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RESUMEN
El almacenamiento de burlanda húmeda de maíz, ya sea sola o en mezcla con alimentos fibrosos, es una al-
ternativa para aquellos productores que utilicen este subproducto. Su implementación requiere de un análisis eco-
nómico y técnico, que evalúe tanto su aplicación práctica como su valor nutricional y su efecto en la rentabilidad
del sistema. El objetivo de este trabajo fue realizar un análisis económico de la utilización de burlanda húmeda de
maíz almacenada, en dietas de terminación de novillos de engorde a corral. Para este análisis se consideró el caso
del establecimiento La Reserva, ubicado en la localidad de Tortugas, Santa Fe. El estudio de costos permitió cal-
cular el precio de la materia seca de burlanda adquirida en épocas de baja cotización y almacenada con dos fuen-
tes de fibra, bajo dos estructuras de almacenamiento y evaluar comparativamente con burlanda húmeda adquirida
en épocas de alta cotización. Se formularon dietas isoprotéicas e isoenergéticas para estimar el aumento de peso
producido y su costo. También se comparó el costo del kilogramo de proteína aportada por este subproducto al-
macenado con fibra, respecto a otras fuentes proteicas. Los resultados demostraron que, desde el punto de vista
económico, sería conveniente adquirir la burlanda húmeda en épocas de baja cotización y almacenarla con fibra,
lo que permitiría conservar este subproducto para que el productor lo tenga disponible en épocas de alta cotiza-
ción. El precio del kilogramo de aumento de peso y de proteína es menor con esta alternativa si se la compara con
adquirir burlanda en épocas de alta cotización. El costo del flete de la burlanda húmeda al establecimiento La
Reserva impacta negativamente en el costo del kilogramo de proteína. Esto hace que frente a otras fuentes protei-
cas, no convenga utilizar la burlanda húmeda bajo las condiciones analizadas, debido a su alto porcentaje de hu-
medad. La utilización de burlanda almacenada con fibra en dietas para bovinos, permitiría mejorar la calidad de
esta última, generando un aumento en el consumo, en la eficiencia de conversión y en la ganancia media diaria de
peso, con respecto al uso de estos alimentos por separado.
Palabras claves: burlanda, WDGS, almacenamiento, fibra, dieta.
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
La burlanda húmeda de maíz, también llamada granos de destilería húmedos más solubles o WDGS según sus
siglas en inglés, es un subproducto de la molienda seca del cereal para la producción de etanol. Este proceso con-
siste en la fermentación del almidón del grano mediante la utilización del agregado de enzimas y levadura. Apro-
ximadamente dos tercios del maíz es el almidón, como consecuencia una vez que este es fermentado, los demás
nutrientes se encuentran tres veces más concentrados en el residuo de destilería. El contenido de proteína se in-
crementa de 10 a 30%, el de grasa de 4 a 12%, la FDN entre 12 y 36%, y el P 0,3-0,9% (Erickson et al., 2007).
Esta composición nutricional permite utilizarla en dietas bovinas, para remplazar otras fuentes tradicionales de
proteína y energía de mayor costo, como pellet de girasol y el expeler de soja.
La industria del etanol tiene sus orígenes en la década de 1900 (RFA, 2012). La producción mundial de bio-
etanol ha crecido notablemente esta última década, desde 16.600 millones de litros en 2001 a 83.400 millones de
litros en 2011. EEUU, Brasil y la UE, conjuntamente, representan el 90% de la producción y del consumo mun-
dial, obtenido principalmente de maíz (Maluenda García, 2013). Sin embargo, en la Argentina la producción de
etanol en base maíz, es reciente. En febrero de 2012, se comenzó con la producción de alcohol a partir del grano
de maíz, y consecuentemente con la obtención de subproductos. En el año 2013, se utilizó un 5% de bioetanol
para cortar naftas (450.000 m3), proveniente de etanol de caña de azúcar en un mayor porcentaje y de etanol a
partir de grano de maíz. En diciembre del 2014, el gobierno argentino aumento el corte de nafta con bioetanol al
10% y planea llevarlo al 12% en el 2016. Con este aumento se alcanzará una molienda de maíz con destino a pro-
ducción de etanol de 1,45 millones de toneladas (Bragachini et al., 2014). Esta demanda, será cubierta por la pro-
ducción de las 6 plantas que hoy están instaladas en la Argentina, de las cuales Córdoba cuenta con cuatro (Bio
IV, Porta, ACABIO y Promaíz), las dos restantes, se encuentra ubicadas en Avellaneda provincia de Santa Fe
(Vicentín) y en Villa Mercedes, provincia de San Luis (Diaser). Bajo este contexto, se espera que la producción de
burlanda siga creciendo, y que cada vez más, se la utilice como ingrediente en dietas bovinas. La burlanda, puede
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ser incorporada en la formulación de alimentos balanceados, si ya está seca, o bien directamente a la ración de los
animales, ya sea en su forma seca o húmeda (Arroquy et al., 2014). La burlanda húmeda posee un 35% de materia
seca y la burlanda seca un 90% de materia seca. La burlanda húmeda o WDGS, es el subproducto principal en
volumen que se obtiene de la producción de etanol, el más económico a nivel de energía del proceso global, con
mayor valor nutricional, y que hoy presenta mayores dificultades en su utilización, por el deterioro y pérdida de
calidad que sufre una vez que es expuesto al oxígeno. Una vez que este subproducto es expuesto al oxígeno, su
conservación se limita a 3-4 días en verano y 14-15 en invierno. Este periodo, se ve limitado por la temperatura
ambiente, humedad y lluvias (Christensen et al., 2010). Esto obliga a los productores, a consumirlos en el corto
periodo de tiempo, o almacenarlos bajo condiciones anaeróbicas. Para los grandes productores, o para aquellos
que suministran altas inclusiones en la dieta, este no es un problema, ya que en estos casos la entrega de granos de
destilería húmedos, es programada una vez a la semana. Sin embargo, incluso cuando la cantidad de alimento
requerida permite su uso en fresco, el almacenaje puede ser utilizado como una estrategia para evitar cortes en el
abastecimiento, épocas de escases de alimentos y bajas cotizaciones. Para la conservación de este subproducto, es
necesario lograr ausencia de oxígeno, este requisito, puede lograrse al compactar éste, bajo una estructura de al-
macenamiento, pero el bajo contenido de materia seca y volumen que posee la burlanda húmeda, impide hacerlo,
es necesario mezclarla con otros alimentos fibrosos para secarla y dar volumen (Erickson et al., 2008). Esta es la
razón por la cual, se aconseja almacenar burlanda, cuando ésta presenta bajas cotizaciones en el mercado, ya que a
estos costos hay que sumarle el costo de la fibra y la estructura de almacenamiento. Por este motivo el objetivo de
este trabajo, consiste en realizar un análisis económico de la utilización de burlanda húmeda de maíz almacenada,
en dietas de terminación del engorde a corral La Reserva, ubicado en la localidad de Tortugas, provincia de Santa
Fe.
Los objetivos específicos que se plantearon son los siguientes:
♦ Realizar una búsqueda bibliográfica sobre las técnicas de conservación de la Burlanda Húmeda mezclados
con otros alimentos.
♦ Analizar los costos de almacenar la burlanda junto con heno de alfalfa y paja de trigo en silo bolsa y bunker,
cuando ésta es comprada en épocas de baja cotización, para el engorde a corral La Reserva.
♦ Formular dos dietas isoproteicas e isoenergéticas para los novillos del feedlot “la Reserva”, una con burlanda
húmeda comprada en épocas de baja cotización y almacenada con la fibra como ingrediente y otra que con-
tenga la burlanda comprada en épocas de alta cotización.
♦ Estimar el resultado económico que se obtiene por utilizar burlanda comprada en épocas de baja cotización,
almacenarla con fibra e incluirla en la dietas.
♦ Comparar el costo del kilogramo de proteína aportado por la burlanda húmeda comprada en épocas de baja
cotización y almacenada con fibra con el costo de kilogramo de proteína aportado por el expeler de soja, la
burlanda seca y burlanda húmeda.
CAPÍTULO II
MATERIALES Y MÉTODOS
El siguiente trabajo consta de dos partes, una revisión bibliográfica, en base a la búsqueda de información, en
revistas internacionales de producción animal, ensayos experimentales, simposios y artículos de divulgación cien-
tífica, orientada a los métodos y técnicas de conservación de los granos de destilería húmedos más solubles, y una
segunda parte, en donde se analizaron los costos de almacenar este subproducto adquirido en épocas de baja coti-
zación, con diferentes porcentajes de fibra, 22,5 % de heno de alfalfa de baja calidad y 12,5% de paja de trigo, en
diferentes estructura de almacenamiento, silo bolsa y bunker, para el engorde a corral La Reserva, ubicado en la
localidad de Tortugas, provincia de Santa Fe. Este engorde a corral, se encuentra a 130 km de la planta de bioeta-
nol ACABio, en donde compra la burlanda. En base a esta distancia, se calculó el precio del flete. Estos costos,
fueron estimados con una tabla modelo, confeccionada por la Universidad de Nebraska, para los productores ga-
naderos (Erickson et al., 2008), en la cual, se tuvieron en cuenta los costos de los alimentos, el costo del flete, los
costos de los materiales para la confección del silo, el costo del contratista y las pérdidas durante el almacena-
miento y suministro. Se consideró un 12% de pérdidas para el silo bunker, y un 5% de pérdidas para el silo bolsa.
Este presupuesto nos permitió calcular el costo del kilogramo de materia seca de la mezcla (burlanda + fibra). El
silo bolsa utilizado para el ejemplo es de 9 pies por 75 metros de largo, el cual tiene un costo de U$U 510, en
donde ingresan 250 tn de material tal cual. Estas toneladas, en un caso están compuestas por 194 tn de burlanda
con 32% de materia seca y 56 tn de heno de alfalfa con un 85% de materia seca y en el segundo caso por 219 tn de
burlanda con un 32% de materia seca, y 31 tn de paja de trigo con un 85% de materia seca. Esta misma cantidad
de mezcla, se almacenó en silo bunker. El costo de ensilado tanto en silo bolsa como en silo bunker fue obtenido
de la página de la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros (CACF, 2016), con un costo de ensilado de
$209/tn tal cual el bunker y $230/tn tal cual el embolsado (Anexo 1). El costo del flete utilizado para la burlanda
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fue de $174/tn, este costo fue estimado en base a la tarifa de fletes proporcionada por la planta ACABio (Anexo
2). El Silo bunker se tapó con nylon de polietileno tricapa el cual tiene un costo de $2000. El precio de cotización
de la burlanda, fue calculado como el 30% del promedio, del precio de pizarra del maíz, de los últimos seis meses
(Tabla 1). El ejemplo, se llevó a cabo para el mes de Diciembre del 2015 con una cotización promedio de $463/tn
+ IVA, mes con la cotización promedio más baja, en donde se aconseja al productor comprar una mayor cantidad
de burlanda y almacenar y el mes de Mayo con una cotización promedio de $818/tn + IVA, la más alta registrada
durante esos meses, en donde se aconseja no comprar, o comprar para usarlo en el corto periodo de tiempo. La
variación del precio mes a mes se puede deber a múltiples causas, una de sus principales es el precio pizarra de
Rosario del maíz, otras son: días lluviosos que impidan sacar la carga de la planta y ésta, esté a su máxima capaci-
dad de almacenamiento de burlanda o de bioetanol y disminución o aumento de la demanda.
El costo de la fibra se estimó según los precios que se manejan en las cercanías al establecimiento. Al heno de
alfalfa de baja calidad, se le asignó un valor de $800/tn, y a la paja de trigo de $400/tn, con flete incluido.
El precio del kilogramo de materia seca de la burlanda, comprada en épocas de baja cotización y almacenada
con fibra, se utilizó para estimar los costos de una ración que permita aumentar 1,27 kg por día, durante 111 días,
para llevar a 4000 novillos de 220 kg a 360 kg, peso de faena. El costo de esta ración se comparó, con el costo de
una ración confeccionada, con burlanda comprada durante épocas de alta cotización. El objetivo de este análisis
fue calcular el beneficio económico, que se obtiene por utilizar una u otra. En base al costo calculado de la bur-
landa húmeda almacenada con fibra, se estimó el precio del kilogramo de proteína aportado y se lo comparó con
el costo del kilogramo de proteína aportado de otros alimentos, como el expeler se soja, la burlanda seca y la bur-
landa húmeda. El precio que se tomó de la burlanda seca, corresponden a la cotización de la primera quincena de
Mayo del 2016 (115 usd/tn) +IVA con un dólar a $14,50 y se le sumo el costo del flete desde la planta de $174/tn.
El precio del expeller de soja, fue calculado como el 87.5% del precio de cotización de la soja ($3930/tn), con un
flete de $100/tn, ya que la planta extrusora está a 60 km del establecimiento.
Para formular las dietas y estimar los costos de la ración se utilizó el software MBG (Melo et al., 2013) para
la categoría novillos y la alternativa productiva engorde a corral. Este software presupuesta las necesidades físicas
y económicas de alimentos de las diferentes situaciones. Las dietas confeccionadas serán isoenergéticas e isopro-
téicas con un 76% de digestibilidad. Los ingredientes que se utilizaron además de la burlanda, fueron maíz, heno
de alfalfa de baja calidad, y urea. Para poder estimar el costo del kilogramo de materia seca de la dieta y del au-
mento de peso que ésta permite, a estos alimentos se les asignaron los siguientes precios; maíz $1,08/kg, heno de
alfalfa $0,7/kg y a la urea $5,12/kg.
Tabla 1. Precio de cotización de la Burlanda Húmeda de Maíz en función del precio de pizarra del maíz (BCR).
CAPÍTULO III
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
1. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
Burlanda Húmeda de Maíz
El proceso
Materia prima: Granos de Maíz (Zea mays L.), de híbridos simples dentado duro, provenientes del mercado
de las principales provincias agrícolas de Argentina. El grano de maíz, cariópse en términos botánicos es un fruto
seco indehiscente, el cual se caracteriza por poseer un pericarpio delgado encerrando una sola semilla cuya testa,
si presenta esta unida al pericarpio. Fig. 1 grano de maíz.
Fig. 1 Grano de maíz
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El primer paso del proceso de molienda en seco, es separar el grano de los residuos (ICM, 2012). Una vez que
los granos de maíz están limpios y secos (aproximadamente 15% de humedad), son almacenados en silos para
luego pasar a los molinos de martillos, los cuales muelen el grano a un tamaño adecuado para el proceso posterior
(< 2 mm). El tamaño de partícula puede afectar el rendimiento de etanol (Kelsall y Lyons, 1999), por lo tanto las
plantas de etanol tienden a usar maíz molido muy fino para maximizar el rendimiento de etanol. Una vez que el
grano se muele, se añade agua para hacer una mezcla llamado lodo y se ajusta el pH a 5,8 con ácido sulfúrico
(ICM, 2012).
A continuación, se añaden alfa amilasa y amoniaco a la suspensión, este proceso se realiza a una temperatura
de 85ºC, pH 5.7-5.9 y un tiempo de 2 horas 40 minutos en donde el almidón, que está contenido en el endosper-
mo, es convertido a dextrinas (Bragachini et al., 2014). El propósito de esta fase es dar tiempo a la alfa amilasa
para convertir el almidón en dextrinas de cadena corta. Una vez la mezcla en los tanques de fermentación, se aña-
de glucoamilasa y levaduras. (ICM, 2012). La mezcla en suspensión se convierte en un puré que se mantiene en
los tanques durante 50 a 60 horas, lo que le da a la glucoamilasa tiempo suficiente para convertir la dextrina en
azucares sencillos y para que las levaduras puedan convertir estos a etanol y Co2. (ICM, 2012). Esta etapa llama-
da fermentación es la que más tiempo demanda en el proceso, 50-55 horas aproximadamente (Bragachini et al.,
2014). Luego de la fermentación se pasa a las torres de destilación, de las cuales se obtiene alcohol al 95% y un
producto que se conoce como conjunto de vinaza. El conjunto vinaza se compone de sólidos no fermentables y
agua. La vinaza se elimina de los tanques de destilación y es transferida a la centrífuga. Los dos productos que
salen del proceso de centrifugación son torta húmeda y vinaza delgada (ICM, 2012). El producto torta húmeda
puede ser vendido en forma de granos de destilería húmedos (WDG) o secarse y venderse en forma de granos de
destilería secos (DDG). La vinaza delgada se procesa aún más. Ésta es enviada a través de una serie de evaporado-
res para eliminar la humedad dando como producto los llamados solubles condensados de destilería (CDS). Los
CDS se pueden agregar de nuevo a cualquiera de los dos, dando granos de destilería húmedos más solubles
(WDGS) o granos de destilería secos más solubles (DDGS) (stock et al., 2000). En la fig. 2 se ilustra el proceso de
molienda seca del maíz.
Fig. 2 Proceso de molienda se del Maíz
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En la tabla 3 se puede observar los valores máximos y mínimos en MS, PB, FDN y FDA analizados por el la-
boratorio de forrajes conservados de la EEA INTA Manfredi, de distintas plantas de molienda seca mediante quí-
mica húmeda.
Tabla 3. Valores máximos y mínimos en MS, PB, FDN y FDA analizados por
el laboratorio de forrajes conservados de la EEA INTA.
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seca de la mezcla y así poder compactar. Esto va a permitir aumentar la altura de la pila, aprovechando mejor el
espacio o la capacidad potencial del silo bolsa. Si se utiliza silo bolsa se requiere precaución para asegurarse de
que no queden bolsas de aire debido a mezclas inadecuadas de forraje y burlanda que causen deterioro (Erickson
et al., 2008). Adams et al., 2008 llevaron a cabo seis ensayos en donde se indicaron las cantidades necesarias de
alimentos secos para almacenar con burlanda (34% MS) en silo bolsa a una presión constante de 136 kilogramos
por metro cuadrado, estas proporciones fueron 15 % de heno de gramínea, 12,5 % de paja de trigo, 22,5% heno de
alfalfa, 50% de granos secos de destilería y 60% de gluten feed húmedo (en base seca). Para almacenamiento en
silo bunker los niveles recomendados fueron 40% de heno de gramínea, 30% de paja de trigo y 30% de tallos de
maíz (en base seca).Fig. 4. Cuando se almacena en bunker burlanda mezclada con fibra, se aconseja que el tamaño
de partícula del forraje, sea lo suficientemente pequeña, para facilitar la mezcla y la compactación cuando se utili-
zan tractores (Erickson et al., 2008). Fig. 5.
Ramírez et al., 2010 evaluaron la fermentación secundaria que se producía al añadir alimentos como, ensilaje
de maíz, maíz molido y heno de gramínea a burlanda y almacenarlos. Asumiendo cambios en el pH y ácido butíri-
co que sería característico de crecimiento microbiano y un parámetro a medir. La adición de estos alimentos resul-
tó en incrementos modestos en el pH, cuando se añade a niveles de 50 y 75% de la mezcla total. El aumento en el
pH es probablemente debido a los efectos de dilución que se genera, con la adición de alimentos con un pH supe-
rior a los granos de destilería. El ácido butírico en las mezclas no presentaba diferencias significativas con respec-
to al control cero, las concentraciones fueron relativamente bajas. Esto sugiere que si bien se disminuye la densi-
dad del material a almacenar esto se compensa con la compactación y se detiene la fermentación secundaria.
Kalscheur et al., 2003 llevaron a cabo un ensayo de almacenamiento en silo bolsa con mezclas en diferentes
proporciones de silaje de maíz y burlanda húmeda. Se evaluó la fermentación de la mezcla y las características
físicas. Se concluyó que la burlanda húmeda ensilada con silaje de maíz, se puede utilizar como un método eficaz
para conservar ambos alimentos. La mayor estabilidad aeróbica fue observada en la mezcla 50:50. Esto puede
explicarse con el estudio realizado por Walker and Forster., 2008 en el cual mezclaron y almacenaron granos de
destilería con silaje de maíz y observaron como cambiaban los patrones de fermentación de ácido láctico, hacia
más producción de ácido acético, el cual le da mayor estabilidad aeróbica a la mezcla una vez que es expuesta al
oxígeno.
Fig. 4. Mezcla para almacenar, 17% de heno de alfalfa y 83% burlanda. (EEA INTA Manfredi)
Deterioro
El deterioro microbiano es la causa más común de la pérdida de calidad de los alimentos y se puede manifes-
tar visiblemente con el crecimiento de colonias de hongos, cambios de textura en el alimento (degradación de
polímeros) o malos olores y sabores desagradables que hacen que el alimento pierda palatabilidad. El crecimiento
y la actividad de microorganismos causantes de deterioro, está en función del sustrato base, de los parámetros
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físicos y químicos de este, como pH y humedad, y de parámetros ambientales como temperatura y humedad
(Gram et al., 2002).
El contenido de humedad (65%), peso específico y composición nutricional de la burlanda, hacen que este
subproducto en presencia de oxígeno y temperaturas cálidas, se convierta en sustrato para el desarrollo de hongos,
bacterias y levaduras. Es por esta razón que se recomienda utilizar la burlanda en menos de siete días (García, y
Kalscheur., 2007). Si la burlanda no es almacenada al vacío, su conservación en verano se limita de 3 a 4 días y en
invierno hasta una semana (García y Kalscheur., 2004) Fig. 6.
Ante condiciones de estrés los hongos desarrollados en la superficie de las pilas expuestas, pueden generar
metabolitos secundarios, conocidos como micotoxinas. Si la concentración de estos metabolitos secundarios su-
pera los límites tolerables por el animal, se puede afectar la salud del rodeo. Un estudio realizado por Lehman y
Rosentrater., 2007 demostró que la burlanda ya sale contaminada de la línea de producción, de la planta de bio-
etanol. Encontraron un promedio de 3,9 x 105 células / g MS que correspondían a hongos, en muestras frescas de
granos de destilería húmedos. Predominaban levaduras y algunos hongos. Las levaduras y hongos eran aproxima-
damente 3,8 x 102 UFC /g MS inicialmente, y después de 4 días de almacenamiento se aumentó a 1,0 x 103 UFC
/ g MS. Cinco levaduras diferentes y cinco hongos diferentes fueron identificados en la burlanda. Tres de los hon-
gos eran Alternaria sp., Fusarium sp., y un Penicililium sp. Estos tres hongos son comunes a los granos de cerea-
les y consisten en especies que producen micotoxinas (Harding., 2012). Este desarrollo microbiano es el que des-
pués continúa en los campos cuando estos no son almacenados al vacío. Si el maíz está contaminado con micoto-
xinas, una vez que ingresa al proceso de molienda en seco, la concentración de micotoxinas es multiplicado por
tres. Erickson et al., 2008, analizaron muestras en cuatro lugares diferentes de un silo bunker y extrajeron mues-
tras para analizar micotoxinas. Se detectó presencia de aflatoxinas, ocratoxinas, vomitoxina, zeralenol, zearaleno-
na, toxina T- 2 y fumonisina, todas estas son comunes de encontrar en granos y potencialmente en los subproduc-
tos de granos. Solo la fumonisina se encontró presente en todas las muestras pero a un nivel bajo. El sitio con la
mayor concentración de fumonisinas fue de 1,4 ppm, y el promedio de las 4 muestras fue 0,8 ppm. Se recomienda
un total de fumonisina que no exceda las 30 ppm en las raciones. Por lo tanto los niveles de fumonisina observa-
dos en el silo bunker fueron considerados seguros. Harding et al., 2012 en uno de sus ensayos almacenaron una
mezcla compuesta por 70% de burlanda y 30% de paja, en barriles de 200 litros simulando el almacenamiento en
bunker, sujetos a temperatura ambiente pero no a precipitaciones durante 140 días. Se extrajeron muestras de la
capa superior y capa inferior y se determinó el contenido de materia seca, materia orgánica, grasa, fibra detergente
neutro, proteína y pH los días 7, 14, 28, 56, 84, 112, y 114, para observar la interacción entre el número de días y
la pérdida de calidad nutricional. Se concluyó que el tiempo de almacenamiento no afecta a la cantidad de grasa
perdida, pero si aumenta las pérdidas de MS, materia orgánica, FDN y aumenta el pH. Una forma de disminuir las
pérdidas de calidad nutricional y contaminación con micotoxinas en las pilas de subproductos, si no son almace-
nadas en silo bolsa al vacío es utilizando tratamientos de cobertura físicos como nylon o film que obstaculicen el
contacto directo del subproducto con el oxígeno o tratamientos de cobertura químicos que inhiban el desarrollo de
hongos, levaduras y bacterias.
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barriles fueron extrapoladas a un bunker. Los barriles dejados al descubierto presentaron entre 3,5 a 5,0% de pér-
didas de MS, en una altura de 3 metros. Si el cambio de color y textura fuese considerado deterioro, entonces las
pérdidas oscilarían entre 7,5 y 9,3% de MS. La cubierta de plástico fue la más eficaz para reducir las pérdida de
MS y el deterioro, seguido de solubles, sal, o una combinación de los dos. También se observó que si los solubles
condensados de destilería se utilizan como una cubierta, los solubles pierden entre un 25 a 50% de su MS durante
almacenamiento. Fig. 7. Del mismo modo Harding et al., 2012 utilizaron barriles de 200 litros, para simular el
almacenamiento en bunker. Almacenaron una mezcla con un 30% de paja y 70% de burlanda. Todos los barriles
fueron almacenados bajo techo, sujetos a temperatura ambiente pero no a precipitación, por aproximadamente 60
días. Aleatoriamente a cada barril se le asignó un tratamiento de cobertura. Las cubiertas asignadas fueron, plásti-
co, sal, solubles, solubles más sal y solubles más paja. El deterioro se determinó por la apariencia y textura. Se
recogieron muestras representativas de las capas deterioradas y no deterioradas y se analizaron para el pH, EE,
FDN, Cz, MO, y PB. Los resultados fueron comparados con el análisis de muestras frescas de burlanda para de-
terminar las pérdidas de nutrientes. Hubo una interacción (P <0,01) entre el tratamiento de cobertura y la cantidad
de deterioro. El deterioro causo una pérdida en MS, EE, MO y aumento de pH en la porción deteriorada. No hubo
interacción entre contenido de FDN y el tipo de cubierta utilizado. El plástico y solubles más sal resultó en el tra-
tamiento de cobertura que menor deterioro causó. Tabla 4. La cantidad de hongos visibles es directamente propor-
cional a la permeabilidad al oxigeno que tenga el plástico que cubre el bunker, plásticos más gruesos resultan en
menos hongos visibles (Erickson et al., 2008). Estos tratamientos de cobertura reducen en un mayor porcentaje la
cantidad de aire alcanzado por la superficie de la mezcla, permitiendo que los granos de destilería conserven por
más tiempo su valor alimenticio. Estos estudios indican que la aplicación de una cubierta a un bunker reduce el
deterioro y pérdidas, pero no lo elimina por completo.
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Ingredientes de la dieta
A continuación se describirán los alimentos que se utilizaron para formular las diferentes dietas.
Grano de Maíz: El grano de maíz (Zea mays) es uno de los principales ingredientes de las dietas bovinas en la
Argentina, siendo particularmente apreciado por su alto valor energético, palatabilidad, escasa variabilidad de
su composición química y bajo contenido en factores antinutritivos. El valor energético del maíz, se debe a su
alto contenido en almidón y grasa, y su bajo nivel de fibra. La fracción fibrosa (8% FND) está concentrada en
el salvado (82-92%) e incluye principalmente celulosa y pentosas. Su grado de lignificación es muy bajo.
Como consecuencia, el coeficiente de digestibilidad de la fibra es superior al de otros cereales (cebada, trigo),
especialmente en monogástricos. El maíz tiene un contenido apreciable de grasa, siendo una buena fuente de
ácido linoleico (1,8%). El maíz es deficitario en proteína, que además no está bien equilibrada, especialmente
en lisina y triptófano (FEDNA, 2010). En la tabla 7 se muestra la composición nutricional.
Urea: La urea es un compuesto nitrogenado no proteico, cristalino y sin color (Araque, 1995). Es la fuente más
barata de nitrógeno sólido. Contiene aproximadamente 46% de nitrógeno, representando 287,50% de proteína
equivalente total. Actualmente se presenta en el mercado en forma granulada y perlada, siendo esta última la
más recomendable para el uso animal por su soltura y facilidad para mezclarla con otros ingredientes. (Ma-
yer, 2008). En la tabla 8 se muestra la composición nutricional.
Recomendaciones de uso:
♦ Se puede reemplazar un tercio (1/3) del total de la proteína,
♦ integrar el 3 % de la materia seca (MS) del concentrado
♦ un 1 % del total de la MS de la ración o
♦ 0,03% del peso vivo, siempre con Grano de cereal molido, como mínimo a razón del 0.5% del peso vivo
de grano. (Araque, 1995).
Heno de Alfalfa: Forraje conservado que se caracteriza por poseer un bajo contenido de humedad -menos del
15%-, que le permite ser almacenado sin peligro de fermentaciones y desarrollo de hongos (Bruno et al 1997).
Actúa como fuente de fibra y proteína. El mayor problema de la utilización de heno alfalfa en dietas bovinas
radica en su variabilidad y falta de tipificación. En cualquier caso, su digestibilidad es limitada, por el alto ni-
vel de fibra y la elevada concentración en taninos. Su contenido de proteína puede variar del 21% al 12%. Al-
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rededor de un 25% de la proteína bruta es nitrógeno no proteico altamente soluble en el contenido ruminal.
En la tabla 9 se muestra la composición nutricional.
Burlanda + Heno de Alfalfa: Subproducto de la molienda seca del cereal para la producción de etanol. Es un
concentrado energético y proteico. Al ser almacenado con fibra aporta fibra a la dieta. En la tabla 10 se mues-
tra la composición nutricional.
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Dieta confeccionada con Burlanda almacenada con 12,5% de paja de trigo en silo bolsa (Anexo 5)
Dietas confeccionadas con Burlanda almacenada con 12,5% de paja de trigo en silo bunker (Anexo 6)
Cálculo del beneficio económico de almacenar burlanda con diferentes fuentes de fibra
De acuerdo al costo del kilogramo de aumento de peso de cada dieta y al aumento de peso diario objetivo, se
estimó el costo de alimentación por día y por animal que produce cada dieta. En base a este costo se comparó y se
calculó la diferencia de precio de cada una de las cuatro dietas en donde se utilizó burlanda adquirida en épocas de
baja cotización y almacenada con fibra bajo dos estructuras de almacenamiento, con la dieta en donde se incluyó
burlanda adquirida en épocas de alta cotización. Esta diferencia de precio por animal y por día fue multiplicada
por la duración del engorde y el número de animales del engorde a corral La Reserva. El resultado obtenido es el
beneficio económico que se obtiene por utilizar una u otra dieta en toda la duración del engorde (tabla 12).
Tabla 12. Cálculo del beneficio económico de almacenar burlanda con diferentes fuentes de fibra
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RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Como síntesis de la revisión bibliográfica se pueden destacar los siguientes conceptos:
♦ El almacenamiento de éste subproducto húmedo, en el largo plazo puede llevarse a cabo si se logra aislar la
superficie de las pilas almacenadas del contacto con el oxígeno, ya que la alta densidad que posee este sub-
producto, impide el ingreso de oxígeno al interior de la masa. Realizar una cobertura hermética a la pila es
muy difícil, entonces se aconseja mezclar la burlanda con otros alimentos fibrosos para secarla y dar volumen
(Erickson et al., 2008) y de esta forma poder almacenarla compactada bajo una estructura como el silo bolsa o
el bunker. Esto a la vez permite aumentar la altura de la pila, aprovechando mejor el espacio o la capacidad
potencial del silo bolsa. (Sarturi, 2013).
♦ El deterioro de este subproducto, si no es almacenado al vacío, se limita de 3 a 4 en verano, y en invierno
hasta una semana (García y Kalscheur, 2004). El tiempo de almacenamiento en barriles al aire libre, simulan-
do el silo bunker, no afecta a la cantidad de grasa perdida, pero si aumenta las pérdidas de MS, materia orgá-
nica, FDN y aumenta el pH (Harding et al., 2012).
♦ La presencia de micotoxinas, en la burlanda puede ser explicado por la contaminación del grano de maíz que
le dio origen, y una vez que ingresa al proceso de molienda en seco, el nivel de micotoxinas es multiplicado
por tres o por el deterioro que puede sufrir en el campo si este subproducto no es almacenado al vacío.
♦ Se aconseja cubrir los silos bunker utilizados para almacenar la burlanda mezclada con otros alimentos, para
disminuir la permeabilidad al oxígeno. El plástico y solubles más sal resultan ser los tratamientos de cobertura
que menor deterioro causan (Harding et al., 2012).
♦ La cantidad de hongos visibles es directamente proporcional a la permeabilidad al oxigeno que tenga el plásti-
co que cubre el bunker. (Erickson et al., 2008).
♦ Con porcentajes de inclusión de un 30 a 40% de burlanda en remplazo al maíz, en dietas de engorde a corral
se logra una óptima performance (Vanderpol et al., 2006).
♦ Si la burlanda es almacenada con fibra, y luego ésta es utilizada, para alimentar a novillos es posible lograr
una mayor ganancia media diaria y una mejor conversión, en comparación con la mezcla fresca (Buckner et
al., 2010)
♦ El rendimiento superior del ganado alimentado con mezclas ensiladas, podría ser explicado, por una mejoría
en la tasa de digestión de la FDN de la fibra. (Buckner et al., 2010).
♦ Las partículas de fibra sufren un aumento de tamaño, al hincharse como resultado del almacenaje, por lo tanto
el tiempo de retención ruminal es mayor, y la digestión de la fibra mejora (Buckner et al., 2010).
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♦ El gasto en mano de obra y silo bolsa, en el análisis de costo de almacenamiento para almacenar burlanda +
paja de trigo, representa el 24,85% del costo de la mezcla almacenada.
♦ El gasto en mano de obra y mantas, en el análisis de costo de almacenamiento para almacenar burlanda + paja
de trigo en silo bunker, representa el 20,91 % del costo de la mezcla almacenada.
♦ La dieta que incluye burlanda almacenada con un 22,5% de heno de alfalfa en silo bolsa, tiene un costo de
$1,53/kg MS y $8,16/kg AP
♦ La dieta que incluye burlanda almacenada con un 22,5% de heno de alfalfa en silo bunker, tiene un costo de
$1,54/kgMS y de $8,24/kg AP.
♦ La dieta que incluye burlanda almacenada con un 12,5% de paja de trigo en silo bolsa, tiene un costo de
$1,53/kgMS y de $8,16/kgAP.
♦ La dieta que incluye burlanda almacenada con un 12,5% de paja de trigo en silo bunker, tiene un costo de
$1,54/kgMS y de $8,25/kg AP.
♦ La dieta que incluye la burlanda comprada en épocas de alta cotización y utilizada en el lapso de una semana,
tiene un costo de $1,57/kgMS de $8,39/kgAP.
♦ El beneficio económico que genera alimentar al rodeo del engorde a corral La Reserva, con burlanda adquiri-
da en épocas de baja cotización almacenada con 22,5% de heno de alfalfa en silo bolsa comparada con ali-
mentar con la burlanda adquirida en épocas de alta cotización, durante los 111 días de engorde, es de $
129692.
♦ El beneficio económico que genera alimentar al rodeo del engorde a corral La Reserva, con burlanda adquiri-
da en épocas de baja cotización almacenada con 22,5% de heno de alfalfa en silo bunker comparada con ali-
mentar con la burlanda adquirida en épocas de alta cotización, durante los 111 días de engorde, es de $84582.
♦ El beneficio económico que genera alimentar al rodeo del engorde a corral La Reserva, con burlanda adquiri-
da en épocas de baja cotización almacenada con 12,5% de paja de trigo en silo bolsa comparada con alimentar
con la burlanda adquirida en épocas de alta cotización, durante los 111 días de engorde, es de $129692.
♦ El beneficio económico que genera alimentar al rodeo del engorde a corral La Reserva, con burlanda adquiri-
da en épocas de baja cotización almacenada con 12,5% de paja de trigo en silo bunker comparada con alimen-
tar con la burlanda adquirida en épocas de alta cotización, durante los 111 días de engorde, es de $78943.
♦ El costo de kilogramo de proteína de burlanda almacenada con un 12,5% de paja de trigo en silo bolsa, es de
$10,00, incluyendo el costo del flete al feedlot La Reserva.
♦ El costo kilogramos de proteína de burlanda almacenada con 22,5% de heno de alfalfa en silo bolsa, es de
$10,4, incluyendo el costo del flete al feedlot La Reserva.
♦ El costo de kilogramo de proteína de burlanda almacenada con un 12,5% de paja de trigo en silo bunker, es de
$10,30, incluyendo el costo del flete al feedlot La Reserva.
♦ El costo kilogramos de proteína de burlanda almacenada con 22,5% de heno de alfalfa en silo bunker, es de
$10,70, incluyendo el costo del flete al feedlot La Reserva.
♦ El costo del kilogramo de proteína de la burlanda seca (DDGS), es de $7,8, incluyendo el costo del flete al
feedlot La Reserva.
♦ El costo del kilogramo de proteína del expeler de soja, es de $9,3, incluyendo el costo del flete al feedlot La
Reserva.
♦ El costo del kilogramo de proteína de la burlanda húmeda, comprada en épocas de alta cotización, es de $11,3
incluyendo el costo del flete al feedlot La Reserva.
El almacenamiento de burlanda adquirida en épocas de baja cotización y almacenada con fibra y utilizada en
dietas del engorde a corral La Reserva, en comparación con la utilización de burlanda comprada en épocas de alta
cotización, permite bajar el costo de la ración y el kilogramo de aumento de peso producido. Esto coincide, con lo
aconsejado por la bibliografía (Erickson et al 2008, Adams et al. 2008). Si además, los novillos alimentados, con
las mezclas ensiladas presentan una mayor ganancia media diaria, y una mejor conversión, en comparación con la
mezcla fresca (Buckner et al., 2010 y Wilken et al., 2009) el beneficio económico, de adquirir burlanda en épocas
de baja cotización y almacenada con fibra, será mayor.
La suba del precio del grano de maíz, ha hecho que hoy la burlanda este alcanzando su precio histórico má-
ximo, ya que el precio de la burlanda es aproximadamente la tercera parte del precio de cotización del grano de
maíz.
Mientras mayor contenido de FDN tenga la fibra que es utilizada para almacenar la burlanda, el porcentaje de
inclusión que se necesita de ésta, es menor. La paja de trigo, tiene aproximadamente un 72% de FDN, contra el
heno de alfalfa que posee aproximadamente un 59%. Por esta razón almacenar burlanda con paja de trigo, tiene un
mayor costo, ya que el porcentaje de burlanda es mayor, y éste, es el ingrediente más costoso de la mezcla. Si bien
almacenar la burlanda junto con la fibra en bunker, tiene un menor costo de mano de obra y de estructura, el por-
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centaje de pérdida considerado para esta opción, hace que el costo del kilogramo de materia seca almacenado, sea
mayor comparado con el costo del kilogramo de materia seca almacenado en silo bolsa.
Al mezclar burlanda con fibra los porcentajes de proteína y energía, que ésta aporta son diluidos, por esta ra-
zón los porcentajes de inclusión de este alimento, pueden ser mayores y disminuir el costo del kilogramo de mate-
ria seca de la ración y de aumento de peso. Si bien la diferencia entre la dieta confeccionada con burlanda com-
prada en épocas de baja cotización y almacenada con fibra y la dieta con burlanda comprada en épocas de alta
cotización es baja, al multiplicarla por el número de animales y los días del ciclo de engorde, el beneficio econó-
mico que se obtiene, permitiría invertir en aumentar el rodeo, comprar maquinaria, mejorar la infraestructura etc.
Si se compara el costo del kilogramo de proteína en base seca, de la burlanda húmeda almacenada con fibra,
la burlanda húmeda adquirida en épocas de alta cotización, el expeller de soja y la burlanda seca el costo de las
dos primeras es mayor. Esta diferencia es atribuible al costo del flete. Pero si se compara las dos primeras, la bur-
landa adquirida en épocas de baja cotización y almacenada con fibra, tiene un costo menor.
CAPÍTULO IV
CONCLUSIÓN
Al finalizar este trabajo se puede concluir que el almacenamiento de burlanda con fibra debe ser analizado
desde el punto de vista económico y técnico, en donde se evalúe tanto su aplicación práctica como nutricional, ya
que si se deja de analizar alguno de esos aspectos, se pueden tomar decisiones erróneas que afecten a la rentabili-
dad del sistema.
Para el caso del engorde a corral La Reserva, el costo del kilogramo de materia seca de burlanda comprada en
épocas de baja cotización y almacenada con la fibra es menor al costo del kilogramo de materia seca de burlanda
comprada en épocas de alta cotización. Además si se formulan dietas, en donde se incluye la burlanda almacenada
con fibra, el costo del kilogramo de materia seca de la ración y del kilogramo de aumento de peso es menor. Esto
permitiría pensar que en épocas de baja cotización conviene almacenar burlanda. La diferencia económica entre
estos alimentos aún puede ser mayor si se considera un porcentaje de pérdida en el suministro cuando la burlanda
no es almacenada. Para el almacenamiento de burlanda bajo estructura bunker habría que evaluar tecnologías co-
mo ácidos fungistáticos, inoculantes y films para sellar la superficie expuesta, y así disminuir aún más el porcenta-
je de pérdida.
El costo del flete de la burlanda húmeda al establecimiento La Reserva, hace que el costo del kilogramo de
proteína en base seca de ésta, sea mayor al costo del expeller de soja y burlanda seca. Esto puede ser explicado
por el porcentaje de agua que posee la burlanda húmeda. El costo del flete impacta negativamente en un radio
superior a los 100 km a la planta de bioetanol.
Si se analiza a la burlanda, como fuente proteica y energética y sus beneficios al incluirla en la dieta, la des-
ventaja económica frente a las demás fuentes proteicas sería menor.
Si el productor del engorde a corral La Reserva quisiera seguir incluyendo la burlanda húmeda en sus dietas
hay que considerar el beneficio práctico que se obtiene al almacenarla, esta tecnología permite tener este subpro-
ducto disponible y mantener las raciones estables y balanceadas los 365 días del año.
Un costo que no fue evaluado es el costo del combustible y tiempo de trabajo, que se ahorra por tener la bur-
landa ya mezclada con la fibra y lista para mezclar con los demás ingredientes de la dieta.
Es importante tener en cuenta el aporte extra de fibra que se hace, el posible aumento de calidad de esta últi-
ma y las potenciales mejoras en la ganancia media diaria, el consumo y la tasa de conversión. Sobre este tema
hace falta mayor investigación, ya que toda la bibliografía fue desarrollada en Estados Unidos, en donde el mane-
jo y la genética de los animales difiere a la Argentina.
En conclusión el almacenamiento de burlanda comprada en épocas de baja cotización y almacenada con fibra
es una herramienta tecnológica disponible que debe ser analizada para cada caso, teniendo en cuenta la distancia a
la planta de bioetanol, la disponibilidad de otros alimentos que puedan remplazarla, el costo y estructura de alma-
cenamiento, la respuesta animal lograda en el rodeo, el ahorro de horas de trabajo por tener la burlanda ya mez-
clada con fibra y la posibles mejoras en la calidad de esta última.
CAPÍTULO V
BIBLIOGRAFÍA
Adams, D.R., M.F. Wilken, B.L. Nuttelman, L.M. Kovarik, J.R. Benton, M.A. Greenquist, G.E. Erickson, T.J. Klopfenstein,
and R.J. Rasby. 2008. Evaluation of storage methods for wet distillers grains plus solubles with added forages. Nebraska
Beef Rep. MP91, pp. 23-25.
Araque, C.1995. Uso de la urea en la alimentación de rumiantes. FONAIAP (50).
Arroquy,J, Berruhet,F, Martinez Ferrer,J, Pasinato,A y Brunetti,M. 2014. Uso de Subproductos del Destilado de Granos en
Bovinos. 5 ta Jornada Nacional de Forrajes Conservados. Recopilación de Presentaciones Técnicas. pp. 157-188.
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ANEXO 1
ANEXO 2
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ANEXO 3
DIETA CONFECCIONADA CON BURLANDA ALMACENADA CON 22,5% DE HENO DE ALFALFA DE
BAJA CALIDAD EN SILO BOLSA
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ANEXO 4
DIETA CONFECCIONADA CON BURLANDA ALMACENADA CON 22,5% DE HENO DE ALFALFA DE
BAJA CALIDAD EN SILO BUNKER
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ANEXO 5
DIETA CONFECCIONADA CON BURLANDA ALMACENADA CON 12,5% DE PAJA DE TRIGO EN SILO
BOLSA
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ANEXO 6
DIETAS CONFECCIONADAS CON BURLANDA ALMACENADA CON 12,5% DE PAJA DE TRIGO EN
SILO BUNKER
ANEXO 7
DIETA CONFECCIONADA CON BURLANDA COMPRADA EN ÉPOCAS COTIZACIÓN ALTA
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