Historia Universal
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Historia Universal
Hacía los siglos XIII y XIV, un nuevo sistema empieza a surgir en Europa ante la crisis del sistema
feudal imperante, Los nuevos rasgos se verán en et crecimiento del comercio, el aumento productivo
en las ciudades, el incremento en el uso de las monedas, etc. Muchos siervos se establecerán en las
ciudades y empezarán a vender su fuerza de trabajo por un salario; está naciendo el sistema
capitalista que siglos después, con la burguesía como clase dominante y los proletarios como la fuerza
principal de trabajo, forjará la historia moderna y contemporánea.
Los peajes e impuestos feudales serán una traba para la circulación de las mercancías; será necesaria,
entonces, la aparición de Estados centralizados que protejan a la burguesía de los feudales, aseguren
nuevos mercados coloniales y sometan a la Iglesia católica, que sustentaba el orden social e
ideológico feudal que se presentaba ahora como una traba.
Esta época es la del expansionismo mercantilista europeo, del desarrollo de la ciencia, del
humanismo, de la Reforma cristiana, de la consolidación de las monarquías absolutistas y de la crisis
terminal del Feudalismo. Las bases estructurales de la sociedad vuelven a reacomodarse. El
pensamiento moderno y la vida en modernidad hacían su aparición.
1.1. CONCEPTO
Asimismo, dentro del nuevo orden se gesta una contradicción principal que será el eje del sistema: la
relación social entre el capitalista y el trabajador asalariado, generando una producción material
expresada en mercancías destinadas al intercambio.
1.2. ELEMENTOS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DEL CAPITALISMO
1.2.1. Capital
Comúnmente, el capital viene a ser considerado como aquel conjunto de elementos y/o objeto que,
elaborados por el hombre, serán usados para la producción de otros bienes. El control de estos
elementos lo tendrán aquellos que manejen los medios de producción; es decir, la burguesía,
buscando acumular las mayores ganancias posibles.
Pero, ¿qué será lo que realmente invierte el burgués?, ¿su ganancia? Dentro de este conjunte de
interrogantes, la perspectiva científica de la Historia enriende al capital como un valor que utiliza el
burgués para acumular riquezas. Y ese valor no será lo que representa los elementos creados por el
hombre, sino lo que el capitalista expropia, es decir, la plusvalía. Por lo tanto, el capital viene a ser
considerado como el valor que genera la plusvalía.
1.2.2. Mercancía
Es la unidad intrínseca del orden capitalista. Es el objeto que, ante sus propiedades, permite
satisfacer necesidades y sirve para el intercambio comercial. En el Capitalismo predomina la
producción de mercancías. Y esas mercancías deben tener, para serlo, un valor de uso y un valor de
cambio.
1.2.3. Plusvalía
Es considerado como la ley fundamental del orden capitalista. Es aquel trabajo no remunerado del
trabajador, y que es apropiado por el burgués; siendo el valor de ello utilizado para obtener mayores
beneficios. La apropiación de la plusvalía, de forma consolidada, se gesta a partir del industrialismo.
El estudio de este elemento fundamental del sistema lo realiza Karl Marx en su obra El capital.
1.2.4. La burguesía
Clase social que emerge dentro del auge feudal; se convertirá en la clase dominante y explotadora del
sistema capitalista, ya que tendrá el control de los medios de producción y explotará a los
trabajadores a través del régimen salarial.
La burguesía, hoy en día, producto del propio devenir histórico, se ha convertido en una clase social
y que es compleja; básicamente, se divide en tres grupos:
A. Gran burguesía
Sector que conforman los grandes industriales, banqueros y dueños de empresas transnacionales.
Sector que en la actualidad, sin lugar a dudas, concentra los medios de producción.
B. Burguesía intermediaria
Grupos de empresarios, industriales y banqueros regionales que dominan mercados en zonas
determinadas de los continentes; respaldan al gran burgués en lo económico y político. A este grupo
se le denomina también burguesía nacional.
C. Pequeña burguesía
1.2.5. El proletariado
Es la clase social que carece de la propiedad privada sobre los medios de producción, y es explotada
a través del régimen salarial. El proletariado no solamente se refiere a los obreros, sino a todos
aquellos trabajadores que viven en esta condición. Esta clase social consigue su medio de
subsistencia a partir de la venta de su fuerza de trabajo. El proletariado aparece de forma
contundente como producto del industrialismo, y es considerado como la fuerza motriz para la
construcción de un nuevo orden social.
Algunos intelectuales afirman que la clase dominada en el Capitalismo es la clase obrera, es decir, la
clase de los trabajadores y el proletariado es la vanguardia de este grupo, es decir, el sector que va a
dirigir la lucha revolucionaria.
El desarrollo del Capitalismo representó un avance con respecto al modo de producción feudal, esto
se demuestra en diferentes aspectos el nuevo orden, acaba con la ligazón entre el hombre y la tierra
al ser libre el ex siervo podrá vender su fuerza de trabajo al continuar careciendo del control de los
medios de producción estableciéndose una nueva relación social con la clase dominante.
Periodo histórico de tránsito hacia el orden capitalista. Momento histórico que conserva elementos
del orden anterior (el poder de los reyes, el clero y la nobleza feudal), es decir, elementos económicos
y sociales; pero aparecen, producto de circunstancias históricas, nuevos actores sociales, como la
burguesía, que será la que impulse el desarrollo del sistema. Este desarrollo parte de la
intensificación del comercio (s. Xlll), llegando a ser de carácter internacional, y la producción de
manufacturas. A este momento histórico se le conoce como la era de las manufacturas.
La expansión del Capitalismo Mercantil europeo se debió a la crisis europea de los ss. XIV y XV (como
las guerras feudales y la peste negra), ya que la burguesía buscaba nuevos recursos. Los nuevos
continentes invadidos fueron saqueados, permitiendo acumular capitales que conllevaron, junto a un
modelo proteccionista, al desarrollo del Capitalismo industrial (industrialismo).
El nuevo sistema económico que aparecía, es decir, el Capitalismo se expresaba a través de múltiples
formas como la producción, los mecanismos de enriquecimiento, el intercambio, el consumo.
Las técnicas productivas capitalistas, a través de los talleres desarrollan nuevos artefactos, las
mismas herramientas y técnicas se multiplican y crean nuevas herramientas, haciendo más compleja
la producción, algo que la economía rural del medioevo no conocía.
Las mercancías en el Capitalismo adquieren tal grado de valoración de símbolo de riqueza, que se
convierte en representante del sistema. Asimismo, el consumo de ellas convierte al Capitalismo en
un modo de producción que rinde culto al consumo de artículos, esto es, practica el consumismo, el
gasto y consumo desmedido, como signo de poder, de ascenso social que en el medioevo no ocurría.
2.3. PRINCIPIO DEL CAPITALISMO MERCANTIL: LA ACUMULACIÓN ORIGINARIA DEL
CAPITAL
La acumulación originaria del capital llamada también primitiva es el proceso de disociación de los
productores directos (pequeños propietarios de tierras y talleres) de sus medios de producción en
manos de la emergente burguesía, este proceso se acrecentó con el comercio colonial, la explotación
de las poblaciones y recursos de las nuevas tierras, la especulación y la usura.
El despojo de los medios de producción sobre los pequeños propietarios crea las condiciones para
que aparezca el proletariado, fue una condición esencial para la explotación del trabajo asalariado.
Es el proceso mediante el cual se crean los dos componentes de la sociedad capitalista: se acumula
riqueza en unos y se pauperiza a otros.
Al respecto, podemos observar el caso de Inglaterra, en donde abundan las praderas. Se desarrolló
una producción lanera en base a la producción de ovino, incluso mucho antes del Capitalismo, aquí
se daba la venta de esta lana a Flandes, en donde también se elaboraba paños y telas. A medida que
la demanda del producto aumentaba, se encarecía la lana; hasta que, a fines del s. XV, los propios
comerciantes comenzaron a organizar manufacturas para tener una producción local. La demanda
de lana fue en aumento hasta que la clase dominante, en su afán de ampliar tan ventajoso negocio,
procedió a expulsar a los campesinos de sus tierras. De esa manera, extendieron sus propiedades,
cercaron sus tierras para que nadie las usufructuaran y reprodujeron sus rebaños. Se llegó a destruir
aldeas enteras, obligando a los campesinos a marchar a las ciudades a buscar trabajo en las
manufacturas; en caso de no encontrarlo, se dedicaban a la mendicidad o a vagabundear, los cuales
fueron fuertemente reprimidos por el Estado. La acumulación originaria del capital permite, por lo
tanto, a través de las diferentes formas que se ha mencionado, el desarrollo burgués y, con ello, el
afianzamiento del sistema capitalista.
El elemento esencial para el desarrollo del Capitalismo es la acumulación originaria. Esto se logra de
diversas formas; una de ellas es el saqueo y el genocidio que se dio en nuestro continente (América),
para el control de las riquezas, por parte de las potencias europeas.
Con la descomposición cada vez más acelerada del modo de producción feudal, se daba la división
del trabajo entre los artesanos y los campesinos lo cual realizaba en los grandes feudos (ss. IX y X).
Fueron creándose, entonces, las bases económicas para el surgimiento de una producción mercantil;
así, pues, una mayor división o especialización del trabajo constituyó la base de la economía
mercantil.
Para analizar este proceso, es necesario examinar las contradicciones internas del Feudalismo,
donde el nacimiento de las ciudades fue un resultado de la ruptura de las antiguas formas de
producción de tipo natural, muy limitadas en desarrollo económico. La restricción territorial y el
empobrecimiento de las tierras de señorío iban convirtiéndose en el límite de su economía; a los
administradores de hacienda' no les quedaba otra alternativa que recurrir a las operaciones de
compra venta, debiendo adquirir muchos objetos o cosas en los mercados, e incluso en lugares
distantes.
Iba en aumento la contradicción entre las crecientes necesidades feudales y la indigencia de su vida;
entre la cruel explotación a los siervos y su falta de perspectiva económica. Los señoríos requerían
de armas, sedas y especies, por las cuales estaban dispuestos a entregar una enorme cantidad de
productos agrícolas que no necesitaban. Un primer paso fue el traspaso de los artesanos del feudo a
la situación de tributarios; al artesano tributario se le podía extraer dinero con el cual el señor feudal
compraría seda en lugar de muselina y vino en tugar de cerveza casera; para poner ejemplos que
delatan el lujo como privilegio de la clase dominante. Los artesanos tributarios se separaban de la
tierra; dirigiéndose, en busca de un salario o remuneración, a lugares más propicios, donde fuese
posible encontrar materias primas baratas, un mercado más o menos estable, instrumentos
técnicamente más perfectos y clientes seguros.
En el s. XVIIÍ se obliga a los siervos a pagar la renta feudal en dinero, con lo que se acrecenta la
importancia de la moneda y las actividades mercantiles, intensificándose la salida de los feudos a los
burgos.
Burguesía Proletariado
Por otra parte, para agilizar las transacciones mercantiles, aparecen ciertos instrumentos propios de
una economía capitalista; entre ellos, cabe señalar, la letra de cambio y el tipo de venta a plazos y
créditos. Aparecen, también, las primeras acumulaciones de aportación dineraria para establecer
empresas comerciales, y surgen los primeros banqueros y prestamistas que posibilitan, muchas
veces, esas empresas comerciales. Los primeros cambistas debían homogenizar la moneda en las
ferias, mercados de gran movimiento comercial de esas épocas; con el desarrollo posterior, el
cambista se convirtió en banquero.
El corporativismo fue una de las notas sustantivas de la vida urbana y, mediante él. las ciudades
luchan por obtener su autonomía. Los reyes apoyaron ese deseo para abatir el poder político de los
señores feudales y concedieron, en fueros y cartas, estatutos jurídicos propios para el gobierno de
las ciudades.
Los resultados de este movimiento de emancipación urbana difieren en todo el ámbito europeo. En
muchos casos, se limitaban a la consecución de determinados privilegios económicos y a la ruptura
de los lazos feudales. Las ciudades alemanas e italianas fueron las que lograron una mayor autonomía
municipal. En Francia e Inglaterra, los reyes usaron la fuerza de las ciudades en beneficio general del
reino. Por lo común, los representantes de la naciente burguesía se mostraron fervientes defensores
de la unidad estatal ya que ello facilitaba la amplitud y la estabilidad de las manufacturas y el
comercio.
El rey, apoyado por las ciudades, incrementa su poder y se encamina hacia nuevas instituciones que
superan y engloban las relaciones personales. Aparecen las asambleas nacionales, que reúnen a los
representantes de los países para hacer leyes y aprobar impuestos (son las cortes, los Estados
Generales, los parlamentos), en los que participa, en brazos o estamentos, junto a los elementos de la
nobleza, el clero y el Estado llano, constituido por los representantes enviados por las ciudades.
El Capitalismo Mercantil fue un momento de transición entre el decadente sistema feudal, con sus
monarquías modernas y luego absolutistas, y el progresivo desarrollo de la burguesía comercial
europea, que manifestó su consolidación como clase dominante y a su vez la consolidación del
sistema capitalista con el desarrollo de la industria.
Dentro de esta etapa de la historia se apreciaron cambios fundamentales que marcarían la esencia
de este sistema, el Capitalismo, como por ejemplo:
Ilusión crisohedónica, que era una creencia de que la riqueza estaba representada por los
metales y que el individuo puede ser rico por la cantidad de oro y plata que posee. Este principio
asumido por todas las monarquías modernas y absolutistas, así como también por las distintas
ideologías de las mercancías.
España, debido a su expansión colonial, obtenía de las minas americanas grandes cantidades de
metales preciosos, pero que no iba acompañado de un desarrollo manufacturero, por eso al tipo de
Capitalismo Mercantil desarrollado en España, se le conoce como "bullonismo".
Por su parte Inglaterra y Francia que no contaban con minas coloniales, como las españolas,
comenzaron a incrementar su producción manufacturera y con ello incrementar su comercio, medio
que les posibilitaba la obtención de estos metales; y por otro lado este incremento comercial, iba
acompañado 1 con Una política económica, vinculado a conservar una balanza fiscal favorable.
Mediante estos dos mecanismos, principalmente, Francia e Inglaterra impulsaron su desarrollo
mercantil, aunque la política inglesa hizo más favorable el desarrollo y la consolidación de la
burguesía en ese país. Las monarquías | europeas actuaban como impulsores de la actividad artesanal
de la burguesía mercantil.
Para tal situación las monarquías impulsaron un proteccionismo con el interés de evitar la
competencia externa y con ello la pérdida de metales preciosos. Estos ingresos obtenidos permitían
a las monarquías cubrir sus gastos señoriales y también poder financiar campañas militares.
Solo Holanda rechazó esta doctrina, a la que consideraba demasiado intervencionista, ya que
buscaba ingresar a mercados foráneos, como el inglés, sin barreras fiscales.
2.7.2. Representantes
• Su máximo exponente fue el economista inglés Thomas Mun (1571-1641), quien se opuso a los
que defendían el control de cambios y la devaluación de la libra esterlina, proponiendo como
alternativa el fomento de las exportaciones.
• Su ideología se puede evidenciar en el siguiente párrafo:
Aunque un reino se puede enriquecer por los dones recibidos, o en las compras adquiridas de algunas
otras naciones, todas éstas son cosas inciertas y de poca importancia cuando suceden. Por tanto, el
medio normal de aumentar nuestra riqueza y tesoro es mediante el 'comercio exterior, por lo que
debemos siempre seguir esta regla; vender cada año más a los extranjeros de lo que consumimos de ellos
en valor. (...) Manteniendo esta norma en nuestro comercio, podemos estar seguros de que el reino será
enriquecido anualmente en doscientas mil libras, que nos llegarán como tesoro; porque esa parte de
nuestra producción que no vuelve a nosotros en mercancías se debe volver necesariamente a casa en
tesoro.
Otros intelectuales que influenciaron el desarrollo de esta doctrina son: Martín de Azpilcuelta (1492-
1586), Tomás de Mercado (1525-1575), Jean Bodin (1530-1596), Antoine de Montchretien (1576-
1621) y William Petty (1623-1687).
Años más tarde en Francia monárquica (s. XVII) el modelo se va aplicar durante la gestión del
ministro Jean-Baptiste Colbert a esta política se le conocerá como colbertismo expresándose en el
desarrollo interno de la economía y fomentando la producción nacional.
2.8. LAS GRANDES EMPRESAS MERCANTILES DEL s. XVII
Estas empresas formaban parte de la política estatal de las monarquías, entre las principales
tenemos:
Creado en 1602, por decisión de la burguesía de los Estados Generales de los Países Bajos; fue una
empresa que tuvo el monopolio del comercio de las especias (nuez moscada, clavo de olor) desde
Oriente. Su capital estaba constituido por acciones transferibles sujetas a especulación, y tenía el
apoyo económico del Banco de Amsterdam creado en 1609.
Su cuartel general estaba en Yakarta, antes llamada Batavia, en Indonesia, y tenía diversos puestos
comerciales en Oriente, destacándose el de Molucas. Asimismo, se establece un puesto en el cabo de
la Buena Esperanza, que será conocido con el nombre del Cabo. En su desarrollo comercial
establecían contacto con los japoneses. Esta empresa fue la más representativa del poder burgués
europeo holandés, en 1669; poseía ciento cincuenta buques comerciales, cincuenta mil empleados,
diez mil soldados y cuarenta barcos de guerra.
Esta empresa fue creada en 1600, bajo el permiso concedido a través de la Carta Real para
comercializar con Oriente (India); será recién en 1622 cuando se constituye en una sociedad
accionarial. Su cuartel general se encontraba en Surat Comercializaba con algodón, seda, índigo y té.
A nivel económico, tuvo el respaldo del Banco de Inglaterra. Tomando como modelo a Inglaterra y a
Holanda, se crearon empresas comerciales en Suecia y Dinamarca.
En los alrededores de los castillos señoriales y de las iglesias, los burgos o ciudades empezaban a
emerger como escenarios de las nuevas fuerzas sociales; las cuales estaban dispuestas a arrebatar la
hegemonía económica a los señores feudales. Los habitantes de estas ciudades, o burgueses,
producían manufacturas que no solo abastecían a la población de lo necesario para alimentarse,
vestirse y hacer la guerra, sino que estimulaban con sus excedentes un tráfico comercial que se
expandía cada vez más, enlazando pueblos y culturas.
Pero, se debe tener claro que esa contracción y pérdida de importancia que experimentaron, tanto
las ciudades como el comercio, no fue total y homogénea en todos los lugares de Europa. Se
mantuvieron lugares de intercambio comercial en ciertas zonas (especialmente en el área
mediterránea), pero su preponderancia pasó a un segundo plano. Es por ello que, en términos
generales, todos los especialistas coinciden en que durante la época medieval, tanto las ciudades
como el comercio, fueron casi inexistentes.
Es importante resaltar que este gran comercio se consolidará, sobre todo, a partir del s. XIV. Lo
anterior (la Revolución comercial) no fue sino un ensayo general de tres siglos, que preparó el
terreno para la auténtica profesionalización mercantil de quienes, en la Baja Edad Media, llegaran a
constituir grandes fortunas, todo esto al margen de la herencia familiar y aristocrática, fuera de la
percepción de rentas, derechos y propiedades por concesión real o voluntad de testamento esto
último ocurría, por lo general, con la Iglesia. Tampoco cabe pensar en un fenómeno uniforme, porque
la movilización de las diferentes áreas comerciales fue progresiva y dispar.
En resumida cuenta, se puede entender a la Revolución comercial como aquel periodo (ss. XI- XIII)
de la Baja Edad Media, en donde el despertar y expansión comercial iniciará un proceso de cambios
económicos profundos e irreversibles en el seno de esa sociedad feudal, convirtiéndose en los
gérmenes de la nueva sociedad que estaba formándose: la sociedad capitalista.
En el surgimiento de la Revolución comercial hay tres factores que están íntimamente ligados al
proceso, y que son, al mismo tiempo, el estímulo inicial y el efecto de ese desarrollo comercial: el
renacimiento agrario, el renacimiento urbano y el crecimiento demográfico.
De una forma cualitativa, expresada en procesos técnicos; como fue el caso del uso de los
molinos de agua y de viento, que con su utilización permitió que la fuerza de trabajo campesina
se dedicara a otras partes de producción agrícola.
Y de una forma cuantitativa, o también llamada extensiva, que se refiere, principalmente, al
incremento del espacio cultivado. Esta última es la mejor conocida y hace referencia a las
denominadas roturaciones, este proceso se realizó principalmente de las siguientes formas:
Ampliando las tierras de cultivo, a través del establecimiento de nuevas aldeas, que incluso en
su momento se explotaban las tierras de manera intercalada.
El aumento de la explotación campesina a través de los siervos domésticos obligados a realizar
prestaciones personales, como la corvea. Incluso en su momento también se utilizó la mano de
obra asalariada (jornaleros), debido a una cierta disminución del campesinado labriego.
La alternancia y distribución de siembras y cultivos mixtos (cereales de invierno y primavera).
La rotación de cultivos se transformó de bienal en trienal por la disposición de tierras de
descanso (barbecho).
El incremento del uso de los abonos, ya sea de ganado o de aves.
Se manifestó un salto en los útiles empleados en la producción agrícola, como: los instrumentos
agrícolas ahora serían de hierro, dejando de lado los útiles de madera; asimismo, se dieron
mejoras en el uso de los arados que se vinculaba desde el uso de animales, hasta lo referido a la
forma de arreo.
En general podríamos mencionar que las roturaciones eran: El proceso que incorpora mayor extensión
de tierra para el cultivo. Las llamadas roturaciones se obtenían gracias a ¡a utilización de diferentes
técnicas, como: la tala de árboles, la desecación de pantanos, la puesta en valor de tierras baldías, ¡a
obtención de tierras ganadas al mar, la conquista de nuevos territorios y la fundación de pueblos y
aldeas. Todo lo anterior permite que se realice una agricultura expansiva más que intensiva.
Estos cambios permitieron aumentar la producción y con ello el aumento del excedente productivo;
como cereales, frutas, hortalizas, incluso productos como la vid, limo, cáñamo, pero todo esto en
beneficio de los señores feudales en desmedro de la gran masa campesina labriega.
En cuanto a las técnicas utilizadas -la alternancia y distribución de siembras y cultivos mixtos (cereales
de invierno y primavera)- la rotación de cultivos gracias al barbecho (tierra que descansa) pudo
transformarse de bienal a trienal.
LA ROTACIÓN TRIENAL
Al mismo tiempo, el trabajo en el campo se hizo más eficiente, al generalizarse el arado pesado o de
rueda, que permitió la roturación de amplias zonas forestales y la conquista de suelos arcillosos,
debido también por las nuevas formas de tiro por tracción animal.
Es necesario indicar que este aumento de la población estuvo caracterizado por un alto índice de
nacimientos, pero acompañado de una elevada tasa de mortalidad y de una baja esperanza de vida
(para las mujeres y varones se tendrá en promedio cuarenta y cincuenta años, respectivamente).
Asimismo, este crecimiento fue distinto en las diversas zonas de Europa; en el norte, el aumento fue
más rápido. Además, este crecimiento permitió diversos movimientos expansivos, como las cruzadas,
la Reconquista española, el Dran Nach Osten germánico, entre otros.
Esta expansión demográfica comenzará a detenerse para la segunda mitad del s. XIII; al mismo
tiempo es necesario resaltar la desigual distribución que esta tiene en las diversas zonas de Europa.
Este panorama de la población europea, calculada en unos setenta y cinco millones de habitantes,
empezó a cambiar a fines del s. XIII, para estancarse y luego derrumbarse con la irrupción de la peste
negra, que redujo la población europea entre una y dos terceras partes. En las décadas siguientes,
debido a nuevas epidemias, hambrunas y guerras, disminuyó el dinamismo demográfico.
Fue una devastadora epidemia que asoló Europa en el s. XIV, y que se estima provocó la muerte de
cerca de un tercio de la población. La mayor parte de los científicos cree que la peste negra fue ua
brote de peste bubónica; una terrible enfermedad que se ha extendido en forma de pandemia vanas
veces a lo largo de la historia. La peste es causada por la bacteria Yersinia pestis, que se contagia por
las pulgas con la ayuda de la rata negra Rattus rattus, que podríamos llamar hoy rata de cloaca.
Evolución
No está enteramente claro donde comenzó la mayor epidemia del s. XIV; quizá en algún lugar por el
norte de la India, pero probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste
por los ejércitos mongoles. La peste fue llevada a Europa por la ruta de Crimea, donde la colonia
genovesa de Kaffa fue asediada por las mongoles; la Historia dice que los mongoles lanzaban con
catapultas los cadáveres infectados dentro de la ciudad, si bien la enfermedad no se contrae por
contacto con los muertos. Los refugiados de Kaffa llevaron después la peste a Messina, Génova y
Venecia, alrededor de 1347/1348.
Algunos barcos no llevaban a nadie vivo cuando alcanzaban las costas Desde Italia, la peste se
extendió por Europa afectando a Francia, España, Inglaterra (en junio de 1,348.), Bretaña, Alemania,
Escandinavia y, finalmente, el noroeste de Rusia, alrededor de 1351. Las personas de esta época no
sabían que era la rata negra la que transmitía esta enfermedad mortal. Ellos creyeron que los gatos
la transportaban, así que mataron a todos los gatos que veían. Esto empeoró la situación, pues, al no
ver solución alguna, mataron a los perros, y así hasta que descubrieron que era la rata negra.
Consecuencias
La información sobre la mortalidad varía ampliamente entre las fuentes, pero se estima que
alrededor de un tercio de la población de Europa murió desde el comienzo del brote, a mitad del s
XIV Aproximadamente. 25 millones de muertes tuvieron lugar sólo en Europa, junto a muchas otras
en África y Asia. Algunas localidades fueron totalmente despobladas, con los pocos supervivientes
huyendo y expandiendo la enfermedad aún más lejos.
A partir del s. XI, se evidencian avances en las técnicas y conocimientos, permitiendo el aumento de
la producción feudal. La generación de excedentes, sobre la base de la explotación de los siervos,
crearon condiciones para una nueva división social del trabajo entre los campesinos y artesanos,
siendo esta división la base de la economía mercantil. Asimismo, posibilitaron la reactivación del
comercio y, con ello, el resurgimiento de las ciudades, ya que en estos espacios se realizaba la
producción artesanal (talleres).
Este resurgimiento urbano se da en diversas zonas de Europa occidental, con Italia como escenario
principal, sobresaliendo ciudades como Genova, Pisa, Nápoles, Amalfi, Florencia y Milán. Por ello, es
considerada ésta región como la cuna del Capitalismo; sin embargo, no fueron las únicas: en Francia
se encuentran Marsella, Narbona, Arlés, Nimes, Toulousse, Burdeos, Orleans, Reirás, Lyon y París, en
Alemania, reaparecen Colonia, Maguncia, Worms, Spira, Augsburgo y Regensburgo; y, en Inglaterra,
Londres y York.
También aparecen nuevas ciudades que representan el avance del devenir histórico que va a opacar
al predominio feudal. Estas ciudades se encuentran entre las florecientes rutas comerciales, a orillas
de los ríos y al píe de las murallas de los templos y de los castillos feudales; entre ellas se encuentran
Hamburgo, Berlín, Lubeck, Magdeburgo, Leipzig y Bremen. Estas ciudades tienen diversas
denominaciones: Burgos en Alemania, Repúblicas en Italia, Cantones en Suiza, Villas en Inglaterra y
Comunas en Francia.
Uno de los factores externos que contribuyó al desarrollo urbano fueron las Cruzadas, ya que estas
permitieron conocer la variedad de recursos de Oriente, llegándose a fundar factorías en las ciudades
italianas y abriendo nuevas rutas comerciales al mercado europeo Estas ciudades conformaban la
mayoría de la población, y en ellas predominaban de los artesanos, quienes buscaban vender sus
artículos en el mercado local y compraban las materias primas indispensables para su desarrollo.
Por lo general, se plantea (como fue sostenido por Henri Pirenne) que el renacimiento de las ciudades
está ligado únicamente al auge del gran comercio, lo cual es válido para algunas zonas de Europa (en
las cuales desarrolló su investigación); pero, además, se puede resaltar otros factores.
La influencia urbana del legado romano, en donde se destaca la existencia de una red urbana,
que se mantuvo en el área mediterránea durante la Edad Media, aunque afectada por los
cambios introducidos por el Feudalismo.
Cercanía a centros administrativos ya sean religiosos o civiles; se tienen los casos de León,
Barcelona (en España), Londres (Inglaterra), Toulouse (Francia), entre otros.
Zonas rurales que tendrán una evolución hacia formas económicas más avanzadas.
Ciudades creadas por razones defensivas, en una sociedad que privilegiaba las guerras (tenemos
el caso de Ávila en España),
Las creadas en zonas de expansión política occidental; en muchos casos son ciudades que
estuvieron en manos de otras civilizaciones como Toledo, Córdoba, Sevilla y Zaragoza, las cuales
fueron arrebatadas a los musulmanes durante la reconquista.
También hay algunas que surgirán a lo largo de las rutas de peregrinaciones, como en el caso de
la peregrinación a Santiago de Compostela, que dará impulso a ciudades como León, Burgos,
Oviedo, entre otras.
Finalmente, aquellas que se desarrollan en un medio hostil y con elementos defensivos, como
fue el caso de Venecia en el norte italiano.
A. La sociedad urbana
A partir del s. XI, dos hechos caracterizaron el sector secundario. Por un lado, los artesanos
abandonaron, en gran número, el campo por la ciudad y se organizaron en oficios. Por otro, este
artesanado se diversificó y mejoró sus técnicas, llegando con el tiempo a constituir la base social de
la ciudad medieval. Así, el sector de los económicamente más débiles crecía sin cesar, hasta
convertirse en el grupo más numeroso, variado y disperso; era integrado por pequeños artesanos,
comerciantes modestos, trabajadores asalariados, notarios, etc. Consciente de su fuerza, el sector
urbano intenté acceder a las magistraturas municipales, hasta entonces en manos de los patricios.
Aquellos artesanos y trabajadores generaron los oficios medievales que condujeron a la formación
de corporaciones privilegiadas, que tendían a monopolizar todo el sector secundario, así como una
parte del terciario, y que eran fuente de continuas querellas por el control del mercado urbano. A
grandes rasgos, los habitantes de la ciudad quedaron englobados en el popólo grasso (los ricos) y el
popólo minuto (los pobres o menos ricos).
Esta división general puede llevar a olvidar que, junto a la aristocracia de la sangre y del dinero, y a
los trabajadores, la ciudad medieval abrigaba oíros grupos sociales, privados de todo derecho: los
extranjeros, los judíos o los mendigos, asimismo de los excluidos del conjunto que vivían de la
limosna, del robo y de la rapiña. El corporativismo estaba en la médula de la vida urbana medieval.
El número de corporaciones profesionales crecía sin cesar, con su triple jerarquía de maestros,
oficiales y aprendices, siendo los primeros quienes alcanzaron una preponderancia casi exclusiva
Estas corporaciones tendieron siempre a una producción de calidad, y proporcionaron o las
poblaciones urbanas una fuerza material eficaz y risible en todas partes, eran la base de la
organización militar y policial de las ciudades, a la vez que ejercían una gran influencia sobre la vida
familiar y el religioso.
El marco urbano, creado al calor de la Revolución comercial, sufrió los efectos de una serie de
tensiones sociales, nacidas de la contradicción entre el conservadurismo de los estamentos
tradicionales (nobleza, obispos, condes), v de la necesidad de los comerciantes y artesanos de tener
unas instituciones que permitieran y favorecieran su desarrollo. En el norte de Italia, se fueron
formando asociaciones de artesanos en las ciudades que pertenecían al emperador del SIRO, quien
luchaba contra el Papa; este, a la vez, los apoyaba para no obedecer a) emperador. En Mandes, las
ciudades se formaron con los mercados que rodeaban los castillos. Pronto adquirieron autonomía de
los señores feudales y los reyes con las denominadas cartas franquicias, que garantizaban la paz y el
orden para el comerciante.
El s. XII fue la época de las fundaciones de nuevas ciudades, por obra de grandes feudatarios laicos,
autorizadas y animadas por los reyes; ello supuso una verdadera colonización de los territorios
orientales. El estatuto concedido a estas ciudades procedía muchas veces de otras, con lo que se
formaron familias de ciudades caracterizadas por el mismo derecho público y privado; algo así
sucede en la península ibérica con los fueros. En ciertos casos, la carta de fundación concedía
explícitamente a los habitantes ciertas formas de autogobierno, pero, generalmente, la
administración de la ciudad estaba en manos de funcionarios señoriales o de órganos ciudadanos,
expresión de las asociaciones de mercaderes o de las asociaciones artesanas (gremios).
Como ya se ha planteado, hubo tres factores que lucieron posible la consolidación y el desarrollo
progresivo del sector comercial: el crecimiento demográfico experimentado, el incremento de la
producción y el renacimiento de las ciudades; estos factores estarán enlazados, afectándose
mutuamente durante todo el proceso.
La pregunta sería: ¿en dónde aparecieron, por primera vez, estos factores y el crecimiento comercial
respectivo? En base a los dalos e investigaciones que se tiene de aquella ¿poca, todo apunta a la zona
norte de Italia como la región donde se inició este proceso denominado Revolución comercial.
Entre los factores que explican la peculiaridad de algunas de las ciudades y puertos italianos, tenemos
que, para el s. IX, esta zona no estaba bajo el dominio de los lombardos, ni tampoco de los
musulmanes. Estos últimos carecían de los suficientes suelos para su subsistencia, y al estar casi en
una situación de abandono, por parte del que en teoría era su gobernante, el emperador bizantino,
se verán obligados a comercializar para poder paliar estas adversidades. Es así como aparecerán los
primeros comerciantes de Venecia y Amalfi, los cuales, además de intercambiar sus productos
naturales como sal o aceite, empezarán a ser los intermediarios entre los islámicos, bizantinos y los
germano-romanos. Estas regiones, que por mucho tiempo estaban en luchas constantes, usarán a
estos comerciantes como el medio para conseguir aquellos recursos que requerían.
Es así como se inició un desarrollo comercial muy importante en estas ciudades (además de Venecia
y Amalfi, también se expandió a los puertos de Pisa y Génova, para posteriormente incluir a centros
interiores). Para el s. XI, se sumarán a este renacimiento comercial los puertos del Mediterráneo
francés y catalán, pero su desarrollo no fue tan espectacular como el de los italianos, los cuales
mantuvieron su supremacía comercial por aquella época.
A. Los mercados
Desde la época de transición del Mundo Antiguo al medieval, ya existían pequeños mercados, como
centros de un comercio, que para aquella época eran débiles e intermitentes. Estos mercados
coincidían en muchos casos con alguna celebración religiosa, pero es importante resaltar que estos
antiguos mercados no eran más que algunos tenderetes al aire libre, donde uno, dos o quizás tres
días al año los mercaderes y vendedores ambulantes de la región y los pocos artesanos del lugar
vendían productos a bajos precios; y los campesinos de los alrededores ofrecían huevos, aves de
corral u otros animales. Estos mercados, durante la Revolución comercial (ss. XI-XIIJ),
experimentarán una multiplicación y crecimiento de mercados públicos al aire libre, favorecidos casi
siempre con privilegios y protecciones de los soberanos, y de las comunidades que querían atraer a
los mercaderes para estimular la economía local, aprovechándose de los beneficios comerciales
mediante imposiciones y gravámenes. Los mercados Rieron el primer paso que acompañó el proceso
de expansión comercial. Posteriormente a esto, y con el aumento de los intercambios, iban
apareciendo tiendas y mercados cubiertos, para que finalmente se llegue a la aparición de calles
enteras ocupadas por mercaderes y artesanos, quienes vivían en sus respectivos puestos de ventas.
La actividad comercial se imponía y triunfaba en toda Europa, en el transcurso del s. XIII. Dentro de
este ambiente de plenitud económica, alcanzaron una gran importancia las ferias, que tuvieron su
máximo auge en dicho siglo y comenzaron su declive a partir del siguiente.
Las ferias eran grandes mercados eventuales y a veces errantes de tipo internacional, a los que
acudían mercaderes desde los más remotos lugares de Europa Tenían un carácter periódico y no
permanente, durando su celebración varios días seguidos. Los lugares elegidos para su reunión eran
puntos estratégicamente situados en relación con las grandes rutas mercantiles, y la época en que
tenían lugar era conocida por todos.
A estas grandes citas comerciales acudían también titiriteros, comediantes, juglares, trovadores,
bufones, entre otros, una muestra de su origen feudal y que añadían a su celebración un sentido
festivo.
Entre las ferias más importantes podemos considerar a Ypres y Champagne, en Francia, siendo la
última la más representativa, convirtiéndose en el punto de confluencia de las corrientes de
intercambios septentrionales (Flandes, Alemania) y mediterráneos (Languedoc, Cataluña).
También se organizaron ferias que tenían una duración continua, cubriendo casi todo el año; esto
ocurría en Troyes, Provins, Lagny y Bar-Sur-Aube.
La feria de Escania (al sur de la península sueca y en la isla de Falster) dominada por mercaderes
de la Hansa alemana, dedicados a comercializar con el pescado salado.
En España: Belorado, Valladolid, Cuenca, Cáceres, Sevilla, Córdoba, Badajoz, Segovia, Burgos,
Santiago, Barcelona, Valencia, Castellón, Medina del Campo.
Un elemento fundamental de la naciente vida a urbana fue la artesanía organizada en distintos oficios.
El artesano proviene del mundo rural y fue paulatinamente migrando en las ciudades; los que
coincidían en una especialidad determinada se juntan y formaban corporaciones.
La producción artesanal será uno de los ejes dinamizadores del orden capitalista mercantil, el
desarrollo manufacturero se inició en el Feudalismo caracterizándose esta producción por
elaborarse en la casa de los productores controlado por comerciantes que compraban estos
productos y los vendían en determinados mercados, a este tipo de producción manufacturera se le
denominó diseminada.
Años más tarde aparecerá y se impondrá la producción realizada en los talleres a esta producción se
le denomina producción concentrada. Dentro del taller existía la división entre maestro, oficial y
aprendiz, esta producción se impondrá desde la mitad del s. XVI basta el último tercio del s. XVIII
gracias a la división existente dentro de taller los trabajadores se especializaban y adquirían destreza
y rapidez, todo ello en beneficio de los maestros artesanos.
Las corporaciones o gremios eran asociaciones profesionales para la defensa de los intereses
comunes de sus miembros, y a su vez contrarrestar la competencia de precios con respecto a los
poderosos comerciantes. Los gremios, entonces, con reglamentos propios, marcan las condiciones de
la producción, fijando los precios de sus artículos, velando por la buena calidad de estos, etc. No se
podía desempeñar un oficio determinado si no se estaba inscrito en el gremio correspondiente.
Dentro de este, los artesanos no tenían la misma categoría y se distinguían tres grados distintos:
2. Los oficiales. Trabajadores de los talleres artesanales, quienes reciben un salario por lo que
hacen; debido a esta característica, se puede considerar al oficial como antecedente del proletariado.
Algunos esperaban y lograban acceder a la maestría para poder establecer su propio taller y ser parte
directa de las decisiones del gremio.
3. Los aprendices. Personas que se preparan en el oficio desde los diez años; no cobran por lo que
hacen.
Las funciones de las corporaciones o gremios eran múltiples; entre ellas, cabe destacar las siguientes:
Defensa de los intereses del grupo y los de cada uno de sus miembros. • Lucha contra la
competencia.
El sistema de los préstamos, los cambistas y la variedad de las formas asociativas dieron a la
Revolución comercial la apertura y flexibilidad que le había faltado al comercio en el Feudalismo. Se
tomó como base mecanismos romanos, bizantinos, islámicos o simplemente formas
consuetudinarias. En una fusión ingeniosa, los mercaderes de la Europa mediterránea hallaron
contratos para todos los tipos; posteriormente, y con técnicas más simples, los mercaderes del Báltico
siguieron por el mismo método. En el antiguo comercio de Oriente y el Mediterráneo latino (Imperio
romano) no había delegados de grupos comerciantes, algo que la postguerra de Cruzadas sí
practicaba. Con eso, los mercaderes parecían estar en diferentes zonas al mismo instante y regulando
su actividad, obteniendo dividendos con el cobro de interés, pues al hacer los préstamos, sus
ganancias se multiplicaban. Estos prestamistas tenían sus oficinas en los puestos que se les concedían
las ferias de tumo. El préstamo, como mecanismo, estaba prohibido por el derecho de la Iglesia
católica (Canónico), pero los mercaderes, para salvar este inconveniente, dejaban una herencia al
clero. Hubo sociedades de personas que viajaban en el mismo barco o en la misma caravana;
sociedades para construir o administrar una nave, una tienda, una tintorería, un molino - una
operación de corso, una colonia y, especialmente, sociedades cimentadas en un grupo familiar.
Como parte del proceso del Capitalismo Mercantil se intensifican actividades como el comercio y las
artesanías; en esla última empiezan a aparecer asociaciones de artesanos por especialidad, es decir,
las corporaciones. En la imagen, notamos el símbolo de algunas de ellas, i pescaderos; 2. alfareros; 3.
guanteros; 4. zapateros; 5. carreteros; 6. vinateros; 7. barberos; 8. carniceros; 9 molineros y
panaderos.
LAS CORPORACIONES
Estas asociaciones tenían problemas, como el riesgo de recuperar o no el capital invertido, aumentar
o no sus beneficios. Por ello, había dos formas de contrato entre sus miembros;
Compañía, realizada entre parientes o amigos íntimos; aquí se repartían los beneficios en proporción
a sus aportaciones al capital social A diferencia de la comanda aquí sí podía renovarse el acuerdo y
era propio de actividades de comercio terrestre y de la banca.
Los primeros bancos modernos aparecieron durante el s. XVII como el Riksbank de Suecia (1 656) y
el banco de Inglaterra (1694).
Aunque en casi todos los contratos se indicaba el valor en moneda de las inversiones y de los
intercambios comerciales, por supuesto que, aun en el supuesto de que no se explicitase claramente,
en la mayoría de los casos no se trataba de moneda en metálico, sino de mercancías y de letras de
crédito o de cambio. De esta manera, no se supeditaba el negocio a la disponibilidad de dinero líquido,
habitualmente insuficiente. Más difícil fue poner remedio a la falta de moneda fraccionaria. Antes, los
romanos usaban en simultáneo monedas de oro, plata y bronce, pero los reyes germánicos se habían
limitado a acuñar unas pocas monedas de oro, casi inservibles para los intercambios habituales en
una época tan pobre. Carlomagno sustituyó el oro por una moneda única y de plata que servía para
las compras de los ricos.
Las elevaciones de los precios y las alteraciones del peso y de la ley de las monedas, que acompañaron
a la Revolución comercial, transformaron el dinero carolingio en una pequeña moneda de bronce
plateado, accesible a los bolsillos más humildes. Pareció útil, entonces, acuñar también una nueva
moneda de plata, semejante al dinero primitivo, pero más fuerte, a la que se llamó gros, lo que articuló
la circulación monetaria sobre dos unidades; aunque para las compras más elevadas se recurría a las
monedas de oro bizantinas o islámicas. Cuando, a su vez, estas fueron alteradas por sus respectivos
gobiernos, las ciudades de Occidente crearon sus propias monedas de oro —Génova y Florencia, en
1252, Venecia, en 1284 completando así el sistema monetario europeo. Es cierto que las
fluctuaciones de la relación entre el valor de los tres metales y la circulación simultánea de monedas
de distinta calidad, acuñadas en innumerables cecas (centros de producción monetaria) feudales y
urbanas, crearon nuevas complicaciones, pero los cambistas se aprovecharon de ello para sus
especulaciones.
Ei término de banca deriva del tablón, a modo de mesa, de operaciones que utilizaba el cambista
(banquero) donde contaba el dinero, se hacían los pagos y todo tipo de operaciones cambiarias.
E. Las ligas
1. La Liga Hanseática
Tuvo su origen, hacia el año 1250, en la llamada Liga Romana, en cuyo seno se agrupaban unas
ciudades dirigidas por Maguncia y Worms. La liga se propuso, como tarea primordial, asegurar el
orden en el país, en momentos en que el poder imperial era incapaz de mantenerlo. La Hansa
Teutónica, a finales del s. XIV, agrupaba a más de setenta ciudades mercantiles, grandes y medianas
del norte y centro de Alemania, y dominaba la mayor parte del comercio entre los mares del Norte y
Báltico. Luego, también, lomaron el control en tierras eslavas, sobre todo en los ríos Elba, Oder y
Vístola, y así establecieron grandes depósitos en las orillas de estos ríos.
La principal ciudad Hanseática fue Lubeck, que se desarrolló con rapidez; su puerto reunía excelentes
ventajas por su situación geográfica entre Nóvgorod y Brujas. Fue núcleo de comunicaciones entre
dos rutas importantísimas que iban del poniente a levante, más corto que el periplo alrededor de
Jutlandia; entre los mercaderes de Lubeck, unos preferían relacionarse con Flandes e Inglaterra,
otros con Suecia y otros con Nóvgorod y Riga. Los hanseáticos fundaron numerosos almacenes en
diferentes países, y allí depositaban sus mercancías hasta el momento más favorable para la venta.
Los principales almacenes de la Hansa eran los de Brujas, Londres, Bergen, Visby y Nóvgorod. Estos
depósitos constituían auténticas barriadas rodeadas por fuertes recintos, a veces, de murallas
rematadas por torres y cerradas con sólidas puertas.
Lubeck mantenía con Nóvgorod activas relaciones comerciales; en esta ciudad, los hanseáticos
compraban pieles y cueros que acumulaban en sus depósitos. La cera y la miel, procedentes de las
regiones meridionales de Rusia, eran también codiciadas en aquella época (la cera para el alumbrado
y la miel sustituía al azúcar, sobre todo en cervecería). En Bergen, compraban pescados secos y
salados (alimento de los cristianos en Cuaresma), grasa de foca, aceite de hígado de bacalao, plumas,
pieles y maderas para construcciones navales. Como contrapartida, los alemanes exportaban a
Noruega harina de centeno, malta, cerveza y vino. En Londres, 1a Hansa compraba estaño y lana en
grandes cantidades también exportaba vino. Los hanseáticos llevaban allí madera de ébano traída de
Oriente.
2. Liga Lombarda
La Liga Lombarda era una alianza de ciudades comerciales de la región noritaliana de Lombardía. La
prosperidad de ciudades que se dedicaban a la producción artesanal, el comercio marítimo y la banca
lúe un gran motivo para estrechar sus relaciones económico-políticas con el Mediterráneo oriental.
La región de Lombardía logró su "independencia" del imperio cuando el Emperador (partido Güelfo)
fue derrotado por el Papa (partido Gibelino). Además, el Emperador aceptó el desarrollo económico
de estas para no depender de los feudales alemanes. Las ciudades integrantes de la Liga Lombarda
son Venecia, Génova. Pisa. Florencia, entre otras; su apogeo fue en los ss. XIII-XIV llegando a
monopolizar el Mediterráneo, operando a otras zonas comerciales y su crisis en los ss. XV-XVI, con el
auge del comercio en el Océano Atlántico hacia las Indias Occidentales.
Esta liga fue considerada como la más importante ya que tenía el monopolio de las rutas hacia el
oriente, es decir, el de la seda (que se dirigía a China) y el de las especias (hacia la India),
IV. LAS REVOLUCIONES BURGUESAS HACIA EL INDUSTRIALISMO
Introducción
La burguesía tiene que destruir la feudalidad para potenciar el desarrollo del Capitalismo.
La servidumbre aún sujeta a los campesinos, quienes arriendan parcelas al señor feudal a
cambio de trabajo y un pago de renta o tributo, excluye al trabajo asalariado, necesario
para expandir el mercado a través de una demanda cada vez mayor, y que conducirá
irremisiblemente al triunfo histórico de la burguesía. La burguesía europea se enfrentó, en
tres grandes batallas al sistema feudal; todas ellas fueron revoluciones burguesas: la
Reforma protestante, en especial, la calvinista (s. XVI); la Revolución inglesa (s. XVII), y la
Revolución francesa (s. XVIII).
Una vez en el poder, la burguesía tenía en sus manos el control de los mecanismos del
110
Estado, las leyes, las aduanas, el ejército; todo seria para encaminar la sociedad de acuerdo
a sus objetivos. Impulsando y aprovechando los logros científicos y tecnológicos, la
burguesía —después de su revolución política— se lanzó a la Revolución industrial, a
emplear la maquinización en el trabajo y en la producción. En medio de este triunfo
capitalista, aparecería una clase nueva, pujante y con objetivos distintos, la clase obrera.
Se conoce con el nombre de Países Bajos al conjunto de Estados y localidades que hoy
conforman Holanda, Bélgica y Luxemburgo, al igual que una parte del norte de Francia.
Para el s. XVI, el territorio estaba bajo la administración de la dinastía Habsburgo, dirigido
por el emperador Carlos V (1519-1556). Para ese entonces, la actividad económica más
destacada era el comercio, el cual permitió crear las condiciones para el surgimiento de
una fuerte burguesía mercantil, que se localizaba en las ciudades de Brujas y Amberes,
principalmente. Con la abdicación de Carlos V, asume el gobierno Felipe II (1556-1598),
manteniendo el control sobre las diecisiete provincias que conformaban los Países Bajos,
donde su población tributaba a la administración central. Estas provincias presentaban
divisiones en tomo a su población y desarrollo económico: el norte, con influencia
calvinista y desarrollo comercial y el sur con presencia del catolicismo y de una economía
agraria.
Antecedentes
Ducado de Borgoña
1384
Matrimonio de Felipe, el Atrevido (1363-1404), con Margarita
de Flandes.
1482-1506
112
1506 Carlos, duque de Borgoña.
Felipe II
110
1576 Saqueo de Amberes, Maastricht, Gante y otros por los tercios
españoles sin paga.
Pacificación de Gante.
Independencia
112
1619 Los holandeses fundan Batavia (Java).
110
4.2. PRIMERA REVOLUCION INDUSTRIAL, XVIII
4.2.1. CONCEPTO
4.2.2. ANTECEDENTES
Es cierto que Inglaterra no es la cuna del Capitalismo, ya que las primeras muestras de este
tipo de relaciones económico-sociales las encontramos en el norte de Italia y Países Bajos;
pero si nos referimos a la industrialización, en el s. XVIII, Inglaterra es el primer Estado en
transformar su economía de manufactura a una economía industrial. La producción inglesa
se valdrá del uso de máquinas, cada vez más necesarias en los talleres, los que se
convertirán, con el tiempo, en fábricas, dándole a las ciudades un nuevo rostro.
El origen de este proceso se remonta a fines del s. XV, al terminar la Guerra de las Dos Rosas,
cuando la dinastía Tudor y la nobleza entregan en arrendamiento las tierras a los
campesinos; así impulsan la economía inglesa y la acumulación originaria del capital que
vendrá, posteriormente. En el s. XVI, los Tudor y la nobleza se apropian de los bienes y
tributos de la Iglesia católica, vendiéndolos a campesinos y burgueses.
Durante ese siglo, Inglaterra y sus corsarios saquean el oro y la plata de los navíos
españoles, procedentes de América. Es importante explicar que el tráfico de esclavos
incrementó las ganancias de los capitalistas ingleses basta el s. XV111. El triunfo de la
alianza nobleza-burguesía sobre el absolutismo de los Estuardo sellará el control político
mediante la monarquía constitucional.
La Revolución agrícola
Durante el s. XV e inicios del s. XVI, una de las características dentro de la economía agraria
inglesa era la existencia de minifundios; es decir, cada campesino inglés contaba con una
parcela de tierras y llevaba una economía independiente, pues ya el régimen de
128
servidumbre había sido eliminado. Claro que, a pesar de la eliminación de las relaciones de
servidumbre, jurídicamente esas tierras seguían perteneciendo a los sectores
terratenientes aristocráticos, muchos de ellos poderosos integrantes del Parlamento
inglés.
Es así como se inicia este proceso de cercamiento de tierras y, como consecuencia de ello,
la expulsión y despojo de tierras a los campesinos. Entonces, muchos de los campesinos
ingleses, al ser despojados de su principal medio de producción y subsistencia (la tierra),
se dirigieron a las ciudades, convirtiéndose algunos de ellos en aprendices, oficiales,
artesanos, otros en mendigos y gente de mal vivir.
Hay que mencionar que en el s. XVIII continuaron los cambios en el agro inglés; Las
sementeras de cereales de invierno se labraban tres veces; el voluminoso arado de dos ruedas,
que debía ser tirado por seis juntas de bueyes, fue sustituido por otro más a mano, sin ruedas,
que podían arrastrar dos caballos. Las faenas se realizaban con rapidez mucho mayor. En
algunas zonas de Oxfordshire comenzó a practicarse la cuádruple rotación (trigo,
leguminosas, cebada y barbecho) No olvidemos la demanda de fertilizantes, como el guano,
que importarán de Madagascar, en el s. XVIII, y del Perú, en el s. XIX. Para 1688, se llegó a
labrar el campo a una capacidad que permitió satisfacer, a nivel interno, la producción de
cereales y con este resultado se podía exportar el excedente.
110
de aquélla sobre el campesinado tradicional. Definidos como el conjunto de operaciones
mediante las cuales un espacio agrícola dividido en numerosas parcelas —conducidas por
cultivadores o arrendatarios se transformaba, agrupándose una sola entidad claramente
delimitada.
4.2.3. CAUSAS
Buscar una mayor productividad en la producción fue una necesidad prioritaria de la clase
capitalista, para así romper con las limitaciones dentro de la producción manufacturera.
Claro que la manufactura, en ese momento, representaba una forma más avanzada de
producción capitalista; pero el problema era que se sustentaba en la base técnica de la vieja
producción artesanal del trabajo manual. La búsqueda de la consolidación del poder
económico por la burguesía, a través del uso del Estado; para lograr este objetivo, se tenía
que obtener el control del poder político y continuar acumulando capitales que sirvan
como base material para la industrialización, así como también poder utilizar la mano de
obra asalariada, reglamentar el trabajo acorde con una plusvalía que se desarrolla en el
sistema capitalista.
Lo primero se obtuvo, en 1688, con la declaración de la restricción a los derechos del rey,
que será controlado y, además, fiscalizado por el Parlamento, como también por el derecho
de revocatoria, de esa manera, se instituyó definitivamente la monarquía constitucional en
Inglaterra, una monarquía parlamentaria y con predominio burgués. Lo segundo vino a ser
la acumulación de capitales, aunque a lo largo de la historia las políticas colonialistas han
sido modificadas, sus métodos o mecanismos de intervención, por esencia, siguen siendo
los mismos; el saqueo, robo de la riqueza, recursos naturales y la opresión de los países
atrasados. Vimos cómo la burguesía financió los viajes de exploración a América y Asia, con
lo cual obtuvo recursos y mercados que le sirvieron para acumular más capital, que se
invirtió en la ciencia y la maquinización.
La intervención colonialista vino a ser uno de los mecanismos utilizados para la obtención
de recursos naturales. Desarrollo técnico financiado por la burguesía, para producir más
gastando menos. Era también uno de sus más importantes objetivos, y para ello era
necesaria la reducción de los gastos en el sistema de producción. Se había articulado un
mercado interno muy poderoso. Las diferentes regiones, las antiguas ferias, el tráfico de
mercancías entre la zona rural y la zona urbana, todo ello sirvió para que los talleres de
manufactura elevaran su capacidad productiva y, finalmente, desembocar en la Revolución
industrial.
128
La estructuración de Estados laicos permitió el avance de la ciencia y la tecnología, pues se
cancelaba el tiempo del oscurantismo que llevó al estancamiento del conocimiento.
4.2.4. PROCESO
La industria textil
Samuel Crompton encontró la solución al combinar la machine water y la Jenny, con lo que
impulsará más la demanda de algodón. Estas innovaciones no podían aplicarse a la lana
materia prima de fibra corta y que era necesario cardar, frente a los estambres de fibra larga
de algodón y que se podían simplemente peinar. Por tanto, con el algodón se produjo una
perfecta relación entre la máquina y la posibilidad de tratamiento de la materia prima.
La máquina de vapor
110
caballos de fuerza.
James Watt, en 1769. presentó un nuevo modelo que revolucionaría la máquina a vapor
para su uso en otras actividades. Watt modificó el diseño principal y trasladó la
refrigeración de vapor fuera del cilindro a otro, el cual impulsaba una palanca que se movía
por la energía expansiva del vapor, generando energía mecánica La industria textil se
aceleró y los transportes también. El inglés George Stephenson inventó la locomotora y el
norteamericano Robert Fulton el barco a vapor; esto solo podría ser financiado por los
capitalistas, quienes monopolizarían estas tecnologías e incrementarían sus ganancias por
el mundo.
Los minerales
Hay que tener en consideración que este gran avance de las fuerzas productivas van
acompañadas por una serie de medidas que el gobierno de Inglaterra había establecido
entre ellas, la de promover la liberalización de los siervos para que puedan ir a las ciudades
y ofrecer su fuerza de trabajo. De esa forma, se establecía una relación asalariada con la
naciente burguesía.
4.3. LA ILUSTRACION
específico: cómo los hombres deben ser gobernados, de cómo el uso de la razón podía
¡levarlos al progreso. Entendían racionalmente a la sociedad y al mundo, realizaban todo
indicio de autoridad tradicional: Iglesia, monarca, absolutismo, etc. Filósofos, científicos y
escritores impulsaron cambios revolucionarios, e ilustraron con sus ideas el camino de la
128
transformación del mundo. Los órdenes de la Ilustración, como ideología revolucionaria de
la burguesía, se encuentra en la Inglaterra del s. XVII. en el marco de las revoluciones
burguesas que hemos estudiado.
Ideólogos ingleses
Juan Miltón. Fue un defensor de la libre expresión de las ideas, de los juicios emitidos por
la conciencia. Siguiendo el estilo boussetiano, calificó a los gobiernos déspotas de los reyes
como expresiones del diablo, acciones violentas de ejercer el poder que deben ser
eliminadas.
Juan Lilburne, llamado el Honesto Juan. Lideró a un grupo denominado levellers, es decir,
niveladores. Su objetivo era elevar al pueblo a soberano y miembro ejecutivo de las
instituciones políticas. Simultáneamente querían anular la monarquía y la Cámara de los
Lores, algo que asustó a los grandes oficiales del ejército y el mismo Cromwell, quienes
calificaron a los niveladores de querer crear el caos y pretender abolir la propiedad.
Los cavadores, un grupo radical que se separó de los niveladores. Tomaron tierras
comunales abandonadas poco después de imponerse la República, empezaron a cultivar
estas tierras inspiradas en un proyecto de una nueva sociedad con justificación divina, pues
afirmaban que dios se las dio. Si los Lores -decían- recibieron esos terrenos del rey que
había sido derrocado por Cromwell, entonces ahora el pueblo debía posesionarse de ellos.
Para defender sus actos publicaron textos (Declaración de los ingleses pobres y oprimidos)
donde declaraban que la propiedad privada es una maldición, un gran problema, ya que
genera la división de clases sociales, la subordinación, las guerras y el bandidaje.
Uno de los primeros escritores modernos en analizar el carácter de los gobiernos fue
Thomas Hobbes, quien experimentó los efectos de la Guerra Civil Inglesa de 1648. En 1651,
publicó su obra Leviathan; en ella plantea que el hombre, en el pasado, vivía en una
anarquía, que Hobbes denomina estado de naturaleza; sin embargo, la vida era casi
imposible bajo estas circunstancias, así que la comunidad eligió a un jefe para regular la
vida en común. Para mantener la estabilidad social, los hombres hicieron una suerte de
contrato social con su jefe. Hobbes sostiene que el monarca tiene que detentar el poder
110
absoluto, o de lo contrario resurgirá la anarquía y el hombre será el lobo del hombre, y
estallará el peor de todos los males: la guerra civil.
John Locke fue otro filósofo inglés que adoptó algunas ideas de Hobbes, pero las interpretó
de manera diferente. Vivió durante la fase de la Revolución gloriosa de 1688, y apoyó el
derrocamiento de Jacobo II, en favor de la designación de Guillermo de Orange. En 1690,
publicó su libro Ensayo sobre el gobierno civil, en el cual concuerda con Hobbes en que al
principio existió una situación de anarquía, pero surgió un contrato social con un líder. Sin
embargo, Locke sostiene que la gente no renuncia a todos sus derechos individuales sino
solamente a algunos, y conserva otros que son irrenunciables y que nadie puede
quitárselos. Estos son los llamados derechos naturales, los cuales, según Locke,
incluyen el derecho a la vida, la libertad y la propiedad; esta idea será constantemente
planteada por la burguesía. De acuerdo a Locke, un gobernante que viola estos derechos
naturales rompe el contrato social, y el pueblo tiene el derecho de expulsarlo del poder,
reemplazándolo por otro que se comprometa a respetarlo.
* Iluminismo francés
Otro pensador fundamental de la Ilustración francesa fue Jean Jacques Rousseau, quien se
introdujo en los círculos académicos con el Discurso sobre el origen de la desigualdad entre
los hombres. Su obra más importante fue El contrato social, publicada en 1762. En ella
sostiene que el hombre nace bueno, pero la sociedad lo corrompe; es decir, las personas se
hacen, adquieren una u otra conducta según el medio en que viven, según la influencia de
128
su educación, de las leyes. La condición de libertad y bondad en que el hombre nace solo
puede ser preservada viviendo bajo un gobierno de su propia elección y control; en otros
términos, las leyes justas y un recto gobierno tienen que basarse en lo que Rousseau llama
soberanía popular y la libre elección del pueblo. Otra obra es Emilio, en la que criticó a la
educación de su época, en gran parte en manos de la Iglesia.
Por otro lado, es importante destacar al francés, Francois Marie Arouet, más conocido como
Voltaire, crítico implacable del Antiguo Régimen, de las costumbres de la nobleza y sus
creencias que él consideraba como supersticiosas. Defiende la tolerancia y el respeto a las
ideas de los otros. En su obra La Henriade destaca la figura del rey Enrique IV, el rey
tolerante del Edicto de Nantes. Sus obras cumbres fueron El siglo de Luis XIV y Cartas
Inglesas. Se le recuerda por su frase: No estoy de acuerdo con tus ideas, pero daría mi vida
para que las expreses. Buscaba un gobierno similar a la de Inglaterra. Estas ideas de la
Ilustración constituyeron el sustento ideológico de la Revolución Francesa, también surgió
una corriente materialista, en la que destacan Julien de la Metrie (mercantilismo) y el Barón
D’Holbach.
La Enciclopedia
Fue la síntesis de los conocimientos hasta esa época, dirigida por Diderot y D’Alambert. Su
nombre original fue, Diccionario Razonado de la Ciencias, las artes y oficios. Su redacción
duró casi treinta años (1751-1780) y comprendía temas de Astronomía, Filosofía,
Matemáticas y encuestas sobre trabajos mecánicos. Para la redacción y elaboración los
artículos fueron dispuestos en orden alfabético, siendo escrito por los más importantes
intelectuales de la época: Voltaire, Montesquieu, Quesnay, Condorcet y otros. La monarquía
francesa, quiso censurarla.
110
La Ilustración en Inglaterra se expresó no solamente con las propuestas de Jhon Locke,
también con George Berkeley y David Hume. En Alemania este movimiento fue
principalmente universitario con catedráticos como Christian Wolf y Gotthold Lessing.
Desde la formación de la moderna monarquía francesa, entre los ss. XI y XV, se había
consolidado en Francia un régimen económico, social y político basado en la feudalidad y
128
en el absolutismo. Un régimen que, en s. XVII, se convirtió en instrumento de la realeza para
usurpar las rentas del Estado. Un monarca absoluto defendía la vigencia del sistema feudal
de los privilegios de la clase dominante, la continuación del carácter tributario de la
economía y de la explotación del pueblo campesino; a esto se le conoce como Antiguo
Régimen.
El pueblo campesino había protagonizado, tiempo atrás, grandes levantamientos contra los
abusos del sistema, entre ellos el movimiento Jacquerie, pero carecían de una concepción
ideológica que definiera una nueva sociedad, y se limitaron a hacer reclamos concretos
contra los abusos del Antiguo Régimen.
El sistema se desmorona
El Feudalismo en Francia había logrado el mayor desarrollo de Europa, entre los ss. IX y XI.
Cuando se iniciaba la llamada Baja Edad Media (s. XIV), se produjo el resurgimiento de las
ciudades o burgos, del comercio, de las manufacturas y el desarrollo de mercados
ampliados e interregionales llamados ferias; entre ellas destacaba la feria de Champagne.
La burguesía francesa, al igual que la de Flandes, se enriqueció y pudo ir asumiendo una
cada vez, mayor intervención en el quehacer político de la decadente sociedad feudal.
Apoyaron con préstamos e impuestos el proceso de centralización monárquica que
condujo al absolutismo representado por Luis XIV, el rey Sol, de Francia; en el s. XVII, su
esplendor y protagonismo hegemónico implicaba la recaudación de mayores ingresos y,
con ello, el proteccionismo de las actividades mercantilistas que desarrolló la política del
ministro Juan Bautista Colbert.
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agrícola. El Antiguo Régimen impedía esto y se aferraba a un sistema feudal ya caduco. De
otro lado, la crisis del Feudalismo agudizó las contradicciones del sistema; la necesidad de
mantener la hegemonía de Francia requería una mayor explotación de los siervos, el
restablecimiento de las aduanas internas y otros privilegios feudales de una corte cada vez
más corrupta. La supuesta prosperidad de Francia, a comienzos del s. XVIII, era artificial;
constituía el país más poblado de Europa (más de veinte millones de personas), pero en
una sociedad estamental con profundas desigualdades, y una desproporción abismal en la
distribución de la renta nacional y en la política tributaria. En resumen, una minoría muy
rica y una gran mayoría empobrecida.
La pirámide estamental
El primer Estado
Estaba compuesto por el alto clero de la Iglesia católica, aunque era menos del 1% de la
población; poseía grandes privilegios feudales: exoneraciones tributarias y judiciales. Era
propietario de casi el 10 % de las tierras de Francia.
El segundo Estado
El tercer Estado
La marginación del tercer Estado en la vida pública de Francia era inaceptable, en especial
para la burguesía, y por ello pedían igualdad; pero no en un sentido abstracto o ideal, pues
la burguesía encontraba en. las excesivas regulaciones del comercio una traba para su
mercantilismo, por eso se hablaba de libertad. Los ideales del liberalismo de la Ilustración
y de la declaración de independencia de los EE.UU. (1776) estimularon esta consigna, y la
burguesía francesa añadió la fraternidad con los oprimidos.
Las guerras que impulsaron Luis XIV y Luis XV, así como el conflicto de los Siete Años y el
apoyo del rey Luis XVI a la independencia de los EE.UU., incrementaron los gastos fiscales
del reino; pero lo más grave fue que los grupos o estamentos dominantes se negaron a
pagar impuestos, aferrándose a sus privilegios feudales. En el reinado de Luis XV, este
recurrió a préstamos de los banqueros, agravando la situación del reino. El afirmó: ...
durará mi mandato, después de mi, el diluvio.
En 1774, llegó al trono Luis XVI. El tesoro del reino estaba vacío y las deudas eran enormes.
Era necesario establecer reformas, a pesar de la oposición de la nobleza y de la misma reina
María Antonieta, hija de la emperatriz de Austria y apodada por el pueblo la Madame
Déficit, por los grandes dispendios que ocasionaba. Luis XVI convocó a expertos en finanzas
de la burguesía para proponer reformas: Turgot, Necker y Calonne; pero cuando estos
propusieron mayor libertad para la industria francesa o el pago de impuestos por los
nobles y el clero, y/o detener los dispendios cortesanos, fueron destituidos.
En 1787, el crédito del país estaba nulo; los banqueros se negaron a hacer mayores
préstamos y el Estado francés estaba en bancarrota. Además, un nuevo problema agravó la
crisis, en 1788, la cosecha había sido pésima, se extendía una sequía y los precios de los
alimentos subían a saltos, pues la inflación llegó a 65%. Entonces, la burguesía aprovechó
esta grave crisis para desatar la tormenta sobre el Antiguo Régimen, siguiendo la luz de
una nueva ideología, una revolucionaria: la Ilustración.
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Los Estados Generales eran la asamblea del reino, creada desde la formación de la moderna
monarquía francesa en tiempos de Felipe IV. Esta asamblea representaba a la sociedad
francesa, dividida por los privilegios feudales establecidos legalmente en tres estamentos
o Estados. Estos privilegios estaban formalizados en el ordenamiento jurídico y
representaban, por ello, una "desigualdad legalizada", conformada por dos sectores
dominantes (clero y nobleza), exonerados de pagar tributos y con capacidad de imponer
aranceles en aduanas terrestres y diezmos. El tercer Estado representaba a la producción,
pues recordemos que el Antiguo Régimen dividía la sociedad según el criterio de la Iglesia:
"los que oran (clero), los que combaten (nobleza) y los que producen (tercer Estado)".
Después de casi doscientos años sin funcionar esta asamblea, fue convocada por el rey Luis
XVI para que aporte una solución al problema financiero. Esta fue sugerida al Rey por su
ministro de hacienda Necker, quien, junto a Turgot y Calonne, anteriores ministros de Luis
XVI, impulsaron un proceso de reformas tributarias que encontraron seria resistencia
entre los nobles, quienes llegaron incluso a amenazar a la Corona con levantarse si se
violaba sus privilegios feudales; por ello, se habló de una "revuelta de los privilegiados".
La crisis financiera en Francia se agravó aún más con los problemas agrarios, los cuales
fueron agudizados por la sequía y las malas cosechas de 1788 que produjeron un alza en
los precios de productos de primera necesidad y, por consiguiente, hambre y miseria,
volviendo extremadamente explosiva la situación social en Francia. En este escenario
social, se reunió la asamblea de los Estados Generales el 5 de mayo de 1789; el tercer
Estado o Estado llano estaba formado por miembros de grupos burgueses, de nobles
aburguesados como el conde de Mirabeau y el marqués de La Fayette, imbuidos en las ideas
de Voltaire y Montesquieu. Ellos pretendían que la asamblea representara a la nación como
un todo y no separada en tres estamentos. Exigían también que se redacte una constitución
que limite el poder absoluto.
Reunión de los representantes de los tres estamentos de Francia, los Estados Generales,
para buscar una solución al problema económico-social que atravesaba el Estado.
Por el contrario, Luis XVI dispuso que solo se discutiera el problema financiero y que los
Estados se reunieran, aunque debían votar por separado (estamental). Entonces, el tercer
Estado proclamó la Asamblea Nacional el 7 de junio de 1789, invitando a los otros Estados
a integrarse a ella; este hecho es considerado el primer acto de la revolución. El rey
respondió cerrando las puertas del salón designado en el Palacio de Versalles para el
Estado llano.
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Los diputados que apoyaban la decisión de reunirse todos juntos en una asamblea nacional
ocuparon un salón contiguo, que era utilizado por la realeza para el juego de la pelota (algo
similar al tenis). El 20 de junio de 1789 protagonizaron el llamado "juramento del salón de
la pelota", con el que se aceptó el compromiso de no separarse hasta haber escrito una
constitución para Francia y que entre en vigencia. La mayoría de los representantes del
clero se unieron a la Asamblea, al igual que algunos de la nobleza, pero de forma paralela
las tropas militares comenzaron a llegar a París y Versalles. Finalmente, el rey aceptó que
los tres Estados se reúnan juntos.
Inicialmente, la Asamblea Nacional estuvo presidida por Bailly y luego por Mirabeau. Duró
poco: desde el 27 de junio hasta el 7 de julio de 1789, pues los diputados representantes
de los tres Estados proclamaron la Asamblea Constituyente, para redactar un texto
constitucional.
El rey Luis XVI intentaba concentrar tropas del interior en París para trasladarlas a
Versalles, donde se reunía la Asamblea. Corrió el rumor de que se pretendía disolver la
Asamblea y que Necker había sido apresado en la cárcel de la Bastilla (realmente había sido
destituido), prisión-fortaleza y símbolo de la represión borbónica. Esto originó revueltas
urbanas en París, que se encaminaron hacia la prisión de la Bastilla, la cual fue
violentamente asaltada por las turbas el 14 de julio de 1789; la Bastilla se convirtió en un
símbolo de todo lo decadente y despreciable del Antiguo Régimen.
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especial, las exoneraciones tributarias del clero y la nobleza para evitar un mayor desborde
social por parte del campesinado; la gran burguesía crea la Guardia Nacional como un
elemento represivo ante la ola de protestas.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano comenzaba diciendo que los
hombres nacian y permanecían iguales ante la ley y que esta era igual para todos. Como
vemos, lo primero que pretende la burguesía francesa es romper con la desigualdad formal
o legal de la pirámide estamental del Antiguo Régimen, en la que se fundaban los privilegios
feudales.
Luego se enunciaban las libertades burguesas como la libre expresión, libertad de prensa,
de religión y conciencia; la libertad personal solo podía ser afectada por una sentencia
judicial. Pero, en especial, consagraba el derecho inviolable a la propiedad privada, que,
como sabemos, es el verdadero origen de la desigualdad entre las clases sociales. Es decir,
los principios de "libertad. Igualdad y fraternidad" eran los enunciados legales de una
democracia liberal formal, pues mientras subsistan las diferencias entre ricos y pobres
aquellos principios libertarios solo serán objetivos abstractos, ideales sin realidad práctica.
Como alguien comentaba irónicamente: Todos los hombres son iguales, pero algunos son
más iguales que otros.
Sin embargo, el Antiguo Régimen aún resistía. Muchos nobles escaparon de Francia a países
vecinos como Gran Bretaña, Italia, Austria o Prusia, desde donde conspiraban para detener
los cambios revolucionarios. Estos "inmigrantes" fueron causa constante de problemas
para Francia. Los nobles que permanecieron en Versalles exigían al rey usar la fuerza para
restaurar el viejo orden; el monarca, al tratar de concentrar tropas en Versalles, provocó
que el pueblo nuevamente se amotine, obligando al rey y a su familia a dejar Versalles y
trasladarse a París.
La Asamblea también se trasladó a París en octubre del año 1789. A partir de este
momento, todo gobierno de Francia quedaba a merced de las turbas parisienses y la
presencia popular, así como de la constante la manipulación de las masas por hábiles
políticos burgueses.
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En el periodo 1789-1791, la Asamblea aprobó más de dos mil leyes para implementar
reformas en el Estado. En primer lugar, fue reformada la administración del país, las
provincias fueron abolidas y Francia quedó dividida en ochenta y tres distritos uniformes
llamados departamentos. Todos los cargos tenían que proceder de elección popular; de
esta manera, la democracia burguesa y representativa se ponía en marcha.
Luego, la Asamblea abordó el problema de la Iglesia feudal; sus tierras fueron confiscadas,
ofrecidas en subasta pública y pasaron a ser haciendas privadas. En 1790, la Asamblea
promulgó la Constitución Civil del Clero, disolviendo las órdenes religiosas sujetas al
derecho canónico feudal y obligando a los clérigos a jurar obediencia a las leyes civiles de
Francia, las cuales disponían la elección popular de obispos y párrocos, siendo
denominados juramentados. El Papa prohibió al clero juramentar la constitución y muchos
acataron esta prohibición; estos eran los llamados refractarios, contra quienes se inició una
persecución que generó gran malestar entre miles de católicos.
Algunos consejeros del rey lo convencieron para huir del país y buscar, personalmente,
apoyo en el extranjero. En junio de 1791, Luis XVI y su familia intentaron fugar hacia los
Países Bajos, que estaba en poder de Austria, país de origen de la reina María Antonieta,
donde su hermano Leopoldo II era emperador. La familia real se disfrazó de campesina,
pero fue descubierta en el pueblo de Varennes, cerca a la frontera septentrional de Francia,
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y fue arrestada. Al ser conducida de regreso a París, se descubrió un manifiesto dejado por
el rey antes de su partida, en el que incitaba a los franceses a restaurar el viejo orden: A
pesar de la fuga de Varennes, la Asamblea Constituyente determinó mantener a Luis XVI
como rey de Francia si juraba respetar y defender la Constitución, y así lo hizo. Parecía que
las revueltas llegaban a su fin y el orden se imponía en Francia.
Sin embargo, una nueva amenaza se cernía sobre Francia; la invasión extranjera. Ya en
agosto de 1791, el emperador Leopoldo II de Austria y el rey Federico Guillermo II de
Prusia proclamaron la necesidad de restaurar el Antiguo Régimen en Francia, pues existía
el peligro de que el ejemplo revolucionario y liberal se extienda al resto de Europa. El
peligro se agravó con el manifiesto del duque de Brunswick, una amenaza directa al
Gobierno de París, lo que condujo a la Asamblea a forzar a Luis XVI para que declare la
guerra a Austria en abril de 1792; poco después, un ejército austro-prusiano invadía
Francia.
La Convención Nacional gobernó Francia por tres años, de manera dictatorial. Su primer
acto fue cancelar la monarquía y establecer la república. Además de su función principal de
redactar una nueva constitución, tuvo que asumir las funciones de gobierno, implantar el
orden público y enfrentar la guerra en contra de los invasores extranjeros.
La Convención Nacional inició sus funciones en setiembre de 1792, en medio de una gran
inestabilidad y confusión en Francia. Bajo las órdenes del general Charles Francois
Dumouriez, el ejército francés, integrado en su mayoría por las masas populares
revolucionarias (los sans-culoues o descamisados), derrotó al invasor austro-prusiano
dirigido por el duque de Brunswick en Valmy, e ingresó a los Países Bajos de los Habsburgo,
capturando Bruselas.
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La Convención Nacional juzgó al rey Luis XVI por el cargo de complotar contra la seguridad
nacional. Por una pequeña diferencia de votos fue hallado culpable y condenado a muerte.
Fue guillotinado el 24 de enero de 1792.
En 1793, la Convención tomó medidas extremas para enfrentar estos peligros. Se conformó
el Comité de Seguridad Pública y el Tribunal Revolucionario, para perseguir y sancionar a
los enemigos de la revolución burguesa; por ello, se decretó el reclutamiento obligatorio
de todo hombre apto entre dieciocho y cuarenta y cinco años. El nuevo ejército nacional
estaña a cargo del general Lazare Carnot, pero el entusiasmo y el espíritu revolucionario
de las masas populares fue decisivo para enfrentar la invasión extranjera.
Como respuesta ante los problemas intentos (la contrarrevolución) y externos (la Primera
Coalición) se implantó una dictadura en Francia Robespierre y Dante® controlaban la
Convención y desataron la represión contra sus opositores; muchos girondinos Rieron
arrestados y otros lograron escapar de París para promover levantamientos en las
provincias. El doctor Marat, líder radical, a través de su periódico El Amigo del Pueblo,
denunciaba a los enemigos de la Revolución, íes cuales eran arrestados y conducidos al
Tribunal Revolucionario, o simplemente linchados por la multitud enardecida. La
burguesía radical se especializó en azuzar a las masas sedientas de justicia, contra sus
propios opositores. Pero Marat pagará con su vida por estos hechos, pues fue asesinado
por Carlota Corday, una joven cortesana de filiación girondina.
Ante la crisis interna, sectores realistas en alianza con la población campesina lograron
alzarse contra el republicanismo (1793). Estas luchas se dieron en el noreste de Francia
(La Vendéc) durante tres años liderados por Charette, La Rochejaquelein, entre otros. Al
final, en 1796, las fuerzas republicanas reprimieron al movimiento campesino.
El calendario revolucionario
Los hombres de la revolución quisieron abolir el pasado y establecer una nueva era. Para
ellos la historia comenzaría con la revolución: la era cristiana debía morir para que
triunfara la era francesa, pues ésta abriría el tiempo de la verdad. El 20 de setiembre de
1793, el diputado Romme presentó a la Convención un nuevo calendario. Los nuevos
tiempos, dijo, comenzaron con la proclamación de la república, el 22 de setiembre de 1792,
momento en que terminaba el verano y comenzaba el otoño.
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Para celebrar eternamente esta conjunción, entre la astronomía y la historia, el año
republicano comenzaría a medianoche, en el equinoccio de otoño.
vendimiarlo
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- Maximiliano Robespierre. Demócrata y líder del gobierno revolucionario. Fue un
jacobino líder del Comité de Salud Pública e Instigador del Terror.
- Ewmanuel Joseph Sieyés. Panfletista y partidario del tercer Estado. Miembro del
Directorio y del Consulado con Bonaparte; fue conocido como Topo de la revolución.
- Charles Talleyrand (Obispo de Autun). Miembro de los Estados Generales y el Comité
de los Treinta. Después fue miembro del Directorio, en el cargo de ministro de
Relaciones Exteriores, y partidario de Bonaparte.
El Directorio (1795-1799)
Se instaló un ejecutivo con cinco miembros, el cual fue impulsado por el sector girondino y
los nuevos ricos, quienes lograron financiar a los ejércitos republicanos. Se anula todas las
instituciones jacobinas; esto degeneró en persecuciones políticas a la oposición que se
denominaron el terror blanco.
Entre las personas que estuvieron en el Directorio se encontraban Paul Francois Barrar»,
Lazare Carnot, Joseph Fouché y Emmanuel Joseph Sieyés.
Ante la incapacidad de resolver los problemas internos de Francia, que se manifiestan con
la subida de precios, se produce la "Conspiración de los Iguales", movimiento precursor de
las ideas comunistas, pues buscaba abolir la propiedad privada . Esta conspiración fue
reprimida por el Estado y su líder Frangís Babeuf, guillotinado. En 1795, se disgregó la
coalición europea y sus miembros, por separado, firmaron la paz con Francia. El Directorio
aprovechó la política de gran nación, un programa de carácter expansionista, empezando
por el control de las posesiones austríacas. Los ejércitos franceses, a cargo del joven
general Napoleón Bonaparte, obligan a Austria a firmar el Tratado de Campo Formio
(1797); con este tratado Francia controlaría los Países Bajos y Lombardia, manteniéndose
las fronteras del Rhin.
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A pesar de las victorias francesas sobre Austria, Inglaterra pasa a protagonizar luchas
contra los franceses. La burguesía gala buscará controlar y acabar con el predominio
comercial británico en Egipto (la campaña a Egipto). En un momento en que el gobierno
francés se declara en quiebra, es cuando se produce la batalla de las Pirámides, con la
victoria de Francia; sin embargo, la flota francesa fue destruida por la flota inglesa, dirigida
por Horacio Nelson. Estas campañas en África también fueron dirigidas por Napoleón
Bonaparte, quien, ante la derrota en Egipto, decide retomar clandestinamente a Francia.
De forma paralela, se logra formar la Segunda Coalición entre Gran Bretaña. Rusia, Austria,
Turquía, Nápoles y Sicilia. Ante la crisis del Directorio, la alta burguesía pacta con
Napoleón, quien, ante la crisis se había convertido en una figura descollante para la
población. Bonaparte, aprovechando su fama, dio un autogolpe de Estado, conocido
tradicionalmente con el nombre del 18 Brumano del año VIII (9 de noviembre de 1799). y
con ello el Directorio es reemplazado por el Consulado, en donde Napoleón será uno de sus
primeros miembros.
El Consulado (1799-1804)
Este régimen autoritario concentró todo el poder en la figura de tres cónsules; uno
principal y dos consultivos. Tuvo el respaldo de la gran burguesía como también el control
policiaco sobre un manipulado pueblo.
El poder ejecutivo se conformó a partir de un triunvirato que era integrado por Napoleón
Bonaparte (primer cónsul). Sieyes y Roger-Ducos (segundo y tercer cónsul,
respectivamente, quienes desplazaron a Cambacéres y Lebrun). Rápidamente, se legalizó
este régimen y se promulgó una nueva constitución, pero las decisiones pasaban por el
primer cónsul. Los cuatro órganos del poder legislativo (senado consejo de Estado,
tribunado y cuerpo legislativo) eran simplemente decorativos El Parlamento estaba
integrado por diputados, quienes habían sido escogidos como candidatos por el ejecutivo
y que la población tenía el derecho de escoger.
Con respecto a la educación, se crearon los liceos, que formaban a los futuros trabajadores
estatales. En cuanto a lo económico, se crea el Banco de Francia, para capitalizar a la
burguesía Va para 1802, Napoleón se conviene en el cónsul vitalicio por plebiscito,
respaldado por tres millones y medio de electores. Con respecto al orden interno, se realizó
una ofensiva contra la oposición política que buscaba restaurar la monarquía borbónica,
entre ellos se destaca la figura del duque de Provenza (hermano menor de Luis XVI);
también se deportó a los jacobinos.
Con respecto a la religión, se firmó el Concordato con el papa Pío Vil, en 1802, para seguir
utilizando a la religión como un instrumento de control ideológico; de esa forma, el
catolicismo se convirtió en la religión oficial, aunque se respetó al protestantismo, Quedó
establecido, también, que el cónsul nombrará a los obispos y, recibiendo la confirmación
del Papa, los obispos nombraran a los sacerdotes. Asimismo, el Papa renunciaba a reclamar
los bienes de la Iglesia, y el Estado asumía d pago de los sacerdotes católicos.
Al pactar con la Iglesia católica, se buscaba el apoyo de los realistas emigrados y las masas
de campesinos católicos.
Se buscó la paz con Inglaterra y Austria, pero estos no la aceptaron porque seguían
apoyando a los partidarios de los Borbón en Francia. Aunque no culminaba la Segunda
Coalición, surgida a fines del Directorio, los coaligados tuvieron desavenencias con Rusia,
y esta se retirará de la guerra. Francia logra que Suecia, Dinamarca y Prusia formen la Liga
de los Neutrales contra Inglaterra, para obstruir el comercio con los países nórdicos.
Se firma la Paz de Amíens (1802), en la que Inglaterra accede a devolver colonias vi Francia
(excepto Trinidad y Ceilán). Francia renuncia a sus pretericiones con Egipto, pero busca
revitalizar su política colonial; se presenta problemas en Haiti, por lo que cede a la presión
de vender l.ouisiana por quince millones a EE.UU.
En ese contexto, Francia había sido superada por el industrialismo inglés, e inclusive estaba
arrinconada, en América del Norte, en la zona de Quebec. La dictadura burguesa, con
Bonaparte al frente, organizó un aparato policiaco y centralista en lo administrativo, auti
trabajador y farsante en cuanto a participación ciudadana, también alteró muchas leyes
emitidas durante la revolución, censuró la prensa, persiguió a opositores y temía las
críticas a su régimen. Los países rivales de Francia imponían aranceles altos a los productos
franceses, la ocupación francesa sobre el Estado de Hannover, en Alemania, fue la respuesta
del emperador.
En 1804, William Pin se hizo nuevamente del poder y formó la Tercera Coalición, que será
integrada por Rusia (zar Alejandro 1), Gran Bretaña, Suecia y Austria Entonces, Francia
avanzó sobre Viena y logró batir al ejército austríaco en la batalla de Ulm (1805); desde
esta perspectiva, buscaba someter a los aliados, para luego atacar Inglaterra por mar, pero
los ingleses obtuvieron una victoria sobre la flota franco-española, en el combate de
Trafalgar, que la salvó de una finura invasión. Allí se inmoló el almirante Horacio Nelson,
Producto del bloqueo continental impuesto por Francia en el continente, el comercio inglés
disminuye en Europa; pero, ante el interés de los diversos reinos que dependían de los
productos ingleses, y ante la rivalidad burguesa que había con Francia, algunos Estados
empiezan a romper el bloqueo, como es el caso de Portugal, donde los reyes tuvieron que
ser escoltados por Inglaterra para dirigirse a Brasil (dominio portugués en América). La
represalia francesa no se hizo esperar, y se manifestó con la ocupación militar del territorio
portugués en 1807, al mando de Junot; hay que considerar que, para ocupar Portugal, el
gobierno español permitió el ingreso de las tropas francesas que empezaron, con total
desparpajo, a ocupar España.
Ante la ocupación francesa en España, acción dirigida por Murat, el pueblo de Madrid se
alzó en armas; de esta manera, se inició la Guerra de la Independencia Española, con una
serie de insurrecciones que se plasmó también en Austria. Se formó así una Quinta
Coalición: Inglaterra, Austria, España y otros; pero serán derrotados en la batalla de
Wagran (1809). Sin embargo, el bloqueo aún continuó y es allí donde uno de los aliados de
Francia, Rusia, decide retirarse del bloqueo por la presión qué ejercían los terratenientes
hacia el gobierno del zar.
Los Estados Pontificios no aceptaron el bloqueo ni que las tropas francesas asalten Roma;
es allí donde el papa Pío Vil excomulgó a Napoleón en represalia por la ocupación militar
de Roma. El Papa fue hecho prisionero y desterrado a Savona (Italia); en 1812, lo trasladan
a Fontainebleau, y liberado en 1814.
Ante la derrota francesa en Rusia, Prusia apoya a esta última y declaran la guerra a Francia.
Ingresaron a esta nueva coalición (Sexta Coalición) Suecia, Gran Bretaña y Austria, que
logró derrotar a Napoleón en la batalla de Leipzig (batalla de las Naciones); de esta forma,
la Confederación del Rhin se disolvió. Las fuerzas de la coalición ingresaron a Francia, y se
llevaron a cabo reuniones entre los integrantes para tratar el destino de Europa.
La situación interna en Francia era contradictoria, pues había sectores que buscaban
instaurar un Gobierno republicano; también estaban los partidarios del régimen
napoleónico y los partidarios de la restauración real (Talleyrand-Luis XVIII). El rey Luis
XVIII otorgó una Carta Constitucional, con la que buscó conciliar los intereses de la
aristocracia y el clero; pero sin defender la soberanía popular. Mientras se daban estos
hechos, Napoleón logró huir de la isla de Elba; con el apoyo de la población, entra a París y
Luis XVIII huye de la ciudad. En marzo de 1 8 1 5, se inició el gobierno de los 100 días a
cargo del corso (Napoleón); la reacción de Gran Bretaña, Prusia, Austria y Rusia no se hizo
esperar y formaron la Séptima Coalición.