La Casa de Asterion
La Casa de Asterion
La Casa de Asterion
RESUMEN
Este documento tiene como objetivo dar a leer la soledad latinoamericana en “La casa de
Asterión” de Jorge Luis Borges como una aproximación a la narrativa del escrito argentino.
A partir de este relato, se proponen resonancias e imágenes respecto a la soledad como
tema y condición en el contexto latinoamericano.
APERTURA
L
atinoamérica siempre ha sido un territorio particular. No ha vivido guerras
mundiales, pero sí ha sufrido sus consecuencias. Es acusado de subdesarrollo o
tercermundismo, pero es quien termina sosteniendo el desarrollo y
primermundismo de países foráneos. Se le acusa de esnobismo y no tener identidad propia
pero el desarraigo, el aniquilamiento de sus raíces proviene precisamente de quienes
apuntan con el dedo acusador. Es, precisamente, la literatura un lugar desde el cual el
latinoamericano puede pensarse en un intento de plasmar su condición propia. En la
literatura latinoamericana, el tema de la soledad, no es un tópico sino una condición, un
pretexto para narrar y contar su condición existencial, humana, regional, territorial.
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Estudiante de Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana, IDEAD, Universidad del Tolima. Correo:
lfbarriosp@ut.edu.co. Colombia. Áreas de interés: Literatura, Pedagogía, Educación, Narrativa.
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UNA APROXIMACIÓN A LA NARRATIVA BORGEANA
Jorge Luis Borges (1899-1986)2 es un escritor que no requiere presentación, es uno de los
más relevantes de Latinoamérica, incluso, se podría considerar de la literatura universal.
Tal vez, por ello, es de esos escritores que tuvo que haber sido premiado con el premio
Nobel, pero nunca lo obtuvo.
Su obra corresponde con la polifonía que propone Bajtin (1982, p. 327) puesto que pone de
manifiesto la interacción de múltiples voces, conciencias, puntos de vista y registros
lingüísticos: aspectos que configuran un tejido dialógico que lleva a una heterofonía o
polifonía textual, lo cual, posibilita la aparición de voces distintas, en este caso, alrededor
de la soledad.3
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Su influencia no solo permea lo literario, pues se bifurca (para usar una palabra borgiana) a la filosofía
(Recordemos el prólogo de “Las palabras y las cosas” de Michel Foucault), a la semiótica (En Umberto Eco
con “El nombre De la Rosa” novela que aborda aspectos semióticos y que hace un extraño homenaje a Borges
con el personaje de Jorge de Burgos, el bibliotecario ciego que está presente en toda la trama), al arte (Los
dibujos de Escher y esos espacios simultáneos e infinitos que no tienen principio ni final en un permanente
laberinto).
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Ya lo mencionaría Carlos Fuentes (2011): “Borges abolió las barreras de la comunicación entre las
literaturas, enriqueció nuestro hogar lingüístico castellano con todas las tesorerías imaginables de la literatura
de Oriente y Occidente, y nos permitió ir hacia delante con un sentimiento de poseer más de lo que habíamos
escrito…”
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cuento proviene del mito del Minotauro.4 Figura legendaria griega que sigue presente hasta
hoy.
Borges hace casi una reescritura del relato mítico griego. Una monstruosidad nacida de
unos reyes es una amenaza, la cual se ha tomado un reino imposible de liberar, primero por
esa figura mitad hombre-mitad toro; segundo, por el lugar que habita y domina, el
laberinto. Dos temas que apasionan a Borges, los laberintos y las bestias, de ahí su
bestiario. Cada año al laberinto, entran a perderse para encontrar la muerte, una serie de
hombres ingresan con la promesa de fenecer al minotauro y así, conquistar un reino incierto
(Un reino de soledad, tal vez). Cada hombre cae muerto a cabezazos, topetazos, cada año,
incesantemente, hasta que un hilo que guía y una espada que mata llegan a la criatura, como
redención.
Borges le da la vuelta a ese relato. La monstruosidad feroz, se convierte en un tierno niño,
en un solitario abismado por su casa y su soledad, pues habita ambas, al tiempo,
simultáneamente. La soledad es la compañía del minotauro, es ese otro Asterión que juega
con él a visitar la casa. La soledad se ríe con él cuando se equivoca. Ambos ríen, una
imagen de la soledad contundente. Su soledad se exacerba por la voz dada a Asterión. El
protagonista es él. Él es quien narra su historia, da su mirada al lector y describe su espacio.
Es él quien cuenta su soledad y no la dimensiona. Asterión con su voz se muestra
vulnerable, a la espera de quien lo libere, aunque no se sienta prisionero. Borges saca de su
silencio antediluviano al supuesto monstruo, quien cuenta su historia, proponiendo una
narración alternativa, a contrapelo de la oficial.
La presencia de la soledad en La casa de Asterión, se convierte en una especie de personaje
que cohabita con el minotauro su laberíntica casa, que por cierto es infinita y donde se
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Cabe recordar que el mito se sitúa en el reino de Creta que dirige el rey Minos y su reina Pasifae. El rey, pide
ayuda a Poseidón, dios del mar para acceder al trono. Ante el cumplimiento de su deseo, el dios pide que,
como agradecimiento, el rey Minos sacrifique a su nombre a un magnífico toro blanco. Ante la petición del
dios, el rey sacrifica otro toro buscando engañarlo.
Tomado por la ira Poseidón, se venga del rey haciendo que la reina Pasifae se enamore de un toro enviado por
el dios de los mares, con el que, la reina tiene una unión contranatural de la cual nace el minotauro: criatura
mitad humana-mitad toro, llamada Asterión, quien será encerrado y mantenido prisionero para siempre en el
laberinto diseñado por Dédalo, arquitecto del reino.
Para alimentar al monstruo cada año ingresan al laberinto 7 jóvenes y una doncella. Hasta que Teseo se
presenta al rey Minos prometiendo aniquilar a la bestia, el cual lo consigue con la ayuda de Ariadna y un
ovillo de lana. Ese es el mito, la historia fundacional, el relato oficial. Las palabras que se heredaron.
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hallará: “la quietud y la soledad.” (2009, p. 77). Borges, a pesar de ser identificado como un
escritor erudito e intelectual que a veces parece impenetrable y complejo, en su cuento de
Asterión aborda una sensación humana (¿y animal?) cotidiana, como lo es la soledad.
Sensación que, en palabras de Cortázar (1970), "se convierte en el resumen implacable de
una cierta condición humana, o en el símbolo quemante de un orden social o histórico".
Incluso, quien la siente es una criatura monstruosa que no sabe leer. Dice Asterión: “Cierta
impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro porque
las noches y los días son largos.” (2009, p. 78), son largos por la soledad, sutilmente Borges
presenta la soledad del minotauro, también, por su incapacidad de leer. La lectura se
presenta como compañía, como un encuentro con otras ausencias y consigo mismo. Quien
lee aliviana sus días y noches, y no se halla tan solo.
Ahora bien, la soledad del minotauro radica en verse único. Solo hay uno de su especie:
“Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar
una sola vez: arriba, el intrincado Sol; abajo, Asterión.” (p. 80) Dos soledades que se
encuentran, cósmicas, infinitas como su casa. Lo común, lo que puede compartirse, para
Asterión se presenta en el sol, las estrellas… astros que le revelan su soledad, pues están
solo una vez. Asterión está a la espera. En su monólogo mientras juega y al saber que cada
9 años ciertos hombres entran a su casa, él oye sus pasos o su voz en el fondo de las galeras
y corre alegremente a buscarlos, como si llegaran acompañantes a jugar. Sin darse cuenta
los mata a cabezazos, van cayendo ante la brusquedad y torpeza de un niño emocionado.
Sin embargo, con los pasos y voces que quedan antes de desaparecer en la embestida,
Asterión escucha que uno de sus visitantes profetizó que llegaría algún día su redentor.
Ante la posibilidad Asterión dice con su voz recuperada:
Borges muestra desde diferentes puntos la soledad del minotauro, podría decirse, diferentes
tipos de soledad, una encadenada a otra, vinculada. De acuerdo con Bajtín (1988), el cuento
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presenta: “la pluralidad de voces y conciencias independientes e inconfundibles, la
auténtica polifonía de voces autónomas.” (p.16), lo cual viene a ser un rasgo notable en la
narrativa de Borges: la soledad es polifónica.
Ahora bien, desde la lectura del cuento, la imagen más contundente y que se asocia a
Latinoamérica es la del juego del otro Asterión. El minotauro con inocencia nos narra:
Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que viene a
visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora
volvemos a la encrucijada anterior o ahora desembocamos en otro patio o Bien
decía yo que te gustaría la canaleta o ahora verás una cisterna que se llenó de arena
o ya verás cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos
buenamente los dos. (2009, p. 79)
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(No se puede olvidar la disputa histórica entre Argentina e Inglaterra por las Islas Malvinas. Conflicto que
no solo llegó a ámbitos políticos y militares, también a contextos futbolísticos, cabe decir que Borges
denigraba del futbol, otro punto de desencuentro con su Argentina y Latinoamérica).
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Tal vez, la manera de Borges ilustrar lo que es Latinoamérica se encuentra en su afamado
cuento El Aleph. Latinoamérica es el punto donde convergen todos los puntos, es la ventana
desde donde podemos mirar todo. Quizá es la angustia, pero la virtud del mestizaje: “no
debemos temer, debemos pensar que nuestro patrimonio es el universo” (Borges, 1996,
p.273). Borges no niega eso que heredamos: “Creo que nuestra tradición es toda la cultura
occidental y creo también que tenemos derecho a esa tradición, mayor que el que pueden
tener los habitantes de una u otra nación occidental.” (p. 271) Sin embargo, y es el caso de
La casa de Asterión, que por cierto se convierte en un ejercicio afín a las corrientes de
pensamiento latinoamericano y decolonial, Borges, no se queda con la historia oficial y
hegemónica, contrariamente, le da la vuelta, la deconstruye y configura otro relato que
puede considerarse, la historia detrás de la historia, la verdad a contrapelo, el relato del
vencido, del oprimido, en este caso el minotauro. Borges no muestra la victoria de Teseo, la
perspicacia de Ariadna. Borges nos dibuja la vulnerabilidad del monstruo, su ingenuidad,
pero sobre todo su soledad.
CIERRE
La interpretación de la soledad en Borges se presenta múltiple. Da lugar a diferentes
miradas y recoge distintos ecos. No se muestra una única manera de escribir la soledad ni
de encarnarla, pues, surgen influencias, contextos, particularidades territoriales y estilos que
dan lugar a una lectura polifónica de una inquietud latente en la literatura en Latinoamérica,
que, a pesar de no estar claramente definida, está allí, preguntándose, interpelando desde lo
poético por esa condición propia.
En ese sentido, para este texto el cuento La casa de Asterión se presenta como un hilo
narrativo, la soledad, porque muestra aspectos como la alteridad, la monstruosidad, lo otro,
la reescritura; de modo que, convoca a otros personajes y otros escenarios que configuran
ese laberinto del cual no es posible escapar y en el que nos hallamos con nuestra propia
soledad.
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REFERENCIA BIBLIOGRAFÍA
Bajtín, Mijaíl (1982). Estética de la creación verbal. México: siglo XXI.
----------------- (1988). Problemas de la poética de Dostoievski, trad. de Tatiana Bubnova.
México: Fondo de Cultura Económica. (Breviarios No. 417).
Borges, Jorge Luis. (1996). Obras completas. Buenos Aires: Emecé.
-------------------------------- “La casa de Asterión”. En: El Aleph. Alianza Editorial, Madrid.
Borges J. L. & Fernández Ferrer A. (1988). Borges A/Z. Colección La Biblioteca de Babel.
Cortázar, Julio (1970). Algunos aspectos del cuento. Conferencia.
Fuentes, Carlos (2011). La gran novela latinoamericana. Buenos Aires: Alfaguara.
Rivera, I. (2010). Borges: una visión latinoamericana (tradición y traición). Proyecto
patrimonio.
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