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METODOS DE LECTURA DE COMPRENCION
¿Qué son los métodos de comprensión lectora?
Significa abordar la lectura más concentrada y atenta del texto, abordándolo párrafo a párrafo. Acá puedes emplear diferentes estrategias de estudio como subrayar las ideas claves, tomar apuntes o notas al margen, consultar las palabras desconocidas en un diccionario, etc.
1. Vuelve a leer el texto
Normalmente, al leer un texto por primera vez nos
quedaremos con la idea principal. Si luego queremos profundizar, volver a leerlo es una de las mejores opciones, ya que cuando sabemos de qué trata, los detalles que en un principio pudimos pasar por alto serán mucho más obvios tras la segunda lectura.
2. Usa tu conocimiento previo
La información que vamos aprendiendo en el transcurso de
nuestra vida puede resultarnos de mucha ayuda para afrontar nuevas situaciones. De igual modo, cuando vayamos a leer un texto, estos conocimientos previos son de suma importancia pues pueden facilitar la comprensión del mismo.
3. Lee entre líneas, usa las pistas del contexto
Cuando nos encontramos inmersos en la lectura de un texto
y tenemos problemas con el significado de una palabra, pero no disponemos de herramientas para averiguar su significado, debemos fijarnos en las partes del texto que la rodean. De esto precisamente es de lo que hablamos cuando nos referimos a ‘las pistas del contexto’. Esta estrategia de comprensión lectora consiste en entender una palabra cuyo significado desconocemos ubicándola en contexto con el resto del texto. Debemos ser capaces de leer entre líneas, al final todo se basa en emplear la lógica.
4. Piensa en voz alta
Todo adquiere mayor sentido cuando lo decimos en voz
alta, puesto que es mucho más sencillo entender algo cuando se explica mediante la voz, en lugar de leyendo para uno mismo. Si leemos algo y resulta que no lo hemos comprendido por completo, repetirlo en voz alta es una idea a tener en cuenta.
5. Haz un resumen
Cuando terminamos de leer puede que algunos de los
detalles no hayan quedado del todo claros. En este caso, reunir los datos más importantes del texto tales como los personajes, el motivo, los problemas, o los resultados, puede servir como ayuda para llenar esos pequeños huecos argumentales que no quedaron completamente claros durante la primera lectura.
6. Haz predicciones
Algo que siempre está en nuestra mente es la expectativa,
expectativa ante cualquier cosa. Hacer predicciones de cómo terminará el texto nos ayudará a involucrarnos en el mismo.
7. Visualiza
Una estrategia que verdaderamente puede ayudarnos a la
hora de comprender un texto es crear nuestras propias imágenes mentales de eso que estamos leyendo.
8. Organizadores de texto
A la hora de estudiar o comprender un texto de mayor
extensión, los organizadores de texto pueden convertirse en nuestros mayores aliados. Puede que los conozcamos como mapas conceptuales, algo muy parecido a un resumen del texto, pero más ordenado. En estos mapas tomaríamos los datos más relevantes, los cuales uniríamos mediante conexiones con sus respectivos conceptos. Si existe alguna relación entre un concepto y otro, resulta muy positivo hacer una conexión entre ellos o una jerarquía que ayude a ver de una manera gráfica cómo uno afecta al otro y viceversa.
9. Evalúa lo aprendido
Una vez hayamos leído el texto en cuestión, verificar si lo
hemos entendido todo o si por el contrario, existen partes que nos hayan costado más, es muy importante para lograr una total comprensión del texto. Si existe algo que no haya quedado del todo claro y somos conscientes de ello desde un principio, es mucho mejor percatarse de ello a tiempo para poder corregirlo.
10. Cuestiona el texto
A medida que vayamos leyendo debemos tomarnos el
tiempo que sea necesario para cuestionar el contenido. Realizar preguntas acerca de lo que estamos leyendo nos ayudará a comprender su planteamiento al mismo tiempo que puede proporcionarnos una nueva perspectiva. Si nos cuestionamos eso que hemos leído, seremos capaces de interpretar mucho mejor el relato.
11. ¡Para!
No somos máquinas, por lo que de la misma manera que
nuestros músculos se cansan después de realizar una actividad física, nuestros ojos y nuestra mente también pueden sentir ese cansancio. Tras largos periodos de tiempo leyendo sin apenas descanso, lo más probable es que nuestra compresión y atención disminuyan considerablemente. Lo más aconsejable en estos casos es parar y tomar un descanso realizando otro tipo de actividad que nada tenga que ver con la lectura. 12. Toma apuntes
son una parte importante del aprendizaje YA que nos sirven
de repaso. Sirven para ubicar los puntos importantes del texto y para organizar la estructura del mismo. Unas notas realizadas a mano nos ayudarán a tener las ideas mucho más claras y ordenadas.
13. Ajusta el ritmo en el que lees
Es muy probable que cuando comencemos a leer un texto
vayamos mucho más rápido, pero conforme avancemos en el relato el ritmo de lectura disminuya, ya que nuestra mente se cansa antes. Llegados a este punto, no debemos agobiarnos. La comprensión es más importante que la velocidad. Aquí el que comprende gana.
14. Ten prioridad por alguna información
Esta es una técnica de comprensión lectora importante, ya
que, en algunas ocasiones, los autores, además de dar a conocer la idea principal de su relato, también mencionan una serie de detalles que de una forma u otra sirven para complementar la idea principal, aunque no sean del todo relevantes para su comprensión. Esto puede terminar confundiendo al lector y, para evitar que esto suceda, cuando nos encontremos ante un texto bastante extenso y lleno de información, lo más aconsejable es que nos centremos en buscar lo que nos interesa y, una vez hayamos comprendido la idea principal, pasemos a prestar mayor atención a los pequeños detalles.
15. Proponte un objetivo como lector
Para muchos leer resulta apasionante y para otros es
simplemente una actividad más. Lo que sí que es un hecho que puede afectar tanto a ávidos lectores como a personas que dediquen menos tiempo a la lectura, es que a la larga leer por leer no resulta nada placentero. Lo mejor que podemos hacer para no acabar hastiados por la lectura es marcarnos una serie de objetivos, escoger temas que nos interesen y saber cuándo tomar un descanso.