Las - Prácticas - de - Lectura en El Mundo de Las Ciencias
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DOCUMENTO 8
ACERCA DE LAS PRÁCTICAS DE LECTURA EN LA
ESCUELA: HACERES, SABERES Y QUEHACERES.
1.
En este sentido la complejidad y larga duración de los procesos de aprendizajes que tenemos
entre manos, requieren superar la fragmentación y avanzar como colectivo en fortalecer
una relación con el conocimiento en tanto trabajadoras/es intelectuales, desarticulando con
ello tradiciones reproductoras. Desde espacios compartidos es importante sostener la
reflexión y el debate en torno a los procesos de enseñanza /aprendizaje y las condiciones
para su desarrollo, como núcleos de indagación.
2.
“Lo que la escuela hace es poner el mundo a distancia y permitir que los niños y los
jóvenes aprendan a pensar no solo acerca de sus propios asuntos, sino de las cosas que
conciernen a todo el mundo”. (Larrosa J., 2019, p.4)
Uno de los modos privilegiados de acceso a los discursos científicos, son los textos
expositivos o de divulgación científica, en sus diversos portadores (revistas científicas,
enciclopedias, videos, entre otros), por lo que la lectura es una práctica imprescindible en
los contextos de estudio.
Al respecto resulta interesante reflexionar acerca de las condiciones en que esta práctica se
desarrolla. A veces, las propuestas de enseñanza se centran en la indagación de los
conocimientos previos respecto del tema, de la exposición/presentación por parte del
docente de las cuestiones a indagar, de la selección de los textos que se abordarán al
respecto, entre otras estrategias. Pero, a veces suponen que la lectura de dichos textos es
un hacer que las/os estudiantes deben realizar solas/os, lo que deviene en un problema
relevante y muchas veces planteado en la escuela acerca de que una importante dificultad
para “el aprendizaje de las ciencias” se debe a que las/os estudiantes “no saben o no pueden
leer”.
Procuraremos desenmarañar este aparente “callejón sin salida”, considerando algunas
situaciones que hacen posible a las/os estudiantes aprender contenidos de las ciencias a
través de la lectura. Como las prácticas de lectura se aprenden al tiempo que se realizan, es
necesario desarticular la presunción acerca de que porque en la clase de lengua las/os
estudiantes “aprenden a leer”, luego abordarán cualquier texto sin dificultad o necesidad de
acompañamiento. Al respecto, Tolchinsky, explicita con claridad este equívoco: “La
comunidad educativa asume que el desarrollo de la competencia letrada es un objetivo
primordial e ineludible del área de lengua. (…) En general, no se considera que ha de formar
parte de las preocupaciones didácticas de las demás áreas curriculares trabajar sobre la
lectura y la escritura. (Tolchinsky, L.p.48 2008).
3.
La enseñanza de la lectura, supone la toma de decisiones respecto de diversas cuestiones
que construyen contextos posibilitadores de las prácticas. Entre ellas, establecer el propósito
de lectura resulta imprescindible: “Sostenemos que la posibilidad de instalar un propósito
lector está favorecida por la problematización de los contenidos de enseñanza porque esa
actitud aporta nuevas lentes para mirar el aula, ayuda a instalar un escenario de
incertidumbre que sostiene la búsqueda y la indagación, en el que se suscitan preguntas,
interpretaciones, discusiones, desacuerdos que finalmente cuajan en la lectura del texto
expositivo.” (Espinoza, A.M., 2018 p.114)
Desde esta concepción, no hay una lectura unívoca y evidente de un texto. Los
conocimientos, preguntas y problematizaciones respecto del tema que estamos estudiando
resultan “orientadores” de la lectura: “No es lo mismo hablar de técnicas de estudio y de
prácticas del lenguaje en contextos de estudio. La idea de “técnicas” alude a procedimientos
que serían aplicables a cualquier contexto y a cualquier contenido, tanto a un texto de
química como a uno de historia, por ejemplo. Hay investigaciones que muestran que esto
no es así. (…)Lo que los lectores consideramos como más importante en un texto suele ser
lo que responde a las preguntas que nos estamos haciendo, a lo que estamos buscando.”
(Lerner D., 2009 p.25)
Durante estas situaciones que recurrentemente ponemos en aula, diversificaremos los focos
respecto de las prácticas de lectura que se despliegan, teniendo en cuenta la multiplicidad
de los quehaceres -es decir, los contenidos específicos de las prácticas del lenguaje- que es
necesario enseñar.
Al mismo tiempo, en estas situaciones de lectura, enseñamos quehaceres del lector cuyo
núcleo refiere a conocimientos sobre el género y el portador, tales como:
- Explorar la organización de diferentes soportes textuales
- Usar el conocimiento sobre la organización de los libros, diarios, revistas, etc., en secciones
o capítulos.
- Usar el conocimiento sobre las formas de organización de distintos tipos de índices
(temáticos, analíticos, alfabéticos) para situar el sector buscado.
- Apoyarse en el conocimiento implícito sobre la organización y jerarquización de las
informaciones que son propias de distintos géneros (por ej.: cuando se intenta localizar el
tiempo de cocción hacia el final de una receta); entre otros.
Algunas consideraciones en torno a las escenas de lectura en contextos de estudio
4.
Resulta significativo detenernos a reflexionar también, acerca de los textos que proponemos
para leer/estudiar. Generalmente, en la escuela se privilegia a los manuales (un tipo de texto
que es exclusivamente de uso escolar) en relación a los textos de circulación social que
abordan cuestiones científicas (libros y revistas de divulgación científica, enciclopedias, etc.).
Al respecto es necesario tener en cuenta que: “En los libros llamados “de texto” suele haber
textos expositivos que van abarcando los temas que se supone corresponde trabajar durante
ese curso. Esto hace que los niños utilicen un soporte exclusivo de modo privilegiado y
prototípico; en el cual incluso la diversidad temática conduce a la presencia de sucesivos
temas sin relación entre sí. No sucede eso con los textos expositivos de uso social, los
soportes son diferentes (portadas, tipos de papel, tipografías, formatos, etc.) y cada libro es
un objeto cuyos contenidos tienen cierta coherencia interna dado que los asuntos que trata
están vinculados por un hilo conductor.”(Nemirovsky M., 2001, p. 12)
Podemos entonces reconocer que el uso de un texto único limita las posibilidades de abordar
los temas en amplitud (pues lo que dice en el manual, es lo único posible de saber sobre el
tema) y en diversas perspectivas, como las que caracterizan a las Ciencia Sociales; además
de posponer las oportunidades para apropiarse de las modalidades de lectura vinculadas a
los textos de las ciencias que circulan socialmente. En este sentido resulta necesario
diversificar los textos puestos a disposición en los contextos de estudio, procurando que los
mismos posibiliten acercarse a discursos relevantes sobre las cuestiones que proponemos
para el estudio y que sean aquellos que circulan en amplio campo de la cultura escrita.
Cabe reconocer que es posible recurrir a los entornos virtuales para expandir los repertorios
textuales, en este sentido Internet es una posibilidad para acceder a diversos textos que
posibilitan ampliar la información y diversificar perspectivas: enciclopedias, sitios
especializados, mapas, museos, entre otros. Por eso, frecuentemente proponemos a las/os
estudiantes búsquedas de información en la web, pero en esas situaciones las/os estudiantes
se encuentran con elecciones y decisiones para las cuáles no han construido criterios y
saberes pertinentes. Entonces, resultan necesarias instancias previas en el aula en las que
consideremos características de los buscadores y los textos que se encuentran en los sitios
virtuales: “Se trata de posibilitar la reflexión sobre los criterios de selección de los sitios y
abordar conjuntamente la lectura de los textos complejos e híbridos que los contienen.
¿Cómo reparar en que el buscador no piensa por nosotros? ¿Cómo descubrir que en este
medio la selección no consiste en decidir ante la opción «me gusta/no me gusta» (Van Dijck,
2016)? ¿Cómo localizar información en sitios hipervinculados que no tienen formatos
preestablecidos (portadas, índices, capítulos) como sucede en los textos impresos? La clave
parece estar en detener el proceso vertiginoso de toma de decisiones y convertirlo en objeto
de reflexión.”(Perelman F., 2017 p.80)
5.
“Así, las ficciones que leemos son construcción de mundos, instalación de “otro tiempo” y
de “otro espacio” en “este tiempo y este espacio” en que vivimos. Un relato de ficción es
por lo tanto un artificio, algo por su misma esencia liberado de su condición utilitaria, un
texto en el que las palabras hacen otra cosa, han dejado de ser funcionales, como han
dejado de serlo los gestos en el teatro, las imágenes en el cine, los sonidos en la música,
para buscar a través de esa construcción algo que no existía, un objeto autónomo que se
agrega a lo real.” (Andruetto, M.T., 2009, p.32)
Nos acercamos a las palabras de Andruetto, para encontrar indicios acerca de la clase de
lectura que implica el acercamiento a la literatura. El para qué de la lectura de literatura en
tanto arte tiene sesgos de gratuidad, no sirve para un propósito ulterior, tiene valor intrínseco
en tanto experiencia estética. Esta afirmación alberga consecuencias significativas para su
puesta en juego en la escuela, por diversas razones.
Para abordar esta situación recurrente en nuestro hacer como mediadoras/es, es necesario
poner en juego saberes y experiencias. Al respecto, resulta relevante recuperar aportes
significativos de diversos/as integrantes del campo cultural, de la literatura y teorías
respecto de la lectura y la literatura que circulan en textos y revistas especializadas,
documentos de desarrollo curricular, etc. Sin dudas, encontramos allí argumentos,
conocimientos y discusiones que nos aportan modos de comprensión y claves de lectura,
que resultan indispensables como bagaje de conocimientos para la tarea mediación cultural
en que estamos involucradas/os. Esas referencias resultan una condición necesaria, pero
no suficiente para abordar el desafío de la selección, pues como mediadoras/es de literatura,
es preciso poner en diálogo los aportes de las teorías con nuestro “camino lector”, nuestras
experiencias y conocimiento de los libros. En la selección de libros convergen los saberes
provenientes de ambas fuentes, por lo que la ampliación de ambos repertorios de lecturas
resulta para nosotras/os un quehacer permanente.
Cada decisión que tomamos en la escuela está orientado por propósitos pedagógicos, en el
caso de la lectura de literatura, cuando elegimos un libro esa intención se orienta a propiciar
una actividad asidua con textos literarios valorándolos en su condición de creación artística.
Al respecto Carranza nos aporta pistas, acerca de sobre qué cuestiones afinar la mirada y
considerar: “en la selección de un texto para una práctica de lectura literaria la mirada del
mediador puede detenerse en los aspectos constructivos de la obra. Esto puede implicar un
cambio de enfoque en la lectura y en la enseñanza, en la medida en que ya no se atendería
exclusivamente al tema o el argumento (sin que éstos sean dejados de lado), sino que se
indagaría también en cómo determinados sentidos surgen de la combinación de
procedimientos literarios y artísticos en diálogo con todos los elementos que conforman el
libro (texto, ilustraciones, edición, diagramación....).” (Carranza M., 2007)
Las/os lectores, necesitamos de otras/os lectores para transitar esos “mundos posibles”
tramados en el trabajo cuidadoso y creativo con la palabra; nosotras/os somos/elegimos ser
ese lector, al que Graciela Montes refiere como: “A veces compañero, a veces mediador, a
veces señalador. El encuentro lector – lector es un vínculo de gran trascendencia. Es más,
creo que el vínculo entre maestro y alumno deberá ir transformándose en un encuentro
lector-lector. Por supuesto que eso va a suponer modificar muchas cosas, sobre todo cosas
antaño hegemónicas, como ser que hay alguien que ya sabe y que ya aprendió que le va a
transmitir a alguien que no sabe y no aprendió todavía cosas útiles, destrezas y contenidos.
El vínculo lector-lector (aun si es un vínculo lector avezado-lector principiante) saca la
cuestión del ámbito del poder, la pone en el ámbito de la exploración y la lectura, porque
el lector avezado no cree que ya sabe y ya aprendió sino que, sigue preguntándose,
quedándose perplejo, construyendo sentidos y conjeturas nuevas y asomándose a las que
otros han hecho, leyendo hasta el final, leyendo por siempre jamás. Eso hace que la relación
sea horizontal o aspire cada vez más a la horizontalidad.” (Montes G., 2017, p.267, 268)
Como los lectores se buscan, la escuela puede ser “la gran ocasión” para convertir ese
encuentro en una comunidad de lectura tramada con diversidad de textos escenas de lectura
compartida en las que a veces nos leen, otras elegimos qué leer y leemos individualmente,
otras elegimos con quién leer y leemos en pareja y luego compartimos saberes, pareceres,
sentires en torno a lo leído. Para el despliegue de la experiencia de lectura literatura en la
escuela, conjeturamos propuestas que se abran en ocasiones, pues “La ocasión es, digamos,
una grieta en el tiempo, una brusca expansión del instante. Una isla que obliga al agua del
gran río fluyente a pegar un rodeo. Significa un pequeño brinco de libertad, un
ensanchamiento del horizonte, un nuevo punto de vista. Todo puede convertirse en ocasión,
nuestro propio cuerpo, la cuidad, las demás personas, las ideas, todo “lo que está ahí”, sea
lo que sea, puede abrirse en ocasiones o permanecer cerrado y mudo, ajeno. Puede
encenderse en significaciones o quedarse inerte, presa ciega del tiempo”. (Montes G.,
2009, p.1) Montes, G. (2009). La ocasión [Conferencia en La Plata]
6.
7.
Algunas consideraciones en torno a las escenas de lectura literaria
Compartiremos un acercamiento hacia algunas de las prácticas de lectura de literatura
posibles.
- Recuperando el criterio de tomar como referencia las prácticas sociales en torno a la
literatura reconocemos y valoramos la diversidad de las mismas (lectura personal, silenciosa,
en voz alta, con otros lectores, entre otras). Sin embargo, nos detenemos en esta ocasión,
en la lectura por parte de la/el docente mediador, para recuperar la potencia y sentidos que
la hacen una situación fundamental. En ella la/el docente como lector/a pone en juego los
haceres de un lector y al “mostrar” actuaciones lectoras enseña algunos de los “quehaceres”,
en tanto : “ Al leer para los niños, el maestro también relee o comenta lo que lee cuando
advierte que hay alguna zona especialmente interesante (por su contenido o por la manera
en que está expresada o porque simplemente le gustó mucho) o bien cuando considera que
resulta más difícil de comprender; y, por supuesto, también acepta y valora las
interrupciones de los chicos que preguntan o comentan algo respecto de lo que se lee. Esas
decisiones durante la lectura no solo colaboran para que todos se sumerjan en el texto y lo
vayan comprendiendo, sino que también resultan un modelo de cómo los lectores vamos
tomando distintas decisiones cuando leemos (por ejemplo, leemos más pausadamente una
definición o un ejemplo, porque necesitamos darnos más tiempo para entender). En otras
palabras, que los niños puedan leer textos de manera autónoma no significa que deba
interrumpirse la lectura en voz alta por parte del maestro. Por el contrario, justamente es
en esas lecturas compartidas donde se juega la posibilidad de seguir construyendo una
comunidad de lectores, y es en esos momentos cuando se les acercan textos más complejos
que los que pueden leer solos.” (Gaspar, M. P. y González, S.p.30, 2007)
• Lerner, D. (2009) 12ntes DIGITAL para el día a día en la escuela. Enseñar a estudiar.
Las prácticas del lenguaje en contextos de estudio. Número 2 Año 1
• Rockwell E., (2001) la lectura como práctica cultural: conceptos para el estudio de
los libros escolares. Educação e Pesquisa. v.27, n.1, p. 11-26, jan. /jun. São Paulo.
• Torres, M. (2009) 12ntes DIGITAL para el día a día en la escuela. Enseñar a estudiar.
Las prácticas del lenguaje en contextos de estudio. Número 2 Año 1.
Fuentes de Imágenes
1- https://bit.ly/3JM1tVM
2- https://bit.ly/3JIon0a
3- https://bit.ly/3Gcvnk0
4- https://bit.ly/3JTpMkS
5- https://bit.ly/3zBqEpp
6- https://bit.ly/3JORnTY
7- Foto: Gentileza Sebastián Salguero / Revista Convivimos
PRODUCCIÓN:
Viceintendente
Dr. Daniel Passerini
Secretario de Educación
Dr. Horacio Ferreyra