La Casita de Chocolate
La Casita de Chocolate
La Casita de Chocolate
Junto a un bosque muy grande vivía un pobre leñador con su mujer y dos hijos; el
niño se llamaba Hänsel, y la niña, Gretel. Apenas tenían qué comer, y en una
época de carestía que sufrió el país, llegó un momento en que el hombre ni
siquiera podía ganarse el pan de cada día. Estaba el leñador una noche en la
cama, cavilando y revolviéndose, sin que las preocupaciones le dejaran pegar el
ojo; finalmente, dijo, suspirando, a su mujer:
Y dando a cada uno un pedacito de pan, les advirtió-: Ahí tenéis esto para
mediodía, pero no os lo comáis antes, pues no os daré más. Gretel se puso el pan
debajo del delantal, porque Hänsel llevaba los bolsillos llenos de piedras, y
emprendieron los cuatro el camino del bosque. Al cabo de un ratito de andar,
Hänsel se detenía de cuando en cuando, para volverse a mirar hacia la casa. Dijo
el padre:
- Recoged ahora leña, pequeños, os encenderé un fuego para que no tengáis frío.
- Poneos ahora al lado del fuego, chiquillos, y descansad, mientras nosotros nos
vamos por el bosque a cortar leña. Cuando hayamos terminado, vendremos a
recogeros.
Los dos hermanitos se sentaron junto al fuego, y al mediodía, cada uno se comió
su pedacito de pan. Y como oían el ruido de los hachazos, creían que su padre
estaba cerca. Pero, en realidad, no era el hacha, sino una rama que él había atado
a un árbol seco, y que el viento hacía chocar contra el tronco. Al cabo de mucho
rato de estar allí sentados, el cansancio les cerró los ojos, y se quedaron
profundamente dormidos.
Despertaron, cuando ya era noche cerrada. Gretel se echó a llorar, diciendo: