Relación Entre La Desregulación Emocional Y La Ingesta Emocional en Preadolescentes Con Sobrepeso Y Obesidad
Relación Entre La Desregulación Emocional Y La Ingesta Emocional en Preadolescentes Con Sobrepeso Y Obesidad
Relación Entre La Desregulación Emocional Y La Ingesta Emocional en Preadolescentes Con Sobrepeso Y Obesidad
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
T E S I S
SINODALES
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del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México).
“Life is not easy for any of us. But what of that? We must have perseverance and
above all confidence in ourselves. We must believe that we are gifted for something and
that this thing must be attained.”
― Marie Curie
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AGRADECIMIENTOS
Mi sincera gratitud al Dr. José Alfredo, mi mentor, a quien le debo la oportunidad de llevar
a cabo este trabajo. Gracias por recibirme, por su entera disposición, paciencia y
dedicación. Le agradezco profundamente su guía y siempre amable apoyo, sus enseñanzas
y la formación académica, profesional y personal que me ha dado para continuar mi camino.
Gracias por inspirarme con su profesionalismo y calidad humana. Es un honor para mi haber
contado con su dirección.
A mis compañeras/os del seminario de tesis: Cada una/o aportó valiosas contribuciones y
por ello, les estoy agradecida.
A mi revisora la Dra. Angélica y mis sinodales la Dra. María, Dra. Ivonne y Dra. Claudia,
les estoy profundamente agradecida por el tiempo que dedicaron a las correcciones de mi
trabajo, por su paciencia y las valiosas aportaciones que me brindaron. Gracias porque aún
sin conocernos personalmente, siempre me apoyaron en todo. Es un honor para mi haber
contado con su acompañamiento en este camino, les admiro a cada una.
DEDICATORIA
Mi más profundo agradecimiento a la mujer más fuerte que conozco en mi vida, mi madre,
María Eugenia. Sin su apoyo e infinito amor, ningún miembro de mi familia podría acercarse
a sus metas. Gracias por ser el pilar de nuestra pequeña familia. Gracias por todo mamá.
A mi padre, Raúl, le agradezco su dedicación y devoción por cada uno de nosotros. Un amor
que, a su manera, nos ha fortalecido.
Eterno agradecimiento a los mejores hermanos que me pudieron tocar, a quienes debo todo
lo que soy. Gracias Iván, por tu amor, comprensión, enseñanza, apoyo, paciencia y
seguridad; sin ti, nada hubiera sido posible, gracias por ser nuestro vivo ejemplo de
resiliencia. Gracias Mari, por siempre estar dispuesta a escucharme y por las interminables
horas de apoyo y amor que me has dado, gracias por compartir siempre lo que sabes y por
tu entrega que ha sido digna de admirar e imitar. Gracias Juan, por inculcarme disciplina y
3
enseñarme que uno siempre logra lo que se propone, cuando se trabaja arduamente por
ello, gracias por todas tus enseñanzas, por todo tu amor y apoyo. Les admiro a cada uno.
A Juan Robles, gracias por tu amor e interminable apoyo, por creer siempre en mí e
impulsarme a crecer, por toda la fuerza y energía que me das. Gracias por ser mi compañero
en este y muchos otros viajes que emprenderemos juntos. Gracias por estar en mi vida. Te
amo.
A mi mejor amigo Marco, a quien admiro por ser él mismo y demostrarme que el cielo es el
único límite, gracias por todo tu cariño y apoyo. A mis amigas Caro, Abi y Kenia quienes me
ofrecen siempre su cariño y apoyo, con quienes he compartido tantas risas y enseñanzas;
gracias por siempre escucharme y brindarme consejo, las quiero a cada una por lo
especiales que son para mí.
De ustedes aprendí que la amistad real y apoyo incondicional es siempre un ingrediente
necesario en la vida. Gracias por el crecimiento en nuestros años universitarios.
A mis colegas y amigas de la Clínica de Obesidad del Hospital General “Dr. Manuel Gea
González”: Jessi, Kary, Are, Grace, Vane y Chio. Gracias por todo lo que aprendí con ustedes
y por su amistad. Son las profesionistas que más admiro por su compromiso con la
Psicología y por su calidad humana. Las quiero y las llevo siempre en mí.
A mi mejor amiga Angélica, gracias por tu apoyo y tu escucha, gracias por todos los años
que hemos ñoñeado juntas. A mis amigas Andrea y Melissa, mi amigo Arturo y mis amigas
Areli, Daniela e Ina: Gracias por su sincera amistad a través de los años, me ha fortalecido
y enseñado el significado sincero de ser amigos (por cierto, gracias por siempre estar
dispuestos a contestarme un cuestionario). A cada uno, los quiero y los llevo siempre
conmigo.
Gracias porque sin el apoyo de todos ustedes, y los que me faltó mencionar, no hubiese
sido posible realizar este trabajo, que busca aportar sólo un grano de arena al saber de la
Psicología.
4
ÍNDICE
RESUMEN......................................................................................................................... 6
ABSTRACT ....................................................................................................................... 7
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 8
CAPÍTULO 1. OBESIDAD................................................................................................ 11
1.1 Definición y prevalencia .................................................................................... 11
1.2 Causas de la obesidad infantil .......................................................................... 14
1.3 Medición de la obesidad ................................................................................... 15
1.4 Consecuencias de la obesidad infantil .............................................................. 18
1.4.1 Repercusiones físicas ................................................................................ 18
1.4.2 Repercusiones psicológicas ....................................................................... 20
CAPÍTULO 2. REGULACIÓN Y DESREGULACIÓN EMOCIONAL ................................. 24
2.1 ¿Qué son las emociones? ................................................................................ 24
2.2 Regulación emocional ...................................................................................... 26
2.3 El desarrollo de la regulación emocional en la infancia y la adolescencia ......... 29
2.4 Desregulación emocional ................................................................................. 34
2.4.1 El papel de la desregulación emocional en la psicopatología ..................... 37
CAPÍTULO 3. DESREGULACIÓN EMOCIONAL E INGESTA EMOCIONAL: SU
RELACIÓN CON EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD ..................................................... 39
3.1 Desregulación emocional: relación con el sobrepeso y la obesidad ................. 39
3.2 Ingesta emocional: relación con el sobrepeso y la obesidad ............................ 46
3.2.1 Ingesta emocional en adultos y adolescentes ............................................ 48
3.2.2 Ingesta emocional en niños/as ................................................................... 49
MÉTODO ......................................................................................................................... 56
Planteamiento del problema ................................................................................... 56
Pregunta de investigación ................................................................................... 57
Objetivo general.................................................................................................. 58
Objetivos específicos .......................................................................................... 58
Hipótesis ............................................................................................................. 58
Participantes .......................................................................................................... 59
Criterios de inclusión........................................................................................... 61
Preadolescentes.............................................................................................. 61
Padres............................................................................................................. 61
Criterios de exclusión.......................................................................................... 61
5
Preadolescentes.............................................................................................. 61
Padres............................................................................................................. 61
Criterios de eliminación ....................................................................................... 62
Preadolescentes.............................................................................................. 62
Padres............................................................................................................. 62
Consideraciones éticas ....................................................................................... 62
Diseño y tipo de estudio ......................................................................................... 64
Instrumentos .......................................................................................................... 64
Instrumentos que respondieron los preadolescentes de ambos sexos ............... 64
Instrumentos que respondieron los padres, madres y cuidadores....................... 65
Medición antropométrica ..................................................................................... 66
Definición conceptual de variables ......................................................................... 66
Definición operacional de variables ........................................................................ 67
Procedimiento ........................................................................................................ 67
Análisis de datos .................................................................................................... 70
RESULTADOS ................................................................................................................ 73
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES .................................................................................... 79
REFERENCIAS ............................................................................................................... 91
ANEXO A....................................................................................................................... 114
ANEXO C ...................................................................................................................... 118
ANEXO D ...................................................................................................................... 119
ANEXO E....................................................................................................................... 121
ANEXO F ....................................................................................................................... 122
6
RESUMEN
muestra de 400 preadolescentes (227 mujeres y 173 hombres, de entre nueve y 12 años
clasificaron en los grupos de bajo peso, peso normal, sobrepeso y obesidad de acuerdo
con su IMC, acorde con los criterios establecidos por la OMS. Completaron la Escala de
de IMC de acuerdo con ninguno de los informantes. Con respecto a la ingesta emocional,
mayor que el grupo con peso normal (p <.001), sin embargo, no se observaron diferencias
en los preadolescentes con sobrepeso y obesidad, en comparación con sus pares con
peso normal.
preadolescentes.
7
ABSTRACT
The purpose of this research was to study the possible relationship between obesity and
400 preadolescents (227 girls and 173 boys, between 9 and 12 years old) and their
parents from Mexico City. Participants were classified into the underweight, normal weight,
overweight and obesity groups according to their BMI, under the criteria established by the
WHO. They completed the Emotional Dysregulation Scale, short form (EDS-short) and the
Bullet Instrument to Assess Risk of Emotional Eating, while their parents answered the
Children's Eating Behavior Questionnaire (CEBQ) and the EDS-short, parental version.
and obese preadolescent reported a significantly higher level of it than the normal weight
group (p <.001), but no differences were observed in children's report. Finally, the
magnitude of Pearson´s correlation between both informants was moderate for emotional
dysregulation and there was no relationship for emotional eating. Emotional dysregulation
weight peers.
preadolescents.
8
INTRODUCCIÓN
La obesidad infantil se considera uno de los problemas de salud pública más graves
años y México ocupa el primer lugar de la lista de acuerdo con el Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia [UNICEF] (2019). Es por ello que la investigación científica dedica
grandes esfuerzos para comprender las causas y consecuencias de este fenómeno. Sin
atracón) (Cena et al., 2017; De Giuseppe et al., 2019). El capítulo uno del presente escrito
sobre el papel que tienen los aspectos afectivos en la conducta de ingesta. Se reconoce
que las emociones influyen en la conducta de comer, tanto en las situaciones bajo las que
se consumen los alimentos, como en la elección y cantidad de los mismos (Macht, 2008).
adaptadas dirigidas por objetivos (Beauchaine y Cicchetti, 2019). Diversos estudios han
entre niños con obesidad y sus pares con peso normal, siendo los primeros quienes
exhiben mayores dificultades para manejar el afecto negativo (Kelly et al., 2016; Pace et
al., 2019; Percinel et al., 2018). Por tal motivo, el capítulo dos se centra en uno de los
Índice de Masa Corporal (IMC) en niños/as resultan escasas y arrojan resultados poco
consistentes (Hughes et al., 2015). Algunos autores concluyen que una forma en la que
son concluyentes (Braet et al., 2008; Jalo et al., 2019; van Strien y Oosterveld, 2008)
(Braet et al., 2007; Croker et al., 2011; Jalo et al., 2019; Santos et al., 2011). En el
ingesta emocional, se observó que los resultados pueden depender del informante, lo que
propósito indagar la posible relación entre la obesidad y el sobrepeso con las variables
10
preadolescentes mexicanos.
CAPÍTULO 1. OBESIDAD
1.1 Definición y prevalencia
Salud [OMS] (2020a) que corresponde a “una acumulación anormal o excesiva de grasa
en el cuerpo que puede ser perjudicial para la salud”. Desde 1997, esta organización ha
como una enfermedad crónica multifactorial que se caracteriza por el exceso de grasa
2003).
enfermedad, tiene que ver con la creciente evidencia de las consecuencias que generan
repercusiones que tiene para los individuos el padecer obesidad, puesto que esta
De acuerdo con la OMS (2017), la obesidad cobra un mínimo de 2.8 millones de vidas
cada año alrededor del mundo. Las cifras más recientes reportadas por esta organización
datan del 2016 (OMS, 2020b), las cuales señalaron la existencia de más de 1900 millones
de adultos de 18 años o más, quienes padecían sobrepeso, de los cuales, más de 650
que para 2015, 19% de la población adulta padecía obesidad. Las cifras más bajas se
encontraban en países orientales como Corea y Japón, mientras que las más altas las
incrementado rápidamente desde la década de los noventa del siglo pasado. De acuerdo
con las proyecciones realizadas por la OCDE (2017), para el año 2030 se prevé que la
obesidad alcance una alta prevalencia en Estados Unidos, México e Inglaterra, donde
en una epidemia que afecta a 72.5% de adultos, es decir, a siete de cada diez, según las
MC] (Instituto Nacional de Salud Pública [INSP], 2016). De acuerdo con la distribución por
sexo, se observó que las mujeres presentaron una mayor prevalencia en obesidad
mórbida 2.4 veces más alta en mujeres que en hombres. Recientemente, el informe de
2019) reveló que el porcentaje de adultos de 20 años y más con sobrepeso y obesidad
aumentó (75.2%), observándose diferencias por sexo donde: 36.6% de las mujeres
13
presentaron sobrepeso y 40.2% obesidad, mientras que 42.5% de los hombres mostraron
Los problemas sociales que se asocian con la obesidad cobran más relevancia si se
estudian a la luz del desarrollo a lo largo de la vida. De acuerdo con las últimas cifras de
la OMS en 2016 (OMS, 2017), 41 millones de niños/as menores de cinco años, y más de
340 millones de niños/as y adolescentes de edades entre los cinco y 19 años, presentaron
entre cinco y 19 años con sobrepeso se duplicó, pasando de una de cada diez, a casi una
de cada cinco.
sobrepeso y obesidad [SP+O] del 35.6%, mayor en regiones urbanas que en las zonas
rurales (37.9% vs. 29.7%). De acuerdo con los datos de distribución el 18.1% de niños y
observó que el 15.1% mostraron sobrepeso y 20.7% obesidad. Según datos del UNICEF
(2016), en México, uno de cada 20 niños/as menores de cinco años y uno de cada tres
entre los seis y 19 años padece sobrepeso u obesidad. Estas cifras han colocado a
México en el primer lugar en obesidad infantil en el mundo, por lo que los avances en el
existe entre las calorías consumidas y las gastadas (OMS, 2020b). Desequilibrio que
incremento de una vida sedentaria (Albataineh et al., 2019; Davidson y Birch, 2001;
moldeados por su entorno. Las personas cercanas y los encargados de su cuidado, como
de hábitos dietéticos (Rivera et al., 2018). El desarrollo patológico del incremento de peso
se encuentra fuertemente relacionado con los hábitos nutricionales, pero sobre todo, con
publicidad sobre alimentos industrializados y a los productos que facilitan las tareas
15
cotidianas, lo que supone una disminución del gasto energético y la falta de activación
Por otra parte, a nivel individual es importante considerar no sólo los aspectos
(García, 2018).
peso (Frelut, 2009) y la obesidad monogénica, que se origina por la alteración de un único
gen, ya sea por deficiencia, deleción o mutación que tiene por consecuencia el desarrollo
de una obesidad grave que se asocia a una serie de síntomas endócrinos (Frelut, 2009;
De tal forma que son los factores de riesgo como la genética, la influencia ambiental,
son aproximativos debido a que la grasa es subcutánea, por lo que en la práctica clínica y
las dimensiones físicas del cuerpo humano en diferentes edades y su comparación con
masa total y la subcutánea, así como otros métodos de análisis de composición corporal y
técnicas de imagen que ayudan a evaluar la distribución de los adipocitos (Frelut, 2009).
diagnóstico de obesidad mórbida (tipo III: 40,0 - 49,9) y obesidad extrema (tipo IV: >50)
Tabla 1
embargo, desde hace ya algunos años, múltiples estudios sugieren que los riesgos para
2018). En función de la cantidad de grasa corporal, se puede definir como sujetos con
obesidad a aquellos que presentan porcentajes de grasa por encima de los valores
Kaufer-Horwitz y Toussaint (2008), la recomendación del uso del IMC como parámetro de
evaluación se basa en la correlación positiva que tiene éste con la adiposidad en distintas
acuerdo con los cambios del infante durante distintas edades. Además, este índice
correlaciona de manera importante con el IMC en la edad adulta. Sin embargo, se debe
considerar que la obtención del IMC puede verse afectada por distintos elementos, entre
ellos las variaciones en el contenido de agua corporal, de masa ósea o de tejido muscular.
la misma forma que en los adultos, el IMC se obtiene mediante la fórmula peso/talla2, es
decir, dividiendo el peso (en kilogramos) entre el cuadrado de la estatura (en metros). El
18
edades entre los dos y 18 años, donde se ubica el IMC en el percentil recomendado,
2007), se realiza de la siguiente manera: los niños/as por debajo del percentil cinco se
clasifican con bajo peso; entre el percentil cinco y 85 se definen con peso normal; entre el
Por otro lado, las curvas de crecimiento establecidas por la OMS desde el año 2007
permiten identificar casos de obesidad a partir del puntaje Z del IMC. En el caso de los
estándar (o más) por encima de la media, se dice que tienen sobrepeso u obesidad. Para
escolares y adolescentes, los puntajes Z por arriba de una y hasta dos desviaciones
estándar indican sobrepeso y más de dos desviaciones indican obesidad (de Onis et al.,
2007).
obesidad mórbida (Kumar y Kelly, 2017; Raimann, 2011; Rivera et al., 2018)
de la glucosa e hipertensión en edades más tempranas (Kumar y Kelly, 2017; Liria, 2012;
principalmente la Apnea Obstructiva del Sueño (AOS), en la que los niños/as con
obesidad tienen de cuatro a seis veces más posibilidades de tenerla (Aguilar et al., 2013;
Raimann, 2011).
(HGNA), que engloba un amplio espectro de alteraciones que va desde una simple
con obesidad mórbida (Guijarro De Armas et al., 2015). Las alteraciones ortopédicas son
otras de las afecciones vinculadas con el IMC elevado, derivadas del peso excesivo que
intracraneal idiopática, que incluye síntomas como dolor de cabeza, vómito y pérdida de la
A largo plazo, la obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de padecer
obesidad infantil son prevenibles y pueden desaparecer cuando el niño/a alcanza un peso
adultez (Sahoo et al., 2015). Debido a las múltiples afecciones físicas provocadas por esta
Puder y Munsch, 2010; Pulgarón, 2013; Rankin et al., 2016; Sagar y Gupta, 2018; Torres,
2018).
(Gibson, 2011; Sahoo et al., 2015). Ghosh et al. (2019) señalan que los niños/as con
éxito escolar.
En población infantil con obesidad, puede presentarse el estigma asociado con el peso,
el cual hace referencia a las creencias y actitudes negativas que tiene la sociedad sobre un
individuo que tiene sobrepeso u obesidad (Pont et al., 2017). En el caso de los niños/as que
tienen un exceso de grasa corporal se les puede asociar con estereotipos, como ser
perezosos, lentos, tener falta de motivación, voluntad y disciplina, siendo tratados con
prejuicios, discriminación y rechazo social (Pont et al., 2017; Sahoo et al., 2015). No sólo
son estigmatizados por sus pares, quienes suelen excluirlos de actividades físicas, sino que
además lo son por sus padres y otros miembros de la familia, los profesores y los
21
et al., 2017). Además, se ha demostrado que existe una diferencia en relación con el sexo,
siendo las niñas con mayor IMC quienes reciben más burlas e intimidación verbal y física
debido a su peso (Tang-Péronard y Heitmann, 2008). Por otro lado, Ortega (2018) señala
que, aunque los niños/as con obesidad o sobrepeso pueden ser víctimas de acoso escolar,
también pueden ser más propensos a comportarse como agresores. Como consecuencia
de estas conductas, podrían presentar dificultades para tener amigos, así como mostrar
Es así como dentro de las repercusiones psicológicas, existe una línea de investigación
que relaciona la obesidad y los problemas afectivos. Si bien los estudios aún son escasos,
algunos han encontrado una asociación entre la obesidad infantil y los niveles de
ansiedad. Por ejemplo, Lim et al. (2015) evaluaron la presencia de síntomas ansiosos en
una muestra de niños/as con sobrepeso y obesidad de edades entre los siete y 12 años a
través de la subescala de ansiedad del Child Behavior Checklist (CBCL). Los resultados,
elevada de síntomas de ansiedad en comparación con sus pares de peso normal. Los
autores señalaron que los niños/as que presentan ansiedad podrían ser más susceptibles
Por otro lado, también se ha observado una relación entre la obesidad y la depresión.
En una revisión sistemática con metaanálisis realizada por Sutaria et al. en 2019, se
reportó una asociación significativa entre la depresión y la obesidad solo en niñas con
sus pares varones. Los resultados sobre la asociación de estas variables aún resultan
poco claros.
sobrepeso presentan niveles bajos de autoestima, aunque los hallazgos también son
inconsistentes. Ortega (2018) señala que los niños/as con sobrepeso u obesidad se
Gupta, 2018). La mayoría de los estudios que reportaron estos resultados, evaluaron a
niños/as con obesidad severa, siendo menos probable encontrar baja autoestima en
multidimensional que se conceptualiza como una evaluación global, por lo que pueden
información sobre sus distintos dominios conductuales. Así, en los estudios que miden los
apariencia física (satisfacción corporal) y las subescalas relacionadas con las habilidades
deportivas o atléticas, siendo los niños/as con obesidad quienes informan niveles más
2011).
preocupación que exhiben especialmente las niñas con mayor IMC por su peso corporal y
apariencia física (Sagar y Gupta, 2018). De tal forma, los problemas afectivos pueden no
Valdez et al. (2016), en una investigación realizada con una muestra de niñas mexicanas,
depresión cuando los niveles reportados de insatisfacción corporal fueron elevados. Dado
acerca del papel de otras variables que subyacen a los desórdenes emocionales en
Entender qué es una emoción resulta una empresa particularmente compleja, dado
abordado las emociones, Gómez y Calleja (2016) señalan que la mayoría de los autores
vuelven más complejas conforme la persona crece; son adaptativas, ya que ayudan a la
supervivencia; y son funcionales, debido a que dependen del entorno y permiten a su vez
experiencia subjetiva del individuo a partir de los cambios fisiológicos que se generan en
significativo para el individuo (Gómez y Calleja, 2016). Es posible afirmar que las
De acuerdo con la perspectiva apreciativa, Gross (2014) señaló que las emociones se
refieren a una gran variedad de respuestas, que tienen que ver con su propia naturaleza
son reacciones afectivas innatas que tienen los individuos ante eventos psicológicamente
relevantes y debe entenderse que éstas no son buenas ni malas por sí mismas. Así,
mientras que algunas personas podrían catalogar como desreguladas o inapropiadas las
necesarias y eficaces (Stifter y Augustine, 2019). Por tanto, las emociones requieren la
para orientar la conducta al logro de metas u objetivos y son relevantes para comunicar
necesidades, así como influir en las interacciones sociales (Reyes y Tena, 2016).
emociones es el modelo modal de la emoción, descrito por Gross (1998, como se citó en
Gross y Jazaieri, 2014). Este modelo es una secuencia que involucra cuatro elementos
dicha situación, que involucra la familiaridad con ésta y la relevancia con los objetivos
(metas) activos, (4) y las respuestas emocionales (Gross y Jazaieri, 2014). Los autores
Werner y Gross (2010) señalaron que una vez que la emoción es atendida, las
situaciones se valoran por su relación con los objetivos o propósitos actuales, los cuales
Una característica de las emociones es su maleabilidad, es decir, una vez iniciadas, las
reaccionar con enojo. Si bien, es posible que esta emoción disminuya después de un
permita pensar con mayor claridad y evitar, en lo posible, alguna reacción impulsiva que
La regulación emocional puede definirse como los esfuerzos que las personas realizan
conjunta de Gross y Thompson (2007) permite tener una visión más comprensible del
constructo, debido a que posee una mayor flexibilidad y globalidad. De acuerdo con esta,
trayectoria emocional, es decir, la regulación hace alusión a los procesos que se emplean
para disminuir, mantener o aumentar uno o más aspectos de la emoción. Los procesos
regulatorios pueden tener como objetivo las emociones consideradas tanto positivas
(felicidad, alegría, satisfacción, interés, etc.) como negativas (ira, miedo, tristeza, disgusto,
27
únicamente para modificar el afecto negativo, sino que también pueden alterar la
Se han señalado tres procesos básicos para regular las emociones: a) los mecanismos
emocional, que modifican la emoción que se experimenta (Gómez y Calleja, 2016). De tal
de afrontamiento ante tales reacciones para dar una respuesta acorde al contexto; y la
organización de las estrategias para lograr objetivos a nivel social o individual (Thompson,
2014).
respuestas:
que potencialmente podría generar una emoción, es decir, involucra elegir entre
diversos elementos, por lo que el despliegue atencional puede ser utilizado para
cómo se piensa sobre la situación o sobre la capacidad que se tiene para manejar
las demandas de ésta. El cambio cognitivo se puede aplicar tanto a una situación
En un intento por manejar las emociones, cada estrategia de regulación puede ser
el contexto. Werner y Gross (2010) señalan que una regulación emocional adaptada
requiere una modulación flexible y sensible al contexto para lograr los propios objetivos.
entendimiento (Werner y Gross, 2010). De tal manera, la regulación puede ser intrínseca
que tiene un individuo para regular sus propias emociones y su estudio se ha enfocado
referencia al interés que tiene un individuo para regular las emociones de otras personas
y ha tenido un interés central en la literatura del desarrollo, así como en las interacciones
Sabatier et al. (2017) proporcionaron una visión general sobre los estudios acerca
años 2001 y 2016. Acorde con su revisión, los autores muestran un resumen de las
Tabla 2
expectativas.
niños de seis años ser plenamente conscientes de que pueden lidiar con
entre otros.
7-8 - Ocurre un cambio importante a nivel cognitivo: los niños pueden pensar
de forma menos egocéntrica, lo que les permite darse cuenta de que hay
persona.
y preocupados.
expectativas culturales.
- Los niños de nueve años se dan cuenta que las emociones positivas,
planificación y la distracción.
generan altos niveles de estrés entre los jóvenes. Las situaciones que
toma de decisiones.
33
14-16 - Los jóvenes comprenden los puntos de vista de los demás y al hacer
propias acciones.
moderado.
manera que se desarrollan nuevas habilidades con el tiempo para construir un conjunto
más amplio, en lugar de reemplazar las anteriores a medida que los jóvenes avanzan
vez más complejas, lo que coincide con el desarrollo de las habilidades de lenguaje y las
Una adecuada regulación emocional permite al individuo hacer frente a las demandas
ambientales, sin embargo, no siempre sucede así, pues la regulación emocional también
respuesta emocional no cambia de la forma deseada; cuando los costos a largo plazo
superan los beneficios de los cambios ocurridos a corto plazo en la emoción; cuando las
contexto o están en disonancia con los objetivos personales a largo plazo; o cuando las
emociones que surgen como una respuesta primaria se suprimen o se resisten, dando
Como en la mayoría de los procesos psicológicos, existe una gran variedad de autores
como de razonamiento. Por su parte, Cole et al. (2013) la describen como un constructo
abruptas o muy lentas. Más recientemente, Beauchaine y Cicchetti (2019) la definen como
acuerdo con su explicación, dicho proceso comprende tanto los fallos en la regulación
emocional (por ejemplo, no emplear la regulación cuando sería bueno hacerlo), como una
mala regulación emocional (es decir, cuando se utiliza una forma de regulación que no es
generales que se presentan en la desregulación emocional. Una de ellas tiene que ver
con el déficit en la conciencia emocional. Esta dificultad puede presentarse cuando las
personas exhiben una conciencia exagerada de las emociones, como suele ocurrir en el
trastorno de pánico o cuando los individuos parecen no tener conciencia sobre ellas,
como sucede en algunas personas que padecen bulimia o anorexia. Otra problemática
el uso del alcohol, cigarros, drogas ilegales e incluso los alimentos para modificar la
Una de las ventajas que ofrece la propuesta de Gross es que permite comprender las
psicopatología. Este modelo postula que la regulación ocurre en cuatro etapas y pueden
36
surgir dificultades en cada una, lo que daría lugar a diferentes formas de desregulación
emocional. De tal manera, en la etapa uno puede existir un fallo en la identificación de las
Por otro lado, la aproximación teórica de Gratz y Roemer (2004) es otro marco
así como comportarse de acuerdo con los objetivos deseados cuando se experimentan
apropiadas para cada situación de manera flexible, para modular las respuestas
emocionales como se desee, con el fin de cumplir con los objetivos individuales y las
demandas situacionales.
algunos trastornos mentales. Las autoras de este trabajo explican cinco dimensiones
sociales, pudiéndose identificar como uno de los mecanismos por los cuales se desarrolla
la psicopatología.
por ejemplo, en el caso de los trastornos afectivos (Aldao et al., 2016; Sloan et al., 2017),
de personalidad (Chapman, 2019; Hall et al., 2018; Stepp et al., 2014) o de la conducta
alimentaria (Brockmeyer et al., 2014; Fairburn et al., 2003). Además, el papel medular de
(Calkins y Perry, 2016) y se observa como un factor mediador entre el maltrato infantil y
De tal manera que, los problemas relacionados con las emociones o con la regulación
2010). Una explicación sólida de los hallazgos anteriores es la teoría del transdiagnóstico,
alimentarios, la cual argumenta que los trastornos tradicionales son variaciones menores
habilidades de regulación emocional de los individuos, han logrado disminuir los síntomas
personalidad (Hall et al., 2018; Neacsiu et al., 2010; Sauer-Zavala et al., 2016) y
comportamiento de ingesta se modifica cuando las personas aprenden a lidiar con las
emociones a través de los alimentos, lo que puede incidir de forma adversa en el estatus
aumentado en los últimos años (DeSteno et al., 2013; Epel et al., 2016). Dentro de las
Diversos estudios señalan que los adultos con obesidad muestran mayores puntajes
emociones propias y las de los demás, así como un estilo de pensamiento orientado a
detalles externos. Asimismo, las personas con obesidad con trastorno por atracón exhiben
2018).
Por otra parte, Willem et al. (2019) señalan que, además de presentar mayores
Otros estudios han revelado que los individuos con obesidad exhiben mayores
dificultades para identificar sus estados emocionales y una mayor tendencia a reaccionar
(Casagrande et al., 2019; Pink et al., 2019). Adicionalmente, las investigaciones en esta
área, apuntan a que el uso de la ingesta por emociones se incrementa cuando las
et al., 2016).
Es así como las estrategias limitadas de regulación emocional, junto con la falta de
de alimentos. Se presume que los individuos con obesidad emplean la ingesta alimentaria
como un intento por regular o calmar sus emociones, lo que se considera una estrategia
menores de edad. Las investigaciones sobre el tema en esta población se pueden dividir
niños/as, como en el caso de la investigación dirigida por Hughes et al. (2015). En una
muestra de 187 diadas de padres y niños/as preescolares de cinco años, los autores se
ingesta. Encontraron que los puntajes obtenidos en las tareas de regulación emocional no
tuvieron relación con el IMC de los niños/as, y el desempeño en las tareas no predijo el
aumento de peso. Concluyeron que, por tratarse de un grupo de niños/as muy pequeños,
probablemente los padres hayan tomado la mayor parte de las decisiones sobre su
alimentación, por lo que las habilidades de regulación emocional de estos podrían no ser
emocional en niños/as de dos años y realizando un seguimiento a los cinco años. Los
control inhibitorio, y con una mayor sensibilidad por la recompensa, tenían más
probabilidades de ser clasificados con riesgo de sobrepeso u obesidad a los cinco años.
De igual manera, los resultados del estudio de Power et al. (2016) mostraron que las
estaban relacionadas con el peso en una muestra de 185 niños y niñas de cuatro y cinco
42
años. Los preescolares con niveles más altos de autorregulación en la tarea (es decir,
aquellos que exihibieron tiempos de espera más largos) también mostraron más
restringieron el movimiento tenían menor IMC, y los niños que estaban más enfocados en
la recompensa (por ejemplo, tocándola) tuvieron puntajes z más altos de IMC. Los
que influyen en mayor medida en el peso, sin embargo, una limitación fue centrar el
perspectiva del aprendizaje, denotando que son los padres quienes estarían utilizando los
alimentos como un medio para aliviar los estados emocionales de sus hijos/as. Al
respecto, Blissett et al. (2010) realizaron un estudio con 25 diadas de madres y niños/as
de entre tres y cinco años con el objetivo de medir la cantidad de comida que ingerían
tazones. Las autoras reportaron que los niños/as cuyas madres les ofrecían alimentos
para regular las emociones negativas comieron más (especialmente alimentos altos en
malestar.
Por otro lado, en lo que respecta a los estudios que incluyen población tanto
preadolescente como adolescente, se puede anticipar que son escasos, lo que dificulta la
43
desarrollo vital.
obesidad solo cuando intervienen otras variables. Sirva de ejemplo el caso de Kelly et al.
(2016), quienes condujeron una investigación que tuvo como objetivo examinar las
desregulación emocional, la masa corporal y la ingesta objetiva (la que puede ser
observada en un ambiente controlado) en una población de jóvenes con edades entre los
ocho y los 17 años. Para evaluar la desregulación emocional de los participantes, les
informe parental. Los jóvenes que reportaron alimentación fuera de control tuvieron una
desregulación emocional más alta informada por los padres. Asimismo, la desregulación
emocional se asoció con una mayor ingesta de energía y con un IMC más alto. De
acuerdo con su explicación, los jóvenes que tienden a utilizar estrategias ineficaces para
el manejo de las emociones negativas son más propensos, tanto al consumo excesivo de
medios útiles a corto plazo para hacer frente a los estados afectivos adversos, de tal
manera que estos patrones de alimentación son los que a su vez promueven la ganancia
excesiva de peso a lo largo del tiempo. Además, los autores encontraron que los
jóvenes con sobrepeso u obesidad en comparación con sus pares varones. Sugieren que
esto tiene relación con algunos síntomas internalizados presentes en las mujeres con
respecto a una mayor preocupación por el peso y la figura corporal, más que con una
De igual forma, Pace et al. (2019) investigaron las diferencias entre niños/as con
obesidad y con peso normal (entre los seis y los 12 años) con respecto a las variables
cuestionarios a sus madres, quienes informaron que los niños/as con obesidad tenían
mayores niveles de afecto negativo, así como niveles elevados de labilidad emocional y
menores niveles de regulación emocional. De acuerdo con los autores, los niños/as con
obesidad a menudo exhiben dificultades para manejar y regular el afecto negativo, lo cual
predice la conducta alimentaria de riesgo. Sin embargo, Pace et al. (2019) reconocen que
existen muchas otras variables que pueden estar relacionadas con la obesidad del niño/a,
por ejemplo: variables socioeconómicas, salud mental de los padres, tamaño de la familia,
Por su parte Aparicio et al. (2016) llevaron a cabo una revisión de literatura sobre
que estos desarrollen obesidad aumentan en conjunto con otros elementos, como el
parental caracterizado por el alto control. Adicionalmente, señalaron que aquellos que
De esta forma, existen otras investigaciones que señalan que los problemas en la
de actividad física, empleando medidas de autoinforme para tal propósito. Se observó que
las mujeres que reportaron una menor capacidad de regulación emocional mostraron
diferencias de sexo sugieren que las mujeres que usan estrategias de regulación
Por otro lado Percinel et al. (2018) analizaron las diferencias en las habilidades de
normal. De acuerdo con sus hallazgos, los jóvenes con obesidad exhiben mayores
comprende que la obesidad es una enfermedad multifactorial. Por otro lado, a partir de la
presente revisión teórica se observa que los estudios que corroboran una relación entre la
ingesta como estrategia para disminuir los estados emocionales negativos. Esta conducta
(Macht y Simons, 2011). Se considera una respuesta anormal ante emociones como el
especialmente ricos en grasas y azúcares (Evers et al., 2010; Frayn y Knäuper, 2018;
Macht et al., 2003; Torres y Nowson, 2007; van Strien et al., 2013; van Strien, 2018). Para
psicosomática descrita por Kaplan y Kaplan (1957), quienes propusieron que las personas
con obesidad comen en exceso para reducir su ansiedad, empleando esta conducta como
una forma de afrontamiento durante los momentos de estrés, en el que las personas
intentan comerse sus problemas empleando comida confortable (alimentos ricos en grasas
y azúcares). Si bien, estos postulados comenzaron dentro del marco teórico psicoanalítico,
también se han examinado desde otros paradigmas. Por ejemplo, de acuerdo con Macht
(2008) la suposición central de la teoría, es decir, que las emociones negativas inducen a
comportamiento operante, mientras que el efecto inducido por la alimentación que provoca
negativo. Así, comer se ha visto como una estrategia para mejorar el estado de ánimo
el punto de vista biológico, pues las reacciones ante estados emocionales negativos
saciedad y pérdida del apetito (Wing et al., 1990). Por el contrario, en la ingesta emocional
emoción, lo que se considera una respuesta inadaptada (Evers et al., 2010). Por lo anterior,
desregulación emocional (Devonport et al., 2019; van Strien, 2018), aunque estos
Al respecto del pobre funcionamiento de los sistemas fisiológicos, se señala que las
personas que presentan conductas de ingesta emocional tienen una respuesta inversa al
estrés (Gibson, 2012; van Strien et al., 2019). Investigaciones parecen apoyar la
explicación de que las personas que muestran una elevada conducta de ingesta
reducción del hambre después del estrés, sino que suelen manifestar sensaciones de
hambre incluso más intensas (Torres y Nowson, 2007; van Strien et al., 2013). La
disfuncionalidad en el eje HPA también explicaría por qué las personas que presentan
ingesta emocional son más receptivas al valor reforzante de los alimentos y los utilizan
como medio para mitigar temporalmente los efectos del estrés y las emociones negativas
emocionales que se piensan causantes de la ingesta emocional en la vida real. Por lo que
adultos, con mayor prevalencia del sexo femenino (Devonport et al., 2019; Frayn y
Knäuper, 2018; Gianini et al., 2013; Gibson, 2012; Konttinen, 2020). Se reconoce que esta
diferencia de sexos, siendo las mujeres quienes reportan mayormente el uso de alimentos
49
ricos en grasas y azúcares en respuesta a las emociones negativas (Braet et al., 2008;
Hernán et al., 2015; Isasi et al., 2013; Nguyen-Michel et al., 2007). De acuerdo con
diversos factores estresantes de la vida y aún no han desarrollado una amplia variedad de
estrategias de afrontamiento, por lo que aquellos con poca regulación emocional tienen
alimentos de alta densidad energética que se asocia con aumento en el peso corporal.
Por otra parte, se ha reportado que la probabilidad de que las adolescentes muestren
presencia de un estilo parental negativo y sintomatología depresiva (van Strien, 2018), así
como con el rechazo materno (Vandewalle et al., 2016). Además de las variables
conducta, pues la oferta elevada de alimentos con alto contenido calórico, es un fuerte
prevalencia de la ingesta emocional es muy baja y los resultados en este grupo etario son
de algunos términos en este trabajo. La población objetivo del presente estudio son los
tener un mayor control sobre sí mismos, tanto en sus cogniciones como en sus
contexto. Sin embargo, muchas investigaciones sobre el tema, se refieren a niños/as sin
50
término genérico de niños/as cada que se analicen estudios cuyos autores no hayan
especificado la fase del desarrollo que están estudiando (lo cual puede entrañar niños y
niñas de entre 0 y 12 años). Por otra parte, se usará el nombre correspondiente cuando sí
exista alguna clasificación específica (por ejemplo, niños/as en la infancia temprana, si los
Algunos de los estudios señalan una importante relación entre la ingesta emocional y el
incremento del IMC. Por ejemplo, Webber et al. (2009) en una muestra de niños/as con
edades entre los siete y los 12 años, administraron un instrumento de informe parental
la comida y alimentación emocional, así como una menor capacidad de respuesta a las
señales de saciedad interna en los grupos con mayor peso. No se encontraron diferencias
por edad, sexo o nivel educativo de los padres. Los autores señalaron que los niños/as
con obesidad tienden a comer más rápidamente y responden mejor a las señales
externas de los alimentos. Además, sugieren que el riesgo de padecer obesidad aumenta
cuando exhiben una respuesta hiperfágica frente al estrés y la angustia, debido a que los
grasos.
Las investigaciones de Croker et al. (2011) y Santos et. al (2011) en población con
edades entre los seis y 12 años, conforman otra gama de ejemplos que refuerzan los
diferencias en la conducta de ingesta entre niños/as con obesidad y con peso normal. Los
altas para las conductas relacionadas con la proingesta (respuesta a los alimentos,
hallazgos es que los niños/as con mayor IMC tienen comportamientos alimentarios
con mayor frecuencia a las características externas de los alimentos, además de mostrar
De acuerdo con Power et al. (2020) la ingesta emocional influye en el peso del niño/a a
través del consumo de calorías generadas como respuesta al estrés. Sin embargo, los
factores que explican la predilección de la ingesta emocional con obesidad son menos
claros. Siguiendo a los autores, estos podrían ser el resultado de cambios biológicos
debido al aumento del IMC en los niños/as (por ejemplo, la baja sensibilidad a la leptina)
que conducen a una mayor ingesta. No obstante, también podrían deberse a factores
encuentren más disponibles o accesibles en hogares de niños/as con obesidad, que estos
experimenten mayores niveles de estrés en el hogar o que las percepciones de los padres
sobre la alimentación emocional estén influenciadas por el peso, lo que puede conducir a
recompensa o como ayuda para aliviar estados emocionales (Farrow et al., 2015).
Con respecto a lo anterior, se demostró que los padres que tienen prácticas de
ingesta emocional. Un estudio realizado por Steinsbekk et al. (2018) con una muestra de
niños/as evaluados a los cuatro años y con un seguimiento a los seis, ocho y 10 años,
ingesta emocional y cómo esta conducta mantiene a su vez la conducta parental. Si bien
los niveles de alimentación emocional reportada por los padres fueron bajos, aquellos que
al. (2018) señalaron que los padres tienen más probabilidades de alimentar
comida puede reforzarse repetidamente y, por lo tanto, fortalecerse aún más a través de
se refuerza en el niño/a, sino también en los padres, pues ofrecer comida para calmar las
emociones de otra persona tiene como objetivo regular las emociones tanto del receptor
como las del proveedor. De tal manera, se asocian los alimentos con el aumento de las
En contraste, las investigaciones que miden la propia percepción de los niños/as con
poco frecuente. Los autores proponen que la baja prevalencia de la ingesta emocional
puede indicar que la mayoría muestra una reacción biológicamente natural a los
intestinal, por lo que la ingesta emocional, para la mayoría de las personas, comienza en
Agregan que la ingesta emocional se asocia con el aumento de peso sólo en las personas
que han experimentado eventos negativos en la vida y han empleado la ingesta como
Otras investigaciones parecen mantenerse en la misma línea descrita por van Strien y
Oosterveld (2008). Por ejemplo, Braet et al. (2008) indagaron las diferencias sobre los
estilos de alimentación entre niños/as y adolescentes con obesidad y peso normal con un
estuvieron relacionadas con la edad y el sexo, pues fueron las adolescentes con
comparación con el grupo de peso normal. Este estilo alimentario en las adolescentes
esta conducta entre los diferentes grupos de IMC. En un estudio previo Braet et al. (2007)
analizaron la asociación entre el reporte parental y el reporte de los niños/as con respecto
moderada, donde tanto los niños/as con sobrepeso y obesidad como sus padres
evaluación conjunta con los padres e hijos/as, ya que éstos últimos pueden ofrecer
Por otra parte, Jalo et al. (2019) realizaron un estudio transversal donde examinaron la
edades entre los nueve y los 11 años provenientes de 12 países. La ingesta emocional y
el IMC no mostraron ninguna asociación. De acuerdo con los autores, los pequeños
Finalmente, si bien los autores sugieren que una mayor desregulación emocional
señales que generan los alimentos cuando no existe una señal fisiológica de hambre).
Harrist et al. (2013) evaluaron a niños y niñas de entre siete y ocho años, mediante
que la inhibición mostró una baja correlación. Sus hallazgos proponen que los niños/as
Se observa que, en los menores, los resultados sobre la relación entre el IMC con las
que responden los padres o autoinformes que contestan los niños/as) o de la edad de los
menores (infancia temprana, intermedia o tardía). Este estudio pretende insertarse dentro
MÉTODO
el conocimiento sobre esta enfermedad y las consecuencias que genera en los individuos
En México, el aumento de casos en la población infantil (entre los cinco y los 19 años,
alarmante. Sin dejar de lado la presión continua que existe en el mercado comercial para
que mantiene y predice distintos tipos de problemas alimentarios (Monell et al., 2018;
Ruscitti et al., 2016); y cuya relación con el sobrepeso y la obesidad sigue siendo
controversial.
papel de las emociones al elegir qué alimentos consumir, en qué cantidad y por qué, se
emocional y la obesidad. Las investigaciones en el área señalan que los niños/as con
para aliviar o calmar el malestar emocional ocasionado por emociones como la tristeza, el
(Evers et al., 2010; van Strien, 2018). Particularmente, entre los seis y 12 años, las
inconsistentes. Casi todos los estudios que han reportado una relación positiva entre las
variables (Croker et al., 2011; Santos et al., 2011; Webber et al., 2009) han empleado
información mediante el autorreporte (Braet et al., 2008; Jalo et al., 2019; van Strien y
población.
Debido a que todavía son pocos los estudios que han indagado acerca de la relación
si existe relación entre el IMC con los constructos psicológicos desregulación emocional e
estudios dentro de esta línea de investigación, las variables de interés se medirán a partir
Pregunta de investigación
Objetivo general
preadolescentes.
Objetivos específicos
hombres.
por los preadolescentes, mujeres y hombres, de acuerdo con su IMC (peso normal,
sobrepeso y obesidad).
por los padres, madres o cuidadores con respecto a la clasificación del IMC (peso
emocional e ingesta emocional, reportadas tanto por los preadolescentes, como por
Hipótesis
emocional.
emocional.
Participantes
hombres con edades comprendidas entre los nueve y los 12 años (227 mujeres, 𝑥̅ =10.69
años, s=0.731; 173 hombres 𝑥̅ =10.82 años; s=0.729). En la muestra total se observó un
promedio de edad de 𝑥̅ =10.75 (s=0.73), y una mediana y moda de 11 años (Tabla 3). Se
efectuó una prueba ji cuadrada para comparar las frecuencias entre sexos, la cual arrojó
que existieron diferencias significativas entre mujeres y hombres (χ² = 7.290, p < .01).
Tabla 3
Sexo
Edad (años) Mujeres Hombres Total
n % n % n %
Se recolectó una muestra de 523 participantes, de los cuales se eliminaron 114 debido
a que sus padres o tutores no respondieron los cuestionarios en su totalidad. Otros nueve
de 400 participantes, cuyos padres o tutores completaron todas las preguntas de los
60
parentesco con el/la preadolescente. De esos 220 datos, 192 (87.3%) fueron madres, 23
(10.5%) padres, tres (1.4%) abuelas, un (0.5%) tío y un (0.5%) tutor legal. La edad osciló
entre 24 y 67 años con un promedio de 37.6 años (s=7.04) y una mediana de 37 años.
Tabla 4
Primaria 1 Coyoacán 34 35 33 36 69
Primaria 2 Coyoacán 49 42 47 43 91
Primaria 3 Coyoacán 18 12 7 23 30
Primaria 4 Coyoacán 25 13 17 21 38
Primaria 5 Coyoacán 54 23 48 29 77
Primaria 6 Iztapalapa 9 15 8 16 24
Primaria 7 Iztapalapa 10 7 12 5 17
Primaria 8 Coyoacán 13 6 4 15 19
Primaria 9 Cuauhtémoc 18 17 13 12 35
Criterios de inclusión
Preadolescentes.
Preadolescentes mujeres y hombres que cursen los niveles de quinto y sexto de
Pública [SEP], 2019), que tengan entre nueve y doce años de edad.
los cuestionarios.
legales.
Padres.
Contar con las habilidades de lectoescritura necesarias para comprender y responder
Criterios de exclusión
Preadolescentes.
Presentar algún impedimento de cualquier clase para participar en el estudio (previo
aviso de los profesores de las escuelas, de los padres o tutores), por ejemplo, estar
Padres.
Informar sobre cualquier impedimento para responder los instrumentos de medición por
cuenta propia.
62
Criterios de eliminación
Preadolescentes.
No completar los cuestionarios de autoinforme correspondientes.
Padres.
No responder en su totalidad los cuestionarios.
Consideraciones éticas
La participación en este estudio, tanto de los menores como de sus padres, fue
estudio, se desarrolló una tabla de riesgos y beneficios que los preadolescentes y padres
de familia podrían obtener de su participación (Tabla 5). La tabla sirvió para incluir en el
estudio diversas recomendaciones para disminuir los posibles efectos de iatrogenia que
se pudiera ocasionar.
63
Tabla 5
RIESGOS BENEFICIOS
• Dada la invitación a los padres para • Los resultados de la presente investigación
participar, estos podrían sentirse pueden brindar información relevante a los
inseguros para brindar su colaboración y padres sobre la alimentación y estado
la de sus hijos, ya que se solicitaron datos nutricional de sus hijos, ya que son
personales (nombre, parentesco y edad). indicadores objetivos que posibilitan la toma
Por ende, en colaboración con las de decisiones en beneficio de la salud de los
autoridades de las escuelas, se extendió preadolescentes.
una invitación específica que aseguraba la • Los directores de cada plantel recibieron las
confidencialidad de su participación, así mediciones antropométricas de los
como la entrega de un consentimiento participantes, así como el reporte de datos
informado en el que se explicaron los sobre frecuencia de edad, sexo e IMC.
alcances académicos del estudio y se • Se invitó a los participantes a asistir a un
señalaron los datos de contacto taller sobre alimentación y emociones dentro
correspondientes para la aclaración de del plantel escolar (previo consentimiento de
dudas. las autoridades escolares). Sin embargo, la
• Las mediciones antropométricas podrían realización del taller está pendiente al
hacer sentir incómodos a los momento en el que se presenta esta tesis,
preadolescentes. Es por ello que, antes de dada la suspensión de actividades
tomarlas, se explicó a los participantes ocasionada por la emergencia sanitaria por
cómo se llevaría a cabo esta actividad, el COVID-19. Se realizó la reprogramación
asegurando que ésta se realizaría en un tentativa de dicha actividad para el ciclo
salón distinto al aula de clases. Se les escolar 2021-1.
brindó, en todo momento, el espacio y el • La información personal se mantuvo en
apoyo para que se expresaran si sentían estricta confidencialidad con el
alguna incomodidad. Además, se solicitó correspondiente manejo ético de protección
su asentimiento escrito en el que se de datos.
especificaba que podían abandonar la
64
Instrumentos
posee una escala numérica de cinco opciones de respuesta (de 0 = muy poco o nada, a 4
Instrumento por Viñetas para Evaluar Riesgo de Ingesta Emocional en Niños (Garza et
cortas, o viñetas, con una escala de tres opciones de respuesta: siempre, algunas veces y
65
nunca. El riesgo de ingesta emocional se identifica con la suma de puntos obtenida en las
viñetas, seis o más puntos, implican un mayor riesgo de ingesta emocional. En el estudio
original con población mexicana se observó un alfa de Cronbach de 0.70., mientras que
investigación. Por tratarse de un estudio que toma en cuenta tanto el reporte de los
menores, como el de sus padres o tutores, se adaptaron los ítems de la EDS-short para
para que las preguntas guardaran concordancia gramatical. Por ejemplo, se modificó el
término “Cuando estoy molesto” por “Cuando mi hijo(a) está molesto(a)”; “Cuando mis
emociones son fuertes” por “Cuando las emociones de mi hija(o) son fuertes”, etc. Se
diseñado para ser contestado por los padres o cuidadores respecto al comportamiento
para población mexicana infantil y adolescente, la prueba cuenta con cinco factores para
medir la percepción de los padres sobre la ingesta emocional de los niños/as. En esta
tesis solo se utilizó un factor que se denomina Respuesta de saciedad/ interés por el
66
estudio) debido a que evalúa el control que tiene el niño/a para regular su ingesta y el
aumento en la conducta de comer bajo emociones negativas. Por otra parte, para añadir
“Mi hijo/a come más cuando está ansioso/a” debido a que contribuye a medir de manera
ingesta emocional (por ejemplo: a) mi hijo/a come más cuando está feliz, b) mi hijo/a
Medición antropométrica
La medición de peso se obtuvo mediante una balanza digital marca OMRON, modelo
HN-289, con una capacidad de 150 kg y un grado de precisión de 100 gramos. La medida
de talla se obtuvo mediante un estadiómetro de pared marca OMRON de dos metros, con
Ingesta emocional: conducta de comer como respuesta ante emociones negativas, con
Sobrepeso y obesidad: acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para
obtenidos en las diez historias del Instrumento por Viñetas para Evaluar el Riesgo de
ubicó en la tabla percentilar de acuerdo con el sexo del participante según los criterios
propuestos por la OMS (de Onis, et al., 2007). A los participantes que obtuvieron valores
obesidad se conformó por aquellos que puntuaron valores igual o mayores al percentil 97.
Procedimiento
diciembre del 2019, y enero del 2020. Se solicitó el acceso a nueve escuelas primarias, a
las que se acudió para explicar a directivos y maestros el objetivo de la investigación, así
como obtener el consentimiento para trabajar con los alumnos y sus padres. Una vez
para llevar a cabo este paso de manera presencial, ya que ningún plantel accedió a
brindar un espacio exclusivo para el trabajo con padres y tutores, las cartas de
heteroinforme, fueron enviados a los padres y tutores. Se explicó a cada directivo la forma
específicas que fueron transmitidas a los profesores de cada grupo. Los docentes
Tras obtener tanto el consentimiento de los padres y cuidadores, como sus respuestas
quienes se les dio una carta de asentimiento previo a su participación (Anexo F).
realizaron en dos días por cada escuela. Durante el primer día se llevó a cabo la
peso corporal de los alumnos/as de quinto año, mientras que en el segundo día se
autora de este trabajo. En una ocasión, se contó con la ayuda de una estudiante de
grupo.
69
para cada instrumento, dejando abierta la posibilidad de resolver cualquier duda. Se les
solicitaba que levantaran su mano cuando terminaran, con el objetivo de recoger los
diferente orden (para quinto grado, EDS-short e Instrumento por Viñetas; para sexto
para tomar clases, con el propósito de conformar un ambiente más privado. Los directores
del plantel asignaron espacios como bibliotecas, salones de usos múltiples, salones de
acompañada de una persona designada por el director de los planteles, para seguridad de
Se solicitó que los participantes salieran del salón de clases de manera individual para
la toma de medidas. Para obtener el peso, se pidió a los participantes retirarse el calzado,
así como cualquier prenda que pudiere alterar significativamente la medición, como
chamarras, bufandas o suéteres. Se les indicó no llevar cualquier objeto que pudiese
Para obtener la medida de talla, se pidió a cada participante colocarse debajo del
estadiómetro, de espaldas a la pared, con talones juntos y en posición recta, con mirada
impidieran colocar la punta del estadiómetro sobre su cabeza. Los milímetros fueron
Análisis de datos
El análisis de los datos se realizó mediante el paquete estadístico IBM SPSS versión
22. En primer lugar, se realizó un análisis exploratorio para corroborar que no existieran
fórmula IMC = peso (kg) / talla2 (m). Posteriormente, haciendo uso de las tablas
percentilares de la OMS (de Onis et al., 2007) se ubicó el IMC de cada participante (eje de
las ordenadas), y la edad en años y meses (eje de las abscisas), de acuerdo con el sexo
el grupo (sobrepeso) representó 24.3% del total, mientras que el grupo cuatro
Tabla 6
Sexo
Clasificación
Mujeres Hombres Total
de IMC
n % n % n %
Bajo peso 15 6.6 16 9.2 31 7.8
Peso normal 126 55.5 89 51.4 215 53.8
Sobrepeso 53 23.3 44 25.4 97 24.3
Obesidad 33 14.5 24 13.9 57 14.3
Para los análisis posteriores, se excluyó al grupo de bajo peso con el propósito de
peso, se efectuó una prueba t de Student para muestras independientes, como análisis
significativas en las variables de estudio entre los grupos conformados. Esto permitiría
ingesta emocional obtenidas en los dos instrumentos administrados a los padres, madres
72
(peso normal, sobrepeso, obesidad). Para indagar acerca de las diferencias entre grupos
emocional, reportadas tanto por los preadolescentes como por sus padres. La pertinencia
RESULTADOS
Análisis preliminares
indagar acerca de posibles diferencias entre mujeres y hombres en relación con las
Tabla 7
Mujeres Hombres
Variable
𝑥̅ s 𝑥̅ s t gl p
aEl reactivo pertenece al factor cuatro del Cuestionario de Conducta Alimentaria de los Niños
(CEBQ, 2018).
74
Tabla 8
.200; Tabla 9.
75
Tabla 9
diferencias entre los tres grupos (peso normal, sobrepeso y obesidad) no fueron
Tabla 10
grupos de IMC (F = 11.164, p < .001). De acuerdo con el análisis post hoc de Scheffé, el
grupo con obesidad mostró un nivel significativamente mayor de ingesta emocional que el
grupo con peso normal (p <.001; Tabla 11). A su vez, el grupo con sobrepeso presentó
mayor ingesta emocional que el grupo con peso normal (p = .049). Por último, no se
encontraron diferencias entre el grupo con obesidad respecto al grupo con sobrepeso (p =
.085).
Tabla 11
Comparación entre los grupos de Índice de Masa Corporal sobre la ingesta emocional
reportada por padres, madres o cuidadores
Para el reactivo “Mi hijo/a come más cuando está ansioso/a” también se encontraron
diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de IMC (F = 11.094, p< .001).
El análisis post hoc de Scheffé demostró que el grupo con obesidad presentó
significativamente mayor ingesta por ansiedad en comparación con el grupo con peso
normal (p < .001). Asimismo, el grupo con sobrepeso presentó mayor ingesta por
ansiedad que el grupo con peso normal (p = .021). Sin embargo, no hubo diferencia entre
Tabla 12
Comparación entre los grupos de Índice de Masa Corporal sobre la ingesta por ansiedad
reportada por padres, madres o tutores
Para averiguar la relación entre el IMC con las variables de estudio reportadas por los
presentan los resultados de este análisis. A partir de estos, se observó lo siguiente: el IMC
con el informe de los preadolescentes (𝑟𝑝 = .059, p = .261), ni con el de los padres (𝑟𝑝 =
se correlacionó de forma significativa pero débil con el reporte parental (𝑟𝑝 = .285, p <
.001). El ítem mi hijo come más cuando está ansioso, también mostró una asociación
significativa pero débil y positiva con respecto al IMC (𝑟𝑝 = .269, p < .001).
Por otro lado, entre el reporte de los preadolescentes y el de los padres o cuidadores
positiva y moderada (𝑟𝑝 = .436, p < .001). Sin embargo, con respecto a la variable ingesta
Tabla 13
Variables 1 2 3 4 5 6
1. 1. IMC -
2. 2. Desregulación emocional (preadolescentes) .059 -
3. 3. Desregulación emocional (padres) .013 .436** -
4. 4. Ingesta emocional (preadolescentes) -.109* .188** -.002 -
5. 5. Ingesta emocional (padres) .285** .118* .341** .013 -
6. 6. Ítem 15 “comer por ansiedad” (padres) .269** .138** .286** .020 .716** -
*p ≤.05 **p ≤.01
A la luz de los hallazgos anteriores, se observa que existe congruencia moderada entre
la percepción que tienen los padres y los preadolescentes con respecto a la desregulación
ingesta emocional, por lo que, la total discordancia entre los participantes supone que la
conducta alimentaria es vista bajo el enfoque particular de quien provee y de quien recibe
los alimentos.
79
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
empírica que muestra el importante papel que tienen las dificultades para regular las
al., 2017; Essau et al., 2017; Suveg et al., 2009; Uhl et al., 2019); así como los problemas
(Compas et al., 2017; Eisenberg et al., 2017; Essau et al., 2017). Los problemas de salud
relacionados con la conducta alimentaria no son la excepción. Es por ello que, a partir de
Con respecto a los datos de distribución de la muestra del estudio presente, se observó
de 5 a 11 años es de 35.6%, con mayores niveles en las áreas urbanas que en las zonas
menos un tercio de la población, lo que resulta relevante, pues el reporte de las cifras
parece ir en aumento, observándose esta tendencia en los últimos seis años (INSP,
2019).
80
y los doce años, a quienes se les clasificó de acuerdo con su IMC. Los resultados
obtenidos en el presente estudio permiten concluir que no hubo diferencias en los niveles
de esta variable entre los grupos de peso normal, sobrepeso y obesidad. El que los datos
sean similares entre estas poblaciones, hace pensar que existe un problema generalizado
la de sus padres con respecto al mismo fenómeno, lo cual añade fortaleza a la validez de
los niveles de desregulación emocional entre menores con obesidad y con peso normal.
Estas investigaciones han empleado métodos diferentes que podrían explicar los
tres y seis años de edad, en quienes se observan mayormente los efectos directos de la
desregulación emocional sobre la obesidad (Blissett et al., 2010; Power et al., 2016).
Otras investigaciones (Kelly et al., 2016; Pace et al., 2019; Percinel et al., 2018)
incluyeron población con un rango de edad extendido (entre siete y 18 años), lo que
otras).
Sin embargo, existe un grupo sólido de estudios que pueden ayudar a comprender la
factores fisiológicos, psicológicos y sociales a lo largo del tiempo (Russell y Russell, 2019;
Sahoo et al., 2015). Además del desbalance energético entre el consumo y el gasto de
calorías, el IMC está determinado por numerosos elementos, como la actividad física, el
metabolismo del individuo, los estilos de crianza, el estatus económico, el ambiente, entre
otros.
Por otra parte, es preciso advertir que la desregulación emocional se integra, de igual
estrategias inefectivas que se emplean para lograr su regulación, sino que además se
para Niños en su versión corta (Contreras-Valdez et al., 2018) resultó una medida
adaptación que se realizó en este estudio para población adulta, como en el caso de la
población infantil. Sin embargo, se reconoce que la EDS-short solo provee información
82
emociones fuertes, fallas en las estrategias de regulación, entre otras). De hecho, ninguna
especialmente aquellas que tienen que ver con el afrontamiento, resulta necesario
(Compas et al., 2017). De igual forma, Sabatier et al. (2017) enfatizan la importancia del
Como han sugerido Powers et al. (2015), examinar las estrategias específicas que
usan los preadolescentes para regular sus emociones, puede brindar una explicación más
precisa sobre cuáles son las dimensiones de la desregulación emocional que sí pueden
impactar en el IMC a lo largo de su desarrollo. Esto permite pensar que tanto los adultos
regulatorio global, sino únicamente en algunas áreas particulares de este constructo. Por
alimentación y, por ende, en el IMC. Un ejemplo claro es la ingesta emocional que, si bien
Para cumplir con el segundo objetivo de esta investigación, determinar si existe una
peso normal, sobrepeso y obesidad. En contraste con el reporte parental, los padres de
establecer (y reportar) una relación entre los dos elementos (las emociones y la ingesta
que les induce a comer (Silva et al., 2013). Asimismo, es importante reconocer que están
sujetos, en gran medida, a las condiciones de alimentación provistas por los padres,
podría sugerir que los menores todavía no son completamente conscientes de que,
84
además de las funciones fisiológicas básicas, la alimentación podría tener otros fines en
emociones negativas (enojo, miedo, ansiedad). Los padres de participantes con obesidad
y sobrepeso señalaron que sus hijos/as emplean los alimentos como medio para calmar
emociones negativas, siendo posible señalar que los padres informan con mayor claridad
bajo qué contextos ingieren alimentos y de qué tipo. Sin embargo, es importante
reconocer que los padres pueden utilizar los alimentos como medios para aliviar la
Bajo los principios generales del aprendizaje, puede entenderse que la conducta de
padres como para hijos/as, y si esta conducta se repite cotidianamente, es probable que
estos no identifiquen esta conducta como relevante o problemática (Herle et. al, 2018).
Por otro lado, aunque la alimentación emocional puede usarse como un medio para
regular el afecto en los preadolescentes, esto se vuelve problemático cuando los padres
afecto, excluyendo otras estrategias. Tal inflexibilidad los limita a regular efectivamente las
2019; Vandewalle et al., 2016). También se ha señalado que ofrecer comida para calmar
las emociones de otra persona podría tener por objetivo, no solo regular las emociones
del receptor, sino también las emociones del proveedor en lo que se ha denominado
de los padres para utilizar la alimentación para regular las emociones de sus hijos/as
En estudios anteriores, los padres de hijos/as con obesidad reportaron mayores niveles
de ingesta emocional en comparación con los de peso normal (Croker et al., 2011; Santos
et al., 2011; Webber et al., 2009). Dicho resultado se replicó en el presente estudio, pues
se observaron diferencias significativas entre los grupos de acuerdo con el IMC. Acorde
con lo anterior, los estudios que han empleado el CEBQ como medición parental de la
ingesta por emociones, han mostrado resultados consistentes, lo cual añade validez
externa al hallazgo de que existe mayor ingesta emocional con sobrepeso y obesidad
(Jalo et al., 2019). Sin embargo, los estudios que no reportan una asociación entre dichas
variables (Braet et al., 2008; Jalo et al., 2019; van Strien y Oosterveld, 2008) emplearon
medidas de autoinforme, donde el IMC no tuvo ninguna relación con la ingesta emocional
y tal conducta mostró una presencia muy baja en participantes entre los siete y los 12
No obstante, los hallazgos del presente estudio difieren con los reportados por Braet et
reportada por padres y por los propios preadolescentes. Lo anterior puede deberse a que
grupos. Se sugiere que estudios posteriores utilicen el mismo instrumento, con las
sobrepeso, esto concuerda con una investigación previa en población mexicana que ha
la obesidad en una sola categoría (Allen et al., 2006; Cebolla et al., 2011).
anteriores.
arrojado evidencia importante sobre la relación del sobrepeso y la obesidad con diferentes
psicopatología, incluyendo los trastornos alimentarios (Monell et al., 2018; Ruscitti et al.,
2016). Esta aportación se considera, asimismo, una fortaleza teórica del estudio.
87
Por otra parte, es necesario considerar los resultados de esta investigación a la luz de
que, aunque se trate de medidas válidas y confiables para la población de estudio (Bell,
encuestas a partir de los siete años, los menores pueden informar adecuadamente sobre
su propia conducta, aunque también son sensibles a los contextos sociales y pueden
estar sujetos a las influencias de las condiciones de evaluación, así como la tendencia a
tratar de complacer al entrevistador o a otras personas (Bell, 2007; Rodríguez, 2017). Por
su parte, aunque se atendieron con detalle las recomendaciones necesarias para informar
responder bajo el sesgo de deseabilidad social. Por ende, se propone que futuras
medición.
Una segunda limitación, es que los padres y cuidadores respondieron los cuestionarios
en sus hogares. Es recomendable que, para incrementar el control del estudio, las
propone el uso de herramientas tecnológicas, como los cuestionarios en línea, toda vez
que se cuente con protocolos de investigación estandarizados que permitan realizar una
Una limitante más, consiste en el traslape teórico que existe entre la desregulación
emocional y la ingesta emocional (Blissett et al., 2010; Evers et al., 2010; Gianini et al.,
2013; Görlach et al., 2016; van Strien, 2018), pues se observó que dentro de las
forma indiscriminada, sino que se usaron instrumentos válidos y confiables para medir
cada uno de ellos, es importante tener claro el origen teórico de ambos. La ingesta
psicopatología del desarrollo (Barlow et al., 2018; Beauchaine y Cicchetti, 2019; Gross y
Jazaieri, 2014). La distinción categorial entre los constructos debe ser tomada con
diversas formas y las dificultades afectivas que se reflejan dentro del contexto alimentario
diversos factores, como el grupo social estudiado, las diferencias regionales y las
la muestra.
89
obesidad debido a que esta enfermedad es un fenómeno complejo que no puede ser
explicado por una sola variable y, en el terreno psicológico, existen otros factores de
al., 2016; Latzer y Stein, 2013). Sin embargo, cuando se focaliza particularmente una
alimentario, es decir la conducta de ingesta emocional, se observa que ésta tiene una
obtuvo por medio del propio reporte de los participantes y de los padres o cuidadores.
Siendo estos últimos quienes podrían identificar con mayor claridad la relación entre la
alimentario de los menores ya que éstos tienden a imitar modelos. Los padres pueden
actual emergencia sanitaria provocada por la enfermedad COVID-19, donde las personas
al., 2020).
las emociones y la ingesta alimentaria, identificar a los padres o cuidadores que usan los
90
sobre estrategias alternativas de regulación emocional, puede ser una ruta para la
alimentarias. Dicha educación puede abordar simultáneamente los procesos afectivos que
más adaptativas de regulación de las emociones para emplear con ellos. Al hacerlo, es
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114
ANEXO A
Escala de Desregulación Emocional
Powers et al. (2015). Adaptada a población mexicana por Contreras Valdez et al. (2018)
115
ANEXO B
ANEXO C
Escala de Desregulación Emocional
ANEXO D
Cuestionario de la Conducta Alimentaria de los Niños
ANEXO E
Consentimiento informado para padres
122
ANEXO F
Asentimiento informado para preadolescentes