENTE: ¡Mucho luto y liberación femenina, pero toditas, cuando ven un


buen machete, se ponen locas!

OSCURO.

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