Oficemen c2t1 4 Dosificacion

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MÓDULO.

SUELOS ESTABILIZADOS: MEJORA Y TRATAMIENTO DE


SUELOS

TEMA. CÓMO DEFINIR LA DOSIFICACIÓN. DETERMINACIÓN DE LA


FÓRMULA DE TRABAJO
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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

INDICE

INDICE........................................................................................................................................................................... 3

1. INTRODUCIÓN.......................................................................................................................................................... 4

2. TRATAMIENTOS CON CAL ..................................................................................................................................... 5

3. TRATAMIENTOS CON CEMENTO........................................................................................................................... 9

12 de diciembre de 2007

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

1. INTRODUCIÓN
Es fundamental, para optimizar el tratamiento de cualquier material, establecer previamente la
fórmula de trabajo con el conglomerante elegido. Dicha fórmula depende del tipo de suelo, del
material que se quiere conseguir después de la estabilización y de las especificaciones que se
deban cumplir en cada situación.

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

2. TRATAMIENTOS CON CAL


En el caso de los tratamientos con cal, sus aplicaciones son muy variadas, por lo que no hay
una metodología única para su dosificación. Siempre hay que tener en cuenta los siguientes
principios o conceptos:

 En primer lugar, el porcentaje necesario de cal dependerá de cuáles son los


objetivos: secado, modificación o estabilización. En determinados casos se buscarán
varios de estos objetivos a la vez y, por lo tanto, habrá que diseñar la fórmula de
trabajo que logre alcanzarlos. Dicho porcentaje siempre debe especificarse sobre
masa de suelo seco.

 En segundo lugar, el porcentaje mínimo de cal dependerá de las exigencias para la


capa tratada: terraplenes y desmontes, formación de explanadas, etc.

Preparación de las probetas y ensayos. Es fundamental especificar desde un principio si la


cal empleada es viva o apagada.

Si bien es indistinto emplear una u otra, es conveniente, por su mayor estabilidad, el empleo de
cal apagada, pues es más sencilla de manipular y almacenar en los laboratorios. El hecho de
emplear uno u otro tipo de cal no implica que luego, en obra, deba emplearse la misma.

La mezcla del suelo con la cal para fabricar las probetas ha de realizarse primero en seco,
hasta lograr un material de aspecto homogéneo, para, a continuación, añadir la humedad
necesaria y volver a amasarlos.

Una vez mezclados así el suelo y la cal, debe dejarse transcurrir un periodo mínimo de una
hora para que la cal actúe adecuadamente sobre el suelo y puedan evaluarse realmente sus
efectos. En caso de emplear cal viva, es necesario asegurarse de que ésta ha quedado
apagada una vez que se ha mezclado con el suelo. El tiempo de reposo del material debe ser
algo mayor que cuando se emplea cal apagada.

Posteriormente, se prepararán las probetas necesarias para los ensayos a realizar conforme a
las especificaciones marcadas por la normativa vigente para la realización de los mismos.

Porcentaje mínimo de cal. El porcentaje mínimo de cal será aquel que permita cumplir al
suelo tratado con cal las exigencias necesarias para poder ser empleado en la capa de que se

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

trate. Por lo tanto, este porcentaje será función del tipo de capa que se esté diseñando y de los
objetivos que, de forma conjunta o separada, se estén buscando en cada caso.

Secado de suelos excesivamente húmedos En este caso, el porcentaje necesario de cal viva
será aquel que logre reducir la humedad del suelo hasta valores cercanos a la óptima de
compactación.

Como ya se ha dicho, este efecto depende de los factores ambientales de la obra que,
además, pueden ser muy variables de unos días a otros, lo cual, exige un control y reajuste
diario directo in situ.

Dado que las condiciones de soleamiento, humedad ambiente y viento son muy diferentes en
obra que en laboratorio, una vez fijado un porcentaje de cal a emplear es necesario comprobar
que esta dotación es suficiente para el objetivo previsto. La evaluación de la humedad final
conseguida después de la mezcla del suelo con la cal debe realizarse mediante secado en
estufa, ya que se ha observado que el gammadensímetro nuclear proporciona en algunos
casos resultados sin la precisión requerida.

Porcentajes por debajo del 1% no suelen ser efectivos, ya que existe el riesgo de posibles
deficiencias tanto en el extendido como en la envuelta.

Modificación de suelos para capas de cimiento de firme. En este caso, el porcentaje a aplicar
de cal viva o apagada será el necesario para modificar las características geotécnicas de los
suelos hasta los valores exigidos para la capa de que se trate: fondos de desmonte, cimiento,
núcleo y espaldones de terraplenes, etc.

Para ello, se analizarán muestras del suelo con distintos porcentajes de cal, a fin de determinar
la dotación que permita alcanzar los valores exigidos en cuanto a CBR, índice de plasticidad,
hinchamiento, etc.

Porcentaje óptimo de cal. Frente a estas dotaciones mínimas, el diseño de un tratamiento con
el porcentaje óptimo de cal puede aplicarse a cualquiera de los casos anteriores y a otros no
contemplados hasta ahora, partiendo de la idea de que este porcentaje es el que permite
aprovechar al máximo los efectos de la cal sobre el suelo a tratar, con un sobrecoste mínimo
con respecto a los anteriores planteamientos. El incremento del porcentaje de cal necesario no
es comparable con el resto de costes implicados.

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

De esta forma, se logrará un material con unas propiedades geotécnicas y resistentes


adecuadas, que no sólo cumpla las especificaciones necesarias sino que, además, tenga unas
prestaciones y durabilidad aún mejores.

a) Secado. El efecto de secado depende de la cal empleada y de las condiciones de la


obra. El método a seguir, por tanto, ha de ser empírico, es decir, se deberán realizar
tramos de prueba con distintos porcentajes de cal viva (de 1,0 al 3,0 %) para
comprobar, dos o tres horas más tarde, con cuál de ellos se obtiene la humedad
óptima.

Como dato inicial puede tomarse el criterio ya comentado que un 1 % de cal en peso
reduce la humedad el material entre un 3 % y un 5 %, aunque en ocasiones se han
llegado a conseguir reducciones superiores.

Además, al mezclar el suelo con la cal, se produce también una modificación


inmediata, de tal forma que la nueva curva Proctor se desplaza ligeramente hacia
abajo y hacia la derecha, aumentando por lo tanto la humedad óptima de
compactación.

Como consecuencia, esta humedad estará más próxima a la del suelo que se
pretende secar.

El diseño y control de la ejecución de esta aplicación ha de estar basado en el día a


día y llevarse a cabo a pie de obra, pues depende, fundamentalmente, de las
condiciones climatológicas del lugar, que pueden ser muy variables y difíciles de
predecir.

Con temperaturas muy bajas, el agua del suelo puede encontrarse en estado sólido,
es decir, en forma de hielo. En este caso, la dotación de cal viva ha de ser la
necesaria para fundirlo, por efecto de la reacción exotérmica de hidratación, y reducir,
además, la humedad hasta los valores prescritos.

b) Modificación. En este caso, el porcentaje óptimo de cal será aquel que logre sobre el
suelo de partida, de forma conjunta:

d.2 Reducir, e incluso anular, su índice de plasticidad.

d.2 Disminuir, e incluso anular, su hinchamiento potencial. A este respecto, son


más aconsejables, por el tipo de suelos en que se suele realizar este
tratamiento, los datos basados en el ensayo de hinchamiento libre.

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

d.2 E incrementar de forma apreciable el índice CBR del suelo, o cualquier otro
que evalúe su capacidad de soporte.

La forma de evaluar estos tres parámetros consiste en elaborar gráficas con la evolución de los
mismos para distintos porcentajes de cal, siendo el óptimo aquel a partir del cual dejan de
apreciarse de forma notable los efectos de la misma.

La evolución de estos parámetros también es importante para poder detectar el riesgo de


sobredosificación. El hecho de que a partir de un determinado porcentaje de cal no sólo no se
produjera una mejora clara sino que, por el contrario, se observase un empeoramiento de
alguno de ellos, alertaría de dicha posibilidad. En este caso, parte de la cal no encuentra una
fracción arcillosa con la que reaccionar y, por su propia constitución, perjudica al material
resultante, obteniéndose peores resultados en la caracterización.

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

3. TRATAMIENTOS CON CEMENTO


Introducción. La dosificación de un suelo estabilizado con cemento para una explanada tiene
como objetivo obtener la combinación óptima de cemento, suelo, agua, y en su caso, aditivos,
que cumpla las especificaciones técnicas fijadas sobre sus características en estado fresco y
endurecido. La dosificación debe tener en cuenta además las condiciones de ejecución,
especialmente la trabajabilidad, la calidad pretendida y la economía de la obra.

Propiedades de la mezcla. Las propiedades fundamentales que se buscan en los suelos


estabilizados con cemento son:

 Una capacidad de soporte adecuada, evaluada a través del índice CBR, en el caso
de los suelos estabilizados S-EST1 y S-EST2.

 Una resistencia mecánica correcta, en el caso de los suelos estabilizados S-EST3.

 En todos los casos, una durabilidad suficiente: estabilidad química y volumétrica, y


resistencia a la meteorización.

Estas propiedades se deben mantener para pequeñas variaciones de los componentes.


Además, la mezcla debe ser trabajable durante un tiempo suficiente y fácilmente compactable.
Junto a estas características se pueden perseguir otras, como la de permitir una circulación
inmediata, que dependerán de las condiciones propias de la obra.

Datos de partida. La dosificación de un suelo estabilizado con cemento tiene como base de
partida:

 El conocimiento de los materiales disponibles: suelos, cementos, agua y, en su caso,


aditivos.

 Las especificaciones de los Pliegos de Prescripciones Técnicas, en las que se


definen las características que debe cumplir el material tanto en estado fresco como
endurecido.

Fases de la dosificación. La dosificación de los suelos estabilizados con cemento comprende


varias fases:

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

 Definición y caracterización de los materiales que componen el suelo estabilizado con


cemento.

 Determinación en laboratorio de la fórmula de trabajo con las proporciones de los


distintos materiales.

 Comprobación y ajuste de la fórmula de trabajo en obra.

Determinaciones previas. Previamente a la dosificación, se debe comprobar que los


materiales que se van a utilizar cumplen las especificaciones de los Pliegos de Prescripciones
Técnicas aplicables a la obra. Las características que en general deben cumplir los materiales
de partida vienen recogidas en el capítulo 3.

En lo que se refiere al cemento, y salvo que éste se encuentre en posesión de un Sello o


Marca de Calidad oficialmente reconocidos, se deben realizar los ensayos dispuestos en la
vigente Instrucción para la recepción de cementos o normativa que la sustituya.

Dosificación. El procedimiento de dosificación consta de las siguientes fases:

 Determinación del contenido óptimo de agua,

 Dosificación del conglomerante.

 Dosificación del retardador de fraguado, en su caso.

Determinación del contenido óptimo de agua En los suelos estabilizados con cemento el agua
tiene dos misiones fundamentales:

 Hidratar el cemento.

 Facilitar la compactación de la mezcla.

Para la primera de ellas se necesita únicamente una pequeña cantidad de agua, del orden del
2%, por lo que la humedad de la mezcla viene siempre determinada por la necesaria para la
compactación. El objetivo de esta fase de la dosificación es, por tanto, hallar el contenido
óptimo de agua para la compactación de una mezcla cuya dotación de cemento se ha estimado
aproximadamente para que se obtenga con la misma el índice CBR o la resistencia

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

especificada. Como porcentaje de cemento de partida, en el caso de exigirse únicamente un


determinado CBR (S-EST1 y S-EST2), se adoptará el valor mínimo del 2 – 3 %; mientras que a
efectos de conseguir resistencias mecánicas (S-EST3) se pueden adoptar los indicados en la
Tabla 1.

Tabla 1: Porcentajes de cemento recomendados para predosificaciones de suelos estabilizados S-EST3

Como el contenido final de cemento, definido por los ensayos de CBR o de resistencia, será
probablemente distinto al estimado en la determinación inicial del contenido óptimo de agua,
habría que realizar un nuevo ensayo de compactación al final del proceso y una comprobación
del índice CBR o de la resistencia. Hay que mencionar a este respecto que, a igualdad del
resto de factores, una variación en algún punto porcentual del contenido de cemento tiene una
influencia muy limitada en el valor de la humedad óptima. En consecuencia, no se considera
necesario en general repetir posteriormente el ensayo de compactación.

El ensayo de referencia para determinar la humedad óptima es el Proctor modificado (fig. 1).

Figura 1: Compactación Proctor modificado

Es importante volver a determinar el contenido de humedad de las muestras después de la


compactación, ya que la humedad de la probeta (humedad retenida) puede diferir de la
humedad inicial (humedad añadida). Ello es debido a que durante la compactación puede ser
expulsada parte del agua (fig. 2).

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

Figura 2: Humedad expulsada durante el proceso de compactación Proctor Modificado de un suelo estabilizado con
cemento

Aunque el ensayo Proctor modificado es el que se emplea como referencia, se admite también
la compactación con martillo vibrante. El ensayo se realiza en 3 tongadas y con un tiempo por
cada capa que se determina por calibración con el Proctor modificado, a fin de obtener una
densidad máxima aproximadamente igual en ambos ensayos.

El coeficiente de calibración entre la compactación con maza Proctor y con martillo


vibrante varía con el tipo de material, por lo que no es válido adoptar el obtenido en
obras anteriores, a menos que los materia les utilizados sean muy similares.

Este método presenta ventajas frente al de la maza Proctor, tales como un fácil traslado, lo que
es muy importante para su utilización en obra, una realización más sencilla y una mayor
rapidez de ejecución. Su principal inconveniente es la variabilidad de sus resultados si la
presión que es necesario ejercer sobre las tongadas al compactar el material se confía
exclusivamente al operario. Este problema se resuelve no obstante con la utilización de una
sobrecarga adecuada acoplada al martillo, montándose el conjunto sobre un bastidor provisto
de guías para poder aplicarlo sobre la masa a compactar (fig. 3).

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

Figura 3: Martillo vibrante montado en soporte

El ensayo Proctor modificado es, actualmente, el procedimiento más aceptado y que se


toma como referencia en los suelos estabilizados con cemento, si bien en el control de
obra suele sustituirse por el martillo vibrante debido a su comodidad de utilización.

Generalmente el porcentaje de agua de compactación que se fija en la fórmula de trabajo es el


que corresponde a la humedad óptima retenida en el ensayo Proctor modificado. No obstante,
algunos técnicos prefieren reducir ligeramente (en general medio punto) el contenido de agua
respecto a dicho óptimo teniendo en cuenta dos consideraciones:

 Las resistencias máximas se suelen obtener para contenidos de humedad entre


medio punto y un punto porcentual (-0,5% y -1%) inferiores al del óptimo Proctor
modificado.

 Si se selecciona el contenido óptimo, las tolerancias de los Pliegos de Prescripciones


pueden llevar a que se fabriquen materiales con contenidos de agua en el lado
húmedo de la curva Proctor, lo que puede producir caídas de resistencia.

Por otro lado, se debe tener en cuenta que la fabricación de suelos estabilizados con cemento
en el lado seco, siguiendo el criterio señalado, va en perjuicio de la trabajabilidad del material,
por lo que lo más adecuado es que la decisión final sobre el contenido de agua se base en un
estudio de la sensibilidad al mismo, no sólo de la densidad y resistencia, sino también de la
trabajabilidad y en los resultados obtenidos en el tramo de ensayo. En caso de que se utilicen

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

retardadores de fraguado, generalmente se puede fijar un contenido de agua ligeramente por


debajo del óptimo sin problemas de trabajabilidad.

Dosificación del conglomerante. Una vez definida la humedad óptima de compactación, la


dosificación del conglomerante se obtiene por medio de ensayos de CBR o de resistencia a
compresión.

Esta fase tiene a su vez varias etapas:

 Fabricación y curado de las probetas.

 Realización de los ensayos de determinación del índice CBR (suelos estabilizados S-


EST1 ó S-EST2) o de resistencia a compresión (S-EST3) a la edad especificada.

 Primer tanteo del contenido de conglomerante.

 Comprobación de la sensibilidad de la dosificación.

 Ajuste final del contenido de conglomerante.

a) Fabricación y curado de las probetas. El índice CBR o la resistencia a compresión,


dependiendo del tipo de suelo estabilizado, se deben determinar sobre series de
probetas (tres como mínimo por cada dotación de cemento elegida) fabricadas y
compactadas en laboratorio con el contenido óptimo de agua de compactación y la
densidad mínima exigida en obra. Para la fabricación de probetas con una densidad
seca previamente establecida se puede utilizar el procedimiento descrito en la norma
UNE-EN 13286-51, o bien estimar mediante tanteos la energía (en número de golpes
por capa) que se debe aplicar en el ensayo Proctor modificado para obtener la
densidad requerida.

Es muy importante que en los ensayos de laboratorio las muestras se


compacten con la misma densidad exigida en obra.

El curado de las probetas se lleva a cabo preferentemente en cámara húmeda o, si


no fuera posible, mediante otros procedimientos tales como su introducción en bolsas

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

de plástico selladas. Si se realizan en cámara húmeda se suelen introducir las


probetas el primer día con el molde de fabricación, y después de 24 h (o más tarde si
no han adquirido resistencia) se retiran del molde prosiguiendo el curado hasta la
fecha fijada.

b) Realización de los ensayos de obtención del índice CBR o de la resistencia a


compresión a la edad especificada.

b.1. Índice CBR (suelos estabilizados S-EST1 y S-EST2). Como ya se ha


mencionado, con los suelos estabilizados S-EST1 y S-EST2 no se persigue en
principio la obtención de una determinada resistencia mecánica, sino
únicamente una mejora de la capacidad de soporte. Ésta se evalúa mediante el
ensayo CBR (norma UNE-EN 13286-47), en el que el suelo se somete a la
penetración de un vástago cilíndrico a una velocidad constante.

Se recomienda una sobrecarga de unos 20 kg para llevar a cabo el ensayo.

b.2. Resistencia mecánica (suelos estabilizados S-EST3). Antes de ser ensayadas a


compresión, las probetas deberán refrentarse por las dos caras siguiendo el
procedimiento indicado en la norma UNE 12390-3.

El ensayo prescrito en las especificaciones técnicas es el ensayo de compresión


simple.

c) Selección del contenido de cemento.

c.1. Suelos estabilizados S-EST1 y S-EST2. Una vez realizados los ensayos de CBR
a la edad especificada, se representan en un gráfico los valores del mismo en
función del contenido de cemento. Se elegirá este último teniendo en cuenta
que:

 Debe superar un porcentaje mínimo del 2%, para garantizar un reparto


adecuado del cemento en la masa de la mezcla.

 Debe permitir obtener el valor del índice CBR especificado, con la


densidad de referencia exigida realmente en obra (95% de la máxima PM
para los S-EST1 y 97% para los S-EST2).

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

 Para tener en cuenta las dispersiones de los equipos de obra se


recomienda incrementar en medio punto porcentual el valor obtenido en
laboratorio.

c.2. Suelos estabilizados S-EST3. Una vez realizados los ensayos de rotura a la edad
especificada, se representan en un gráfico los valores de las resistencias en
función del contenido de cemento (fig. 4). Se elegirá un contenido de cemento
teniendo en cuenta que:

 Debe superar un valor mínimo del 3% en masa del suelo seco, para
garantizar una adecuada durabilidad del producto.

 Ha de permitir obtener la resistencia mínima especificada en los Pliegos,


con la densidad de referencia exigida realmente en obra (98% de la
máxima PM).

Figura 4: Determinación del contenido de cemento para un suelo estabilizado S-EST3 (resistencia a compresión a 7
días > 1,5 MPa). Se ha escogido el porcentaje de cemento que proporción una resistencia un 20 % superior a la
mínima especificada

Es recomendable escoger un contenido de cemento que proporcione una resistencia


algo superior a la mínima especificada (entre un 15 y un 20 %) para tener en cuenta las
caídas de resistencia que se pudieran dar en obra a causa de las tolerancias: menor
contenido de cemento, mayor humedad de compactación, etc. Este factor corrector se

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

puede ajustar posteriormente a la vista de la sensibilidad del material frente a los


cambios en la dosificación.

d) Sensibilidad de la dosificación. Una vez fijado el contenido de cemento, se debe


analizar la sensibilidad de la mezcla frente a pequeñas variaciones en los siguientes
parámetros:

d.1. La densidad de compactación: con la dosificación elegida se varía la energía de


compactación para obtener probetas compactadas entre 3 puntos porcentuales
por debajo y 2 puntos porcentuales por encima de la densidad especificada (por
ejemplo, en un S-EST3, entre el 95 y el 100 % de la densidad máxima Proctor
modificado). Posteriormente, se halla el índice CBR o la resistencia a rotura,
según sea el caso, y se representa en un gráfico la variación del parámetro
especificado con respecto a la densidad (fig. 5).

Figura 5: Variación de la resistencia a compresión con la densidad de compactación para un suelo estabilizado
(5,7% de cemento y humedad óptima PM). Se comprueba que con la densidad mínima de obra se alcanza la
resistencia mínima especificada.

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

Figura 6: Variación de la resistencia a compresión con la humedad de compactación para un suelo estabilizado (5,7
% de cemento y densidad PM)

d.2. La humedad de compactación: se varía la humedad de compactación con


respecto a la óptima PM (-1% a +0,5 %) (fig. 6).

Se comprueba que con ligeras variaciones de la humedad se sigue superando la


resistencia mínima especificada.

Determinación del plazo de trabajabilidad. El plazo de trabajabilidad de un suelo estabilizado


con cemento se define como el tiempo transcurrido a partir de la finalización del proceso de
mezclado del material, con las temperaturas que van a prevalecer en obra, durante el cual el
fraguado producido es muy escaso, de tal manera que es posible efectuar la compactación del
material sin merma apreciable de sus propiedades mecánicas finales.

El método más sencillo para su determinación es el ensayo de compactación diferida (norma


UNE-EN 13286-45). Básicamente, consiste en confeccionar varias probetas con la dosificación
elegida, según el procedimiento de compactación referido y determinar sus densidades a
edades crecientes a partir del momento de la mezcla de los componentes. Se considera que el
plazo de trabajabilidad viene dado por el tiempo transcurrido desde la mezcla de los
componentes hasta que se produce una caída de dos puntos porcentuales (2%) con relación a
la densidad máxima obtenida tras fabricar el material. El ensayo se puede hacer a varias
temperaturas y se debe indicar siempre, junto con el resultado de plazo de trabajabilidad, la
temperatura de conservación de los componentes, previamente al ensayo, y la de realización
del ensayo (fig. 7).

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

Figura 7: Determinación del plazo de trabajabilidad de una mezcla con cemento mediante el ensayo de
compactación diferida a una temperatura de 30 ºC

Es importante preparar la muestra en laboratorio especificando una temperatura de


conservación de la mezcla igual a la temperatura media del aire en las horas más
calurosas del día, normalmente entre las 12 y las 15 horas, estimada para el
emplazamiento de la obra en la época de la construcción.

Existe otro procedimiento de ensayo, también incluido en la norma UNE-EN 13286-45, basado
en la medición del tiempo de paso de ultrasonidos a través de una probeta recién compactada.
A medida que se van desarrollando las reacciones de hidratación del conglomerante y el
material va endureciendo, disminuye dicho tiempo de paso. Se considera que se ha alcanzado
el final del plazo de trabajabilidad cuando el tiempo de paso disminuye en un 60% con respecto
al inicial.

Los plazos de trabajabilidad indicados en la Tabla 2 se consideran recomendables para una


correcta compactación y densificación del material. Para obtener estos plazos puede ser
necesaria la utilización de retardadores de fraguado.

Tabla 2: Plazos de trabajabilidad recomendados para una correcta puesta en obra de suelos estabilizados con
cemento

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

Se debe comprobar que se cumplen estos valores incluso con el contenido de humedad óptima
menos la tolerancia (hopt-1 %). Es recomendable, no obstante disponer de tiempos de
trabajabilidad superiores al mínimo absoluto.

Otras comprobaciones: colapso e hinchamiento. Si el suelo que se vaya a estabilizar


presentara hinchamiento o colapso en los ensayos correspondientes, se comprobará que éste
desaparece en el suelo estabilizado en ensayos realizados a las veinticuatro horas de su
mezcla con el conglomerante. Si a esta edad siguiera presentando hinchamiento o colapso se
repetirán los ensayos a los tres días o a los siete días.

Como ya se ha mencionado, la exigencia de que el suelo no presente ningún hinchamiento


puede ser excesivamente restrictiva. Las prescripciones francesas permiten un hinchamiento
hasta del 5 % tras someter a las probetas de suelo estabilizado a un ensayo de curado
acelerado (norma UNE EN 13286-49).

Ajuste final de la dosificación. Finalmente la dosificación se debe ajustar de forma que:

 Para la densidad de referencia exigida en obra, se obtenga, según el caso, el índice


CBR o la resistencia mínima a compresión prescrita para la mezcla. De no ser así,
habría que aumentar o disminuir el contenido de cemento.

 Para pequeñas variaciones en el contenido de humedad (-1%; +0,5%), el índice CBR


o la resistencia del material no sea inferior al valor prescrito y el plazo de
trabajabilidad sea superior al mínimo especificado.

En el caso de los suelos estabilizados S-EST3, una vez ajustados los contenidos finales de
agua y de cemento es conveniente llevar a cabo ensayos de resistencia a medio o largo plazo
(28 ó 90 días) para comprobar que no se produce una evolución anómala de resistencias. Esto
resulta imprescindible cuando se utilicen retardadores de fraguado, ya que pueden afectar a la
evolución de la resistencia del material a largo plazo.

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

Fórmula de trabajo. Una vez realizados en laboratorio los ensayos anteriores se define la
fórmula de trabajo, la cual debe incluir los siguientes aspectos:

 La dosificación mínima de conglomerante, indicando su tipo y clase resistente


referida a la masa total de suelo seco y, en su caso, por metro cuadrado (m 2) de
superficie.

 El contenido de humedad, según la Norma UNE 103300, del suelo inmediatamente


antes de su mezcla con el cemento, y el de la mezcla en el momento de su
compactación.

 La compacidad a obtener, mediante el valor mínimo de la densidad.

 En su caso, el contenido de retardador de fraguado.

Es deseable, por otro lado, que el responsable técnico de la obra disponga del estudio de
laboratorio o, al menos, de la siguiente información:

 Origen de los materiales ensayados.

 Características de los materiales.

 El índice CBR a siete días o la resistencia a compresión simple a la misma edad,


según el tipo de suelo estabilizado.

 El plazo de trabajabilidad.

 Las curvas de la dosificación en laboratorio (Proctor modificado e índice CBR o


resistencia a compresión, dependiendo del tipo de suelo estabilizado).

Ajuste de la fórmula de trabajo en obra. Los equipos que lleven a cabo la incorporación del
conglomerante y del agua y la mezcla de éstos con el suelo se deben calibrar para comprobar
que el material fabricado con los mismos permite obtener el índice CBR o la resistencia
especificada y, en su caso, realizar los ajustes necesarios.

Aunque pueda pensarse que con la fórmula de laboratorio las densidades y las resistencias de
la mezcla en obra deberían ser iguales, en la práctica se pueden dar diferencias por distintas
causas:

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

 Diferentes capacidades de amasado entre los equipos de mezclado en laboratorio y


los de obra.

 Degradaciones del suelo (formación de finos) durante los procesos de disgregación y


mezcla.

 Variaciones importantes en la granulometría del suelo disgregado (mayor contenido


de gruesos) respecto a la utilizada en laboratorio.

 Distintos tiempos para la absorción de agua por el suelo.

Esta verificación se debe considerar como la segunda fase del proceso de dosificación. Si
una vez realizados los ajustes se producen variaciones importantes en las resistencias de
obra frente a las de laboratorio se deben analizar los motivos.

Dosificación basada en la durabilidad. Algunos países (fundamentalmente en algunos


estados americanos del norte) con inviernos muy fríos recurren a criterios de durabilidad para
la dosificación de suelos estabilizados con cemento en lugar de utilizar criterios de resistencia
mecánica. Este método se basa en la realización de ensayos de congelación/deshielo y de
humedad/sequedad (NLT-302 y NLT-303) en los que se evalúa la pérdida de peso que
experimenta una serie de probetas, previamente saturadas de agua, con una edad inicial de 7
días, tras haber sido sometidas a alguno de dichos ensayos y ser cepilladas al final del mismo.

En España se utilizaron estos procedimientos en las primeras obras con suelocemento pero se
abandonaron por varias razones:

 Se han obtenido mezclas de adecuada durabilidad con las especificaciones sobre


resistencias de suelos estabilizados con cemento establecidas en la normativa
(resistencia a compresión a 7 días no inferior a 1,5 MPa para explanadas).

 Tanto el ensayo de humedad-sequedad como el de congelación-deshielo fueron


concebidos para condiciones climáticas muy distintas a las usuales en España.

 Se requiere cerca de un mes para su realización.

 Los contenidos de cemento obtenidos mediante estos métodos se consideran


excesivos para las condiciones españolas.

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Suelos estabilizados: Mejora y tratamiento de suelos

Otros ensayos de caracterización mecánica.

Índice de capacidad de soporte inmediata. En caso de que vaya a circular tráfico, incluso el de
obra, inmediatamente después de finalizada la compactación, la mezcla debe poseer una
adecuada estabilidad para que no se produzcan deformaciones importantes que puedan
perjudicar su comportamiento posterior. Dicha estabilidad, que depende fundamentalmente de
su esqueleto mineral, se evalúa mediante el denominado índice de capacidad de soporte
inmediata, que se determina sometiendo una probeta, recién compactada, a un ensayo de
penetración con la prensa CBR (fig. 8), sin inmersión en agua y sin ninguna sobrecarga anular
(norma UNE-EN 13286-47). El índice CBR obtenido en estas condiciones es el índice de
capacidad de soporte inmediata, el cual debe ser igual o mayor que 40 (preferiblemente por
encima de 60). Estos valores son más fáciles de alcanzar cuando el suelo contiene un
porcentaje importante de elementos granulares (zahorras) que cuando se tratan suelos finos o
arenas de baja capacidad de soporte.

Figura 8: Ensayo CBR

Resistencia a tracción directa e indirecta. En algunos países se caracterizan los materiales


tratados con cemento mediante la resistencia a tracción directa (norma UNE-EN 13286-40),
utilizando unas probetas cilíndricas especiales con los extremos ensanchados. Sobre estos
ensayos no se cuenta con experiencia en España.

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Cómo definir la dosificación. Determinación de la fórmula de trabajo

Otro ensayo para evaluar la resistencia a rotura del material es el ensayo de tracción indirecta
(fig. 9), también conocido como ensayo brasileño (UNE- EN 13286-42).

Módulo de elasticidad. La caracterización en laboratorio del módulo de elasticidad de estos


materiales, pese a no ser habitual, puede resultar de interés en alguna ocasión, como por
ejemplo para el dimensiona miento analítico de la explanada. Los ensayos pueden ser
estáticos o dinámicos, aunque los resultados con ambos son distintos, siendo lo más adecuado
reproducir en el laboratorio el efecto dinámico de las cargas. La medida del módulo (norma
UNE-EN 13286-43) se puede hacer tanto en compresión como en tracción directa o indirecta.

Figura 9: Ensayo de tracción indirecta

Figura 10: Realización de ensayo de tracción indirecta para la determinación del módulo de elasticidad

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