Sol Carta

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Max Heindel – Astrología Científica Simplificada

(2:15 A.M.) y el mediodía más cercano es por lo tanto de 9 horas y 45 minutos,


siendo el logaritmo del intervalo de 0,3912.
Hemos efectuado las operaciones prescritas en las secciones una y dos de
nuestra regla y a continuación hallaremos la moción del Sol en el día H. M. de
Greenwich, como se indica en la sección tres:

Esta es la posición en que pondremos al Sol en el horóscopo, es decir, en


los 10 grados 5 minutos del signo Leo. En el último horóscopo añadimos el in-
cremento de corrección a la longitud de cada planeta, por que el día H. M. de
Greenwich era después de mediodía. En este como la H. M. de G. es antes de
mediodía, restamos el incremento de corrección de la longitud de cada planeta en
el mediodía, más cercano a la H. M. G., como dijimos en la sección 6 (b) de la
regla.

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Al igual que en el primer horóscopo que calculamos, pasaremos en este


también los planetas Neptuno, Urano y Saturno, sin corrección ninguna y ponemos
la longitud de cada uno de ellos que hallamos indicada en las Efemérides para el
mediodía más próximo de H. M. de G. en el horóscopo. El movimiento de Marte
durante el día H. M. de G. es de 15 minutos, y por lo tanto, la moción durante el
intervalo de 9 horas 45 minutos debe ser cosa de 6 minutos. Substrayendo 6
minutos de la longitud de este planeta del día 3 de agosto (El mediodía más
cercano a H. M. de G.) tendremos que la posición de Marte en el horóscopo debe
ser 4 grados y 6 minutos de Aries. Asimismo, Júpiter requiere una corrección de 4
minutos, quedando su posición en los 15:17 de Virgo.

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La posición de la Cabeza del Dragón, o sea, el Nodo de la Luna, y la Cola


del Dragón, debe hallarse también. La Cabeza del Dragón para el 3 de agosto, el
mediodía más próximo a la H, M. de G, se encuentra en las Efemérides en la po-
sición de 13:44 de Géminis. La Cola del Dragón ocupa, como ya sabemos, el pun-
to opuesto, es decir, los 13:44 de Sagitario.

Queda aún por calcular la Parte de la Fortuna, y anotamos los factores que
para ello intervienen, de este modo:

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Ha llegado el momento de que hagamos la lista de los planetas para que


podamos insertarlos en el horóscopo ordenadamente:

Hemos erigido dos horóscopos y una comparación entre ellos nos revela el
hecho de que aunque levantados para personas nacidas en el mismo día del año
y en la misma ciudad, las características de una de estas personas serán entera-
mente distintas de las de la otra, y como el carácter es el factor determinante del
destino, las vidas de estas dos personas serán, por lo tanto, opuestas.
Antes de que juzguemos estos dos horóscopos es necesario que obtenga-
mos una clara concepción de las relaciones de los planetas entre cada uno de
ellos, entre los signos del Zodíaco y entre las casas en que están colocados en

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cada uno de los horóscopos, y con esta finalidad haremos un índice que nos reve-
lará estas relaciones a simple vista, para que nuestros cerebros no estén
preocupados con las matemáticas a la hora en que estemos totalmente libres para
que nos podamos concentrar intensamente sobre el significado de cada uno de los
diferentes aspectos y posiciones.

RETROGRADACIÓN

En la página de muestra de las Efemérides, inserta al final de este libro, se


encontrará en las columnas de Saturno y Marte una R mayúscula. Su significado
es el siguiente:
Los planetas en nuestro sistema solar se mueven en una sola dirección al-
rededor del Sol, pero debido a su separación del astro rey, las órbitas que descri-
ben tienen diferentes diámetros, así como varían también sus velocidades.
La Tierra marcha a una velocidad aproximadamente de 104.585 kilómetros
a la hora, y el círculo en el que se mueve es tan enorme, que necesita 365 1/4 dí-
as para recorrerlo.
Mercurio, debido a su situación más próxima al Sol, efectúa una órbita mu-
cho más pequeña a su alrededor, navegando a una velocidad de 167.336 kilóme-
tros, también a la hora, recorriendo su órbita en 88 días.
Urano, uno de los planetas más antiguos del sistema solar al que pertene-
cemos, está, por consiguiente, más alejado del Sol y como consecuencia lógica, la
órbita en que se mueve para redondear al Sol, es inmensamente mayor que las de
los planetas citados, tardando 84 años en recorrerla, si bien navega a una veloci-
dad de 24.135 kilómetros por hora, presentando los demás planetas variaciones
semejantes de velocidad y extensión de órbitas.
Si estos cuerpos celestiales se movieran sobre una línea recta, los más pe-
queños y veloces adelantarían bien pronto a los más voluminosos y lentos, pero
siendo así que su movimiento es circular, pasan por un punto de observación de-
terminado una y otra vez. "Si este punto de observación fuese inmóvil”, el mo-
vimiento de avance constante de los planetas de sus órbitas respectivas, sería
visible para todos los observadores, pero esta es la dificultad: "no existe ningún
punto inmóvil"; cada partícula, desde Júpiter, el gigante de nuestro sistema solar,
hasta la más mínima expresión de volumen, todo se halla en movimiento constan-
te alrededor de un centro común y por lo tanto "hay momentos en que un planeta
se mueve casi transversalmente con relación a la órbita de otro planeta" y "aquel
parece como si durante un espacio de tiempo variable permaneciese inmóvil
en su órbita”. Los astrónomos describen este fenómeno de espejismo diciendo
que "aquel planeta está estacionado o inmóvil".
Por otro lado, esta moción oblicua de los planetas con relación a la posición
de la Tierra en su órbita, hace que "parezca que su movimiento en el Zodíaco
es hacia atrás", y a esta "apariencia" o ilusión óptica, la conocemos con el nom-
bre de "Retrogradación".
En las Efemérides se encuentra en algunas ocasiones en las columnas que
constituyen una R mayúscula, la cual nos indica la hora del día en la que el plane-

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ta a que se refiera "parece" que empieza a retroceder en su camino; y esta apa-


rente retrogradación continúa hasta que en la misma columna encontramos una D
mayúscula, con la cual se significa que el "fenómeno óptico" observado desde
nuestro planeta, de marcha hacia atrás, termina, y comienza otra vez el movimien-
to directo o hacia adelante.
Pero aunque este movimiento de retroceso es solo "aparente," tiene un
efecto muy real y efectivo respecto a las influencias que puede ejercer el planeta,
puesto que es el "ángulo" del rayo del mismo lo que determina su poder e in-
fluencia. Los planetas son focos que transmiten e intensifican las propiedades de
las estrellas fijas, por lo que nos afectan en un grado mucho más elevado que
cuando no se hallan enfocados sobre el punto de observación: el lugar del naci-
miento.
Supongamos que en el momento del nacimiento de un niño observamos a
Saturno y detrás de él, justamente en línea con nuestro punto de observación,
vemos la estrella fija "Antares”, que se halla aproximadamente a los 8 grados de
Sagitario. En tal caso el nacido estará propenso a sufrir afecciones de la vista, las
cuales son suficientemente graves aunque el planeta vaya "directo" en su órbita,
como generalmente es el caso, pues entonces Antares saldrá fuera del foco gra-
dualmente y Saturno no volverá a encontrarse en conjunción con ella hasta que
haya completado una revolución alrededor del Sol (lo cual como ya sabemos eje-
cuta aproximadamente en 29 años.) Pero si por el contrario, vemos que al día si-
guiente, y así sucesivamente por el espacio de una semana o dos, también en
este caso Antares sale fuera del foco formado por el planeta y esta estrella; pero
aquí está la diferencia importantísima, que, en vez de tardar 29 años para vol-
ver a encontrarse cuando Saturno marcha "directo," en este caso formará la se-
gunda conjunción con Antares en el curso de una cuantas semanas después del
nacimiento, y esta repetición seguida de la influencia perniciosa del rayo focal de
la conjunción de Saturno con Antares, puede agravar el defecto innato del niño
hasta el extremo, que, aunque la moción retrogresiva de un planeta es solo
aparente, su influencia sobre los intereses humanos es excepcionalmente
real.

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CAPÍTULO VI

LOS ASPECTOS

El círculo del Zodíaco, al igual que otro cualquier círculo, es divisible en 360
grados. Dentro de este círculo las esferas celestiales se mueven ordenada pero
distintamente, como se deja dicho en el capítulo I. Por lo tanto, los planetas que se
mueven lentamente son alcanzados, pasados y vueltos a adelantar por los más
veloces. Cuando un planeta se halla un cierto número de grados separado de otro
planeta, se dice que está en aspecto. Éstos aspectos son los que siguen:

Tendremos, pues, que el aspecto llamado de conjunción, como su mismo


nombre lo indica, se verifica cuando dos planetas se hallan juntos en un sentido
perpendicular. El de oposición, cuando se hallan a una distancia de 180 grados; la
cuadratura, o sea, la cuarta parte del círculo, cuando se encuentran a 90 grados, o
a 270 grados, contados por la parte más lejana, y que esto indica que faltan 90
grados para encontrarse. El sextil, o sea, la sexta parte, cuando se hallan separa-
dos por 60 grados o 300, contados como en el caso anterior. El trino, cuando los
separa a dos planetas 120 grados o 240, que indica que si continuamos nuestra
cuenta, nos faltan 120 grados para juntarse y el paralelo, que es cuando dos pla-
netas se hallan en el mismo grado de declinación, bien sea al Norte o al Sur del
Ecuador Celestial.
De los aspectos mencionados arriba, la Oposición y la Cuadratura están
considerados como malos, mientras que la Conjunción y el Paralelo están clasifi-
cados como indeterminados. Si ocurren entre los planetas llamados buenos, traen
buenos resultados, y viceversa, al ocurrir entre los planetas de mala característica,
producen resultados adversos. Un horóscopo se considera afortunado o todo lo
contrario, con arreglo al mayor número de trinos y sextiles en comparación con las
cuadraturas y las oposiciones.
Semejante punto de vista es equivocado. En el Reino del Padre no hay na-
da malo. Todo en el Universo trabaja y se afana hacia el bien y hacia el progreso,

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aunque aparentemente, a nuestra limitada inteligencia, aparezca de otro modo, y


lo que aparece así es solo bien en formación. Cuando un lapidario o picapedrero
está trabajando y cortando una piedra preciosa, aplica un lado después de otro a
la piedra de esmeril, y a cada contacto, podemos sentir un doloroso quejido, como
si la piedra pudiese sufrir dolor. Gradualmente, sin embargo, y como resultado del
proceso del esmerilado y pulido, la piedra adquiere una bellísima y refulgente cla-
ridad, con numerosas facetas capaces de recibir, reflejar y refractar la brillante luz
del Sol.
La misma operación se produce con nosotros por el sufrimiento que las ma-
las configuraciones y aspectos nos reportan.
Dios y sus ministros, los Siete Espíritus Planetarios, son los picapedreros y
el hombre es un diamante en bruto. Para pulir y descubrir su naturaleza espiritual,
son necesarias experiencias variadas. Ellas pueden ser placenteras o de otro mo-
do, pero puede asegurarse que las experiencias adversas, que nos traen los lla-
mados malos aspectos, son factores poderosos en el desenvolvimiento de nuestra
fibra espiritual desprendiéndonos de mucho de nuestro egoísmo, sirviendo para
hacernos más tolerantes y simpáticos, de igual modo que el duro esmeril sirve pa-
ra remover la capa rústica del diamante.
Aunque un horóscopo lleno de cuadraturas y oposiciones pueda indicar lo
que ordinariamente se entiende como una "vida dura”, es infinitamente preferible,
desde un punto de vista espiritual, a otro horóscopo con buenos aspectos sola-
mente, pues en este caso, el resultado será una existencia insípida, mientras que
el anterior, el "malo”, dará acción y eficacia a la vida en una u otra dirección.
Además, como las estrellas no compelen, sino que indican las tendencias
solamente, es potestativo de nuestra personalidad para transmutar el mal presente
en bien futuro. De este modo trabajaremos con los astros y los regiremos por la
obediencia a la ley cósmica.
La influencia de un aspecto entre los planetas al nacer se siente aunque no
se hallen exactamente 60, 90, 120 ó 180 grados separados, y se admite lo que se
llama una órbita de 6 grados.
En la carta adjunta Saturno y Júpiter están dentro de la órbita el uno del otro
porque uno está en 1 grado y el otro en los 7 grados de Aries. Saturno, al estar en
el primer grado de Aries, está también en órbita con Marte en los 3 grados y con
Mercurio en los 5 grados, pero no lo está con el Sol, la Luna y Venus, pues hay
más de 6 grados del 1º en que está Saturno, a los 9, 12 y 14 grados respectiva-
mente ocupados por el Sol, la Luna y Venus.
La razón espiritual para esta órbita es como sigue. Además del cuerpo físi-
co que nosotros vemos, por nuestros sentidos de la visión, el hombre tiene tam-
bién vehículos invisibles, llamados por Pablo cuerpos espirituales, y el hombre en
sí mismo es un espíritu.
Cuando nosotros hayamos desarrollado la facultad de visión espiritual que
se halla latente en todos los hombres, veremos estos sutiles cuerpos proyectán-
dose alrededor del cuerpo físico, el cual está colocado en el centro de su aura, al
igual que la yema de un huevo se halla colocada en el centro, rodeada por la clara
en todas direcciones.

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Antes de que los cuerpos de dos personas se pongan en contacto físico sus
auras se confunden, lo cual es la razón del por qué nosotros "sentimos algunas
veces la presencia de otro”, antes de que nos demos cuenta de ello por medio
de nuestros sentidos ordinarios.
"Como es abajo, así es arriba”. El hombre está hecho a imagen de Dios y
de sus ministros, los ángeles estelares. Cada planeta tiene un mundo invisible que
se extiende en el espacio más allá de la esfera densa visible por el ojo. Cuando
estas auras planetarias se confunden (llamado aspecto en astrología) se deja sen-
tir o, preferiblemente, se manifiesta una influencia, aunque los planetas en cues-
tión estén aún separados por más de 6 grados, que es la distancia observada a la
que comienza a sentirse la influencia de los aspectos, o bien hayan pasado esta
órbita de 6 grados para que la influencia de ese aspecto cese.
Con objeto de determinar a simple vista el aspecto que cada planeta tiene con otro
en el horóscopo, cuando se hallan dentro de la órbita, anotamos a continuación la
división de los signos zodiacales:

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Los planetas en signos cardinales están en conjunción, cuadratura u oposi-


ción si están dentro de órbita; los planetas en signos Fijos están también en con-
junción, cuadratura u oposición si se hallan dentro de órbita y lo mismo pasa con
los planetas que están en signos Comunes. Una mirada al horóscopo nos revelará
cuál de los tres aspectos es el que forman entre sí los planetas.
Otra división del Zodíaco es la siguiente:

Los planetas en signos de fuego están en conjunción o trino si se hallan


dentro de órbita y los planetas en signos de tierra están en trino o conjunción, y lo
mismo los planetas en signos de aire o agua, como está indicado en el diagrama
anterior.

Exaltación y Dignificación esencial

Se dice que los planetas "rigen" o están "dignificados esencialmente" en de-


terminados signos, en los cuales la naturaleza peculiar del planeta y del signo ar-
monizan. Cuando están situados en los signos opuestos se hallan en su "detri-
mento" y de aquí que estén en desármenla con los que los rodean.
Los planetas son más poderosos en unos signos que en otros y se dice que
están "exaltados" cuando se hallan en tales signos. Cuando se encuentran en los
signos opuestos se dice que están en su "caída" y por lo tanto, relativamente débi-
les.
La tabla siguiente nos indicará los planetas y los signos en los cuales son
fuertes o débiles, de acuerdo con lo que dejamos dicho. Debe observarse que ca-
da uno de los planetas, con la excepción de Urano y Neptuno, rigen a dos signos,
y también que el Sol y la Luna rigen un signo solamente cada uno de ellos. Obsér-
vese también que Urano y Saturno son co-regentes de Acuario y que Neptuno y
Júpiter lo son de Piscis.

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