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La preferencia por un tipo de flujo sobre otro en los intercambiadores
de calor depende de varios factores, como la eficiencia de
transferencia de calor y la uniformidad de la distribución de temperaturas. En el caso de los intercambiadores de calor de placas y juntas, se recomienda el flujo contracorriente para maximizar la eficiencia de transferencia de calor.
En el flujo contracorriente, los fluidos circulan en direcciones opuestas
a través del intercambiador de calor. Esto crea un gradiente de temperatura más pronunciado a lo largo de la longitud del intercambiador, lo que maximiza la eficiencia de transferencia de calor. Además, el flujo contracorriente tiende a producir una temperatura de salida más uniforme, lo que es beneficioso en muchas aplicaciones industriales.
En contraste, el flujo paralelo implica que ambos fluidos fluyen en la
misma dirección a lo largo del intercambiador de calor. Aunque este tipo de flujo puede ser útil en algunas situaciones, como cuando se requiere un mayor contacto entre los fluidos, generalmente no es tan eficiente en términos de transferencia de calor como el flujo contracorriente.
Por lo tanto, la elección del tipo de flujo dependerá de las
características específicas de la aplicación y los objetivos de diseño, pero en el caso de los intercambiadores de calor de placas y juntas, el flujo contracorriente suele ser preferido debido a su mayor eficiencia de transferencia de calor y uniformidad en la distribución de temperaturas.