T-421-92 - Educacion Libertad de Culto
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T-421/92
DERECHO A LA EDUCACION
LIBERTAD DE ENSEÑANZA
EXCEPCION DE INCONSTITUCIONALIDAD
Magistrado Ponente:
ALEJANDRO MARTINEZ CABALLERO
Ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1. Solicitud
Dicha petición no fue atendida por las directivas de la Escuela, sino que por el
contrario se empeñaron en inducir al estudiante en los valores morales de la
religión católica, al presentar a los padres un plan de "trabajo reeducativo"
para el hijo. Este plan fue rechazado por los padres del educando.
Ante este hecho los padres del educando recurrieron entonces a la acción de
tutela.
Los siguientes fueron los argumentos del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Manizales para acceder a la solicitud:
II FUNDAMENTOS JURIDICOS
La libertad de cultos bebe así mismo en las fuentes del derecho al libre
desarrollo de la personalidad, pues es la persona, o por ella sus padres si es
menor, la que debe escoger su propia vida espiritual y los parámetros que han
de guiar su conciencia. Una intromisión de un educador que busque moldear la
adhesión a un cierto culto o su supresión, en contra del consentimiento del
educando, incurre en una inaceptable agresión a la libertad de pensar y de
creer en lo que cada uno desea.
4. Los padres, y en sus casos los tutores, tienen derecho a que sus hijos
o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo
con sus propias convicciones."
1
Vid. Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos. Winsconsin vs.Yoder. 406 US 205, 92 S. Ct. 1526,32 L. Ed. @d. 15 (1972).
2
Vid. Fallo de la Corte Suprema de Argentina, marzo 6 de 1979, caso Barros us Consejo Nacional de Educación.
culto respectivo con la moral cristiana y, en todo caso, sometiendo su ejercicio
a las leyes.
3
Cfr. Maquiavelo, Nicolás. El Príncipe. Capítulos XI y XVII. Editorial Bruguera.Barcelona, 1974. En este libro, escrito en 1513, el
Secretario Florentino divorcia el poder político del poder religioso.
4
Cfr. Sentencia Nº T-403 precitada, pág. 8-9.
5
Gaceta Constitucional Nº 82, pág. 10.
que limita su campo al religioso. En el nuevo ordenamiento, la libertad
de conciencia se predica también de toda creencia, o ideología.
Los niños fueron objeto de una particular protección por parte del
constituyente. Puede decirse que sus derechos ostentan un plus respecto de los
demás. Por ejemplo la Carta, en el artículo 44, consagra el único derecho
constitucional fundamental expreso.
Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás"
(subrayas no originales).
1.7. De los derechos de los padres para escoger la educación de sus hijos
No sólo está en juego en este negocio la libertad de culto del niño Raúl
Vladimir, sino también, por su condición de menor, el derecho constitucional
de sus padres para escoger libremente el tipo de educación que desean para su
hijo.
Paralelamente a su derecho, y como carga del mismo, los padres del niño Raúl
Vladimir García Bedoya tienen el deber de educarlo. Ello no es sino la
manifestación del concepto del derecho-deber, ya elaborado por esta misma
Sala de Revisión.8 8
9
Idem, pág. 31.
El artículo 67 de la Constitución sostiene:
Por último, como ya lo tiene establecido esta Sala de Revisión, "el artículo 93
de la Constitución le confiere a los tratados internacionales sobre Derechos
Humanos el carácter de norma prevalente en el ordenamiento interno, si se
ajustan al orden constitucional, y les otorga la condición de criterio de
interpretación constitucional para buscar el sentido de los derechos y deberes
consagrados en la Carta Fundamental."1 0 10
2. De la razón jurídica
1010
Cfr. Sentencia de la Corte Constitucional Nº T-785, pág. 14.
Es preciso entender no sólo que existe "el otro", la otredad, la alteridad, sino
que el hombre debe hacer aún un esfuerzo para comprender que ese otro es
distinto, a veces contrario y, sin embargo, es preciso convivir en el mundo
con él. Hay espacio para todos.
Cfr. Freud, Sigmund, Introducción al Psicoanálisis. Alianza Editorial.16ª edición. Madrid, 1988. Pág. 17,
1111
donde afirma que lo psíquico es un compuesto de procesos de la naturaleza del sentimiento, del pensamiento
y de la voluntad.
1212
Lacan, Jacques. Seminario Lógica del Fantasma. París, 1966-1967.
1313
Cfr. Miller, Jonathan; Gelli, María Angélica y Cayuso, Susana. Constitución y derechos humanos. Tomo II. Editorial Astrea. Buenos
Aires, 1991.Pág. 632.
Como ya lo ha establecido la Corte Constitucional, en su sentencia Nº T-403,
"las libertades de culto y de expresión ostentan el carácter de derechos
fundamentales, no solamente por su consagración positiva y su naturaleza de
derechos de aplicación inmediata, sino, sobre todo, por su importancia para la
autorrealización del individuo en su vida en comunidad.
Ahora bien, como lo tiene establecido esta Corporación, "la religión ocupa un
lugar tan destacado en la autorrealización de la personalidad que las fricciones
entre diferentes grupos por tal causa deben ser un factor previsible y por ello
no necesariamente indeseable.
La vida religiosa es del fuero íntimo del ser, de suerte que resulta intolerable la
posibilidad de ser manipulada desde el exterior.
1414
Corte Constitucional. Sentencia Nº T-403, de junio 3 de 1992, pág. 6.
1515
Sentencia Nº 403, pág. 23.
1616
Cfr. Secretariado Permanente del Episcopado. La verdad sobre el concordato colombiano. Bogotá,, 1988. Pág. 61.
5. Según el artículo 19 de la Carta, "todas las confesiones religiosas e iglesias
son igualmente libres ante la ley." Esta norma, desde luego, es una aplicación
en materia religiosa del principio de igualdad material genérico de que trata el
artículo 13 idem, según el cual las situaciones iguales deben tratarse de
manera semejante.
Esta acción hunde sus raíces en los campos del principio de la efectividad de
los derechos, que según el artículo 2º constitucional es uno de los fines
esenciales del Estado, todo ello inscrito en el deseo del constituyente y de los
colombianos de construír un Estado social de derecho que propenda como fin
último por la dignidad de la persona.
La acción de tutela exige además que, como en este caso, no existan otros
medios de defensa judiciales.
Procede pues la tutela de los derechos de los petentes porque con la conducta
desplegada por la Secretaría de Educación de Caldas, a través de un
equivocado concepto de la oficina jurídica de octubre de 1991, se violan
claramente los derechos al libre desarrollo de la personalidad del educando
(art. 14), a la libertad de conciencia (art. 18), a la libertad de cultos y
religiones (art. 19) y sus derechos fundamentales en tanto que niño (art. 44),
así como se violan también los derechos de sus padres a educarlos conforme a
sus creencias (art. 68.4). También se vulneran claramente las normas
internacionales arriba citadas.
En efecto, en dicho concepto jurídico se afirma que "si bien es cierto que en la
Constitución Política de Colombia de 1991 se garantiza la libertad de
enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra y en su artículo 68, inciso 4,
parte final, establece "en los establecimientos del Estado ninguna persona
podrá ser obligada a recibir educación religiosa". También es cierto que no ha
salido reglamentación alguna sobre el particular: en consecuencia, hasta que
no se reglamente, y en el pensum curricular no se modifique, los
establecimientos oficiales tendrán que continuar aplicando lo reglamentado en
materia de orientación básica para la administración curricular..." (subrayas no
originales).
Del examen del Decreto 1002 de 1984, a la luz de las tres disposiciones
constitucionales citadas, se infiere en forma razonable que las autoridades
educativas tanto departamentales como de la institución concreta no podían
darle prelación a un reglamento sobre las disposiciones constitucionales sin
violar con ello la Carta, de 1991, como tampoco lo podían hacer antes, al tenor
del artículo 215 de la Constitución de 1886.
Para esta Sala de la Corte, en efecto, es claro que debió darse primacía a las
normas constitucionales que protegían los derechos fundamentales de los
petentes, pues ellas son superiores (art. 4º). Ello porque toda norma, sea cual
fuere su naturaleza jurídica, anterior o posterior a la carta de 1991, está
subordinada en su aplicación a la conformidad con la Constitución. En este
sentido, una norma jurídica violatoria de la Constitución es, si fuere anterior
su vigencia, derogada; y, si fuere con posterioridad, no aplicable.
4. Segundo, el artículo 85 de la Constitución dice:
Las normas constitucionales citadas son de aplicación inmediata, esto es, que
no requieren un previo desarrollo normativo para hacerse efectivas (art. 85).
De todas maneras, si se requiriera un tal desarrollo normativo, según el
artículo 93 de la Carta, desde el 5 de julio de 1991 se incorporó
automáticamente al derecho colombiano todo un conjunto de disposiciones
que reglamentan los derechos humanos, en este caso, el Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos,
la Convención Americana de los Derechos Humanos y la Convención sobre
los Derechos del Niño (vid supra).
5. Tercero, el artículo 44 idem dice que "los derechos de los niños prevalecen
sobre los derechos de los demás."
8. Observa de paso esta Sala que distinto sería el caso para las instituciones
educativas particulares o privadas, en donde la interpretación constitucional
estaría matizada por elementos conceptuales adicionales, tales como los
enunciados en los artículo 27 y 333, sobre los cuales no es del caso detenerse.
9. Con las conductas descritas se han desconocido también los derechos de los
padres del educando: Amparo Bedoya Díaz y José Raúl García García.
En efecto, el artículo 68.4 dice que "los padres de familia tendrán derecho de
escoger el tipo de educación para sus hijos menores". Aquí sin embargo la
escuela Julio Zuluaga ha querido imponer un tipo de educación religiosa en
contra de la libre decisión de los padres. Ello es contrario a la Carta pues el
carácter de padre no se limita al hecho de dar la vida, sino que implica
también, como algo inherente a su esencia, el hecho de orientar
espiritualmente a los hijos. Ello incluso es un deber de los padres, según el
artículo 42.5 de la Carta. Luego no tienen más derecho los educadores que los
padres -educadores primigenios- para decidir el tipo de formación religiosa de
un niño.
RESUELVE
1717
Vid. Alzaga Villamil, Oscar. Comentario Sistemático a Constitución Española de 1978. Ediciones de Foro. Madrid, 1978. Pág. 259
1818
Cfr. Fallo T-02, reiterado por todas las otras Salas de Revisión de tutela de la Corte Constitucional.
TERCERO: Líbrense por Secretaría las comunicaciones de que trata el
artículo 36 del Decreto 2591 de 1991 para los efectos allí contemplados.