2001 Leopoldo Río de La Loza

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Revista de la Sociedad Química de México, Vol. 45, Núm.

1 (2001) 35-39

Historia de la química

Leopoldo Río de la Loza en la institucionalización de la química mexicana


Guadalupe Araceli Urbán Martínez1 y Patricia Elena Aceves Pastrana2*
1 Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. Circuito Escolar, Ciudad Universitaria.
Coyoacán, México 04510, D.F.
2 Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, Calz. del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, México 04960, D.F.

Tel: 5483-7010, 5483-7011, Fax: 5594-0037, E-mail: [email protected]

Recibido el 9 de septiembre del 2000; aceptado el 8 de diciembre del 2001

Resumen. Este artículo aborda algunos aspectos de la vida y obra Abstract. This paper deals with a number of facets in the life and sci-
científica del ilustre químico mexicano Leopoldo Río de la Loza; se entific work of the illustrious Mexican chemist Leopoldo Río de la
presenta una reseña de sus trabajos como catedrático, investigador y Loza. It gives an account of his contributions as teacher, researcher,
funcionario público. Asimismo, se incluye información, localizada and public official, including information recently found about his
recientemente, sobre su actividad como industrial en el campo de la activity as industrialist in the field of chemistry. The data were
química. En este trabajo se usaron principalmente fuentes documen- obtained mainly from documentary primary sources.
tales primarias. Keywords: Leopoldo Río de la Loza, history of Mexican chemistry,
Palabras clave: Leopoldo Río de la Loza, historia de la química en pharmaceutical chemistry in Mexico.
México, desarrollo de la industria farmacéutica mexicana.

Introducción ocasionó la muerte a temprana edad, ya que en 1815, mientras


se preparaba el bicloruro de mercurio, ocurrió un accidente
Los estudios históricos sobre el desarrollo de la química mexi- que incendió la factoría; resultando el pequeño Leopoldo
cana y sus protagonistas son escasos. De aquí el interés de intoxicado por la aspiración de los tóxicos vapores. A conse-
dedicar nuestra investigación al análisis de la obra de uno de cuencia de este percance Don Mariano falleció, y el niño
los químicos más importantes de nuestro país: el doctor quedó afectado permanentemente de sus vías respiratorias.
Leopoldo Río de la Loza. Con ello se pretende revalorizar la Años más tarde, nuestro biografiado contrajo matrimonio,
figura de este personaje y a la par profundizar en el conoci- en 1827, con Magdalena Valderrama; con los hijos de este
miento de la evolución de la química nacional durante el siglo primer enlace fue severo y amoroso a la vez, ya que al enviu-
XIX. dar se preocupó de sostenerlos hasta que tuvieran una carrera.
Los datos que se exponen a continuación forman parte de Posteriormente, el 19 de junio de 1854, contrajo nupcias con
un estudio más amplio acerca de su vida y trabajo científico, Valenta Miranda, una joven 24 años menor que él. De los
elaborado a partir de la revisión de fuentes documentales pri- hijos del ilustre químico mexicano sobresalen dos en la histo-
marias provenientes de diversos archivos nacionales, de la ria de la farmacia nacional: Maximino y Francisco.
hemerografía científica de la época y de bibliografía especia- En cuanto a sus estudios, Leopoldo Río de la Loza con-
lizada, que será publicado en el presente año [1]. cluyó tres carreras profesionales: en 1827 obtuvo el título de
cirujano; en 1828 concluyó la de farmacéutico, y finalmente
se tituló como médico en 1833.
La infancia y los estudios de Leopoldo Río Su formación académica la completó con lecciones de
de la Loza química, botánica y mineralogía, impartidas en el Colegio de
Minería; ocupándose también de la zoología y la geología. Sin
El 15 de noviembre de 1807 Leopoldo Río de la Loza (Fig. 1) embargo, fue la química la ciencia privilegiada por su aten-
nació en el seno de una familia humilde. Su niñez se desen- ción durante toda su existencia.
volvió en un ambiente donde la química siempre estuvo pre- De esta manera, la dedicación al estudio le permitió al
sente, pues su padre, Don Mariano, era dueño de una pequeña joven Río de la Loza ostentar un alto grado de preparación aca-
fábrica de productos químicos. De hecho, esta situación casi le démica y destacar profesionalmente, como veremos enseguida.
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Por último, el incansable químico participó en la Escuela


Nacional Preparatoria, institución modernizadora de la edu-
cación nacional. En este lugar, Río de la Loza fue nombrado
catedrático de química general y nacional, clase comprendida
en el cuarto año de los estudios preparatorios de las carreras
de ingeniero, arquitecto, ensayador y beneficiador de metales,
médico, farmacéutico, agricultor y veterinario. En el mismo
plantel puso en práctica la idea de instruir cada domingo a los
obreros, pero el curso no prosperó por falta de alumnos.
Uno de sus ex-alumnos preparatorianos, Porfirio Parra,
recordaba a su maestro: “Su figura austera y grave, su cuerpo
encorvado, su fisonomía demacrada causaban en sus discípu-
los una impresión profunda; se envolvía en larga capa españo-
la y sentado ya en la cátedra dejaba fluir de sus labios el
Fig. 1. Dr. Leopoldo Río de la Loza límpido torrente de su enseñanza. A veces accesos de tos pro-
longados y fatigosos cortaban aquella palabra mágica, conges-
Un profesor comprometido tionaban aquel venerable rostro, y sacudían cruelmente aquel
organismo...” [4].
El doctor Leopoldo Río de la Loza dedicó gran parte de su Por lo anterior, podemos afirmar que la labor académica
vida a la docencia, actividad en la que sobresalió, primordial- de Río de la Loza mediante la introducción de la química en
mente, por la difusión de la química en profesiones que hasta carreras no relacionadas con la explotación minera, como son
entonces no contemplaban a esta ciencia en sus planes de la medicina, la farmacia y la agricultura, condujo a innovacio-
estudio, hecho que significó un cambio dentro del rumbo nes en la enseñanza en estos campos.
educativo del país.
Dentro de este panorama, encontramos a Río de la Loza
al frente de numerosas cátedras. En la Escuela de Medicina Un investigador de prestigio
ocupó la de química médica (1843-1867) que abordaba lo re-
ferente a la química “anorgánica y la vegetal médicas, los Los estudios emprendidos por el doctor Leopoldo Río de la
principios generales de la animal, y la aplicación de todos esos Loza tienen un notorio carácter nacionalista, centrados en el
conocimientos a el análisis químico... y se les [da] a conocer análisis de plantas, animales y minerales mexicanos.
los medios más sencillos y propios para examinar los cálculos Su trabajo más notable es el del ácido pipitzoico (1852),
o concreciones que comunmente se forman en algunos sustancia extraída de la planta Pipitzahuac (Perezia adnata)
órganos del cuerpo humano” [2], y a partir de 1868 se hizo (Fig. 2), notable por sus efectos purgantes en el cuerpo
cargo de la cátedra de análisis químico cualitativo y cuantitati- humano y por la propiedad de servir como indicador de la
vo. Conviene señalar que ocupó la dirección de esta escuela presencia positiva de las sales de sodio; además de su empleo
entre 1869 y 1873. como colorante de las fibras de lana, seda y algodón. Por este
En el Ateneo Mexicano impartió un curso de química, en hallazgo, Río de la Loza fue premiado en 1856, con una
1845, dirigido al público en general. Por la misma época medalla de primera clase por la Sociedad Universal Protectora
desempeñó la cátedra de química con aplicación a las artes y a de las Artes Industriales de Londres.
la agricultura en el Gimnasio Industrial. Durante 1854 fue En su haber, también se pueden contar numerosos estu-
incorporado al Claustro de Filosofía y al Claustro de Medi- dios sobre las aguas del país, de hecho es uno de los impul-
cina, en la Sección de Farmacia, de la Universidad Nacional y sores de la hidroterapia dentro de la medicina mexicana [5],
Pontificia de México. Posteriormente, en 1856, impartió lec-
ciones de química a los alumnos de la Escuela Industrial de
Artes y Oficios. Asimismo, se encargó de la formación quími-
ca de los alumnos de arquitectura e ingeniería civil de la
Academia de San Carlos.
Río de la Loza participó activamente en el arranque de la
enseñanza científica agrícola. A mediados del siglo XIX, nues-
tro catedrático asesoró a la Junta Directiva del Colegio de San
Gregorio para elaborar el plan de estudios de la carrera de agri-
cultura [3]. De hecho, llegó a impartir la cátedra de química en
este plantel hasta que abrió sus puertas la Escuela Nacional de
Agricultura, en 1854, donde además de ocupar las cátedras de
química aplicada y la primera de agricultura, asumió la direc-
ción de 1856 a 1861. Fig. 2. Perezia adnata (planta medicinal de México).
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así como análisis químicos del lago de Texcoco, del aire, de dística de Nueva York, de la Academia Científica de Italia, de
sustancias medicinales, de muestras de objetos extraídos del la Academia de Agricultura de Florencia, de la Sociedad
cuerpo humano, como los cálculos biliares, entre otros. Universal Protectora de las Artes Industriales de Londres y del
Los resultados de sus investigaciones aparecieron publi- Museo de Ciencias, Arte, Literatura e Industria del Continente
cados en las principales revistas científicas mexicanas del Americano de Nueva York.
siglo XIX, como son: Boletín de la Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística, Periódico de la Academia de
Medicina, Periódico de la Segunda Academia de Medicina, Un químico funcionario
La unión médica, Gaceta médica, Revista médica, Periódico
de la Sociedad Filoiátrica de México, El observador médico, Leopoldo Río de la Loza supo insertarse en la ejecución de
y La naturaleza. La revisión hemerográfica de sus artículos planes gubernamentales que requerían de los conocimientos
arrojó más de sesenta escritos del doctor Río de la Loza, en su científicos. Desde sus primeros años como profesional de la
mayoría dirigidos a promover el crecimiento científico del farmacia y la medicina, lo vemos ejercer diversos puestos
país, y enfocados principalmente al estudio de productos natu- públicos, iniciándose en esta línea de trabajo en 1829 como
rales locales susceptibles de ser explotados en beneficio de la miembro de la Junta Municipal de Sanidad de la Ciudad de
medicina, la farmacia y la industria nacional. México [9].
Asimismo, nuestro acreditado científico escribió el primer A partir de entonces, Río de la Loza fungió como fun-
tratado mexicano acerca de la ciencia que más le apasionaba, cionario público en numerosas ocasiones. Como una muestra
al que llamó Introducción al estudio de la química (1850), y de lo anterior mencionaremos que fue inspector de los
participó en la formación de dos obras fundamentales para la medicamentos simples y compuestos que ingresaban a la
farmacia nacional: la Farmacopea mexicana (1846) y la Aduana capitalina, visitador e interventor facultativo del
Nueva farmacopea mexicana (1874); el primero de estos títu- Apartado de platas, presidente de la Comisión Promovedora
los representó el rescate y la sistematización de los conoci- de Mejoras en los Hospitales, inspector de establecimientos
mientos de la materia médica mexicana, antigua y de su industriales, y regidor del Ayuntamiento de la ciudad de
época, propósito que se habían impuesto los farmacéuticos y México en dos ocasiones. Además, fue miembro fundador del
médicos del México independiente [6]. Consejo de Salubridad del Departamento de México desde
1841, en el cual se integró como profesional de la química,
ejerciendo las funciones de secretario y tesorero.
Como miembro de sociedades científicas En el ámbito educativo, Río de la Loza participó en la
reorganización de la educación de la ciudad de México. En
Uno de los ámbitos en que los hombres de ciencia pueden 1842 formó parte de la Junta de Instrucción Pública de la capi-
aspirar al reconocimiento de sus méritos son las sociedades tal, misma que no llegó a realizar proyecto alguno por la
científicas; por ello, la pertenencia de Leopoldo Río de la inestabilidad política del país. Sin embargo, al año siguiente lo
Loza a varios de estos grupos es un indicador de la relevancia encontramos en la Junta Directiva General de Estudios que
que alcanzó su trabajo. Nuestro personaje perteneció a logró elaborar un nuevo plan general de estudios [10]. Desde
sociedades mexicanas y extranjeras, entre las primeras desta- entonces, lo hallamos repetidamente en cargos similares entre
can las tres Academias de Medicina de México, la Sociedad 1845 y 1867.
Filoiátrica, la Sociedad Médica “Pedro Escobedo”, la
Academia de Farmacia, la Sociedad Farmacéutica Mexicana,
la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, la Un empresario exitoso
Academia Nacional de Ciencias, la Sociedad Mexicana de
Historia Natural, y otras más, figurando en muchas de ellas Uno de los trabajos más interesantes de Leopoldo Río de la
como fundador, miembro del consejo directivo y presidente Loza fue el industrial, destacándose en la fabricación de áci-
honorario. dos. La reconstrucción de esta faceta de su vida se realizó con
En este terreno, Río de la Loza auspició la creación de la información localizada recientemente.
Sociedad Química de Estudiantes Entusiastas de la Escuela de Gracias a la búsqueda de documentación en los archivos
Medicina de México, establecida en 1849; integrada por una históricos, podemos afirmar que Río de la Loza fue un empre-
gran parte de sus alumnos de la cátedra de química médica, sario poseedor de un rico patrimonio económico y propietario
con el propósito de cultivar el estudio de esta ciencia [7]. Aún de enormes terrenos por el rumbo de Tacubaya y Popotla [11],
más, Río de la Loza ofreció su asesoría a los miembros de la y de algunos bienes dentro del perímetro de la Ciudad de
mencionada agrupación en sus intentos fallidos de establecer, México, en las inmediaciones del barrio de San Pablo [12].
hacia 1850, una cátedra gratuita de química industrial en el Debido a que el ejercicio de la farmacia era primordial
Colegio Nacional de San Juan de Letrán y Comendadores [8]. para Río de la Loza, llegó a ser dueño de tres boticas. De
En el extranjero fue socio de la Sociedad Imperial de acuerdo a Francisco Flores, la primera que adquirió fue la de
Zoología y Aclimatación de París, de la Academia de Medici- Portacoeli, alrededor de 1828 [13], posteriormente tomó a su
na de Madrid, de la Sociedad Americana de Geografía y Esta- cargo la botica de Vanegas y luego la de la Merced [14].
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Fig. 3. Instrumental químico. Fig. 4. Instrumental químico.

Con las ganancias recaudadas en el manejo de estos nego- había incendiado en dos ocasiones, y se temía de otro acci-
cios, nuestro boticario pudo hacer varios donativos de material dente similar de consecuencias aún más graves. Además, los
didáctico a las instituciones escolares en que trabajaba y denunciantes estaban molestos por los desagradables olores
costear la fundación de su fábrica de ácidos. que despedía la fábrica [17].
El 8 de febrero de 1843, Río de la Loza compró en el ba- Sea por esta denuncia o por alguna otra razón, Río de la
rrio de Tlaxcoaque, un solar de aproximadamente 712 m2 [15]. Loza vendió la innovadora industria el 1º de abril de 1852, a
Más tarde, en 1848, obtuvo en propiedad un corral que lindaba Eugenio Maillefert y Compañía. Aparte de entregar el terreno,
con este terreno, perteneciente a las monjas del Convento de la finca, los aparatos y las mercancías existentes, el vendedor
San Jerónimo, con una superficie cercana a los 1200 m2 . Inclu- se comprometió a no producir ni participar en la fabricación de
so, en el contrato de compra, el adquiriente aclaró que el ter- los productos que se elaboraban en la fábrica [18]. Así, nuestro
reno le interesaba para instalar una fábrica [16]. empresario vendió los derechos de producción incluso de aque-
Río de la Loza montó en esta propiedad la primera llo en lo que había sido pionero en la industria mexicana.
cámara de plomo para la fabricación de ácido sulfúrico que Sin embargo, esta no fue la única experiencia de Río de la
hubo en México. Además de este producto, se elaboraban Loza en la industria. En 1868, adquirió la fábrica de productos
ácido nítrico y muriático; éter sulfúrico; esencias de linaloé, químicos conocida como de Santo Tomás, por el rumbo de la
toronjil, naranja y ajenjo; azúcar candi; sosa y carbonato de Viga [19]; que dos años después enajenó a Carlos Maillefert
sosa; sulfato de potasa, de sodio y de hierro; álcali volátil; con la condición de poderla visitar y observar las manipulacio-
aceites de cuerno, guayacán y ladrillo; cloruro de cal; carbón nes químicas, en tanto no se liquidara el total del adeudo [20].
animal; alquitrán; solimán; mercurio dulce y óxido rojo de
mercurio; y madre perla.
A pesar de la experiencia del dueño del lugar como La muerte de un insigne mexicano
inspector de establecimientos industriales, la fábrica causó
problemas a los vecinos del lugar. En 1852, el Consejo A causa del accidente que sufrió durante su niñez, una persis-
Superior de Salubridad recibió la queja de los habitantes del tente tos acompañó a nuestro químico a lo largo de su vida. En
barrio de Tlaxcoaque denunciando que el establecimiento se sus últimos años, su salud se debilitó al grado que le obligó a
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retirarse de todas sus actividades profesionales y recluirse en Referencias


su hogar. La productiva y emprendedora vida del doctor
Leopoldo Río de la Loza llegó a su fin en la misma ciudad que 1. Urbán, M. G. La obra científica del doctor Leopoldo Río de la
le vio nacer, el 2 de mayo de 1876. Luego de su muerte fue Loza, Aceves P., Ed., UAM-IPN, México, 2000.
2. Archivo Histórico de la Facultad de Medicina (AHFM/UNAM),
encontrado un sobre cerrado que contenía el programa de sus
Fondo Escuela de Medicina, leg. 113, exp. 2, 1846, 86.
funerales, donde disponía que en lugar de inyectar su cadáver, 3. Archivo General de la Nación (AGN), Fondo Justicia e
sólo se le cubriese con una capa vieja que le acompañó en otra Instrucción Pública, Vol. 3, exp. 22, 1850.
época de su vida. También esperaba que su deceso per- 4. AGN, Fondo Instrucción. Sección de Instrucción Preparatoria y
maneciera ignorado, y al día siguiente de que ocurriera, fuera Profesional, caja 354, exp. 2, 1907, 9.
5. Azuela, L.F. Los estudios de las aguas minerales en México en el
trasladado al panteón con absoluto y profundo secreto [21]. Su
siglo XIX y su impacto sobre la ciencia y la sociedad, Aceves, P.,
cuerpo fue sepultado en la fosa número 15 de segunda clase, Ed., UAM-X, Farmacia, Historia Natural y Química interconti-
del Panteón de Dolores, donde aún permanece protegido por nentales, México, 1995, 241-256.
un monumento que el olvido mutiló. 6. Aceves P. Hacia una farmacia nacional: la primera Farmacopea
del México independiente, Aceves, P. Ed., UAM-X, Farmacia,
Historia Natural y Química intercontinentales, México, 1995,
161-177.
Comentario final 7. AHFM/UNAM, Fondo Escuela de Medicina, leg. 115, exp. 1,
1849, 69-74.
El México decimonónico se caracterizó por los continuos 8. AGN, Fondo Justicia e Instrucción Pública, Vol. 27, exp. 55,
cambios de orden político, económico y social, pero también 1850, 368.
9. Archivo Histórico del Ex-Ayuntamiento de la Ciudad de México
por la existencia de una red de hombres de ciencia que trabajó
(AHCM), Fondo Policía. Salubridad. Juntas de Sanidad, no. inv.
en favor del avance del naciente país, apoyados en múltiples 3686, exp. 31, 1829, 52.
ocasiones por el Estado. 10. AGN, Fondo Justicia e Instrucción Pública, Vol. 44, exp. 90,
La vida de Leopoldo Río de la Loza transcurrió en años 1843, 352.
cruciales para México y, sin lugar a dudas, fue pieza clave 11. Archivo General de Notarías (AGNot.), Fondo Notarías, Vol.
4853, 1852, 130.
dentro del proceso de institucionalización y profesionalización
12. AGNot., Fondo Notarías, Vol. 4898, 1874, 458.
de la química y la farmacia mexicanas. Su obra científica 13. Flores, F. Historia de la medicina en México desde la época de
quedó plasmada en diversos aspectos del desarrollo de la cien- los indios hasta el presente, Facsimilar, IMSS, Vol. 3, México,
cia nacional y en actividades conectadas con su pasión por la 1982, 472.
química. En este sentido, su labor estuvo encaminada hacia la 14. AGNot., Fondo Notarías, Vol. 1016, 1852, 299 y AGNot., Fondo
Notarías, Vol. 3538, 1844, 240.
difusión de esta ciencia en diversos ámbitos: las aulas esco-
15. AGNot., Fondo Notarías, Vol. 3291, 1843, 17.
lares, las sociedades científicas, las publicaciones periódicas, 16. AGNot., Fondo Notarías, Vol. 2921, 1848, 124.
los estudios de productos químicos, los proyectos guberna- 17. Archivo Histórico de la Secretaría de Salubridad y Asistencia,
mentales y la industria. Fondo Salubridad Pública. Sección Higiene Pública. Serie
El conjunto de sus acciones permite considerarlo como el Higiene Industrial, caja 1, exp. 3, 1852.
18. AGNot., Fondo Notarías, Vol. 1016, 1852, 285.
promotor incansable de la aplicación de la química en la me-
19. AGNot., Fondo Notarías, 1944, 1868, Vol. 942.
dicina, la farmacia y la agronomía mexicanas. Por ello, su 20. AGNot., Fondo Notarías, Vol. 5029, 1870, 612.
figura debe estar presente en la biografía intelectual del país 21. Lobato, J. G. Rasgos biográficos del ilustre naturalista mexicano
para cimentar y dar ejemplo a las nuevas generaciones de Doctor Leopoldo Río de la Loza, Gaceta Médica de México,
químicos y farmacéuticos mexicanos. tomo XI, núm. 21, México, 1876, 418.

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