Redaccion Semana 13

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NIVELACIÓN DE REDACCIÓN (X101)

Ciclo 2024 – agosto

S12.s1

Fuentes obligatorias para la Tarea Académica 2 (TA2)

Fuente 1. Derrame de petróleo en Ventanilla: puntos clave para entender el desastre ambiental

El pasado 15 de enero de 2022 se produjo un derrame de petróleo durante las operaciones de


descarga

del Buque Tanque Mare Doricum, en las instalaciones del Terminal Multiboyas N° 2, de la
refinería La

Pampilla S.A.A., a cargo de Repsol, en Ventanilla. Este hecho fue catalogado por la Cancillería
como

“el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos tiempos” debido a sus proporciones.
¿Qué

zonas fueron afectadas?

Hasta el 23 de enero, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) señaló que


el área

afectada por el derrame de petróleo era de 1 800 490 metros cuadrados de suelo y 7 139 571
m2 de mar.

Asimismo, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) informó
que el

desastre afectó la vida silvestre de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas
Guaneras, y la

Zona Reservada Ancón.

Por su parte, la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) anunció
que,

hasta el momento, son 24 las playas afectadas (desde Ventanilla hasta Chancay) y, por tanto, no
son

aptas para recibir visitantes.

El derrame también afectó a los recursos hidrobiológicos y la economía relacionada a su


extracción. Por

ejemplo, solo en la bahía de Ancón, según cálculos de la organización The Nature Conservancy
(TNC),

trabajan alrededor de mil pescadores, que extraen mariscos y peces, otros que trabajan en el

procesamiento y comercialización de productos marinos, e incluso quienes realizan actividades

turísticas. Se trata de una cadena de producción y sostenibilidad que hoy ha paralizado sus
actividades
económicas.

Ahora bien, aunque continúan en curso el inicio de procedimientos administrativos, así como

investigaciones técnicas y judiciales para determinar el impacto que causó el derrame a la


biodiversidad

marino-costera, así como a las actividades económicas y medios de vida de la ciudadanía


contigua a la

zona del desastre, además del nivel de responsabilidad legal de Repsol, es esencial conocer
algunos

puntos claves sobre este caso y las consecuencias que traería ¿Cuánto petróleo se derramó?

Si bien al principio la empresa señaló que solo se trataba de 0.16 barriles, el ministro del
Ambiente,

Rubén Ramírez, informó -el pasado martes 18 de enero- que el derrame al mar era de unos 6
mil

barriles de crudo. Sin embargo, el pasado 27 de enero, el Minam actualizó la cifra en 11 900
barriles.

Por su parte, la empresa Repsol asegura que la cifra es de 10 396 barriles.

Por otro lado, el 25 de enero, Osinergmin confirmó un segundo derrame, esta vez se trató de 8
barriles

adicionales en la misma estación de la refinería.

Repsol no ha implementado acciones inmediatas para el control y minimización del derrame

Cuando se produce cualquier siniestro o emergencia ambiental, se deben adoptar acciones de


primera

respuesta, como contener, confinar y recuperar el contaminante para minimizar los impactos
negativos

ocasionados y otras acciones indicadas en el Plan de Contingencia del Estudio de Impacto


Ambiental o

Instrumento de Gestión Ambiental Complementario aprobado, además de avisar a las


autoridades de la

emergencia ambiental generada en las condiciones exactas y dimensionando el real impacto.


En este

caso, las acciones por parte de Repsol han sido ineficientes e insuficientes.
Primero, Repsol declaró que las actividades de carga y descarga no se detuvo en su momento
ya que, según lo informado por la Marina de Guerra, no había alerta de tsunami en el litoral
peruano y por lo tanto no habría motivos para detener las actividades náuticas y operaciones
en el mar. Incluso, a pocos días del derrame, Repsol señaló que no habían activado todo el
despliegue operativo para limpiar el área afectada porque debían asegurar la seguridad y
capacitación del personal. Recordemos que dicha estrategia es algo que ya debió estar previsto
en su Plan de Contingencia, el cual es una herramienta que establece acciones de respuesta
inmediata frente a situaciones de emergencia. Este plan ayuda a gestionar y disminuir los
riesgos, previendo para ello y entre otros temas un adecuado entrenamiento del personal,
disponiendo protocolos a priori; es decir, en esta instancia Repsol no debería experimentar
sobre cómo atender un derrame en el mar, espacio donde opera hace años, sino que debe
tener claridad absoluta de cómo responder frente a la emergencia más previsible en el marco
de sus operaciones. Mientras tanto, se han identificado daños en dos áreas naturales
protegidas. Concretamente, en las Islas Grupo de Pescadores que forman parte de la Reserva
Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras y, en la Zona Reservada de Ancón, que
abarca la bahía de Ancón hasta la zona de inicio del Serpentín de Pasamayo. Un primer reporte
del Sernanp evidenció la afectación de 512 hectáreas aproximadamente en la primera zona
mencionada. Ante ello, se están analizando las evidencias para disponer el inicio de un
Procedimiento Administrativo Sancionador debido a la contaminación de la diversidad
biológica presente en dichos espacios protegidos. Adicionalmente, a la fecha, el Plan de
Contingencia de Repsol no se encuentra disponible en la plataforma oficial de Osinergmin, lo
cual agudiza la falta de gobernanza y transparencia en este caso. Cabe resaltar que cualquier
acción de contingencia que se haya implementado no ha sido efectiva ya que ha habido una
expansión acelerada del hidrocarburo. Es importante precisar que, aunque Repsol haya
tercerizado la implementación del Plan de Contingencia, la empresa conserva integralmente la
responsabilidad legal de su implementación adecuada y oportuna al ser el operador. [Extraído y
adaptado de https://www.actualidadambiental.pe/derrame-de-petroleo-en-
ventanillapuntosclaves-para-entender-el-desastre-ambiental/] Fuente 2. El impacto negativo de
las actividades humanas en el medio ambiente en el Perú Los daños ambientales causados por
la actividad humana se refieren a los efectos negativos que ésta tiene sobre los ecosistemas.
Estos impactos afectan tanto a los elementos abióticos -como el aire, el agua y el suelo- como a
los bióticos -es decir, a los seres vivos, incluyendo plantas y animales-. Los principales daños
ambientales de origen antrópico se presentan como consecuencia del crecimiento industrial,
especialmente en actividades extractivas como la minería, agricultura, pesca, explotación
forestal, energía e hidrocarburos, cuando se incumplen las normas ambientales y las buenas
prácticas sostenibles que contribuyen a mantener adecuadas condiciones de los ecosistemas,
calidad del ambiente y consecuentemente la salud de las personas. Al respecto, el Observatorio
Nacional de Prospectiva del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), señala que
una gran parte de la degradación ambiental que enfrentamos actualmente es causada por la
actividad humana vinculada al crecimiento industrial. El informe de Megatendencias 2050 del
Ceplan indica que el aumento de la población humana, el crecimiento industrial y la
urbanización son las principales causas del daño ambiental a nivel global.
Estos factores están impulsando un consumo insostenible de recursos naturales y una
acelerada emisión de gases de efecto invernadero. Recientemente, el país ha enfrentado una
de las consecuencias más catastróficas del daño ambiental: el derrame de petróleo en el mar
de Ventanilla en 2022. Este incidente afectó a cerca de 11 000 hectáreas, incluyendo 97 sitios
contaminados, de los cuales 62 son playas y dos son áreas naturales protegidas. Además, cerca
de 900 especímenes murieron, incluyendo especies vulnerables o en peligro de extinción,
según la Defensoría del Pueblo. Asimismo, esta catástrofe ocasionó la paralización de diversas
actividades económicas, como la pesca artesanal, la acuicultura a menor escala, el turismo y el
comercio interno, afectando a más de 10 mil familias. Otro problema ambiental que
enfrentamos es la actividad minera ilegal, que provoca daños severos como la presencia de
metales tóxicos en ríos, lagunas y la atmósfera, afectando los ecosistemas, la salud de la
población, los suelos y la depredación de áreas naturales. Estos impactos negativos pueden
derivar en conflictos sociales, y según la Defensoría del Pueblo, a febrero del 2023 se
reportaron 157 conflictos activos, de los cuales el 66,4 % estaban relacionados con la actividad
minera. La generación de desechos y residuos sólidos, así como el uso de vehículos de
transporte, también contribuyen a la contaminación del suelo, agua y aire. En el 2020, según el
INEI, se generaron más de 5 millones de toneladas de residuos sólidos domiciliarios y se
vertieron más de 250 millones de metros cúbicos de aguas residuales domésticas sin
tratamiento, evidenciando una brecha en la infraestructura de plantas de tratamiento de aguas
residuales. Además, la deforestación es otro daño ambiental importante en el Perú. La
expansión agrícola, la urbanización y la tala ilegal han provocado la destrucción de 203 mil
hectáreas de bosques y biodiversidad en el 2020, según el INEI. Es importante destacar que el
cambio climático es uno de los principales efectos de los daños ambientales causados por el
hombre. Al respecto, el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio
Climático de la ONU indica que la temperatura global se ha incrementado aceleradamente y se
espera un aumento de 3 °C hacia el final del siglo. Esto amenaza los ecosistemas, la
biodiversidad, los medios de vida, la salud y el bienestar de las generaciones actuales y futuras.
Para enfrentar esta situación, se propone la transición hacia el uso de energías renovables en
lugar de combustibles fósiles, electrificar los sistemas urbanos, desarrollar infraestructuras
verdes en las ciudades, promover la eficiencia energética y reducir los desperdicios. Centro
Nacional de Planeamiento estratégico. (24 de abril de 2023). El impacto negativo de las
actividades humanas en el medio ambiente en el Perú.
https://www.gob.pe/institucion/ceplan/noticias/748658-elimpactonegativo-de-las-actividades-
humanas-en-el-medio-ambiente-en-el-peru Fuente 3. Desastres naturales recientes en el Perú:
la corriente del Niño Costero y el ciclón Yaku La corriente del Niño Costero Este fenómeno
natural, ocurrido entre diciembre de 2016 y mayo de 2017, ha sido uno de los desastres
naturales más devastadores de la última década, pues provocó una serie de desbordes,
aluviones e inundaciones. Según un reporte de Indeci, publicado a finales de marzo del 2017, el
desastre dejó un total de 101 fallecidos, 353 heridos, 19 desaparecidos. Además, se registraron
alrededor de 141 000 damnificados y casi un millón de afectados en todo el país. El ciclón Yaku
El pasado 9 de marzo de 2023, el Senamhi informó que el ciclón Yaku afectaría con fuertes
precipitaciones en la costa y sierra norte del Perú. Este fenómeno natural, que ha sido muy
atípico en el país, todavía sigue su curso. Hasta el momento, este desastre natural ha dejado
grandes consecuencias, como inundaciones, desbordes de ríos, activaciones de quebradas y
huaicos. Las lluvias más intensas se registraron en Tumbes, Piura y Lambayeque, lugares que
quedaron casi bajo el agua. Según los expertos, en regiones como Lambayeque y La Libertad se
superaron los récords de acumulación de lluvias. Además, varios distritos de Lima fueron
declarados en emergencia. Si bien es cierto que el desastre no ha sido tan mortal, pues, hasta
el momento, solo se tiene registro de, al menos, dos personas muertas, el desastre ha dejado
más de 5 mil personas afectadas.

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