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ALFABETIZACION INFORMACIONAL

Arribemos a la pregunta Inicial... ¿Qué significa alfabetizarse?

Tradicionalmente, este término se refería a la apropiación de las “primeras letras”,


en el sentido de acompañar a las niñas y los niños en el conocimiento de los
grafemas que conforman el alfabeto, apuntando a la adquisición de habilidades para
decodificar y codificar palabras y textos. Sin embargo, hace ya varias décadas que,
desde diferentes enfoques, se piensa en la alfabetización como un proceso que
involucra múltiples habilidades, que se inicia en la primera infancia y por eso
se habla de Alfabetización inicial. Su enseñanza involucra una serie de aspectos
intelectuales, afectivos contextualizados, significativos, ligados a diferentes
prácticas sociales de lectura y escritura.

Al avanzar en el proceso de alfabetización, las habilidades se complejizan y es allí


donde se habla de Alfabetización Avanzada, etapa de la alfabetización del
estudiante y de los individuos, sostenida en la comprensión, interpretación y
producción de todas las expresiones del discurso social y de los géneros
discursivos.

¿Cuándo hablamos de Alfabetización académica?

Hablamos de Alfabetización Académica cuando apuntamos directamente al trabajo


articulado en las bibliotecas emplazadas en IES de Formación docente. Aquí los
destinatarios de estas acciones lograrán comprender y producir textos académicos,
teniendo en cuenta sus características genéricas, la temática y ámbito de circulación
de los mismos.

Entonces:

Alfabetizarse implica acceder a un universo cultural complejo y construir una mirada


particular del mundo. Hacerlo de manera reflexiva, crítica y de manera social nos
permite constituirnos como sujetos capaces de transformar nuestro entorno y hacer
ejercicio pleno de nuestros derechos. Es en función de esa apertura del concepto
que en los últimos años se habla de alfabetizaciones.

Asimismo, es importante considerar que la alfabetización no constituye un


aprendizaje que se da de una vez y para siempre, sino que se trata de un proceso
continuo, progresivo y dinámico, que además se amplía y se interrelaciona con otros
saberes a medida que se desarrolla.

Ese paso al plural da cuenta de las diversas habilidades que se requieren para
poder leer, comprender, interpretar significados y producirlos.

En dicha perspectiva se enmarca también el concepto pedagógico de


la multialfabetización, que pone el énfasis en la importancia de promover
enseñanzas y aprendizajes que posibiliten el acceso, la comprensión y la
comunicación de textos multimodales, es decir, textos con modos lingüísticos,
visuales, auditivos -entre otros-, elaborados en distintos soportes y medios. Una
pedagogía que, en sintonía con los avances tecnológicos, requiere además una
actualización y ampliación constante, atendiendo a las prácticas culturales y
sociales de manera situada y contextualizada, que demandan nuevas
alfabetizaciones. (Cope, B. y Kalantzis, M., 2010).

“La adquisición de la alfabetización no es un acto aislado”.

En esta línea, la Unesco propone la siguiente definición: Más allá de su concepto


convencional – conjunto de habilidades de lectura, escritura y cálculo –, la
alfabetización se entiende hoy en día como un medio de identificación,
comprensión, interpretación, creación y comunicación en un mundo cada vez más
digital, mediado por textos, rico en información y que de cambios rápidos.” (Unesco,
2023).

Estas concepciones sobre la alfabetización implican un desafío a las funciones que


debemos llevar adelante en las bibliotecas, especialmente en un escenario tan
cambiante en cuanto a los soportes y medios en los que circulan los textos y la
información.

Acompañar a los estudiantes y a los ciudadanos hacia el desarrollo de


habilidades y estrategias que les permitirán identificar de manera autónoma la
información que necesitan, acceder a ella, comprenderla y reelaborarla de
acuerdo a sus intereses y objetivos; es nuestra meta.

A la hora de precisar el concepto de ALFIN existen diversas definiciones, pero la


mayoría se sustenta en la misma idea:

Una de las primeras y más extendidas definiciones es la


de la ALA (American Library Association), según la
cual la Alfabetización Informacional es la que permite a
una persona: “(...) Reconocer cuándo la información es
necesaria, tener la capacidad de localizar, evaluar y usar
¿QUÉ ES ALFIN? de forma efectiva la información que se requiere […] La
gente preparada en ese aspecto es, finalmente, la que ha
aprendido a aprender. Saben cómo aprender porque
saben cómo se organiza la información, cómo
encontrarla, y cómo usarla de forma que otros puedan
aprender de ellos.” (ALA, 1989: 14).

En la misma línea, la profesora y bibliotecaria de la Facultad


de Documentación de la Universidad de Salamanca, María
Felicidad Campal García, sostiene: “Cuando hablamos de
Alfabetización Informacional en la bibliotecología
internacional nos referimos a una capacidad compleja,
importante para todas las personas: la capacidad de acceder,
comprender, evaluar, usar y comunicar la información de
modo reflexivo y adecuado al fin. Se considera que esta
capacidad es importante para el aprendizaje permanente y
para participar activa y conscientemente en nuestra
sociedad. Y se entiende que puede incluir desde la
alfabetización básica a la digital, como un concepto amplio,
inclusivo, que amplía e incluye muchos de los contenidos de
la formación de usuarios.” (Campal García, 2006).

Por su parte, el CILIP (Chartered Institute of Library and


Information Professionals) aporta una de las definiciones
más recientes, en la que plantea que: “La Alfabetización
Informacional es la capacidad de pensar de forma crítica y
emitir opiniones razonadas sobre cualquier información que
encontremos y utilicemos. Nos empodera, como ciudadanas y
ciudadanos, para alcanzar y expresar puntos de vista
informados y comprometernos plenamente con la sociedad.”
(Sales Salvador, 2020: 2) Agrega, además: “La
Alfabetización Informacional incluye un conjunto de
habilidades y capacidades que todas las personas
necesitamos para realizar tareas relacionadas con la
información: por ejemplo, cómo descubrirla, acceder a ella,
interpretarla, analizarla, gestionarla, crearla, comunicarla,
almacenarla y compartirla. Pero es mucho más que eso: se
refiere a la aplicación de las competencias, las cualidades y
la confianza necesarias para utilizar la información de la
mejor manera posible e interpretarla de forma juiciosa.
Incluye el pensamiento crítico y la conciencia crítica, así
como la comprensión de los aspectos tanto éticos como
políticos relacionados con el uso de la información.” (Sales
Salvador, 2020: 2).

Cabe señalar que una de las características por las que se destaca esta última
definición es la de otorgar a ALFIN una relevancia de alcance amplio y general como
parte del desarrollo de las personas a lo largo de su vida. Compartiendo ese énfasis,
proponemos una definición como base para abordar la estrategia ALFIN en y desde
la biblioteca escolar.

Una práctica ALFIN situada, implica promover actitudes activas en todos


aquellos que visiten la biblioteca escolar, pública o acuden a los bibliotecarios
para buscar información o acercarse a las lecturas.

En suma, se trata de generar, a partir de estas instancias, espacios de diálogo y


andamiaje donde tenga lugar la construcción de conocimiento.

Pasos para gestionar la información

En términos generales, los procesos que conforman la Alfabetización Informacional


refieren al modo en que se gestiona la información.

El trabajo con estos procesos ALFIN se suele presentar en cuatro grandes


momentos, etapas o pasos.

Si bien se trata de un proceso secuencial, es posible modificar el orden de las etapas


cuando la situación lo requiere. A continuación, nos detendremos en cada uno de
estos pasos para comprender qué implican.

Extraído de Sales Salvador, D. (2020) Traducción de la definición de alfabetización


informacional de CILIP 2018. En: Anales de Documentación, 2020, vol. 23, nº 1
disponible en: http://dx.doi.org/10.6018/analesdoc.373811

1. Identifica qué quieres saber o averiguar


2. Busca información para construir posibles respuestas.
3. Evalúa (RECUPERAR, ANALIZAR)la información que encontraste y
reflexiona sobre ella.
4. Comunica la información de manera que pueda servirle a otros.

Todos estos pasos que conforman la la gestión de la información implican la puesta


en práctica de distintas competencias, por los estudiante y las personas.

El paradigma de la Alfabetización informacional que aplicaremos en esta


propuesta es el modelo basado en las competencias. Es decir que para
gestionar la información, el usuario, lector, deberá desarrollar y complejizar
sus competencias en relación con el acceso y gestión de la información.

" YO VINE A PREGUNTAR, EL SABER NO PUEDE SER UN LUJO"

El saber es un contacto con la realidad, con el fin de distinguirla y comprenderla;


implica además ser conscientes de lo que se sabe; sistematizar lo conocido, dar
cuenta de ese conocimiento ante los demás, ser capaces de preguntarse sobre lo
que se sabe, pero con actitud crítica.

¿Qué quiero saber?- ¿Dónde encuentro la información/respuesta? ¿Cómo la


analizo y la recupero? ¿Cómo la comparto?

Cada pregunta requiere poner en práctica las competencias que se necesitan para
gestionar la información de acuerdo con estas preguntas guía.

BIBLIOGRAFÍA

- SALES, Salvador. Traducción de alfabetización informacional de CLIP2018, EN: Anales de la


Documentación,2020, vol.23n°1 disponible
en: https://revistas.um.es/analesdoc/article/view/373811

- Alfabetización informacional. Lima, consorcio de Universidades. Comité de Bibliotecas, 2014.


ALFABETIZACION MEDIATICA E INFORMACIONAL

Qué es el alfabetismo mediático y cuál es su relación con ALFIN

El “alfabetismo en medios de información” es la habilidad para utilizar


completamente los diversos tipos de medios de comunicación.

Es un conjunto de competencias que permite a una persona acceder a los medios,


analizar y reflexionar sobre su contenido, producir mensajes en estos formatos y
tomar acciones sobre los mismos.

Quienes adquieren estas competencias pueden entender mensajes complejos


publicados en periódicos, revistas, libros, emisoras, programas de televisión, pautas
publicitarias, juegos de video, internet, redes sociales, entre otros. Además, tienen
la capacidad de producir sus propios mensajes.

En muchos países, la alfabetización en medios e información es parte de los


diseños curriculares escolares. Los educadores han descubierto que este tipo de
aprendizaje es esencial: una manera efectiva e interesante de aplicar el
pensamiento crítico a una amplia gama de temas. Debido a que las tecnologías de
la comunicación se desarrollan rápidamente y sus sistemas son complejos y
cambiantes, este tipo de alfabetismo se ha convertido en una necesidad primordial
en todo el mundo.

¿Qué es Alfabetización Mediática e Informacional?

La Información Mediática e Informacional permite: Desarrollar habilidades de


pensamiento crítico Comprender cómo los mensajes de los medios de
comunicación moldean la cultura y la sociedad Identificar estrategias específicas de
marketing Reconocer qué es lo que los medios de comunicación quieren que las
personas crean y hagan Conocer las técnicas de persuasión utilizadas Proponer
cambios en el sistema de los medios de comunicación Reconocer los sesgos, la
desinformación y las mentiras Descubrir las partes de la historia que no se cuentan
Evaluar los mensajes de los medios de comunicación basados en las propias
experiencias, habilidades, creencias y valores Crear y distribuir mensajes propios a
través de los medios de comunicación. Fuente: medialiteracyproject.org

¿Por qué es importante la Alfabetización Mediática e Informacional?

Entender los medios de comunicación y su influencia en la sociedad y en los


individuos es una habilidad que debe ser desarrollada por todos. Las competencias
adquiridas en este campo permiten a la ciudadanía ser consciente de su cultura,
sus valores y de la importancia de la información y la comunicación. Los sistemas
mediáticos y las sociedades son complejos y multifacéticos. Por eso, las personas
con conocimiento y destreza en medios deben evitar hacer juicios rápidos y
simplistas. Uno de los objetivos de AMI es posibilitar un mayor acceso a los medios
de comunicación y aumentar la participación de las personas en la creación de
contenidos para estos medios. Esto daría lugar a formas de acceso y control
mediático, y a desarrollar sociedades en las que sus habitantes se valoren como
ciudadanos activos y no solo como consumidores.

Gracias a las nuevas tecnologías es posible ahora analizar y crear textos y


mensajes en una amplia variedad de formatos. Pero estas competencias deben ser
aprendidas, practicadas y actualizadas cada día, lo que implica un proceso de
aprendizaje de por vida. Particularmente, los jóvenes requieren de espacios para
interactuar con sus educadores y darle sentido a una cantidad de experiencias
individuales relacionadas con las tecnologías y los medios de comunicación
masivos e interpersonal

ETOMANDO EL CONCEPTO DE ALFIN

Es este el momento de hace la gran diferencia en el paradigma de la Alfabetización


Informacional y otras alfabetizaciones destacando las múltiples competencias que
son necesarias para gestionar la información y que si bien, este concepto
ALFIN, se vincula de una manera muy cercana a las prácticas de referencia y de
formación de usuarios, la ALFIN implica formar estudiantes e individuos
competentes en: interpretación de textos, pensamiento crítico, comprensión y
reflexión. Es decir gestionar la información de manera que la capacidad que se
obtenga sea la de APRENDER A APRENDER.

Si tomamos la definición de CILIP (2004), podemos sintetizar las funciones de los


bibliotecarios respecto de la alfabetización informacional o ALFIN.

Esta síntesis posiciona al bibliotecario como especialista en la gestión de


información: Proporcionando los modos, las vías y las estrategias que permiten
desarrollar habilidades para el uso y organización de grandes volúmenes de
información.Ofreciendo herramientas de búsqueda que ayudan a recolectar
información disponible en diferentes fuentes y medios.Garantizando la continuidad
de las prácticas lectoras adaptadas a los nuevos dispositivos tecnológicos.

¿Qué hay que saber para estar alfabetizado en información? Según los estándares
de ALA, un individuo alfabetizado en información está capacitado para:

Determinar la extensión de la información que necesita; Acceder a esa información


en forma efectiva y eficiente; Evaluar críticamente la información y sus fuentes;
Incorporar a su conocimiento básico la información seleccionada; Usar la
información con eficacia para alcanzar un propósito específico; Comprender los
temas económicos, legales y sociales alrededor del uso de la información, y acceder
a usarla en forma ética y legal.
EL MODELO DE ALFABETIZACION EN INFORMACION es un proceso
sistemático que desarrolla las habilidades para encontrar, utilizar, aplicar y evaluar
información que satisface necesidades y soluciona problemas específicos. En la
literatura no hay un solo modelo, o sea, una única estrategia organizada.
Numerosos autores determinaron diferentes "etapas" o "pasos" a seguir en el
proceso, pero todos giran alrededor de conceptos semejantes.

En este caso, me gusta la organización en ocho secuencias que propone Mabel


Kolesas en su libro “Una introducción a rol de la biblioteca en la educación del siglo
XXI” (Kolesas, 2008)

Exploración ¿Qué información se necesita para definir el tema a investigar? En


primer lugar, es necesario reconocer que el incentivo para la exploración debe ser
genuino, que debe tener significación personal porque el primer "recurso" es el
propio conocimiento y debe saber que sin esta exploración no es posible desarrollar
ningún aprendizaje significativo. Entonces, se define y acota el tema a través de la
exploración de materiales informativos, y de la determinación de los "aspectos" a
profundizar.

Búsqueda ¿Qué estrategia se utiliza de acuerdo con el tema? Cada tema


supone una estrategia de búsqueda que es necesario identificar toda vez que sea
posible; determinar el tipo de fuentes de información y buscar experiencias
desarrolladas en distintas formas y lugares. Se trata de trabajar con recursos
bibliográficos y electrónicos. Es necesario tener presente que hoy en día existen
numerosos recursos online: catálogos de bibliotecas, catálogos de librerías, bases
de datos referenciales y de texto completo, bibliotecas digitales, portales,
repositorios, de libros y revistas electrónicas, y muchos otros recursos. También se
debe buscar en bibliotecas, en fuentes tradicionales, sitios web institucionales, así
como recurrir a "informantes clave”.

Acceso e identificación ¿Dónde se localizan las fuentes de información? ¿En


qué campos del conocimiento? Conocer, apreciar y seleccionar las fuentes más
apropiadas de acuerdo con el tema. Usar enciclopedias y diccionarios impresos y
electrónicos. Encontrar la información en las fuentes a través del uso de palabras
clave y descriptores.

Comprensión Valoración de las fuentes ¿Qué aportan las fuentes? Analizan,


describen, presentan aspectos. ¿La información es clara y entendible? Extraer
la información relevante. Apelar a capacidades personales: interrogarse sobre el
tema, reflexionar, leer, escuchar, intercambiar ideas con el grupo de estudio,
observar. Tomar notas. Ejemplificar conceptos. Análisis Leer varias fuentes (autores
diversos). Confrontar las diferentes opiniones incluidas en la información relevante
de múltiples fuentes. Decidir qué materiales se usan. Seleccionar párrafos,
comparar ideas. Tomar los datos para citar la fuente y consultar un manual de estilo,
teniendo en cuenta que siempre debe respetarse el criterio de cita adoptado.
Elaboración Organizar e integrar en una estructura lógica la información de la
variedad de fuentes. Organizar una guía, un índice de los principales aspectos del
tema.

Destacar la información esencial que responde a la pregunta: ¿hay algo para


decir? Comunicación ¿Con qué posibilidades se cuenta para comunicar el
trabajo? ¿Cómo se muestra el producto?

Presentar la información en un trabajo escrito, en video, en una presentación Power


Point, en una página web. Citar las fuentes consultadas.

Evaluación: Juzgar el trabajo teniendo en cuenta la pregunta original. ¿La


información era la que efectivamente se necesitaba? ¿Se respondió al tema
original? Están organizado, el nombre y los datos? ¿Se citaron todas las
fuentes, incluso las electrónicas?

Alfabetización digital

Si consideramos la alfabetización, en su dimensión de “funcional”, como la


preparación básica para que cada persona pueda desenvolverse como tal en su
entorno; y, por otra parte admitimos la creación de un nuevo modelo de sociedad
con la significativa presencia de las tecnologías de la información y la comunicación,
tendremos necesariamente que considerar también la necesidad de un nuevo
modelo de alfabetización: la digital.

Diferentes tipos de alfabetizaciones La alfabetización digital es algo más que


aprender a usar aparatos e instrumentos tecnológicos. No podemos reducirlo a la
preparación básica para adquirir las destrezas necesarias para el manejo de los
actuales equipos, de las actuales tecnologías. Lo que podríamos denominar
alfabetización instrumental es una pequeña parte del todo, que puede variar según
los equipos y programas disponibles en cada momento y lugar. La alfabetización
crítico-reflexiva trasciende lo puramente tecnológico e instrumental para abordar
la importancia de la información y la comunicación en sociedad digital.

Los objetivos de la alfabetización digital pueden resumirse en:

• Proporcionar el conocimiento de los lenguajes que conforman los


documentos multimedia interactivos y el modo en que se integran.
• Proporcionar el conocimiento y uso de los dispositivos y técnicas más
frecuentes de procesamiento de la información.
• Proporcionar el conocimiento y propiciar la valoración de las implicaciones
sociales y culturales de las nuevas tecnologías multimedia.
• Favorecer la actitud de receptores críticos y emisores responsables en
contextos de comunicación democrática.
¿Quiénes son los destinatarios de la alfabetización digital?

A diferencia de lo que ocurre con la alfabetización tradicional (la lecto-escritura


verbal), que suele asociarse a las más tempranas edades, o a quienes en su día no
pudieron aprender a leer y a escribir, la alfabetización digital tiene dos grandes tipos
de destinatarios. Por una parte los niños, que la reciben como su primera
alfabetización, la más propia de su tiempo; y por otra parte, los adultos que, aunque
“alfabetizados”, han de adquirir nuevos conocimientos y destrezas relacionados con
las nuevas formas de crear, gestionar, transmitir, presentar y comprender la
información. Podríamos en este caso hablar de una “re alfabetización”,
consecuencia de la necesidad cada vez más evidente de un aprendizaje continuo.

¿Qué relación existe entre el e-learning y la alfabetización digital?

Si por “e-learning” entendemos “educación virtual”, para que ésta pueda llevarse a
cabo se hace imprescindible conocer suficientemente los instrumentos, lenguajes y
medios que se utilicen, es decir, hay que estar “alfabetizado”. La alfabetización
digital, como cualquier alfabetización, suele ser un paso previo a posteriores
procesos de enseñanza-aprendizaje basados en la comprensión y expresión de
diversos códigos (verbal, audiovisual, multimedia...), y en el manejo de distintos
soportes (libro, pantalla...). Si, en un sentido amplio, entendemos por e-learning toda
la actividad educativa donde intervienen las TIC, la propia alfabetización digital
podría ser considerada como parte de dicha acción educativa. (Gutiérrez Martín,
2007).BIBLIOGRAFÍA

- Alfabetización informacional: cuestiones básicas – José A. Gómez Hernández EN: Anuario Think, EPI, PP 43
– 50. Málaga, junio, 2006.

- BNM. Equipo BERA (2022). Alfabetización Informacional (ALFIN). Cuadernillo 1: Definiciones, conceptos y
etapas que la componen. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

- De Volder, C. (2020). Clase 1. Curso Alfabetización informacional. Aptitudes para el acceso y uso de la
información. Buenos Aires: Aprender3C.

- AURORA CUEVAS CERVERÓ. La Alfabetización en información. Universidad Complutense. Madrid.

- Cuaderno 5. educar

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