Frigerio y Lamborghini
Frigerio y Lamborghini
Frigerio y Lamborghini
PARA EL
DESARROLLO
HUMANO
EN
ARGENTINA
2011
5
APORTES PARA EL
DESARROLLO HUMANO
EN ARGENTINA / 2011
AFRODESCENDIENTES
Y AFRICANOS
EN ARGENTINA
Publicado por el
Programa de las
Naciones Unidas
5 para el Desarrollo
(PNUD)
© Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2011
Esmeralda 130, 13º piso (C1035ABD) Buenos Aires, Argentina
www.pnud.org.ar
ISBN 978-987-1560-31-8
Investigadores Principales
Gabriela Catterberg y Ruben Mercado
Edición
Mariana Enghel
Diseño
Tholön Kunst
Introducción 2
Parte histórica
La trata esclavista. Asociaciones religiosas,
étnicas, recreativas y de ayuda mutua 4
Parte etnográfica
Desarrollo de un movimiento social afrodescendiente 26
Conclusiones 38
Notas 40
Bibliografía 46
Introducción 54
Introducción 54
El estado civil/conyugal 57
El tamaño de la familia 59
El nivel educativo 60
La ocupación 60
La lengua 61
Introducción 67
Conclusiones 81
Notas 82
Bibliografía 84
El análisis hasta aquí realizado muestra cómo, pese al poco apoyo recibido
por el Estado argentino, un grupo de militantes afrodescendientes (argen-
tinos, pero también provenientes de distintos países de América Latina y
África) han logrado formar un incipiente movimiento social negro en un
país que siempre se enorgulleció de su “blanquedad”. Para ello han utilizado
estratégicamente los escasos recursos materiales, simbólicos y culturales
a su disposición. En primer lugar, aprovecharon una estructura de opor-
tunidades políticas internacional compuesta por la existencia de redes
internacionales de movimientos negros en busca de interlocutores locales;
el apoyo (más simbólico que material) a los afrodescendientes brindado
por el BM, y la realización de conferencias internacionales contra el racis-
mo, como la de Durban, que obligan a los gobiernos locales o a algunas
de sus instituciones a atender la cuestión de los afrodescendientes. En
segundo lugar, aprovecharon una estructura de oportunidades local, con-
formada por el desarrollo relativamente reciente de una narrativa multi-
cultural de la Ciudad de Buenos Aires que favorece la reivindicación de
identidades étnicas y la promoción de sus culturas. Otra variable contextual
favorable fue la existencia previa de trabajadores culturales afroamericanos
que produjeron, a lo largo de la década de 1990, una “movida cultural
afro” que los proveyó de un público afín a la temática y de performers a
quienes recurrir cuando fuera necesario mostrar “cultura afro” para acom-
pañar reclamos políticos y sociales.
El número relativamente pequeño de individuos que hasta el momen-
to optan por identificarse como “afroargentinos”, “negros argentinos” o
“afrodescendientes” y por comprometerse políticamente con el reclamo
de sus derechos ciudadanos hace que las alianzas con otros militantes
afroamericanos o africanos sean necesarias. De ahí la búsqueda de catego-
rizaciones identitarias que resulten cada vez más inclusivas –si bien ya ha
surgido una agrupación contraria a esta estrategia inclusiva, que prefiere
una más excluyente–. En el debe de las actividades de los militantes queda,
sin duda, el lograr que una proporción mayor de argentinos adopten una
identidad personal, social y colectiva de afrodescendientes. Como señala
Frigerio (2009), la preponderancia de identificaciones políticas o de clase
en sectores populares conspira contra la posibilidad de que la porción de
aquellos que podrían autoidentificarse como afrodescendientes lo hagan,
si esto no les trae beneficios claros y concretos. El gran logro que fue la
inclusión de la pregunta sobre afrodescendencia en el Censo Nacional de
1
Un buen resumen de nuestro conocimiento actual sobre el tema se
puede encontrar en Guzmán (2006).
2
Hemos intentado mencionar la totalidad de las fuentes consultadas para
la elaboración de este trabajo. Sin embargo, como no es posible citar
continuamente la totalidad de las fuentes de datos, pedimos disculpas
por anticipado en caso de haber cometido alguna omisión.
3
A juzgar por las prácticas llevadas a cabo actualmente en templos de reli-
giones afroamericanas, es más probable que el “cuarto de ánimas” fuera
el lugar donde se rendía culto regular a los antepasados (ya fuera en forma
más africana o más católica, o en una mezcla de ambas) y que los velorios
–para los cuales se necesita un espacio mayor– se realizaran en el salón.
4
Windus (2002-2003) también pone en duda que las nuevas organizaciones
expresaran la existencia de naciones étnicas africanas previas; para ella, de
hecho, es más probable que se basaran en relaciones sociales contingentes.
5
El censo municipal de 1855 y el censo nacional de 1869 no recabaron
información sobre la raza (Andrews, 1980: 66).
6
De 23.748 muertos por la fiebre amarilla, se ha consignado la raza de
17.739, de los cuales sólo 268 eran afroporteños (Andrews, 1980: 92).
7
Esta estimación se basa en el relevamiento de cuatro periódicos afropor-
teños. En un trabajo muy reciente –aún no publicado– en que analiza
tres periódicos más, Cirio (2011b: 5) eleva el total a 148 agrupaciones,
100 de las cuales son comparsas de carnaval.
8
En el apoyo de esta funcionaria puede notarse la importancia de la nueva
narrativa multicultural de la ciudad, que mencionamos al comienzo del
apartado. La relevancia del nuevo contexto ciudadano para la valoración de
los movimientos identitarios es mencionada explícitamente por la defensora
adjunta en un informe de actividades realizadas durante el año 2001.
9
Véase el artículo de Luis Grassino, “Buenos Aires de ébano”, publicado
en la Revista del Diario Clarín el 5 de diciembre de 1971.
11
También resulta necesario destacar aquí la labor pionera de la Casa
de la Cultura Indo-Afro-Americana de la provincia de Santa Fe. Esta
agrupación, dirigida por Lucía Molina y Mario López (su marido recien-
temente fallecido) y cuya existencia precede la de África Vive, organizó
las Primeras y Segundas Jornadas sobre Cultura Negra en 1991 y 1993,
y además participó activamente en la Red Continental de Organizacio-
nes Afro, otra red transnacional de movimientos negros dirigida por
la Organización Mundo Afro de Uruguay. Aunque sus representantes
sin duda tuvieron y tienen un importante rol en el desarrollo de un
incipiente movimiento negro en el país, su visibilidad en Buenos Aires
es mucho menor que la de África Vive.
12
Pese a que los militantes pasan a identificarse cada vez más como “afro-
descendientes” en la arena pública, en el habla coloquial el término
“negros” no desaparece. Al respecto, la observación de la militante afro-
santafesina Lucía Molina resulta muy clara: “A nivel de las organizaciones
adoptamos el término afrodescendientes. A nivel de la gente corriente,
entre nosotros y en la Argentina, la costumbre es denominarnos negros.
La cuestión es la siguiente: ¿quiénes de nosotros son negros y quiénes
no? Bueno, también entendimos y acordamos que tener un antepasado
negro es ser negro o ser afrodescendientes, y no necesariamente tiene
que ver con el color de la piel, sino con la pertenencia étnica y cultural
[…]. Tenemos el desafío de sensibilizar y de empezar a debatir sobre
estos temas, ¿cómo denominarnos a nosotros? […]. Para nosotros es un
desafío, y sinceramente no sabemos a qué nos puede conducir el tér-
mino afrodescendiente, todavía no lo sabemos, lo estamos estrenando”
(Panel “Argentina como sociedad multi-étnica y multi-racial” del Quinto
Coloquio LatCrit sobre Derecho Internacional y Derecho Comparado,
Buenos Aires, 12 de agosto de 2003).
13
Después de la Conferencia de Durban se impuso con mayor fuerza la
necesidad de incluir la pertenencia racial en los censos, como una forma
de poder discriminar la incidencia de la raza en la situación económica
(López, 2005).
14
En esta ocasión, varias de las asociaciones afroargentinas que pertenecían
a la comunidad caboverdiana, en un giro novedoso de su identificación
colectiva, declararon trabajar en pro de los afrodescendientes. Véase Maffia
y Ceirano (2005) para un análisis de las distintas formas que asumen las
identificaciones de los caboverdianos y sus descendientes en la Argentina.
15
En lo que respecta a esta segunda reunión y a las medidas adoptadas
a partir de la misma, nos basamos en las informaciones contenidas en
López (2005).
16
Bajo esta categoría se incluyó un espectro amplio de personas, lo cual
resulta de un proceso negociado entre los activistas y los organismos
involucrados. El diseño del instrumento de medición contemplaba cuatro
preguntas relativas a esta categoría de autoidentificación; dos de ellas
17
Dichos barrios fueron elegidos sobre la base del conocimiento de que allí
residían personas con ascendencia africana, lo cual permitía comprobar
si las preguntas propuestas “captaban” afrodescendencia.
18
En 2003, Daniel Schávelzon publicó Buenos Aires negra, un estudio ar-
queológico de los restos materiales de los negros de la ciudad. Este autor
fue tomado como referencia de tal afirmación sobre la referida casa de
San Telmo, aunque, al parecer, no se pronunció en público al respecto.
19
En la casa también pasaría a funcionar África Vive, cuyo financiamiento
internacional había sido interrumpido en esa época.
20
Según la publicación En San Telmo y sus Alrededores (Nº 83), dicho comité
está integrado por las siguientes “organizaciones no gubernamentales”:
África Vive, Asociación Cultural Brasilera A Turma da Bahiana y Co-
munidad Caboverdiana. Disponible en: <http://www.ensantelmo.com.
ar/Cultura/Lugares/freda1.htm>.
21
Según el INADI, “el objetivo de los foros es abordar la temática de la
discriminación de maneras específicas”. Tan sólo unos meses antes, en
octubre de 2004, los militantes se quejaban de la no representación de
los afrodescendientes en el INADI, y en un documento dirigido a ese
organismo postulaban a María Lamadrid como su representante.
22
Una afrodescendiente de las familias negras tradicionales argentinas
pasó a formar parte del Consejo Asesor de la sociedad civil del organismo.
23
El uso diferencial de “en Argentina” o “de Argentina” no es menor, pero
una discusión de estos matices está fuera del alcance de este trabajo.
24
En las invitaciones preparadas para el evento de 2008, puede observarse
un énfasis aún mayor en la identificación diaspórica, ya que la Semana
de África pasó a ser la Semana de la Diáspora Africana.
25
Tras algunos cambios, se reconstituyó en 2010 como la Diáspora Africana
de la Argentina (DIAFAR), definiéndose de la siguiente manera: “La diáspora
africana de la Argentina
a es un conjunto de personas que incluye a los afro-
descendientes nacidos en Argentina, a los afro-americanos y a los inmi-
grantes africanos que son conscientes de ello y reivindican activamente un
vínculo con África estando en Argentina, independientemente del Estado
nacional en donde hayan nacido” (fragmento tomado del blog de DIAFAR.
Disponible en: <http://diafar.blogspot.com/p/quienes-somos.html>).
26
Su fundadora y principal referente, María Elena Lamadrid, es parienta
de la fundadora de África Vive, María Magdalena Lamadrid (Pocha), y
colaboró con ella en los primeros tiempos de África Vive.
28
Los nuevos manuales de 2010 corresponden a las áreas de ciencias na-
turales, ciencias sociales y lengua, y están dirigidos a los estudiantes
del último año del ciclo primario.
29
Hasta el momento de cierre de este trabajo no fue posible analizar los
manuales renovados. En el informe de gestión 2008-2009 del INADI
se afirma que la capacitación en contenidos sobre los afroargentinos
contó con la colaboración de una militante afroargentina (de la comu-
nidad caboverdiana) (Instituto Nacional contra la Discriminación, la
Xenofobia y el Racismo, 2009: 242), y que se ha suministrado un banco
de fotografías de familias afrodescendientes (Instituto Nacional contra
la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, 2009: 128). También se
indica que se intentó revisar la imagen que restringe la presencia de la
población negra a la época colonial.
30
Los disidentes son miembros de la Asociación Civil África y su Diáspora,
integrada por activistas negros (mayormente inmigrantes) con varios
años de trayectoria militante en el país o en Uruguay.
31
Según se informa en la página web de la institución, el Consejo Con-
sultivo de la Sociedad Civil “funciona en la Cancillería argentina con
el objetivo de generar un fluido intercambio de información entre fun-
cionarios y representantes de la sociedad civil, [con] vista[s] a fortalecer
los procesos de integración regional en el marco del MERCOSUR y de
América Latina en general. En este espacio se fomenta la participación
de organizaciones comunitarias, empresas, sindicatos, organismos no
gubernamentales, universidades, movimientos sociales, cooperativas y
entidades intermedias con la intención de articular actividades y de-
bates que permitan colaborar con el ejercicio de la política exterior
de nuestro país” (Consejo Consultivo de la Sociedad Civil, “¿Qué es el
CCSC?”. Disponible en: <http://ccsc.mrecic.gov.ar/que-es-el-ccsc>). Si bien
la inserción de un grupo afrodescendiente en este contexto oficial tiene
un interesante valor simbólico, al menos hasta el momento no debe ser
sobrestimada en cuanto a su injerencia real en políticas concretas.
33
El INADI se ocupó del tema mediante una campaña titulada “Soy
afroargentino/a”, de alcance modesto, que principalmente consistió en
la difusión de folletos y videos en Internet.
34
La pregunta sobre afrodescendencia fue la siguiente: “¿Ud. o alguna per-
sona de este hogar es o tiene antepasados de origen afrodescendiente o
africano (padre, madre, abuelos/as, bisabuelos/as)?”, siendo las respuestas
posibles: “Sí (indique el Nº de personas)”, “No” e “Ignorado”. Esta pre-
gunta no se realizó a toda la población; al igual que las de pertenencia
a pueblos originarios, las relativas a personas con discapacidad y otras,
fue incluida en el “cuestionario ampliado” que se aplicó únicamente en
localidades de menos de 50 mil habitantes y en áreas rurales. En el resto
del país (localidades de más de 50 mil habitantes), se aplicó sólo a una
muestra (10%) elegida de acuerdo con criterios estadísticos determinados.
35
En el cierre del Primer Congreso Nacional Afro (21 de marzo de 2011), la
directora del INDEC informó que los resultados de la encuesta amplia-
da (que incluye la pregunta sobre afrodescendencia) podrán conocerse
en diciembre de 2011, momento en que serán publicados. Por todo lo
señalado hasta el momento, es esperable que el resultado numérico sea
muy exiguo.
36
Por ejemplo, en las vísperas de la realización del censo, la titular del INDEC
expresó a un medio periodístico: “Los afrodescendientes, las personas
que descienden de pueblos originarios, e incluso aquellas personas con
algún tipo de discapacidad son sectores de la población normalmente invisi-
bilizados. […] Por ejemplo, en la última prueba experimental del censo
[la prueba piloto de 2005], sin ir más lejos, al preguntar en una vivienda
si había alguna persona descendiente de afros, la respuesta fue ‘no, acá
somos todos argentinos’. También sucedía esto cuando preguntábamos
en relación con los pueblos originarios. Y en realidad ninguno de estos
dos procesos puede ser ignorado. Es decir que existen grandes diferencias
con otros censos anteriores. Desde el punto de vista conceptual, el próximo
censo está concebido con una impronta integradora de las minorías existentes en
nuestro país” (Tiempo Argentino, 2010; las cursivas son nuestras).
37
Discurso del presidente del INADI en el lanzamiento del Programa “Afro-
descendientes contra la discriminación, la xenofobia y el racismo” de este
organismo (Centro Costa Salguero, Buenos Aires, 2 de febrero de 2011).
39
Discurso del ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en las Jor-
nadas “Trabajo y Cultura Afro en la Argentina” (Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires, 15 de marzo de 2011).
40
La versión oficial lo presentó luego como las “jornadas preparatorias” del
mismo, probablemente debido a conflictos internos entre los militantes
afroargentinos ligados con los organizadores.
41
Discurso del canciller de la nación en el “Primer Congreso Nacional de
Afrodescendientes y Africanos/as de la República Argentina” (Palacio San
Martín de la Cancillería Argentina, Buenos Aires, 21 de marzo de 2011).
42
Se trata de la Ley 14276. Disponible en: <http://www.hcdiputados-ba.gov.
ar/refleg/l14276.htm>.
43
“Pues ese día del año 1827 se trató y aprobó la petición para otorgar
sueldo de capitán de infantería a la ‘Madre de la Patria’”. Disponible en:
<http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/refleg/f14276.htm>.
44
Disponible en: <http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/refleg/f14276.htm>.
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* Agradecemos en primer término a los inmigrantes subsaharianos y afrodescendientes que nos han brindado su apoyo en
nuestro trabajo de investigación. A los doctores Fernando Manzanares de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) y
Marcos Filardi de la Defensoría de la Nación, por las entrevistas y las estadísticas proporcionadas. A los colegas Dra. Gladys
Lechini, Dra. Bernarda Zubrzycki, Mg. Rodolfo Bertoncello, Lic. Sergio Bertini y a las licenciadas Silvina Agnelli, Inés Berisso,
Gisele Kleidermarcher y Luz Marina Mateo, por sus generosas respuestas a las diversas consultas y por las apoyaturas
técnicas brindadas.
Introducción Desde Cabo Verde
hacia Argentina
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos consultados en Censo de Caboverdianos 1979 (Zonas I y II),
Muestra Zona I 1997 y Mapeo 1998.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos consultados en Censo de Caboverdianos 1979 (Zonas I y II),
Muestra Zona I 1997 y Mapeo 1998.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos consultados en Censo de Caboverdianos 1979 (Zonas I y II),
Muestra Zona I 1997 y Mapeo 1998.
* La suma de las personas que tienen instrucción formal y los analfabetos no es igual a 100 debido a que hay casos sin
especificar. El porcentaje de aquellos que cuentan con instrucción primaria, secundaria y terciaria/universitaria
sumados al de analfabetos supera el 100% porque se calculó sobre un subconjunto con educación formal.
La lengua
Segunda Lengua
El idioma materno más hablado era el caste- Criol Portugués Castellano
llano. El criol es una lengua propia de los mi-
grantes, al igual que el portugués, que se perdió Zona I (1979) 14,3 67,8 14,3
como lengua materna entre los caboverdianos Zona II (1979) 29,7 45,8 24,4
nacidos en Argentina. La Zona I, tanto en 1979 Total (1979) 22,6 56 19,8
como en 1997, presentaba los valores más bajos Muestra Zona I (1997) 21,7 17,4 32,6
de hablantes de criol como lengua materna. Mapeo (1998) 16,5 19,1 10,1
Como segunda lengua, el criol no ganó en
importancia entre 1979 y 1997. El portugués
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos consultados en Censo
también perdió importancia como segunda de Caboverdianos 1979 (Zonas I y II), Muestra Zona I 1997 y Mapeo 1998.
lengua, ya que era hablado por casi un 70% en
Angoleña 2 1 4 3 1 1 3 15
Burundesa 2 1 3 6
Camerunesa 3 1 1 6
Centroafricana 2 2
Congoleña 1 1 1 1 1 3 2 10
Eritreana 2 2
Etíope 1 4 1 6
Ghanesa 2 1 2 3 5 8 4 26
Guineana Bissau 2 2 1 1 3 2 6 2 4 1 24
Guineana Conakry 2 3 5
Keniata 1 1
Liberiana 3 24 2 8 1 1 1 1 1 1 8 5 4 2 2 1 67
Maliense 3 1 1 1 8 1 1 16
Marfileña 1 1 8 1 11 22
Mauritana 1 1 2
Nigeriana 1 2 8 9 1 2 2 1 5 4 1 4 4 1 9 54
Ruandesa 1 1
Senegalesa 1 1 1 1 5 7 5 10 2 1 17 13 5 1 1 71
Sierraleonesa 1 15 1 2 9 28 10 3 1 1 71
Somalí 5 5
Sudafricana 1 1 1 3
Sudanesa 1 1 1 1 4
Chadiense 1 1
Togolesa 1 1
Zaireña 5 1 1 7
Zimbabwense 2 2
Total 1 6 16 38 13 16 22 18 22 15 7 21 61 45 25 26 20 18 35 5 430
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos consultados en la Comisión Nacional de Refugiados (CONARE) al 30 de junio de 2010. Disponible
en: <http://www.migraciones.gov.ar/conare/index.html>.
Senegalesa 9 1 5 10 6 15 23 69
Nigeriana 2 2 5 11 2 8 7 37
Sudafricana 3 7 5 2 5 6 28
Camerunesa 1 3 2 5 1 5 4 21
Ghanesa 2 1 7 1 4 2 17
Sierraleonesa 2 5 6 1 1 15
Angoleña 1 1 1 2 1 2 3 11
Burkinesa 3 1 1 4 9
Keniata 2 2 2 1 7
Marfileña 2 2 2 1 7
Maliense 3 1 1 1 6
Congoleña 1 3 4
Total 30 12 27 49 20 43 50 231
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos consultados en la Dirección Nacional de Migraciones (DNM),
Ministerio del Interior, Presidencia de la Nación Argentina. Disponible en: <http://www.migraciones.gov.ar/accesible/>.
Senegalesa 17 47 3 5 5 2 2 81
Nigeriana 6 14 9 7 2 4 11 53
Ghanesa 2 17 4 4 12 1 40
Sierraleonesa 18 7 5 1 2 33
Sudafricana 8 1 6 6 9 30
Angoleña 2 2 5 9 6 4 28
Camerunesa 3 7 3 3 2 5 4 27
Total 48 100 26 25 25 37 31 292
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos consultados en la Dirección Nacional de Migraciones (DNM),
Ministerio del Interior, Presidencia de la Nación Argentina. Disponible en: <http://www.migraciones.gov.ar/accesible/>.
Caracterización de la población
Nacionalidad Entradas Salidas inmigrante a partir del trabajo
de campo etnográfico
Caboverdiana 70 189
Camerunesa 122 99 Caracterizar esta migración es una tarea que
Congoleña 51 63 reviste suma complejidad. No podemos hablar
Gambiana 5 7 de inmigración subsahariana en Argentina como
Ghanesa 211 176 si se tratase de un fenómeno homogéneo. Esta
Guineana 0 0 posee una gran diversidad en función de múltiples
Liberiana 27 29 factores, tales como el país de origen, la religión,
Maliense 22 10 la normativa migratoria, las redes sociales y el
Nigeriana 331 338 acceso a la información y a los medios de comu-
Senegalesa 458 557 nicación y de transporte, entre otros. Es por ello
Sierraleonesa 11 12 que en este punto advertimos al lector que esta
Sudafricana 16.597 16.500 caracterización está sujeta a modificaciones y
ampliaciones posteriores.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos consultados en la Dirección Nacional Las razones aducidas por los migrantes africa-
de Migraciones (DNM), Ministerio del Interior, Presidencia de la Nación Argentina.
Disponible en: <http://www.migraciones.gov.ar/accesible/>. nos en Argentina para desplazarse fuera del con-
tinente, según la bibliografía consultada (Gomes,
2006; Traoré, 2009), son de carácter económico y
político, coincidiendo con los planteos de Adepoju
Respecto de los datos presentados en el Cuadro (1984; 2004; 2006; 2007) y de Kabunda (2000, 2006;
12, debemos aclarar que, por tratarse de infor- 2007). Sobre la base de nuestro trabajo de campo
mación resguardada, no es posible saber si son (Zubrzycki y Agnelli, 2009; Maffia, 2010b), pode-
las mismas personas las que entran y salen varias mos señalar que uno de los principales motivos,
veces, razón por la cual puede haber sobrerre- que aparece reiteradamente en los relatos de los
presentación. Sabemos que algunos inmigrantes informantes, es la escasez de posibilidades en el
viajan con cierta frecuencia a Brasil para comprar mercado laboral de sus lugares de origen, ya se
mercadería, o se dirigen a su país de origen por trate de emigrantes/inmigrantes de baja, mediana
el mismo motivo, o por razones religiosas, o bien o alta cualificación educativa. Algunos tuvieron
para visitar a su familia, salir de vacaciones o como propósito inicial emigrar hacia Estados Uni-
realizar trámites. Debido a que los registros aún dos y dado que les negaron la correspondiente visa
no están totalmente informatizados, también se escogieron otro país en el que pudieran entrar
dificulta conocer si entran en calidad de turistas, con relativa facilidad y que les ofreciera la posi-
por comercio, estudio o trabajo, para visitar pa- bilidad de obtener trabajo o de mejorar su situa-
rientes y amigos, etc. Tampoco es posible saber ción económica. Especialmente para aquellos que
el sexo, la ocupación u otra información impres- emigraron en la década del noventa, la paridad
cindible para la investigación. del peso con el dólar estadounidense constituyó
Resultó llamativo el alto número de sudafrica- de algún modo un “factor de atracción”.
nos que entran y salen del territorio argentino. Para el caso de la migración senegalesa, que es
Según las respuestas obtenidas en consultas reali- mayoritaria en Argentina, y de acuerdo con los
zadas en distintos ámbitos, las entradas responden análisis de autores como Riccio (2001), Rodríguez
1
Cabe aclarar que las investigaciones fueron realizadas en el marco de
proyectos financiados por la Universidad Nacional de la Plata (UNLP,
Programa de Incentivos del Ministerio de Educación de la Nación), el
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y
la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio
de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.
2
Si en primer lugar la inmigración es, por cierto, el desplazamiento de personas
en el espacio, “antes que nada en el espacio físico” (Sayad, 2000: 15), acudimos
a la geografía para caracterizar Cabo Verde y a la demografía para conocer
su población. No obstante, el espacio no será pensado sólo en cuanto espacio
físico, sino también en términos sociales, económicos, políticos y culturales.
3
“En cualquier caso, aunque la documentación antigua presente a las
islas como desiertas a la llegada de los descubridores, no se debe excluir
del todo la hipótesis de que Santiago haya sido el refugio de un pequeño
grupo de náufragos jalofos u otros habitantes de Cabo Verde (Lebús o
Sereres, etc.), antes de la llegada de los portugueses” (Carreira, 1972: 301).
4
Una situación similar se comprueba en Estados Unidos, particularmente
en New England, donde la mayoría de ellos estuvieron ocupados en
actividades marítimas.
5
Para el año 1991, la revista Emigrason (págs. 30 y 31), una publicación
del Instituto de Apóio ao Emigrante de Cabo Verde, lista –aclarando que
no se trata del total– cuatro asociaciones en Portugal, nueve en Francia,
seis en Holanda, una en Luxemburgo, dos en Suiza, una en Noruega,
una en Suecia, dos en Brasil y dos en Argentina.
6
Wacquant (2005) construye un concepto relacional del gueto como instrumento
bifronte de encerramiento y control etnorracial, considerándolo un mecanis-
mo socio-organizacional compuesto por cuatro elementos: estigma, coacción,
confinamiento espacial y compartimentación institucional. Constituye una
forma especial de violencia colectiva materializada en el espacio urbano.
7
Cabe recordar que en 1910 se sancionó la Ley de Defensa Social, que
reglamentó la admisión de extranjeros en el territorio argentino,
8
“La invisibilidad del negro es uno de los soportes de la ideología del blan-
queamiento, pudiendo ser identificada en diferentes tipos de prácticas
y representaciones” (Boaventura Leite, 1996: 41).
9
Para los descendientes de inmigrantes y los pueblos en diáspora, el terri-
torio de origen constituye un recurso siempre disponible, incluso cuando
las semejanzas culturales y lingüísticas ya se han apagado (Poutignat y
Streiff-Fenart, 1997).
10
A este término acuñado en forma provisoria por Matonti y Poupeau
(2004), de gran utilidad analítica, lo definen como “capital nacido de la
autoridad reconocida por el grupo y en ese sentido ‘inestable’ […]. El capital
militante adquirido y la posición conquistada constituyen una oportu-
nidad de reconocimiento para individuos que viven un desclasamiento
producto del desfasaje entre las aspiraciones ligadas a una escolarización
prolongada y la realidad de la posición (social y profesional) ocupada”.
11
La prueba piloto se realizó en dos barrios seleccionados por la relevan-
cia de la población afrodescendiente. Uno de ellos se sitúa en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y el otro, en la Ciudad de Santa Fe. Para más
detalles, véase López (2005).
12
La OCDE, creada en el año 1960, es una organización que se dedica a la
cooperación y el desarrollo económico global. Está conformada por 34 países
miembros, pertenecientes a Europa, América y la región de Asia Pacífico
(Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2011).
13
Se trata de una fundación sin fines de lucro que desde mediados de 2002
acompaña a los refugiados y migrantes en su proceso de integración en
la sociedad local, por medio de actividades socioeconómicas, actividades
de inserción laboral y de generación de ingresos, cursos de capacitación,
visitas de asistencia técnica y organización de exposiciones y ferias de
economía social y solidaria (información extraída de la página de la
fundación. Disponible en: <http://myrar.org.ar>).
14
Elaboración (no publicada) realizada en 2011 por el sociólogo Sergio
Bertini de la Fundación MyRAr.
15
En la Embajada se produjo un recambio de diplomáticos hace un tiempo
atrás, y la nueva gestión no parece estar interesada, por el momento, en
apoyar las iniciativas y las actividades de la diáspora tan intensamente
como lo hizo la gestión anterior.
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR. 2009.
“2008 Global Trends: Refugees, Asylum-seekers, Returnees, Internally Displaced
and Stateless Persons”. ACNUR. 16 de junio. Disponible en: <http://www.unhcr.
org/4a375c426.html> [Fecha de consulta: 15 de noviembre de 2009].
Obi, C. 2010. “African Migration as the Search for a Wonderful World. An Emer-
ging Trans-Global Security Threat?”. African and Asian Studies. Nº 9: 128-148.
Zelizer, B. 1995. “Reading the Past against the Grain: The Shape of Memory
Studies”. Critical Studies in Mass Communication. Vol. 12, Nº 2: 215-239.