Historia de Europa en La Edad Moderna

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HISTORIA DE LA EDAD MODERNA

EL HUMANISMO RENACENTISTA
RENACIMIENTO Y HUMANISMO
El término fue acuñado en 1550 por un coetáneo, Giorgo Vasari en
Vida de los grandes pintores, escultores y arquitectos (s. XV XVI) donde
cita "rinascita" del espíritu clásico perdido y para definir el éxito de un
periodo en la literatura, el arte, la cultura, etc. En el s. 17, Pierre Bayle,
Enciclopedia, define aquellos tiempos como "Renacimiento" debido a
que existía la convicción y voluntad de revivir a los clásicos romanos:
escribir, construir, esculpir, etc como ellos. Además, el "Renacimiento"
es un movimiento integrado por artistas, literatos, publicistas, etc.
El Renacimiento es un movimiento cultural que se desarrolla en
Europa occidental entre los siglos XIV y XVI, basado en el
redescubrimiento de los modelos de la antigüedad clásica, aunque
existen varios precedentes a lo largo de la Edad Media. Esto significa
que frente a la cultura propia de la Edad Media se recuperan los
valores éticos, políticos, literarios, artísticos, etc., esencialmente
paganos, aunque debido al peso que tiene la Iglesia, estas pasaran por
un tamiz cristianizador. En relación con este se encuentra el
Humanismo, una corriente de pensamiento vinculada con el
Renacimiento que se caracteriza principalmente por situar al hombre
como centro y medida de todas las cosas. (mejor explicado mas abajo)
Los protagonistas de este resurgimiento fueron los humanistas, es
decir, los que centraron su interés en lo humano. Con este interés
estudiaron las lenguas antiguas, buscando campos de conocimiento
más amplios una satisfacción más profunda de los sentidos y un nuevo
estilo de comportamiento y actitud. Según los humanistas, defensores
de la resurrección del clasicismo, la caída de la edad dorada de la
civilización de la antigüedad había porticado una época de barbarie de
la que intentaban escapar. Este redescubrimiento solo fue posible
gracias a la depuración filológica, es decir, prescindiendo del
intermediario propio de la Edad Media, estos profundos estudios del
latín y el griego, junto a su difusión gracias la imprenta, llevaron a una
importante recuperación de muchos de los autores mas importantes y
de los modelos de vida implícitos en sus obras.
De esta manera el Renacimiento junto con el Humanismo constituyen
uno de los cambios mas característicos del tránsito de la Edad Media a
la Edad Moderna.
En líneas generales, el interés por el Renacimiento como cultura de
época se inicia a mediados del siglo XIX, tras una etapa de admiración
medieval propia del romanticismo. El autor más significativo será Jakob
Burckhardt, para quien la quiebra entre E.M. y Renacimiento resulta ya
muy evidente a mediados del siglo XV (conectada con la idea de los
eruditos de los siglos XIV y XV que halan del despertar de una “época
dorada” contrapuesta a la “época oscura” de la E.M.). En el primer
cuarto del siglo XX los medievalistas tienden a rechazar las fáciles
contraposiciones entre Edad Media y Renacimiento. Hay autores que
remontan un primer renacimiento a la etapa de Carlomagno (siglo VIII),
con sus logros artísticos y literarios.
Asimismo, eruditos como E. Gilson niegan originalidad a la filosofía
renacentista. Por otro lado, frente a Burckhardt, que había centrado el
verdadero Renacimiento en Italia, fue configurándose la conciencia de
un Renacimiento nórdico, no paganizante sino cristiano, una de cuyas
figuras más significativas sería Erasmo. Con todo, la fecundidad
evidente del Renacimiento italiano contaba a su favor con el sustrato
cultural e incluso material de la vieja Romanidad, mientras que
tradiciones culturales distintas en otros países europeos podrían
ofrecer ciertas resistencias y reelaboraciones.
Entre los autores de finales del siglo XX, Peter Burke ha subrayado la
necesidad de considerar el Renacimiento no como un período concreto,
sino como una dinámica expansiva en amplio contexto.
En cuanto al Renacimiento español, ya desde el siglo XIX no fue
reconocido por la historiografía alemana dependiente de Burckhardt. A
su pretendida existencia se oponían las raíces judías y musulmanas de
la Península, así como la leyenda negra sobre la Inquisición de Felipe II
y la Contrarreforma. No obstante, la historiografía liberal lo reivindicó,
si bien acortando su duración en el tiempo.
Una de las características mas importantes del renacimiento es que
este no fue antirreligioso, sino que se mezcló. Y por otra parte es un
fenómeno cultural que únicamente se dio entre la élite social urbanas
mientras que la mayoría social seguía firmemente asentada en las
tradiciones medievales.
El Humanismo, por su parte, con su nueva vivencia y actitud ante el
mundo, intentará liberarse de los constreñimientos ascéticos y
religiosos propios de la cultura eclesiástica de la Edad Media.
Comportaba una revalorización de la nobleza de lo humano
propiamente dicho, sus valores y capacidades, así como una apuesta
de inserción en la “ciudad terrena”. Conviene precisar que no se
produjo una contraposición entre Antigüedad y cristianismo, sino
intentos de concordia y síntesis, como los de Nicolás de Cusa (1401-
1464) o Pico della Mirandola (1463-1494). Los clásicos grecorromanos
se convierten en modelos universales, que deben ser incorporados a la
herencia cristiana. No hay que olvidar que “armonía” y “unidad” serán
referencias clave de la cosmovisión humanista.
El Humanismo, al tiempo que, por su interés erudito en las letras
clásicas y la filología, debe entenderse como un nuevo modo de vivir,
que subraya la inserción del hombre en el mundo, la actitud estética, la
ética y la cortesía social. Se busca conciliar acción y contemplación, al
tiempo que un ideal de hombre completo y polivalente. Por ello, otros
rasgos importantes de la actitud humanista serán la “virtus”, la
preocupación por la fama, y el “amor” como progresiva transposición
de niveles hacia la belleza en sí. Al mismo tiempo, en el Humanismo se
percibe un sentido aristocrático, minoritario, de jerarquías intelectuales
o de círculos de iniciados.
Estos postulados adquirieron una evidente expresión en las artes
plásticas, con sus ideales de proporción y armonía. En general, los
artistas plásticos italianos tenderán a idealizar y a expresar
arquetípicamente lo humano, en una especie de sacralización de lo
bello. Es el sereno equilibrio del espíritu clásico que caracterizará al
primer Renacimiento.
El Humanismo también se verá estimulado y favorecido por la nueva
“cultura de la imprenta”. En su actitud con respecto a los poderes, los
humanistas también se volvieron hacia los clásicos. El modelo lo
constituía el ciudadano activo e independiente de una república. Se
trataba de un humanismo civil, con ecos en las ciudades libres de Italia
o de Alemania. El mismo Erasmo era partidario de las repúblicas y se
mostraba crítico con los príncipes.
En este momento se tiene una nueva visión cosmológica y
antropológica suponiendo una ampliación con respecto a la EM. El
nuevo método de trabajo da una mayor importancia a la filología y a la
arqueología. Se difunde una cosmovisión más antropocéntrica sin
ignorar o prescindir de Dios, pero la visión del mundo era menos
negativa frente a una visión más "laica" del hombre. Se concedía
mucha importancia a los modelos "paganos" y humanos, anteriores a
la Revelación. No obstante, no es un movimiento anticristiano ni en
Italia con los fenómenos de sincretismo y cierto escepticismo, ni en el
Norte con el "humanismo cristiano". Se mantiene el aristotelismo
medieval de Santo Tomás de Aquino, conciliando revelación y razón.
Guillermo de Ockam, en el siglo XIV, había complicado el panorama al
negar la posibilidad de un conocimiento racional de las verdades de la
revelación. La dialéctica se convierte en formalismo técnico y
silogístico, que irradia desde las universidades del siglo XV.
La vertiente del aristotelismo averroísta separaba también la filosofía
de la fe, y postulaba la doctrina de la doble verdad, científica y
religiosa.
La segunda corriente filosófica destacada en el Renacimiento la
constituirá el platonismo. Durante la Edad Media el conocimiento de los
escritos de Platón fue muy reducido. El platonismo llegaba interpretado
por las escuelas místicas y espirituales de Pseudo-Dionisio y San
Agustín. Frente a estas doctrinas fragmentarias se redescubren ahora
los textos originales de Platón en su variedad. Marsilio Ficino (1433-
1499) fue el difusor de las doctrinas neoplatónicas. Va a intentar
conciliar en línea espiritualista a Platón con Aristóteles.
Discípulo de Ficino fue Pico della Mirandola (1463-1494) que
incrementaba la incidencia de teorías cabalísticas y mágicas en el
neoplatonismo de su maestro. Puede considerársele como uno de los
prototipos del hombre universal renacentista, por su variedad de
intereses en lenguas, filosofía, religión y astrología.
Respecto a las actitudes vitales tenían ideales y modelos con un ideal
de hombre completo y perfeccionable que era laico y el modelo de
caballero lo definió Baltasar de Castiglione en El cortesano (1528). Se
estimuló la gloria terrena mediante la fama rigiéndose por la frase
"Importa vivir la vida de tal suerte que vida quede en la muerte". Hubo
un reconocimiento del valor y del esfuerzo generando optimismo en las
capacidades del hombre. Además, hubo unidad y bondad del Universo
y del Hombre como su centro y señor. El elitismo de los humanistas se
dio en círculos selectos sin tener una pretensión divulgadora y su
relación con los poderes socio políticos era compleja. Los ideales
políticos eran variados pasando del republicanismo clásico (humanismo
cívico) de tradición urbana italiana flamenca ideal estoico
(senequismo) a los abusos de los grandes príncipes.
El desarrollo de las ciencias y de las artes muestran una nueva estética
en la arquitectura, escultura, pintura… como una "imitación" de los
clásicos, es decir, ¬asimilar su modo de hacer perfecto hasta
dominarlo. Se produjo un avance limitado de las ciencias empíricas,
''filosofía natural" pero no “metafísica”, por causas complejas: la
admiración por la autoridad de los "antiguos", sobre todo la física de
Aristóteles y no tanto observación como relectura y descubrimiento de
textos de los clásicos (Hipócrates, Ptolorneo, Galeno, Arquímedes…); el
predominio del idealismo platónico en filosofía creándose la corriente
del "neoplatonismo" basada en la admiración de Platón y sus
discípulos, como una sabiduría nueva, anterior a Aristóteles; sentían
debilidad por los instrumentos de observación siendo desarrolladas por
necesidades prácticas, sobre todo, la guerra y la navegación.
Todos estos desarrollos prácticos que preparan la "revolución científica'
del s. XVII: en medicina, Andrés Vesalio publica De humanis corporis
fabrica (1543); en biología se observan novedades en plantas y
animales que se comienzan a describir; la física y química están
limitadas, teóricamente, por la autoridad de Aristóteles; en astronomía
destacó Nicolás Copérnico con De revolutionibus orbium caelestium
(1543); en matemáticas se desarrolla la contabilidad, la numeración
arábiga, la geometría, el álgebra y la trigonometría; en ética hay
optimismo sobre el desarrollo de las capacidades humanas a partir de
los modelos humanos clásicos como Sócrates; en teología tiene lugar
una nueva aproximación a los textos Biblia y a los Santos Padres a
partir del Neoplatonismo en Italia y la Neoescolástica de la "Escuela de
Salamanca". Además, se llevaron a cabo mejoras técnicas como
desarrollo de lo medieval, para resolver problemas prácticos con la
construcción naval, la cartografía gracias a "Mercator" y su proyección
cilíndrica en Atlas sive cosmographicae meditationes, 1585; y
astronomía. Además, utilizó el aprovechamiento energético de los
molinos viento, el bombeo de agua o aire en ingeniería defensiva y las
armas de fuego.
EL HUMANISMO ITALIANO
El Humanismo se inició en Italia, primero en ciudades estado del Norte,
entre el Papado y el Imperio (Toscana y Valle del Po), por su forma de
gobierno comunitaria, un activo comercio y los contactos culturales
con Oriente por el Mediterráneo que produjeron una burguesía urbana
que ha comprado tierras y dedicaron a la industria. Se desarrolló un
mecenazgo potente al servicio de una familia Medici y de una ciudad,
Roma al ser los herederos de los romanos clásicos. Sin embargo, el
humanismo a penas se extendió por Génova.
El humanismo italiano se constituyó como un movimiento urbano
oligárquico que implicaba a tres grupos sociales:
1. Mecenas: Príncipes, prelados, señores…
2. Intelectuales y eruditos: secretarios, escribanos, profesores…
3.Artistas plásticos reclutados entre los gremios: esculturas,
pintores, arquitectos (…)
El objetivo central de este humanismo era revivir lo romano clásico y
no lo griego; es algo cercano como muestran los restos arqueológicos y
nunca se ha perdido el contacto. Se trata, pues, de un programa
práctico para restablecer la unidad y grandeza de Roma expulsando a
los extranjeros bárbaros y reviviendo la cultura de los antiguos
romanos sin dejar de ser cristianos (Marsilio Ficino, Picco della
Mirandola).
Los principales centros del humanismo italiano fueron:
o Florencia era la república de los Medicis por su pujanza
económica, hasta que en 1530 se convierta en principado. El
mecenazgo corrió de la mano de Cosme de Medicis (1434-64) y
de Lorenzo el Magnífico (1469-92). Sin embargo, con la "Crisis" de
1494, Carlos VIII de Francia expulsa a los Medicis y comienza su
predicación Savonarola. En Florencia coincidieron grandes
personalidades artísticas e intelectuales como Bramante,
Donatello, Boticelli, Miguel Ángel; Lorenzo Valla (filólogo), Marsilio
Ficino y la "Acadernia" neoplatónica, con Giovani Picco della
Mírandola.
o Roma era la capital Cristiandad y la heredera del Imperio
Romano. Los Papas eran los grandes príncipes de la Iglesia.
Actuaron como mecenas a mediados del s. XV con Nicolás V;
Calixto III, y el humanista Eneas Silvio Picolomini como Pio II; y a
principios del s. XVI con Alejandro VI Borgia, Julio II y León X
Medici. En 1527 tuvo lugar el "sacco" de Roma por las tropas de
Carlos V. En esta ciudad se concentraron artistas de la talla de
Bramante Miguel Ángel y Rafael.
o Venecia constituía la república mercantil oligárquica y actuaba
como refugio de artistas y de nexo cultural con Oriente. Su
principal centro de mecenazgo fue la Universidad de Padua donde
destacaba la enseñanza aristotélica en su vertiente averroísta,
frente al platonismo de Florencia. La imprenta alcanzó mucha
importancia con Aldo Manucio. Tras el “sacco” de Roma, pintores
como Giorgione o Tiziano se refugiaron en Venecia.
o Nápoles era un reino abierto a los contactos con oriente, pero
estaba gobernado por una monarquía feudal, por lo que el
florecimiento humanista fue pasajero con Alfonso V de Aragón y
Lorenzo Valla.
o Otros no menos brillantes, pero menos estables y con menor
continuidad fueron Urbino con la familia Montefeltro, Milán
teniendo como mecenas a los Sforza, Manua con los Gonzaga y
Ferrara al Este.
Los principales contenidos del humanismo renacentista italiano
recogían los "Studia humanitatis", es decir, una serie de estudios para
formar al hombre completo en el cuerpo (estética), el comportamiento
(ética), el espíritu (religión) y la razón (intelecto), con un sentido más
práctico que teórico. Se trataba de las cinco disciplinas clásicas de
gramática, retórica, poética, historia y filosofía moral ”. (habla y
moral). de este modo, se posponían la teología y la filosofía
(Universidades). No obstante, se concedía mucha importancia a la
retórica despreciando la "Lógica" siendo los útiles necesarios para el
hombre social: el "cortesano" (B. Castiglione, El Cortesano, 1528).
En principio se incide ahora en los valores del lenguaje. Se pasa a un
mayor interés por las realidades prácticas. Los Studia humanitatis et
litteratum perfeccionaban al hombre, por cuanto éste se diferenciaba
de los animales dada su capacidad de hablar y de distinguir el bien y el
mal.
Con estos estudios se pretendían recuperar las lenguas de la sabiduría:
latín, griego, hebreo. Se trataba de rescatar un "buen latín" según el
modelo de Cicerón, es decir, latín "corrompido" de la filosofía, el
derecho y la teología escolástica.
Los estudios tendían, por ello, a concentrarse en las artes de la palabra
y en una ética aplicada. Esto explicaba la preocupación formal por el
latín, pero no el latín vulgar, sino con pulimento y estilización,
preferentemente sobre modelos ciceronianos. Este retorno al latín
clásico ya se encuentra en Petrarca. Por su dominio latino, los
humanistas se emplearán como secretarios de los príncipes y papas,
de señores y ciudades libres. Va desarrollándose así una literatura
neolatina que intentará aproximarse a todos los géneros literarios de
Roma, intentando imitar los modelos clásicos: "Églogas" (Virgilio),
épica (Eneida de Virgilio), ''Odas'' (Horacio), comedias (Plauto y
Terencio), tragedias (Séneca), historia (Tito Livio), biografía (Plutarco).
Se descubrió el griego en relación con la caída de Bizancio y gracias a
la presencia en Florencia de Boccacio a finales del s. XIV y la venida de
Manuel Crisolaras, un griego con manuscritos; en 1439 tuvo lugar el
Concilio de Florencia al que asistieron obispos griegos como Besarión;
en 1453, se produjo la caída de Constantinopla provocando una fuerte
emigración de profesores, libros y códices, traductores, por la presión
turca.
Asimismo, se revitaliza el conocimiento de la lengua griega, que
comenzó a cultivarse en clases particulares en la Florencia de finales
del cuatrocientos. La preocupación por el lenguaje se extiende al
hebreo y al arameo, necesarios para la interpretación del Antiguo
Testamento y vinculados a intereses cabalísticos.
Esto condujo al redescubrimiento de la civilización romana a través de
Oriente, ya que no ha habido una Edad Media por su continuidad, la
lectura de autores y obras desconocidas o mal transmitidas como, por
ejemplo, "descubrimiento" de Platón directamente puesto que se le
conocía indirectamente a través de Aristóteles; también se revisaron
las traducciones latinas. Se despertó un gran interés por el hebreo a
través de la Biblia y de la "Cábala"("Zohar" o Libro de las iluminaciones
trasmitido por tradición oral). Esto estaba relacionado con el
humanismo cristiano por cómo leer mejor la Biblia.
Se llevaron la cabo las primeras grandes recopilaciones de libros tanto
en Bibliotecas laicas, fuera de los Studia monásticos o catedralicios,
como signo de distinción elemento de erudición. Entre las bibliotecas
privadas destacó la Petrarca de los Visconti en Milán y, en 1500, de
Luis XII que la llevó a Fontainebleau; y las bibliotecas de los Este en
Ferrara, de los Gonzaga en Mantua. La primera biblioteca "pública" fue
la de Cósme de Médicis en Florencia junto con la biblioteca de S.
Marcos en Venecia que contenía códices y libros del cardenal Besarión;
además de la gran Biblioteca Vaticana. No obstante, existía una fuerte
preocupación de los humanistas por la imprenta como instrumento de
difusión siendo el más destacado Aldo Manuzio en Venecia.
Se desarrolló la filología crítica con el establecimiento de los textos
originales que son mejor comprendidos, esto dio lugar a repercusiones
importantes de estos avances filológicos como fue el caso de Lorenzo
Valla y la "Donación de Constantino" o las críticas a la 'Vulgata" de San
Jerónimo (s. V). Lorenzo Valla era un florentino latinista conocedor
griego; su objetivo era purificar el latín de sus formas "medievales" y
"escolásticas" como refleja en su obra "Elegantiarum linguae latinae"
con estilos que permiten distinguir lo original de lo interpolado, lo
verdadero de lo falso y "Disputationes dialécticas" (1439). Poliziano
realiza una crítica filológica, de la paleográfica, de la ortográfica y el
"usus scribendi" perfeccionando la crítica textual; realizó una
reconstrucción de la letra "renacentista' o "itálica" rompiendo con la
“gótica” por el humanista Poggio. Una de las principales demandas
sociales son cancillerías principescas de secretarios latinos.
Las Nuevas corrientes filosóficas muestran en el s. XV una disputa
"escolástica" entre tomistas (aristotélicos) y ocamistas (nominalistas
seguidores de Guillermo de Ocam). Todo esto supuso un
enriquecimiento del conocimiento de la Filosofía clásica ya que los
humanistas recuperan y restablecen textos, aunque no es un período
creador u original; de este modo, se tiene un mejor conocimiento de
Platón y Aristóteles gracias a la pintura de R. Sanzio, "La Escuela de
Atenas", 1509 11. Con la renovación del aristotelismo ahora es
conocido directamente en griego, y no por traducciones de árabes,
sirios o hebreos, como durante la Edad Media; así se revitalizó el
tomismo como una síntesis entre la filosofía de Aristóteles y el
cristianismo de la mano de Sto. Tomás de Aquino en el s. XIII.
Revelación (fe) y razón natural: complementarias y compatibles.
También se conocen focos de "averroísmo" iniciados en el s. XII con
Averroes como intérprete de Aristóteles, así se produjo una separación
radical entre conocimiento filosófico y fe al igual que la tradición
nominalista de Occam que separa fe y razón. Pietro Pomponazi (Univ.
Padua) lleva a cabo una relectura de Aristóteles en griego.
También tiene lugar un "descubrimiento" de Platón siendo el autor más
influyente entre los humanistas italianos y europeos ya que en la Edad
se tenía un desconocimiento parcial por noticias indirectas como el
"platonismo" de S. Agustín y algunos Padres de la Iglesia; aunque su
obra no se conoce su obras en griego. El descubrimiento tiene lugar en
1439 con Concilio de Florencia en un intento de reunificación de las
iglesias de Oriente y de Occidente, donde intelectuales bizantinos
mantuvieron contactos con Marsilio Ficino que había publicado una
teología platónica y desde 1421, Leonardo Bruni traduce los Diálogos
de Platón al latín comenzando a ser asequibles. Marsilio Ficino fue
becado por Cosme de Medicis a partir de 1466, primero para traducir a
Platón a Plotino y los neoplatónicos y a los comentaristas; para a
continuación divulgarlos en la “"Academia Florentina”, como un
remedo de la ateniense; además, tradujo los "Diálogos" de Platón y
escribió una "Teología platónica''. Giovarmi Picco de la Mirandola fue
su discípulo, tenía afición a la Cábala y a otros saberes "herméticos"
para tratar de recuperar la sabiduría de los antiguos como se había
hecho con la filosofía de Platón; "herméticos, de Hermes Trimigisto,
neoplatónico, del s. II) y publicó en 1486 "Conclusiones philosophicae,
cabalisticae et theologicae". Ángelo Poliziano era un platónico no sólo
de contenido, sino también de actitudes al creer que la revelación es
"única" aunque también hubo una “revelación” de Dios a los sabios de
la antigüedad pagana; Dios es el ser del que dimanan los demás seres,
en una jerarquía de imperfección; el hombre vive en un microcosmos
organizado por los mismos principios del macrocosmos, es imagen de
Dios, se le ha dado su dignidad, las cosas del mundo son buenas; la
belleza no sólo expresa y sugiere, en sí misma es divina porque
participa de la única Belleza y se confunden medicina y magia,
astronomía y astrología.
DIFUSIÓN DEL HUMANISMO EN EUROPA
Desde el punto de vista geográfico el epicentro fueron las principales
cortes de las ciudades italianas, gracias al mecenazgo de los papas y
príncipes, aunque se produjo una rápida recepción y adaptación de las
propuestas italianas.
La expansión del Humanismo tendrá mucho que ver con una nueva
pedagogía y con la renovación de la enseñanza. La educación se
proyecta como formación general, que integre actividades físicas,
intelectuales y espirituales.
El humanismo nortealpino se caracteriza por la mayor profundidad
crítica y la menor preocupación por los elementos estéticos; se
preocupa por los problemas religiosos ya que sus principales intereses
son la Historia, la Política, la Religión, aunque menos por la Estética o
el Arte. Estas ideas se difunden principalmente, en la corte real y en
cortes nobiliarias, pero penetra con mayor dificultad en círculos
universitarios más conservadores. Esta "recepción" del Renacimiento
tuvo lugar en las décadas finales del XV y primeras del XVI.
Más que las universidades tradicionales, en la renovación humanista
contribuyeron las fundaciones de nuevo cuño. Surgieron Academias
de letras clásicas, como las de Nápoles (1440), Florencia, Roma o
Venecia.
Tradicionalmente se ha considerado que estos usos culturales
italianos del llamado Renacimiento fueron posteriormente
exportados y “difundidos” al resto de la Europa occidental. No
obstante, las nuevas interpretaciones hacen mayor hincapié en los
aspectos de la “recepción”. Al tiempo que los italianos recreaban a
su medida la Antigüedad clásica y hacían “propuestas”, los europeos
les imitaron, reinterpretando a su vez los modelos. Se rompe, de
esta manera, la dualidad establecida entre una Italia innovadora y
una Europa receptiva de forma meramente pasiva y subordinada.
Mecanismos y vías de difusión
Los centros educativos difundieron el humanismo como una
didáctica. Se dio una gran eclosión de nuevos centros ante el
aumento de la demanda universitaria. Esto condujo al surgimiento
de una "Burocracia" laica y eclesiástica con "letrados", "juristas" y
"canonistas"; y una mejor formación del clero, sobre todo, a partir de
la "Reforma". Todo esto se debió a una nueva organización didáctica
de los estudios, más laica y práctica por la enseñanza de primeras
letras asimilada a la catequesis y reforzada por Trento en la
parroquia; la enseñanza media se impartía en “colegios" nuevos o
reformados, en las principales ciudades, o "escuelas de gramática"
donde se aprendía básicamente el latín. Surgió una enseñanza
universitaria, aunque tuvo un protagonismo menor en la difusión del
Renacimiento a pesar del número cada vez mayor de universidades.
La principal consecuencia de esto fueron una serie de dificultades en
la renovación humanista, sobre todo, por los intereses
conservadores en los viejos centros, aunque hubo excepciones
personales como la de Francisco de Vitoria y Martín de Azpilcueta.
No obstante, la difusión humanista fue más fácil en los nuevos
centros, por ejemplo, en 15 13 Nebrija prefiere ir Alcalá una nueva
universidad o T. Moro y los humanistas que chocaron con el
gobierno de "Corpus Christi College" y lo cambiaron.
Así mismo hubo centros donde prende la preocupación filológica con
universidades "trilingües" que enseñaban el griego, el latín y el
hebreo como en Lovaina, Alcalá (1509), "Corpus Christi College" de
Oxford, Wittemberg (1503) o "College de lecteurs royales" (futuro
"College de France"). Se duplicaron lo centros universitarios exigidos
por la "Reforma", frente a Lovaina o Douai (católicas) han de erigirse
las nuevas universidades de Leyden, Utrecht… se crearon nuevas
universidades en Edimburgo, Valencia, Zaragoza….
Las Academias fueron eficaces en la difusión personal y oral de las
nuevas ideas. Fueron florecientes en Italia desde mediados del s. XV.
En Nápoles con Alfonso V (1440), en Florencia se instaló la
“Academia Platónica”, se celebraban reuniones a partir de 1468 en
"villa Careggi" y los Medici becan a Marsilio Ficino para traducir
estudiar a Platón originando que los italianos y otros europeos
constituyeran una selecta minoría. En Roma el mecenazgo corrió de
parte de los Papas Nicolás V, Calixto III y Pío II aunque el esplendor
renovado se alcanzó con León X; en Venecia destacó el impresor
Aldo Manuzio que puso particular interés por los autores griegos
(1494 1515: imprime cerca de 30 autores griegos)
Las imprentas de tipos móviles no fueron inventadas hasta la
década de 1440 por el alemán de Maguncia Juan Gutenberg. Por
ello, influyó en la difusión del Renacimiento. La imprenta puso en
relación el proyecto de recrear la Antigüedad con la posibilidad
pública e individual de disponer de ediciones impresas y
circundantes de los autores clásicos. Con ella, los humanistas fijaron
y difundieron la crítica textual junto con todo tipo de ideas, no
necesariamente humanistas o modernas. Con la imprenta se
difundieron copias más baratas que permitieron una lectura personal
que fomentaba el espíritu crítico, aunque existía uniformidad por la
perfección en el establecimiento de los textos. Hacia 1445 ya
encontramos imprentas en Maguncia y Estrasburgo, y en 1467, en
Roma; esta difusión salió de Europa en dirección a las Indias con el
establecimiento de la Imprenta en Veracruz (1539), Goa (1557) y
Rusia (1564). En 1500 aparecen instaladas en 236 ciudades con
acusadas densidades en el centro-norte de Italia y el centro-sur de
Alemania, Venecia, Basilea, París y Amberes. Entre los editores más
importantes destacan Aldo Manuzio, Frobens, los hermanos Estienne
o Plantin. Entre 1450 y 1500 los libros religiosos suponían un 45% de
la producción total seguidos por los textos jurídicos, literarios y
científicos; aunque un 77% de la producción se seguía realizando en
latín.
Dentro de la difusión podemos destacar las relaciones personales.
En primer lugar, los viajes y visitas a la península itálica realizados
por los clérigos, los peregrinos, los comerciantes y los universitarios
que acudían a los estudios jurídicos de Bolonia o a la medicina de
Padua. Esos viajes se vieron incrementados con soldados y
diplomáticos y gobernadores que participaron en las guerras de
Italia como franceses, alemanes y españoles (Milán y Nápoles). No
obstante, también hubo presencia comercial desde antiguo, así
como peregrinaciones y negocios eclesiásticos en Roma. Notable fue
también la emigración de italianos, hacia territorios europeos, en
calidad de preceptores de latinidad, secretarios de cartas latinas,
cronistas, profesores… Además, la correspondencia epistolar fue
muy importante convirtiéndose en un género muy difundido.
OTRAS REALIDADES EUROPEAS
España y Francia.
El Renacimiento cultural italiano se va extendiendo al resto de
Europa vinculado a círculos eclesiásticos, impresores, artistas,
universitarios y eruditos. Cabe destacar la importancia de las
Monarquías y sus cortes, que estuvieron interesadas en el
movimiento, encargaron obras de arte, y realizaron fundaciones y
mecenazgos. El mecenazgo también lo ejercieron destacadas
dignidades eclesiásticas y patriciados urbanos. Esta eclosión del
Renacimiento por toda Europa se localiza en los decenios finales del
siglo XV y en los iniciales del XVI.
En España, la influencia del Humanismo italiano se detecta a lo largo
del Cuatrocientos, e irradia por Aragón hacia Castilla. En España el
Humanismo de cuño italiano se define en el último tercio del siglo
XV, aunque ya antes el petrarquismo y el ciceronismo habían hecho
adeptos que se vieron poderosamente influidos por el pensamiento
erasmista.
La figura más destacada es Antonio de Nebrija. En la misma España,
y en el marco renovador de la Universidad de Alcalá se implantarán
facultades de artes liberales y teología abiertas a los saberes
humanísticos. Allí confluye un equipo de eruditos para el proyecto
cisneriano de una “Biblia Políglota” en sus lenguas originales: latín,
griego, hebreo y arameo. Las labores comenzaron en 1502.
En España tendrán acusada influencia las obras de Erasmo. Pero la
agitación protestante enturbiaría las cosas, culminando con las
opiniones a favor y en contra de Erasmo en la conferencia de
teólogos de Valladolid (1527). A partir de los años treinta se
producirá una declarada persecución de intelectuales eramistas.
En la Monarquía de Francia el Humanismo tuvo un desarrollo tardío,
a pesar de algunos hechos significativos, como el traslado a
Fontainebleau por Luis XII de la biblioteca privada de los Sforza de
Milán. En muchos aspectos el Renacimiento francés presenta un
colorido cortesano, sobre todo en el entorno de Francisco I y de su
hermana Margarita de Navarra. El Humanismo galo cristalizó en dos
figuras principales: Lefèvre d’Étaples y Budè.
Inglaterra, Alemania y Países Bajos.
En Inglaterra la propia Corte sirvió de acogida a los humanistas
italianos, y a fines del cuatrocientos descubrimos su presencia en
Londres. Pero los nuevos saberes encontrarán también acogida en
las universidades, jurídicas y escolásticas, de Oxford y Cambridge.
Entre los humanistas ingleses destacan Colet y Tomás Moro.
En el ámbito del Imperio alemán el proyecto de restauración de la
Antigüedad romana no se introdujo sin rozamientos. Para muchos
resultaba una cultura allegada, en cierto modo extraña a lo
germánico. Suscitó reacciones y favoreció la toma de conciencia de
una cultura propia en la lengua, la historia e incluso el derecho. No
obstante, también en Alemania se produjeron los intercambios de
eruditos italianos y viajeros curiosos. Una potente imprenta se
desarrolló en Basilea. Figura destacada del Humanismo alemán de la
época fue Johan Reuchlin (1455-1522). Pintores fuertemente
influidos por el Renacimiento fueron Alberto Durero y Hans Holbein.
Las reformas religiosas que se originaron por esta época en
Alemania constituyeron un obstáculo para una fácil difusión de los
modelos clásicos del Humanismo italiano. Conviene matizar que
Lutero, a pesar de sus polémicas con Erasmo, no puede ser
considerado como un estricto enemigo de los humanistas. La
ambivalencia la encontramos en Calvino, con sus recelos puritanos
frente a las vanas curiosidades.
En los Países Bajos el Renacimiento adquiere matices peculiares. Por
una parte, se desarrolla en ellos una nueva sensibilidad religiosa, la
“devotio moderna”, intimista y emocional. El Humanismo,
propiamente dicho, puede apreciarse en la segunda mitad del siglo
XV. Hay que tener en cuenta que algunas innovaciones propias del
Renacimiento no partieron de Italia, sino que se recrearon en los
Países Bajos. Fueron maestros flamencos, como Jan van Eyck (1390-
1441) o Roger van der Weyden, los que configuraron las nuevas
técnicas de la pintura al óleo.
HUMANISMO CRISTIANO. ERASMO.

El estudio de los clásicos influye en el planteamiento de las


relaciones entre el hombre y Dios. Se realizan críticas a las filosofías
tradicionales (tomismo, occamismo) y a sus actitudes "escolásticas";
de este modo, surgen nuevas filosofías, sobre todo, la platónica y un
renovado conocimiento de Aristáteles. Se despierta una gran
admiración de la "sabiduría humana" anterior a la revelación, que se
manifestó a través del humanismo italiano y del humanismo
cristiano.
El Humanismo italiano muestra un menor interés por los temas
religiosos, aunque no propiamente pagano se dirige hacia un
sincretismo religioso filosófico (platónico) pasando a ser cuestiones
de elites intelectuales y de círculos restringidos que no se sienten
fuera de la Iglesia ni pretenden reformarla. Reflejan un mayor
interés estético y diletante. Nicolás de Cues o de Cusa (1401 1416)
fue cardenal del humanista Pio II, y planteaba el sincretismo del
Corán, la Cábala y lo textos "herméticos", así como de judaísmo,
cristianismo y mahometanismo ya que todos comparten el mismo
Dios; sin embargo, su obra es difícil de leer, de escasa difusión e
influencia. Marsilio Ficino (1433 1499) alcanzó el éxito con su
Theología platónica donde preparó la llegada de la religión cristiana
pero deja claro un cierto escepticismo puesto que pensaba que
todas las filosofías y religiones tenían una parte de verdad, que no
es alcanzada en monopolio por ninguna de ellas o que también,
cualquier religión sincera agrada a Dios. Picco della Mirandola (1463
1494) sacó conclusiones filosóficas en la línea sincretista de Ficino;
fue un humanista muy audaz al bordear la ortodoxia pero no
pretendía romper con la Iglesia (pura especulación intelectual).
Por su parte, el Humanismo cristiano de los países del Norte y
Centro de Europa (Países Bajos, Francia o Alemania) estuvo más
comprometido con las letras sagradas y por ello puede llamarse
"humanismo cristiano". Presenta elementos comunes dentro del
"evangelismo" como la formulación más sencilla y accesible a todo
hombre manteniendo un cierto recelo por las teologías tradicionales
escolásticas, el retorno a la Biblia, es decir, al evangelio en su
pureza primitiva, despojado de malas traducciones y limpiado de
interpretaciones alegóricas permitiendo realizar una lectura directa,
en su sentido más literal; una religión más interior, menos basada
en formas externas de piedad, es decir, más mística que ascética no
rechazando la necesidad de las obras pero insisten en la gratuidad
de la salvación por la fe, siguiendo a S. Pablo (Cartas) con una
religión abierta a todos, y no sólo a los eclesiásticos ya que los laicos
ocupan un lugar preferente en sus preocupaciones para reformar las
estructuras de la Iglesia hacia formas más espirituales y sencillas.
Algunos de los grandes humanistas cristianos fueron Jacques Lefèvre
d'Étaples, Erasmo de Rotterdam, Luis Vives.
El Humanismo nortealpino estuvo más comprometido con las letras
sagradas y, en este sentido, puede caracterizársele como un
“Humanismo cristiano”. Es decir, en el norte de Europa el
movimiento humanista tendió a coincidir con un esfuerzo
generalizado de reforma de la Iglesia, y esto antes y después de
Lutero. Por el contrario, en Italia el Renacimiento presenta aspectos
de mayor preocupación formalista y estética.
ERASMO
El modelo del humanista del Norte es Desiderio Erasmo, que vivió
entre 1469 y 1536. Viajó por una Europa sin fronteras, al calor de
sus preocupaciones eruditas y de las posibilidades de una
cosmopolita república de las letras. Por señalar algún año, podemos
elegir 1516 como significativo de la influencia de Erasmo en toda
Europa: en España, Cisneros pretende asociarle a los trabajos de la
Políglota de Alcalá; y en Roma el Papa León X aceptará su
dedicatoria del Nuevo Testamento.

Entre las obras de Erasmo destacan Los Adagios (1500), proverbios


clásicos glosados, con diversas ediciones, añadidos y revisiones
continuas. Esta obra se convirtió en referencia común para el
acercamiento a la Antigüedad clásica. En 1503 publicaba en Lovaina
el Manual del caballero cristiano: en ella expone sus ideas en torno a
un humanismo cristiano de talante laico y liberal. De 1516 data la
edición bilingüe del Nuevo Testamento. Erasmo dedicó buena parte
de su tiempo a la crítica textual y a la edición de Padres de la Iglesia,
como Atanasio, Crisóstomo, Jerónimo y Orígenes. En 1524 lanzó
contra el pesimismo luterano todo un manifiesto del optimismo
humanista, Del libre albedrío (De libero arbitrio), al que Lutero
contestaría con el airado Del albedrío esclavo (De servo arbitrio).
Erasmo no fue un hombre de acción, sino de pensamiento. Se nos
presenta siempre como una inteligencia con capacidad de ironía,
ambiguo, insinuante y sofisticado. Independiente, indeciso y
complejo, sus matices templados le alejan de cualquier extremismo
simplificador. Trató de armonizar la fe cristiana con el mundo de la
Antigüedad clásica en la línea de un Humanismo cristiano. Pretendía
una religiosidad depurada, abierta a todos los estados, preocupada
por los aspectos morales y lejana de rituales excesivos y demasiado
externos. Su posición resulta cristocéntrica y evangélica, con críticas
a la escolástica, la monacato formal y a las supersticiones populares.
Nunca rompió sus lazos con las jerarquías eclesiásticas establecidas,
pues como él mismo dijo “soportaba a la Iglesia”.
La muerte de Erasmo en 1536 supone una fecha simbólica tras la
que el Renacimiento cosmopolita, conciliador y pacifista va dando
paso a las divisiones confesionales y religiosas de la segunda mitad
del quinientos. La tercera vía erasmiana cedió en el Norte ante el
Protestantismo radical, que le acusó de cobarde, y fue desbordada
en el Sur por la reafirmación de aspectos tradicionales del
Catolicismo.
LUIS VIVES
Otra figura singular será Juan Luis Vives, nacido en Valencia en
1492, de padres judío-conversos. Vives publicó hasta 50 obras, con
perspectivas diversas, que lo caracterizan como humanista cristiano,
filósofo antiescolástico, filólogo, educador y pedagogo, antropólogo,
y reformador social.
Consideró que la formación humanista exigía toda una nueva
pedagogía que evitara los excesos de la dialéctica, y la delineó en su
obra De las Disciplinas. Más partidario de la observación empírica
que de la lógica o de la metafísica, la aplicó a la antropología
psicológica en su descripción de fenómenos como la inteligencia, la
memoria, la voluntad o las pasiones en su Tratado del alma. Vives
escribió también sobre cuestiones morales, sociales, políticas y de
piedad.
Conviene no perder de vista la conflictiva y difícil trayectoria
biográfica de Vives: Rechazo social en su patria valenciana por su
entorno judeo-converso; actitud discorde con el nominalismo
parisino; desconfianza hacia las atmósferas culturales españolas y,
en concreto, Alcalá; destierro de la Corte inglesa; aislamiento
progresivo; la propia sospecha en que cayeron algunas de sus obras;
la continua precariedad material y económica; e, incluso, los
achaques y enfermedades recurrentes.

Vives, además de todo ello, no poseía un temperamento combativo,


sino una sensibilidad sentimental que intentaba asumir las
circunstancias.
Desde el retiro de Brujas, Vives asiste impotente a un cerco continuo
de persecuciones y desencantos que nos ponen de manifiesto la
progresiva disolución del Renacimiento clásico. Hacia 1529, las
continuas guerras en Europa le mantenían sumido en el desánimo.
Las situaciones se agravarían. En 1534 moría el arzobispo de Toledo,
Alonso de Fonseca, y se desataba una persecución de sus amigos
humanistas en Inglaterra y España. Los amigos erasmistas de Vives
van siendo yugulados. La supervivencia era posible en medio de los
desgarros de unos tiempos crispados, pero al precio del repliegue.

LA RUPTURA DE LA CRISTIANDAD: LAS REFORMAS


PROTESTANTES

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