Lectura - Material Parental

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Lectura – Geociencias I

 Leer el capítulo 1, numeral 2 “El Material Parental”, libro Introducción a la


ciencia del suelo de Daniel Jaramillo. Complementar información científica
adicional.
2. MATERIAL PARENTAL
El material parental del suelo está compuesto por aquellos materiales que le dan su
origen, ya sean saprolitos (algunos de los productos de la alteración de las rocas) o
sedimentos no consolidados, de cualquier procedencia y composición.
La identificación del material parental del suelo debe hacerse, en lo posible, en el
campo pues en algunos mapas geológicos, por problemas de escala, tanto
cartográfica como del detalle de trabajo, no se representan algunos depósitos
sedimentarios superficiales y de poco espesor que son propiamente el material
parental de los suelos de la región que se estudia; en estos casos se comete el error
de tomar como material parental del suelo el material litológico subyacente.
2.1. ORIGEN DEL MATERIAL PARENTAL
Los materiales parentales del suelo pueden provenir de las rocas de la corteza
terrestre; estas rocas se originan mediante los siguientes procesos globales.

En el gráfico, se observa que inicialmente se tiene un magma, un material fundido


en el cual están presentes los elementos que luego van a formar los diferentes
minerales que harán parte fundamental de las rocas Ígneas.
Una vez formadas las rocas ígneas, ellas pueden ser sometidas a dos procesos
fundamentales: Erosión o Metamorfismo (altas presiones y/o temperaturas). Con el
primero se llegan a producir depósitos de sedimentos y con el segundo se forman, en
consecuencia, las rocas Metamórficas; éstas también pueden sufrir procesos de
erosión, con la consiguiente formación de sedimentos; todos los sedimentos pueden
ser sometidos a Diagénesis o Litificación (compactación, cementación, etc.) y dar
origen a las rocas Sedimentarias, que también estarán sujetas a procesos de
metamorfismo o de erosión, produciéndose los resultados ya descritos.
Los sedimentos también pueden sufrir procesos de erosión; se reciclan en nuevos
depósitos hasta llegar a tener una situación estable que les permite formar las rocas
sedimentarias correspondientes.
Finalmente, todas las rocas pueden ser sometidas a procesos que las llevan
nuevamente a fundirse a grandes profundidades y a retornar al estado de magma.
Las rocas desde el punto de vista de su origen se clasifican en tres grandes grupos
generales: rocas Ígneas, rocas Sedimentarias y rocas Metamórficas. Además, pueden
provenir de materiales no consolidados, es decir, de los Sedimentos.
Las principales características de estos grupos se exponen a continuación.
2.1.1. Rocas Ígneas
La formación de las rocas ígneas a partir del magma mediante dos procesos clave: el
enfriamiento, que determina la textura de la roca, y la fragmentación, que ocurre
principalmente durante erupciones volcánicas, transformando el magma en gas,
gotas líquidas o partículas sólidas. La composición y dinámica del magma influyen
en la composición química de las rocas resultantes. Según las condiciones de
profundidad, presión y temperatura durante la solidificación, se generan distintos
subtipos de rocas ígneas.
2.1.1.1. Rocas intrusivas o plutónicas
Las rocas intrusivas o plutónicas son rocas ígneas que se forman a partir de un
magma que se solidifica a grandes profundidades y altas temperaturas. Este proceso
lento permite la formación de grandes cristales, dando lugar a una textura granular
gruesa o fanerítica. Ejemplos comunes incluyen granito, cuarzodiorita y gabro. Estas
rocas son abundantes en diversas regiones de Colombia, como la cordillera central,
la Sierra Nevada de Santa Marta, y el escudo guayanés en la frontera con Venezuela.
2.1.1.2. Rocas extrusivas
Las rocas extrusivas o volcánicas se forman cuando el magma se solidifica
rápidamente en la superficie, lo que resulta en una textura afanítica, con cristales no
visibles a simple vista. Estas rocas, comunes en el sur de Colombia y el Pacífico
chocoano, incluyen riolita, andesita y basalto, así como rocas vítreas como la
obsidiana y la pumita. Además, existen rocas piroclásticas, formadas por la
litificación de materiales expulsados durante las erupciones volcánicas. Estas se
clasifican según el tamaño de los fragmentos sólidos o piroclastos y se originan por
la acumulación de productos de fragmentación del magma o su acción sobre rocas
preexistentes.
2.1.1.3. Rocas hipoabisales
Son rocas formadas a partir de magmas que se solidifican en condiciones
intermedias de profundidad entre los dos grupos anteriores. Algunos minerales son
grandes y bien definidos y se llaman fenocristales, mientras que otros no alcanzan
tal desarrollo; por esto, la roca adquiere una textura en la cual se ven los
fenocristales embebidos en una masa de textura afanítica o vítrea, llamada matriz;
esta textura se llama porfídica y las rocas que la presentan se llaman pórfidos
(Tarbuck y Lutgens, 1999)

La clasificación de las rocas ígneas, según Rogers y Hawkesworth (2000), se basa


en dos criterios principales: la composición mineralógica y la composición química.
La mineralogía considera el contenido de cuarzo, feldespato y tipo de plagioclasa.
Por ejemplo, basaltos y gabros contienen piroxeno y plagioclasa, andesitas y dioritas
predominan en plagioclasa con anfíboles y feldespato alcalino, mientras que
granitos y riolitas tienen abundante cuarzo, plagioclasa y feldespato alcalino, junto
con mica y anfíboles. La composición química se evalúa a partir de los óxidos de
elementos mayores (como SiO₂ y Al₂O₃), menores (como K₂O y TiO₂), y traza
(como V y Cr), expresados en porcentaje de peso o partes por millón.
Dado que la composición de las rocas es variable, se utilizan diagramas de variación
para clasificarlas según la abundancia de ciertos óxidos. Un diagrama común
clasifica rocas ígneas relacionando el contenido de SiO₂ con la suma de Na₂O y
K₂O. Por ejemplo, basaltos y gabros tienen aproximadamente 45-52% de SiO₂ y
menos del 5% de Na₂O + K₂O, mientras que andesitas y dioritas tienen entre 56-
63% de SiO₂ y 5.5-7% de Na₂O + K₂O. Esto muestra que rocas con la misma
composición pueden tener texturas diferentes, como el gabro (intrusiva) y el basalto
(extrusiva).

En clasificaciones detalladas de rocas ígneas, se encuentran varias categorías: las


sienitoides incluyen sienitas y monzonitas; las gabroides o dioritoides abarcan
anortosita, diorita, gabro, cuarzodiorita y sus variantes; y los granitoides
comprenden granitos, granodioritas y tonalitas. En las rocas volcánicas, las
traquitoides incluyen traquitas y latitas, las andesitoides abarcan andesitas y
basaltos, las riolitoides corresponden a riolitas, y las dacitoides a dacitas. Además, la
coloración de las rocas, que se basa en la proporción de minerales claros (félsicos) y
oscuros (máficos), también se utiliza para agruparlas.
Según Tarbuck y Lutgens (1999), las rocas ígneas se agrupan en:
 Rocas félsicas o graníticas: Predominan los minerales claros, con menos del
15% de minerales máficos. Ejemplos incluyen granito, dacita y riolita.
 Rocas intermedias o andesíticas: Compuestas principalmente por ortoclasa y
plagioclasa, con entre 15 y 40% de minerales máficos. Ejemplos son andesita,
diorita y sienita.
 Rocas máficas o basálticas: Contienen más del 40% de minerales máficos,
principalmente plagioclasa cálcica y piroxeno. Ejemplos incluyen basalto y
gabro.
 Rocas ultramáficas o ultrabásicas: Compuestas casi exclusivamente por
minerales oscuros como piroxenos y olivino, con algo de plagioclasa cálcica.
Ejemplos son dunita y peridotita.
2.1.2. Rocas Sedimentarias
Estas rocas se forman por litificación de sedimentos no consolidados que pueden ser
producto de la acumulación de fragmentos de rocas preexistentes erosionadas o de la
precipitación de compuestos químicos y/o de restos orgánicos; para su clasificación
se tiene en cuenta la textura y, en algunos casos, su composición; con respecto a la
textura se definen dos grandes grupos:
2.1.2.1. Rocas clásticas
Las rocas sedimentarias se forman por la consolidación de fragmentos de rocas y
minerales preexistentes. Estas rocas presentan una estructura estratificada, con capas
que reflejan diferentes épocas o condiciones de sedimentación. El tipo específico de
roca se determina según el tamaño de los clastos o fragmentos en su matriz.

2.1.2.2. Rocas no clásticas


Son aquellas que se forman por precipitación de productos químicos: Rocas
sedimentarias químicas, o por acumulación de residuos de organismos: Rocas
sedimentarias orgánicas.
2.1.3. Rocas Metamórficas
Las rocas metamórficas se originan a partir de rocas preexistentes sometidas a altas
presiones, temperaturas y fluidos químicos activos, lo que causa cambios químicos y
estructurales en los minerales originales. Estos cambios pueden resultar en foliación,
que se manifiesta de tres formas según Tarbuck y Lutgens (1999):
 Pizarrosidad: Capas delgadas y planas de microcristales de mica, no visibles
a simple vista.
 Esquistosidad: Láminas delgadas con minerales de tamaño mayor que dan un
aspecto escamoso a la roca.
 Neisosidad: Bandeamiento de la roca con bandas de composición
mineralógica diferente.
Las rocas que eran monomineralógicas antes del metamorfismo pueden no mostrar
foliación y lucen masivas. La clasificación de rocas metamórficas se basa
principalmente en la presencia de foliación, usando nombres como pizarra para
rocas con pizarrosidad, esquisto para aquellas con esquistosidad, y neis (o gneis)
para las que presentan neisosidad. Las rocas no foliadas se clasifican por su
composición mineralógica, como en el caso de los esquistos micáceos, y las pizarras
y filitas se caracterizan por su grano fino y lustre sedoso debido a cloritas y micas.

Las rocas metamórficas se presentan en Colombia, generalmente, formando


complejos con rocas ígneas, en el centro y norte de la cordillera central y norte de la
oriental; ocupan un área importante en el sur de esta misma cordillera oriental.
2.1.4. Sedimentos no consolidados
En Colombia, los sedimentos no consolidados son cruciales como materiales
parentales de suelos debido a su amplia distribución. Cubren grandes áreas planas y
bajas, como los valles del Cauca y Magdalena, la costa Caribe, la Amazonia, la
Orinoquia, parte del litoral pacífico y las vertientes de las cordilleras. Se clasifican
principalmente por el tamaño de los fragmentos que los componen, siguiendo el
criterio del Soil Survey Division Staff (SSDS) (1993).
2.2. EL COMPONENTE INORGÁNICO DEL MATERIAL PARENTAL
Los principales componentes inorgánicos de los materiales parentales del suelo,
tratados anteriormente, son los minerales; un mineral es un sólido natural inorgánico
que presenta una estructura interna ordenada y una composición química definida
(Tarbuck y Lutgens, 1999)
El mineral está compuesto por un arreglo tridimensional de átomos y/o iones que se
repite en intervalos regulares, el cual recibe el nombre de cristal; el menor arreglo
tridimensional completo de un cristal se conoce como celda unitaria. Los minerales
originales de las rocas se conocen como minerales primarios y cuando éstos se
alteran pueden formar otros minerales llamados minerales secundarios.
2.2.1. Minerales primarios
Son aquellos minerales que se cristalizaron bajo las condiciones de formación de las
rocas y que, por lo tanto, son parte de ellas; estos minerales pueden estar presentes
en el suelo, si éste no ha evolucionado lo suficiente o si han sido muy resistentes a la
acción de los procesos de alteración de la roca y el suelo; cuando se presentan en el
suelo constituyen la mayor parte de las partículas del tamaño de arena y limo (entre
0.002 y 2 mm) de él.
Los principales grupos de minerales primarios corresponden a silicatos, aunque
también se presentan óxidos, hidróxidos, carbonatos, sulfatos, sulfuros y fosfatos;
las principales características de este tipo de minerales se resumen a continuación.
2.2.1.1. Silicatos
Son minerales cuya composición química se deriva del ácido silícico H4SiO4 y cuya
unidad estructural básica es un tetraedro de sílice (SiO4) 4- que posee en el centro un
átomo de silicio y en los vértices cuatro átomos de oxígeno (ver Figura 1.7); según
Besoain (1985), de la manera como se van disponiendo estos tetraedros en la
estructura cristalina del mineral, se producen varios subgrupos de silicatos, así:
Los silicatos se clasifican en diferentes grupos según la disposición de los tetraedros
de silicio y oxígeno:
 Nesosilicatos: Los tetraedros están independientes, unidos por cationes
divalentes. Ejemplo: Olivino, (Mg, Fe)₂SiO₄.
 Sorosilicatos: Los tetraedros se unen en pares compartiendo un oxígeno.
Ejemplo: Epidota, Ca₂(Al, Fe)₃(OH)SiO₄Si₂O₇.
 Ciclosilicatos: Los tetraedros forman anillos, compartiendo dos oxígenos.
Ejemplo: Berilo, Be₃Al₂Si₆O₁₈.
 Inosilicatos: Los tetraedros se organizan en cadenas:
- Sencillas: Ejemplo: Piroxeno como el Diópsido, CaMgSi₂O₆.
- Dobles: Ejemplo: Anfíboles como la Hornblenda, (OH)₂Ca₂Na(Mg, Fe,
Al)₅Al₂Si₆O₂₂.
 Filosilicatos: Tienen una estructura de capas formadas por tetraedros de
sílice y octaedros de alúmina, compartiendo vértices y oxígenos. Ejemplo:
Micas como la Moscovita, K(Al₂)AlSi₃O₁₀(OH)₂.
 Tectosilicatos: Los tetraedros se unen en una estructura tridimensional,
compartiendo todos sus vértices. Son los más abundantes en la corteza
terrestre. Ejemplo: Feldespato como la Ortosa, KAlSi₃O₈, y el cuarzo, SiO₂.

2.2.1.2. Óxidos
Son minerales muy abundantes en rocas ígneas y metamórficas; muy frecuentes son:
 Magnetita, Fe3O4.
 Corindón, Al2O3.
 Ilmenita, FeTiO3.
 Pirolusita, MnO2
2.2.1.3. Oxihidróxidos
Son minerales que provienen de óxidos en los cuales parte o todo el oxígeno ha sido
reemplazado por OH; son comunes:
 Diáspora, AlO(OH).
 Brucita, Mg(OH)2.
2.2.1.4. Carbonatos
Son minerales cuya composición química corresponde a sales derivadas del ácido
carbónico, H2CO3. Son comunes la Calcita: CaCO3 y la Dolomita: (Ca, Mg)(CO3)2. La
calcita presenta efervescencia con ácido clorhídrico (HCl) diluido y frío.
2.2.1.5. Sulfatos
Son sales que incluyen el radical SO4 2- en su estructura como la Anhidrita: CaSO 4 y el
Yeso: CaSO4.2H2O.
2.2.1.6. Sulfuros
Son sales derivadas del ácido sulfhídrico, H 2S, como la Calcopirita: CuFeS2, la Pirita:
FeS2 y la Galena: PbS.
2.2.1.7. Fosfatos
Los fosfatos son sales derivadas del ácido fosfórico (H₃PO₄), con los apatitos (Ca₅(F,
Cl, OH)₃(PO₄)₃) como representantes importantes. Los minerales primarios en las
rocas no siempre se transfieren al suelo; algunos pueden desaparecer durante la
formación del suelo debido a sus propiedades específicas. La facilidad con que los
minerales primarios se alteran varía según sus condiciones de formación y el entorno al
que están expuestos. Los minerales menos resistentes se transforman en secundarios o
en especies iónicas, mientras que los más resistentes permanecen en el suelo,
especialmente en fracciones mayores como arena y limo. En comparación de suelos del
mismo material parental, el suelo que ha evolucionado más es el que tiene menor
variedad de minerales primarios, menor contenido de arena y limo, y mayor cantidad de
minerales resistentes a la alteración.

Se han establecido series de alteración de acuerdo con la facilidad con la cual se alteran
los minerales primarios; en ellas se ordenan los minerales de acuerdo con su resistencia
a la transformación; un ejemplo de estas series es la que propone Corey, citado por
Malagón et al (1995), quien ordena los minerales de menor a mayor grado de resistencia
a la alteración como sigue:
Olivino < Augita < Hornblenda < Biotita < Oligoclasa < Albita < Ortoclasa <
Magnetita < Cuarzo
2.2.2. Los minerales secundarios y otros componentes de la fracción fina del suelo
Los minerales secundarios en los suelos, que son formados por la alteración de
minerales primarios o de rocas. Estos minerales se encuentran principalmente en la
fracción arcillosa del suelo (partículas menores de 0.002 mm) y tienen propiedades
coloidales. Los principales minerales secundarios en esta fracción son los filosilicatos y
los óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio, aunque en algunos suelos también son
importantes los aluminosilicatos y los óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio no
cristalinos, también llamados "amorfos".
2.2.2.1. Filosilicatos secundarios
Son silicatos hidratados de aluminio, magnesio, hierro y otras bases, con una estructura
laminar formada por hojas de tetraedros de sílice y octaedros de aluminio o magnesio.
Durante su formación, puede ocurrir la "sustitución isomórfica", donde iones de tamaño
similar reemplazan el silicio o el aluminio, lo que afecta la actividad química del
mineral. Además, se mencionan términos específicos para describir su estructura única
El texto define varios términos relacionados con la estructura de los filosilicatos:
 Plano: Superficie plana de átomos con un grosor de un átomo.
 Hoja: Conjunto de tetraedros u octaedros unidos entre sí.
 Capa: Unión de varias hojas, creciendo horizontalmente mediante la repetición
de celdas unitarias.
 Capa unitaria: La capa con el menor número de hojas que representa un
filosilicato.
 Entrecapa: Materiales situados entre las capas de un cristal, como iones o agua.
 -Cristal: Conjunto de capas apiladas en el sentido del eje c.
 Eje c: Distancia entre planos correspondientes en capas unitarias consecutivas.
La AIPEA clasifica los filosilicatos según la disposición de las hojas de tetraedros y
octaedros en sus capas unitarias, identificando tres tipos principales: 1:1, 2:1, y 2:1:1.
Estos tipos se subdividen en grupos basados en la carga por celda unitaria y en
subgrupos según la relación de cationes en la hoja octaédrica. Los subgrupos se
diferencian por el ordenamiento de capas, la disposición de aluminios, el tamaño de la
celda unitaria, los iones en la sustitución isomórfica y la composición química.

2.2.2.1.1. Minerales 1:1


Presentan una estructura que consiste en una lámina de tetraedros unida a una lámina de
octaedros, compartiendo oxígenos. Esta estructura rígida las hace estables en el suelo,
con baja sustitución isomórfica y, por lo tanto, baja actividad físico-química. Ejemplos
de minerales en este grupo, comunes en suelos tropicales evolucionados, son la caolinita
y la haloisita.
2.2.2.1.2. Minerales 2:1
Se describe como un tipo de arcillas formadas por la unión de dos láminas de tetraedros
con una lámina de octaedros intercalada entre ellas. Estas arcillas tienen alta sustitución
isomórfica, lo que les confiere una gran actividad físico-química en el suelo. Su
estructura se compone de paquetes de capas unitarias unidas por unidades laminares
adicionales o iones y moléculas de agua. Las variaciones en la composición del espacio
interlaminar y en la sustitución isomórfica definen los diferentes tipos de arcillas 2:1,
como la montmorillonita, vermiculita e illita. La carga generada por la sustitución
isomórfica es equilibrada por cationes dentro o fuera de la unidad estructural, afectando
la expansión del mineral. La neutralización de las cargas en la lámina de octaedros
determina si el mineral es dioctaédrico o trioctaédrico, dependiendo de la cantidad y
tipo de cationes presentes.
2.2.2.1.3. Minerales 2:1:1
Presentan una estructura de dos láminas de tetraedros y dos de octaedros intercaladas.
La lámina externa de octaedros suele ser una lámina de brucita [Mg 3(OH)6], cargada
positivamente, donde iones Al3+ han sido reemplazados por Mg2+, formando una lámina
trioctaédrica. La presencia de la brucita limita la expansibilidad de estos minerales y
reduce su actividad, a pesar de su alta sustitución isomórfica. El principal representante
de este grupo es la clorita.
2.2.2.1.4. Filosilicatos interestratificados
Los minerales interestratificados, según Besoain (1985), están compuestos por celdas o
capas unitarias de diferentes tipos de filosilicatos. La interestratificación implica la
intercalación regular o aleatoria de unidades estructurales de diferentes minerales a lo
largo del eje c, especialmente en silicatos de capa 2:1 o 2:1:1. Las interestratificaciones
pueden ser binarias, terciarias o cuaternarias, y pueden ocurrir entre minerales
secundarios del mismo tipo (como montmorillonita y vermiculita), entre tipos diferentes
(como caolinita y montmorillonita), o entre minerales primarios y secundarios (como
biotita y vermiculita). Los minerales interestratificados suelen ser nombrados según el
tipo de capa de los minerales intercalados.
2.2.2.2. Alumino – Silicatos no cristalinos
Un grupo de materiales con estructura desordenada de tetraedros y octaedros, lo que les
impide presentar un espectro en Rayos X, pero les confiere alta actividad en el suelo.
Los principales ejemplos de estos materiales son los componentes de la serie del alofán:
alofano A, alofano B y alofano AB, que resultan de la alteración de minerales en rocas
volcánicas y piroclastos. La Tabla 1.15 muestra la distribución de materiales inorgánicos
dominantes en la fracción arcilla de los suelos en Colombia, según Marulanda y Pulido
(1984).
2.2.2.4. Óxidos e hidróxidos de Fe y Al
Estos materiales, conocidos como los sesquióxidos de hierro y aluminio, comunes en
suelos tropicales y responsables de sus colores rojizos. Estos materiales, como la
gibbsita (Al(OH)3), hematita (Fe2O3), goetita (FeOOH), ferrihidrita (Fe 5O8.4H2O) y
manganita (MnOOH), presentan formas cristalinas y no cristalinas y tienen muy baja
actividad físico-química en los suelos. Los minerales secundarios de arcillas 1:1 y
sesquióxidos de Fe y Al tienen escasa sustitución isomórfica y baja actividad de
intercambio iónico, por lo que se denominan arcillas de baja actividad (LAC).
2.3. EFECTOS DEL MATERIAL PARENTAL SOBRE LOS SUELOS
El desarrollo del suelo está influenciado por diversos factores y procesos que parten de
un material parental, como rocas o sedimentos. A medida que estos materiales son
expuestos a condiciones ambientales superficiales, sufren alteración (meteorización),
que incluye fraccionamiento, disgregación de minerales primarios y transformación en
minerales secundarios. Esto genera un material terroso, conocido como saprolito, que
conserva rasgos del material original. Los productos de esta alteración se someten a
procesos de formación del suelo (pedogénesis), que, con el tiempo y diferentes
intensidades, resultan en la variedad de suelos presentes en la naturaleza.
2.3.1. La textura del material litológico
La textura de las rocas, que incluye el tamaño, forma, arreglo y grado de cristalinidad de
sus minerales, afecta significativamente su resistencia al desgaste. Esta resistencia
influye en la cantidad y destino de los productos de alteración de la roca. Así, las
propiedades texturales de la roca condicionan la cantidad y calidad de los saprolitos
(materiales parentales) que se originan, y, por lo tanto, las posibilidades de desarrollo
del suelo. Los efectos más notables que puede producir la textura de la roca se
manifiestan en:
 Erosión acelerada en rocas de grano fino poco consolidadas: La baja
permeabilidad de estas rocas genera gran cantidad de escorrentía, lo que provoca
desprendimiento y transporte de materiales, limitando la acumulación de
productos de meteorización.
 Suelos de baja calidad nutricional: Los saprolitos pobres en bases, originados de
rocas con texturas gruesas como arenisca cuarcítica y rocas ígneas intrusivas
ácidas, tienden a tener baja calidad nutricional debido a su alta permeabilidad
que facilita el lavado de iones.
 Acumulación de minerales y nutrientes: En suelos formados a partir de rocas de
baja permeabilidad, la reducción de la percolación profunda permite la
acumulación de minerales y nutrientes en el suelo.
 Capacidad de retención de agua: Los suelos derivados de saprolitos de rocas de
texturas gruesas tienen baja capacidad de retención de agua debido a amplios
espacios vacíos y escasez de materiales finos. En contraste, los suelos de grano
fino pueden presentar problemas como mal drenaje, déficit de aireación y
compuestos tóxicos.
 Erosión selectiva y pedregosidad: En suelos derivados de depósitos
sedimentarios no consolidados con granulometría heterogénea, la erosión
selectiva por tamaño de partículas puede causar alta pedregosidad, dificultando
el manejo de aguas, la mecanización y el uso de ciertas plantas.
De lo mencionado anteriormente, se tiene que muchas características físicas de los
suelos, como su comportamiento hídrico, resistencia a la erosión, facilidad de laboreo y
fertilidad, dependen en gran medida de la textura de los materiales originales. Sin
embargo, las características del suelo pueden variar debido a otros factores de
formación que pueden contrarrestar el efecto del material parental. Por ejemplo, una
arenisca con cementante calcáreo puede producir un saprolito rico en bases en climas
secos, pero pobre en bases en climas húmedos, debido al lavado de los productos de
solubilización del cementante.
2.3.2. La composición mineralógica del material litológico
La composición mineralógica de las rocas influye en los minerales que el suelo puede
heredar y en la formación de minerales secundarios, afectando así su fertilidad natural.
Los minerales heredados del material parental están sujetos a la alteración, y su
resistencia depende de la diferencia entre las condiciones de formación y las
ambientales actuales. Los minerales con estructuras cristalinas más complejas, como la
hornblenda, son más resistentes a la meteorización que los minerales con estructuras
más simples, como el olivino. El cuarzo, con una estructura de tectosilicato y sin
elementos oxidables, es el mineral más resistente a la meteorización.
En relación, a lo anterior con el cuarzo, al ser muy resistente a la meteorización, tiene
una alta probabilidad de permanecer en el suelo, especialmente si el material parental
contiene mucho cuarzo. Esto resulta en suelos arenosos con bajo contenido de
nutrientes, baja capacidad de retención de agua, drenaje rápido y poco desarrollo
estructural, haciendo que sean menos adecuados para el crecimiento vegetal. Además,
los minerales primarios en las rocas parentales son precursores de los minerales
secundarios en el suelo. Por ejemplo, las rocas ígneas intrusivas ácidas, al alterarse en
climas húmedos, suelen producir minerales secundarios como caolinita, haloisita y
cuarzo en la fracción arcilla del suelo.
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geología para ingenieros.
1.2. Ciclo de las rocas
El magma da origen a las rocas ígneas y éstas (u otras) dan origen a los sedimentos;
por su parte los sedimentos consolidados dan origen a las rocas sedimentarias. Pero
las rocas sedimentarias (y las ígneas) dan origen a las rocas metamórficas y éstas a
su vez pueden fundirse para producir magma.
1.2.1. Magma
Es un fluido rocoso incandescente compuesto principalmente de minerales tipo
silicatos y óxidos fundidos.
La Tierra está compuesta por un núcleo interior caliente, un manto que lo envuelve y
una corteza exterior. La corteza que envuelve la Tierra sólida está compuesta por
placas tectónicas de ambiente continental y oceánico.
El magma se produce por debajo de la corteza y en el manto exterior del planeta,
donde los materiales están sometidos a un flujo plástico de naturaleza convectiva.
Así, el magma es un fundido natural a alta temperatura en el que participan
principalmente 8 elementos: oxígeno (O8), silicio (Si14), aluminio (Al13), hierro
(Fe26), calcio (Ca20), sodio (Na11), potasio (K19) y magnesio (Mg12).
1.2.2. Cristalización
Los minerales se forman a partir del enfriamiento del magma, resultando en cuerpos
cristalinos con estructuras regulares debido a la cristalización de soluciones
magmáticas. Estos minerales pueden ser amorfos, sin una disposición regular de
átomos, o tener formas granulares, laminares y fibrosas, lo que influye en el
comportamiento mecánico de las rocas.
La cristalización del magma es fraccionada y no uniforme, comenzando con
silicatos ferromagnesianos y plagioclasas cálcicas, seguidos por feldespato potásico,
moscovita y finalmente cuarzo, según la serie de cristalización de Bowen.
La textura de las rocas ígneas varía según la velocidad de enfriamiento del magma:
un enfriamiento lento produce minerales grandes y una textura fanerítica
(granulada), un enfriamiento rápido resulta en minerales pequeños y una textura
afanítica, y una combinación de enfriamientos genera una textura porfidítica, con
minerales grandes en una matriz de minerales finos.
1.2.3. Rocas ígneas
En la Tierra, las rocas ígneas se forman en dos ambientes geográficos: oceánico y
continental. En el ambiente oceánico, predominan las rocas básicas o ultrabásicas,
ricas en minerales ferromagnesianos, mientras que en el continental predominan las
rocas ácidas, con abundancia de sílice y aluminio.
Las rocas ígneas se clasifican según su profundidad de formación:
 Plutónicas: Se forman a gran profundidad en la corteza y tienen textura
fanerítica (mineral grande).
 Volcánicas: Se enfrían en la superficie y presentan textura afanítica (mineral
pequeño).
 Hipoabisales: Se forman cerca de la superficie pero no en ella, y tienen textura
porfidítica (minerales grandes en matriz fina).
Las rocas ígneas principales son el granito, típico del ambiente continental y
presente en la Cordillera Central, y el basalto, común en el ambiente oceánico y en
la Cordillera Occidental.
1.2.4. Meteorización, erosión o transporte
Los sedimentos se originan a partir de la meteorización, erosión y transporte de
materiales rocosos en la corteza terrestre. La denudación es un proceso que nivela la
superficie terrestre, donde las rocas erosionadas se depositan en zonas de
sedimentación, mientras que las fuerzas de agradación reconstruyen el relieve.
La meteorización o intemperismo, que es previa a la erosión y al transporte, implica
la alteración de rocas expuestas a condiciones atmosféricas y biológicas. Existen dos
tipos principales:
Mecánica: Desintegración física del material.
-Química: Descomposición química del material.
Además, hay alteraciones como la tectónica y la hidrotermal, especialmente
relevantes en áreas andinas.
Los productos de la meteorización incluyen gravas, arenas, limos, arcillas, y
soluciones minerales. Estos materiales contribuyen a la formación de suelos de
cultivo, suelos residuales, suelos transportados y rocas sedimentarias, todos
derivados de la destrucción de rocas y minerales expuestos por fuerzas exógenas.
La erosión es el proceso de desprendimiento de las unidades alteradas de la roca
merced a agentes como el hielo, el agua y el viento; la gravedad no lo es. Estos
mismos agentes ocasionan luego el transporte de los materiales desprendidos, para
formar los depósitos sedimentarios, aprovechando la energía proveniente de la
gravedad y del Sol.
1.2.5. Sedimentos
Los sedimentos están compuestos por materiales rocosos, restos de organismos,
sustancias químicas y otras acumulaciones resultantes de la meteorización y
alteración de rocas, así como de la precipitación de elementos disueltos en la
hidrosfera y la acumulación de materia orgánica.
La denudación de la corteza terrestre implica la erosión de áreas emergidas, con la
gravedad y los movimientos de la Tierra impulsados por la radiación solar como
fuerzas clave en el transporte de materiales por aire y agua. Dependiendo del agente
de transporte, los depósitos se denominan:
 Coluvial (transportado por la gravedad)
 Aluvial (transportado por ríos)
 Eólico (transportado por el viento)
 Glaciar (transportado por glaciares)
Según el lugar de depósito, se distinguen:
 Palustre (ambientes húmedos)
 Marino (ambientes marinos)
 Lacustre (fondos de lagos)
 Terrígeno (terrestre)
Los ambientes sedimentarios incluyen:
 Fluvial: Sedimentos en lechos de ríos y zonas adyacentes.
 Lacustre: Sedimentos en el fondo de lagos.
 Costero: Playas y deltas.
 Marino: Sedimentos en plataformas continentales, taludes continentales y
cañones submarinos. El espesor de los sedimentos es menor en las llanuras
abisales y se reduce cerca de las dorsales oceánicas.
1.2.6. Diagénesis y litificación
La diagénesis es el proceso de transformación de sedimentos en rocas sedimentarias a
temperaturas y presiones relativamente bajas, por debajo de la superficie terrestre. Los
principales procesos diagéneticos son:
 Cementación: Formación de rocas sedimentarias como la arenisca, mediante la
adición de coloides cementantes a la arena acumulada.
 Consolidación-desecación: Reducción de volumen y endurecimiento de
materiales porosos como las arcillas, transformándolos en arcillolitas, debido a
presiones litostáticas.
 Cristalización: Endurecimiento de depósitos calcáreos a través de intercambios
iónicos y fenómenos de neocristalización y recristalización, produciendo rocas
como la caliza.
La litificación es un aspecto importante de la diagénesis, que convierte sedimentos
sueltos en rocas sedimentarias compactas y duras.
1.2.7. Rocas sedimentarias
Las rocas sedimentarias más comunes son la lutita, la arenisca y la caliza. Aunque
representan una pequeña parte del volumen total de la corteza terrestre, son muy
abundantes en la superficie, especialmente en áreas como la Cordillera Oriental
colombiana, que es predominantemente sedimentaria.
Los sedimentos se acumulan y sepultan en diferentes ambientes, como costas, pantanos
y playas, y las características de la roca resultante dependen del entorno de formación.
Los sedimentos finos en pantanos y los arenosos en playas reflejan entornos tranquilos o
turbulentos, respectivamente.
Las rocas sedimentarias se forman no solo por procesos de meteorización, sino también
por factores climáticos y tectónicos. Se caracterizan por su disposición en capas o
estratos que reflejan el ambiente en el que se formaron.
 Lutita: Originada de arcillas y limos en mares, lagos o lagunas.
 Arenisca: Formada a partir de arenas cementadas con minerales como calcita,
dolomita y cuarzo.
 Caliza: Rocas de origen químico u orgánico, formadas por procesos como la
precipitación de sales o la acumulación de caparazones de organismos muertos.
Además de las rocas clásticas, como areniscas y lutitas, también existen rocas
sedimentarias formadas por la precipitación de disoluciones acuosas o por la acción de
organismos, como los arrecifes y muchas calizas.
1.2.8. Metamorfismo
El proceso de metamorfismo, que es el cambio de una roca en otra diferente a través de
la temperatura, presión y fluidos químicamente activos, sin alterar su química global.
Este proceso ocurre en condiciones que están por debajo de la zona de sedimentación e
intemperismo, pero sobre la zona de fusión.
Los agentes del metamorfismo incluyen:
 Temperatura
 Presión
 Fluidos químicamente activos
Existen tres tipos básicos de rocas metamórficas según las condiciones de formación:
 Rocas de alta presión: Formadas en zonas con alta presión en comparación con
la temperatura.
 Rocas de alta temperatura: Formadas en zonas con alta temperatura en
comparación con la presión.
 Rocas de presión y temperatura intermedias: Formadas en lugares con
condiciones equilibradas de presión y temperatura.
Las rocas metamórficas pueden formarse en diversos ambientes, tanto continentales
como oceánicos. Por ejemplo:
 Cordillera Central colombiana: Tiene un basamento metamórfico.
 Corteza oceánica: Puede experimentar metamorfismo en la base y en las
dorsales donde asciende el magma.
 Zonas de subducción y partes inferiores de la corteza continental: También son
propicias para el metamorfismo, especialmente cerca de intrusiones ígneas.
1.2.9. Rocas metamórficas
El texto detalla cómo la temperatura y la presión en la corteza terrestre influyen en la
formación de rocas metamórficas. En promedio, la temperatura aumenta 33 °C por cada
kilómetro de profundidad, y la presión aumenta 1000 atmósferas cada 3 kilómetros. A
temperaturas superiores a 200 °C y presiones mayores a 2000 atmósferas, se forman
rocas metamórficas como granulitas, eclogitas, gneises y esquistos.
Existen diferentes ambientes metamórficos:
 Dorsales oceánicas: Forman rocas de alta temperatura y baja presión.
 Zonas de subducción: Forman rocas de baja temperatura y alta presión.
Las rocas metamórficas son más accesibles en cadenas montañosas, donde la erosión
expone rocas previamente profundas. Las rocas sedimentarias pueden transformarse en
rocas metamórficas y luego sufrir meteorización que produce silicatos hidratados y
carbonatos. En el metamorfismo de rocas ígneas, los volátiles como vapor de agua y
dióxido de carbono pueden ser absorbidos.
Para clasificar las rocas metamórficas, se deben considerar su textura, composición
química y mineralogía. Aunque es difícil determinar con precisión si una roca es
metamórfica, ígnea o sedimentaria, se puede aproximar a su clasificación considerando
las facies minerales y la textura.
Las principales rocas metamórficas son:
De la lutita: Pizarra, filita, esquisto, paragneis.
De la arenisca: Cuarcita.
De la caliza: Mármol.
Del basalto: Serpentina, anfibolita.
Del granito: Ortogneis.
1.2.10. Fusión
Las erupciones volcánicas revelan material rocoso fundido del interior de la Tierra,
evidenciando el calor interno del planeta, resultado de su formación y procesos
dinámicos. Los volcanes y terremotos en la superficie reflejan estas dinámicas internas.
La energía del interior terrestre proviene del colapso gravitacional de una nube de gas
primigenia, que resultó en la formación de una esfera masiva debido a su gravedad. Esta
masa inicial, formada por material reciclado de astros anteriores, incluye elementos
radiactivos.
La sismología es clave para estudiar la estructura interna de la Tierra, y el análisis de la
gravedad muestra irregularidades en la masa interna. El magnetismo y paleomagnetismo
han sido fundamentales para el desarrollo de la teoría de la tectónica de placas. La
geoquímica y la astrofísica también contribuyen a entender las capas internas de la
Tierra mediante modelos físicos basados en isótopos.
A grandes profundidades, las rocas pueden transformarse en magma debido al calor y la
presión. A pesar de las altas temperaturas en la corteza, la presión mantiene las rocas en
estado sólido hasta que los sismos y movimientos de la corteza reducen la presión,
permitiendo la fusión. Las corrientes de convección del manto, la fricción entre placas
tectónicas y la presencia de elementos radiactivos también contribuyen a la fusión de
rocas.
5. MINERALES
5.1. Definición
Son los principales constituyentes de las rocas de la corteza terrestre; se trata de
sustancias sólidas naturales, y homogéneas de composición química definida,
disposición atómica ordenada y fruto de procesos inorgánicos.
Pocos minerales forman rocas a pesar de que se conocen cerca de 2000 especies
diferentes, pues los silicatos y los óxidos son los principales constituyentes de la
corteza, en razón de que ocho elementos lo hacen casi todo en la naturaleza. Los
minerales pueden formarse con base en un sólo elemento, como el diamante con el
carbono; con dos elementos, como la pirita (oro de los tontos) con el hierro y el azufre,
o con tres o más elementos como los feldespatos o los piroxenos y anfíboles. También
se pueden generar varias especies minerales con un mismo elemento, como el diamante
y el grafito con el carbono, o con dos elementos como la pirita y la marcasita
constituidos por el hierro y el azufre.
 Leer del tema de recursos minerales en los portales del Servicio Geológico
Colombiano, Servicio Geológico Mexicano. Complementar información
científica adicional.

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