7mo Informe - Hormonas Pancreáticas
7mo Informe - Hormonas Pancreáticas
7mo Informe - Hormonas Pancreáticas
ESTUDIANTE:
Yupanqui González, Inkil Kori
DOCENTE:
Dra. Yuri Vanessa Yaranga Aredo
TRUJILLO – PERÚ
2024
I. INTRODUCCIÓN
El páncreas es un órgano que se extiende desde el asa en “C” del duodeno hasta el hilio del bazo.
Como promedio, este órgano mide 20 cm de longitud y pesa 90 g en los hombres y 85 g en las
mujeres. La vascularización adyacente puede utilizarse para dividirlo en cuatro partes: cabeza, cuello,
cuerpo y cola. Es un órgano con doble función: El páncreas exocrino formado por células que forman
acinos y conductos que secretan enzimas (proteasas, lipasas, amilasas y nucleasas) necesarias para la
digestión y bicarbonato. Las células acinares son células epiteliales de forma piramidal, que adoptan
una orientación radial alrededor de una luz central. Contienen gránulos de cimógeno rodeados por
una membrana y cargados de enzimas digestivas. El páncreas endocrino tiene alrededor de 1 millón
de agregados de células, los islotes de Langerhans, que contienen cinco tipos principales y dos
secundarios de células. Los cinco tipos principales son:
- Células D1: Sintetizan polipéptido intestinal vasoactivo (VIP), una hormona que produce
glucogenólisis e hiperglucemia, aunque también estimula la secreción de fluidos digestivos.
- Células enterocromafines: Sintetizan serotonina.
Los diferentes tipos celulares presentan una organización tridimensional, que en los islotes del cuerpo
y la cola del páncreas están constituidos por un núcleo central de células β, rodeado por una o dos
capas de células α separadas por una red profusa de vasos capilares de endotelio muy fenestrado. Las
células δ con unas prolongaciones citoplasmáticas relativamente largas, contactan con ambos tipos
celulares y con los capilares, esto facilita el control paracrino que la somatostatina ejerce sobre la
secreción de insulina y glucagón.
Cada una de las hormonas insulares del islote es capaz de influir en la secreción de las restantes. Así,
la somatostatina (SST) suprime la secreción de las otras tres. La insulina suprime la secreción de
glucagón. El glucagón estimula la secreción de insulina y SST y, cada una de ellas, es capaz de suprimir
su propia secreción (acción autocrina). Además de estas cuatro hormonas clásicas, los islotes de
Langerhans también secretan otros péptidos con función endocrina como la amilina, la
adrenomedulina, el péptido relacionado con el gen de la calcitonina, el péptido C, la pancreostatina,
la secretoneurina, la ghrelina, la resistina, la urocortina y el factor relacionado con la corticotrofina. El
páncreas endocrino, aunque constituye sólo un 1% del tejido pancreático, recibe entre el 5 y el 15%
del flujo sanguíneo, lo que indica la enorme vascularización del componente endocrino. Con
frecuencia cada célula β se encuentra rodeada por dos o más capilares, cuyo endotelio facilita un
intercambio rápido de metabolitos y hormonas entre la sangre y el espacio intracelular, por lo que
hoy día se acepta que es esta vía la principal ruta de intercomunicación entre las células del islote.
INSULINA
La insulina es una proteína segregada por las células β del islote pancreático. Su importancia viene
determinada por el papel determinante de esta hormona en la homeostasis de la glucemia y su
relación con la diabetes mellitus (DM).
Muchas hormonas tienen un efecto regulador de la secreción de insulina, entre ellas las otras
hormonas secretadas por el islote mediante un efecto paracrino (que actualmente se piensa que es
mínimo). Más importante es el efecto estimulador mediado por las hormonas gastrointestinales,
denominado efecto incretina. Las dos hormonas gastrointestinales más relevantes son el péptido
similar al glucagón tipo 1 (GLP- 1), secretado por las células L del íleo y el colon, y el polipéptido
inhibitorio gástrico (GIP), secretado por las células K de duodeno y yeyuno. La somatostatina es un
potente inhibidor de la liberación de insulina, sin embargo, no tiene efecto sobre la biosíntesis de la
proinsulina.
La acción fundamental de la insulina es la homeostasis de la glucosa, para lo cual realiza sus acciones
fundamentalmente en el tejido hepático, muscular y adiposo.
En el hígado:
En el tejido muscular:
En el tejido adiposo:
Es un péptido secretado por las células α del islote pancreático. Deriva del procesamiento de un
precursor, el preproglucagón.
El glucagón tiene un papel importante como proveedor de glucosa al sistema nervioso central (SNC)
en los períodos de ayuno. En el estado no cetósico, los requerimientos de energía del SNC sólo
pueden ser cubiertos por glucosa, sin la cual, la función cerebral se altera y se produce daño celular.
Las acciones del glucagón tienen lugar fundamentalmente en el hígado y tejido adiposo:
- Estimula la glucogenólisis.
- Inhibe la glucogenogénesis.
- Estimula la gluconeogénesis e inhibe la glucólisis.
- Inhibe la lipogénesis.
- Favorece la cetosis, permitiendo que los ácidos grasos sean transportados a las mitocondrias,
donde serán oxidados a cuerpos cetónicos. Los cuerpos cetónicos pueden convertirse así en
combustibles del SNC en los estados cetósicos. La secreción coordinada de insulina y glucagón
por el islote determina el mantenimiento de la glucemia.
SOMATOSTATINA (SST)
La somatostatina se sintetiza en las células δ, que constituyen entre 5 a 10% de las células del islote
pancreático pero también se sintetiza y secreta en células neuroendocrinas del SNC y la mucosa
gastrointestinal, de hecho esta última es la mayor contribuyente a la SST circulante. La secreción
pancreática de SST es estimulada por ciertos nutrientes (glucosa y aa), péptidos digestivos (CCK,
secretina, gastrina, VIP, GIP y GLP-1), el glucagón y la acetilcolina y es inhibida por sí misma.
La SST regula la secreción ácida del estómago por una acción directa sobre las células parietales y de
manera indirecta reduciendo la liberación de secretagogos gástricos (gastrina e histamina). La
gastrina y la disminución del pH gástrico son potentes estimuladores de la secreción de SST. La SST
disminuye también la motilidad del flujo sanguíneo gastrointestinal, lo que explica su efecto
beneficioso en el tratamiento de las hemorragias digestivas.
GHRELINA
1) A nivel central estimula la secreción de GH, prolactina y ACTH, en una proporción mayor que el
GHRH;
2) Estimula a neuronas que expresan el neuropéptido Y y las orexinas A y B, ejerciendo una acción
orexígena (estimula la ingesta de alimentos).
Además del tubo digestivo, se produce ghrelina en páncreas, riñón, y algunos otros órganos y células.
La ghrelina se secreta de manera pulsátil, y varía notablemente durante el día, con niveles pico que
induce a la ingesta de alimentos. Estimula la motilidad y acidez gástrica. Una vez que se produce la
ingesta, sus concentraciones disminuyen. En el hipotálamo, la relación entre el grupo de
neurotransmisor/neuropéptidos anorexígenos (disminuyen la ingesta de alimentos) y el grupo de
neuropéptidos orexígenos determina el hambre o la saciedad.
INCRETINAS
El “efecto incretina” consiste en el aumento de la secreción de insulina estimulada por glucosa por
mediación de péptidos intestinales, los cuales se liberan en presencia de glucosa o nutrientes en el
intestino. Este efecto se lleva a cabo fundamentalmente por acción de dos hormonas: GIP
(polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa) y GLP-1 (péptido relacionado al glucagón tipo 1).
Estas hormonas son las que provocan el 50% de la secreción de insulina por el páncreas. Se liberan en
el periodo postprandial e intervienen en la regulación de la glucemia estimulando la secreción de
insulina y suprimiendo la de glucagón. Otras acciones conocidas de estas hormonas son la inhibición
de la motilidad gástrica e intestinal y la reducción del apetito y la ingesta de alimentos.
III. Conclusión
El cuerpo tiene que mantener la glucosa en sangre dentro de umbrales precisos. Los niveles bajos
pueden provocar cambios en la función del sistema nervioso, en cambio, los niveles elevados
favorecen la glucosilación de las proteínas. Los islotes de Langerhans tienen la habilidad de controlar
los niveles de glucosa mediante la liberación de insulina, glucagón y somatostatina. Las células que
forman los islotes no reaccionan de manera autónoma, sino coordinada, operando como una
auténtica unidad. Así, orientan el flujo de nutrientes de tal manera que, en los periodos de
sobrecarga, se almacena energía y, por otro lado, se moviliza la reserva energética de los depósitos
cuando se requiere.
IV. Referencia bibliográfica