Preguntas para Resolver en Clase
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PREGUNTA 1. Se presenta demanda ante el Juez civil del circuito en la que se alega un
incumplimiento contractual. El juez declara probada la excepción previa de pacto arbitral alegada
por el demandante. Una vez integrado el respectivo tribunal arbitral, ¿puede este decidir que no hay
pacto arbitral?
RTA//= Primeramente, el tribunal arbitral hace parte de una justicia autónoma e independiente de la
justicia ordinaria; por tanto, el tribunal puede separarse de la decisión del tribunal.
En segundo lugar, está el principio kompetenz - kompetenz -> donde el tribunal puede determinar si
es competente con base al pacto arbitral. No lo amarran las decisiones de los jueces.
En tercer lugar, Entre los efectos del pacto arbitral, se encuentran los efectos procesales à Mientras
el pacto exista, justifica la competencia de los árbitros, el proceso arbitral y la fuerza vinculante del
laudo; y hay que tener en cuenta que la existencia del pacto depende de la vigencia del negocio
jurídico que lo contiene.
Asi mismo hay que tener en cuenta que la audiencia de instalación del tribunal se compone de dos
partes:
Después se da el traslado para las excepciones de mérito, luego la audiencia de conciliación, y luego
la fijación y pago de los honorarios. Después de todo esto se desarrolla la primera audiencia de
trámite, y en ella, una de las cosas que se discute es la competencia de los árbitros. Si se definió que
el pacto arbitral le otorga competencia, pienso que, en este escenario, luego de instalado el tribunal,
puede discutirse si hay o no pacto arbitral, es decir, si se reunieron los requisitos de ley al respecto,
tales como: art. 4 y 6 de la Ley arbitral -> la CLÁUSULA COMPROMISORIA debe formar parta del contrato
o constar en un documento separado “inequívocamente referido a él” y para que pueda producir
efectos deberá expresar el nombre de las partes e indicar en forma precisa al contrato al que se
refiere. En cuanto al COMPROMISO , si bien puede estar en cualquier documento, debe contener el
nombre de las partes, la precisión de las controversias y dónde se tramite el caso si así fuere
necesario.
Mejorar las instituciones para una mejor aproximación entre el ciudadano y la justicia formal
à entiéndase por justicia formal los jueces, tribunales y órganos de poder encargados de
impartir justicia
Generar y fortalecer los MASC à estos propician un arreglo eficaz de los problemas, y
contribuyen al proceso de modernización de los problemas para acceder a la justicia.
Uno de los principios que hace parte de la administración de justicia es la “alternatividad” à consiste
en que la ley señala mecanismos diferentes al proceso judicial à va de la mano con el derecho al
acceso a la justiciada y a la tutela judicial efectiva
Independencia e imparcialidad à es un requisito esencial que deben cumplir los árbitros para la
correcta administración de justicia.
ANTECEDENTES:
La independencia e imparcialidad son soportes estructurales de la administración de justicia y son
garantías de los derechos a la igualdad y al debido proceso
INDEPENDENCIA IMPARCIALIDAD
es que el juez solo está sometido al imperio es garantía de un proceso justo y significa que el
de la ley, y puede decidir por sí mismo. juez no está predispuesto a favor o en contra de
Tipos: una de las partes. Por eso el juez es un tercero
I. Externa à que no recibe injerencias extraño, así no decide bajo cuestiones subjetivas, y
de otros poderes o jueces la decisión es justa y no arbitraria. Eso le permite
I. Interna à no recibe injerencias de tratar a las partes por igual.
las partes
Es un concepto objetivo que se verifica con Es un concepto subjetivo, que hace parte de la
la inexistencia de relaciones entre el árbitro esfera mental del árbitro.
y las partes. La idea es no poner en riesgo el
trámite, así que se evita toda relación que
pueda o parezca influir en la libertad del
árbitro
Estas características son importantes porque al ser árbitros son jueces (temporales), y tienen las
mismas facultades, deberes y responsabilidades que un juez del proceso judicial ordinario.
Alguien que NO es independiente, NO puede ser imparcial.
Alguien independiente, puede NO ser imparcial, pero generalmente es imparcial.
La independencia e imparcialidad le da seriedad a la institución, credibilidad y confianza a la
sociedad. Por ende, le dan legitimidad al arbitraje
Crítica: como las partes designan los árbitros, se pone en tela de juicio estos conceptos; ya que, el
hecho de que los elijan, no quiere decir en la elección puedan menoscabar o poner en riesgo el juicio
del árbitro a la hora de decidir.
si ha coincidido con las partes o sus apoderados en algún proceso, o asunto profesional
donde él o la firma de la que haga parte haya intervenido à en los últimos dos años
si tiene una relación familiar o personal con las partes o los apoderados.
Este deber permite conocer el ámbito profesional del árbitro que pueda ser relevante en el proceso.
Esto tiene un proceso:
arbitro y/o secreto hacen y remiten comunicación aceptando el cargo
termino preclusivo de 5 días à para que las partes manifiesten por escrito dudas sobre lo
dicho por el arbitro sobre su ámbito profesional, y con base a estas expresen su interés en
recursarlo (justificando todo)
Si los demás árbitros aceptan las razones à se reemplaza al árbitro; Si el árbitro acepta las
razones à se reemplaza. En el primer caso se recusa y ordena cambio; en el segundo se
recusa y acepta la recusación
Cuando se recusa al único arbitro, a la mayoría o todos (Cuando son varios):
Quien decide el incididente es el juez civil del circuito del lugar donde esté al sede
del tribunal arbitral
Si es sobre secretarios la recusación à deciden los árbitros sobre el incidente
Ese término de 5 días al ser preclusivo, si no se hace, se entiende que las partes renunciaron
tácitamente a su derecho de objetar
Objetivo de la comunicación à dar a conocer una situación que probablemente quieran analizar las
partes para determinar si objetivamente hay duda de la imparcialidad o independencia.
PROBLEMA:
Determinar qué es una duda seria y justificada, porque no hay parámetros legales para ello; solo se
tienen los parámetros que ofrecen las causales del CGP para los jueces.
Es ilustrativo acudir a los códigos voluntarios de buenas prácticas éticas, que permiten contemplar
dudas a partir de las cuales cualquier persona infiere que existe una probabilidad alta de que el
árbitro decida el conflicto con base a cuestiones subjetivas.
Entonces no toda circunstancia o duda es válida para remover un árbitro. Se necesita que la parte
que desconfía y quiere remover el árbitro pruebe que hay una circunstancia justificada que
efectivamente impide la independencia e imparcialidad del árbitro o secretario.
Cabe anotar que la decisión de los demás árbitros no recusados, prima sobre la decisión del árbitro
recusado que quiere mantenerse en el cargo.
Si este incidente fracasa, es decir, los demás árbitros o el encargado de decidir estima que no es
procedente; y en suma, el árbitro objeto de estudio no se declara impedido porque tampoco estima
procedente la causal; en este caso se puede acudir a la recusación bajo unas condiciones (Art.s 16 y
17:
Que puede ser sobre árbitros NO elegidos de común acuerdo por las partes (elige un juez o
tercero)
Si es de los elegidos de común acuerdo, solo se puede por causales sobrevinientes
OTRAS CUESTIONES:
Además de esto, se puede recusar causales sobrevinientes, lo que significa que la comunicación de
las circunstancias no tiene como límite temporal la aceptación del cargo
IMPEDIMENTOS Y RECUSACIONES:
Art 16 - los árbitros son recusables o se pueden declarar impedidos por:
Los impedimentos son mecanismos procesales que garantizan la independencia e imparcialidad del
funcionario judicial.
RAZÓN DE SER DE AMBAS FIGURAS à se fundamentan en razones serias como que el árbitro oueda
tener un interés en la causa, parentesco con las partes, afecto o enemistad con ellas; todos esos
elementos pueden formar perjuicios que le impidan decidir objetivamente.
Los impedimentos son circunstancias de hecho o derecho en las que se encuentra el árbitro. Y el
legislador las prevé porque colisiona el interés general con el interés personal del árbitro.
Art 16:
La idea es que el árbitro o secretario, se declare impedido si cree que está en alguna de las causales
presentadas, porque está el deber de información, entonces, si lo nombran, antes de aceptar debe
investigar si puede o no estar impedido.
¿a quién recusan?:
Termino para recusar - 5 días después de notificada la comunicación de aceptación del cargo.
Esquema base:
Si se declaran impedidos, cesan automáticamente los efectos y le comunica a los demás árbitros
para que lo reemplacen
Cuando lo recusan en el término de 5 días, el árbitro le dan 5 días hábiles para que determine si
acepta, no acepta o guarda silencio de la recusación.
Se le aplican:
CONTROL DISCIPLINARIO:
Es uno de los mecanismos para garantizar la imparcialidad e independencia de los árbitros. La norma
que lo contempla es la L 270/1993 que consagra que a los árbitros, secretario y auxiliares de los
tribunales de arbitraje, aplican las mismas normas disciplinarias aplicas a los jueces y auxiliares de
justicia
Si bien la ley no trae un capítulo específico que defina y regule la figura del secretario y sus funciones
a lo largo del Estatuto, así como el CGP se encuentran en disposiciones aplicables a la materia, por
otra parte, son pertinentes también las disposiciones del reglamento del centro de arbitraje escogido
por las partes en los trámites en que aquellas hayan acordado someterse a dicho reglamento.
Los reglamentos de los centros de arbitraje estarán autorizados por el Ministerio de Justicia y del
Derecho y cumplirán los requisitos del artículo 51 del Estatuto.
Prima la ley procesal y el respeto a los principios constitucionales que integran el debido proceso, el
derecho de defensa y la igualdad de las partes, sobre los pactos de procedimiento y las normas de los
centros de arbitraje que pudieran desatenderlos, según el artículo 58 del Estatuto.
Deber de imparcialidad de los secretarios:
A pesar de que la función del secretario no es de decisión sino de sustanciación, el Estatuto le
impone al secretario las mismas cargas que le impone a los árbitros con respecto a su imparcialidad e
independencia frente a las partes.
Conforme al artículo 15, el secretario tiene un deber de información cuya finalidad es que las partes
conozcan si tiene o ha tenido vinculación con alguna de ellas o sus apoderados en los últimos dos
años. Si de las manifestaciones que haga el secretario en desarrollo de su deber de información
alguna de las partes considera que se ven riesgos de imparcialidad o independencia, así deberán
manifestarlo y los árbitros serán quienes decidan sobre la seriedad de la objeción y eventualmente
sobre su reemplazo. Este deber persiste frente a cualquier circunstancia sobreviniente durante todo
el trámite arbitral.
El inciso 3 del artículo 15 del Estatuto Arbitral dispone que, por el solo hecho de no revelar
información que debieron suministrar tanto árbitros como secretarios, quedarán impedidos. En
concordancia con el artículo 17, se entiende que cesarán sus funciones y se procederá a su
reemplazo.
Respecto a los impedimentos y recusaciones, el Estatuto en su artículo 16 remite a las causales del
CGP enlistadas en su artículo 141. El artículo 146 del CGP excluye a los secretarios de dos de las
causales del artículo 141 correspondiente a la descrita en el numeral segundo: haber conocido del
proceso o realizado cualquier actuación en instancia anterior su cónyuge, compañero permanente o
alguno de sus parientes indicados en el numeral precedente; y a la del numeral 12: haber dado
consejo o concepto fuera de la actuación judicial sobre cuestiones materias del proceso o haber
intervenido en este como apoderado, agente del Ministerio Público, perito o testigo.
Además de las causales de recusación generales para los jueces aplicables a los secretarios, el
artículo 9 del Estatuto trae impedimentos específicos en razón de sus relaciones con los árbitros.
El secretario, además de ser abogado, debe hacer parte de la lista de secretarios del centro en el que
se adelanta el trámite. Si no ocasiona impedimento.
El inciso 2 del artículo 8 del Estatuto dispone que no podrá desempeñarse como tal en más de cinco
arbitrajes en que intervenga una entidad pública como parte o quien ejerza funciones
administrativas en los conflictos relativos a estas. Tampoco podrá desempeñarse más de tres
tribunales relacionados con temas de infraestructura en que intervengan como parte una entidad
pública, según lo establece la Ley 1682 de 2013.
Cabe la duda para los casos en que un abogado ejerza funciones de árbitro y secretario
simultáneamente en diversos tribunales arbitrales. Dos interpretaciones: en el sentido de que
solamente pueda fungir como secretario y árbitro en 5 tribunales en que sea parte una entidad del
Estado, o que pueda ejercer como secretario en 5 y como árbitro en otros 5.
Control disciplinario:
Los secretarios se regirán por las normas correspondientes a los servidores judiciales y auxiliares de
la justicia (Artículo 19). Pueden ser sancionados penal, civil y disciplinariamente, al igual que todo
servidor judicial.
Funciones secretariales:
Según el Artículo 9, el secretario debe ser abogado y pertenecer a la lista del centro de arbitraje. El
Artículo 20 establece que el secretario es designado por el tribunal y debe manifestar por escrito
dentro de los cinco días siguientes a su designación si acepta el cargo. En el arbitraje ad hoc, la figura
del secretariado no existe.
Las funciones del secretario comienzan una vez acepta su designación, superada la etapa del
cumplimiento del deber de información. Se posesiona según lo dispone el inciso cuarto del Artículo
20 del Estatuto Arbitral. Vale resaltar que la legislación anterior especificaba que se posicionaba ante
el presidente, mientras que en el nuevo estatuto no lo hace, por lo que se entiende que el secretario
se posesiona ante el tribunal en pleno. Dicha posesión constará en acta y audiencia, y podrá llevarse
a cabo por medios electrónicos y sin la presencia de las partes, según los artículos 25 y 31 del
Estatuto.
Una vez posicionado, está a su cargo la formación y manejo del expediente, y por tanto, el ir
incorporando las piezas procesales que se vayan aportando, según lo dispuesto en el artículo 122 del
CGP. El secretario debe organizar materialmente el expediente, tenerlo actualizado en forma digital
para que tanto los miembros del tribunal como las partes puedan consultarlo fácilmente.
En el proceso arbitral, podrá utilizarse medios electrónicos en todas las actuaciones, según el artículo
23 del Estatuto. Por eso, deben quedar registradas desde el inicio las direcciones electrónicas de las
partes, los apoderados y del secretario, así como la realización de las audiencias. Es por ello que el
secretario debe llevar un estricto control y relación de los mensajes recibidos, que incluya el origen,
la fecha y la hora de su recepción. Igualmente, para todos los escritos recibidos en físico, debe
anotarse fecha y hora de recibo, según los artículos 109 y 122 del CGP.
Es importante que al inicio del proceso se dejen claras las reglas procedimentales respecto a la
radicación de documentos, tanto en tema de horarios como del lugar donde se entienden recibidos,
pues de su correcta atención dependerá la validez de las actuaciones procesales.
Una vez posicionados, son los encargados de practicar la notificación personal del auto admisorio de
la demanda en los casos en que no se haya llevado a cabo tal actuación en la audiencia de
instalación. Para llevar a cabo en debida forma las notificaciones de los autos expedidos por el
tribunal durante el trámite, se aplicarán las normas del CGP que regulan la materia (Artículo 290 y
siguientes). En caso de entidad pública, el procedimiento es distinto. Si el secretario no logra notificar
personalmente a la convocada, deberá el interesado elaborar y remitir el aviso, como lo consagra el
Artículo 292 del CGP. El emplazamiento también se llevará a cabo por el CGP.
Dado que el proceso arbitral es oral, la mayoría de las notificaciones se realizan en audiencia. Sin
embargo, en aquellas que el tribunal lleva a cabo sin presencia de las partes, las decisiones serán
notificadas por estados o por medios electrónicos al correo que hayan indicado las partes, según el
artículo 23 del Estatuto. Los secretarios son los encargados de elaborar los estados que se fijarán en
un lugar visible de la secretaría (Artículo 295 del CGP).
Los traslados que se surtan fuera de la audiencia se realizarán en la sede de la secretaría, que como
se ha mencionado antes, es generalmente el centro de arbitraje elegido por las partes. El secretario
es también el encargado de elaborar los oficios y los despachos mediante los cuales se comunica el
tribunal con las autoridades o los particulares.
El secretario deberá expedir copias, las cuales no requieren ser ordenadas por auto y podrán ser
autenticadas cuando lo exija la ley o lo pida el interesado. Los secretarios tienen la facultad de pedir
certificaciones sobre la existencia del proceso, el estado del mismo y la ejecutoria de providencias
judiciales sin necesidad de auto que las ordene (Artículo 115 CGP). El secretario tiene el deber de
entregar el laudo con la constancia de ejecutoria.
Es importante tener en cuenta la temporalidad del arbitraje, lo que significa que una vez terminado
el proceso arbitral, finalizan las funciones del secretario, salvo aquellas que la ley dispone para el
trámite del recurso de anulación del laudo arbitral.
También es función de los secretarios la elaboración de las actas de cada audiencia, en las cuales
debe incluirse al inicio un informe secretarial que dé cuenta de lo acontecido en cada proceso
durante el tiempo transcurrido entre una audiencia y otra, teniendo en cuenta lo dispuesto en el
numeral 4 del artículo 107 del CGP. El CGP prohíbe a los juzgados hacer reproducciones escritas de
las grabaciones. Sin embargo, teniendo en cuenta la diferencia entre la infraestructura y el volumen
de trabajo de un juzgado y la de los centros de arbitraje, debe entenderse que dicha prohibición no
aplica.
Es deber del secretario informar al comenzar la audiencia el término transcurrido del proceso, según
el artículo 10 del Estatuto Arbitral. Debe estar pendiente del término del trámite arbitral, pues
pronunciarse el laudo o la decisión sobre su aclaración, adición o corrección después de su
vencimiento constituirá objetivamente la causal de anulación. La única oportunidad en la que el
secretario pierde el derecho a recibir sus honorarios es en el evento de que el laudo sea proferido
fuera del proceso, según el artículo 48 del Estatuto Arbitral.
El recurso de anulación del laudo debe interponerse debidamente sustentado ante el tribunal
arbitral y por secretaría se correrá el respectivo traslado, sin necesidad de auto que lo ordene. El
secretario es el encargado de enviar el expediente dentro de los 5 días siguientes al vencimiento del
traslado a la autoridad judicial competente para conocer el recurso, según el artículo 40.
Por último, debe mencionarse que, según el artículo 26, los honorarios del secretario no podrán
exceder la mitad de los de un árbitro. Terminado el trámite arbitral y, en su caso, decidido el recurso
de anulación, es deber del secretario llevar todo el expediente al centro de arbitraje e informar su
terminación.
Artículo 9° Secretarios. Los árbitros designarán un secretario quien deberá ser abogado y no podrá
ser cónyuge o compañero permanente, ni tener relación contractual, de subordinación o
dependencia, de parentesco hasta cuarto grado de consanguinidad o civil o segundo de afinidad, con
ninguno de los árbitros. El secretario deberá ser escogido de la lista del centro en la que se adelante
el procedimiento arbitral.
Artículo 15. Deber de información. La persona a quien se comunique su nombramiento como árbitro
o como secretario deberá informar, al aceptar, si coincide o ha coincidido con alguna de las partes o
sus apoderados en otros procesos arbitrales o judiciales, trámites administrativos o cualquier otro
asunto profesional en los que él o algún miembro de la oficina de abogados a la que pertenezca o
haya pertenecido, intervenga o haya intervenido como árbitro, apoderado, consultor, asesor,
secretario o auxiliar de la justicia en el curso de los dos (2) últimos años. Igualmente deberá indicar
cualquier relación de carácter familiar o personal que sostenga con las partes o sus apoderados.
Demanda
Vulneración del artículo 13 C.P (Derecho a la igualdad)
Señala que el artículo 8° de la Ley 1563 de 2012 vulnera el derecho a la igualdad de los secretarios y
árbitros que participan en tribunales de arbitramento en los que son parte entidades públicas o
instituciones que ejercen funciones administrativas, al establecer restringir su participación a solo 5
tribunales sin fundamento objetivo alguno.
Respecto del artículo 9º del Estatuto, el demandante considera que la expresión “contractual, de
subordinación o dependencia” es contraria al artículo 13 C.P, pues establece una condición ajena al
merito y a la capacidad de los profesionales que pueden fungir como secretarios de un tribunal de
arbitramento. Si bien las relaciones de orden familiar definidas por el parentesco civil o
consanguíneo, generan un claro conflicto de intereses en el ejercicio de la función publica, no pasa lo
mismo con las relaciones contractuales, laborales o de subordinación, pues en estas el interés no
afecta el juicio y libre discernimiento del que funja como secretario del tribunal de arbitramento.
En este mismo artículo la expresión “el secretario deberá ser escogido de la lista del centro en la que
se adelante el procedimiento arbitral” viola también el artículo 13 C.P pues establece un trato
discriminatorio respecto de los abogados que no están inscritos en la referidas lista frente aquellos
que sí lo están.
También estos artículos son vulnerados por el artículo 9, pues contempla una causal de inhabilidad
que no atiende a los parámetros de transparencia, moralidad, imparcialidad o eficiencia.
Todo esto vulnera el derecho a trabajar que tiene toda persona pued el campo de acción de los
profesionales del derecho especializados en derecho público o administrativo que se dedican a
fungir como secretarios o árbitros, resulta claramente restringido con dicha condición.
Consideraciones de la Corte
1. Las acusaciones contra el Art 8 inciso 2 de la Ley 1563 de 2012
a. Por violación del derecho a la igualdad.
No hay tal violación:
La demanda aparece formulada en términos individuales y queda demostrado cuando se repara en
que hay discriminación porque, a su juicio, solo el mérito personal debe ser tenido en cuenta cuando
se trata de garantizar el acceso al cumplimiento de funciones públicas, de modo que si la persona
tiene la capacidad requerida para el ejercicio de esas funciones nada más debe pedírsele.
La Corte se pregunta entonces ¿es el mérito el criterio único que debe usarse para la designación
de árbitros o secretarios o la Constitución propone otros criterios?
Lo que la Corte plantea es que , aun cuando la habilitación de árbitros se produce para casos
concretos y en virtud del acuerdo entre las partes, el arbitramento es “un mecanismo para impartir
justicia, a través del cual igualmente se hace efectiva la función pública del Estado en ese sentido ” y,
por lo tanto, los árbitros quedan investidos de la función de administrar justicia “con los mismos
deberes, poderes, facultades y responsabilidades”. Es la Constitución la que provee el fundamento
del arbitramento y su Estatuto debe atender no solo los derechos de los árbitros o secretarios, sino
también a las partes y a las experiecias de la administración de justicia. No se puede atender
solamente a la perspectivva individual propuesta por la demandante.
Ahora, pese a ser decidido por particulares, el arbitramento es un auténtico proceso, por lo cual
“está sujeto a ciertas regulaciones legales. Así pues, en lo que le atañe y dentro de los límites
constitucionales pertinentes, “el legislador goza de plena autonomía para dictar disposiciones
tendientes a desarrollar el ejercicio de funciones arbitrales”.
El especial cuidado por el interés público que llevó al legislador a distinguirlo del interés privado y el
propósito de evitar la concentración de los arbitramentos estatales en unas pocas manos corrieron
paralelos en la discusión del proyecto que luego se convirtió en ley de la República. La justificación
de la restricción es la siguiente:
“En los arbitrajes en que intervienen como partes entes públicos, se ventilan interés
igualmente públicos, al mismo tiempo que los gastos de funcionamiento y los honorarios de
los árbitros y el secretario, son sufragados parcialmente con cargo a recursos del erario
estatal”, de modo que “si lo público pertenece a todos y a ninguno en particular, a no
dudarlo, ello supone que no solamente en los arbitrajes estatales deban intervenir quienes
tienen tomado el mercado arbitral, por llamarlo de alguna manera, sino todos los
profesionales que estén en capacidad de hacerlo”
b. Violación de los derechos al trabajo y a escoger y ejercer profesión u oficio
No hay vulneración de estos derechos:
El interesado puede ser designado como árbitro o secretario en los arbitrajes estatales, siendo del
caso destacar que por fuera del ámbito estatal existe un amplísimo margen de acción que no les está
vedado por la disposición censurada y en el que pueden concretar sus alternativas laborales como
profesionales del derecho. El límite legislativamente establecido permite el acceso de un número
mayor de abogados, lo que desde el punto de vista del derecho al trabajo, lejos de desconocerlo lo
potencia.
2. Acusaciones contra el artículo 9 del Estatuto por la expresión:
“contractual, de subordinación o dependencia”
“el secretario deberá ser escogido de la lista del centro en el que se adelante el
procedimiento arbitral”
De conformidad con la jurisprudencia constitucional, la misión de los centros de arbitraje consiste en
brindar un apoyo institucional a las tareas cumplidas por los árbitros y, en este sentido, la Corte
encuentra que la provisión de una lista responde cabalmente a los cometidos de colaboración y
apoyo confiados a los centros de arbitraje.
Esta participación de los centros de arbitraje no elimina ni desplaza el margen de libertad que se les
reconoce a los árbitros cuando de designar secretarios se trata, porque es evidente que el centro se
limita a facilitar la lista, sin que tenga competencia para señalar al abogado que, siendo parte de esa
lista, deba ser finalmente designado como secretario o siquiera para sugerir algún nombre en
particular, pues, se repite, la selección es de la exclusiva competencia de los árbitros. La posibilidad
de hacer parte de esa lista ha de estar abierta a todos aquellos profesionales del derecho que
acrediten las calidades y requisitos exigidos. No hay vulneración del derecho a la igualdad.
Esta consagración es natural porque la autonomía del pacto arbitral es uno de los principios más
difundidos en el arbitraje contemporáneo. Además, es la manera de reconocerle un efecto
relativamente duradero al pacto, salvaguardar la intención de las partes y tutelar la pacta sunt
servanda.
Al referirse en la forma en lo que hizo el artículo 5º, el legislador tomó una clara opción regulatoria
frente a la cual vale la pena proponer varias reflexiones:
A) La norma no consagra una definición dogmática del concepto de autonomía del pacto arbitral; en
su lugar, se limita a señalar el efecto más importante del mismo: la independencia entre el contrato
principal y la cláusula compromisoria a la que se sujeta dicho contrato. Por lo que el tribunal arbitral
puede referirse por separado a la ineficacia, inexistencia o nulidad del contrato sin que ello suponga
una sustracción de su competencia. Es por esto que se considera que el estatuto mantiene una
relativa indeterminación en torno al significado del principio.
B) El tono empleado en el artículo quinto de la ley 1563 fue relativamente conservador. En las
elaboraciones doctrinales con relación a la autonomía del pacto arbitral existen concepciones en
torno a su noción y sus efectos:
Separabilidad: Permite separar el convenio o pacto arbitral del contrato que lo contiene
de tal manera que dicho convenio no siga necesariamente la suerte del contrato. De esto
se deducen los efectos. Por una parte, la nulidad o la inexistencia del contrato principal
no conllevan la del convenio arbitral y, por otra parte, el convenio arbitral puede estar
regido por normas jurídicas diferentes a las que rigen el contrato.
Autonomía en sentido estricto: Salto vanguardista, autonomía respecto de cualquier
derecho nacional de manera que se puede prescindir de todo derecho nacional para
decidir sobre la existencia y validez del convenio arbitral.
Si se analiza el artículo quinto a la luz de lo anterior surge de su texto que el legislador por ahora
consagró la separabilidad de la cláusula compromisoria, pero no quiso ir más allá. Frente al arbitraje
internacional, pareciera que no hizo parte del querer del legislador de la consagración de la
autonomía en el sentido más avanzado o vanguardista.
C) Antecedentes nacionales de la norma: esta disposición, por lo menos en cuanto al primer párrafo
se refiere, se encuentra precedida por el artículo 116 de la ley 446 de 1998, por virtud de la cual se
creó el artículo 2a del decreto 2279 de 1989, que con posterioridad fue compilado por virtud del
decreto 1818 de 1998, en cuyo artículo 118 específicamente en su parágrafo se estableció
expresamente la autonomía de la cláusula compromisoria. En la nueva norma no solo se hace
referencia a la existencia y validez del contrato, sino también a su eficacia.
Eventos que generan discusiones: Al hacer parte del mismo documento el contrato y la cláusula
compromisoria coincidan la existencia o la invalidez de ambos vínculos. Más allá de la independencia
que se ha indicado. Piénsese, por ejemplo, en la incapacidad de alguna de las partes del contrato. No
se ve cómo podría decirse que en ese caso habría nulidad del contrato, pero no de la cláusula, o
viceversa. O piénsese en el caso en que haya ausencia de consentimiento. No se ve cómo podría
hablarse de la inexistencia del contrato y de la existencia de la cláusula, o viceversa. Dándose esa
situación, es posible preguntarse si, por razón del principio de autonomía, en esos casos un eventual
fallo puede mantenerse incólume o si, dado el efecto de la cláusula en sí misma considerada, el
laudo deberá verse comprometido.
Hay quienes consideran, por razones que van más allá de la independencia y de la autonomía de la
cláusula compromisoria, que pueden darse casos en los cuales la competencia del tribunal subsiste a
pesar de la existencia, en relación con la cláusula misma, de alguno de los defectos alegados. En
efecto, se ha sostenido que la autonomía de la cláusula compromisoria puede permitir la validez de
un fallo en el que se declare la inexistencia del contrato al que aquella se refiere por ausencia del
consentimiento, solución que se ha justificado además a partir de la necesidad de evitar
prejuzgamiento por parte del tribunal, lo que sería lo que, a juicio de quienes sostienen esta postura,
tendría lugar si el tribunal debiera pronunciarse sobre la de consentimiento con relación a la
cláusula.
Sin embargo, el planteamiento no deja de suscitar ciertas dudas, pues está claro que la ausencia del
consentimiento con relación a la cláusula misma deriva indefectiblemente en la incompetencia del
tribunal por razón de la inexistencia de cláusula de la cual pudiera provenir la misma. Por ello, es que
el asunto no parece ser tan fácilmente resoluble. En efecto, la cláusula compromisoria también
puede ser inválida, ineficaz o inexistente. De hecho, el artículo 41 del nuevo estatuto se consagra con
toda claridad que se constituye como causal de anulación del laudo la inexistencia, la invalidez
absoluta y la inoponibilidad del pacto arbitral, lo que lleva a entender que definitivamente tales
circunstancias no solo pueden llegar a ser analizadas por el propio tribunal, sino que deben serlo.
Si dicho arbitraje no concluyere con laudo, el proceso judicial continuará ante el juez que lo
venía conociendo, para lo cual el presidente del tribunal devolverá el expediente. Las pruebas
practicadas y las actuaciones surtidas en el trámite arbitral conservarán su validez.
De este modo, el sistema jurídico nacional le daba reconocimiento expreso a un principio de carácter
internacional. Esto le permite al tribunal autolimitarse y examinar el contenido del pacto arbitral, así
como los demás factores condicionantes a su competencia, para dilucidar si, en efecto, puede
conocer de un determinado asunto. Ello le da mayor certeza al tribunal arbitral, evitando que sea
necesario acudir a un juez del Estado para resolver este tipo de controversia.
Se ha reconocido por nuestra Corte Constitucional, en la Sentencia SU 174 del 2007, la existencia de
cierto margen de interpretación del tribunal para resolver su propia competencia, con lo que parece
indicarse que más allá de que la decisión que pudiera llegar a ser discutida ante los jueces del Estado,
estos deberán respetar, de algún modo, el margen de interpretación con el que cuentan los árbitros
al disponer lo relativo a su competencia.
En consecuencia, no queda duda de que si se discute por vía de tutela la competencia del tribunal, el
juez de tutela, al revisar el asunto, deberá respetar el margen de interpretación que el ordenamiento
ha concedido a los árbitros, de manera que solo podrá declarar el defecto correspondiente si aparece
claro y manifiesto que aquellos obraron en contravía del ordenamiento. Así, no basta el mero
desacuerdo con la decisión del tribunal, pues esto no tiene idoneidad suficiente para configurar un
defecto que sustente la prosperidad de la acción de tutela.
Sin embargo, llama la atención el hecho de que la conclusión de la Corte se funda más en cuándo
debe hacerse presente la vía de hecho o causal de procedibilidad para otorgar el amparo, en la
amplitud del margen interpretativo de que gozan los árbitros al momento de resolver su
competencia, lo que permite sostener que no solo cuando la competencia del tribunal se discute por
vía de tutela, sino también cuando ella se contravierte mediante la formulación del recurso de
anulación, el juez encargado de resolver sobre dicha circunstancia deberá tener en cuenta el
principio antes indicado, que lo obligará a que solo pueda declarar la incompetencia cuando aparezca
manifiesta tal circunstancia.
Así, siendo admisible la interpretación del tribunal a favor de su propia competencia, dicha decisión
deberá permanecer incólume y no podrá desconocerse porque hubiera podido interpretarse
también de manera razonable la incompetencia del tribunal. Ello significa que mientras el margen de
interpretación de los árbitros para resolver sobre su competencia es amplio, el de los jueces que se
encargan de revisar esas decisiones es reducido o restringido.
Pero volviendo sobre lo relativo a la prevalencia de la decisión del tribunal sobre la de cualquier otro
juez, entendiendo que dicha prevalencia, como se ha explicado, no versa sobre la decisión que se
llegue a tomar en el marco del recurso de anulación, sino sobre las decisiones que por fuera de dicho
ámbito pueden llegar a tomar otros jueces estatales, vale la pena hacer tres reflexiones:
A) La norma hace referencia de manera general a la prevalencia de la decisión sobre la
competencia, lo que permite entender que esa prevalencia tendrá lugar tanto en los eventos
en que se declare competente el tribunal como en aquellos casos en los que el mismo se
declare incompetente.
El artículo 29 permite, como lo permitía la norma del Decreto 1818 al que se hace referencia,
la celebración de compromisos aún en aquellos eventos en que se estuviera conociendo de
la actuación por el juez estatal. En todo caso, el artículo 29 hace mención expresa de que
esta posibilidad tendrá lugar mientras no se haya proferido sentencia de única instancia o
primera instancia, o no se haya terminado el proceso por razón de transacción, conciliación o
desistimiento, lo cual tiene sentido dado que todas las instituciones a las que se ha hecho
referencia en la norma se relacionan de manera íntima con el principio de cosa juzgada, lo
que impediría que las mismas se controviertan en procesos posteriores.
Por otra parte, la norma es clara al disponer que el tribunal solicitará la remisión del
expediente y que el despacho judicial debe proceder en consecuencia, con lo que se reitera
la prevalencia de la decisión del tribunal en torno a su competencia. La norma sigue
dispuesta y no deja espacio para que se piense que puede existir controversia en torno a la
competencia del tribunal de arbitraje, o para que el despacho judicial se oponga a tal
decisión.
Si el proceso arbitral iniciado bajo esas condiciones no llegare a concluir con un laudo, el
proceso deberá continuar ante el juez que lo venía conociendo, para lo cual deberá
procederse a la devolución del expediente. En esos eventos, las pruebas practicadas y las
actuaciones surtidas en el trámite arbitral conservarán su validez. El juez estatal deberá
tener en cuenta toda esa actividad para continuar con la actuación en el estado en que se
encuentra o para fallar con base en dicha actividad si es lo que estuviera pendiente.
Lo anterior no significa que la invalidez de estas quede saneada porque el proceso debe
continuar tramitándose ante el juez estatal. No habría razón para ello, además de que la
norma es diáfana al establecer que la validez se mantiene, cuestión que no puede suponer
de ninguna manera que lo inválido debe convertirse en válido.
Vale la pena preguntarse si se presenta, mutatis mutandis, si lo que ocurre es que, iniciando
el proceso arbitral sin haber acudido previamente a la justicia ordinaria o contencioso
administrativa, el laudo no se llega a dictar, ¿se podría llegar a decir que se aplica la norma
que se viene examinando? ¿Podría decirse que el juez ordinario tendría que conocer del
proceso considerando las actuaciones y pruebas surtidas hasta el momento? La cuestión no
parece ser de fácil resolución. Ella implicaría que el vencimiento del término, por ejemplo,
enervaría la cláusula compromisoria sin que exista norma que consagre de manera expresa
tal efecto. Al no haberse previsto ese efecto en relación con la cláusula y debiendo
respetarse la voluntad de las partes del pacto arbitral, no hay razón para que en los casos en
que ocurra el vencimiento del término se acuda ante el juez estatal. Lo que debe ocurrir en
esos casos es que debe iniciarse el proceso arbitral nuevamente, conservando la validez de la
prueba recaudada y allegada en debida forma al proceso.
Esta posición se ve avalada por virtud de lo dispuesto en el artículo 43 del nuevo Estatuto,
relativo a los efectos de la anulación del laudo, en el que se dispone que: "Cuando se anule el
laudo por las causales 3 a 7, el interesado podrá convocar un tribunal arbitral, en el que
conservarán validez las pruebas debidamente practicadas, y en lo posible las actuaciones
que no hubieren resultado afectadas por la anulación".
En caso de que el tribunal se declare competente por mayoría de votos, el árbitro que haya
salvado voto, cesará inmediatamente en sus funciones y será reemplazado en la forma
prevista en esta ley. Nombrado el reemplazo, se reanudará y terminará la primera audiencia
de trámite.
Por último, el tribunal resolverá sobre las pruebas pedidas por las partes y las que de oficio
estime necesarias.
La competencia por parte del juez arbitral implica el examen de varios aspectos de suma importancia
para el proceso: la capacidad de las partes para someterse al arbitraje, la existencia de un pacto
arbitral que cumpla con los requisitos de forma, que la cuestión litigiosa sea susceptible de
transacción y esté comprendida dentro del pacto arbitral, o que en caso de la cláusula
compromisoria su decisión no haya sido exceptuada de ella, que la ley no prohíba o impida la
solución del conflicto por vía arbitral, y por último, que el pacto arbitral esté vigente. La vigencia
puede haberse perdido por expiración del contrato al que se refiere la cláusula compromisoria, a
menos que la controversia se haga del contrato y pueda ser arbitrada, o por la nulidad del mismo
pacto arbitral cuando previamente haya sido declarada judicialmente.
A nuestro juicio, el tribunal, en el momento en que decide sobre su competencia, debe verificar la
existencia o validez del pacto arbitral, más allá de que algún sector de la doctrina haya considerado
que esas cuestiones no pueden ser evaluadas por el tribunal sino al momento de fallar.
Si bien es cierto que definitivamente existen algunas circunstancias atinentes a la existencia y validez
del pacto que solo aparecen claras luego de que se decreten y practiquen ciertas pruebas con dicho
propósito, de manera que es muy posible que el tribunal, al no estar contemplada en la ley la
posibilidad de decretar y practicar pruebas con miras a resolver la cuestión, solo pueda advertir la
circunstancia generadora de su incompetencia previamente a fallar. Sin embargo, hay otras
cuestiones que pueden advertirse sin necesidad de desarrollar ningún tipo de actividad probatoria,
de manera que el tribunal puede advertirlas en esta audiencia y resolver sobre las mismas, para
concluir si realmente es competente o no para conocerlas. En consecuencia, el tribunal debe verificar
la existencia y validez del pacto como presupuesto de su competencia, cuestión avalada por el propio
estatuto, cuando dispone en su artículo 41, relativo a las causales de anulación, que las causales 1, 2
y 3 solo podrán invocarse si el recurrente hizo valer los motivos constitutivos de ellas mediante
recurso de reposición contra el auto de asunción de competencia [...], correspondiendo la causal del
ordinal 1.a a la inexistencia, invalidez absoluta o inoponibilidad del pacto arbitral.
Ahora bien, si lo que ocurre es que existe un pronunciamiento judicial que ha hecho tránsito a cosa
juzgada, por virtud del cual se ha dispuesto la nulidad del pacto arbitral, el tribunal estará atado a
dicha decisión y deberá declarar su incompetencia. Esto, con independencia de que pueda discutirse
la competencia del juez estatal para conocer de esos asuntos, salvo en lo atinente a la decisión del
recurso de anulación.
Queda una duda sobre aquellos eventos en los que el tribunal advierta su falta de competencia tras
la primera audiencia de trámite. No habiendo advertido la incompetencia al surtirse la primera
audiencia de trámite, bien por razón de que no se podía advertir la circunstancia, bien porque,
habiéndose podido advertir, no se hizo, cuesta trabajo pensar que la parte convocante pueda haber
prescrito sus derechos o caducado sus acciones, existiendo una norma que consagra lo contrario
para los eventos en que la incompetencia se declara en la primera audiencia de trámite. Habría, en
cualquier caso, que presentar la demanda dentro de los 20 días hábiles siguientes a la notificación de
la decisión por virtud de la cual el tribunal declare su incompetencia.
En los eventos en los cuales el tribunal se declare incompetente por mayoría de votos y no por
unanimidad, el árbitro que haya salvado el voto cesará sus funciones y deberá ser reemplazado en la
forma prevista en el artículo. Aún en los eventos en que el árbitro correspondiente haya considerado
que la incompetencia del tribunal sólo versaba sobre algunos de los aspectos a discutirse en el
proceso.
En el arbitraje el debido proceso es la observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio,
que serán las determinadas por las partes y, en subsidio, las especiales establecidas en la Ley 1563 de
2012. De manera que, aplicar otras normas especiales vulneraría el debido proceso.
PROCESO PROCEDIMIENTO
Es un conjunto de actos coordinados y sucesivos Cada una de las fases o etapas que el
destinados a la aplicación de la ley sustancial en proceso comprende; serie de formas a las
un caso determinado. que se somete el juez y las partes.
Todo proceso requiere un procedimiento. Puede aparecer fuera del campo procesal
(como el administrativo).
Siendo así, el arbitraje es un proceso que tiene un procedimiento especial y el proceso judicial cuenta
con sus propios procedimientos.
3. Aplicación de normas procesales generales por remisión expresa de la Ley 1563 de 2012
i. Demanda. El artículo 12 de la Ley deja los requisitos de la demanda al CGP, sin hacer
diferencia entre trámites arbitrales estatales o privados
ii. Amparo de pobreza. El artículo 13 lo remite al CGP, pero añadiendo menciones propias del
arbitraje como la exoneración del pago de honorarios y gastos de funcionamiento.
iii. Integración del tribunal. Cuando corresponda, el juez civil de circuito hace la designación de
plano ante la simple solicitud de una cualquiera de las partes dentro de la demanda arbitral.
a. Según el artículo 16, las causales de recusación e impedimentos para los procesos
arbitrales privados serán las reguladas por el artículo 141 del CGP y para los estatales
las contempladas por el artículo 130 del CPACA.
b. Las inhabilidades, prohibiciones y conflictos de interés señalados en el Código
General Disciplinario.
iv. Admisión, inadmisión o rechazo de la demanda. Según lo contemplado en el artículo 90 del
CGP, adicionadas con la falta de pacto o invocación.
v. Cuantía. Se remite al CGP.
vi. Pruebas. (Art. 31 de la Ley 1563) El tribunal y las partes tendrán las facultades y deberes
previstos en el CGP.
vii. Medidas cautelares. Se aplica el CPACA en el caso de los tribunales estatales y el CGP en los
privados. No obstante, las medidas cautelares innominadas se regirán exclusivamente en la
Ley 1563.
viii. Intervención de otras partes y terceros. Se sujeta al CGP.
ix. Recurso de revisión. (art. 45) Remite al CGP.
a) Cláusulas escalonadas. Por haber vacío sobre las cláusulas compromisorias que establecen
requisitos de procedibilidad debe aplicarse el artículo 13 del CGP.
b) Notificaciones. Respecto a la notificación por medios electrónicos es regulado por la Ley
1563, sin embargo, el resto se aplica de forma analógica los artículos 291 y 292 del CGP.
Igualmente, cuando se trate de entidades públicas se aplica el artículo 612 del CGP.
c) Curador ad litem. Cuando haya pacto arbitral y no sea posible ubicar el demandado original
o alguna parte a lo largo del proceso se aplica el CGP, salvo los casos de no adhesión al
pacto, como lo regulado por el artículo 36 de la Ley arbitral.
d) Interrupción de la prescripción e inoperancia de la caducidad. Aunque la Ley arbitral regula
los casos en donde estas figuras se activan, no estipula cómo se interrumpe la prescripción o
se hace inoperante la caducidad, por lo que nos remitimos a los artículos 94 y ss., del CGP.
e) Recurso de reposición. Su trámite se remite al artículo 318 del CGP.
f) Contenido del laudo. En cuanto a los requisitos de forma se aplica el artículo 280 del CGP.
a. También se le aplican las normas de la cosa juzgada, del CGP, artículo 302 y
siguientes.
g) Aclaraciones, complementaciones y correcciones del laudo. Los motivos o trámite se surten
de acuerdo con las normas generales para las providencias judiciales contenidas en los
artículos 285, 286 y 287 del CGP.
h) Poderes y deberes de los árbitros. Son aplicables los artículos 42, 43 y 44 del CGP, teniendo
en cuenta las limitaciones de materia en virtud del principio de habilitación y las vicisitudes
propias del trámite arbitral.
i) Capacidad y representación. Se aplican las normas generales frente a capacidad,
representación y derecho de postulación, contenidas en el CGP.
j) Deberes y responsabilidades de los apoderados y partes. Artículos 78 y ss., del CGP.
k) Términos. Artículos 117 y ss., del CGP.
l) Dictamen pericial. Aunque hay una remisión expresa, esta se hace a una ley derogada lo que
antes de denominaba dictamen judicial, que ahora el CGP regula como dictamen de parte;
no se puede llenar por analogía por cuanto las normas que regían materias similares ya no
existen.
Así, debería tenerse como único medio de prueba permitido el dictamen de parte. Sin
embargo, se acepta un sistema dual, en el que ambos dictámenes son permitidos, siendo
que el judicial queda sin regulación, no obstante, este debate aún está abierto.
Como criterio para determinar cuándo las normas del CGP o del CPACA no son aplicables es la
especialidad de las normas de arbitraje y el tratamiento íntegro que le da la Ley 1563 a la materia.
El trámite del procedimiento arbitral está regulado íntegramente por la Ley de arbitraje. Las normas
del CGP son de aplicación subsidiaria o residual y complementaria, pues la norma especial, en la casi
totalidad de las veces, estará ubicada en el Estatuto de Arbitraje.
Por ejemplo, es claro que el trámite arbitral es un proceso declarativo, puesto que, la pretensión es
incierta y el derecho es discutido, y se busca que la sentencia ponga fin a dicha incertidumbre; no
obstante, el trámite será diferente si se intenta ante los jueces o ante los árbitros.
En resumen, de los casos planteados, los artículos 368 y siguientes del CGP regulan el procedimiento
adoptado para los procesos declarativos que se tramitan ante el juez ordinario. Sin embargo, las
reglas especiales del CGP no son aplicables al procedimiento arbitral ya que se considera como regla
especial la Ley 1563 en virtud del artículo 119 del Estatuto arbitral, "esta ley regula íntegramente la
materia de arbitraje".
Ahora bien, lo relativo a las medidas cautelares de cada uno de esos procesos si es aplicable por la
expresa remisión al artículo 32 del CGP.
Tener en cuenta crítica del autor: Si queremos que el arbitraje sea un verdadero método alternativo
de solución de conflictos debemos reconocerlo como un trámite especial, que tiene principios y
reglas propios y una reglamentación íntegra en el estatuto arbitral.
1. 21/06/2021 à notifica a la demandada por correo y WSP de que inició el proceso (auto admisorio de
la demanda)
2. 26/07/2021 à informó al juzgado de la notificación con ss + impulsó el proceso para que se fijara
fecha de la primera audiencia
3. 02/12/2021 à reitera el impulso
4. El despacho se niega a la solicitud de impulso porque no se aportó acuse de recibo de la notificación,
y los ss no son suficientes
5. Instaura la acción de tutela por vulneración al debido proceso:
a. Primera instancia àniega el amparo
b. Segunda instancia à confirma la decisión de primera instancia en sentencia de impugnación
6. En instancia ante la CSJ se ofició a Microsoft à la corporación manifiesta que sus herramientas
permiten que el remitente confirme voluntariamente que le llegó un mensaje, pero no hay manera
de saber si el correo o mensaje le llegó.
CONSIDERACIONES:
Problema: notificación personal electrónica del auto admisorio de la demanda
TIC:
Responde al propósito de implementar las TIC en materia de justicia + agilizar los trámites
Las partes tienen el deber de proporcionar los canales digitales donde quieren ser notificados. A
veces le toca al demandante. Si la dirección está en el registro mercantil.
Hay diferentes canales digitales para notificar: En los canales destinados para los fines del proceso.
Lo que importa es que el canal sea idóneo para notificar
1. Correo
Es el más usado, y cuando se envía (asunto, destinatario y cuerpo) la información nunca se altera; el
sistema solo le agrega logos, firmas y demás datos por defecto.
Se concluye que los servidores de correo electrónico no cuentan con herramientas que garanticen
fehacientemente el acuse de recibo, así que lo mejor es acudir a herramientas técnicas de terceros.
Se estaría exigiendo acudir a servicios especializados de mensajería para certificar el acuse de recibo;
y ese no era el querer del legislador, sino, que se notificara de manera rápida, fácil y acorde a los
cambios tecnológicos.
2. WhatsApp:
Esta app tiene varias formas de saber si a alguien le llegó un mensaje o cuando se envió. No es
necesario saber si lo leyó porque basta que se infiera la recepción del mensaje para entender surtida
la notificación.
· Afirmar bajo la gravedad de juramento que la dirección electrónica corresponde al utilizado por la
persona a notificar
· Declaración de parte que explique cómo obtuvo o conoció esa dirección
· Probar las circunstancias descritas, con comunicaciones remitidas a esa dirección
LIBERTAD PROBATORIA:
Para probar esas exigencias se puede con cualquier medio de prueba del CGP. Ejemplo:
comunicaciones previas por ese mismo medio, y previo al litigio à es idóneo, y da veracidad. Algunos
medios de prueba:
· Mensajes de datos (Art 247 CGP) à deben aportarse en el mismo formato en que fueron generados,
enviados o recibidos
· En el formato de origen: aportas el dispositivo que lo envió o uno externo relacionado (grupos de
wsp) que permita verificar al juez
· En formato diferente al de origen à se valora como prueba documental, ejemplo: imprimir el
mensaje
· Presentación digital à ss
Los ss son una fotografía, es una prueba documental. Y son un hecho distinto al mensaje de datos,
porque se extraen del documento (mensaje de datos) y ahí sale el ss como prueba documental. El
problema es que al extraerlo de su formato original, debe verificarse la autenticidad, es decir, tener
certeza de la fecha en que se capturó la imagen y que no se haya alterado el contenido. El juez
verifica la autenticidad valorando esas fotos con el resto de pruebas.
Sin embargo, aun cuando se deba verificar la autenticidad como ya se dijo; lo cierto es que en
jurisprudencia de 2015 de esta corporación y en el art 244 CGP, se establece que estos documentos
gozan de una presunción de autenticidad, que solo puede ser desvirtuada por la parte contra quien
se aduce el documento (mediante desconocimiento o tacha de falsedad). Lo anterior no obsta, para
que mediante los otros medios de prueba se haga más fuerte la autenticidad que se presume de esos
documentos.
· Mensaje de datos à si el mensaje se aporta al proceso entregándole al juez el dispositivo con el que
se produjo el mensaje
· Prueba documental cuando se genera un documento electrónico (función de exportar chat), se
imprime la conversación, o se le toma ss
Para demostrarlo, el legislador no le impuso una tarifa legal, así que se puede hacer por:
La CSJ no está de acuerdo con la CC, pues considera que entender que el conteo de términos es
luego del acuse de recibo, da pie a que se aplique la nulidad como remedio procesal.
1. Exigir al demandante las tres cargas: juramento del canal escogido + explicar cómo lo
consiguió + prueba
2. Facultad del juez de verificar las direcciones electrónicas que estén en las entidades públicas
o privadas, o acudir a la página web o redes sociales para extraer las direcciones donde se
notificará à se permite como herramienta para dar celeridad al trámite
3. Deber de acreditar el envío de la providencia a notificar
Y es a partir del envío de la providencia que se cuentan los dos días hábiles. Vencido ese término, se
entiende surtida la notificación.
Para el conteo de términos se requiere que el demandado recepcione acuse de recibo. Por eso es
importante los sistemas de confirmación de recibo de correos electrónicos que puede ser
empleados por las partes; como también lo es el servicio de correo electrónico postal certificada y
los servicios postales electrónicos definidos por la Unión Postal Universal. Es facultativo el uso de
estos sistemas.
Sobre la declaratoria de nulidad procesal, tal y como se comentó es un remedio procesal; pero
también es el derecho que le asiste al demandado de informar sobre las inconformidades en torno a
la notificación. Hace una solicitud bajo la gravedad de juramento donde expone que no se enteró de
la providencia conforme a la ley.
En ningún momento se le exige que pruebe que la otra parte recibió el correo, porque es facultativo.
Y exigirlo sería una carga excesiva. Además, lo que se exige es se pruebe el envío de la providencia al
demandado; no se exige (como tal) que pruebe que el demandado acuse recibo y lo lea. Sobre esto
último, la misma norma otorga libertad probatoria al decir que o se prueba el acuse de recibo, o se
pruebe que el destinario recibió el mensaje.
Además de esto, a quien le interesa que haya nulidad por indebida notificación es al demandado,
por ende, es a este quien le corresponde la carga de la prueba.
Y el debate de la debida notificación se realiza cuando está en curso el proceso, no en la etapa inicial
del litigio. Si no, la notificación por TIC no tiene sentido porque no apunta a la celeridad del proceso.
En resumen:
EVOLUCIÓN NORMATIVA:
Art 625 L.105/1931 (Código Judicial)à solo podía usarse para estimar en dinero una suma
proveniente de perjuicios u otra causa. Y solo en los casos contemplados por ley especial, es decir,
esta autorizaba su procedencia (El juramento era de procedencia excepcional).
El problema es que al no haber norma especial, se impedía el ejercicio en pleno de este medio de
prueba, y se volvía solo un complemento. De tal forma que, para probar perjuicios o cuestiones
similares, se necesitaba acudir a otros medios de prueba.
Art 211 CPC à el juramento se mantuvo con las mismas características y con su carácter excepcional
(eran pocos los casos en que la ley autorizaba su uso). Características:
Procedía en procesos de rendición provocada de cuentas, ejecutivos por obligación de dar o hacer, y
ejecutivos de ejecución por perjuicios.
Este artículo fue modificado por el art. 10 L.1395/2010, y con esta modificación se acerca más a lo
que conocemos como juramento estimatorio hoy en día. Efectos de la modificación normativa:
Pasó de ser de uso excepcional, a ser la regla general à un medio de prueba pleno y
autónomo
Cambió su contenido sustancial: ya no solo es para estimar perjuicios o causa similar à ahora
era para probar pretensiones dinerarias con carácter de indemnización, compensación, pago
de frutos o mejoras.
Mantuvo la sanción à es un elemento que se mantiene desde el Código Judicial. La multa es
el 10% de la diferencia entre lo estimado y el valor real de la condena. Antes se le imponían
las costas del incidente además de este 10%.
La multa no procede cuando la causa de falta de demostración de perjuicios sea por hechos
ajenos a la parte y a pesar de su obrar diligente
Efecto de lo anterior: volvió lo objetivo subjetivo, ya no basta que no se demostrara, había
que revisar:
o Que hubiera un obrar diligente
o Que unos hechos ajenos impidieran la demostración
o La relación de las dos anteriores cuestiones
Problema: hizo difícil el imponer sanciones, porque ya no era “automática y objetiva”, sino
que el juez en cada caso debía determinar:
o Que la suma estimada excediera más del 50% de la suma probada
o Que no hubo diligencia de la parte que estimó bajo juramento
Lo que quiere decir que su naturaleza cambió de automática y objetiva, a pasar por un
examen del juez con valoraciones subjetivas.
El art 13 de esa ley, estableció que la sanción del 10% y del 5% que prevé la norma, no eran para
beneficio de la contraparte, ahora son para beneficio de la Dirección Ejecutiva de Administración
Judicial del Consejo Superior de la Judicatura. Además de esto, elevó a rango legal lo establecido por
la C-157/2013, prescribiendo que: “solo procederá cuando la causa de a falta de demostración de los
perjuicios sea imputable al actuar negligente o temerario de la parte” à recordemos que las normas
siempre imponen deberes, y la manera en como estaba redactado esa interpretación de la Corte era
a manera de “explicación”, al cambiar esa redacción, por eso se dice que le dio un rango legal.
<Inciso modificado por el artículo 13 de la Ley 1743 de 2014. El nuevo texto es el siguiente:>
Si la cantidad estimada excediere en el cincuenta por ciento (50%) a la que resulte probada,
se condenará a quien hizo el juramento estimatorio a pagar al Consejo Superior de la
Judicatura, Dirección Ejecutiva de Administración Judicial, o quien haga sus veces, una suma
equivalente al diez por ciento (10%) de la diferencia entre la cantidad estimada y la probada.
(…) PARÁGRAFO. <Parágrafo modificado por el artículo 13 de la Ley 1743 de 2014. El nuevo
texto es el siguiente:> También habrá lugar a la condena a la que se refiere este artículo a
favor del Consejo Superior de la Judicatura, Dirección Ejecutiva de Administración Judicial, o
quien haga sus veces, en los eventos en que se nieguen las pretensiones por falta de
demostración de los perjuicios. En este evento, la sanción equivaldrá al cinco por ciento (5%)
del valor pretendido en la demanda cuyas pretensiones fueron desestimadas.
LAUDO CONTENIDO
Concesión autopista El hecho de que una pretensión de condena (dineraria), no proceda,
Bogotá: Girardot vs no constituye perse que haya ausencia de daño.
Agencia Nacional de El tribunal del caso revisó:
Infraestructura (A.N.I) Si las pretensiones se hicieron con temeridad o no
Si hay fraude o colusión
Si se hicieron las pretensiones con diligencia y cuidado
En este caso no procedió la estimación porque no estaba acorde con
lo pactado por las partes y sus normas, y no porque fue temeraria o
negligente.
Oleoducto Central S.A: La sanción del art 206 solo procede cuando la estimación es
OCENSA vs A.N.I temeraria
La sanción no se aplica si la decisión de negar las pretensiones o
concederlas por un menor valor, se atribuye a motivos ajenos a la
voluntad de la parte pese a su obrar diligente.
La desestimación de las pretensiones fue por razones probatorias: no
había forma de que la A.N.I pudiera calcular concretamente los
perjuicios.
Ayuda Integral S.A vs C.I La sanción no procede porque la desestimación de las pretensiones
PRODECO S.A y otros. no fue por arbitrariedad o negligencia, sino por la inexistencia de
incumplimiento contractual.
UT aeropuerto el Dorado La sanción no procedió porque la UT si obró con diligencia al probar
vs Compañía de la estimación. Se negaron por la naturaleza jurídica de las
Desarrollo Aeropuerto El obligaciones.
Dorado S.A.
Industriales en La finalidad de la sanción es castigar a quien no actuó
Comunicación S.A.S: diligentemente. Por lo tanto, no se impone si a pesar de ese actuar
EXICOM vs Colombia diligente, no se logra probar los perjuicios, sobre todo si no estaba
Móvil S.A E.S.P. dentro de sus posibilidades; hacerlo, sería ir en contra de la buena
fe, el derecho a la administración de justicia y el debido proceso.
El objetivo de la sanción es deslegitimar las conductas temerarias y
descuidadas. Por eso se analiza la conducta de la parte que estimó,
revisando si fue negligente y seria, y acudió a estudios para estimar
la suma de dinero.
En este caso se concedió menos de lo estimado, porque el tribunal
consideró otros criterios jurídicos en los perjuicios, que escapaban
de las posibilidades de la parte.
ESQUEMA DE LA LECTURA:
ART 206 CGP Interpretación C-
ART.13 L.1743/2014
(VERSIÓN ORIGINAL) 157/2013:
Aplica para
pretensiones La sanción es subjetiva La sanción es a favor del
dinerarias y obedece a un examen Consejo Superior de la
del juez Judicatura
Se hace en la
demanda o petición No procede la sanción, Le da rango legal a la
cuando sea por hecho interpretación de la Corte
ajenos a la parte, pese en 2013
Hace prueba de su a su obrar diligente
monto
Finalidad de la sanción:
La multa es a favor de actuar temerario o
la contraparte arbitrario
2. Controversias frente a las pruebas por declaraciones. Horacio Cruz T – Vale
En este escrito se busca dar respuesta a interrogantes como:
¿Es posible obtener la declaración de la parte por iniciativa propia?
¿Las personas jurídicas de derecho público pueden ser interrogadas a través de su
representante?, de ser ello posible, ¿qué reglas de juegos deben plantearse de cara a la
valoración de la valoración obtenida?
De requerir informe escrito a la persona jurídica de derecho público a través de su
representante, ¿cómo controvertir dicho informe?
¿Qué pautas deben seguirse para una adecuada solicitud y práctica de la prueba
testimonial?
Pese a que uno de los medios de prueba contemplados era la declaración de parte, el escaso valor
probatorio que ofrecía se debía, en parte, al contenido de los artículos 194 y ss., del CPC. De hecho,
el artículo 203 solo permitía solicitar la citación de la parte contraria con el fin de interrogarla, es
decir, con el propósito de obtener una confesión provocada.
Con la entrada del CGP se aclara que "la simple declaración de parte se valorará por el juez de
acuerdo con las reglas generales de apreciación de pruebas", además el Consejo de Estado destaca
que ya no se hace el interrogatorio con el solo fin de la confesión, sino también con la de fijar
correctamente los hechos objeto de litigio y conocer las versiones de las partes frente al caso
concreto.
Asimismo, la declaración desde esta perspectiva exige de la parte la debida preparación para
atender la audiencia y suministrar al juez información clara, precisa y suficiente respecto de los
hechos que son materia de controversia.
Recordar: la declaración de la parte se puede obtener de forma espontánea, a través del ejercicio de
actos procesales como la demanda, su contestación y las excepciones en ella formuladas o en el
desarrollo de la audiencia inicial; también puede ser provocada mediante interrogatorio.
Art.198 del CGP. "el juez podrá, de oficio o a solicitud de parte, ordenar la citación de las partes a fin
de interrogarlas sobre los hechos relacionados con el proceso."
Discusión. ¿es conveniente interrogar a la propia parte a fin de obtener su versión, a sabiendas de
que de ello se puede derivar una confesión?
En cuanto a la pregunta planteada, hay quienes afirman que resulta inane ya que en los actos
procesales como la demanda y la contestación las partes pueden ofrecer su versión de los hechos,
además no hay regulación normativa. Pero también hay razones para pensar que sí es posible:
El vacío normativo puede ser suplido por las normas que regulan un medio de prueba similar,
preservando los principios y garantías constitucionales como permite el artículo 165 del CGP.
El artículo 191 del CGP reconoce el valor probatorio a la simple declaración de parte.
De acuerdo con el artículo 198 del CGP la solicitud de interrogatorio que formula la parte no
se refiere de manera exclusiva a la citación de la contraparte. Respecto a la declaración que
la parte rinde a través de su abogado mediante el ejercicio de ciertas conductas procesales,
aunque son escenarios para ofrecer su versión de los hechos, eso no deja de lado la
posibilidad de que la parte pueda precisar, explicar o aclarar aspectos concernientes a los
hechos que resultan relevantes para el proceso.
Ahora bien, de ser posible esta declaración, el juez debe señalar las reglas que deben seguirse,
al respecto existen dos posturas:
1. Algunos señalan se debe ceñir a las reglas sobre el interrogatorio de parte, lo que implica un
límite de preguntas --> Horacio no está de acuerdo, por considerar que estas reglas por ser
de interrogatorio que practica la contraparte tienen como principal objetivo provocar la
confesión.
2. Otra postura (compartida por el profesor) sostiene que, como el estatuto procesal no señala
de manera expresa las reglas, se deben acoger las normas que regulan el medio de prueba
más similar, esto es, el testimonio de terceros, lo que implica que no habrá límite de
preguntas para su apoderado, más allá de las restricciones legales a este tipo de preguntas.
a. Una vez realizado el interrogatorio, el corresponderá a la contraparte el ejercicio del
derecho de contradicción, sin perjuicio de la posibilidad de interrogar nuevamente al
declarante, con fines de aclaración o refutación.
b. Para valorar lo obtenido por su propia iniciativa, le corresponde al juez la aplicación
de las reglas de la sana crítica.
c. Pese a que en la prueba testimonial el testigo puede aportar documentos
relacionados en su declaración, dicha posibilidad debería restringirse en la
declaración de la propia parte, por respeto al principio de preclusión o eventualidad
que opera en materia probatoria.
La Corte precisa entonces que, en virtud del derecho de contradicción que tienen las partes
frente a las pruebas de oficio, estas cuentan con la posibilidad de interrogar, no solo a la
contraparte, sino también a la misma parte por intermedio de su apoderado, reitero, con
fines de contradicción.
La Corte Suprema de Justicia en su sala de casación civil, corporación que en sentencia STC13366-
20211 señaló:
“Tratándose del deber de las partes de rendir interrogatorio no existe una norma que exima a
tales entidades de cumplirlo, y lo cierto es que no hay razones para ello, si en cuenta se tiene
que su versión sobre los hechos objeto de litigio es relevante para el proceso civil, al igual que
el de los otros intervinientes.
“Así que, cuando el juez cita a un ente administrativo para que rinda interrogatorio sobre las
circunstancias que originaron el conflicto, debe comparecer a la respectiva audiencia por
conducto de su representante legal. La ley se lo exige por el hecho de ser parte, y no existe
una pauta que lo libere de esa responsabilidad”.
La conducta procesal del representante sobre alguna de estas situaciones deberá valorarse como un
indicio grave en contra como dispone el artículo 205 del CGP.
No obstante, la CSJ considera que "si una entidad pública funge como parte en un litigio en el que
debe celebrarse la audiencia consagrada en el artículo 372 del Código General del Proceso, debe
asistir a ella, y si no lo hace ni justifica su inasistencia quedará sometido a las consecuencias
previstas frente a la falta de comparecencia". Pero como lo que se pretende es la protección del
patrimonio público, mal se haría en presumir ciertos los hechos susceptibles de confesión. Cosa
distinta es la consecuencia económica que debe imponerse a la parte que no comparezca a la
audiencia de la debida justificación, la cual debe hacerse extensiva al organismo público.
Como no está señalada la forma en la cual debe contradecirse el informe rendido por la entidad
pública, es necesario remitirse a las normas que regulan la prueba por informe (CGP, arts.275 y ss.),
dado que resulta el medio de prueba más semejante.
De manera que, una vez presentado el informe en oportunidad, se pondrá en conocimiento de los
demás sujetos procesales por el término de 3 días a fin de que puedan solicitar aclaraciones,
complementaciones o ajustes. Vencido el término el juez concederá a la parte pública la mitad del
término inicial para que aclare, complemente o realice los ajustes requeridos, agotando así la
contradicción de la declaración de la prueba.
Clases de testigos:
El testigo percibe directamente los hechos que le interesan al proceso a través de los órganos de los
sentidos, esto es, la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto.
Testigo técnico: No obstante, es frecuente que el sujeto que haya percibido un hecho de
importancia para el proceso tenga también conocimiento especializado de la materia de la que
se ocupe el asunto. Así, por ejemplo, un ingeniero civil que en algún momento estuvo
vinculado a una empresa constructora demandada en un asunto por incumplimiento de un
contrato de obra civil puede fungir en calidad de testigo para efectos de declarar acerca del
conocimiento que tiene de los hechos que rodearon la ejecución de dicho contrato. Debe
precisarse que no es el lenguaje que emplea el testigo lo que lo vuelve técnico, sino sus
conocimientos especiales.
Testigo de oídas: El testigo de oídas no percibe directamente los hechos, sino que se sirve de
otros sujetos que quizás sí lo han hecho para narrar al juez lo que le han contado. Posee
conocimiento indirecto de los hechos sobre los cuales se basa su declaración.
No obstante, cuando se requiere el testimonio del presidente y vicepresidente, se les recibirán sus
declaraciones en sus despachos (Artículo 215 CGP). Ahora bien, cuando ello no fuere posible, se
utilizarán medios tecnológicos (Artículo 107, Parágrafo 1 CGP).
Una vez decretada, la parte interesada deberá procurar la comparecencia del testigo.
En la audiencia citada para la práctica de pruebas (Artículo 373 CGP), una vez que el juez le ha
tomado juramento al testigo, debe identificarlo e indagar sobre su formación académica o profesional,
la ocupación actual y deberá precisarse si tiene con alguna de las partes algún tipo de cercanía.
El CGP brinda la posibilidad a las partes de formular una doble vuelta de preguntas con el único
propósito de aclarar o refutar aspectos que ha tratado el testigo en su declaración (Artículo 221, inciso
4 CGP). Desde luego, la contraparte podrá contrainterrogar nuevamente.
Si bien el sistema adoptado por el CGP muestra similitud con el estatuto procesal penal, no puede
afirmarse que se trata de un interrogatorio cruzado, pues en este sistema tanto el examen como el
contrainterrogatorio al testigo es tarea que le corresponde a las partes y no al juez, quien cumple un rol
más pasivo. En cambio, en el proceso civil, el juez puede interrogar en cualquier momento.
Lo anterior nos lleva a sostener que para una adecuada apreciación de la prueba testimonial, el juez
debe tener presente no solo aspectos propios de dicho testigo, sino también de su personalidad,
establece la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 22 de julio de 1975.
4. Algunos aspectos prácticos del dictamen pericial_Jaime Tobar -> María Ángel
En los procesos con contenido técnico, la prueba pericial es el medio de convicción más
importante de las partes.
1. Las inquietudes respecto al “Anuncio de la prueba pericial”
227 CGP:
La parte que pretenda valerse de un dictamen pericial deberá aportarlo en la respectiva
oportunidad para pedir pruebas. Cuando el término previsto sea insuficiente para aportar el
dictamen, la parte interesada podrá anunciarlo en el escrito respectivo y deberá aportarlo
dentro del término que el juez conceda, que en ningún caso podrá ser inferior a diez (10) días.
En este evento el juez hará los requerimientos pertinentes a las partes y terceros que deban
colaborar con la práctica de la prueba”
Oportunidades para presentar un dictamen pericial: demanda, contestación de la
demanda, traslado de las excepciones.
¿Cuál es el término insuficiente y quién lo considera como tal?
El término es el que tienen las partes para aportar el dictamen, que es el mismo de las
oportunidades legales para presentar las pruebas. La misma parte que pretende hacerse valer
del dictamen y no cuenta con el mismo, quien lo considera insuficiente.
Lo que no es legal es pretender aportar el dictamen por fuera de las oportunidades
argumentando que no se tenía tiempo para elaborarlo, pues para eso es el anuncio de la
presentación futura del dictamen.
Solamente es anunciar, no definir el perito que lo elaborará, e incluso si lo definió, nada obsta
para que éste sea modificado o cambiado.
OJO: Acorde al 226 del CGP sobre un mismo hecho o materia cada sujeto procesal solo
podrá presentar un dictamen pericial. Si se va a presentar más de un dictamen que
requiere diferentes conocimientos científicos, técnicos o artísticos, se debe anunciar e
identificar cada uno de ellos; no pudiendo hacer un “anuncio general”. - El objeto del
dictamen debe ser realmente diferente.
El dictamen debe ser uno y único sobre la materia a la que se refiera- no se puede aportar una
parte en un documento y otro en otra parte.
En los tribunales de Arbitramiento y en lo contencioso Administrativo NO ES
POSIBLE anunciar la prueba pericial que se presentará y al mismo tiempo, sobre el
mismo asunto, solicitar que el juez o tribunal de arbitramento lo decrete. - Viola el 226
CGP.
Requisitos formales del dictamen pericial: inc 2 del art 226 CGP
“1. La identidad de quien rinde el dictamen y de quien participó en su elaboración.
2. La dirección, el número de teléfono, número de identificación y los demás datos que
faciliten la localización del perito.
3. La profesión, oficio, arte o actividad especial ejercida por quien rinde el dictamen y de
quien participó en su elaboración. Deberán anexarse los documentos idóneos que lo habilitan
para su ejercicio, los títulos académicos y los documentos que certifiquen la respectiva
experiencia profesional, técnica o artística.
4. La lista de publicaciones, relacionadas con la materia del peritaje, que el perito haya
realizado en los últimos diez (10) años, si las tuviere.
5. La lista de casos en los que haya sido designado como perito o en los que haya participado
en la elaboración de un dictamen pericial en los últimos cuatro (4) años. Dicha lista deberá
incluir el juzgado o despacho en donde se presentó, el nombre de las partes, de los
apoderados de las partes y la materia sobre la cual versó el dictamen.
6. Si ha sido designado en procesos anteriores o en curso por la misma parte o por el mismo
apoderado de la parte, indicando el objeto del dictamen.
7. Si se encuentra incurso en las causales contenidas en el artículo 50, en lo pertinente.
8. Declarar si los exámenes, métodos, experimentos e investigaciones efectuados son
diferentes respecto de los que ha utilizado en peritajes rendidos en anteriores procesos que
versen sobre las mismas materias. En caso de que sea diferente, deberá explicar la
justificación de la variación.
9. Declarar si los exámenes, métodos, experimentos e investigaciones efectuados son
diferentes respecto de aquellos que utiliza en el ejercicio regular de su profesión u oficio. En
caso de que sea diferente, deberá explicar la justificación de la variación.
10. Relacionar y adjuntar los documentos e información utilizados para la elaboración del
dictamen”.
--La ley no establece sanción por el incumplimiento de algunos de los requisitos, por
ende, que falte alguno de ellos no impide que el dictamen sea valorado, solo que puede
afectar la credibilidad o idoneidad del perito-- (Sentencia STC 2066-2021- Corte
Suprema).
Tampoco puede desecharse anticipadamente un dictamen por no contener los requisitos del
226 – pues el dictamen debe valorarse al momento de proferir la decisión, no antes.
Para el autor, es posible que luego de que se haya aportado el dictamen, el perito pueda
anexar los requisitos formales que no fueron incorporados en la audiencia en que se
controvierta su dictamen. Y en caso de que la contraparte al revisar el dictamen note que hace
falta información para su correcta contradicción, debe de buena fe señalarla.
El perito no está autorizado por la ley para introducir documentos que debieron allegar las
partes dentro de las oportunidades probatorias, pues de lo contrario se vulneraría el derecho
a contradicción (art 173 CGP).
Sin embargo, el perito debe acompañar el dictamen de los documentos e información
utilizados para tal. También tiene la carga de revelar los colaboradores que participaron en la
confección del dictamen- esto permite tener más información sobre las características de
quienes elaboraron la prueba (es decir, la sitematización de la información, redacción del
informe, análisis de datos).
2. CONTENIDO Y METODOLOGÍA DEL DICTAMEN
El dictamen debe ser:
Claro: expresado en leguaje directo, sin ambigüedades y entendible para el juez.
Respecto de los dictámenes confusos:
Un dictamen, en esas condiciones, no puede ser creíble, y salvo que el perito lo
concrete más en su comparecencia ante el tribunal, su resultado debería ser
desechado, porque ningún juez podrá motivar en una sentencia que ha seguido un
dictamen pericial cuyas razones no entiende, no desde el punto de vista científico,
sino desde la perspectiva meramente descriptivas.
Preciso
Exhaustivo y detallado: Que sea minucioso al documentar los datos sobre sus
experiencias y se analicen todos los hechos que rodean al litigio, sin esconder nada.
El perito es un auxiliar de la justicia que desarrolla un oficio público acorde al 47
CGP. No es un asesor o consultor de una parte y no se debe a ninguna de ellas, aun
cuando le paguen por sus servicios.
Y debe explicar los exámenes, métodos, experimentos e investigaciones efectuados,
así como los fundamentos técnicos, científicos o artísticos de sus conclusiones (inc 5 -
artículo 226 CGP): Debe explicar el alcance de su dictamen y ajustar las conclusiones
a la labor que ha realizado- el perito no puede concluir asuntos que sean superiores a
la actividad que ha desempeñado por solicitud de la parte.
El contenido del dictamen debe ser completo, objetivo y contundente, fundamentado en
consideraciones técnicas, donde cada palabra importa, basado en evidencia e investigaciones
que se puedan comprobar y no en suposiciones.
El juez debe apreciar el dictamen acorde a las reglas de la sana crítica, teniendo en cuenta la
idoneidad del perito, la solidez, claridad, calidad y exhaustividad de sus fundamentos.
El perito puede solicitar información a las personas contra las que se va a aducir el dictamen e
incluso a terceros para conocer los hechos (num 1 art 229 CGP)—el autor cree que la tiene
antes de que trabaje la litis, pues el dictamen debe aportarse en la oportunidad de pedir
pruebas, o sea, la demanda.
Art 233 CGP- las partes tienen la obligación de colaborar con el perito para que faciliten
los datos, cosas y acceso a los lugares necesarios para el desempeño de su función y si
alguno no lo hace, el perito deberá dejar constancia de ello en el dictamen pudiendo el juez
apreciar la conducta como un indicio en contra, presumiendo ciertos los hechos susceptibles
de confesión que la parte pretenda demostrar con el dictamen y sancionándolo con multa de 5
a 10 salarios; a menos que se justifique la negativa para facilitar lo requerido por el perito.
La falta de información o información insuficiente no es excusa para evadir la
responsabilidad como auxiliar de la justicia. Nada obsta para que el dictamen pueda ser
complementado y/o adicionado, cuando se tenga la información echada de menos por el
perito, bien porque se justificó la negativa a la información y fue entregada, sin que por ello
pueda entenderse que sobre el punto hay dos dictámenes periciales.
3. EL REGISTRO NACIONAL DE AVALUADORES
El Registro Abierto de Avaluadores (RAA) fue creado por la Ley 1763 de 2013, a este
pertenecen previa inscripción, un perito cuando va a rendir un dictamen en procesos
judiciales o arbitrales relacionados con una valoración de cualquier bien.
Para el autor, si el avaluador no se encuentra inscrito y registrado, su avalúo no puede ser
tenido en cuenta ni valorado, pues está siendo presentado por alguien que está ejerciendo
ilegalmente la profesión- lo que trae como consecuencia falta disciplinaria grave
Este es diferente al Registro Nacional de Avaluadores, pues este es una herramienta de tipo
gremial que no tiene un carácter vinculante y cuyo no registro no tiene implicaciones de tipo
probatorio.
Esto no aplica en un caso de un dictamen cuyo contenido no corresponde a un avalúo, pues en
ese caso no se requiere que el perito esté registrado en el RAA. (Sentencia STC 24 junio de
2021 – MP. Octavio Augusto Tejeiro).
¿Qué pasa en el caso en que el perito no esté en el RAA al momento de hacer el
dictamen, pero luego si se inscriba? Acorde al autor, no debería ser valorado, puesto que no
cumplía con las acreditaciones necesarias para realizar el avalúo. Pasa lo mismo a quien
estando registrado en el RAA, lo hace en una categoría diferente de aquella en la que
corresponde el tipo de valoración sobre la cual recae el dictamen en cuestión.
Sobre consecuencias del ejercicio ilegal de avaluador: Art 9 Ley 1673 de 2013.
¿El dictamen rendido por perito extranjero está sometido al requisito del RAA?
Cree que sí, si el dictamen tiene como propósito servir de prueba en un proceso ante los
jueces o árbitros, debe cumplirse mediante un perito acreditado (Art 4 lit c Ley 1673).
No ocurre lo mismo cuando es un arbitraje internacional., cuyo procedimiento puede ser
acordado por las partes de forma directa o referida a un reglamento arbitral- pueden o no
sujetarse a las normas colombianas.
4. PRUEBA PERICIAL INFORMÁTICA.
Prueba documentada por un perito informático sobre alguna circunstancia relevante
relacionada con los hechos objeto de controversia, mediante aplicación de especiales
conocimientos técnicos o científicos en ingeniería informática o de sistemas. P.e: el recaudo
de toda la información relacionada con un determinado asunto, en los correos electrónicos,
tabletas, teléfonos celulares, pertenecientes a una o varias personas involucradas en los
hechos.
A tener en cuenta:
a. La información personal o íntima:
El derecho a la intimidad es el derecho a disfrutar de un ámbito propio y reservado para
desarrollar una vida personal y familiar plena y libre, excluido tanto del conocimiento como
de las intromisiones de terceros (art 15 CN).
No ser forzado a escuchar o a ver lo que no se desea escuchar o ver, así como un
derecho a no ser escuchado o visto cuando no se desea ser escuchado o visto.
Resolución de una tutela por la CSJ sobre la intervención técnica del servidor practicada en
desarrollo de una inspección judicial de una de las partes:
…cuando en desarrollo de un proceso civil, una de las partes reclama de su contraria, o de
un tercero, la exhibición de documentos privados, y más exactamente los libros de
contabilidad y papeles de comercio, la situación se ubica, precisamente, en una de las
excepciones previstas en la norma constitucional y, por ende, ella no traduce la
vulneración del derecho a la intimidad o al de inviolabilidad de la correspondencia y
demás formas de comunicación, siempre y cuando que la prueba, en todos sus aspectos, se
ajuste a las disposiciones mercantiles y de procedimiento civil que se ocupan de ella.
La anterior decisión de la Corte no es óbice para que los árbitros adopten todas las medidas
pertinentes para excluir de la información recaudada, la que corresponda a mensajes de
datos privados del personal de la citada empresa, de forma preferente sin proceder al
examen de sus contenidos.
OJO: UNA INFORMACIÓN NO SE CONVIERTE EN ÍNTIMA POR EL HECHO DE
QUE LAS PARTES LA DEFINAN COMO TAL, POR EJEMPLO, DE ESTAR SOMETIDA
A UN ACUERDO DE CONFIDENCIALIDAD.
b. La información secreta de los abogados
No es posible que mediante la prueba pericial informática se obtengan conceptos, opiniones,
estrategia rendidos por abogados, pues esa información está protegida por el secreto
profesional. EL SECRETO PROFESIONAL ES INVIOLABLE Y NO ES OPTATIVO.
ART 23 LEY 1123 (Código Disciplinario del Abogado):
“Revelar o utilizar los secretos que le haya confiado el cliente, aun en virtud de requerimiento
de autoridad, a menos que haya recibido autorización escrita de aquel, o que tenga necesidad
de hacer revelaciones para evitar la comisión de un delito”
c. La información confidencial, secreta y/o sensible
Aquella información cuya revelación, alteración, pérdida o destrucción puede producir daños
importantes a la organización propietaria de la misma, también debe ser protegida para evitar
que con la prueba se atente contra un secreto empresarial o industrial o se entregue una
información sensible de una de las partes que pueda afectar un activo importante para
competir.
Resulta indispensable que el juez adopte las medidas pertinentes para que dicha información,
si es recaudada en un dictamen pericial Informático, sea previamente revisada por la parte
para que pueda advertir cuales documentos resultan confidenciales y/o sensibles, y sea
el juez que determine si tal información resulta aceptada para ser incorporada o no al
proceso.
Será necesario analizar la utilidad, pertinencia y conducencia de aquella información
catalogada como confidencial y sensible; para que solo se aporten documentos relacionados
con los asuntos sometidos a la decisión judicial.
5. LA CONTRADICCIÓN DEL DICTAMEN PERICIAL
La parte contra la cual se aduzca un dictamen pericial puede solicitar (i) la comparecencia
del perito a la audiencia, (ii) aportar otro o, (iii) realizar ambas actuaciones. (art 228 CGP).
¿Puede la parte que presenta el dictamen pericial de parte solicitar la comparecencia del
perito? No es posible, por cuanto es una facultad que se ha otorgado a “la parte contra la
cual se aduzca el dictamen” y no tiene sentido, si no se controvierte mediante la solicitud de
comparecencia, que se interrogue al perito.
¿puede aportarse otro dictamen pericial que controvierta al dictamen de controversia?
No, pues podría hacer interminable la controversia de un dictamen y además se estarían
presentando dos dictámenes sobre un mismo punto. Lo que sí se ha permitido especialmente
en los trámites arbitrales, es la comparecencia del perito de controversia a una audiencia para
ser interrogado.
¿Puede el perito de parte en la audiencia donde va a ser interrogado, presentar
documentos que complementen y/o adicionen su dictamen?
No. No se trata de una diligencia de testimonio, donde ello resulta aceptable, sino de un
interrogatorio para controvertir la presentación de un dictamen pericial. Solo puede
acompañar los documentos bajo lo establecido en el art 226 CGP.
¿Cuál es el orden para interrogar un perito en audiencia?
Debe empezar a interrogar al perito la contraparte de quien haya aportado el dictamen, por
cuanto el es el interesado en contradecir sus hallazgos y conclusiones y quien va a intentar
eliminar la eficacia probatoria del dictamen.
¿Puede asistir a la audiencia de interrogatorio del perito el perito que rindió el dictamen
de la contraparte?
Pueden asistir todos los técnicos y asistentes que colaboren con el apoderado que lleva a cabo
el interrogatorio, entre ellos, los peritos que han rendido dictamen en el proceso. Ellos pueden
dar especiales luces a las partes para que puedan adelantar su interrogatorio. Quien formula
el interrogatorio es el apoderado judicial.
¿Qué sucede si el perito que rindió el dictamen pericial no puede comparecer a la
audiencia por encontrarse imposibilitado para ello?
Si el perito no asiste, el dictamen carece de valor.
Si se trata de una incapacidad temporal justificada por fuerza mayor o caso fortuito, se puede
volver a citar otra vez.
Si es una incapacidad permanente, impide la comparecencia, v.gr. enfermedad terminal o
incluso la muerte, en nuestra opinión hay un vacío legal- pero el dictamen no podría ser
valorado.
5. STC 13366-2021 declaración de parte -Multa a representante de entidad pública ->
Conny
PARTES:
Asunto: impugnación
Propuesta por: Previsora S.A contra el fallo del tribunal Superior de Bogotá emitido el 25 de agosto
de 2021
Partes:
· Previsora S.A
· Compañía de Seguros S.A
ANTECEDENTES:
En la decisión se multó a Previsora S.A por 5 smlmv por su inasistencia injustificada a la audiencia
inicial del 24 de marzo de 2021, esa audiencia es del juicio entre Libardo Cárdenas contra Alianza
Fiduciaria S.A, y Previsora S.A era la llamada en garantía de fiduciaria.
· improcedente porque no se impuso la sanción luego del vencimiento de los 3 días que la ley
le otorga para justificar su inasistencia; si no, que se impuso el 23 de junio de 2021, día en se
zanjó el litigio.
· Arbitraria y desproporcionada porque dada su naturaleza jurídica de entidad pública
(Sociedad de economía mixta) del orden nacional, no tenía el deber de comparecer a la
audiencia, en la medida en que:
o La oportunidad para conciliar ya precluyó
o El interrogatorio de parte de las entidades públicas está prohibido por el art 195
CGP: “No valdrá la confesión de los representantes de las entidades públicas
cualquiera que sea el orden al que pertenezcan o el régimen jurídico al que estén
sometidas”.
o Además, lo único que deben hacer las entidades públicas es rendir un informe bajo
la gravedad de juramento (CSJ SL17431)
· Además como su asistencia no era necesaria, justificó su inasistencia precisamente en eso
· Considera la desproporcionalidad de la multa, ya que se le aplicó la sanción máxima del art.
372 CGP sin considerar que actuó de buena fe y con lealtad procesal
· Presentó recurso de reposición contra el auto que impuso la sanción, pero el tribunal
consideró la sanción como razonable. Así que se impugnó la decisión.
CONSIDERACIONES:
LAS DECLARACIONES DE LAS PARTES EN EL PROCESO: SU IMPORTANCIA
EN EL PROCESO CIVIL, LA DECLARACIÓN DE PARTE Y LA CONFESIÓN,
COMO MEDIOS DE PRUEBA:
A partir de las declaraciones de parte, el juez construye su decisión porque tiene claridad del
conflicto. Pueden ser:
Confesión: es un relato de los hechos que le perjudiquen a la parte, y funge como prueba siempre
que se cumpla con sus requisitos (Art 191 CGP), tales como:
· El confesante debe ser capaz de hacer + debe poder disponer sobre el derecho confesado
· Debe ser sobre hechos que le perjudiquen a si mismo, o que favorezcan a su contraparte
Si no cumple con esto, es una declaración de parte y se valora con las reglas generales de las
pruebas.
toda confesión es una declaración de parte, pero no toda declaración de parte constituye una
confesión.
El Art 196 CGP: dependiendo de lo que diga la parte, unos hechos se valorarán como confesión y
otros como declaración de parte. Si lo confesado es sobre hechos diferentes a lo declarado, las
pruebas se evalúan separadamente; y si no, en conjunto. Si lo confesado, sufre modificaciones o se
explica, esto se admite, siempre que no haya pruebas que desvirtúen tales modificaciones o
explicaciones.
INTERROGATORIO DE PARTE:
Es el instrumento para obtener las declaraciones de parte y la confesión. à su finalidad es provocar
estos medios de prueba.
El art 198 CGP le impone el deber a las partes de acudir a la audiencia respectiva cuando son citados
por el juez para interrogatorio. De inasistir injustificadamente, se imponen unas sanciones
establecidas en el art 205 CGP:
Esta tesis es respaldada por el art. 195 CGP: “declaraciones de los Representantes de Personas
Jurídicas de Derecho Público», establece que «[n]o valdrá la confesión de los representantes de las
entidades públicas (…)”. Se concluye del artículo que a los representantes de las entidades públicas
se les permite declarar, lo que no se permite es que el juez aprecie las declaraciones como
confesión. Y esto se respalda en la sentencia STC14200-2019 de la CSJ donde aclara que lo que se
busca es proteger la colectividad y el interés general.
Por lo tanto, si se cita a la entidad pública a interrogatorio (Declaración) ya sea porque lo hizo el juez
de oficio, o porque una de las partes realizó tal solicitud probatoria, es su deber asistir a la audiencia
respectiva.
Por último, cuando el inciso 2 del art 195 habla del informe, este se refiere a pruebas diferentes,
porque esta parte del artículo habla de que si bien no se permite su confesión, se puede ordenar un
informe bajo la gravedad de juramento para esclarecer los hechos. Pero esto en ningún momento
excluye la declaración de parte.
CASO CONCRETO:
La multa no es arbitraria ya que el representante legal de la entidad pública no asistió a la audiencia
virtual el 24 de marzo de 2021 pese a que fue convocado.
Tampoco se impuso extemporáneo, porque el Tribunal no esta obligado a hacerlo vencidos los 3 días
para justificar la inasistencia.
Pretensión: se ordene tener como prueba el dictamen pericial aportado con la demanda a fin de
acreditar la pérdida de capacidad laboral.
Adujo que, en el proceso de responsabilidad civil extracontractual que promovió contra Prosegur
S.A. y otros, el estrado decidió no incorporar el peritaje, porque según ellos el menoscabo solo se
podía certificar por entidades autorizadas (Ley583 de 2018, art.4) y en formato dado por el CGP
(art.226).
El juzgado del circuito añade que no se explicó qué exámenes o métodos había utilizado y no se
aportó los documentos que certifican la experiencia laboral del perito.
CONSIDERACIONES
1. En el proceso civil colombiano se tiene el derecho a probar conforme a los parámetros que
reflejan los principios de libertad y de apreciación probatoria, así cualquiera de los medios
enlistados en el art. 165 del estatuto procesal, sirven para este fin, salvo que la ley diga lo
contrario. Y una vez llegado al proceso deberá ser apreciado de manera crítica, razonada,
individual y en conjunto.
En el actual esquema, donde el juez ya no es "la boca de la ley", cada parte puede aportar sus
pruebas, los medios son todos los que traigan convicción al sentenciador, el valor no es el
indicado en la norma sino el que racionalmente advierte el fallador con las limitaciones de la
sana crítica y el respeto por las garantías constitucionales.
2. En lo que concierte al dictamen pericial, este tiene por objeto llevar al juez información
cuando el campo de conocimiento del que se extraiga no sea de su dominio.
Sin embargo, la Sala recuerda que "el peritaje no liga imperativamente al magistrado, ni lo
dispensa del deber crítico; no se cohíbe al juez de analizar y apreciar los fundamentos del
dictamen pericial".
Además, con la Ley 1564 de 2012 la parte que pretenda valerse de una experticia deberá
aportarla en la respectiva oportunidad (el actor en su demanda o término para solicitar las
adicionales y el convocado en su contestación; o ambos dentro del plazo especial -art.227-).
Dicha probanza deberá contener unas exigencias mínimas: los fundamentos, la imparcialidad y
la idoneidad (y experiencia) de quien lo elaboró.
"Todo dictamen deber ser claro, preciso, exhaustivo y detallado; en él se explicarán los
exámenes, métodos, experimentos e investigaciones efectuadas, lo mismo que los
fundamentos técnicos, científicos o artísticos de sus conclusiones".
Por lo que el juez rechazará lo que encuentre ilícito, notoriamente impertinente, inconducente
y manifiestamente superfluo o inútil.
Luego de la contradicción del dictamen y escuchados los alegatos finales el fallador apreciará
el dictamen en su sentencia, de acuerdo con las reglas de la sana crítica y en la que evaluará la
solidez, claridad, exhaustividad, precisión y calidad de sus fundamentos, la idoneidad del
perito y su comportamiento en la audiencia, así como las demás pruebas que obren en el
proceso.
Lo anterior indica que esa es la oportunidad para apreciar el dictamen, no antes. De manera
que, la ausencia de los requisitos enlistados por el artículo 226 no da lugar al rechazo
automático de este medio de convicción, no se debe impedir su ingreso al proceso, los
únicos motivos para hacerlo son que las pruebas sean "ilícitas, las notoriamente
impertinentes, las inconducentes y las manifiestamente superfluas o inútiles".
Al hacer el análisis del artículo 235 del CGP destacan la misma conclusión, considerando que
" en lo que respecta la imparcialidad de quien la elabore, podrá ser objeto del
interrogatorio del perito (contradicción en audiencia) y, será «apreciado» en el fallo, al
punto que, en el evento en el que encuentre circunstancias que afecten gravemente su
credibilidad, podrá negarle efectos a la misma. Todo lo cual sucede luego de que se
decrete la prueba y se permita su incorporación al plenario."
El estatuto arbitral, a diferencia de lo que ocurre con el Código General del Proceso permite tanto el
dictamen de parte, esto es, el elaborado por profesionales o instituciones idóneas y especializadas y
aportado por las partes en las oportunidades probatorias previstas en la ley, como el dictamen
elaborado en el curso del proceso por un perito designado por el juez. En cambio, en el CGP la regla
general es que el dictamen pericial sea siempre aportado por la parte que pretenda utilizarlo como
prueba conforme al art. 226 CGP, salvo las excepciones consagradas en el artículo 229 numeral 2 en
las cuales se expresa el dictamen decretado de oficio o el ordenado por petición del amparado por
pobreza.
La razón que se tuvo para mantener en el arbitraje esta dualidad es que el dictamen pericial
practicado en el proceso no presentaba tantos problemas como los que se evidenciaban en el
proceso civil salvo la demora —a veces casi excesiva del trámite que se surtía con ocasión de la
objeción por error grave, por lo cual, se mantuvo el dictamen practicado en el proceso con la
eliminación del trámite que exponía el artículo 238 CPC.
Así las cosas, la parte que va a actuar en un proceso arbitral como convocante o convocada, podrá
escoger, en cuanto toca con la prueba pericial, aportar un dictamen pericial en las oportunidades
probatorias, caso en el cual, aquél deberá cumplir con los precisos requisitos de forma y de fondo
contemplados en el artículo %6 CGP, o podrá decidir solicitar el decreto de la prueba pericial para
que la misma sea practicada durante el proceso arbitral por un perito designado por el tribunal.
En el primer caso (dictamen de parte), la aducción de la prueba y su contradicción, frente al silencio
de la Ley de Arbitraje, deberán guiarse integralmente por las normas contenidas en el Código
General del Proceso. En el segundo caso (dictamen practicado en el proceso), se aplicará la
regulación especial del artículo 31 de la 1563 de 2012 y, en aquellas situaciones no previstas, le
corresponderá al tribunal de arbitraje, colmar esos vacíos en la forma en la que mejor se ajuste al
arbitraje, pues en el CGP no existen normas sobre el dictamen practicado en el proceso, pues, se
parte de la base de que el dictamen debe ser aportado, más no practicado en el proceso.
Lo anterior, genera un problema, pues si bien el EA contempló la posibilidad de decretar y practicar
la prueba pericial en el proceso arbitral, no reguló completamente todo lo relacionado con el
desarrollo de la misma, lo que obliga al árbitro a dirigirse al CGP, para encontrarse que todo lo allí
regulado sobre esa materia está diseñado para el dictamen de parte y no para el dictamen decretado
y practicado en el proceso, por lo que tendrá que interpretar tales disposiciones de la forma que
mejor garantice el desarrollo de la prueba y el acceso a la justicia.
La prueba pericial decretada y practicada en el proceso arbitral
Petición y decreto de la prueba
A diferencia del CPC, que en el numeral 1* del artículo 236 establece que al pedirse la prueba pericial
deben determinarse “concretamente las cuestiones sobre las cuales debe versar”, el CGP no trae una
norma a propósito precisamente por las razones anotadas, como tampoco lo hace el EA, no obstante
lo cual, debe entenderse que el peticionario de la prueba en el proceso arbitral deberá indicar con
precisión el objeto del dictamen a efectos de que el tribunal de arbitraje pueda valorar la
procedencia, pertinencia, utilidad y necesidad de la prueba pericial, y si es del caso, aplicar lo
previsto en el artículo 168 CGP sobre el rechazo del decreto de pruebas a aquellas ilícitas,
impertinentes, etc.
Decretada la prueba, el Tribunal designará al perito, que debe ser un profesional o institución
especializada con los conocimientos y experiencia suficientes para elaborar el dictamen. Para
designar el perito no será necesario acudir a listas especiales de auxiliares, salvo que las reglas
aplicables al proceso sean las contempladas en el reglamento de un centro de arbitraje y dicho
reglamento disponga que el perito deberá designarse de la lista que para ello elabore el centro*.
Posesión del perito
En el auto que se decreta la prueba, el Tribunal debe señalar fecha y hora para la diligencia de
posesión del perito. Debe contar con la asistencia del tribunal en pleno, esto en virtud de la
inmediación probatoria absoluta en materia arbitral.
En esta audiencia, además de posicionar al perito y concederle un término prudencial para la
elaboración del informe que puede prorrogarse, se debe fijar las sumas que deben consignar por sus
honorarios, tanto la parte que solicitó la prueba como la que formuló preguntas adicionales, so pena
de que se entienda desistida la prueba de la parte que no hizo la consignación. *Le corresponde al
Tribunal establecer la cantidad de los honorarios, exigiendo en la audiencia de posesión del perito,
que las partes den prueba de poseer esa cantidad, para que se le pague en la oportunidad pertinente
al perito. *Si dicha suma no se paga en el término que se conceda para hacerlo, se entenderá
desistida la prueba. *El autor considera que no adecuado que si las partes desisten de la prueba por
no pago, aun así la decrete el tribunal por encontrarla necesaria.
¿Cuál es la oportunidad para preguntarle al perito preguntas adicionales?
En principio, el CGP guarda silencio sobre esto, de esta forma el autor considera que, al momento de
solicitarse la prueba, el peticionario debe indicar el objeto de la misma formulando el respectivo
cuestionario. También considera que es posible que se formulen preguntas adicionales por parte de
ambas partes hasta antes de que se surta la posesión del mismo. Pues si bien no se encuentra
expresamente descrito en el CGP o en el EA, no hay nada que sea un impedimento para ello.
Otro punto, es que el EA guarda silencio sobre a cuenta de quién correrán los gastos de la pericia.
Hay quienes han sostenido que el silencio del legislador sobre el punto tuvo como intención que Jos
gastos que demanden la elaboración de la prueba fueran cubiertos por el perito y que una vez
presentado el dictamen aquél solicitara el pago de los mismos por parte de quien pidió la prueba.
Otros, frente al mutismo de la norma, han sostenido que el perito debe asumir por su cuenta dichos
gastos y que ellos deberán incluirse dentro de los honorarios.
Sin embargo, el autor no considera que lo mencionado en el párrafo anterior haya sido la intención
del legislador y considerar que, para llenar este vacío, se debe acudir al art. 230 CGP, según la cual
los gastos de la pericia deben ser consignados a órdenes del juzgado dentro de los 3 días siguientes.
*Además considera que se puede considerar un término superior.
Otro aspecto a considerar es que el legislador impuso la sanción de entenderse por desistida a
aquella prueba no cancelada solicitada en el transcurso del proceso. Sin embargo, no se expresó una
sanción cuando la prueba es solicitada por la parte y mal haríamos al interpretar una sanción, ante
esto el autor considera que, sino se pagan los gastos en el término fijado al efecto, le corresponde al
tribunal requerir a la parte obligada al pago para que proceda de conformidad, so pena de tener por
desistida la prueba, decisión que pueden adoptar los árbitros en virtud de sus poderes de ordenación
y dirección del proceso.
Contradicción del dictamen
Una vez presentado el dictamen por el perito, según el artículo 31 se correrá traslado a las partes por
un término de hasta 10 días. Si bien se estipula que será máximo este término, el autor considera
que le corresponderá al tribunal, señalar el término por el cual se corre traslado, si son por ejemplo 1
o 2 días deberá exponer porqué fija un término tan corto, de ahí que estime conveniente el autor
recomienda un término no inferior a 3 días.
Las partes podrán solicitar aclaraciones o complementaciones al dictamen pericial, y en caso de que
el Tribunal las considere procedentes y pertinentes, dará un término al perito para que las resuelva.
Realizadas las aclaraciones y complementaciones de ellas, se correrá traslado a las partes por el
mismo término señalado en el traslado inicial del dictamen.
¿El dictamen pericial en el proceso arbitral puede ser objetado por error grave?
Doctrinalmente se considera que el artículo 31 prohíbe dicha objeción. Sin embargo, para el autor al
leer el artículo 31, lo compara con el art. 238 CGP, según el cual no se prohíbe a las partes objetar
por error grave el dictamen pericial, según él, la norma lo que hace es prohibir su trámite especial,
más no la objeción. Por ello, la parte podrá bien en el traslado del dictamen o en el de sus
aclaraciones y complementaciones, objetarlo por error grave, precisando en qué consiste el error y
la trascendencia del mismo, para lo cual, como sustento de la objeción, podrá acompañar una o
varias experticias.
En consecuencia, la parte que objete un dictamen pericial podrá acompañar como prueba del yerro
en que incurrió el perito una nueva pericia elaborada extraprocesalmente con el lleno de los
requisitos establecidos en el artículo 26 CGP. Ante esta nueva prueba, el tribunal si lo considera
necesario puede convocar a una audiencia a la cual debe concurrir el perito que rindió el dictamen
como aquel que elaboró la objeción. No es un careo, es solo un interrogatorio para que el tribunal
cuente con los suficientes elementos para determinar la existencia o no del error.
Además, aunque el EA ni el CGP lo digan, se entienden que el tribunal arbitral debe resolver la
objeción en el laudo. Adicionalmente, sobre el tema de la asistencia obligatoria de los peritos, el
legislador no previó una sanción por su inasistencia, por lo que el autor considera que le está vedado
al tribunal sancionar al perito, y que debe ser solo un aspecto a ser tenido en cuenta al momento de
valorar la prueba en el laudo. No considera que si el perito no asiste, la prueba no tenga valor,
porque esa sanción está prevista para el interrogatorio que elaboró el dictamen de parte aportado
en el proceso, no para el interrogatorio que pueda ordenarse por el tribunal de arbitraje cuando se
objeta.
Honorarios del perito
Se deben fijar la suma de dinero que a buena cuenta de los honorarios debe consignar la
parte que pidió la prueba o formuló preguntas adicionales, esto en la diligencia de posesión.
*Esta suma constituye un anticipo de lo honorarios que debe señalar el tribunal y que tiene
como propósito garantizar el pago de dicho rubro.
Una vez surtido el traslado del dictamen o de sus aclaraciones o complementaciones, debe el
tribunal fijar los honorarios del perito, a menos que el dictamen haya sido objetado.
El valor de los honorarios puede ser superior o inferior a la suma que previamente se ha
abonado, por lo que, si resulta mayor, la parte obligada los honorarios deberá pagar la
diferencia o viceversa.
El dictamen de parte en el proceso arbitral
Ya se analizó que en el proceso arbitral es permitido que el dictamen pericial se decrete y practique
durante el proceso a petición de parte, caso en el cual la norma que debe aplicarse es el artículo 31
del estatuto arbitral, en concordancia con las disposiciones contenidas en el Código General del
Proceso, en aquello que resulte compatible con el proceso arbitral y con esta modalidad de prueba
pericial. Pero la aducción, contradicción y demás aspectos del dictamen de parte se debe regirpor las
normas contenidas a partir del artículo 226 CGP, como ocurre también con el dictamen pericial
decretado de oficio.
9. TSB_auto de 20 de oct de 2023_niega declaración de la propia parte -> María Angel
Antecedentes: Jorge Velásquez, en ejercicio del medio de control de nulidad y restablecimiento del
derecho presentó demanda contra la SIC tendiente a desvirtuar la presunción de legalidad parcial de
dos resoluciones, por medio de las cuales se le declaró contraventor de la libre competencia y se le
impuso una sanción pecuniaria. En la demanda, su apoderado solicitó decretar como prueba el
interrogatorio de su poderdante (Jorge Velásquez). Para él esta prueba es conducente, pertinente y
útil, en la medida que su declaración versará sobre los hechos de la demanda, las irregularidades
alegadas y los perjuicios que le fueron causados; además, dice que el artículo 198 del CGP no le
impide o limita solicitar su propio interrogatorio.
Fundamentos del auto recurrido: El tribunal denegó el decreto del interrogatorio dado que, para
ellos, conforme con los artículos 183 y 198 del CGP, dicha prueba tiene como fin último provocar la
confesión de la persona citada, pero en favor de la contraparte. Para el tribunal la oportunidad para
afirmar todo aquello que le conste en su favor es en la demanda.
Consideraciones de la Sala: El recurso de apelación procede contra el auto que niegue el decreto o
la práctica de pruebas. Por ende, en este caso el recurso de apelación si es procedente porque se
pretende controvertir un auto que denegó el decreto de un interrogatorio de parte.
Caso concreto:
- Asunto: determinar si estuvo bien denegado el decreto y práctica de la prueba solicitada por
el apoderado del actor, consistente en que se le interrogara a su poderdante, con el fin de
que pudiese declarar sobre los hechos que dieron origen a la demanda, los cargos de la
misma y los perjuicios que se le causaron.
El CGP establece como disposiciones generales la necesidad de la prueba (art.164), los medios de
prueba (art.165), la carga de la prueba (art.167) y el rechazo in limine de las pruebas ilícitas, las
notoriamente impertinentes, las inconducentes y las manifiestamente superfluas o inútiles (art.168).
La conducencia consiste en que el medio probatorio propuesto sea adecuado para demostrar el
hecho (ej. el registro civil es una prueba conducente para probar el parentesco); la pertinencia se
fundamenta en que el hecho a demostrar tenga relación con el litigio (es decir, la prueba debe tener
conexión directa con el problema jurídico a resolver); y la utilidad, en que el hecho a demostrar con
la prueba no esté suficientemente acreditado con otra (aporte o contribución que determinado
medio de convicción pueda aportar al proceso). Además de lo anterior, deben estar permitidas por
la ley.
En cuanto al interrogatorio de parte, el artículo 198 del CGP dispone que el juez podrá ordenar, de
oficio o a solicitud de parte, la citación de las partes para que se les interrogue sobre los hechos
relacionados con el proceso. En efecto, esta disposición no prevé que dicha prueba deba solicitarse
por la parte interesada respecto de su contraria, como sí lo señalaba de forma expresa el artículo
203 del Código de Procedimiento Civil. Sin embargo, lo anterior no significa que el solo hecho de que
la actual legislación procesal no restrinja la posibilidad de que una parte solicite el decreto de su
propio interrogatorio, implique que en todos los casos deba decretarse dicha prueba, dado que esto
estará sometido a la verificación de la conducencia, la pertinencia y la utilidad de esta.
Ahora, en este caso como la finalidad del actor es declarar sobre los hechos que narró en su
demanda, las irregularidades que le atribuye a los actos demandados y los perjuicios que se le
causaron, el Despacho advierte que la prueba que solicita es inútil, dado que las manifestaciones
que efectuó al respecto en el escrito introductorio son suficientes para ilustrar tales aspectos.
Cabe anotar que este medio de prueba no tiene como finalidad que la parte interesada solicite su
propia citación para presentar de forma verbal una sustentación de su demanda ni una ratificación
de esta, pues, su oportunidad para afirmar todo aquello que le constara en su favor fue en la etapa
introductoria del proceso, esto es, en la demanda y/o en la reforma de la misma.
10. CE. Auto marzo 31 de 2023. Niega declaración de la propia parte à Mish
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo
CONSEJERA PONENTE: NUBIA MARGOTH PEÑA GARZÓN Referencia: MEDIO DE
CONTROL DE NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL DERECHO Número único de
radicación: 05001-23-33-000-2018-02219-01 Actor: JORGE MARIO VELÁSQUEZ JARAMILLO
El Despacho decide el recurso ordinario de apelación contra el auto, por medio del cual, entre otras
decisiones, denegó la práctica de un interrogatorio de parte.
Antecedentes
1.El señor JORGE MARIO VELÁSQUEZ JARAMILLO, actuando a través de apoderado, en
ejercicio del medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho, presentó demanda contra la
SUPERINTENDENCIA DE INDUSTRIA Y COMERCIO -SIC tendiente a desvirtuar la presunción
de legalidad parcial de las resoluciones núms. 81391 de 11 de diciembre de 2017 y 23157 de 6 de abril
de 2018, por medio de las cuales se le declaró contraventor de la libre competencia y se le impuso una
sanción pecuniaria.
2. El apoderado del actor solicitó decretar como prueba el interrogatorio de su poderdante, así:
“[…] De conformidad con lo estipulado en los arts. 191 y ss. del CGP (norma procesal aplicable por
remisión del artículo 211 CPACA), solicito al Despacho que se decrete el interrogatorio de parte de
Jorge Mario VELÁSQUEZ JARAMILLO, para que absuelva el cuestionario que verbalmente le
formularé en la audiencia señalada para el efecto, o que en sobre cerrado allegaré en la oportunidad
procesal correspondiente […]”
Explicó que existe jurisprudencia de otros tribunales, así como doctrina que sostienen que, conforme
con el contenido del artículo 198 del CGP, se eliminó del ordenamiento jurídico la exigencia de que el
interrogatorio de parte deba ser solicitado por la contraparte, con la finalidad de que los extremos
procesales puedan rendir su versión sobre los hechos. Además, sostuvo que la prueba resulta
conducente, pertinente y útil, en la medida que su declaración versará sobre los hechos de la demanda,
las irregularidades alegadas y los perjuicios que le fueron causados.
La prueba solicitada es una oportunidad para que se escuche al actor directa y espontáneamente.
Pronunciamiento del tribunal frente al recurso de reposición
Al resolver el recurso de reposición interpuesto de forma principal por el actor, además de reiterar lo
señalado en su decisión inicial, el a quo precisó que si bien el artículo 198 del CGP no contenía el
aparte del Código de Procedimiento Civil en el que se establecía que “cualquiera de las partes podrá
pedir la citación de la contraria”, ello no quiere decir que a la luz del nuevo estatuto procesal general
se encuentre permitido solicitar la declaración de la propia parte, toda vez que atendiendo a una
interpretación sistemática, histórica y teleológica de la norma, en la exposición de motivos del CGP no
se menciona que la comisión que elaboró el estatuto estableciera la posibilidad de solicitar el
interrogatorio de la propia parte.
Si esa fuera la intención del compendio procesal general, en su artículo 184 no establecería que quien
pretenda demandar o tema que se le demande podría pedir, por una sola vez, que su presunta
contraparte conteste el interrogatorio que le formule sobre los hechos que han de ser materia del
proceso.
Consideraciones de la sala
El presente asunto se contrae a determinar si estuvo bien denegado el decreto y práctica de la prueba
solicitada por el apoderado del actor, consistente en que se le interrogara a su poderdante, con el fin de
que pudiese declarar sobre los hechos que dieron origen a la demanda, los cargos de la misma y los
perjuicios que se le causaron.
En lo que concierne al interrogatorio de parte, regulado en el art 198 del CGP, se establece que el
Juez, de oficio o a solicitud de parte, puede ordenar la citación de las partes para que se les interrogue
sobre los hechos relacionados con el proceso. No prevé que dicha prueba deba solicitarse por la parte
interesada respecto de su contraria, como sí lo señalaba de forma expresa el artículo 203 del CPP.
Ahora, lo anterior no significa que el solo hecho de que la actual legislación procesal no restrinja la
posibilidad de que una parte solicite el decreto de su propio interrogatorio, implique que en todos los
casos deba decretarse dicha prueba, dado que esto estará sometido a la verificación de la conducencia,
la pertinencia y la utilidad de esta.
En el presente asunto, en la medida en que la finalidad del actor es declarar sobre los hechos que narró
en su demanda, las irregularidades que le atribuye a los actos demandados y los perjuicios que se le
causaron, el Despacho advierte que la prueba que solicita es inútil, dado que las manifestaciones que
efectuó al respecto en el escrito introductorio son suficientes para ilustrar tales aspectos.
Cabe anotar que el medio de prueba aludido no tiene como finalidad que la parte interesada solicite su
propia citación para presentar de forma verbal una sustentación de su demanda ni una ratificación de
esta, pues, como lo señaló el a quo, su oportunidad para afirmar todo aquello que le constara en su
favor fue en la etapa introductoria del proceso, esto es, en la demanda y/o en la reforma de la misma.
Decisión: La Sala confirmará la decisión apelada como en efecto se dispondrá en la parte resolutiva de
la presente providencia.
12. Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá. SC. M.P. José Alfonso Isaza
Dávila._Sentencia de enero 26 de 2024 (causal 5 anulación) -> Mari T
12.1. Hechos
El convocante es un Club de fútbol aficionado con reconocimiento
deportivo vigente, afiliado a la liga de futbol del cesar y con
registro en la federación colombiana de futbol. En virtud de sus
actividades deportivas, formó al convocado desde el 1 de enero de
2013 hasta el 11 de marzo de 2017 (información que consta en un
pasaporte deportivo expedido por la FC donde se narra toda la
trayectoria profesional del jugador).
Existe un estatuto del jugador que establece que, dada la
formación, es posible solicitar la indemnización por formación. Por
ello, en este caso, una vez el convocado firmó su primer contrato
deportivo profesional en 2020, el Club procedió a solicitar el pago
de dicha indemnización por formación. No obstante, al no ser
atendida satisfactoriamente la solicitud, el convocante suscribió un
compromiso y presentó la demanda ante el tribunal de
arbitramento de la Federación.
Ante lo anterior, el convocado se opuso a las pretensiones, aceptó
algunos hechos y negó otros, también presentó como excepciones
las que denominó inconsistencia en los reconocimientos
deportivos aportados por el club reclamante, falta de acreditación
de la afiliación del club reclamante a la liga departamental durante
el periodo de formación reclamado y falta de prueba que acredite
la inscripción del jugador en torneos oficiales.
12.2. Decisiones de instancia
12.2.1. Primera instancia (laudo arbitral impugnado mediante
recurso de anulación en su causal quinta)
En primera audiencia de trámite de 12 de abril de 2023, el tribunal
arbitral se declaró competente para decidir las controversias entre
el convocante contra el convocado y resolvió el decreto de
pruebas.
Surtidas las etapas procesales respectivas, el árbitro único resolvió:
(i) declaró próspera la excepción denominada falta de prueba que
acredite la inscripción del jugador en torneos oficiales, (7i)
condenó en costas al convocante y (fií) ordenó la publicación del
laudo en el sitio oficial de la FCF.
El Tribunal validó la existencia del reconocimiento deportivo del
convocante y la afiliación a la liga departamental para el momento
de los hechos, pero frente a la participación activa del convocado
en competencias oficiales, estimó que no se acreditó.
La anterior decisión se fundamenta en que el art. 34 del estatuto
del jugador prevé el derecho a reclamar la indemnización, siempre
y cuando el formado firme su primer contrato como profesional y
sea inscrito en el sistema Comet antes de finalizar la temporada de
su cumpleaños 23, pero además en el periodo reclamado deberá
haber estado inscrito en competencias oficiales, so pena de no
calcular esos tiempos. Frente a la primera de las exigencias no hay
controversia alguna, pues se arrimó el pasaporte del jugador en el
cual se acredita la inscripción de él en el Club durante el término
de reclamo de la indemnización, no obstante, la inscripción en
competencia oficial no se acreditó y eso es lo que da lugar a la
negativa.
12.3. Consideraciones
El convocante formuló el cargo con base a la causal quinta del recurso de anulación
alegando que, durante el traslado de las excepciones, adjuntó una certificación expedida por
la Liga de Fútbol del César, en la cual se relacionó la inscripción del jugador en competencias
oficiales desde 2005 y hasta el 2017, sin que se hubiese tenido en cuenta al momento de
proferirse la determinación, ni expresar las razones para no tenerla en cuenta.
Adicionalmente consideró que el árbitro en otras decisiones de estas aceptó los pasaportes
deportivos como prueba de haber participado los jugadores en torneos oficiales, sin saberse
por qué en este asunto no lo aceptó. Consideró que, de valorarse esa certificación, el
resultado de la decisión habría sido diferente, por lo cual se incurrió en la causal de
anulación.
El recurso de anulación en su causal quinta se encuentra previsto para los eventos en
que se niega “el decreto de una prueba pedida oportunamente o haberse dejado de
practicar una prueba decretada, sin fundamento legal, siempre y cuando se hubiere
alegado la omisión oportunamente mediante el recurso de reposición y aquella
pudiera tener incidencia en la decisión”.
La causal 5 requiere para su configuración la concurrencia de las siguientes
exigencias:
a. La comisión del error consistente en uno de dos supuestos
de denegación probatoria. que son: (i) negativa de una
prueba pedida en oportunidad, y (i) dejarse de practicar
una decretada.
b. En ambos casos, debe ser sin fundamento legal, vale decir,
cuando sin razón o motivo en qué apoyarse, se dejan de
decretar pruebas solicitadas en oportunidad (demanda,
contestación, la réplica a las excepciones, entre otros), o de
practicar las diligencias necesarias para evacuarlas.
c. La carga de la parte interesada para tratar de evitar el
yerro, pues le incumbe solicitar al tribunal de arbitramento
la rectificación de las falencias en la oportunidad
correspondiente, y que éste se empecine en mantener su
proceder, porque tal conclusión es la que se infiere del
precepto al establecer, además, que el interesado las
hubiere alegado “oportunamente mediante recurso de
reposición”.
d. Es necesaria la trascendencia de las desatenciones, por
cuanto se requiere que la prueba “pudiera tener incidencia
en la decisión”, esto es, que repercutan en el sentido de
esta, lo que implica que no puede invalidarse el fallo con
base en omisión de decreto práctica de pruebas que no
variarían la resolución, con independencia de la
interpretación de la ley y la valoración del acervo
probatorio.
Habiendo aclarado los anteriores requisitos, el Tribunal advierte que los hechos exhortados
en el recurso no se adecuan con la concurrencia de tales exigencias, por cuanto no
satisfacen los primeros requisitos.
Lo primero, porque no se omitió el decreto ni la práctica de prueba arrimada por el
demandante, tanto así que la censura no cuestionó que se hubiese negado el decreto o la
práctica de la prueba, pues su inconformidad anida en el hecho de no haberse valorado los
documentos de la forma en que se estudió el pasaporte deportivo, es decir, que se
cuestiona la valoración o no que le brindó el árbitro a ese elemento probatorio. Sobre el
particular, debe decirse que la omisión de referenciar alguna prueba dentro de la
determinación final, per se no constituye la omisión probatoria o El yerro relatado por el
convocante, por cuanto en el parecer del fallador, su ausencia fue generalizada al momento
de indicar la falta de planillas u otros documentos que permitieran inferir la participación del
jugador en competencias oficiales.
o El demandante no se preocupó por demostrar su relevancia
probatoria en el trámite, y por el contrario enfiló sus
esfuerzos a poner en evidencia la suficiencia del pasaporte
deportivo, al punto de acusar de superfluo e inútil el
decreto y práctica de su interrogatorio de parte, cuya
finalidad, expuso el juzgador, era la de verificar los registros
y la participación del jugador en competencias oficiales.
12.4. Decisión
Declara infundado el recurso de anulación propuesto por el convocante contra el laudo
arbitral de fecha y procedencia anotadas. Condénese en costas a la parte recurrente.
13. STC16853-2023_interrogatorio de parte oficioso_contradicción à Mish
Se resuelve la impugnación del fallo, en el amparo que promovieron María Helena Gómez Luque,
Myriam Stella Gómez Luque, Julián Camilo Rodríguez Gómez y Diego Alejandro Rodríguez Gómez,
contra el Juzgado Promiscuo del Circuito de Pacho.
Antecedentes:
1.Nohora Mercedes Gómez Luque promovió el juicio en procura de la división del predio, trámite en
el cual, pese a que el Juez convocado «oficiosamente interrogó» a la demandante, negó la
«contradicción» de la prueba a ambas partes; además fijó «unilateralmente» el litigio pues «negó la
posibilidad de un dialogo entre las partes» y excluyó arbitrariamente del debate probatorio la
excepción denominada «posesión exclusiva y excluyente de la cuota parte de la demandante», con el
argumento de que en este tipo de controversias no se admiten excepciones distintas a la de
prescripción adquisitiva o extintiva.
2. El Juzgado aludido precisó que el interrogatorio al que hicieron referencia los promotores no puede
tener contradicción, pues no es una prueba de oficio conforme al canon del artículo 170 del Código
General del Proceso, sino que obedece a lo previsto en el artículo 372 ibidem, aunado a que guardaron
silencio respecto de las decisiones cuestionadas. Ahora frente al decreto de pruebas, las partes
estuvieron conformes y no lo recurrieron, mientras que, en relación con la fijación de objeto del litigio,
esta no se efectúa a través de una discusión de las partes, sino que corresponde al Juzgador
determinarla conforme los artículos 372 y 373 del estatuto adjetivo.
3. El a quo denegó el amparo por incumplir con el requisito de la subsidiariedad pues los gestores
omitieron cuestionar a través de los mecanismos procesales pertinentes las decisiones que resolvieron
sobre el decreto, práctica y contradicción de los medios de prueba.
4. Los actores impugnaron. Reiteraron lo expuesto en su tutela y añadieron que no utilizaron tales
herramientas en razón a que lo decidido no se profirió en auto, así como que el a quo constitucional no
se pronunció frente a los hechos relacionados con los yerros en la fijación del objeto del litigio.
Pretensiones: que «se decrete la invalidez de todo lo actuado en la (…) audiencia» practicada el 12 de
septiembre pasado y, como consecuencia de ello, se retrotraigan «las actuaciones hasta el momento
después de realizado el interrogatorio de oficio a la parte demandante».
Consideraciones:
Observa la Corte que el Juzgado incurrió en un desafuero mayúsculo y trascendente que amerita, para
este caso en concreto, flexibilizar el presupuesto de residualidad, sumado a que la temática merece
especial análisis dadas las circunstancias íntimamente relacionadas con el derecho de defensa y debido
proceso.
En el actual régimen procesal, debe distinguirse el interrogatorio a las partes efectuado de oficio y de
forma obligatoria por el juzgador de acuerdo con el mandato del artículo 372 del Código General del
Proceso, de aquel solicitado en debida forma y oportunidad por los extremos procesales conforme lo
establecido en el precepto 198 ibidem.
En este orden, una vez el juez evacúa el cuestionario oficioso a las partes, debe conceder la palabra a
sus apoderados para que, en ejercicio del derecho de contradicción, procedan a efectuar el respectivo
contrainterrogatorio el cual deberá versar únicamente sobre lo preguntado por la autoridad judicial, así
como lo que fue contestado por el interrogado, esto a fin de que puedan obtener su aclaración, refutar
el relato o, con fundamento en ello, confirmar su versión sobre los hechos del litigo.
Diferente es lo que ocurre con el interrogatorio surgido de la solicitud probatoria de uno o varios de
los litigantes conforme el artículo 198 del estatuto procesal. En este caso, de haber pedido su práctica,
el apoderado podrá formular interrogatorio directo mediante preguntas que versen sobre cualquier
hecho, sin las limitaciones propias del contrainterrogatorio, siempre que se relacionen con la materia
del litigio, sean claras y precisas, no hayan sido contestadas en la misma diligencia o en interrogatorio
anterior, que no sean inconducentes y/o manifiestamente superfluas.
Ahora, en relación con la oportunidad y etapa de su práctica, tanto el interrogatorio de parte oficioso,
como aquel pedido por las partes, se surten en la misma audiencia del artículo 372 CGP – y no
después del decreto probatorio o en la audiencia del precepto 373 ibidem - sin que ello conlleve
suprimir la oportunidad de contradicción del primero de ellos.
Revisado el caso objeto de estudio, se extrae del plenario que, en desarrollo de la audiencia del
artículo 372 CGP, después de agotada la etapa de saneamiento, el juez procedió a desarrollar el
interrogatorio de parte oficioso a la demandante. Una vez finalizado, le concedió la palabra uno de los
apoderados de los demandados, quien procedió a contrainterrogar a la demandante sobre lo que había
contestado previamente; no obstante, después de formular la tercera pregunta, quiso dejar constancia
de estar ejerciendo la contradicción al cuestionario oficioso, mientras que el interrogatorio solicitado
por su poderdante lo efectuaría posteriormente.
El proveído refutado está soportado en una interpretación razonable que la autoridad convocada
desarrolló sobre la situación fáctica sometida a su consideración, en atención al pronunciamiento de la
homóloga constitucional en materia de procesos divisorios cuando no se alega pacto de indivisión, así
como las normas aplicables al asunto y, aun cuando la Corte prohíje o no los motivos expuestos, se
advierte que en la mentada decisión, si bien no se acogió la fijación del litigio en los términos
expuestos por los aquí actores, ciertamente al abordar el estudio de la prescripción del dominio,
inexorablemente se estudiará la posesión que los comuneros también esgrimen respecto del bien
inmueble aludido.
De manera que se concluye que lo que en realidad existe en el presente asunto es una disparidad de
criterios en torno a la apreciación de las circunstancias que rodearon el caso concreto y la
hermenéutica judicial desplegada, lo que torna inviable el ruego en tanto no se puede «imponer al
fallador una determinada interpretación de las normas procesales aplicables al asunto sometido a su
estudio o una específica valoración probatoria, a efectos de que su raciocinio coincida con el de las
partes» (STC10939-2021).
Decisión
REVOCAR la providencia de fecha, naturaleza y procedencia conocida y, en su lugar, CONCEDER
PARCIALMENTE el amparo solicitado por María Helena Gómez Luque, Myriam Stella Gómez
Luque, Julián Camilo Rodríguez Gómez y Diego Alejandro Rodríguez Gómez.
Se ordena al Juzgado Promiscuo del Circuito de Pacho que, en el lapso improrrogable de 48 horas, fije
nueva fecha para evacuar los contrainterrogatorios de las partes al interrogatorio oficioso practicado
por ese Despacho.
LECTURAS DEL TERCER CORTE:
1. EVOLUCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL COLOMBIANA EN MATERIA DE
TUTELAS CONTRA LAUDOS ARBITRALES -> CONNY
CONCEPCIÓN JURISDICCIONAL DEL ARBITRAJE EN COLOMBIA:
La tesis jurisdiccional asume que el arbitraje es un verdadero y propio proceso, con diversas etapas
en las que las partes tienen la oportunidad de presentar pruebas y alegatos, y que concluye con la
expedición de una decisión vinculante y definitiva. Por con[1]siguiente, los árbitros se asimilan a la
figura de los jueces y los laudos a las sentencias.
En Colombia, el artículo 1º del Estatuto Arbitral (Ley 1563 de 2012) define el laudo como “la
sentencia que profiere el tribunal de arbitraje”, manifestación concordante con el artículo 116 de la
Constitución Política, el cual señala que los árbitros son particulares investidos de manera transitoria
de la función de administrar justicia y profieren una decisión vinculante y definitiva. Conforme con lo
anterior, el artículo 13 de la Ley 270 de 1996 Estatutaria de la Administración de Justicia, también
dispone que los árbitros ejerzan función jurisdiccional en los términos señalados en la Constitución.
De las disposiciones anteriormente citadas, se desprende que la naturaleza del arbitraje en Colombia
tiene carácter jurisdiccional
JURISPRUDENCIA:
sentencia C-432/95 à Se definió al arbitraje como un proceso jurisdiccional en el cual los
árbitros tienen iguales deberes y facultades que los jueces, incluyendo
la facultad de tomar decisiones vinculantes para resolver la
controversia, la coerción para hacer cumplir sus decisiones, y el poder de investigar y recopilar
pruebas para llegar a una verdad objetiva y tomar la decisión correspondiente.
sentencia C-242/97 à i) es el ejercicio de una función pública del Estado que se atribuye a los
particulares; ii) tiene una naturaleza procesal con etapas; (iii) la habilitación para su operatividad
deviene de la voluntad de las partes de la controversia; iv) los fallos son en derecho o en
equidad
Por todo lo dicho, así como procede la acción de tutela contra sentencias, también procede contra
laudos arbitrales.
EVOLUCIÓN DE LA ACCIÓN DE TUTELA CONTRA SENTENCIAS Y LAUDOS
ARBITRALES EN LA REGULACIÓN COLOMBIANA DESDE 1992:
TUTELA CONTRA SENTENCIAS JUDICIALES
artículos 11 y 40 del Decreto 2591 de 1991 à se pueden interponer tutelas contra cualquier
sentencia, no importa la jerarquía. Desde 1992 la Corte Constitucional revisa cualquier tutela contra
cualquier tribunal, incluso las altas cortes.
T-006/92
Establece unas reglas:
· Art 86 à permite interponer acción de tutela contra cualquier autoridad, es decir, a TODAS,
no importa si son o no administrativas.
· Si no fuera posible la tutela contra sentencias, los jueces gozarían de inmunidad judicial, de
modo que un fallo podría incluso violar la CP.
· Cosa juzgada:
o Da certeza jurídica
o Pero no tiene primacía constitucional, de modo que si la sentencia viola derechos
fundamentales, debe ser excluida del ordenamiento (Art 2 CP)
· La tutela es subsidiaria y exclusiva à sólo se acude a ella si habiendo agotado los medios
ordinarios persistiera la situación
C-543/92:
Revisó la constitucionalidad de los arts. 11 y 40 del Decreto 2591 de 1991:
Cita la T-231/1994 sobre el principio de independencia judicial. Este principio tiene dos elementos:
1. vedar injerencias extrañas a la función judicial, para que se desempeñe de forma autónoma,
objetiva e imparcial
2. implica una necesaria obediencia del juez del ordenamiento en todo momento
T-744/04: la tutela no solo es procedente contra las actuaciones arbitrarias del juez, como la vía de
hecho; también contra aquellas que violen los derechos fundamentales à cambia la jurisprudencia.
La sentencia C-590-2005 es una sentencia hito en este tema. Porque supone un cambio a lo
establecido por la corte en 1992. La procedencia de la acción de tutela contra sentencias está
contemplada por la CP y por el bloque de constitucionalidad.
De igual forma fijó las causales de procedibilidad de la tutela contra sentencias. Se deben cumplir
todos los requisitos generales, y acreditar al menos uno de los vicios indicados en los requisitos
específicos:
OTRAS CORTES:
CEà en 2012 admitió la procedencia excepcional de la tutela contra sentencias. En 2014 acogió los
presupuestos establecidos por la CC en 2005
CSJ à considera que la tutela no es el mecanismo idóneo; salvo que se compruebe que el juez actuó
absolutamente al margen de la Constitución y violando los derechos fundamentales del accionante
CRÍTICAS:
El problema reside cuando el juez de tutela no solo se pronuncia contra la violación de derechos
fundamentales, sino que se pronuncia sobre el asunto de fondo. O cuando el abogado lo usa como
último recurso.
TUTELA CONTRA LAUDOS ARBITRALES DOMÉSTICOS,
PARTICULARIDADES (SU-174/07):
la sentencia T-608/98 la primera decisión en la que la Corte Constitucional revisó una tutela contra
laudo.
SU-058/03 aclaró la ratio decidendi de la sentencia C-543/92, en el sentido de que no es cierto que
esta prohíba la tutela contra sentencias ni contra laudos, porque de darse tal interpretación se
generaría un desconocimiento de los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por
Colombia.
T-920/04 à los laudos arbitrales tienen unos recursos, los cuales consagran unas causales taxativas.
De tal forma que no todas las objeciones puedan hacerse valer por esa vía, lo cual tornaría
procedente la acción de tutela si se comprueba la vulneración de derechos fundamentales.
SU-174/07
en la que, aun reconociendo las semejanzas entre laudos y sentencias, destacó las diferencias que el
juez de tutela debe tener en cuenta al resolver una acción de tutela contra una decisión arbitral:
En el arbitraje internacional, se considera como un mecanismo autónomo del derecho nacional, por
dos elementos de la autonomía: anacionalidad y deslocalización. En este sentido, el Estatuto de
Arbitraje Nacional e Internacional establece en su artículo 67 que en el trámite arbitral internacional
“no podrá intervenir ninguna autoridad judicial, salvo en los casos y para los propósitos” que la
regulación expresamente disponga.
Pero esa autonomía del juez nacional no es absoluta ni siquiera en los Estados más favorables al
arbitraje.
EA À CAUSAL DE ANULACIÓN UNICAMENTE
Es una causal de anulación de laudos internacionales. Causal desarrollada por la CSJ:
· 1996 à es una cláusula de reserva en los términos de la Convención de Nueva York (1958). Es
un medio de protección de los postulados fundamentales de un sistema jurídico, de sus
rectores innegociables, de sus intereses esenciales en materia económica, política y social o
ética; por lo que el Estado tiene la tarea de definirlo
· De ahí nace la sección de Arbitraje Internacional del Estatuto Arbitral Colombiano à en este
las partes de una controversia internacional cuyo foro sea el colombiano, pueden pactar
libremente el procedimiento y el derecho sustancial aplicable a la controversia. Y dispone
que el único mecanismo judicial para atacar al laudo internacional el recurso extraordinario
de anulación (artículo 107).
JURISPRUDENCIA À CAUSAL DE ANULACIÓN + ACCIÓN DE TUTELA
En Colombia, a partir de las sentencias SU-500/15 y T-354/19, la Corte Constitucional estableció la
posibilidad de presentar, además de la acción de anulación, las acciones de tutela en contra de
laudos internacionales
SU-500/15:
1. Los laudos arbitrales son decisiones jurisdiccionales.
2. Criterios interpretativos del juez constitucional en una tutela
contra laudos arbitrales: i) la estabilidad jurídica de los laudos; ii) el carácter
excepcional y transitorio del arbitraje; iii) el respeto por la voluntad de las partes y iv) la
autonomía del tribunal arbitral.
3. Regla general de procedibilidad: recurso de anulación. Excepción:
cuando las causales del recurso de anulación no se encuadran
dentro de un escenario donde pueda existir una violación de
derechos fundamentales, el requisito de subsidiariedad se
relativiza, haciéndose inexigible el agotamiento del recurso de
anulación.
4. Se refiere a los requisitos específicos de procedencia de la acción de tutela contra laudos
arbitrales, y a los defectos sustantivo, procedimental, orgánico y fáctico.
Críticas: la sentencia no día claridad sobre la diferencia regulatoria entre el recurso de anulación en
arbitraje nacional e internacional. Lo que implica que el país es un foro de ineficacia, falta idoneidad
y causa inseguridad jurídica para solucionar un conflicto en el marco internacional. La sentencia
avaló la posibilidad de interponer acciones de tutela contra laudos internacionales sede Colombia,
sin realizar un verdadero análisis específico sobre las implicaciones en el caso del arbitraje
internacional.
Quizá la Corte no hizo la distinción porque el laudo internacional sede Colombia no requiere de
reconocimiento, por lo que es equiparable a un laudo nacional porque se puede ejecutar
directamente.
T-354/19
En la consideraciones se estableció que: (i) Los artículos 67 sobre prohibición de intervención de las
autoridades judiciales en el proceso arbitral salvo las excepciones, y 107 sobre el recurso de
anulación como medio de impugnación del laudo internacional, deben interpretarse de forma
sistemática de tal manera que la intervención de los jueces constitucionales no está vedada en
arbitrajes internacionales, y por tanto los laudos internacionales tampoco están excluidos del ámbito
de la acción de tutela. (ii) La tutela contra laudos arbitrales internacionales es “excepcionalísima” por
las siguientes razones:
· Acudir al arbitraje internacional implica que la voluntad de las partes es libre y espontanea
de no acudir a la jurisdicción estatal.
· El tribunal arbitral internacional puede resolver la controversia acudiendo a una regulación
aplicable diferente a la colombiana.
· Cuando la ley sustancial es diferente a la colombiana podría
proceder la tutela únicamente por violación al orden público.
· Si una de las partes considera una impugnación del laudo arbitral
internacional por violación de derechos fundamentales debe
acudir al recurso de anulación, y, específicamente alegar por esta
vía la violación del orden público internacional (artículo 108 núm. 2 del
Estatuto arbitral).
· Sí agotado el recurso de anulación, persiste la vulneración de
derechos fundamentales el juez de tutela debe verificar:
o Laudo internacional con ley extranjera aplicable à el juez nacional solo se puede
pronunciar sobre el orden público internacional. Este va más allá de los errores in
procedendo, y puede implicar el planteamiento de nuevos hechos y pruebas.
Respecto a esta causal, la Corte reivindica la supremacía de la Constitución contra
laudos internacionales regidos por ley extranjera y autoriza al juez de tutela a
revisarlos siempre y cuando se agote previamente la acción de anulación.
El problema es que el concepto de “orden público internacional” es muy
amplio y cambiante
De tal modo que cualquier cosa podría implicar violación al OPI,
convirtiendo al juez de tutela en una segunda instancia del juez de anulación
Sumado a ello, en el trámite de tutela hay dos instancias + la posibilidad de
revisión de la CC à lo cual dilata más el proceso de arbitraje, y va en contra
de su esencia, ya que su principal característica es la celeridad
o Laudo internacional con norma sustancial colombiana -à se le aplica las reglas de la
acción de tutela contra laudo nacional, o sea las establecidas por la jurisprudencia.
Puede apreciarse que esta sentencia sí hizo un examen de las particularidades de la tutela contra el
laudo internacional. Pero la doctrina nacional sigue reacia a presentar acciones de tutela contra
laudos internacionales.
La facultad del Estado de ejercer control judicial sobre las actuaciones de los árbitros no aplica en el
arbitraje internacional a cabalidad como en el arbitraje domésticos. De lo contrario, estaría
admitiéndose un actuar arbitrario del Estado Colombiano, que va en contra de los instrumentos
internacionales ratificados por Colombia, los cuales pretenden que la única impugnación sea
mediante el recurso de anulación.
Es necesario que en Colombia el control judicial del arbitraje internacional atienda a un esquema
amplio, globalizado y legítimo31 que no pierda de vista la autonomía del convenio arbitral, la
formulación del derecho aplicable y la internacionalidad, como elementos de especialización de la
resolución de controversias
Esta sentencia se profirió en Sala de Revisión y no de Sala Plena, por lo que su fuerza todavía no es
definitiva y habrá que esperar nuevos desarrollos en la materia.
EXPERIENCIA COMPARADA EN AMÉRICA LATINA:
La regulación en materia de procedibilidad del amparo de tutela contra laudos nacionales depende
del modelo de Estado: si es garantista, o liberalista en materia económica y se inclina más por
políticas que promuevan la inversión extranjera.
Que el arbitraje esté consagrado en una constitución, implica una protección a este mecanismo;
pero la eficacia de estas decisiones se ve limitada cuando los tribunales constitucionales se
pronuncian sobre el procedimiento arbitral y la etapa de ejecución del laudo.
Hay tres tendencias sobre la procedencia de la tutela contra e laudo:
Pretensiones: La empresa accionante solicitó el amparo del derecho fundamental al debido proceso,
que considera vulnerado por autoridad judicial accionada, al asumir conocimiento y decretar medidas
cautelares en el proceso arbitral que promovió Carlos Omar Yáñez & Cía Ltda. Pretende que se
conceda el amparo invocado y, en su lugar, se decrete la nulidad de lo actuado en el trámite arbitral,
se ordene el levantamiento de las cautelas y seguir con el procedimiento, conforme a las reglas
previstas en el artículo 62 y siguientes de la Ley 1563 de 2012.
Antecedentes:
1.El 24 de febrero de 2013, las sociedades Carlos Omar Yáñez & Cía Ltda. (30%), OHMSTEDE
Industrial Services Inc. (36%) y Blastingmar S.A.S. (34%) acordaron la creación de la Unión
Temporal OBTC Colombia para participar del Proceso de Selección No. 50022440 de la empresa
Ecopetrol S.A., acuerdo donde se incluyó cláusula compromisoria para resolver dispuesta entre los
partícipes.
2. El día 27 de septiembre de 2013, el representante legal de la Unión Temporal OBTC suscribió el
Contrato No. MA-0031201 con el Jefe de Unidad de Servicios Compartidos de Compras y
Contratación de Ecopetrol S.A., cuyo objeto era el «servicio de mantenimiento con parada de planta y
en operación de las unidades de proceso de la Gerencia Refinería Barrancabermeja de Ecopetrol
S.A.», el cual tenía un plazo de duración de 3 años.
3. la Superintendencia de Sociedades, se dio apertura al proceso de reorganización de la empresa
Blastingmar S.A.S., aquí accionante.
4. El 27 de mayo de 2015, la empresa Carlos Omar Yáñez & Cía Ltda. convocó la instalación de un
tribunal de arbitramento para que se resolvieran las controversias surgidas con OHMSTEDE
Industrial Services Inc. y Blastingmar S.A.S. en reorganización. Específicamente, solicitó el reparto
de utilidades generadas con ocasión del contrato que suscribió la Unión Temporal OBTC Colombia
con Ecopetrol S.A., los cuales ascendían para ese momento a $3.812230.262, suma que equivalía a su
30% de participación. También pidió el pago de las utilidades que se causen durante el trámite arbitral
y hasta la fecha en que se profiera el respectivo laudo.
5. El 25 de agosto de 2015, se suscribió el acta de instalación del Tribunal de Arbitramento, con
fundamento en la cláusula compromisoria contenida en el contrato que dio origen a dicha Unión
Temporal.
6. Por intermedio de auto de la misma fecha, el órgano arbitral admitió la demanda.
7. El 4 de septiembre de 2015, las demandadas, por conducto de apoderado judicial, se opusieron a las
pretensiones del actor.
8. El 24 de noviembre de 2015, se llevó a cabo la primera audiencia de trámite donde el Tribunal de
Arbitramento se declaró competente para conocer del litigio.
9. La empresa Blastingmar S.A.S., por providencia No. 2016-01-0105948 del 18 de marzo de 2016, la
SuperSociedades confirmó el acuerdo de reorganización de la empresa Blastingmar S.A.S. con sus
acreedores.
10. El 19 de abril de 2016, la parte demandante dentro del proceso arbitral suplicó el embargo de los
dineros depositados en las cuentas corrientes a nombre de la Unión Temporal. Pidió el embargo de los
derechos económicos que tenga dicha unión con ocasión de la ejecución del Contrato No. MA-
0031201 con Ecopetrol $.A.
11. En diligencia del 19 de mayo de 2016, a la cual no asistió el apoderado de las demandadas, se
decretó el embargo de las cuentas bancarias antes mencionadas pertenecientes a la Unión Temporal
OBTC Colombia, así como de los derechos económicos que ésta tenga en la ejecución del contrato
No. MA-0031201, suscrito con Ecopetrol.
12. En la misma fecha, pero a través de correo electrónico, el apoderado judicial del extremo pasivo
solicitó fijar caución para evitar la materialización de las cautelas decretadas en el trámite.
13. Ante la situación expuesta, el representante legal de la empresa accionante consideró vulnerado su
derecho fundamental al debido proceso, porque: (i) el Tribunal de arbitramento asumió competencia
del trámite arbitral, aun cuando una de las empresas demandadas, OHMSTEDE, era extranjera, por lo
que, debía seguirse el procedimiento previsto para el arbitraje internacional, conforme a lo previsto en
la Ley 1563 de 2012; (ii) las medidas cautelares se decretaron sin tener en cuenta los criterios de
apariencia del buen derecho y proporcionalidad; y (iii) el embargo de las cuentas bancarias podría
recaer sobre activos de una sociedad, Blastingmar S.A.S., que se encuentra en reorganización ante la
Superintendencia de Sociedades.
Consideraciones:
En el caso sub judice, para resolver la impugnación interpuesta contra el fallo de primer grado, se
advierte la parte actora realizó varios reparos al procedimiento arbitral que se adelanta en su contra y
de OHMSTEDE Industrial Services Inc. por la sociedad Carlos Omar Yáñez & Cía. Ltda. En líneas
generales, sus inconformidades se pueden agrupar en dos temas principales: (i) el trámite del proceso
de arbitramento, pues, a su juicio, debió ser internacional y no nacional; y (ii) el decreto de los
embargos respecto de las cuentas bancarias de la Unión Temporal y de los derechos económicos
derivados del Contrato No. MA-0031201 suscrito con Ecopetrol S.A.
La actora considera vulnerado el derecho fundamental al debido proceso, porque, el Tribunal asumió
conocimiento y competencia del trámite arbitral, aun cuando una de las empresas demandadas,
específicamente, OHMSTEDE Industrial Services Inc., era de carácter extranjero, condición que, a su
juicio, determinaba que se le diera trámite de arbitramento internacional, según el artículo 62 de la
Ley 1563 de 2012. El resguardo reclamado en tal sentido resulta improcedente, porque no atiende los
postulados genéricos de procedibilidad de la acción constitucional: inmediatez y subsidiariedad.
Si la inconformidad recae sobre actuaciones surtidas el 5 de agosto de 2015, fecha en que se instaló el
Tribunal y se admitió la demanda conforme a las reglas del arbitramento nacional, para cuando se
presentó la acción de tutela -15 de junio de 2016-, habían transcurrido más de diez (10) meses desde
que se inició el procedimiento fustigado, lo cual implica que se superó con creces el término que esta
Corporación ha establecido como razonable para promover el mecanismo constitucional -6 meses-,
sin que de manera alguna haya justificado la tardanza en su presentación.si la inconformidad recae
sobre actuaciones surtidas el 5 de agosto de 2015, fecha en que se instaló el Tribunal y se admitió la
demanda conforme a las reglas del arbitramento nacional, para cuando se presentó la acción de tutela -
15 de junio de 2016-, habían transcurrido más de diez (10) meses desde que se inició el procedimiento
fustigado, lo cual implica que se superó con creces el término que esta Corporación ha establecido
como razonable para promover el mecanismo constitucional -6 meses-, sin que de manera alguna haya
justificado la tardanza en su presentación.
La acción constitucional también emerge improcedente, porque, la tutelante, pese a que compareció a
la audiencia de instalación del Tribunal de Arbitramento, como se indicó, tampoco manifestó
oposición ni objeción alguna a que el trámite se adelantara bajo las normas del arbitramento nacional.
Por el contrario, de las actas suscritas el día 5 de agosto de 2015, se desprende que asintió la forma de
designación de los árbitros y consintió, sin reparo alguno, el hecho de que el Tribunal admitiera la
demanda y le diera el trámite previsto en el artículo 21 de la Ley 1563 de 2012.
Es patente que no era la acción constitucional el mecanismo idóneo para dirimir su inconformidad,
como quiera que tuvo otros medios de defensa judicial para manifestarla al interior del procedimiento.
No se advierte la incursión del procedimiento en una vía de hecho, porque, de acuerdo al folio de
matrícula mercantil allegado a esta actuación (Fls. 170-173, C.1), si bien la empresa OHMSTEDE
Industrial Services Inc. se encuentra domiciliada en Estados Unidos, tiene una sucursal en Colombia
con domicilio en la ciudad de Bogotá D.C., por lo que, eventualmente, podría dársele aplicación al
numeral 1° del artículo 62 de la Ley 1563 de 2012, el cual consagra que «si alguna de las partes tiene
más de un domicilio, el domicilio será el que guarde una relación más estrecha con el acuerdo de
arbitraje».
Le corresponde ahora analizar el tema relativo a las medidas cautelares decretadas mediante auto
dictado en la audiencia del 19 de mayo de 2016. En criterio de la accionante, con tal determinación se
vulneró el debido proceso, por cuanto se decretaron los embargos al margen de los criterios de
apariencia del buen derecho y proporcionalidad de la sociedad demandante en el aludido trámite que
consagran el artículo 32 de la Ley 1563 de 2012; y además sobre cuentas bancarias y derechos
económicos de una sociedad en reorganización ante la Superintendencia de Sociedades (Blastingmar
S.A.S.), lo que, a su juicio, contraviene lo previsto en la Ley 1116 de 2006 para ese tipo de trámites.
Sin embargo, contrario a dicha argumentación, no es procedente la concesión del amparo.
En efecto, según se extrae del acta de la diligencia del 19 de mayo de 2016 (Fls. 213 a 215, C.1), se
decretó el embargo de cuatro (4) cuentas corrientes a nombre de la Unión Temporal OBTC Colombia
en Colpatria y Bancolombia; y de los derechos económicos que tiene la aludida Unión en la ejecución
del Contrato No. MA-0031201 con Ecopetrol S.A.
De ahí que, si la inconformidad de la accionante deja entrever una queja en cuanto a la capacidad del
Tribunal de Arbitramento para decretarlas, como bien lo manifestó el órgano accionado en la
audiencia, el artículo 32 de la Ley 1563 de 2012, lo habilita para emitir ese tipo de órdenes.
Frente al tipo de medida que se decretó –embargo-, tampoco advierte esta Corporación que la
aplicación del literal c) del numeral 1* del artículo 590 del Código General del Proceso, norma en la
que basó su decisión el Tribunal de Arbitramento, conlleve una interpretación arbitraria y caprichosa,
pues, de acuerdo con la remisión consagrada en el citado artículo 32, tras colegir el carácter
declarativo de la controversia si se hubiese sometido a la jurisdicción ordinaria, concluyó la necesidad
de acudir al mencionado aparte normativo, el cual confiere la posibilidad de decretar cualquiera otra
medida que el juez encuentre razonable para la protección del derecho objeto del litigio.
Por consiguiente, bajo su propia autonomía y con la independencia que caracteriza su proceder, el
órgano arbitral determinó razonadamente que el embargo era la medida idónea y eficaz para proteger
los intereses del demandante.
En cuanto a la apariencia del buen derecho, el Tribunal de Arbitramento, bajo una valoración del sub
judice que no puede ser catalogada como arbitraria, consideró que dicho requisito se cumple en la
actuación, pues, además de que halló demostrado el acuerdo que dio origen a la Unión Temporal
OBTC Colombia, con las pruebas documentales que se aportaron junto con la demanda, evidenció
que la empresa demandante, Carlos Omar Yáñez & Cía Ltda., tenía una participación del 30% (Fl. 76,
C.1), por lo que, conforme al Balance General de dicha unión a fecha 30 de noviembre de 2015, el
cual, advirtió, se encontraba a folio 836, determinó la existencia de utilidades, las cuales podrían
ascender en número para la empresa demandante al valor que se incluyó en el escrito de solicitud de
medidas cautelares ($6.435'502.622,01).
De otro lado, y aunque no fue objeto de pronunciamiento expreso por parte del Tribunal accionado,
tampoco puede decirse que el límite de los embargos ($12.871°005.244) no atienda el criterio de
proporcionalidad, toda vez que se encuentra dentro del rango establecido en el inciso tercero del
articulo 599 del Código General del Proceso, es decir, «el valor de los bienes no podrá exceder del
doble del crédito cobrado, sus intereses y las costas prudencialmente calculadas». Y no podría
desbordarlo, porque, equivale exactamente al doble de las utilidades reportadas en el Balance General
al 30 de noviembre de 2015, sin incluir las costas del proceso arbitral, ni el cálculo prudencial de
utilidades que se sigan generando.
De otro lado, y aunque no fue objeto de pronunciamiento expreso por parte del Tribunal accionado,
tampoco puede decirse que el límite de los embargos ($12.871°005.244) no atienda el criterio de
proporcionalidad, toda vez que se encuentra dentro del rango establecido en el inciso tercero del
artículo 599 del Código General del Proceso, es decir, «el valor de los bienes no podrá exceder del
doble del crédito cobrado, sus intereses y las costas prudencialmente calculadas». Y no podría
desbordarlo, porque equivale exactamente al doble de las utilidades reportadas en el Balance General
al 30 de noviembre de 2015, sin incluir las costas del proceso arbitral, ni el cálculo prudencial de
utilidades que se sigan generando.
Así las cosas, contrario a lo afirmado por la accionante, las medidas cautelares decretadas por la
colegiatura accionada guardan coherencia con los criterios de apariencia de buen derecho y
proporcionalidad, por lo que no se incurre en una vía de hecho por el desconocimiento de tales
preceptos.
Tampoco avizora esta Sala de Decisión la transgresión del debido proceso de la accionante por
haberse dictado el embargo de cuentas bancarias y derechos económicos de una sociedad en
reorganización, como lo es Blastingmar S.A.S., pues, más allá de la discusión que pueda surgir
respecto de la embargabilidad de bienes de una empresa sometida ¿a proceso de reestructuración ante
la Superintendencia de Sociedades, lo cierto es que la medida, como fue decretada y practicada, no
representa una amenaza grave para la empresa accionante y sus acreedores.
Lo anterior, porque, en primer lugar, la finalidad de la medida cautelar no es otra que garantizar el
pago de las utilidades; y en segundo lugar, el límite legal que se le fijó, como ya se indicó, cuando se
estudió la proporcionalidad, guarda relación con el porcentaje de participación que tiene dicha
sociedad demandante en el convenio de colaboración (30%).
Por lo demás, vale la pena destacar que, en caso de una resolución favorable a los intereses del
demandante dentro del proceso arbitral, la condena que se profiera, por tratarse de un reparto de
utilidades, se circunscribirá al porcentaje que de tales ganancias le pertenezca al extremo actor por la
ejecución del contrato con Ecopetrol S.A., por lo que, las medidas cautelares decretadas servirán para
garantizar su eventual pago y, por ende, no redundarían en perjuicio de las otras integrantes de la
Unión Temporal OBTC Colombia, entre ellas, la que se encuentra en reorganización.
Decisión:
Las anteriores razones se estiman suficientes para confirmar el fallo proferido en primera instancia.
CPC: terceros eran todos aquellos que no fueran las partes – cuando se habla de
integración del contradictorio o conformación del litisconsorcio necesario – no se
hace referencia a los terceros pues no se hacía diferencia si éstos entraban al
proceso en defensa de un derecho propio.
Ahora los terceros son quienes no esperan del juez una decisión respecto de sus
intereses. Ej: coadyuvante y el llamado en oficio. Terceros no vinculados por la
sentencia.
Art 61 CGP
Cuando el proceso verse sobre relaciones o actos jurídicos respecto de los
cuales, por su naturaleza o por disposición legal, haya de resolverse de
manera uniforme y no sea posible decidir de mérito sin la comparecencia
de las personas que sean sujetos de tales relaciones o que intervinieron
en dichos actos, la demanda deberá formularse por todas o dirigirse
contra todas; si no se hiciere así, el juez, en el auto que admite la
demanda, ordenará notificar y dar traslado de esta a quienes falten para
integrar el contradictorio, en la forma y con el término de comparecencia
dispuestos para el demandado.
Otras consideraciones:
El CGP (art 64) y el nuevo EA unifican las figuras del llamamiento en
garantía y denuncia del pleito – Figura por medio de la cual se pueden
hacer efectivas todas las relaciones de garantía.
Los presupuestos y requisitos del llamamiento en garantía y la
intervención del excluyente se regulan en el proceso arbitral acorde al
CGP.
Aceptando el llamamiento en garantía o la demanda del interviniente
excluyente, en la audiencia de fijación de honorarios se hará mediante
auto que deberá fiar la cantidad adicional a cargo del llamado en garantía.
Interviniente excluyente:
Hay un vacío sobre lo que se hace con el dinero de los terceros que es
consignado. Se cree que corresponden a los árbitros, pues éstos ejercen casi las
mismas facultades que una parte, lo que aumenta la densidad procesal, por lo
que es justo que los árbitros reciban más remuneración.
El objetivo principal del efecto negativo es limitar el uso de tácticas dilatorias por
las partes, evitando que una parte recurra a acciones judiciales paralelas al
arbitraje.
Su Código de Comercio obliga al juez a remitir a las partes al arbitraje, salvo que
se compruebe que el acuerdo arbitral sea nulo, ineficaz o de ejecución imposible.
También faculta al tribunal arbitral para decidir sobre su propia competencia,
incluso con las excepciones relativas a la existencia o validez del acuerdo
arbitral.
Esta Ley solo se ocupaba de ciertos aspectos del arbitraje internaciones como la
posibilidad de pactarlo y las normas que se le aplicaban, por lo que los principios
estaban consagrados realmente en el arbitraje interno.
Mientras que el principio de separabilidad y el efecto positivo de competencia-
competencia fueron consagrados en materia interna, el principio de autonomía
jurídica y el efecto negativo del principio de competencia-competencia brillaban
por su ausencia en el régimen arbitral anterior a la Ley 1563 del 2012.
B. Análisis crítico
a. Los aportes del estatuto
El estatuto aporta enorme claridad al tratar los principios de separabilidad y
Kompetenz-Kompetenz de forma independiente y amplia. Referente al primero el
estatuto resalta la independencia del convenio arbitral respecto del contrato que
lo contiene, solo falta esperar que la jurisprudencia lo confirme.
Sería ideal darle una mínima competencia a los jueces para que se pronuncien
en casos de manifiesta y evidente ausencia de convenio arbitral.