Los Trastornos de Personalidad

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LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Y SU DESARROLLO

PARA EL TRATAMIENTO DE PERSONAS CON PROBLEMAS DE


PERSONALIDAD.

ÍNDICE

1. RESUMEN
2. INTRODUCCIÓN
3. JUSTIFICACIÓN
4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
5. OBJETIVOS
5.1. OBJETIVO GENERAL
5.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
6. MARCO TEÓRICO
6.1. Conceptos generales sobre personalidad.
6.2. Características de los trastornos de personalidad.
• Temperamento
• Carácter:
• Datos biofísicos
• Datos intrapsíquicos
• Datos fenomenológicos
• Datos comportamentales
• Datos socioculturales
6.3. Factores etiológicos
Biológicos
Psicológicos
Socioculturales
6.4. Clasificaciones
6.4.1. Trastornos específicos de la personalidad
6.4.2. Trastornos mixtos y otros trastornos de personalidad
6.5. Ámbitos funcionales y ámbitos estructurales del trastorno de
la personalidad
6.5.1. Personalidades con dificultad para el placer
6.5.2. Personalidades con problemas interpersonales
6.5.3. Personalidades con conflictos intrapsíquicos
6.5.4. Personalidades con déficit estructurales
6.5.5. Descripciones y características diagnósticas
6.6. Grupos de trastornos de personalidad.
6.6.1. Grupo a: sujetos raros y excéntricos
6.6.2. Grupo b: sujetos inmaduros, dramáticos, emotivos e
inestables
6.6.3. Grupo c: sujetos ansiosos y temerosos
6.7. Tratamiento de los trastornos de personalidad.
6.7.1. Orientaciones y consideraciones
7. CONCLUSIONES
8. RECOMENDACIONES
9. BIBLIOGRAFÍA

1. RESUMEN
Partimos de la necesidad de hacer un estudio para conocer e
identificar el trastorno de personalidad los diferentes casos que
existen.
Numerosos documentos e informes mencionan que la personalidad
puede ser definida como la dimensión individual de la experiencia
relacional acumulada, en diálogo entre pasado y presente y
doblemente contextualizada por un substrato biológico y un marco
cultural. La nutrición relacional es el motor que construye la
personalidad, partiendo de una narrativa de la que se segrega la
identidad, en estrecho contacto con la organización y la mitología
de los sistemas de pertenencia y muy especialmente de la familia
de origen. Las dos grandes dimensiones que definen la atmósfera
relacional de ésta, la conyugalidad y la parentalidad, delimitan tres
áreas de disfuncionalidad, a saber, las triangulaciones, las de
privaciones y las caotizaciones, en las que sientan sus bases los
diversos trastornos de personalidad.
Actualmente existen varios modelos teóricos sobre la personalidad
La personalidad se concibe actualmente como un patrón complejo
de características psicológicas profundamente arraigadas, que son
en su mayor parte inconscientes y difíciles de cambiar, y se
expresan automáticamente en casi todas las áreas de
funcionamiento del individuo. Estos rasgos intrínsecos y generales
surgen de una complicada matriz de determinantes biológicos y
aprendizajes, y en última instancia comprende el patrón
identificatorio e idiosincrático. Temperamento, considerada como
la materia prima biológica desde la cual la personalidad se
formará. El sustrato biológico del que emerge la personalidad.
Reflejo de todo lo que tiene que ver con lo constitucional. También
relacionado con lo heredado. de percibir, sentir, pensar, afrontar y
comportarse de un individuo.

2. INTRODUCCIÓN
El interés por los trastornos de la personalidad tiene un largo
pasado y una historia reciente. disquisiciones sobre las diferencias
entre temperamento y carácter, por ejemplo, se encuentran en
múltiples escritos, desde tiempos remotos. Se ha atribuido a Pinel
la primera descripción de lo que ahora llamamos trastornos de
personalidad, al diferenciar una serie de cuadros clínicos del resto
de las enfermedades mentales e incluirlos en la manie sans delire
quienes eran personas propensas a las conductas súbitas y
violentas.
A principios de siglo se describieron tipos de personalidad
específicos basados en la teoría psicoanalítica, primero teniendo
en cuenta las fases del desarrollo psicosexual, más tarde
apoyándose en las relaciones objetales y finalmente en la
psicología del yo. Kraepelin, hacia 1920, acuñó el término
"personalidad psicopática" y junto con Kretschmer defendió que
los tipos de personalidad estaban relacionados con la paranoia y la
enfermedad maníaco depresiva desde un punto de vista genético.
Pero la categorización de los diferentes trastornos de personalidad
encontró su base más sólida en Schneider, quien definió las
personalidades anómalas como variantes constitucionales que se
ven muy influidas por las experiencias personales.
Describió diez tipos de personalidades psicopáticas y defendió que
los trastornos de personalidad eran con secuencia de una
exageración patológica de rasgos normales de personalidad,
posición enfrentada a la establecida por Kraepelin. A esta compleja
definición, en la que se continúan enfrascando diversas escuelas
psicológicas, se añaden los aspectos genéticos o de aprendizaje
que modulan la constitución de las características de las diferentes
personalidades hasta amalgamar un sustrato muy polémico,
decidir cuáles son las características de personalidad
fundamentales y cómo se han ido configurando avanza el primer
eslabón de una larga cadena de interrogantes.

3. JUSTIFICACIÓN
Uno de los fundamentales puntos en la personalidad y sus
eventuales repercusiones en otros trastornos mentales, tanto en
su presentación y evolución como en su pronóstico y tratamiento,
lo que ha multiplicado el interés psicopatológico por evaluar estos
aspectos, en población general y en poblaciones clínicas.
Las dificultades metodológicas resultan evidentes, la definición de
personalidad es una perenne réplica entre diferentes escuelas, los
límites de los diferentes trastornos de personalidad resultan muy
difusos, la diferenciación con la normalidad es problemática y, en
definitiva, todavía siguen vigentes preguntas que resultan casi
superfluas en otros trastornos mentales, como por ejemplo qué
debemos evaluar, o a quién debemos evaluar para alcanzar datos
mínimamente fiables.
Las alteraciones severas de la personalidad y la conducta que
implican desviaciones pronunciadas de los patrones culturales
habituales e invaden áreas diversas del comportamiento general
del individuo, iniciados en la adolescencia, que continúan en la
edad adulta y pueden originar problemas laborales y sociales.
En cambio, los trastornos de personalidad son patrones de
conducta inflexibles y desadaptativos, que causan un malestar
subjetivo o un deterioro funcional significativo, de inicio en la
adolescencia y que persisten en edades posteriores. Definiciones,
como puede verse, muy similares. Existen numerosas hipótesis
etiopatogénicas en los trastornos de personalidad. Amplias
muestras de gemelos analizadas en Estados Unidos muestran
mayor concordancia entre gemelos homocigotos. Los trastornos de
personalidad paranoide y esquizoide son más frecuentes entre
familias de pacientes con diagnóstico de esquizofrenia que en los
grupos control. Quienes presentan trastorno límite de la
personalidad ofrecen mayores porcentajes de trastornos afectivos
entre sus familiares.
Entonces este tema de trastornos de personalidad responde a una
necesidad de aprendizaje dentro de nuestra carrera para en algún
momento nos sirva como respaldo e información relevante
mejorando el entendimiento en los tratarnos personales y su
tratamiento.

4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


La falta de información de trastornos de personalidad provoca el
manejo inadecuado tratamiento de personas con problemas de
personalidad.
5. OBJETIVOS
5.1. OBJETIVO GENERAL
• Recopilar información sobre los trastornos de personalidad
existentes como ayuda y recurso de enseñanza para el tratamiento
de las variantes de personalidad en las personas que lo sufren.
5.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
• Conceptualizar y caracterizar el trastorno de personalidad.
• Determinar la utilidad de la información sobre el trastorno de
personalidad.
• Formular métodos y herramientas que ayuden a tratar con el
trastorno de personalidad.

6. MARCO TEÓRICO.
6.1. Conceptos generales sobre personalidad. –
Cuando hablamos de personalidad, nos estamos refiriendo al modo
de ser de una persona, a su modo de comportarse, de expresarse,
de sentir, de pensar, de aprender, de relacionarse consigo mismo y
los demás, de ver el mundo y comprender la vida; una manera de
darle significaciones, modos de sentir y actuar nuestra existencia.
En palabras de Francisco Berdichevsky Linares: “es el núcleo
central del psiquismo; verdadero núcleo central de la
“La personalidad se concibe actualmente como un patrón complejo
de características psicológicas profundamente arraigadas, que son
en su mayor parte inconscientes y difíciles de cambiar, y se
expresan automáticamente en casi todas las áreas de
funcionamiento del individuo. Estos rasgos intrínsecos y generales
surgen de una complicada matriz de determinantes biológicos y
aprendizajes, y en última instancia comprende el patrón
identificatorio

6.2. Características de los trastornos de personalidad. –


A diferencia de lo que es estado, que es una característica
transitoria, pasajera que se da en un momento determinado. Estos
rasgos surgen de una compleja matriz biopsicosociocultural. Es
decir que cuando hablamos de personalidad deberemos considerar
aspectos biológicos y aspectos adquiridos: psicológicos, familiares,
sociales y culturales. Así es que clásicamente, en la personalidad
se distingue:

• Temperamento: considerada como la materia prima


biológica desde la cual la personalidad se formará. El sustrato
biológico del que emerge la personalidad. Reflejo de todo lo que
tiene que ver con lo constitucional. También relacionado con lo
heredado.

• Carácter: el término deriva del vocablo “GRABAR”, se utilizó


originalmente para referirse a las características distintivas de la
persona, la “marca”. Con el tiempo el término evoluciono con dos
significados distintos:
a) uno, el usado por los teóricos psicodinámicos, que utilizando la
terminología “estructura de carácter” y “trastornos de carácter”,
se refieren a las características del comportamiento y del
pensamiento que están muy arraigadas y se muestran
relativamente imperturbables a lo largo de la vida.
b) El otro, como la adherencia de la persona a los valores y
costumbres de la sociedad en que vive, como reflejo de numerosas
y diversas influencias ambientales.

• Datos biofísicos: los teóricos de esta orientación, se basan


en los hallazgos de defectos estructurales o deficiencias químicas
como la explicación de la aparición de síntomas.
• Datos intrapsíquicos: derivados de los modelos dinamicos,
subrayan el impacto de experiencias tempranas y consideran los
trastornos del adulto como consecuencia de hechos pasados que
siguen operando en forma insidiosa y subterránea.

• Datos fenomenológicos: se refieren a los datos de la


experiencia fenomenológica y consciente de cada individuo, y
derivan de las corrientes humanísticas y existenciales. Desde esta
perspectiva lo importante es la forma en que son sentidas las
cosas y elaboradas por la persona, más allá de una “realidad
objetiva”.

• Datos comportamentales: desde esta perspectiva, las


influencias ambientales son las de mayor relevancia, que refuerzan
y controlan la patología del comportamiento humano.

• Datos socioculturales: derivados de las perspectivas


sociológicas y antropológicas, centrándose en el fenómeno
sociocultural de las familias, los grupos y las etnias.
Es importante tener en cuenta que no hay un único tipo de dato o
causa que sea suficiente para abarcar todos los componentes
complejos y multidimensionales de la personalidad y su patología.
Todos estos datos son necesarios para tener una perspectiva
completa e integradora de la personalidad y por tanto de un
sujeto; pero ninguno de ellos por si solo es suficiente. Por lo que
amerita una mirada integradora y abarcativa de las diferentes
fuerzas que se relacionan y multiarticulan en el desarrollo de la
personalidad.
CARACTERÍSTICAS DE PERSONALIDAD SALUDABLE
• Muestra capacidad para relacionarse con su entorno de
manera flexible y adaptable
• Las percepciones de sí mismo y del entorno son realistas y
constructivas
• Los patrones de conducta predominantes pueden ser
considerados como promotores de salud

CARACTERÍSTICAS DE PERSONALIDAD NO SALUDABLE


• Se relaciona con su entorno de manera inflexible y con
conductas desadaptativas

• Las percepciones de si mismo y del entorno son poco


realistas y autofrustantes

• Los patrones de conducta predominantes tienen efectos


perniciosos para la salud

6.3. Factores etiológicos. –


Biológicos. –
• Genéticos: investigaciones realizadas en 15.000 pares de
gemelos norteamericanos.
Entre los gemelos univitelinos, la concordancia para los trastornos
de la personalidad fue varias veces más elevada que entre los
bivitelinos. Algunos estudios encontraron, que gemelos univitelinos
criados por separado eran muy parecidos a los gemelos
univitelinos criados juntos. Los trastornos de personalidad
esquizoide y esquizotipico son más frecuentes entre los familiares
biológicos de las personas con esquizofrenia que entre los grupos
controles.

• Hormonas: las personas que presentan rasgos de


impulsividad tienen niveles elevados de testosterona, 17- estradiol
y progesterona.

• Monoaminooxidasa plaquetaria (MAO) la actividad y


sociabilización de primates se ha asociado a las bajas
concentraciones de MAO plaquetaria. Estudiantes con bajos niveles
de MAO plaquetaria, dedican mas tiempo a actividades sociales
que los que tienen niveles mas altos. En algunos pacientes
esquizotípicos se han encontrado niveles bajos de MAO
plaquetaria.
• Neurotransmisores: los niveles altos de endorfinas
endógenas pueden estar relacionados con personas flemáticas
(temperamento apático, indiferente, con cierta anestesia
emocional). síntomas psicóticos que se ven en la esquizofrenia (y
en algunos T de P como el esquizotipico) se vinculan con
hiperdopaminergia principalmente subcortical, mientras que los
síntomas negativos serían la resultante de la hipodomaminergia
frontal. Los niveles de ácido hidroxindolacético (metabolito de la
serotonina) son bajos en personas con intento de suicidio,
impulsivos y agresivos. La serotonina reduce la depresión,
impulsividad y la rumiación en muchas personas.

Psicológicos:
Los Trastornos de Personalidad más conocidos y más
conceptualizados son los formulados por las teorías dinámicas. Sus
trabajos fueron trascendentales para el desarrollo y comprensión
de los agentes causales que forman el sustrato de los trastornos
de personalidad. Las experiencias tempranas en la infancia
predisponen al individuo a patrones adaptativos patológicos que se
mantendrán a lo largo de toda la vida. Los acontecimientos
tempranos establecen sistemas defensivos profundamente
arraigados que pueden conducir al individuo a reaccionar frente a
las nuevas situaciones como si fueran duplicados de lo acaecido
durante la infancia. Estos estilos defensivos persisten durante la
vida produciendo progresivamente adaptaciones inadecuadas o
trastornos de la personalidad. El concepto fundamental es el de
conflicto psíquico, resultante de la competición entre deseos y
prohibiciones. Los teóricos cognitivos sostienen que las personas
reaccionan ante su entorno según la percepción singular que
tienen de éste. La forma particular de conceptualizar los
acontecimientos es la que determina el comportamiento. El
individuo imprime su propio significado a las experiencias vitales
desarrollando un esquema o sistema de creencias con el objetivo
de organizar su mundo físico y social.

Socioculturales:

Si bien las condiciones sociales y culturales no son causa per se


de trastornos de la personalidad, sino que sirven como contexto
dentro del cual tienen lugar las experiencias de la vida de un
sujeto y sus relaciones interpersonales. Por lo que son influencias
que no deben desestimarse, ya que pueden establecer modelos
desadaptativos y patógenos. Condiciones familiares, ambientales,
roles, creencias, estereotipos y normas sociales, económicas, etc.
son influencias a las que se ve expuesto un sujeto en su
desarrollo. Al respecto comenta Millon: …“niños expuestos a la
pobreza y la indigencia, que acuden a escuelas inadecuadas, que
viven en grupos de casas pobres en comunidades decadentes,
que crecen en hogares caóticos y rotos, que carecen de modelos
paternos de éxito y se hallan inmersos en una atmósfera
penetrante de desesperanza.

6.4. Clasificaciones
Se distingue diez trastornos específicos de la personalidad
clasificados en tres grandes grupos. La clasificación es como sigue:

GRUPO A RAROS Y EXCENTRICOS


Trastorno Paranoide de la Personalidad
Trastorno Esquizoide de la Personalidad
Trastorno Esquizotípico de la Personalidad

GRUPO B DRAMÁTICOS EMOTIVOS E INESTABLES


Trastorno Antisocial de la Personalidad
Trastorno Límite de la Personalidad
Trastorno Histriónico de la Personalidad
Trastorno Narcisista de la Personalidad

GRUPO C TEMEROSOS ANSIOSOS


Trastorno por Evitación de la Personalidad
Trastorno por Dependencia de la Personalidad
Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad
Este manual, tiene una categoría llamada Trastornos de la
personalidad no especificado, que correspondería a la categoría
del CIE-10 llamada otros trastornos específicos de la personalidad,
en donde se incluyen los trastornos de personalidad que no
satisfacen los criterios diagnósticos para un trastorno específico de
la personalidad, o para un trastorno de la personalidad no incluido
en la clasificación, como por ejemplo el trastorno pasivo agresivo
de la personalidad y trastorno depresivo de la personalidad.

6.4.1. Trastornos específicos de la personalidad

• Trastorno paranoide de la personalidad


• Trastorno esquizoide de la personalidad
• Trastorno disocial de la personalidad
• Trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad
- Tipo impulsivo
- Tipo límite
• Trastorno histriónico de la personalidad
• Trastorno anancástico de la personalidad
• Trastorno ansioso (con conducta de evitación) de la
personalidad
• Trastorno dependiente de la personalidad
• Ortos trastornos específicos de la personalidad
• Trastorno de la personalidad sin especificación

6.4.2. Trastornos mixtos y otros trastornos de


personalidad
• Trastornos mixtos de la personalidad
• Variaciones problemáticas de la personalidad no clasificables

6.5.1. Personalidades con dificultad para el placer


• Trastornos esquizoides de la personalidad: el patrón asocial
• Trastornos de la personalidad por evitación: el patrón de
repliegue
• Trastornos depresivos de la personalidad: patrón de rendición
6.5.2. Personalidades con problemas interpersonales
• Trastornos de la personalidad por dependencia: el patrón
sumiso
• Trastornos histriónicos de la personalidad: el patrón gregario
• Trastornos narcisista de la personalidad: el patrón ególatra
• Trastornos antisociales de la personalidad: el patrón fanfarrón
6.5.3. Personalidades con conflitos intrapsiquicos
• Trastornos sádicos de la personalidad: el patrón de abuso
• Trastornos compulsivos de la personalidad: el patrón de
conformismo
• Trastornos negativista de la personalidad: el patrón vacilante
• Trastornos masoquistas de la personalidad: el patrón afligido
6.5.4. Personalidades con deficit estructurales
• Trastornos esquizotípicos de la personalidad: el patrón
excéntrico
• Trastornos límite de la personalidad: el patrón inestable
• Trastornos paranoides de la personalidad: el patrón suspicaz
• Trastornos de la personalidad descompensada: el patrón
terminal
6.5.5. Descripciones y características diagnósticas
Considerando que en la actualidad se utilizan los criterios
diagnósticos de los manuales (DSM-IV-TR y CIE-10) con el fin de
unificar criterios, se desarrollara la descripción de los trastornos de
personalidad, basándose en la clasificación de dichos manuales,
haciendo algunas referencias a la clasificación de Millon. También
se incluirán algunas descripciones sobre las características
presentes más probables con respecto a la sexualidad de los
sujetos con dichos trastornos.
6.6. Grupos de trastornos de personalidad.
6.6.1. Grupo a: sujetos raros y excéntricos
• Trastorno paranoide de la personalidad
Pertenece al grupo de las personalidades con déficit estructurales:
patrón suspicaz, según Millon.
Este trastorno tiene un patrón de desconfianza y suspicacia
general, donde las intenciones de los demás son interpretadas
como maliciosas y siempre malintencionadas. Para el paranoide, el
mundo es un lugar malévolo decidido a herirlo. Desconfía de los
demás y sospecha de sus intenciones, buscando en sus conductas
significados y motivos escondidos. No tiene conciencia de sus
propios impulsos agresivos (que los proyecta en los demás), pero
teme, en cambio, ser atacado y tratado de manera injusta por los
demás, a los que considera como irresponsables e indignos de
confianza, justificando de esta manera su propia conducta.
Sus dificultades para relacionarse de una manera realista con los
demás, carente de flexibilidad y sintonía afectiva, lo lleva a estar
preocupado por la lealtad y fidelidad de los otros hacia él,
careciendo de la capacidad de poder dimensionar en su justa
medida los conflictos. Colecciona injusticias y no olvida las
experiencias desagradables experimentadas. Desarrollando un
resentimiento crónico. Percibe e interpreta ataques a su persona y
reacciona con ira.
También la justicia y las normas están dentro de sus
preocupaciones, lo cual unido al resto de sus rasgos puede llevarlo
a ser litigante para hacer valer su razón de manera tozuda y
beligerante.
La envidia y los celos también son rasgos destacados de esta
personalidad. Como es incapaz de confiar, esto bloquea sus
relaciones amorosas. Tiene un deseo intenso de ser querido y un
temor igualmente acusado a la traición
Referente al área de la sexualidad, por sus dificultades afectivas
les cuesta conectarse con
sus verdaderas emociones y entregarse a la intimidad, sospechan
repetida e injustificadamente que su pareja le es infiel, las
sospechas y desconfianza puede interferir en el impulso sexual,
traduciéndose en deseo sexual hipoactivo, trastornos erectivos o
anorgasmia. Pueden exagerar los fallos de sus compañeros
sexuales y vivenciarlos desde sus propias interpretaciones: “se
hace el impotente para frustrarme y dañarme”, o “ella no tiene
orgasmos porque me odia”.
A veces tienen la creencia que las sensaciones sexuales son
nocivas y sus temores rondar en que las secreciones los dañen.
• Trastorno esquizoide de la personalidad
Pertenece al grupo de los raros y excéntricos según el DSM-IV-TR y
al grupo de personalidades con dificultades para el placer: patrón
asocial, según Millon.
Presenta un patrón general de distanciamiento de las relaciones
sociales y de restricción emocional en el plano interpersonal.
Existe un déficit significativo de la capacidad intrínseca para
experimentar los matices mas sutiles de la vida emocional. Es una
persona reservada, introvertida y tiende al aislamiento. Desde el
punto de vista interpersonal es desvinculado. Tiene dificultades
para hacer amistades, prefiere relaciones distantes y limitadas con
los demás y parece no tener ningún interés por las actividades
sociales; su restricción emocional le impide el desarrollo de
relaciones íntimas y afectuosas, que no desea ni disfruta. Su
pasividad interpersonal no es intencionada ni se debe a razones de
protección, sino porque poseen una inalterabilidad emocional y
una imperceptibilidad a las necesidades y expresiones afectivas de
los demás. Expresivamente impasible, le falta espontaneidad,
resonancia y vivacidad. Es emocionalmente inexcitable, muestra
frialdad emocional o aplanamiento de la afectividad; raramente
nuestra sentimientos cálidos o intensos. (Mackinnon, Michels y
Buckley: La Entrevista Psiquiátrica en la Práctica Clínica, 2018,
pag. 36)
Con respecto a su sexualidad, tienen escaso o ningún interés en
tener experiencias sexuales ligadas a vínculos afectivos. Son
proclives a las actividades solitarias, lo que a muchos los lleva a
una actividad masturbatoria, o a relaciones protegidos por el
anonimato, acudirán a los salones de “masajes”. Se puede
encontrar una conducta de evitación sexual, por indiferencia, por
falta de interés; a diferencia de la que se puede encontrar en un
trastorno de la personalidad por evitación en el que sí lo desea
pero sus sentimientos de incapacidad lo llevan a evitarla.
• Trastorno esquizotípico de la personalidad
Pertenece al grupo de personalidades con déficit estructurales:
patrón excéntrico,
según Millon.
Este patrón se caracteriza por un notable déficit sociales e
interpersonales, asociados a excentricidades del comportamiento y
distorsiones cognoscitivas y perceptivas. Son los mas “raros” de
este grupo. Se comportan de manera rara, reservada, curiosa o
extraña. Prefieren la privacidad y el aislamiento con pocos
contactos y obligaciones personales. Experimentando una excesiva
ansiedad social que no disminuye con la familiaridad. Con el
tiempo pueden ir adoptando papeles laborales o actividades
sociales mas marginales. Su area cognitiva desorganizada, hace
que presente ideas de referencia, creencias raras o pensamiento
mágico (no concordantes con la cultura de pertenencia del sujeto).
Presentan pensamiento raro, vago, metafórico y el lenguaje incluir
frases o construcciones raras. Son excesivamente perspicaces y
desconfían de los demás pudiendo desarrollar ideación paranoide.
En la esfera sexual presenta poco o ningún interés en las
relaciones sexuales afectivas, y experimenta una pronunciada
ansiedad ante los contactos íntimos.

6.6.2. Grupo b: sujetos inmaduros, dramáticos,


emotivos e inestables
• Trastorno antisocial de la personalidad
Pertenece al grupo de personalidades con problemas
interpersonales: patrón fanfarrón, según Millon.
Se caracteriza por un patrón de desprecio y violación de los
derechos de los demás. Son características centrales del trastorno
el engaño y la manipulación. Fracasan en la adaptación a las
normas sociales con respecto al comportamiento legal, llevando a
cabo repetidamente actos que ocasionan la detención. Incurren en
conductas deshonestas, mentiras, estafas para obtener beneficios
personales o por placer. Las funciones de regulación del Yo son
deficientes, y el individuo busca la gratificación inmediata
prestando escasa atención a otros aspectos del funcionamiento
psíquico, a los deseos o sentimientos de los demás, a los códigos o
limitaciones morales o a las demandas de la realidad externa.
Tener en cuenta que este trastorno no se refiere simplemente a un
mal comportamiento social; sino que implica que determinadas
experiencias del desarrollo, patrones psicodinámicos y algunos
factores biológicos, han conducido a perturbaciones estables de la
conducta, opuestas a los estándares básicos de la sociedad en la
que ha crecido
Se puede encontrar un patrón de impulsividad, actúa de forma
precipitada, sin capacidad de posponer la gratificación, sin
capacidad de planificar su futuro. Irritable y agresivo que se
manifiesta por peleas y agresiones repetidas. Presenta una
despreocupación imprudente por su seguridad y la de los demás.
Irresponsable con respecto a lo que atañe a sus responsabilidades,
ya sea con respecto a sus obligaciones laborales, económicas o
familiares. Con respecto a su propia conducta, el antisocial, puede
ser indiferente, justificarse, minimizar sus actos, culpar a la víctima
indicando su falta de remordimiento.
Este patrón también denominado como psicopatía, sociopatía o
trastorno disocial de la personalidad, en lo referente a la
sexualidad pueden involucrarse en comportamientos sexuales que
tengan un alto riesgo de producir consecuencias perjudiciales. Se
podrá encontrar en estos individuos conductas parafílicas
especialmente las que implican agresión a los otros. Este trastorno
de la personalidad es el que presenta la mayoría de los
delincuentes sexuales seriales.
• Trastorno límite de la personalidad
Según Millon, pertenece al grupo de personalidades con déficit
estructurales: patrón inestable.
Este trastorno se caracteriza esencialmente por un patrón de
inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la
afectividad y una notable impulsividad. Sus relaciones
interpersonales son inestables caracterizadas por un vínculo que
alterna desde la idealización del otro a la desvalorización o
devaluación. Presenta intensos temores al abandono real o
imaginario, al rechazo, separación, como así también a cambios
del ambiente. Por lo cual realizan esfuerzos frenéticos para
evitarlo, pudiéndolo llevar a tener actos impulsivos como
comportamientos de automutilación o suicidas.
En períodos de intenso estrés, generalmente desencadenados por
situaciones de abandono, separación u otras, pueden llegar a la
ideación paranoide que suele ser transitoria y de corta duración.
Tiene una autoimagen insegura. Experimenta confusiones propias
de un sentido de identidad inestable, nebuloso o cambiante. Puede
cambiar la manera en que se siente ante sí y ante los demás de la
noche al día. Este sentimiento inestable de sí mismo se extiende a
diferentes áreas de su vida (sexual, afectiva, laboral), que los
puede llevar a cambios repentinos. Presenta una inestabilidad
afectiva, presentándose emociones intensas e incontroladas.
Manifestándose como ataques de ira con dificultad en el control de
los impulsos. Esta reactividad emocional también puede
manifestarse con sentimientos de intenso amor y deseo sexual.
Alternando con episodios de depresión abatimiento y apatía.
Experimenta intensos sentimientos de vacío interior que lo acosan.
La conducta impulsiva, a menudo autodestructiva puede
manifestarse en diferentes comportamientos, exponerse a riesgos,
consumir alcohol o drogas en exceso, relaciones sexuales sin
protección con personas que no conoce.
En general su sexualidad no suele estar inhibida y por el contrario
ser muy activa (con oscilaciones), llevando a la persona a tener
conductas promiscuas y de riesgo como manifestación de su
impulsividad. Puede presentar intensos deseos sexuales y
románticos, con exigencias de intimidad en el marco de relaciones
amorosas tormentosas que oscilan entre considerar al ser amado
como perfecto o despreciable. Pueden presentarse sentimientos
inestables, dudas, confusiones con respecto al sexo, género y
orientación sexual, que no son situaciones per se, sino una
manifestación de su alterada e inestable autoimagen.
• Trastorno histriónico de la personalidad
Según Millon, pertenece al grupo de las personalidades con
problemas interpersonales: patrón gregario.
Se caracteriza principalmente por una emotividad generalizada y
excesiva con un comportamiento de búsqueda de atención. Debido
a la intensa necesidad de afecto y atención, recurre a numerosas
maniobras para obtenerlas. Sintiéndose incómodos cuando no
logran ser el centro de atención. Por lo que desarrolla una aguda
sensibilidad a los estados de ánimo y a los pensamientos de las
personas a quienes desean agradar. Su manera de relacionarse
con los demás es cordial, servicial y divertida, y considera sus
relaciones más íntimas de lo que son en realidad. Está preocupado
en su apariencia física, deseoso de parecer atractivo, se muestra
de manera seductora, coqueta y hasta provocativa. Su expresión
emocional es al mismo tiempo lábil (cambiante) y superficial.
Manifiesta sus emociones de una manera exagerada, dramática o
teatral. Es vivaz animado, impetuoso y tiende a entusiasmarse con
la misma facilidad con la que se enfada o aburre. Tiene un estilo
cognitivo frívolo, evita el pensamiento introspectivo, es claramente
sugestionable, atento a acontecimientos externos fugaces. Su
discurso es excesivamente subjetivo, con tendencia a hablar de
generalidades basadas en sus impresiones y a hacer juicios
irreflexivos.
La sexualidad en este trastorno de la personalidad puede estar
afectada con distintas disfunciones sexuales (anorgasmia,
vaginismo, dispareunia, trastornos erectivos, etc); o tener un
funcionamiento sexual sin presencia de disfunciones. Sin embargo,
experimentara dificultad para la intimidad emocional,
presentándose desconectado de cualquier sentimiento interno o
intimidad durante las relaciones sexuales. Puede implicarse en la
relación sexual en búsqueda de estimulación y excitación, que lo
dejo insatisfecho, se aburre con facilidad, llevándolo a la búsqueda
de nuevas relaciones.
• Trastorno narcisista de la personalidad
Según Millon, pertenece al grupo de las personalidades con
problemas interpersonales: patrón ególatra.

Se caracteriza por un patrón general de grandiosidad, tanto en la


imaginación como en el comportamiento, una necesidad de
admiración y una falta de empatía.
El narcisista hace Trastorno narcisista de la personalidad
ostentación de sus logros, los exagera, como así también sus
capacidades y luchan por destacar y ser más influyente, fuerte,
atractivo e importante que los demás. Basa su autoestima en una
presunción ciega y superficial de valía y superioridad personal.
Cree que es una persona de mérito especial, único, que merece y
hasta exige una gran admiración y un trato especial. Tiene un
comportamiento arrogante y se siente por encima de las normas
de convivencia y las califica de superficiales o inaplicables a sí
mismo. En sus relaciones interpersonales carece de empatía, cree
merecer y espera favores especiales y utiliza a los otros para
fortalecer el sí mismo, satisfacer sus deseos, sin importarle ni
reconocer el derecho, los sentimientos y necesidades de los
demás, por lo que presenta un vínculo interpersonal explotador. Es
cognitivamente expansivo, tiene una imaginación desenfrenada
enfrascado en fantasías de autoglorificación de éxito, belleza y
amor. En su necesidad de reforzar su sentido de superioridad, el
narcisista se está continuamente comparando con los demás y la
envidia lo acosa o piensa que lo envidian.
Puede presentar un desempeño sexual sin inconvenientes, y es
proclive a reverenciar él mismos sus órganos sexuales, y
vanagloriarse de sus erecciones (en el caso del sexo masculino) y
su desempeño sexual, pero tiene marcadas dificultades para una
relación profunda y comprometida en el vínculo afectivo. Puede
tener comportamientos parafílicos, como una manera de
compensar la incapacidad para una relación sexual amorosa
adulta. Puede llegar a padecer alguna disfunción sexual, que si es
un trastorno erectivo, puede llegar a ser devastador para su
autoestima, pero si se trata de una eyaculación precoz, debido a
su falta de empatía, lo negarán y harán cargo a su pareja por no
ser capaces de alcanzar el orgasmo, ya que no se interesa por el
placer del otro. Dice Otto Kernberg en su libro “Relaciones
amorosas. Normalidad y patología”: “la sensación de realización
que acompaña al amor no está al alcance de la personalidad
narcisista; a lo sumo, puede experimentar una sensación fugaz de
logro por haber hecho una conquista”.

6.6.3. Grupo c: sujetos ansiosos y temerosos


• Trastorno de la personalidad por evitación
Según Millon, pertenece al grupo de las personalidades con
dificultades para el placer: patrón de repliegue.
Se caracteriza por un patrón de general de inhibición social,
sentimientos de incapacidad e hipersensibilidad a la evaluación
negativa de los demás.
La persona con un Trastorno de Personalidad por evitación es
hipersensible e hiperreactiva a los estímulos sociales, sentimientos
y comportamientos de los demás, en especial que puedan sugerir
rechazo o humillación. Presenta una extrema ansiedad que invade
sus pensamientos e interfiere en su comportamiento dificultándole
los objetivos placenteros y potenciadores de la vida, llevándolos a
distanciarse de los demás como un mecanismo de protección
contra el sufrimiento psíquico que anticipan. Se distancia y hasta
evita actividades que impliquen relaciones personales importantes
por temor a la crítica, desaprobación, rechazo. Evita sentirse
avergonzado y humillado. Tiene importantes dificultades para las
relaciones interpersonales a menos que este seguro de ser
aprobado. Tiene una imagen de sí mismo como inepto
socialmente, inadecuado e inferior, se siente poco atractivo como
persona y devalúa sus logros. Es un individuo tímido, callado,
inhibido por temor a exponerse al riesgo de ser criticado,
rechazado o humillado.
Lo que se refiere al ámbito de la sexualidad, si bien es capaz de
establecer relaciones íntimas mostrará gran dificultad para
relacionarse. Lo que los puede llevar a aislarse, limitándose a una
actividad sexual solitaria de autoestimulación, pero con el deseo
de relacionarse, a diferencia del aislamiento en el trastorno
esquizoide de la personalidad. Desean afecto y aceptación y
pueden tener fantasías sobre relaciones idealizadas con otros. Con
estas dificultades, y la ansiedad que generalmente se asocia con el
trastorno, son proclives a presentar trastornos erectivos y
eyaculación precoz, si logran un acercamiento.

• Trastorno de la personalidad por dependencia


Según Millon, pertenece al grupo de las personalidades con
problemas interpersonales: patrón de sumiso.
Se caracteriza por un patrón de sumisión y adhesión con temores
de separación. Tiene una necesidad general y excesiva que se
ocupen de su vida, que lleva a un comportamiento sumiso con
Trastorno de la personalidad por dependencia temores a la
separación. Evita las responsabilidades adultas buscando ayuda y
guía en los demás, evitando la autodeterminación. Necesitan
consejo y aprobación de los demás para tomar decisiones, y que
otros se hagan cargo de sus responsabilidades. Se subordina a una
figura más fuerte que le proporcione cuidado sin la cual se siente
sólo e indefenso. Tienen dificultades para mostrarse o expresar su
desacuerdo con los demás por temor a la pérdida.
Tiene la preocupación no realista de que lo abandonen y tenga que
hacerse cargo de sí mismo. Se ve a sí mismo como débil frágil e
inadecuado, no tiene autoconfianza y desvaloriza sus actitudes y
capacidades, por lo que no es capaz de hacer las cosas por sí
mismo o iniciar sus propios proyectos. Cuando una relación
importante se termina, buscan rápidamente otra relación, que les
proporcione el cuidado y apoyo que necesitan. La necesidad de
depender de otro y someterse a él puede encontrar expresión en
la relación sexual, accediendo a relaciones o prácticas sexuales no
deseadas ni placenteras, por sometimiento o necesidad de apego y
de no estar solos.
• Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad
Según Millon, pertenece al grupo de las personalidades con
conflictos intrapsíquicos: patrón de conformismo.
Se trata de un patrón general de preocupación por el orden, el
perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de
la espontaneidad y la eficacia.
Este sujeto, preocupado por el orden, mantiene una vida regulada,
muy estructurada y estrictamente organizada. Preocupándose por
los detalles, horarios, listas y normas. Su preocupación por el
perfeccionismo, interfiere en la toma de decisiones y finalización
de
tareas. Es un individuo que no está relajado, está tenso, con
aspecto solemne, que reprime los sentimientos cálidos y mantiene
sus emociones bajo control. Se relaciona interpersonalmente de
manera respetuosa, y prefiere las relaciones personales formales,
correctas y distantes, en el marco del acatamiento de las reglas y
métodos establecidos, especialmente con sus subordinados. Es
escrupuloso, muestra rigidez y marcada terquedad en temas de
moral y ética. Obstinado e indeciso, se altera profundamente
frente a ideas y hábitos nuevos que no le son familiares. Es una
persona que se controla y pretende controlar a los demás. Es
dedicado al trabajo y a la productividad generalmente en exceso,
siendo poco afecto a las actividades de ocio. Con dificultades para
delegar tareas o actividades, y si lo hace espera que sean
realizadas únicamente a su modo. Tiene una imagen de sí mismo,
de disciplinado, aplicado, digno de confianza, leal y eficiente,
valorando en exceso dichos aspectos. Aunque en el fondo sufre de
gran duda acerca de sí mismo. Presentan dificultad para
conectarse con sus emociones ya que aleja los impulsos prohibidos
y los limitan con rigor, negando de manera defensiva los conflictos
personales y sociales, que mantiene fuera de la conciencia bajo un
control estricto. Presenta una rabia reprimida con la que lucha por
tener un control. Así como controla sus emociones, controla el
manejo del dinero, manifestando un patrón avaro en los gastos,
tanto para él como para los demás. Así también tiene tendencia a
acumular objetos que no usa, viejos y gastados con dificultad para
deshacerse de ellos, incluso no teniendo un valor sentimental.
Las relaciones íntimas presentan un problema significativo para
esta persona. Los sentimientos referentes a las relaciones íntimas
son una amenaza para este sujeto, ya que conllevan el potencial
de volverse “fuera de control”, uno de sus temores más
importantes. Por lo que, de una manera defensiva, la sexualidad
puede manifestarse de diversas formas. Pueden negar la
sexualidad o hacerla responsable de toda conducta humana.
Pueden tratarla como el placer más irreflexivo e intenso o como la
responsabilidad más exigente. Pero sea lo que sea no admitirá
disputa en su punto de vista y la defenderá obstinadamente.
Algunos pueden esforzarse en “perfeccionar” su vida sexual y
estar muy pendientes y preocupados de su rendimiento sexual,
tratando de controlar también esta área de la vida. Y si algún fallo
se produce puede ser devastador para autosuficiencia. También
están los que ignoran la

importancia de la sexualidad. Incapaces de disfrutar, desdeñan los


placeres sexuales y tiene variadas defensas contra la sexualidad.
Pueden estar realizando el “acto sexual” y sus pensamientos estar
en cualquier otra parte, haciendo listas, planificando horarios, etc;
lo que pone de manifiesto su incapacidad para conectarse con sus
emociones y sensaciones. Sus parejas suelen quejarse de que las
relaciones sexuales son monótonas, sin variedad, siempre de la
misma forma. En este marco, la persona con este trastorno podrá
manifestar diversas disfunciones sexuales (trast. erectivo,
anorgasmia, eyaculación precoz, trast. del deseo, etc) o no. Lo que
será importante comprender, la dificultad que esta persona tiene,
para que el encuentro sexual sea una oportunidad de encuentro
con otra persona para descubrir, explorar y compartir placer,
sentimientos de afecto y ternura. Y no un lugar de prueba donde
demostrar su capacidad y esforzarse para disimular sus
sentimientos de inadecuación.

6.7. Tratamiento de los trastornos de personalidad


El tratamiento de los individuos con trastornos de la personalidad
es complejo, ya que tienen necesidades terapéuticas muy
diferentes y no existe un tratamiento único apropiado para cada
caso. Por desgracia muchos no buscan tratamiento, o no lo
aceptan cuando se lo recomiendan, debido a su desconfianza
básica en las intenciones de los demás.
Los síntomas, quejas y problemas del paciente guían las decisiones
terapéuticas. Las personas con trastornos de la personalidad
pueden manifestar un deterioro significativo de su funcionamiento,
pero rara vez buscan tratamiento, ya que suelen ser incapaces de
reconocer sus problemas. Cuando cooperan con el tratamiento, se
utiliza una combinación de diversas psicoterapias y medicaciones,
una vez descartados cualquier causa y origen físico del trastorno.
En el tratamiento de los pacientes con trastornos de la
personalidad se seleccionan diferentes psicoterapias; entre las que
se han utilizado con éxito se incluyen: psicodinámica, cognitivista,
conductista y de grupo. No se espera la curación con estas
terapias, sino que los pacientes se hagan más conscientes de
cómo sus hábitos y conductas afectan a su vida.
La psicoterapia cognitiva y conductual puede centrarse en
situaciones presentes que provocan la angustia, así como en
experiencias negativas de la infancia. La psicoterapia de grupo se
emplea para reforzar la compresión del paciente que no es único y
analizar métodos alternativos para responder al estrés. También se
emplean la psicoterapia de orientación hacia la realidad y el
psicoanálisis intensivo. Los pacientes con trastornos de la
personalidad pueden aprender a pensar sobre ellos mismos de una
manera más realista y funcional. Los fármacos deben utilizarse con
gran precaución como tratamiento complementario a la
psicoterapia. Los medicamentos se prescriben para aliviar los
síntomas más angustiantes que conllevan estos trastornos. Se
prescriben en cantidades limitadas, durante cortos periodos de
tiempo. Se debe controlar su cumplimiento y tomar medidas de
seguridad para reducir el riesgo de suicidio. Los medicamentos
más utilizados son ansiolíticos (benzodiacepinas), antipsicóticos
(neurolépticos) a bajas dosis, fenotiazinas, haloperidol,
antidepresivos (tricíclicos, IMAO, ISRS), litio.

6.7.1. Orientaciones y consideraciones


Este es un resumen de las orientaciones y consideraciones a tener
en cuenta para la terapia según Pretzer y Fleming, y en parte en la
experiencia clínica.
• Las intervenciones son más eficaces cuando se basan en una
conceptualización individual de los problemas del paciente.
• El profesional y paciente deben trabajar en cooperación en
pos de metas compartidas e identificadas.
• El profesional debe ser realista respecto de la duración de la
terapia, sus metas y las normas de autoevaluación.
• Es importante concentrar más atención de la habitual en la
relación profesional - paciente.
• Las intervenciones que aumentan la sensación que el
paciente tiene de su propia eficacia, a menudo reducen la
intensidad de la sintomatología y facilitan la terapia
• El profesional no debe confiar principalmente en las
intervenciones verbales.
• Hay que considerar la posibilidad de comenzar con
intervenciones que pongan al paciente en situación de tener que
revelar muchas cosas sobre sí mismo.
• El profesional debe tratar de identificar y abordar los miedos
del paciente antes de instrumentar los cambios.
• Se debe prever problemas con la disconformidad del
tratamiento por parte del paciente.
• El profesional debe prestar especial atención a las propias
emociones para que no impidan el trabajo terapéutico y para que
no conduzcan a actitudes inconvenientes para el paciente.
• Establecer límites es una parte esencial del programa general
de tratamiento.
• La mayoría de los clínicos coinciden en la necesidad de
abordajes multidisciplinares, en los que se contemple la
integración de los aspectos psicológicos, junto con los sociales o
ambientales, y los biológicos.
• Son entidades muy complejas y muy resistentes al cambio,
en las que estos son lentos y graduales, y que precisan de un
amplio bagaje de técnicas y dispositivos asistenciales, además de
una preparación especializada para el equipo de trabajo.

CONCLUSIONES
La diversidad de los trastornos de la personalidad, y la influencia
que los factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales
tienen en ellos y en las diferentes personalidades de los individuos,
existe una gran dificultad a la hora de explorar las causas que
originan cada uno de ellos. Es fundamental disponer de más
información para comprender de forma holística a la persona que
los sufre, ya que supone un reto aprender a vivir con ellos y
sentirse aceptado dentro de la sociedad, además de desarrollar
diferentes estrategias de tratamiento, con el objetivo de
proporcionar una terapia personalizada para cada individuo.
Ante todas las clasificaciones de trastornos y sus derivadas, se
concluye con la diversidad de los trastornos de la personalidad que
hace muy difícil explorar las causas que originan a cada uno, por
ello se les define brevemente lo que trata cada trastorno. De
hecho, en muchos casos no se posee la información suficiente para
tener una explicación más específica de dichas causas. Lo que sí
es un hecho es que estos trastornos están influidos por factores
biológicos, psicológicos, sociales y sociocultural, ya que todo lo que
nos rodea nos afecta de alguna manera y para las personas que
sufren alguno de estos trastornos es un reto muy difícil de
aprender a vivir con ellos, ya que la personalidad no se puede
curar pero si la puede controlar por medio de terapias, para poder
saber cómo convivir con el tipo de trastorno que presente la
persona y tratar de tener un estilo de vida lo más adaptable.

7. RECOMENDACIONES:
• La planificación de los recursos humanos del Sistema
Nacional de Salud es un proceso de gran complejidad. Su abordaje
requiere un conocimiento y análisis periódico de multitudes de
variables demográficas (de la población general y de los
profesionales sanitarios), es por eso que falta un análisis profundo
para ayudar a la población con este problema.
• Es importante llegar a un acuerdo o Pacto por la Sanidad,
involucrando a los agentes sociales. Se trataría de un Pacto por la
Sanidad que concretase acciones y medidas para promover la
calidad, la equidad, la cohesión y la sostenibilidad del Sistema.
Sería necesario que se estableciese en él una serie de reglas,
normas y principios comunes para la planificación de los recursos
humanos a medio y largo plazo (15-20 años), como las
necesidades de profesionales sanitarios con criterios de
distribución y necesidad para la Sanidad pública.
• Es esencial establecer una coordinación de las políticas
asistenciales, en el seno del Consejo Interterritorial, con el
establecimiento de un plan de recursos humanos de todo el
Sistema Nacional de Salud, con la planificación de recursos, la
organización de estrategias, la redistribución de los profesionales,
geográficamente y por especialidades (garantizando la movilidad
geográfica voluntaria de los profesionales), la redistribución de
tareas entre los distintos profesionales sanitarios, la
descentralización de la gestión y el control de la demanda
asistencial.

8. BIBLIOGRAFÍA
• Morrison M. Fundamentos de Enfermería en Salud Mental.
Madrid: S.A Elsevier España; 1999.
• Rebraka Shives L. Enfermería psiquiátrica y de salud mental:
conceptos básicos. 6º ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana;
2007.
• Johnson, volumen II. Enfermería de Salud Mental y
Psiquiátrica. McGraw-Hill. Interamericana.
• Gómez Restrepo C. Psiquiatría Clínica: diagnóstico y
tratamiento en niños, adolescentes y adultos: Panamericana; 2008.
• Megias Lizancos F, Serrano Parra MD. Enfermería en
Psiquiatría y Salud Mental. Enfermería S21. 2ª ed. Madrid. Difusión
Avances de Enfermería (DAE); 2009
• Gómez Sánchez R, Gómez Díaz M, Gómez Sánchez R, Manual
de Atención Psicosocial. Monsa-Prayma: Barcelona; 2012.

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