Diaphorina Citri
Diaphorina Citri
Diaphorina Citri
Diaphorina citri
Psílido asiático
ETaxonomía
Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
Clase: Insecta
Orden: Hemiptera
Suborden: Sternorrhyncha
Familia: Liviidae
Género: Diaphorina
Especie: D. citri
Este insecto, al alimentarse extrae grandes cantidades de savia e
inyecta toxinas a la planta, causando malformaciones en brotes y
hojas en cítricos.
1. Introducción
Diaphorina citri es un hemíptero, conocido comúnmente como psílido asiático o
chicharrita de los cítricos. Este insecto es uno de los principales vectores de la
bacteria Candidatus liberibacter, que es la responsable de la grave enfermedad
de los cítricos conocida como HLB, enverdecimiento o greening, entre otras
denominaciones. Tiene preferencia por la familia de las Rutáceas, afectando
fundamentalmente a cítricos como el limonero, el naranjo dulce, el naranjo
agrio o el pomelo, a los cuales puede causar daños que se traducen en graves
pérdidas económicas.
2. Descripción y propagación
Es un pequeño insecto, de 2 – 3 mm de tamaño, que se hospeda en todas las
variedades cítricas, así como en plantas ornamentales del género Murraya
spp. (siendo su preferida Murraya paniculata) o el naranjo jazmín.
Dependiendo de las condiciones ambientales, su ciclo biológico puede durar
entre 20 y 50 días, pudiendo llegar a darse entre 9 y 10 generaciones por año.
La hembra se alimenta de la planta y busca brotes tiernos para poner sus
huevos (hasta 800 durante toda su vida). La oviposición está condicionada por
la presencia de estos brotes tiernos, apareciendo con frecuencia un gran
número en una misma ramita. La duración del periodo embrionario varía de 10
días a 15º C a 3.5 días a 28º C. Los huevos son de color amarillo, cambiando a
anaranjados cerca de su eclosión. Tienen un tamaño aproximado de 0.30 mm
de longitud y 0.14 mm de ancho.
Imagen de un árbol que sufre la plaga
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Posteriormente nacen las ninfas, que son sedentarias, las cuales se establecen
sobre las ramitas tiernas y sobre los peciolos, formando colonias con un
número variable de individuos. En su desarrollo sufren 5 estados de ninfa,
cambiando de tamaño después de cada muda, presentando los primordios
alares de mayor tamaño en el último. Las ninfas son de color amarillo-
anaranjado, sin manchas abdominales, aplanadas dorso-ventralmente, con
esbozos alares (alas pequeñas en formación) abultados, un par de ojos rojos
compuestos y dos antenas de color negro. Además, se alimentan de tejidos
tiernos, excretando una sustancia blanca cerosa en forma de hilos espirales
que se depositan sobre las hojas, los cuales son reconocidos como
infestaciones de esta plaga.
El adulto recién emergido presenta el cuerpo de color blanquecino, que
posteriormente cambia al gris. Finalmente, se torna a un color marrón
moteado, recubierto de polvo de aspecto ceroso, con sus alas más anchas en
el tercio apical y manchas oscuras a lo largo de todo su borde. La cabeza es
marrón con ojos rojos. El insecto adulto puede vivir de 3 a 4 meses y se
alimenta de brotes tiernos o maduros.
El principal daño que causa Diaphorina citri es la transmisión de la bacteria
causante del HLB. Al alimentarse extrae grandes cantidades de savia e inyecta
toxinas a la planta, causando malformaciones en brotes y hojas. Un dato muy a
tener en cuenta es que el periodo en el cual el insecto puede adquirir la
bacteria y, por tanto, transmitirla está comprendido entre el cuarto estado de
ninfa y la fase de adulto. De este modo, el insecto contagia la enfermedad en
el momento de alimentarse.
Una vez infectada, la planta se transforma en un reservorio del agente causal,
poniendo en serio riesgo a la plantación entera.
“Diaphorina citri” Fuente: FAO
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Los adultos se mueven en distancias cortas cuando son molestados,
escondiéndose después. El movimiento que pueden realizar es en la misma
planta hospedante, como mucho a plantas cercanas, aunque los psílidos son
capaces de volar distancias más largas si se trata de buscar hospederos
adecuados. A su vez, las corrientes de viento pueden favorecer su
desplazamiento, ayudando de esta manera a su dispersión, igual que el
movimiento de plantas por el ser humano.
3. Métodos de control
Para llevar a cabo un control adecuado del psílido, deben combinarse los
distintos métodos disponibles.
En primer lugar, deben aplicarse medidas preventivas dentro de las labores
culturales del cultivo. Una de las más importantes es el monitoreo del insecto
vector, con el fin de conocer la fluctuación poblacional a lo largo del año. Esta
medida permitirá medir el impacto de las poblaciones regionales, cuantificando
el nivel de la plaga e identificando las plantaciones donde dichos niveles sean
preocupantes.
Para realizar dicho monitoreo se utilizan trampas amarillas, colocadas cada 200
metros en la periferia de las plantaciones, tal como como se establece en el
protocolo de control del Huanglongbing y del psílido asiático de los cítricos. De
este modo, las trampas son revisadas semanalmente, procesando la
información obtenida mediante el sistema de monitoreo de la Diaphorina
(SIMDIA).
También debe realizarse labores de vigilancia. Para ello, se revisan de forma
aleatoria una muestra proporcional de árboles con el fin de encontrar presencia
de psílidos o síntomas de HLB. En caso de encontrar algún indicio que pueda
ser sospechoso es recomendable tomar fotos, así como muestras para enviar a
un laboratorio.
El muestreo de los insectos capturados es una de las actividades más
importantes en la campaña contra el HLB. Mediante esta actividad se han
detectado psílidos infectivos portadores de la bacteria. Se toma una muestra
por cada 50 ha., compuesta por un número comprendido entre 1 y 100 adultos.
En caso de no encontrar adultos, se capturan ninfas de cuarto o quinto estado
ninfal. En los programas de vigilancia, estos datos son georreferenciados para
la ubicación de sus coordenadas y, en caso de que el laboratorio diagnostique
una muestra positiva de bacteria, cada muestra sería localizada.
Las campañas de información que realizan los técnicos para sensibilizar a los
productores para que integren estas actividades pueden resultar muy útiles de
cara al control del insecto vector.
Por otra parte, las técnicas de control biológico ayudan a reducir las
poblaciones de Diaphorina citri. A este respecto, se realizan sueltas de
parasitoides como las avispas Tetrasticus dryii y Tamarixia radiata. La
oviposición de las hembras de Tamarixia radiata se produce de manera
individual y preferentemente en ninfas del quinto estado, aunque también
pueden parasitar el tercero y el cuarto.
Los depredadores que tienen al psílido en su dieta son: Olla nigrum, Azya
luteipes, Cycloneda sanguinea, Ceraeochrysa spp., Chilocorus
cacti y Chrysoperla sp. El uso de hongos entomopatógenos es otra alternativa
de control biológico disponible en la actualidad, destacando a Metarhizium
anisopliae, Isaria fumosorosea, Hirsutella citriformis y Cordyceps bassiana.
Según algunas evaluaciones realizadas por el Centro Nacional de Referencia de
Control Biológico, estos organismos pueden lograr un control de las ninfas del
56-90% y de los adultos del 39-77 %.
En cuanto al control químico, se pueden emplear insecticidas de amplio
espectro más convencionales como piretroides, neonicotinoides,
organofosforados u organoclorados, los cuales también afectan a los insectos
auxiliares. Es más recomendable utilizar productos de bajo impacto ambiental,
más respetuosos, como reguladores de crecimiento, jabones, aceites o
extractos vegetales.
La aplicación de insecticidas se debe realizar durante los periodos de la
temporada donde los flujos vegetativos sean menores, con el propósito de
romper el ciclo de la plaga. El uso de estos productos debe ser el adecuado,
siendo conveniente rotar grupos químicos distintos o mezclando aquellos que
sean compatibles, evitando la generación de resistencias por parte del insecto
plaga. Se recomienda empezar las aplicaciones con un producto sistémico y en
las siguientes utilizar alguno de contacto u otra acción alternativa.
No obstante, la estrategia de tratamientos debe ser prescrita por un técnico
responsable que conozca el comportamiento de la plaga, así como el manejo
de los distintos productos a aplicar. En este sentido, es bueno que técnico y
productor conversen sobre las estrategias de control que se van a realizar.
Es importante resaltar que ninguna estrategia de control por sí sola es capaz
de reducir las poblaciones de Diaphorina citri a niveles deseados. Por tanto, es
necesario implantar una estrategia integral que agrupe todos los medios
disponibles a nuestro alcance, siendo lo más efectiva que sea posible para el
control del psílido asiático.