Drogas
Drogas
Drogas
Alcohol.
Ayahuasca.
Cannabis (marihuana/pot/weed)
Cocaína (coke/crack)
Fentanilo.
GHB.
Alucinógenos
A pesar de ello, una clasificación de los tipos de drogas más comunes sería la siguiente: Estimulantes:
Tabaco, cocaína, anfetamina, cafeína, MDMA. Depresoras: alcohol, cannabis, benzodiazepinas, GHB,
opio, opiaceos. Alucinógenas: LSD, setas mágicas, 2CB.
Las ocho drogas legales mas adictivas - Casa Bloc Lliure de ...
Alcohol. El alcohol es igual de adictivo, o más, que cualquier droga ilegal. ...
Nicotina. ...
Opiáceos. ...
Benzodiacepinas. ...
Medicamentos para tratar el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) ...
Ambien. ...
Esteroides anabólicos.
No es difícil encontrar drogas y a veces puede parecer como si todo el mundo las fabricara o quisiera que
las probaras. Pero, como ocurre con todo lo que parece demasiado bueno para ser verdad, hay
desventajas (y peligros) asociados al consumo de drogas.
Las drogas son sustancias químicas que modifican el funcionamiento de nuestro cuerpo. Algunas son
medicamentos que ayudan a la gente cuando los médicos se los recetan. Pero muchas de ellas carecen
de utilidad médica.
Por la forma en que las drogas actúan en el cerebro, repercuten negativamente en la capacidad de tomar
decisiones acertadas y de hacer elecciones saludables. Hasta beber alcohol hace que la gente se
implique en situaciones peligrosas, como conducir bajo sus efectos o mantener relaciones sexuales sin
protección.
Aunque las drogas pueden hacerte sentir bien al principio, te pueden provocar daños importantes en el
cuerpo y en el cerebro. Beber alcohol, fumar o mascar tabaco, consumir drogas ilegales y hasta esnifar
pegamento son actividades que dañan el cuerpo humano.
Las drogas de las que más abusa la gente son las siguientes:
el alcohol
las anfetaminas
la cocaína y el crack
el fentanilo
el GHB
la heroína
la ketamina
el LSD
la MDMA ("éxtasis)
la marihuana
la PCP
el Rohypnol
la salvia
la xilazina
Si crees que tú, o un amigo tuyo, pueden ser adictos a las drogas, habla con uno de tus padres, tu
médico, tu orientador escolar o el personal de la enfermería de tu centro de estudios. Ellos te pueden
ayudar a recibir la ayuda que necesitas.
Existen varios tipos de tratamiento para superar una adicción a las drogas. Los dos tipos principales son
el tratamiento conductual (ayudar a la persona a modificar su conducta) y el tratamiento farmacológico
(tratar a la persona con medicamentos).
Los expertos en el tratamiento de la adicción a las drogas enseñan a la gente a vivir sin drogas: cómo
afrontar sus ansias de consumo, cómo evitar situaciones que favorecen el consumo y cómo prevenir y
manejar las recaídas.
Puede ser difícil superar una adicción a las drogas sin tratamiento ni ayuda profesional. Lleva su tiempo y
no es algo que se puedas hacer solo: todo el mundo necesita ayuda y apoyo. Los expertos que ayudan a
personas con adicciones están formados para ofrecer ayuda, no para juzgar a sus pacientes.
Para encontrar un centro de tratamiento para las adicciones a las drogas en tu zona, busca en Internet,
en el localizador de tratamientos de la SAMHSA (Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias)
de EE. UU., o pide ayuda a tu médico o a tu terapeuta.
Las drogas son sustancias químicas que pueden cambiar el funcionamiento de su cuerpo y mente.
¿Qué es la drogadicción?
La adicción es muy similar a otras enfermedades, como por ejemplo, una enfermedad cardíaca. Ambas
perturban el funcionamiento normal y sano de un órgano del cuerpo, tienen graves efectos perjudiciales
para la salud y son, en muchos casos, prevenibles y tratables. Sin tratamiento, pueden durar toda la vida
y causar la muerte.
Para sentirse bien. Las drogas pueden producir sensaciones intensas de placer. A esta euforia inicial le
siguen otros efectos que varían según la droga que se consuma. Por ejemplo, con estimulantes como la
cocaína, después de la euforia siguen sensaciones de poder, autoconfianza y más energía. En contraste, a
la euforia que causan los opioides como la heroína le siguen sensaciones de relajación y satisfacción.
Para sentirse mejor. Algunas personas que sufren de ansiedad social, estrés o depresión comienzan a
consumir drogas para intentar sentirse menos ansiosas. El estrés puede ser un factor importante para
comenzar y continuar el consumo, y también influye en las recaídas (es decir, la vuelta al consumo de
drogas) de los pacientes que se están recuperando de la adicción.
Para desempeñarse mejor. Algunas personas sienten presión para mejorar su concentración en la
escuela o el trabajo, o para mejorar sus habilidades deportivas. Esto puede ser un factor para quien
decide probar drogas o continuar consumiéndolas, particularmente en el caso de los estimulantes
recetados o la cocaína.
Por curiosidad y presión social. En este sentido, los adolescentes en particular corren mayor riesgo,
porque la presión de los compañeros puede ser muy fuerte. La adolescencia es un período de desarrollo
durante el cual la presencia de factores de riesgo—como los amigos que consumen drogas—puede llevar
al consumo de estas sustancias.
Si las drogas hacen que las personas se sientan bien o mejor, ¿cuál es el problema?
Cuando una persona comienza a drogarse, tal vez perciba lo que parecen ser efectos positivos. También
puede sentir que es capaz de controlar el consumo, pero las drogas se pueden apoderar muy rápido de
la vida de una persona. Con el tiempo, si el consumo de la droga continúa, otras actividades placenteras
se vuelven menos placenteras y la persona tiene que consumir la droga solo para sentirse normal. El
control de la necesidad de consumir la droga se hace difícil, aun cuando el consumo cause muchos
problemas para quien la consume y para sus seres queridos. Es posible que algunas personas comiencen
a sentir la necesidad de consumir mayores cantidades de droga o consumirla con más frecuencia, incluso
en las etapas iniciales del consumo. Estas son las señales de la adicción.
Aun el consumo relativamente moderado de drogas es peligroso. Por ejemplo, un bebedor social
embriagado puede conducir un vehículo y convertir muy rápidamente una actividad placentera en una
tragedia que afecte muchas vidas. El consumo ocasional de drogas, como tomar un opioide para lograr
un estado de euforia o high, puede tener efectos igualmente desastrosos, entre ellos la disminución de
la capacidad para conducir y la sobredosis.
La decisión inicial de consumir drogas por lo general es voluntaria. Pero con el consumo continuo, la
capacidad de una persona para autocontrolarse se puede deteriorar gravemente. Esta disminución del
autocontrol es el sello distintivo de la adicción.
Estudios de imágenes cerebrales de personas adictas muestran cambios físicos en las zonas del cerebro
esenciales para el buen juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje, la memoria y el control del
comportamiento.12 Estos cambios ayudan a explicar el carácter compulsivo de la adicción.
Los factores biológicos que pueden afectar el riesgo de una persona de convertirse en drogadicta
incluyen los genes, la etapa de desarrollo en la que se encuentra, e incluso el sexo y la raza. Los
científicos estiman que los genes—incluidos los efectos que los factores ambientales tienen en la
expresión génica de una persona (llamados epigenética)—representan entre un 40% y un 60% del riesgo
de adicción de una persona.27 Además, el riesgo de consumo y adicción a las drogas es mayor en los
adolescentes y en las personas que sufren de trastornos mentales que en otros grupos.28
Los factores ambientales son los que se relacionan con la familia, la escuela y el vecindario. Entre los
factores que pueden aumentar el riesgo de una persona se cuentan:
El hogar y la familia. El ambiente del hogar, especialmente durante la niñez, es un factor muy importante.
Los padres o familiares mayores que consumen drogas, abusan del alcohol o transgreden las leyes
pueden aumentar el riesgo de que un niño tenga problemas con las drogas en el futuro.29
Los compañeros y la escuela. Los amigos y otros compañeros pueden tener una influencia cada vez
mayor durante la adolescencia. Los adolescentes que consumen drogas pueden convencer hasta a
quienes no tienen factores de riesgo de que prueben las drogas por primera vez. Tener dificultades en la
escuela o poseer pocas habilidades sociales puede aumentar aún más el riesgo de que un niño consuma
drogas o se vuelva adicto.30
El consumo desde muy joven. Si bien el consumo de drogas a cualquier edad puede causar adicción, las
investigaciones indican que cuanto más joven comienza a drogarse una persona, más posibilidades tiene
de sufrir problemas graves.31 Es posible que esto se deba al efecto perjudicial que las drogas pueden
tener en un cerebro todavía en desarrollo.32 También podría ser el resultado de una combinación de
factores tempranos de carácter social y biológico, entre ellos la falta de un hogar o una familia estable, el
abuso físico o sexual, los genes o una enfermedad mental. De todas maneras, el hecho cierto es que el
consumo a temprana edad es un fuerte indicador de problemas futuros, incluida la adicción.
La forma en que se consume la droga. Fumar una droga o inyectarla en las venas aumenta el potencial
de adicción.33,34 Tanto las drogas que se fuman como las que se inyectan llegan al cerebro en segundos
y producen una poderosa oleada de placer. Sin embargo, esa sensación intensa de placer se puede
desvanecer en pocos minutos. Los científicos consideran que este marcado contraste lleva a ciertas
personas a repetir el consumo para intentar recapturar el momentáneo estado de placer.
El cerebro continúa desarrollándose hasta la edad adulta y experimenta cambios drásticos durante la
adolescencia.
Una de las zonas del cerebro que continúa desarrollándose durante la adolescencia es la corteza
prefrontal, aquella parte del cerebro que permite evaluar situaciones, tomar buenas decisiones y
controlar las emociones y los deseos. El hecho de que esta parte crítica del cerebro de los adolescentes
esté todavía en formación los coloca en una situación de mayor riesgo de probar drogas o de continuar
consumiéndolas. El consumo de drogas durante esta etapa del desarrollo puede causar cambios en el
cerebro con consecuencias profundas y duraderas.
Abuso de sustancias
Las sustancias psicoactivas son diversos compuestos naturales o sintéticos, que actúan sobre el sistema
nervioso generando alteraciones en las funciones que regulan pensamientos, emociones y el
comportamiento.
Existen regulaciones para el control y fiscalización del uso de estas sustancias, ya sea para uso recreativo,
como el alcohol o el tabaco; para uso farmacológico, como los tranquilizantes o analgésicos opiáceos, o
de uso general, como los solventes industriales. Hay un grupo cuyo uso es considerado ilícito y solo
autorizado con fines médicos o de investigación, como el caso de la cocaína y sus derivados. El uso de
sustancias psicoactivas siempre implica un grado de riesgo de sufrir consecuencias adversas sobre
distintos órganos y sistemas, las cuales pueden darse en el corto plazo, como en el caso de la
intoxicación, la cual incrementa el riesgo de lesiones por accidentes o agresión, así como conductas
sexuales en condiciones inseguras. El uso repetido y prolongado en el tiempo de estas sustancias,
favorece el desarrollo de trastornos por dependencia, que son trastornos crónicos y recurrentes,
caracterizados por necesidad intensa de la sustancia y pérdida de la capacidad de controlar su consumo,
a pesar de consecuencias adversas en el estado de salud o en el funcionamiento interpersonal, familiar,
académico, laboral o legal.
Datos clave
Los trastornos causados por el uso de drogas son una pesada carga para los individuos y las
comunidades. El uso continuo de drogas puede causar dependencia y discapacidad además de
problemas crónicos de salud. Las consecuencias sociales del uso perjudicial o dependencia de drogas
llegan mucho más allá del usuario y afectan a sus familias y a otras relaciones personales
Las cargas sociales y para la salud impuestas no son inevitables: los problemas causados por las drogas y
la dependencia de estas son prevenibles y tratables. Cuando se lo identifica tempranamente, el uso
riesgoso de drogas puede ser reducido o restringido mediante evaluaciones de la salud e intervenciones
breves, antes de que las personas que lo consumen se vuelvan dependientes.
Las drogas ilegales son usadas con más frecuencia en los países de ingresos altos de las Américas, pero
las consecuencias de la dependencia de drogas para la salud —enfermedades, discapacidades y
defunciones— ocurren de manera desproporcionada en los países de ingresos bajos y medios, donde las
personas tienen menos acceso a la atención de salud.
Hoja informativa
El daño asociado al uso de sustancias psicoactivas, a corto o a largo plazo, depende de la interacción de
un conjunto de factores, tales como el tipo de sustancia y la forma de consumo, las características
personales, físicas y psicológicas, del consumidor, pero también del contexto social en el que se produce
el consumo.
Existen numerosas intervenciones con base en la evidencia científica, que son efectivas en la reducción
del uso de sustancias y de sus impacto en la salud, ya sea previniendo el uso, abordando tempranamente
la población en riesgo, tratando la dependencia o las consecuencias adversas del uso y favoreciendo la
recuperación en el mediano y largo plazo. El tratamiento debe ser accesible, especialmente para los
grupos más vulnerables, adecuado a las necesidades y perfil particulares de la población usuaria,
mantenido en el largo plazo, enfocado a la recuperación y al resguardo de los derechos humanos.
Respuesta de la OPS
Con el propósito de apoyar técnicamente este proyecto, se conformará un grupo de trabajo (Task Force),
integrado por expertos españoles y de la Región de las Américas, bajo la coordinación de la OPS/OMS,
con el apoyo del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, Centro Colaborador de la
OMS en México y la Delegación de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas de España (DGPNSDE), a
través de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD
Es el contacto inicial con la sustancia, que puede ser abandonada al cabo de un cierto tiempo o tener
continuidad en su uso.
Normalmente esos primeros contactos se producen por curiosidad y/o por presión social (amigos,
compañeros, etc…)
Abuso de drogas:
Se empieza a desarrollar la tolerancia: Necesita una dosis mayor para sentir lo mismo que al principio.
Se establece una “manera” de utilizar la substancia, unos horarios definidos, una secuencia a lo largo de
la semana, unos lugares concretos donde se consume, etc… es decir, un patrón de consumo.
Empiezan a presentarse algunos problemas en algunas áreas de la vida de la persona (trabajo, familia,
pareja, etc…)
Empiezan a darse consumos en situaciones en las que hacerlo puede ser peligroso (conducción, por
ejemplo)
Empiezan a haber Intentos con poco o nulo éxito de controlar o interrumpir el consumo de la substancia.
Aparece el craving.
Se dedica cada vez más tiempo a actividades relacionadas con la obtención y el consumo de la sustancia,
y en la recuperación después del consumo.
Se consume a pesar de ser consciente de los problemas que le comporta el consumo de la sustancia.
Cuando el uso pasa de ser recreativo a ser abuso, es cuando se hace necesario acudir a un especialista
en dependencia de drogas para poder realizar un tratamiento adecuado. Cuanto antes se identifique
que el consumo empieza a ser problemático más fácil será resolver los problemas que conlleva y más
difícil será que se desarrolle una adicción grave.
abstinencia
Término utilizado para describir los síntomas físicos y mentales de una persona cuando deja de fumar o
reduce de manera repentina el consumo de una sustancia adictiva, como los opiáceos y los opioides, los
productos de nicotina o las bebidas alcohólicas
Síntomas físicos y mentales que aparecen después de suspender o reducir el consumo de una droga.
Los síntomas pueden incluir ansiedad, fatiga, sudoración, vómitos, depresión, convulsiones y
alucinaciones.
El tratamiento incluye cuidados generales y medicamentos para tratar los síntomas y evitar las
complicaciones.