El Autonomismo Cubano 1878-1898: Las Ideas Y Los Hechos: Iuam)
El Autonomismo Cubano 1878-1898: Las Ideas Y Los Hechos: Iuam)
El Autonomismo Cubano 1878-1898: Las Ideas Y Los Hechos: Iuam)
Marta Bizcarrondo
IUAM)
que la presentación como candidato del viejo José Antonio Saco en las
primeras elecciones, cuando Cuba recupera en 1879 la representación
en Cortes. Se incorporaron también. segun cuenta Montoro, «otras per-
sonas que se habían mantenido durante la guerra dentro de la legalidad
y al lado del poder de España, y muchos jóvenes que llegábamos de la
Península o del extranjero»2, En general, casi todos criollos, con excep-
ciones como el impulsor del partido. Manuel Pérez de Malina y el eco-
nomista Francisco Augusto Cante, ambos peninsulares.
Sociológicamente fue el partido de las clases medias insulares: abo-
gados notables, médicos, profesores, hacendados medios. salvo alguna
excepción. Las principales figuras fueron abogados y ello se reflejó
tanto en la provisión de buenos oradores como en el carácter técnico-
jurídico que prevalece en sus principales textos. Fue «agrupación polí-
tica animada por el criterio de abogados, y abogados eminentes»3, Una
revisión de las principales figuras políticas del autonomismo nos per-
mitirá comprobar esta vinculación social.
En sus dos décadas de vida, el liberalismo autonomista mantuvo
una gran continuidad en sus órganos de dirección, con una Junta Cen-
tral elegida por el congreso o Junta Magna de 1881, a cuyo frente es-
tuvo siempre el líder indiscutible del partido desde sus primeros pasos,
el abogado José María Gálvez, matancero que colaboró intensamente
con los insurrectos de la primera guerra, durante la cual fue preso y
desterrado. Su desengaño hizo de él un firme evolucionista y en diver-
sas ocasiones fue director de una de las más importantes instituciones
de la Isla: la Sociedad de Amigos del País". Desde los primeros años,
jugó un papel destacado otro abogado también matancero, Antonio Go-
vín, siempre más radical que Galvéz, secretario de la Junta Central del
partido y Gran Maestro de la Masonería Cnida de Colon e Isla de
Cuba. Muy discreto, pero con intervenciones de gran relieve en la vida
del partido, el jurisconsulto habanero José Bruzón ocupó repetidamente
la presidencia de la Sociedad de Amigos del País y el decanato del Co-
legio de Abogados de La Habana. Otra figura destacada. de nuevo na-
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6 Luis Estévez y Romero. Desde el Zanjón hasta Baire. Habana, 1899, pp. 25-32.
7 Vease el debate en la Junta Central sobre las peticiones del Directorio de la clase de
color que presidía Juan Gualberto GÓmez. el 23 de enero de 1893 en Archivo Montoro,
tomo XXXIX. Biblioteca Nacional José Martí. La Habana. Una alusión a las reservas de
José María Gáhez contra la gente de color en Camilo G. Polavieja, Relación documentada
de mi política en Cuba. Madrid. 1898. pág. 94.
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«(...) pedimos e! gobierno de! país por e! país, e! planteamiento del ré-
gimen autonómico como única solución práctica y salvadora (...) De
consiguiente hemos de abogar franca y resueltamente por que se con-
ceda a la Gran Antilla una Constitución propia en que se consagre y or-
ganice con respecto a su gobierno, el principio de responsabilidad; y
por lo que a sus intereses generales hace, el principio de representación
local, a fin de que en esta Isla queden resueltos definitivamente y con el
concurso legal de sus habitantes todos los asuntos relacionados con los
intereses que son comunes a las seis provincias cubanas. Sin un go-
bierno responsable, sin una Diputación insular en que los mandatarios
del País discutan y acuerden lo que al bien general de Cuba importe,
continuaremos sufriendo todos los males de una centralizadción opre-
siva»8.
8 Luis Estévez y Romero, Desde el Zanjón hasta Baire, cit., pág. 54.
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9 «Nuestra Doctrina». El Triunt(). 22- V-1881. Los ensayos fallidos de introducir la au-
tonomía a través de El Triunfo son reseñados por Rafael Montoro en el apartado VIII de su
borrador «Historia del Partido Autonomista» en Arch. Montara. t. XXXVI. Biblioteca Na-
cional José Martí.
10 Vease la reseña de Estévez en Desde el Zanjón hasta Baire. pp. 57 Y ss. Sobre el in-
movilismo de Cánovas. Javier Rubio. La cuestión de Cuba \' las relaciones con los Esta-
dos Unidos durante el reinado de A(fonso XII, Madrid. 1995. pp.283-287. La contradicción
entre la sensibilidad descentralizadora de León y Castillo y su famoso «jamás» antiautonó-
mico. es subrayada por Rafael Montoro en su .. Historia del Partido Autonomista».
II «Junta Central del Partido libera!>,. Actas. en Archivo Montoro, t. XXXVII, Biblio-
teca Nacional José Martí. La Habana.
76 Marta Bizcarrondo
12 Cit. por Estévez, pp. 402-403. Tambien Raimundo Cabrera, Cuba y sus jueces, pp.
183-193.
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ser un pueblo que vive «en América y a las puertas de la nación más
grande, más libre y más progresiva de la tierra» 16. Es significativo que
Giberga no considere entre sus opciones la continuidad de la forma de
dominio ejercida por España y que base su autonomismo, no en una
oposición a los Estados Unidos, sino en la primacía que otorga al pa-
triotismo cubano, fundado sobre esa feliz integración de rasgos españo-
les y de avances políticos y culturales norteamericanos. «Cuando me
miro a mi mismo, y me comparo con muchos hombres de la misma Eu-
ropa, me encuentro más digno de la libertad que ellos: y así somos to-
dos los autonomistas» 17. En plena frustración política. el autonomismo
no es para Giberga un mal menor, sino la única fórmula política sus-
ceptible de conjugar los dos ámbitos de pertenencia de Cuba. en cuanto
«pueblo libre», sin experimentar la opresión del primero ni la absor-
ción por parte del segundo.
La década de 1880 no sólo contempla el auge infructuoso de la pro-
paganda autonomista, sino el establecimiento de unas relaciones muy
peculiares con el separatismo. Por un lado, la vertiente crítica del pen-
samiento autonomista, animada por antiguos insurgentes como Rai-
mundo Cabrera, aporta una denuncia tan viva del régimen colonial es-
pañol y una expresión de la singularidad histórica de Cuba, que los
independentistas habían de contemplar con sumo agrado. Por otro, los
órganos de expresión autonomistas gozaban de la legalidad a que el se-
paratismo no podía aspirar, de manera que éste se funde a veces delibe-
radamente con aquél para llegar a la opinión pública. y en todo caso,
con la gran excepción de Martí, muchos independentistas podían con-
templar con simpatía los esfuerzos realizados por el Partido Liberal
Autonomista para mejorar las cosas en la Isla.
Juan Gualberto GÓmez. residente forzoso en España, explica esta
actitud e incluso consigna un elogio abierto de los autonomistas en su
opúsculo La cuestión de Cuba en 1884, publicado en Madrid al si-
guiente año. A su juicio. el partido «representaba a la verdadera clase
media de Cuba» y sus gentes, «de verdadero arraigo en el país, sentían
la humillación a que los condenaba el viejo régimen colonial y pugna-
ban por modificarlo»18. Años más tarde, el mismo periodista patriota
evocaba el apoyo prestado en Madrid por los separatistas cubanos de-
portados a la península a los diputados autonomistas, siguiendo el con-
n Luis Estevéz y Romero. Desde el Zanjón hasta Baire. cit.. pág. 5·n.
23 El primero de Jos tres tomos de Actas de la Junta Central AUlOnomista. consen''1dos
en el Archivo Montoro. recoge frecuentes manifestaciones de Varona contrarias a la cola-
boración sin reservas del Partido con la autoridad española (eso .<será enajenarse el respeto
y la estima del país» advierte el 17 de noviembre de 1879: .. si se cree impotente. insiste el
13 de diciembre de 1881. ¿no debemos dejar el lugar a atrasO" l. Los textos que explican su
salida del partido, en La Colonia a la República. La Habana. 1919. pp. 9-16. Tambien Me-
dardo Vitier y Roberto Agramonte en Enrique José Varona: su \'ida. su obra v su influen-
cia. La Habana. ]937. pp. 211-215.
"" Manuel Sanguily. «Elementos y caracteres de la política en Cuba». Revista Cubana.
t. V, Habana. 1887. pp. 138-139. TexlO del artículo recogido tambien en Discursos y con-
ferencias. t,I, Habana. 1918.
25 Enrique José Varona...Los cubanos en Cuba". RerÍ.\ta Cubana. t. X. 1889. pág. 112.
82 Marta Bizcarrondo
26 Juan Gua1berto Gómez, «Crónica política», Revita Cubana, t. XVII, 1894, pág. 371.
27 Raimundo Cabrera, Cuba y sus jueces, cit., pág. 275.
28 [bid., pág. 17.
29 [bid., pág. 92.
30 [bid., pág. 214.
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31 Vease la intervención del vocal Perez Trujillo. el25 (de diciembre) de 1890 en Actas
de la Junta CentraL Arch. Momoro. l. XXXVIII. así como la observación de Montoro en el
apartado XXII de su "Historia del Partido Autonomista». cit.
32 Eliseo Giberga. Obras. l. 1. cit.. pp. 133-134.
33 Rafael Montara.•• Discurso pronunciado en el Teatro Tacón en el Gran Mitin Auto-
nomista del n de febrero de 1892» en Obras. DisclIrsos políticos y parlamentarios. T. 1,
Habana, 1930. pág. 4D4.
34 Vease el tomo tercero de las Actas de la lunta Central en Arch. Montoro, t. XXXIX.
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84 Marta Bizcarrondo
54 Acta de la Junta Central, 29-VII y 18-IX de 1895. Con esta fecha fue elevada la Ex-
posición al Gobierno, solicitando «una política expansiva y liberal, cuyas fórmulas más
eficaces serían, en su concepto, la autonomía colonial y las demás soluciones de su pro-
grama»; ello «restaría fuerzas al movimiento insurrecional y precipitaría su declinación y
su ruina». Cito por E. Giberga, Obras, t. III, pág. 223.
La colección de actas registra un vacío desde la última citada hasta el 20-II-1896.
«Hay autonomistas, pero amedrentados -constataba Gálvez en esta última fecha-; mien-
tras subsista la nacionalidad, debe vivir el Partido». Incluso el moderado Bruzón advierte
ahora la necesidad de «decir al Gobierno que pedimos y no aceptamos más que nuestra
Autonomía, la Autonomía colonial de Gobierno responsable» (Acta de l8-V-1896). Arch.
Montoro, t. XXXIX.
55 «¿Cómo negar que la guerra será larga y ruinosa? ¿Cómo negar la soledad de esta
Junta? El descontento entre los autonomistas va creciendo y de no contenerse, se conver-
tirá en abierta hostilidad. ¿Nada significan las bajas numerosas en la lista de suscritores de
«El País»? Si ocurrieran en estos momentos unas elecciones, esta Junta se vería perdida».
Intervención de Viondi en acta de 8-VI-1895. Arch. Montoro, t. XXXIX.
56 Rafael Montoro, «Historia del Partido Autonomista», apartado XXIX.
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