Esta Sera Mi Venganza

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ESTA SERA MI VENGANZA

MONTRESS

Esos tres chicos, los recuerdo bien, no me importaba de hecho lo que


pensaban o lo que sentían… en ese momento no me importaba nada, pero
cometí algo de lo que me arrepentiría mucho después, algo que me costaría
la vida.

Estaba en mi oficina jugueteando con los lápices sobre el pupitre, realmente


sabía lo que estaba pensando, sabía lo que estaba a punto de hacer. Me
preguntaba quién sería mi próxima víctima. Recordé los tres chicos del salón
C, seguro que con ellos podía disfrutar aunque sea un poco, no iban a decir
nada y si lo hacían, nadie les creería. Bien, es perfecto, me divertiré. Así que
me levanté de mi escritorio, abriendo la puerta planeando todo a mi
alrededor, sentía que tenía el poder para controlarlo todo, controlarlos a
ellos. Me acomodé el traje e intenté cambiar mi rostro para que no hubiera
alguna sospecha, toque la puerta del salón y mencioné “tengo que hablar
con ustedes” anteriormente se reían, pero pronto esa sonrisa se borrara de
sus insignificantes rostros.

Los lleve a mi oficina y el ambiente me refrescaba las ideas, hablamos una


que otra cosa y fue agradable. Les di una bebida que estaba mezclada con
una droga para adormecer, me quedé observando con cada sorbo que
daban, sabía muy bien lo que haría después. Ví cómo uno por uno caía bajo
las sustancias de esta y, satisfecho por el resultado, amarré sus pies, brazos
y con dos pedazos de cinta les sellé la boca.

Tenía las herramientas necesarias para cometer tal crimen, solo esperaba a
que estuvieran despiertos para observar cómo se retorcían de dolor y con
cada lágrima que soltaban pidiendo súplicas.

Pero supongo que pudo ser mi culpa el haberlo hecho, el karma llega y llega
rápido, lo ultimo que ví fue le cara de ese joven, Elijah, abalanzandose sobre
mí.
LIJE

Todo pasó ese día, las aves cantaban, los ríos fluían y nosotros nos
encontrábamos completamente normales en nuestros pupitres, Laura y
Phoebe me observaban, todo era perfecto, nada podía molestarnos,
exceptuando a ese indeseable hombre que nos torturó a nosotros 3, era un
desgraciado viejo de 170 cm aproximadamente, llamó a la puerta del salón
completamente vacío y pronunció con su asquerosa voz: “tengo que hablar
con ustedes tres” lentamente nos acercamos a la puerta para su oficina, un
lugar sumamente lujoso y fresco, muy diferente a todo el ambiente de
Paradise City: una ciudad árida y seca en donde el calor azota nuestros
cansados cuerpos noche y día sin cesar en ningún instante.

Al llegar a la oficina tan pintoresca encendió el aire acondicionado y nos


empezó a hablar de trivialidades, como el nuevo juego de baloncesto,
situación de la bolsa cosas así, nada relevante, pero luego de esa
medianamente agradable plática, fue que el infierno se desató.

Mentiría si dijera que el acuerdo a la perfección de todo lo que ha pasado,


más si recuerdo todo lo físico que sentí, eso contando con que yo era un
hombre, así que no quiero pensar que otras asquerosidades hizo con mis
amigas, pero algo que me regocija hacer es recordar los que hice después.

Ah? Sigues aquí todavía? Bueno, supongo que es por qué querrás oír lo que
le hice a ese estúpido viejo, ¿O me equivoco? Bueno… lo que le hice fue que
agarré un pequeño adorno y se lo clavé en el ojo, y luego empecé a
golpearlo, lo golpeé tan fuerte que si cara no tenía figura alguna, solo era un
triste cascarón vacío sin oficio ni beneficio, tampoco tan diferente a lo que
era antes.

Llegó la noche y yo seguía golpeando ese cuerpo sin vida, fue entonces
cuando la policía llegó, tarde, como siempre y me arrestó, desconozco si
ellas están bien, aunque estoy seguro de que él no lo está se veía tan
espléndido estático, ah, se me revuelve la sangre de solo pensarlo.
Ese fue todo el reporte del “interrogatorio” que tuvo el asesino, este se
mostró curiosamente muy cooperativo y compasivo, desconocemos el
porqué de estas acciones pero confiamos en que los profesionales de la
salud mental podrán averiguar si el individuo de sus facultades mentales.
Escribió el coronel Wong.

BASTIAN

Sebastian nunca se consideró, y tampoco es que lo fuera, una persona


observadora. Cuando se casara ya se veía como el tipo de hombre que si su
mujer un día volvía con el cabello amarillo flour y la piel de un bordo intenso,
él no se iba a enterar.

Pero, por qué siempre hay un pero, había una persona a la que
inconscientemente conocía más que a sí mismo, su mejor amiga Laura, a la
que con cariño llamaba Aura. Después de todo se conocían desde que tenía
días de nacidos, eran como gemelos.

El primer cambio lo notó un día que pasó por casa de ella para ir al instituto.
Aura salió dos minutos tarde y no se detuvo a acomodar la maceta que había
en una ventana. Su gato la empujaba todas las noches y ella todas las
mañanas la acomodaba, parecía un gesto inconsciente. Hasta que esa vez ni
siquiera levantó la vista del suelo.

Otra cosa más que noto que lo saludo solo con un “Hola, Bastian” y nada
más. Por lo general lo miraba a los ojos y le sonría. Sumado a que su ánimo
siempre tímido, contenido y alegre había sido reemplazado por los
sentimientos de una piedra con alexitimia.

Al llegar al instituto Aura corrió rápido hasta el salón de clases, como si no


quisiera ver a ninguno de sus compañeros en el pasillo, no salió a los recreos
y al terminar el horario de clases se fue casi corriendo a casa.
Así pasaron tres días y Bastian fue a hablar con la madre de Aura. La mujer
atribuyó todo a que podría estar en sus días o la presión para las olimpiadas
de matemáticas.

Bastian fingió que aceptaba, pero la verdad es que sentía que había algo
más que su amiga no le estaba diciendo. Sería hombre y todo lo que fuera,
pero era él quien llevaba en su mochila toallitas por qué cada vez que ella
tenía su periodo se las olvidaba, era él quien la acompañaba cuando estaba
eufórica por un nuevo desafío intelectual.

Tuvo que pasar lo que quedaba de semana fingiendo que nada pasaba hasta
que el sábado cuando Aura se iba a clases de guitarra en la tarde, Bastian
fue a su casa. Le dijo a la madre de ella que tenía una sorpresa y fue al
dormitorio de su amiga. Reviso todo de punta a punta hasta que encontró su
diario íntimo. Nadie estaría listo jamás para poder leer algo así.

Sebastián no quiso declarar, por lo que este reporte fue descrito por su
hermana Flora. Informó el coronel Wong.

AURA

Querido diario:

Necesito hablar con alguien, ya no puedo más. Me duele no solo en el


cuerpo, también en el alma. Desde aquel día, no me siento igual. Es como si
me hubieran arrancado una parte de mi ser, tal vez la parte ingenua que
creía que si una persona te sonreía y te daba un chocolate, era buena. Esa
parte que pensaba que solo les pasaban cosas malas a los niños
desobedientes que se iban con desconocidos. Pero yo no hice ninguna de
esas dos cosas, y me fue mal.

Tengo miedo de hablar sobre lo que pasó. Todos dicen que el director es
bueno, amable, atento, y un sinfín de adjetivos positivos. Incluso mi madre,
una mujer desconfiada por naturaleza, habla bien de él.

Nadie me creería si digo que no es bueno, que bajo esa sonrisa se esconde
un monstruo devorador de inocencia y alegría. Nadie creería que ese hombre
me robó las ganas de vivir.

Esta es mi historia, y este es el único lugar donde puedo contarla.


Soy una buena estudiante, una de las mejores. Me esfuerzo mucho en mis
estudios y en mis tareas. Durante años, cada vez que la escuela debía enviar
a algún estudiante a una competencia de niños inteligentes, siempre me
elegían a mí, y ganaba. Por eso, ese día no me pareció extraño que, al igual
que muchas veces antes, el director me llamara a su oficina después de
clases.

La mayoría ya se había ido, y no presté mucha atención cuando el director


me abrió la puerta. Después de que entré, cerró con llave. Ese día, en
particular, se quedó muy cerca de mí mientras me decía lo buena e
inteligente que era, que era buena recibiendo consejos, y que tenía uno muy
importante que darme, uno que me ayudaría a tener éxito en la vida: que
me quedara callada.

Pasó sus manos por mi cintura y fue bajando hasta mis caderas. Recuerdo
apretar los ojos mientras sentía cómo me agarraba con fuerza la muñeca y,
con un jalón, me hizo golpear contra el escritorio y apoyar mi pecho sobre él.
Me tapó la nariz con algo que hizo que mi cuerpo se sintiera adormecido y
pesado, pero mi mente seguía muy despierta.

Sentí cada segundo de lo que hizo, y aunque estaba apagada por lo que me
dio, también sentí el dolor que me provocó. Se supone que el acto dura entre
3 y 5 minutos, pero para mí fueron horas, mientras él empujaba su cuerpo
contra el mío y jadeaba como un animal, diciendo cosas obscenas.

Cuando terminó, sentí que me tocaba, y después vi cómo tiraba a la basura


un pañuelo con un poco de sangre. Me acomodó la ropa mientras me
susurraba que no dijera nada, o me arruinaría la vida y haría lo mismo con
mi mejor amigo.

Luego, me llevó a la enfermería, diciendo que me había encontrado así en el


pasillo y que probablemente había sido por un bajón de tensión.

Desde ese día, intento hablar lo menos posible, por temor a terminar
diciendo algo sobre lo que ocurrió. Mi madre se estaba esforzando mucho en
su trabajo, como para que el director hiciera algo y lo perdiera. Jamás me
perdonaría si a Bastian le pasara algo similar. Pero hay una pregunta que
empieza a rondar mi cabeza cada vez que pienso en hablar: ¿no estarían
ellos fuera de peligro si yo ya no estoy?

Sin embargo, fue Lije quien me salvó, aunque de la manera más cruel
posible, no pude ver con claridad lo que hacía, aunque no debía tener un
super ojo para comprender lo que hacía
Aura.

El testimonio de Phoebe no existe, ya que, desafortunadamente, ella falleció


antes de poder declarar, aunque sus últimas palabras para la policía fueron
¨el era un monstruo, el lo hizo¨ informó el coronel Wong

CARTER

Aquello me molestaba en exceso, una injusticia, me uní al cuerpo de policía


no por mi idea, sinó por la de mi padre, su ultimo deseo era que siguiera su
sueño de acabar con los criminales de una vez por todas. Sin embargo este
chico tenía razón, estaba escrito en mí que debía detenerlo, pero mi corazón
me apuntaba que hizo lo correcto.

No tengo ni la mas remota idea de que pensar, estoy perdido, el caso está
cerrado y no hay venganza que tomar, solo me queda lamentarme por la
muerte de uno de ellos

MUCHAS GRACIAS POR LEER!!!!

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