2001 Leopoldo Río de La Loza
2001 Leopoldo Río de La Loza
2001 Leopoldo Río de La Loza
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Historia de la química
Resumen. Este artículo aborda algunos aspectos de la vida y obra Abstract. This paper deals with a number of facets in the life and sci-
científica del ilustre químico mexicano Leopoldo Río de la Loza; se entific work of the illustrious Mexican chemist Leopoldo Río de la
presenta una reseña de sus trabajos como catedrático, investigador y Loza. It gives an account of his contributions as teacher, researcher,
funcionario público. Asimismo, se incluye información, localizada and public official, including information recently found about his
recientemente, sobre su actividad como industrial en el campo de la activity as industrialist in the field of chemistry. The data were
química. En este trabajo se usaron principalmente fuentes documen- obtained mainly from documentary primary sources.
tales primarias. Keywords: Leopoldo Río de la Loza, history of Mexican chemistry,
Palabras clave: Leopoldo Río de la Loza, historia de la química en pharmaceutical chemistry in Mexico.
México, desarrollo de la industria farmacéutica mexicana.
así como análisis químicos del lago de Texcoco, del aire, de dística de Nueva York, de la Academia Científica de Italia, de
sustancias medicinales, de muestras de objetos extraídos del la Academia de Agricultura de Florencia, de la Sociedad
cuerpo humano, como los cálculos biliares, entre otros. Universal Protectora de las Artes Industriales de Londres y del
Los resultados de sus investigaciones aparecieron publi- Museo de Ciencias, Arte, Literatura e Industria del Continente
cados en las principales revistas científicas mexicanas del Americano de Nueva York.
siglo XIX, como son: Boletín de la Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística, Periódico de la Academia de
Medicina, Periódico de la Segunda Academia de Medicina, Un químico funcionario
La unión médica, Gaceta médica, Revista médica, Periódico
de la Sociedad Filoiátrica de México, El observador médico, Leopoldo Río de la Loza supo insertarse en la ejecución de
y La naturaleza. La revisión hemerográfica de sus artículos planes gubernamentales que requerían de los conocimientos
arrojó más de sesenta escritos del doctor Río de la Loza, en su científicos. Desde sus primeros años como profesional de la
mayoría dirigidos a promover el crecimiento científico del farmacia y la medicina, lo vemos ejercer diversos puestos
país, y enfocados principalmente al estudio de productos natu- públicos, iniciándose en esta línea de trabajo en 1829 como
rales locales susceptibles de ser explotados en beneficio de la miembro de la Junta Municipal de Sanidad de la Ciudad de
medicina, la farmacia y la industria nacional. México [9].
Asimismo, nuestro acreditado científico escribió el primer A partir de entonces, Río de la Loza fungió como fun-
tratado mexicano acerca de la ciencia que más le apasionaba, cionario público en numerosas ocasiones. Como una muestra
al que llamó Introducción al estudio de la química (1850), y de lo anterior mencionaremos que fue inspector de los
participó en la formación de dos obras fundamentales para la medicamentos simples y compuestos que ingresaban a la
farmacia nacional: la Farmacopea mexicana (1846) y la Aduana capitalina, visitador e interventor facultativo del
Nueva farmacopea mexicana (1874); el primero de estos títu- Apartado de platas, presidente de la Comisión Promovedora
los representó el rescate y la sistematización de los conoci- de Mejoras en los Hospitales, inspector de establecimientos
mientos de la materia médica mexicana, antigua y de su industriales, y regidor del Ayuntamiento de la ciudad de
época, propósito que se habían impuesto los farmacéuticos y México en dos ocasiones. Además, fue miembro fundador del
médicos del México independiente [6]. Consejo de Salubridad del Departamento de México desde
1841, en el cual se integró como profesional de la química,
ejerciendo las funciones de secretario y tesorero.
Como miembro de sociedades científicas En el ámbito educativo, Río de la Loza participó en la
reorganización de la educación de la ciudad de México. En
Uno de los ámbitos en que los hombres de ciencia pueden 1842 formó parte de la Junta de Instrucción Pública de la capi-
aspirar al reconocimiento de sus méritos son las sociedades tal, misma que no llegó a realizar proyecto alguno por la
científicas; por ello, la pertenencia de Leopoldo Río de la inestabilidad política del país. Sin embargo, al año siguiente lo
Loza a varios de estos grupos es un indicador de la relevancia encontramos en la Junta Directiva General de Estudios que
que alcanzó su trabajo. Nuestro personaje perteneció a logró elaborar un nuevo plan general de estudios [10]. Desde
sociedades mexicanas y extranjeras, entre las primeras desta- entonces, lo hallamos repetidamente en cargos similares entre
can las tres Academias de Medicina de México, la Sociedad 1845 y 1867.
Filoiátrica, la Sociedad Médica “Pedro Escobedo”, la
Academia de Farmacia, la Sociedad Farmacéutica Mexicana,
la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, la Un empresario exitoso
Academia Nacional de Ciencias, la Sociedad Mexicana de
Historia Natural, y otras más, figurando en muchas de ellas Uno de los trabajos más interesantes de Leopoldo Río de la
como fundador, miembro del consejo directivo y presidente Loza fue el industrial, destacándose en la fabricación de áci-
honorario. dos. La reconstrucción de esta faceta de su vida se realizó con
En este terreno, Río de la Loza auspició la creación de la información localizada recientemente.
Sociedad Química de Estudiantes Entusiastas de la Escuela de Gracias a la búsqueda de documentación en los archivos
Medicina de México, establecida en 1849; integrada por una históricos, podemos afirmar que Río de la Loza fue un empre-
gran parte de sus alumnos de la cátedra de química médica, sario poseedor de un rico patrimonio económico y propietario
con el propósito de cultivar el estudio de esta ciencia [7]. Aún de enormes terrenos por el rumbo de Tacubaya y Popotla [11],
más, Río de la Loza ofreció su asesoría a los miembros de la y de algunos bienes dentro del perímetro de la Ciudad de
mencionada agrupación en sus intentos fallidos de establecer, México, en las inmediaciones del barrio de San Pablo [12].
hacia 1850, una cátedra gratuita de química industrial en el Debido a que el ejercicio de la farmacia era primordial
Colegio Nacional de San Juan de Letrán y Comendadores [8]. para Río de la Loza, llegó a ser dueño de tres boticas. De
En el extranjero fue socio de la Sociedad Imperial de acuerdo a Francisco Flores, la primera que adquirió fue la de
Zoología y Aclimatación de París, de la Academia de Medici- Portacoeli, alrededor de 1828 [13], posteriormente tomó a su
na de Madrid, de la Sociedad Americana de Geografía y Esta- cargo la botica de Vanegas y luego la de la Merced [14].
38 Rev. Soc. Quím. Méx. Vol. 45, Núm. 1 (2001) Guadalupe Araceli Urbán Martínez y Patricia Elena Aceves Pastrana
Con las ganancias recaudadas en el manejo de estos nego- había incendiado en dos ocasiones, y se temía de otro acci-
cios, nuestro boticario pudo hacer varios donativos de material dente similar de consecuencias aún más graves. Además, los
didáctico a las instituciones escolares en que trabajaba y denunciantes estaban molestos por los desagradables olores
costear la fundación de su fábrica de ácidos. que despedía la fábrica [17].
El 8 de febrero de 1843, Río de la Loza compró en el ba- Sea por esta denuncia o por alguna otra razón, Río de la
rrio de Tlaxcoaque, un solar de aproximadamente 712 m2 [15]. Loza vendió la innovadora industria el 1º de abril de 1852, a
Más tarde, en 1848, obtuvo en propiedad un corral que lindaba Eugenio Maillefert y Compañía. Aparte de entregar el terreno,
con este terreno, perteneciente a las monjas del Convento de la finca, los aparatos y las mercancías existentes, el vendedor
San Jerónimo, con una superficie cercana a los 1200 m2 . Inclu- se comprometió a no producir ni participar en la fabricación de
so, en el contrato de compra, el adquiriente aclaró que el ter- los productos que se elaboraban en la fábrica [18]. Así, nuestro
reno le interesaba para instalar una fábrica [16]. empresario vendió los derechos de producción incluso de aque-
Río de la Loza montó en esta propiedad la primera llo en lo que había sido pionero en la industria mexicana.
cámara de plomo para la fabricación de ácido sulfúrico que Sin embargo, esta no fue la única experiencia de Río de la
hubo en México. Además de este producto, se elaboraban Loza en la industria. En 1868, adquirió la fábrica de productos
ácido nítrico y muriático; éter sulfúrico; esencias de linaloé, químicos conocida como de Santo Tomás, por el rumbo de la
toronjil, naranja y ajenjo; azúcar candi; sosa y carbonato de Viga [19]; que dos años después enajenó a Carlos Maillefert
sosa; sulfato de potasa, de sodio y de hierro; álcali volátil; con la condición de poderla visitar y observar las manipulacio-
aceites de cuerno, guayacán y ladrillo; cloruro de cal; carbón nes químicas, en tanto no se liquidara el total del adeudo [20].
animal; alquitrán; solimán; mercurio dulce y óxido rojo de
mercurio; y madre perla.
A pesar de la experiencia del dueño del lugar como La muerte de un insigne mexicano
inspector de establecimientos industriales, la fábrica causó
problemas a los vecinos del lugar. En 1852, el Consejo A causa del accidente que sufrió durante su niñez, una persis-
Superior de Salubridad recibió la queja de los habitantes del tente tos acompañó a nuestro químico a lo largo de su vida. En
barrio de Tlaxcoaque denunciando que el establecimiento se sus últimos años, su salud se debilitó al grado que le obligó a
Leopoldo Río de la Loza: en la institunacionalización de la química mexicana 39