Resumen Del Tecto La Pobreza Como Problemaaaa
Resumen Del Tecto La Pobreza Como Problemaaaa
Resumen Del Tecto La Pobreza Como Problemaaaa
La primera decir que la pobreza es un problema de derechos humanos tan graves como otras
situaciones
Tercera se hace un análisis en el jurisprudencia chilena para demostrar que la legislación sectorial
tiene un impacto en la mitigación de la pobreza
Y por último Finalmente, se propone que la legislación, cuando produce el efecto de crear o
profundizar la pobreza, y, por ende, vulnerar derechos humanos, puede ser declarada
inconstitucional por los órganos competentes, por lo que debe ser este un factor por considerar en
los controles de constitucionalidad y de convencionalidad, así como en instancias internacionales
para determinar la responsabilidad de los Estados.
El texto aborda la pobreza (que en todas las definiciones tiene algo en común y es la carencia)
como un problema de derechos humanos, destacando que, aunque no existe un derecho explícito
a no vivir en pobreza, esta condición afecta derechos fundamentales y nos aclara que los derechos
fundamentales no son privilegios. La pobreza, especialmente la extrema, vulnera derechos como
el acceso a alimentos, agua, salud y vivienda, los cuales deberían ser reconocidos como derechos
humanos y con esto se puede decir que entonces puede alcanzar un cariz normativo. La
interdependencia de los derechos civiles, políticos, sociales y culturales muestra que la pobreza
impacta todos ellos.
“la pobreza es la negación de la dignidad humana, y esta última se reconoce por ser ciudadano, en
entonces, en ese sentido de ideas que la pobreza nos niega la ciudadanía”
Para Shetty, director de la Campaña del Mileno de las Naciones Unidas, “en el mundo actual, no
existe mayor desafío que combatir la pobreza extrema”.
Según Pogge, a los “bienes básicos”, entre los que considera los de subsistencia, tales como
alimentos y bebidas, ropa, vivienda y acceso a prestaciones de salud, “se les debería reconocer la
condición de objetos de derechos humanos”.
Dulitzky, “si bien la pobreza pareciera estar relacionada con los derechos económicos, sociales y
culturales, también el disfrute de los derechos civiles y políticos depende de que los primeros se
vean satisfechos”
En resumen, el texto plantea que la pobreza es una violación directa de los derechos humanos y
propone que la comunidad internacional avance hacia su erradicación.
El texto presenta dos casos judiciales relacionados con la pobreza como violación de derechos
humanos:
Niños de la calle
3. El Caso Yakye Axa involucra a una comunidad indígena en Paraguay que, al igual que en el caso
Sawhoyamaxa, reclama la restitución de sus tierras ancestrales que para ellos son lugares sagrados
donde pertenecen. La Corte Interamericana de Derechos Humanos constató la ineficacia del
Estado paraguayo al resolver su solicitud, evidenciando negligencia administrativa y judicial. La
comunidad vivía en condiciones de extrema pobreza y precariedad, lo que forzó su
desplazamiento a áreas urbanas sin perder su derecho a sus tierras.
Legislación y pobreza
El texto analiza cómo la legislación puede influir en la pobreza, tanto perpetuándola como
combatiéndola. Aunque el derecho suele favorecer a los más poderosos, también puede ser una
herramienta para proteger a los más vulnerables y reducir la pobreza. Existen leyes que intentan
superar la pobreza, pero otras indirectamente la agravan, convirtiéndose en fuente de
desigualdad.
Históricamente, los sistemas legales han ofrecido mecanismos para mitigar la pobreza, pero con la
llegada del neoliberalismo, muchos avances se frenaron, y los derechos asociados a los beneficios
sociales se volvieron precarios y sujetos a cambios políticos. El texto destaca que, en lugar de solo
evaluar las políticas públicas, es crucial analizar sus efectos, como se observa en dos áreas clave en
Chile: la legislación laboral y la forestal, que afectan directamente a los trabajadores y
comunidades indígenas, perpetuando la pobreza y vulnerando derechos humanos.
El texto analiza cómo las reformas laborales en Chile, comenzando con el "Plan Laboral" de 1979,
han cambiado el enfoque de protección al trabajador. Aunque se han introducido cambios desde
el retorno a la democracia en 1989, la legislación sigue priorizando la flexibilidad laboral y la
eficiencia del mercado sobre los derechos de los trabajadores.
Estas reformas han fomentado la precarización del empleo, creando trabajos inestables, mal
remunerados y con poca protección social, lo que agrava la pobreza. Los empleadores tienen más
poder para imponer condiciones laborales desventajosas, aumentando la desigualdad y
dificultando que los trabajadores salgan del ciclo de pobreza. El derecho laboral, al no garantizar
empleo estable y salarios dignos, no cumple su función de protección y perpetúa las desigualdades
sociales.
El texto concluye que la pobreza afecta los derechos humanos en su totalidad, y su relación con los
derechos económicos, sociales y culturales no puede separarse de los derechos civiles y políticos.
Esto plantea desafíos para las instituciones y políticas públicas. La legislación, en muchas
ocasiones, agrava la pobreza y debe ser evaluada desde una perspectiva de derechos humanos.