Bosquejo Busca A Dios
Bosquejo Busca A Dios
Bosquejo Busca A Dios
En una ocasión leí de un pastor que viajaba en tren. Enfrente de él iba un joven
que daba muestras de estar muy nerviosos. Después de breves palabras de
saludo, el pastor se identificó y dijo: “Joven, veo que algo te preocupa. Si puedo,
me gustaría ayudarte”. El joven no se hizo de rogar. Dios que hacía tiempo, había
ofendido gravemente a su padre y tuvo que salir del hogar. Pero habiendo
reconocido su culpa, le había escrito, pidiéndole perdón y diciéndole que en ese
día quería volver al hogar. Pero no sabiendo si su padre quería perdonarle, le
había pedido como señal que colgara un trapo blanco en una rama del manzano
que crecía frente a su casa y cerca de la vía del tren. Si veía la señal, se bajaría
en la estación del pueblo. “Pero temo mirar” dijo el joven, “quizá mi padre no me
quiera perdonar”. Tranquilízate joven le dijo el pastor, “Yo miraré por ti”. Y un
momento después exclamó: “¡Joven, mira! ¡Hay un trapo blanco colgando en cada
rama del manzano!” ¡Así de amplio, amigo mío, es el perdón que Dios te ofrece!