Presentacion Interactiva

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

https://view.genially.

com/67335c2b36df03ef544ecb5b/presentation-proyecto-final-educacion-
superior-estructurado

INTRODUCCIÓN

La investigación-acción alude a una serie de estrategias metodológicas empleadas para el


mejoramiento del sistema educativo y social, al pasar de lo mero social al compartir educacional.

Existen múltiples definiciones, prácticas y sentidos, no habiendo criterios unificadores entre sí,
relacionados al concepto de investigación –acción (I-A). Algunos la definen como investigación en
el aula, profesorado investigador, investigación colaborativa, investigación participativa o
investigación crítica, que designan modelos de I-A con características comunes. Para Latorre
(2003), una primera definición que podemos utilizar, es aquella que describe una familia de
actividades que realiza el profesorado en sus propias aulas, con fines tales como: el desarrollo
curricular, su autodesarrollo profesional, la mejora de los programas educativos, los sistemas de
planificación o la política de desarrollo. Estas actividades tienen en común la identificación de
estrategias de acción que son implementadas y más tarde sometidas a observación, reflexión y
replanteamiento. Se considera como un instrumento que genera cambio social y conocimiento
educativo sobre la realidad social y/o educativa, proporciona autonomía y da poder a quienes la
realizan.

Siendo una serie de métodos útiles para la Investigación Educativa se esgrimen en este ejercicio
sus fundamentos teóricos, las formas como se lleva a cabo el análisis de la información
recolectada en la Investigación acción (IA), esto son las etapas planteadas por los autores y su
relevancia para la investigación educativa.

FUNDAMENTOS DE LA INVESTIGACIÓN - ACCIÓN

La investigación-acción se sustenta a partir de dos enfoques. En primer lugar, el interaccionismo


simbólico (J. Dewey -1930-, G. Herbert Mead -1934-, Blumer -1969-) se preocupa por estudiar los
significados subjetivos y las atribuciones individuales de sentido, atribuyendo gran importancia a
los significados sociales, que las personas asignan al mundo. Es decir, “el punto de partida
empírico son los significados subjetivos que los individuos atribuyen a sus actividades y sus
ambientes” (Flick 2004:31).Según Blumer el interaccionismo simbólico reposa sobre tres premisas
básicas.

“La primera premisa es que los seres humanos actúan con respecto a las cosas de acuerdo con los
significados que éstas tienen para ellos... La segunda premisa es que el significado de estas cosas
se deriva o surge de la interacción social que se tiene con los propios compañeros. La tercer
premisa es que estos significados se manejan en un proceso interpretativo utilizado por la persona
al hacer frente a las cosas que encuentra, y este proceso los modifica” (Blumer 1969, citado en
Flick 2004:32)

El interaccionismo simbólico es una de las orientaciones metodológicas que comparten las ideas
básicas del proceso hermenéutico, o interpretativo. Trata de comprender el proceso de asignación
de símbolos con significado al lenguaje hablado o escrito y al comportamiento en la interacción
social (Martínez Miguélez).

En segundo lugar, otro enfoque metodológico que fundamenta la investigación- acción es la


etnometodología. (Garfinkel -1967-, Cicourel -1964) Esta se fue generando en las décadas de los
años 60-70, y se la denomina de este modo por ser algo elaborado por el grupo humano que vive
unido, un etnos. La misma se interesa en las rutinas de la vida cotidiana y su producción. La
etnometodología no se refiere a los métodos de investigación, sino al tema u objeto de estudio:
cómo (mediante qué metodología) las personas mantienen un sentido de la realidad externa.

Esta metodología, a través de una práctica interpretativa, es considerada la más productiva


orientación que ha referido los procedimientos reales a través de los cuales se elabora y construye
ese orden social.

La etnometodología sostiene que en las ciencias sociales todo es interpretación y que “nada habla
por sí mismo”. El investigador cualitativo es quien debe buscarle el sentido a lo que releva.
(Martínez Miguélez)

Según Flick (2004:34) “las limitaciones de la preocupación del interaccionismo por los puntos de
vista de los sujetos se superan teórica y metodológicamente en el marco de la etnometodología”,
la cual “analiza el problema de cómo las personas producen la realidad social en y por medio de
procesos interactivos”.

de la Riestra, María del Rosario (2006). Investigación-acción: fundamentos epistemológicos. XIII


Jornadas de Investigación y Segundo Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur.
Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires

Kemmis y McTaggart (1988) han descrito con amplitud las características de la investigación-
acción. Las líneas que siguen son una síntesis de su exposición. Como rasgos más destacados de la
investigación-acción reseñamos los siguientes:

a. Es participativa. Las personas trabajan con la intención de mejorar sus propias prácticas.
b. La investigación sigue una espiral introspectiva: una espiral de ciclos de planificación,
acción, observación y reflexión.
c. Es colaborativa, se realiza en grupo por las personas implicadas.
d. Crea comunidades autocriticas de personas que participan y colaboran en todas las fases
del proceso de investigación.
e. Es un proceso sistemático de aprendizaje, orientado a la praxis (acción críticamente
informada y comprometida).
f. Induce a teorizar sobre la práctica.
g. Somete a prueba las prácticas, las ideas y las suposiciones.
h. Implica registrar, recopilar, analizar nuestros propios juicios,reacciones e impresiones en
torno a lo que ocurre; exige llevar un diario personal en el que se registran nuestras
reflexiones.
i. Es un proceso político porque implica cambios que afectan a las personas.
j. Realiza análisis críticos de las situaciones.
k. Procede progresivamente a cambios más amplios.
l. Empieza con pequeños ciclos de planificación, acción, observación y reflexión, avanzando
hacia problemas de más envergadura; la inician pequeños grupos de colaboradores,
xpandiéndose gradualmente a un número mayor de personas

FASES DE LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN

a. Primera fase: Diagnóstico. b. Segunda fase: Planificación c. Tercera fase: Observación. d. Cuarta
fase: Reflexión.

Actualmente, la Investigación-Acción se propone como herramienta para el desarrollo profesional


del docente, de ahí la necesidad de que los profesionales de la educación conozcan mínimamente
estos planteamientos. Por otra parte, en una revisión realizada por Colás sobre las prácticas de la
Investigación-Acción en España, gran parte de ellas se centran en la formación del profesorado y
en el desarrollo curricular. Las funciones que se le asignan se dirigen al diseño y desarrollo
curricular, capacitación para el cambio y la innovación, y la generación del conocimiento teórico y
meta teórico de los procesos formativos. También se observa el uso de pluralidad de enfoques de
investigación-acción: investigación-acción, investigación participativa, colaborativa, etnográfica y
crítica.

A. El diagnóstico de la situación Una vez determinado el problema se requiere de la concreción del


mismo, de la forma más precisa posible. Para ello se realiza el diagnóstico de la situación, puesto
que es necesario saber más acerca de cuál es el origen y evolución de la situación problemática,
cuál es la posición de las personas implicadas en la investigación ante ese problema
(conocimientos y experiencias previas, actitudes e intereses), etcétera. En esta fase es muy
importante que ser capaz de describir y comprender lo que realmente se está haciendo, así como
los valores y las metas que sustentan esa realidad. Dependiendo del objeto de investigación se
pueden emplear diversas técnicas e instrumentos que recogen, en la mayoría de los casos, datos
directos de informaciones que reflejaran hechos, objetos, conductas, fenómenos, entre otros.

B. Desarrollo del plan de acción. Conocida la realidad y habiendo delimitado el problema, se debe
establecer el plan de acción que se va llevar a cabo. No se debe olvidar que dicho plan no se
entiende como algo totalmente cerrado y delimitado; si algo caracteriza a la I-A es una estructura
abierta y flexible. El plan general que se elabore debe ser lo suficientemente dúctil como para que
pueda incorporar aspectos no previstos en el transcurso de la investigación que podrán ser
integrados en las acciones ya establecidas:

- Describir la situación problemática.

- Delimitar los objetivos

- Organizar la secuencia de actuación.

- Describir cómo se va a relacionar el grupo de investigación con otras personas implicadas o


interesadas en el tema abordado.

- Describir cómo se van a controlar las mejoras generadas por la investigación.


C. Acción. Desde esta concepción de la investigación, no tiene sentido el proceso si no es posible
llegar a esta fase. La I-A se desarrolla y planifica con la finalidad esencial de intervenir y poner en
marcha cambios que modifique la realidad estudiada. La puesta en práctica del plan no es una
acción lineal y mecánica; tiene algo de riesgo e incertidumbre. En la acción se ha de partir de la
premisa de que los datos recogidos con los diversos instrumentos, por si mismos, no son
suficientes para establecer relaciones, interpretar y extraer significados relevantes de cara al
problema abordado. Se necesita contextualizar su análisis con un sentido secuencial ya que, junto
a la descripción de situaciones educativas (en las observaciones, entrevistas, y diarios), están los
juicios, opiniones, sospechas, dudas, reflexiones e interpretaciones del investigador, haciendo
necesario que el análisis y la elaboración de los datos se alternen o superpongan en el proceso de
investigación.

D. Reflexión o evaluación. Es el momento de analizar, interpretar y sacar conclusiones


organizando, los resultados de la reflexión, en torno a las preguntas claves que se pusieron de
manifiesto en el proceso de planificación. Se traduce, por tanto, en un esclarecimiento de la
situación problemática gracias a la autorreflexión compartida. Aunque la última fase del proceso
sería la de reflexión o evaluación no por ello se entiende que el proceso haya finalizado. Esta etapa
se constituye como punto de partida para el inicio de un nuevo proceso de identificación de
necesidades.

Siguiendo a Bartolomé (1986), existen determinados condicionantes esenciales para realizar una
I-A:

1. Predisposición y apertura de los implicados hacia el proceso de investigación. Este aspecto se


está revelando como clave en el desarrollo y efectos de esta metodología.

2. Clima del grupo y de la organización de la investigación basado en el respeto, la libertad, el


reconocimiento y la comprensión.

3. Disponibilidad de recursos, tanto materiales como humanos. Este tipo de investigación exige
extensas recogida de datos y análisis muy laboriosos.

4. Contar con el tiempo necesario para desarrollar estos procesos, que generalmente son de larga
duración.

5. Formación del investigador en muy distintas dimensiones

APLICACIONES DE LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN

Como se puede observar, el ámbito de incidencia de la I-A es amplio y rebasa las fronteras de lo
estrictamente educativo (las decisiones básicas de organización y funcionamiento en el centro o
aula); para extenderse al dominio empresarial; al mundo de la industria y producción; pasando por
cualquier proyecto de política social, desarrollo comunitario o animación cultural. Esta globalidad
aparece muy bien reflejada en la definición que ofrecen Kemmis Y McTaggart (1988:10): “La
investigación acción es una forma de indagación introspectiva colectiva emprendida por
participantes en situaciones sociales con objeto de mejorar la racionalidad y la justicia de sus
prácticas sociales o educativas, así como su comprensión de esas prácticas y de las situaciones en
que éstas tienen lugar... la investigación-acción tan sólo existe cuando es colaboradora, ... es una
investigación participativa, que surge de la clarificación de preocupaciones generalmente
compartidas en un grupo” .

Son campos de intervención propios de este tipo de investigación (Colás y Buendía, 1992):

• Los movimientos comunitarios (participación ciudadana, grupos marginados, programas de


intervención socio-educativa, programas de prevención...)

• La formación ocupacional (formación en periodo de prácticas, perfeccionamiento profesional...)


• La organización, planificación y toma de decisiones.

• La evaluación de instituciones y empresas

La investigación-acción pretende una mejor comprensión, sistematización, análisis y estudio de la


realidad social. En este sentido, algunas de las principales aplicaciones de este tipo de
investigación son, en palabras de Pérez Serrano (1990):

• Desarrollar estrategias y métodos para actuar de un modo más adecuado.

• Descubrir espacios donde se pueda fomentar el desarrollo social de la comunidad.

• Facilitar dinámicas de trabajo adecuadas para la constitución de grupos sociales.

• Proporcionar técnicas e instrumentos de análisis de la realidad, procedimientos de recogida y


análisis de los datos.

• Iluminar todo el proceso de trabajo desde la óptica de la investigación cualitativa, al vincular en


el proceso, a un mismo tiempo, la investigación y la acción, la teoría y la praxis.

CONCLUSIÓN

En pocos años, la Investigación-Acción ha experimentado un fuerte desarrollo internacional, y


“puede continuar siendo, durante mucho tiempo el movimiento mundial dirigido y destinado a
cambiar esta situación, al estimular el conocimiento popular, entendido como sabiduría y
conocimiento propios, o como algo que ha de ser adquirido por la auto investigación del pueblo.
Todo ello con el fin de que sirva de base principal de una acción popular para el cambio social y
para un progreso genuino en el secular empeño de hacer efectivas la igualdad y la democracia

La investigación-acción busca actuar sobre las situaciones reconocidas para producir una mejora,
considerando el punto de vista de quienes participan e interactúan en la situación reconocida. Si
bien hay diversos modelos en este tipo de investigación, todos ellos tienen aspectos en común,
siendo lo más significativo “el interés por intervenir en la praxis con el fin de mejorarla” (Pérez
Serrano, 1990, p. 96).

Para asumir los retos que plantea este tipo de investigación, los docentes tenemos la exigencia de
asegurar una formación sólida y de renovación constante a través de espacios de socialización,
talleres u otros, que nos permita motivarnos y motivar a nuestros estudiantes para la
transformación de nuestras prácticas y para el compromiso con el desarrollo de nuestras
instituciones y la educación de nuestro país. En ese sentido, prepararnos en el campo de la
investigación-acción exige apropiarnos de nuevos modos de hacer investigación; esto es,
ejercitarnos en procesos cíclicos de observación, reflexión y acción, que nos permita motivar y
dinamizar las transformaciones en la dinámica de nuestro ejercicio profesional y en el desempeño
de nuestros estudiantes.

Bartolomé, M. (1994). La investigación cooperativa. Educar, 10, 51-79.

Biesta, G.J.J. (2006). Beyond Learning: Democratic Education for an Human Future.Boulder,
Paradigm Publishers.

Carr, W. y Kemmis, S. (1988). Teoría crítica de la enseñanza. Barcelona: Martínez Roca.

Cohen y Manion (1990). Métodos de investigación educativa. Madrid: La muralla.

Colás, P. (2007). La Investigación – Acción y la generación de conocimiento educativo. En


CAMPILLO, M. Y ZAPLANA, A. (Coord.): Investigación, educación y desarrollo profesional. Murcia:
DM.

Colás, P. Buendía, L. Y Hernández, F. (Coord.) (2009). Competencias científicas para la realización


de una tesis doctoral. Barcelona: Davinci.

Colás, P. y Buendía, L. (1998). Investigación Educativa. Sevilla: Alfar.

Ebbutt, D. y Elliott, J. (1990). ¿Por qué deben investigar los profesores? En J. Elliott, La
investigación-acción en educación. Madrid: Morata, pp. 176-190.

Elliot, J. (1991). El cambio educativo desde la investigación-acción. Madrid: Morata.

Elliott, J. (1990). La investigación-acción en educación. Madrid, España: Morata.

Escudero, J.M. (1987): La investigación-acción en el panorama actual de la investigación educativa.


Revista de Innovación e Investigación Educativa, 3, 5-40.

Goyette, G. y Lessard-Hébert, M. (1988). La investigación acción. Funciones,fundamentos e


instrumentación. Barcelona: Leartes.

Herrán, A. (2003). El siglo de la educación: Formación evolucionista para el cambio social. Huelva:
Editorial Hergué.

Hopkins, D. (1989). Investigación en el aula. Barcelona: PPU.

Kemmis, S. y McTaggart, R. (1988). Cómo planificar la investigación-acción. Barcelona: Laertes.

Koutselini, K. (2008). Participatory teacher development al schools: Process and issues. Action
Research. 6: 29-48.

McKernan, J. (2007). Curriculum and Imagination. London: Routledge.


Stenhouse, L. (1979). What is action research? Norwick: University of East Anglia Press.

Stenhouse, L. (1987). La investigación como base de la enseñanza. Madrid: Morata, p.42.

Whitehead, J. y McNiff, J. (2006). Action Research: Living Theory. London: Sage.

También podría gustarte