Tema 2 - Al Andalus y Los Reinos Cristianos

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TEMA 2.- AL-ANDALUS Y LOS REINOS CRISTIANOS (Siglos.

VIII-XV)

AL ANDALUS
1. EVOLUCIÓN POLÍTICA: LA CONQUISTA, EL EMIRATO Y EL CALIFATO DE CÓRDOBA
2. LA CRISIS DEL SIGLO XI: REINOS DE TAIFAS E IMPERIOS NORTEAFRICANOS.
(Siglos XI al XIII)
3. EL REINO NAZARÍ DE GRANADA (1237-1492).
4. LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL DE AL-ANDALUS.
5. CULTURA.

VOCABULARIO.- Al-Andalus, Emirato, Califato, mozárabes, reinos de taifas, Covadonga,


bereberes, Almanzor, Muladíes, parias, razias, almorávides, almohades, nazarí.

LOS REINOS CRISTIANOS: RECONQUISTA, REPOBLACIÓN Y


ORGANIZACIÓN SOCIAL.
1. LA RECONQUISTA
2. ETAPAS
3. LA REPOBLACIÓN: CONCEPTO Y TIPOS
4. ORGANIZACIÓN SOCIAL

LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS SIGLOS XIV Y XV.

1. LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA. INSTITUCIONES.


2. CRISIS DEMOGRÁFICA, ECONÓMICA Y POLÍTICA.
3. LA EXPANSIÓN DE LA CORONA DE ARAGÓN EN EL MEDITERRÁNEO.
4. LAS RUTAS ATLÁNTICAS: CASTELLANOS Y PORTUGUESES. LAS ISLAS CANARIAS.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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AL-ANDALUS
VOCABULARIO. Consejo Real. Audiencias. Chancillerías. Cortes. Corregidores. Pactismo.
Virrey. Descentralización. Diputaciones. Generalitat. Justicia de Aragón. Crisis de subsistencias.
Mayorazgo. Pedro el Cruel. Enrique II de Trastámara. Payeses de remensa.

“La desaparición del reino visigodo fue el resultado de uno más de los numerosos
enfrentamientos nobiliarios (...) y (los dirigentes y grandes propietarios de tierras) recibieron de
los musulmanes vencedores garantías de que mantendrían su preeminencia social y su
situación económica, a pesar de lo cual algunos no dudan en aceptar el Islam, mientras otros
se limitan a firmar acuerdos por los que se avienen a pagar determinados impuestos en su
nombre y en el de los que residen en las comarcas sometidas a su jurisdicción. La organización
eclesiástica fue igualmente respetada, aunque sometida al poder superior de los jefes
musulmanes que sustituyen, también en este campo, a los reyes visigodos”.

J. Luis Martín: “La Edad Media”. En VV.AA. Historia de España. Madrid, Taurus, 1998, página
69. Citado en Anaya, página 57.

EL MECENAZGO DE ALHAKAM II (961-976) “Cuando el califa Alhakam II maduró su


plan de fomentar el aprendizaje de las ciencias, estimular el estudio de la historia, conocer las
genealogías de las familias, escribir las hazañas de las generaciones pasadas, divulgar los
méritos de los antiguos, renovar el recuerdo de lo que se iba olvidando, en especial, lo que
concernía a la capital de Al Andalus, los eruditos, empujados por el entusiasmo del califa,
comenzaron a recoger las noticias que estaban a punto de perderse y pusieron por escrito los
conocimientos más esenciales y los saberes científicos que se habían descuidado hasta
entonces. Todos los que contribuyeron con su esfuerzo a la realización de esas tareas
recibieron el apoyo generoso de nuestro príncipe.”

ALJOXANÍ, Historia de los jueces de Córdoba, escrita hacia 970. Citado en Editorial Santillana,
2º de Bach. Página 43.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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1. EVOLUCIÓN POLÍTICA: LA CONQUISTA, EL EMIRATO Y EL
CALIFATO DE CÓRDOBA
1.1.- La conquista. Los árabes musulmanes se expandieron desde Arabia por el norte de África
en el siglo VII d.C. Su dominio del extremo occidental africano y la rápida conversión al Islam
de los nómadas bereberes norteafricanos facilitó su penetración en la península Ibérica. Recuerda
que la llegada de los musulmanes se produjo para ayudar a uno de los bandos visigodos enfrentados en
guerra civil, el de los hijos del rey Vitiza, que no aceptaban como rey a Rodrigo. Dirigidas por el
gobernador de Tánger, Tariq, tropas bereberes vencieron al rey Rodrigo en el año 711 (batalla
de Guadalete); poco después se les unió el ejército de Musa (gobernador del norte de África) y
tropas árabes. En poco tiempo, árabes y bereberes se impusieron sobre los visigodos. Su rápida
victoria se debió no sólo a la división interna de los visigodos, sino también a la manera de tratar
a las poblaciones conquistadas. Los conquistadores se impusieron como minoría dominante, pero
tolerando los rasgos sociales y religiosos de las comunidades sometidas. Su capital fue Córdoba.

Comenzó así un largo período de ocho siglos, conocido como “Reconquista” durante los
cuales los reinos cristianos del norte (711-1492 d.C.) fueron avanzando y conquistando los
territorios ocupados por los musulmanes.

La invasión musulmana supuso un profundo cambio en nuestra historia y la aportación


de uno de los elementos básicos de la cultura española, que sumamos a los ya vistos (Roma,
Cristianismo, visigodos...) En este largo período, la Península quedó diferenciada en dos grandes
zonas, con dos sociedades, dos economías, dos culturas y dos religiones. La Reconquista
influyó en buena medida en la futura organización económica, social, territorial y política de
España, así como en la configuración ideológica de la sociedad española. Podemos afirmar que
algunos aspectos de la problemática española de la época contemporánea, como el problema
de la distribución de la propiedad de la tierra, o la fuerza de la nobleza, tiene sus raíces en esta
etapa medieval.

1.1.- El emirato (714-929).

Inicialmente, la Península Ibérica, salvo la zona norte, fue un emirato, o provincia


dependiente del califa de Damasco (el califa era el jefe religioso y político del islám) gobernada
por un emir que actuaba como delegado del califa. Este estado islámico ibérico es lo que
conocemos como Al-Andalus, también denominado por algunos historiadores como “la España
islámica” o “la España musulmana”, que, aunque con distintas fronteras, perviviría ocho siglos.

La batalla de Covadonga (722), ganada por los cristianos en las montañas asturianas,
permitió el establecimiento de un núcleo de resistencia cristiana en el norte, origen del posterior
reino de Asturias. Los musulmanes no dieron importancia a esta derrota, que sin embargo se
convirtió en un símbolo para los cristianos.

Su intento de avanzar más allá de los Pirineos fue frenado por los francos en la batalla
de Poitiers (732).

En el año 756, el emirato dependiente de Damasco fue sustituido por un emirato


independiente. El califa de Damasco, perteneciente a la familia de los Omeyas, había sido
expulsado y sustituido por una nueva dinastía, los Abbasíes, con capital en Bagdad. Un miembro
de los Omeyas, Abderramán I, que había sobrevivido a la matanza de su familia, consiguió llegar
a Al-Andalus, donde se hizo con el poder y se proclamó emir independiente. Se trataba de una
independencia política, pues en lo religioso seguía reconociéndose la autoridad espiritual del
califa. Durante su gobierno Córdoba creció notablemente y se comenzó a construir su famosa
mezquita, que luego sería sucesivamente ampliada.

Desde el principio, el gobierno central tuvo poca fuerza en Al-Andalus (salvo la época de
Abderramán I), ya que representaba una asociación de tribus árabes y bereberes, cada una de
las cuales recibió una parte del territorio ocupado. Además, los cristianos convertidos al Islam,
llamados “muladíes” mantuvieron su poder y sus territorios con cierta autonomía respecto al
poder central.
Por todo lo anterior, la inestabilidad política es la nota dominante en esta época, lo que
permitió que se consolidaran los reinos cristianos del norte que estudiamos en el tema siguiente.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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Veamos algunas muestras de esta inestabilidad:

 Nada más terminarse la conquista, los bereberes que habían recibido las zonas montañosas
y el valle del Duero, se rebelaron para mostrar su descontento por haber recibido las peores
tierras (la minoría árabe se quedó con las tierras más fértiles). Aunque la sublevación fue
sofocada, el valle del Duero quedó abandonado, retrocediendo la frontera entre Al-Andalus
y las zonas cristianas a las montañas del sistema Central.

 A finales del VIII y principios del IX grupos populares de las ciudades más importantes
(Sevilla, Toledo, Córdoba) se sublevaron contra la presión fiscal. La sublevación fue reprimida
con brutalidad.
- Los muladíes protagonizaron también protestas en defensa de su autonomía.
- También hubo revueltas protagonizadas por las comunidades de mozárabes.

1.2- El califato (929-1031).

- En tiempos de Abderramán III (912-961) Al-Andalus se proclamó califa, por lo que a la


independencia política se unió ahora la independencia religiosa. Al-Andalus pasó a ser un
califato con capital en Córdoba. Abderramán III construyó la ciudad palacio de Medina Azahara,
en las inmediaciones de Córdoba, y allí se estableció una administración eficaz y compleja, de la
que destacamos el sistema de tributos y la existencia de un ejército permanente. Fue el momento
de mayor esplendor (siglo X) de la España musulmana, no sólo en lo político, sino también en lo
cultural y artístico, en especial durante el reinado del hijo y sucesor de Abderramán III, Al-Hakan
II (961-976), quien impulsó las artes y letras. Fue famosa su biblioteca, que llegó a contar con
400.000 volúmenes. Los reinos cristianos del norte no pudieron hacer frente al Califato, al que
tuvieron que pagar tributos (parias).

Durante el reinado de Hisham II (976-1009), sucesor de Al-Hakan II, el Califato se


convirtió en una especie de dictadura militar que contaba con un poderoso ejército que
emprendió victoriosas campañas contra los reinos cristianos del norte. No eran campañas de
ocupación, sino razias cuyos objetivos eran la destrucción y el saqueo de los territorios enemigos.
Hay que destacar la figura de Almanzor, jefe militar y gobernante en la sombra durante el
reinado de Hisham II. Tras la muerte de Almanzor en 1002 se produjo una época de luchas
internas entre diferentes grupos rivales, lo que finalmente ocasionó la desintegración del califato
de Córdoba, siendo expulsado en 1031 Hisham III, el último califa, con lo que Al-Andalus quedó
dividido en numerosas entidades territoriales independientes llamadas “Reinos de Taifas”.

2. LA CRISIS DEL SIGLO XI: REINOS DE TAIFAS E IMPERIOS


NORTEAFRICANOS. (Siglos XI al XIII)
2.1.- Los Reinos de Taifas (1031-1090).

Estos reinos de taifas (cerca de 30 en un principio) eran la demostración más clara de las
profundas divergencias que existían entre los musulmanes, principalmente entre sus dirigentes.
En esta época fueron muy frecuentes los enfrentamientos entre los pequeños reinos de Taifas.
El elevado número de reinos que había al principio, se fue reduciendo, al integrarse algunos de
los más pequeños en otros más grandes. Esta división interna de Al-Andalus facilitó el avance
hacia el sur de los reinos cristianos. Algunos reinos de Taifas, debilitados y en inferioridad militar,
pagaban unos impuestos a los reinos cristianos a cambio de su protección. Estos impuestos eran
llamados “parias”. Hay que destacar que la debilidad política de estos reinos no vino
acompañada ni de crisis económica ni de decadencia cultural.
A fines del siglo XI, ante la pérdida de Toledo (1085) y el avance imparable de los
reinos cristianos del norte, los reinos de taifas se pusieron de acuerdo para pedir ayuda a los
almorávides. Estos eran bereberes nómadas del Sahara, musulmanes ultraortodoxos en
cuestiones religiosas (intransigentes, fanáticos), que habían creado un gran imperio en el norte
de África.
2.2.- La unificación almorávide. (1090-1145).

Los almorávides respondieron a esta petición de ayuda, vencieron a las tropas de Alfonso
VI e incorporaron a su imperio a los diferentes reinos de taifas. No obstante, la unificación de
Al-Andalus bajo su poder tuvo una breve duración, debido a tres factores:

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* La pérdida de territorios como Zaragoza, o la incapacidad para recuperar otros como Toledo
contribuyeron al desprestigio militar de los almorávides entre sus aliados.
* Su fanatismo religioso les creo problemas no sólo con judíos y cristianos sino también entre
los propios musulmanes.
* La decadencia del dominio almorávide en el norte de África y su sustitución por un nuevo
movimiento político-religioso, el almohade, que fue sustituyendo al imperio almorávide en las
primeras décadas del XII.

2.3.- La unificación almohade (1146-1232).

La crisis del imperio almorávide había producido en Al-Andalus una nueva fragmentación
política que ha sido denominada por algunos historiadores como “los segundos reinos de taifas”.
Mientras tanto, en el norte de África, su imperio había sucumbido frente a otro nuevo imperio
naciente, el almohade. Los almohades, deseosos de eliminar por completo cualquier resto del
imperio almorávide, cruzaron el estrecho de Gibraltar y fueron apoderándose de los diferentes
territorios de Al-Andalus, completando la unificación en 1172, con capital en Sevilla. Hasta finales
del siglo XII, los almohades vivieron una época de esplendor, logrando importantes victorias
sobre los reinos cristianos del norte.

Hay que tener en cuenta que los almohades no habían llegado en auxilio de los
musulmanes como había ocurrido con los almorávides, sino para poner fin al dominio de éstos
en Al-Andalus, por lo que no tuvieron el apoyo de la población, reacia a la intervención extranjera
bereber tras la experiencia almorávide. El imperio almohade se apoyaba en su fuerza militar,
que quedó debilitada tras la derrota sufrida en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), en la
que los reinos cristianos habían unificado sus fuerzas. De dicha batalla proviene el famoso
pendón que se conserva en el burgalés monasterio de las Huelgas, y que parece ser no un
pendón sino un trozo de la tienda del jefe almohade derrotado (llamado Miramamolín por los
cristianos). Tras esta derrota, se produjo el imperio almohade entró en decadencia, y su
debilidad produjo de nuevo y por tercera vez la aparición de nuevos reinos de taifas, que fueron
sucumbiendo ante el avance cristiano. Sólo sobrevivió el reino de Granada, aunque sometido al
vasallaje de Fernando III, rey de Castilla y León.

3. EL REINO NAZARÍ DE GRANADA (1237-1492).


El último período de Al-Andalus corresponde al reino nazarí con capital en Granada,
desde el siglo XIII a 1492 en que será conquistado por los Reyes Católicos. Este reino quedaba
reducido a la Andalucía oriental, ocupando aproximadamente el territorio de lo que son las
actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. Recibieron ayuda de los benimerines del norte
de África (dinastía bereber que gobernó el norte de África en los siglos XIII y XIV, tras los
almohades).
Sufrió también constantes disputas internas, lo que unido a la presión a que era sometido
por el reino de Castilla, obligó a sus dirigentes a llevar a cabo una política que oscilaba entre la
guerra y la paz. La paz se garantizaba con el pago de parias y el reconocimiento de vasallaje al
rey de Castilla.
A finales del siglo XV los Reyes Católicos emprendieron una guerra de conquista de diez
años de duración, que concluyó en 1492 con la incorporación del reino de Granada a la Corona
de Castilla. Se ponía fin así a ocho siglos de presencia musulmana en la Península.

4. LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL DE AL-ANDALUS.


4.1.- Economía. Durante toda su existencia, Al-Andalus formó parte del mundo mediterráneo,
dominado entonces por el Islam. Esta integración es un factor importante para entender la
solidez de su economía, mucho más próspera que la de los reinos cristianos del norte y
caracterizada por los siguientes rasgos:

- Agricultura de elevada productividad, como fuente principal de riqueza, basada en los


cultivos típicos del Mediterráneo, tales como el olivo, los cereales, árboles frutales... Las mejores
tierras se dedicaron a la huerta, que creció en extensión, lo mismo que el regadío, que fue mejor
organizado y regulado (el sistema de riegos de la España moderna tiene su origen en estas
innovaciones introducidas por los musulmanes). Introdujeron plantas de origen oriental como el
arroz, la caña de azúcar y el naranjo. Hay pues un importante avance de la agricultura respecto
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a la época visigoda.

- Importante desarrollo de la artesanía, sobre todo en las ciudades, que se convirtieron


en poderosos centros artesanales (Córdoba). La artesanía de lujo tuvo un gran desarrollo,
destacando la textil (seda, lana, algodón, lino), el cuero, la cerámica, el vidrio, etc. La
introducción del papel abarató la producción de libros, que tuvieron un amplio mercado en el
mundo islámico.

- El comercio fue otra de las importantes actividades económicas de Al-Andalus, con un


avanzado sistema de mercados fijos o temporales (los zocos) y una intensa actividad en el
transporte. Aunque mantuvieron intercambios con los reinos cristianos, su principal actividad
comercial se orientó hacia el mundo musulmán, a través del Mediterráneo. Su principal artículo
de exportación era el aceite.

- Esta prosperidad se manifiesta en la existencia de una economía monetaria en unos


tiempos en los que en Europa no se utiliza la moneda. Al-Andalus posee una sólida moneda de
oro, el “dinar” (de ahí proviene la palabra dinero) que facilita los intercambios y que se utilizó
por toda Europa. El oro provenía de África (golfo de Guinea, Sudán...) a través de caravanas
controladas por los nómadas musulmanes que atravesaban el desierto del Sahara.

4.2.- Sociedad. - En cuanto a la sociedad de Al-Andalus, tenemos que destacar que es una
sociedad urbana. En sus ciudades, revitalizadas tras la conquista, vivieron los aristócratas
conquistadores que se beneficiaban de las rentas y tributos y eran los dueños del poder
económico y político. En ellas se desarrolló una importante artesanía y un no menos importante
comercio, como ya hemos visto. Córdoba llegó a ser la ciudad más importante del Occidente
medieval en la época del califato, Sevilla también fue una ciudad floreciente, sobre todo en la
época almohade, como lo fue Granada en el reino nazarí.

- Esta sociedad es muy plural. En ella convivieron grupos étnicos y sociales diferenciados,
que conservaron sus rasgos y personalidad. Son los siguientes:

 La minoría árabe musulmana. Tienen el poder político y los principales recursos


económicos. Ocuparon las tierras más fértiles.

 Los bereberes africanos, también musulmanes. Fueron relegados frente a los árabes,
y se les entregaron peores territorios, en la Meseta y en las laderas de las montañas,
donde se dedicaban a la ganadería.

 Los cristianos convertidos al Islam o muladíes (llamados también “maulas”). Sus


comunidades fueron importantes en zonas como Mérida, Badajoz, Toledo, Sevilla y el
valle del Ebro. Se dedicaban principalmente a la artesanía y el comercio. Hubo muchas
conversiones, ya que esto facilitaba una mayor integración social. Además, quienes se
convertían no tenían que pagar los impuestos exigidos a los no musulmanes.

 Las comunidades de cristianos, que conservaron su religión, sus templos, costumbres,


instituciones y sistema de vida. Residían principalmente en ciudades, en sus propios
barrios y fueron muy influenciados por las formas de vida musulmanas. Son los llamados
“mozárabes”. Su número fue disminuyendo tanto por las conversiones al Islam cuanto
por su emigración hacia los reinos cristianos del norte a medida que avanzaba la
Reconquista.

 Las comunidades hebreas (judíos) tuvieron mucha importancia en las ciudades, en las
que desarrollaron importantes actividades comerciales y financieras.

Hay que recordar que los musulmanes respetaban a las “religiones de libro revelado”, por lo que
a judíos y mozárabes se les permitía practicar libremente su religión. No obstante, tenían que
pagar unos tributos especiales, a veces elevados. La tolerancia religiosa fue una constante sobre
todo en las épocas del emirato y del califato; la llegada de los almorávides supuso un retroceso
en esa tolerancia debido a su fanatismo e intransigencia.

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 Los esclavos ocupaban el escalón más bajo de la estructura social. Diferenciamos los
esclavos de origen europeo, muchos de los cuales se incorporaron a los ejércitos califales,
de los esclavos negros africanos, que solían emplearse en el servicio doméstico. No
obstante, la esclavitud no era un elemento de primer orden en la economía de Al-Andalus,
como lo había sido en la antigüedad clásica greco-romana.

5. CULTURA. Las aportaciones culturales de Al-Andalus fueron importantísimas para el


futuro de la Península Ibérica y de toda Europa. Ciencia y filosofía alcanzaron un altísimo
nivel, ya que los musulmanes conservaron, asimilaron y sintetizaron el saber de la
antigüedad contribuyendo a su difusión por Europa. A través de Al-Andalus llegaron a Europa
importantes conocimientos orientales, las matemáticas y la geometría procedentes de los
griegos y del mundo indopersa, con el álgebra y la trigonometría; la astronomía y las tablas
aritméticas; la medicina oriental.

Mención especial merecen los filósofos Averroes y Maimónides, que fueron coetáneos (ambos
vivieron en el siglo XII). Averroes es el más importante de los filósofos de Al-Andalus y cultivó
los más variados campos del saber; sus libros sobre medicina se estudiaron en Europa hasta el
siglo XVII. Tradujo y estudió la obra de Aristóteles, contribuyendo a difundirla por el occidente
cristiano europeo. Fue un hombre de ideas avanzadas para su tiempo lo que le supuso ser
perseguido. Tuvo que marchar desterrado al norte de África donde murió.
También tuvo que huir de la intolerancia religiosa Maimónides, miembro de la comunidad judía
que destacó en todos los campos de la ciencia, y que, al igual que Averroes destacó por ser uno
de los más reputados médicos de su época.

En cuanto al arte, destacamos tres monumentos representativos de las distintas épocas:

 Época califal: mezquita de Córdoba. Comenzó a construirse en el siglo VIII y sufrió


sucesivas ampliaciones hasta el X.
 Época almohade: mezquita de Sevilla, de la que se conserva su torre (alminar) conocida
como la Giralda (siglo XII). En su parte superior le fue añadido un campanario cristiano
en el siglo XVI.
 Época nazarí. Destacamos la Alhambra de Granada (siglo XIV). Conjunto amurallado que
alberga bellísimos palacios y jardines, residencia de la familia real nazarí, así como otras
dependencias de diferentes usos.

CÓRDOBA, LA CAPITAL DE OCCIDENTE. “En verdad se aseguraba que, durante la


administración de Al-Mansur, fue tal el crecimiento de la población con los innumerables
extranjeros que llegaban de todas partes del mundo mahometano para vivir en ella bajo la
sombra de su justicia, con las pintorescas tribus de los berberiscos que trajo de África y con
los desdichados vestigios de las naciones cristianas que redujo al último extremo, que los
límites de Córdoba fueron insuficientes para contener a todos, y muchos tuvieron que vivir
acampados en tiendas en las afueras de la ciudad.
Un autor fidedigno que vivió en Córdoba en esa época, nos dice: “Una vez conté todas
las casas de la ciudad y sus suburbios y encontré que sumaban 213.077, incluyendo,
solamente, en esa cantidad, a aquellas de la población común, artesanos y labradores, sin
incluir las cámaras altas alquiladas, las hosterías, baños y tabernas. Los palacios de los nobles,
visires, oficiales de la casa real, jefes de las tropas y otros ciudadanos adinerados, los
cuarteles, hospitales, colegios y otros edificios públicos ascendían a 60.300". El número de los
comercios en esta época es calculado por el mismo autor en 80.455. Otro calcula que el
número de mercados era de 4.300 y que dentro de las murallas de la fortaleza había arriba de
430 casas, habitadas por los oficiales de la casa real y funcionarios públicos. El número de
casas en la ciudad y los suburbios pertenecientes a la población común o a los ciudadanos
adinerados es calculado por el mismo autor en 113.000, incluyendo los palacios habitados por
visires, nobles y jefes militares”.

AL-MAQQARI, Nafh al-Tib. Citado en “Biografía de España”. Fernando García de Cortázar, página 121.

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LA CONQUISTA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA POR LOS MUSULMANES. “Musa
nombró jefe de la vanguardia a un liberto suyo, llamado Tariq ibn Ziyad, persa de Hamadán,
para que fuera a España con 7.000 musulmanes, en su mayoría berberiscos y libertos, pues
había poquísimos árabes. Y pasó en el año 711".
Tomado de Ajbar Machmua. Citado en Anaya, 2º Bach. Página 57.

AUTOPROCLAMACIÓN DE ABDERRAMÁN III COMO CALIFA “En el nombre de Alá,


clemente y misericordioso. El más digno de reivindicar su derecho de revestirse con los dones
que Alá concede a los hombres soy yo por cuanto que Alá ha elevado mi autoridad hasta el
extremo, ha extendido mi fama por todo el mundo y ha dispuesto que mis súbditos se
regocigen por vivir bajo mi poder. En consecuencia, he decidido que se me llame Príncipe de
los creyentes y que en las cartas, tanto las que expida como las que reciba, se me dé dicho
título. Todo el que, aparte de mí, lo use es un intruso que se lo ha apropiado indebidamente.
Además, he comprendido que seguir sin usar este título es renunciar a un derecho que tengo.
Ordenad, por tanto, a los predicadores de las ciudades y provincias que, en adelante, empleen
dicho título.”
Una crónica anónima de Abderramán III, escrita hacia 1010. Citado en Editorial Santillana, 2º de Bach, página 35.

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LOS REINOS CRISTIANOS: RECONQUISTA, REPOBLACIÓN Y
ORGANIZACIÓN SOCIAL.

1. LA RECONQUISTA:
El término reconquista se refiere a la actividad militar que llevan a cabo los cristianos en los
siglos VIII al XV sobre el territorio ocupado por los musulmanes en la Península. Esta lucha tiene
un doble sentido:

 Religioso, cruzada de los cristianos contra los infieles musulmanes.


 Político, pues presenta al reino de Asturias como continuador del reino visigótico de
Toledo. De hecho, desde Alfonso II, se intentó entroncar con dicho reino imponiendo el
Líber Iudiciorum como texto legal del reino y eso explica que se creyeran con derechos
suficientes para repartirse el territorio de al-Ándalus antes de haberlo conquistado, como
se puso de manifiesto en los tratados firmados por Castilla y Aragón en los siglos XII y
XIII.

2. ETAPAS:

2.1. Los primeros núcleos de resistencia:

El reino de Asturias: el punto de partida de este reino fue la batalla- escaramuza de Covadonga
(Pelayo 722). Con Alfonso I, la capital del reino se estableció en Cangas de Onís, ampliando
pronto su radio de acción hacia el este: Cantabria, Vizcaya, Álava.

Con Alfonso II (791-842) la corte se traslada a Oviedo. Este monarca trató de conectar con la
herencia visigoda restableciendo como código legislativo el Líber Iudiciorum visigodo. Durante
su reinado se descubre la supuesta tumba del apóstol Santiago.

En el siglo IX tiene lugar la expansión hacia el sur. En el 900 se llega hasta el Duero (Alfonso
III): esta era una zona de tierra de nadie ocupada por labriegos, monjes y mozárabes del sur,
especialmente desde el siglo IX en que la intolerancia religiosa se instala en Al-Ándalus. Se
creaban aldeas y se ocupaba la tierra mediante la presura.

En el siglo X la expansión-colonización se paraliza por la fortaleza del califato de Córdoba.

La marca hispánica: el 778 Carlomagno, rey de los francos, intenta controlar el valle del Ebro,
intento que se saldó con un fracaso por su derrota a manos de los vascones en Roncesvalles.
Estos hechos están en el origen de:

 Reino de Pamplona: los Arista consiguen la independencia de este territorio aliándose con
Carlomagno o con los musulmanes. En los primeros años del siglo X, con la dinastía Jimena,
logran extenderse hasta el Ebro. A mediados del siglo X Aragón quedó unido a este reino y
en el siglo XI, con Sancho III alcanzó su máximo apogeo con el control de Sobrarbe y
Ribagorza.
 Aragón: se crean a principios del siglo IX unos núcleos, condados, controlados por los
francos: Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. Con el tiempo estos condados se hacen
independientes, al igual que ocurre en el resto del Imperio Carolingio.
 Condados catalanes: el 801 los francos conquistan Barcelona, dando lugar a la creación de
la Marca Hispánica. Con Wifredo el Velloso se produjo un proceso de colonización de la Plana
de Vic similar al de la Meseta norte hasta el río Duero. El conde Borrell II se independizó
completamente de los francos en 988.

2.2. La ofensiva cristiana de los siglos XI y XII: de Toledo a Zaragoza.

En 1085, Alfonso VI de Castilla y León entra en Toledo, a la vez que se produce la


colonización de las “Extremaduras” (territorio comprendido entre el Duero y el Sistema Central)

En 1096, los reyes de Aragón conquistan Huesca. Con Alfonso I en 1118 se conquista Zaragoza.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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La consecuencia inmediata de estas dos ofensivas cristianas va a ser la presencia en los valles
del Ebro y del Tajo de un numeroso contingente de mudéjares. Tras la caída de los almorávides
se reanuda la reconquista:

 Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona y rey de Aragón, conquista Tortosa (1148) y
Lérida (1149).
 Los castellanos ocupan Cuenca. (1177)

A partir del siglo XII, la repoblación se encomienda a las órdenes militares.

2.3. La expansión cristiana del siglo XIII: Baleares, Valencia, Andalucía y Murcia.

La caída de los almohades dio lugar a la mayor expansión cristiana en el siglo XIII:

Catalanoaragoneses: Jaime I conquistó Baleares en 1229 y Valencia en 1238, lo que


dio lugar a repartimientos de tierras en Mallorca (entre catalanes sobre todo) y en
Valencia entre catalanes y aragoneses. En Valencia se produjo una fuerte presencia de
mudéjares por dos causas:

 La negativa de los nobles aragoneses a dejar salir a sus campesinos, por la escasa
población del reino.
 Jaime I quiso limitar el protagonismo de los nobles en esta repoblación.

Castellanoleoneses: se produjo en este siglo la conquista del valle del Guadalquivir y


el reino de Murcia por Fernando III. Además Alfonso X conquistó Cádiz en 1262.

Estas conquistas también dieron lugar a la ocupación mediante el sistema de repartimientos:


entrega de los reyes a sus compañeros de armas y a los soldados de tierras e inmuebles
arrebatados a los musulmanes. En el sur surgirá así un grupo numeroso de terratenientes y
medianos propietarios.

3. - REPOBLACIÓN: CONCEPTO Y MODELOS


Entendemos por repoblación la instalación de nuevos pobladores para conseguir el dominio
definitivo del territorio reconquistado, al encargarse de su defensa, el cultivo de las tierras y la
integración de la población conquistada.

Modelos:

a) Siglos VIII-XI: la repoblación de las llanuras.

La sociedad de estos primeros núcleos cristianos era rural y atrasada, con algunas pequeñas
ciudades. Eran pueblos montañeses, pastores y poco romanizados. Estaban aislados de Europa
y eran muy dependientes de Al-Ándalus.

Desde estas zonas montañosas repoblaron las llanuras. Al principio el proceso fue lento y
centrado en la meseta norte hasta el Duero y el interior de Cataluña (Plana de Vic). Esta
repoblación no consiste sólo en la llegada de nuevos pobladores, sino en la organización
administrativa de estos territorios que lleva a cabo el rey con la ayuda de los nobles y la Iglesia.
Hasta el siglo XI la repoblación fue espontánea, aunque se preferían áreas protegidas por
fortificaciones y guarniciones militares. La tierra se ocupaba mediante la aprisio o presura que
podía hacerla una persona, el rey (o un conde en su nombre) un clérigo o monjes. Estos colonos
eran personas libres que formaron aldeas en las que pastos, agua y bosques eran bienes
colectivos. Poco después los más poderosos o la Iglesia ampliaban sus posesiones y hacían a los
colonos depender de ellos (a veces eran los propios colonos los que pedían protección de nobles
y monasterios).

b) Siglos XI-XIII: la colonización del sur.

Los siglos XI-XIII en la Europa cristiana son de una gran transformación: crece la población y
son siglos de desarrollo económico.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


10
En España, las conquistas cristianas son las más importantes, con ciudades con numerosa
población judía y musulmana, además de gran riqueza agrícola de muchas zonas reconquistadas
(valle del Guadalquivir, huertas valencianas). La repoblación fue por ello menos espontánea que
en el periodo anterior, con amplia intervención de los monarcas. Los instrumentos empleados
en la colonización fueron:

Privilegios y fueros: Utilizados para atraer colonos para la repoblación de tierras de


frontera. Había distintos tipos de privilegios con el mismo objetivo:

- Cartas pueblas que eran contratos colectivos que fijaban las condiciones para el
cultivo de las tierras.
- Los fueros que determinaban los derechos de una ciudad o villa.

Las cartas de franquicia que concedían ciertos privilegios, libertades o exenciones de


impuestos y cargas a los colonos.

Las órdenes militares dieron protección armada en estas zonas (sobre todo en las tierras al
sur del Duero) y obtuvieron propiedades, castillos y derechos sobre localidades enteras.

Capitulaciones: acuerdos o pactos locales con las poblaciones sometidas (musulmanes,


judíos y mozárabes) por los que se respetaban sus leyes, religión, costumbres y parte de
sus propiedades. Se fomentaba también la partida de musulmanes, que habían de vender
sus tierras antes de marchar a territorio musulmán o al norte de África; los más
modestos, que no podían marchar por falta de medios, vivían en barrios separados, las
morerías.

Repartimientos: distribución de bienes y tierras en lotes que efectuaba el rey entre los
conquistadores. Se aplicaron sobre todo en el siglo XIII, a costa de los mudéjares que en
muchos casos se sublevaron y acabaron expulsados o convertidos en siervos.

4. ORGANIZACIÓN SOCIAL: SOCIEDAD ESTAMENTAL-MINORÍAS


RELIGIOSAS
La sociedad de la España cristiana estaba organizada en tres estamentos con una función
específica: los que oran, los que guerrean y los que labran la tierra. Los dos primeros eran
privilegiados, mientras que el campesinado solo tenía obligaciones.

4.1. Siglos VII al XI

La sociedad de los nuevos reinos cristianos estaba en un proceso de feudalización 1, que


culminará entre el siglo XI y XIII. Las características de este proceso fueron las siguientes:

o La Corte era ambulante, y se desplazaba generalmente por las tierras propiedad del rey2.
Los nobles eran guerreros con ejército y fortalezas, con tierras y aldeas que forman su
patrimonio familiar (señoríos). El mismo papel que los nobles tenían los monasterios y los
obispos.

o Las relaciones entre señores (laicos o eclesiásticos) y campesinos no eran homogéneas:


• En Castilla y león se daba el señorío de behetría en el que los campesinos libres tenían
un señor protector, rendían cuentas, pero podían desligarse de él voluntariamente.
• En Cataluña las condiciones señoriales fueron más duras para los campesinos (escasez
de tierras). Había también labriegos casatos (casados o encasillados), siervos, sin tierras
propias asignados a un señorío que no podían abandonar.

1
Proceso de transformación social que tuvo lugar en la mayor parte de Europa entre la caída del Imperio Romano y
su culminación en los siglos XI-XIII. Una sociedad feudal es aquella en la que existen relaciones generalizadas de
dependencia entre campesinos y señores laicos o eclesiásticos. Dependencia material, señorío territorial, pues
trabajaban en sus posesiones y dependencia personal, señorío jurisdiccional, pues los señores administraban justicia y
ejercen su autoridad sobre los campesinos.
2
Tierras de realengo
Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)
11
o La economía era de subsistencia, basada en la agricultura (la técnica de cultivo más frecuente
era año y vez) y el escaso comercio se basaba en el trueque. Los pagos eran en especies y
hasta el siglo X no comienzan a verse monedas de plata de Al-Ándalus y francas. Las ciudades
eran pequeñas y ligadas a funciones políticas y militares.

4.2. Siglos XI al XIII.

Aumenta el poder y la propiedad de la tierra en manos de la nobleza guerrera. Se incrementó,


así mismo, el poder y las propiedades de la Iglesia.

Disminuyeron las propiedades y las libertades de los campesinos: la mayor parte de ellos vivía
en tierras de señorío. Las tierras podían ser de dos tipos:

• Tierras de realengo: en ellas los campesinos eran propietarios y dependían directamente


del rey.
• Tierras de señorío: en ellas los campesinos dependen de un señor laico o eclesiástico. Deben
pagar rentas por cultivar los campos del señor (en dinero, en especies o en trabajos para el
señor), deben pagar por el uso de los bienes señoriales-monopolios (molinos, hornos y
lagares) y la mayoría dependía de la jurisdicción señorial3. En algunos casos no podían
abandonar la tierra: payeses de remensa.

También había jornaleros que labraban la tierra del señor a cambio de un salario (parte de lo
cosechado)

4.3. Las minorías:

La sociedad de la España medieval tenía también minorías de otras religiones: los mudéjares y
los judíos.

• Los mudéjares o musulmanes eran normalmente campesinos en la Corona de Aragón,


donde su número era mayor que en Castilla, sobre todo en Valencia y Aragón. En Castilla
eran generalmente artesanos de la construcción y residían en morerías, barrios fuera de las
murallas de las ciudades.
• Los judíos vivían en las ciudades, donde trabajaban en diversos oficios como artesanos,
comerciantes, prestamistas, médicos…. Vivían en barrios separados o aljamas, donde
mantenían sus autoridades religiosas y judiciales. Hacia 1300 debía haber unos trescientos
mil, y eran especialmente numerosos en Toledo y Barcelona. La relación con los cristianos
se fue deteriorando y a mediados del siglo XIII se les obligó a llevar el sambenito, signo que
en su ropa les identificaba como judíos.

3
Facultad concedida o reconocida por la Corona, que atribuye a un particular las funciones administrativas y judiciales
que aquella ejerciera anteriormente
Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)
12
LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS SIGLOS XIV Y XV.
1.- LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA. INSTITUCIONES.
2.- CRISIS DEMOGRÁFICA, ECONÓMICA Y POLÍTICA.
3.- LA EXPANSIÓN DE LA CORONA DE ARAGÓN EN EL MEDITERRÁNEO.
4.- LAS RUTAS ATLÁNTICAS: CASTELLANOS Y PORTUGUESES. LAS ISLAS CANARIAS.

VOCABULARIO. Consejo Real. Audiencias. Chancillerías. Cortes. Corregidores. Pactismo.


Virrey. Descentralización. Diputaciones. Generalitat. Justicia de Aragón. Crisis de subsistencias.
Mayorazgo. Pedro el Cruel. Enrique II de Trastámara. Payeses de remensa.

LAS CONSECUENCIAS DE LA REPOBLACIÓN “Como ha puesto de relieve Sánchez


Albornoz, durante los siglos IX y X la escasez en el valle del Duero de grandes dominios
sometidos al señorío de un magnate y la abundancia de los pequeños propietarios territoriales
de condición libre hicieron que estos últimos pudieran concertar sus pactos de encomendación
en mejores condiciones que los de otros territorios y sin necesidad de tener que aceptar una
sumisión demasiado estrecha a sus señores.
Así, sobre todo en Castilla, los pequeños propietarios territoriales buscaron un señor “que les
haga bien” y les entregaron la totalidad o una parte de sus tierras, cediéndole su propiedad o
afectándolas al pago de un censo en especie, pero este vínculo apenas si limitó su estado de
libertad en cuanto los homines de benefactoría (hommes de behetría) castellanos y leoneses
fueron, en realidad, producto de unas comarcas donde abundaban los pequeños propietarios
libres, pero no los magnates poderosos.
Por eso los homines de benefactoría pudieron elegir libremente su señor con la facultad de
romper en cualquier momento su vinculación al mismo y ello sin menoscabo de sus bienes ni
de su derecho a trasladarse adonde quisieran, aunque, sin embargo, ya desde el siglo X hubo
de manifestarse la tendencia a hacer de la relación de benefactoría un vínculo hereditario [...]

G. VALDEAVELLANO: Curso de historia de las instituciones españolas. Madrid, Revista de


Occidente, 1975, pág. 340. Citado en Anaya, 2º Bach, 2003, página 105.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS SIGLOS XIV Y XV.
La organización política. Instituciones. Crisis demográfica, económica y política. La expansión de la Corona de Aragón
en el Mediterráneo. Las rutas atlánticas: castellanos y portugueses. Las Islas Canarias.

1.- LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA. INSTITUCIONES.

1.1.- El Reino de Castilla. A pesar del poder de los señores, los reyes fortalecieron su poder
en estos dos siglos, debido en parte a la difusión de teorías políticas que defendían el poder
absoluto del rey que se consideraba de origen divino (recuerda el texto de Alfonso X el Sabio en páginas
anteriores); frente al concepto feudal del rey como señor de vasallos, se impuso otra manera de
entender al monarca como soberano de súbditos, cuya autoridad no tenía límites y sólo respondía
ante Dios. Esta doctrina está en el origen de lo que posteriormente conoceremos como
monarquía absoluta. De momento, en estos siglos (XIV y XV), el poder del rey se refuerza, sin
llegar al absolutismo, por lo que hablamos de “monarquía autoritaria”. Los nobles no
aceptaron de buen grado este fortalecimiento del poder del rey, se resistieron a perder poder
político y consiguieron conservar intactos sus privilegios y su poder económico. Veamos como el
fortalecimiento de la monarquía se plasma en el desarrollo de unas nuevas instituciones que
respondían a las necesidades de un Estado más complejo y centralizado:

 El Consejo Real, organismo de carácter técnico, que asesoraba al rey en su toma de


decisiones.

 La Audiencia. Nació en 1369 como órgano supremo de justicia, sólo supeditado al rey. Al
principio era itinerante, pero en el XV fijó su sede en Valladolid, pasando a llamarse
Chancillería en 1442.

 En el ámbito de los ayuntamientos el poder estaba en manos de “regidores”,


pertenecientes a la nobleza o alta burguesía. Sobre ellos fueron imponiendo su poder los
reyes, a través del nombramiento de corregidores con carácter normalmente vitalicio entre
los miembros de la nobleza local o de la alta burguesía. Estos cargos tienen su origen en los
funcionarios que anteriormente enviaba el rey para solucionar problemas graves en
momentos puntuales. A finales del XV se habían convertido en representantes permanentes
del rey en los principales municipios (a los que controlaban en beneficio del monarca).

En cuanto a las Cortes, se produjo la fusión definitiva de las Cortes de Castilla y de León.
Estas Cortes fueron perdiendo influencia, sobre todo en el siglo XV, limitándose a aprobar los
impuestos y a tomar juramento al heredero. Al final sólo asistían los representantes de las
ciudades, pues nobles y clero, al no pagar impuestos, dejaron de asistir.

1.2.- La Corona de Aragón. En Aragón, la organización política era distinta a la


castellana. En primer lugar, los diferentes territorios que componían la Corona de Aragón
(Cataluña, Valencia, Aragón y Baleares), conservaban sus leyes e instituciones propias (sistema
descentralizado).

Por otro lado, se mantuvo el concepto feudal de pacto entre el señor y sus vasallos.
El rey era el señor, y los vasallos eran la nobleza, el clero y la alta burguesía de las ciudades (el
patriciado urbano). El origen de este pactismo está en el reinado de Pedro III el Grande, quien,
necesitado del apoyo militar y económico de la nobleza y las ciudades para sus campañas de
Italia, se comprometió mediante el llamado Privilegio General (1283) a solicitar en el futuro
el consentimiento de las Cortes en asuntos importantes y a reunirlas periódicamente. De este
modo, las Cortes de los distintos territorios aragoneses, ejercieron un fuerte control sobre la
monarquía, impidiendo el ejercicio de un poder absoluto por parte del rey.

Veamos algunas instituciones que son muestra de lo que acabamos de explicar:

 Los virreinatos. En los territorios en los que no residía el monarca, su autoridad era ejercida
por un lugarteniente suyo o virrey. A menudo eran miembros de la propia familia real.

 Las Cortes. Ejercían un contrapeso al poder del rey, y defendían los intereses de la nobleza,
el clero y la alta burguesía. Existían Cortes independientes en Aragón, Cataluña y Valencia y

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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nunca llegaron a unirse, aunque a veces celebraron reuniones en una misma ciudad, pero
por separado. También vieron disminuir sus competencias, aunque en menor medida que en
Castilla.

 Las Diputaciones. Al principio eran comisiones temporales nombradas por las Cortes para
controlar la recaudación de impuestos. Con el tiempo se convirtieron en diputaciones
permanentes, ampliando sus competencias y convirtiéndose en el máximo órgano de
representación política en Aragón y Cataluña frente a los posibles abusos de la Corona. En
Valencia nunca llegaron a tener esas competencias políticas.

 Diputación del General de Cataluña, o Generalitat. Apareció con carácter permanente en


1359 y estaba integrada por seis miembros, dos por cada estamento, que se renovaban cada
tres años. Al principio sus competencias eran fiscales, pero con el paso del tiempo estas
competencias se fueron ampliando a otras como velar por el cumplimiento de las leyes del
Principado o el mantenimiento del orden público.

 Diputación del Reino de Aragón. Surgió en 1412, compuesta por ocho miembros (clero, alta
burguesía, caballeros y estado llano). Similar a la catalana.

 Diputación del Reino de Valencia. Se creó en 1419 y, a diferencia de las anteriores, nunca
adquirió competencias políticas importantes.

 El Justicia de Aragón. Este cargo era específico de Aragón, y no existía en Cataluña, Valencia
o Mallorca. Lo nombraban las Cortes entre la nobleza, y su función consistía en la defensa
de los fueros de Aragón frente al poder del rey.

 Los municipios. Como en Castilla, los municipios fueron controlados por la alta burguesía,
pero en la Corona de Aragón los delegados del rey fueron perdiendo poder, al contrario de
lo que ocurrió en Castilla. En los ayuntamientos se nombraron a unos magistrados con
funciones ejecutivas y nombres diversos en los distintos territorios. En Cataluña eran los
llamados “consellers”. Además, existía una asamblea municipal, de carácter asesor, llamado
en Barcelona el “Consell de Cent”.

2.- CRISIS DEMOGRÁFICA, ECONÓMICA Y POLÍTICA EN LA BAJA EDAD MEDIA. El


crecimiento demográfico y económico de los reinos cristianos en los siglos XI, XII y XIII, se
detuvo bruscamente en el XIV. En términos generales podemos decir que en Castilla, el siglo
XIV fue de crisis (crisis agrarias, descenso demográfico, guerra civil, conflictos sociales...) y el
XV de recuperación demográfica y económica (a pesar de haber una nueva guerra civil).

En el caso de Aragón, la crisis afectó sobre todo durante la segunda mitad del siglo XIV,
afectando especialmente a Cataluña (muy castigada por la peste negra). El siglo XV fue de
recuperación, excepto en Cataluña, donde la crisis se acentuó por los conflictos sociales y la
guerra civil.

2.1.- Crisis demográfica. En el siglo XIV se produjo un importante descenso de la población


en la Península. Una de las causas más importantes fueron las epidemias de peste, de las cuales,
la más dramática fue la llamada “peste negra” (peste bubónica) de 1348. La peste negra era
transmitida a los seres humanos por la pulga de la rata, y se extendía con enorme rapidez.
Procedente de Asia, se extendió por toda Europa hacia mediados de siglo, en diversas oleadas,
afectando también a la Península Ibérica.
Apenas existían entonces medios para prevenir o combatir estas epidemias. Los más ricos
huían de los lugares afectados y se refugiaban en lugares no afectados. Los más pobres no
tenían estas posibilidades y se encontraban indefensos frente a la virulencia de la enfermedad y
el contagio. Sus efectos se agravaban en épocas de malas cosechas, pues los organismos, mal
alimentados, tenían menos defensas frente a la epidemia.

Como consecuencias podemos destacar el abandono de numerosos pueblos, tanto por el


número de fallecimientos, como por el hecho de que mucha gente huía a las ciudades o a tierras
mejores que hubiesen quedado vacías. Una segunda consecuencia fue el aumento de los precios,
ya que la producción cayó, y un aumento de los salarios debido a la escasez de mano de obra.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


15
2.2.- Crisis económica. Las sociedades de aquella época eran sociedades agrarias, donde una
mala cosecha afectaba de manera importantísima a la economía, y a la vida de las gentes. Los
rendimientos de la agricultura eran por lo general bajos, por lo que era muy difícil almacenar
para las épocas de escasez. En esas épocas, importar cereales de otros lugares era muy difícil y
caro, a no ser que pudiese hacerse por barco, ya que los transportes terrestres eran lentos y
muy costosos.

Así podemos entender que las malas cosechas que se produjeron en la primera mitad del
siglo XIV en toda Europa rompiera el precario equilibrio entre población y recursos, produciendo
el encarecimiento de los alimentos y el hambre. Es lo que se llama “crisis de subsistencias”. El
hambre a su vez hacía que las enfermedades, y en especial las epidemias, se extendiesen con
más facilidad, como ya hemos visto (a consecuencia de las epidemias, cayó la producción,
aumentaron los precios, disminuyó la mano de obra y aumentaron los salarios).

2.3.- Crisis política. Ya hemos dicho que en estos siglos se fortaleció el poder de los
reyes, pero tuvieron que hacer frente a la resistencia de la nobleza y el clero cuyas aspiraciones
chocaban con la política autoritaria y centralizadora de los reyes. Este es un importante factor
para entender las guerras civiles que se produjeron los siglos XIV y XV y en las que afloraron
también tensiones sociales contenidas durante mucho tiempo. Veámoslo:

A.- El reino de Castilla. Vivió una guerra civil (1366-1369) entre Pedro I y su hermanastro
Enrique de Trastámara. La decisión de Pedro I de gobernar de forma autoritaria, dejando de lado
tanto a la nobleza como a las Cortes, hizo que la alta nobleza se organizara entorno a los hijos
bastardos de Alfonso XI (hermanastros de Pedro I), principalmente en torno a Enrique de
Trastámara, que encabezó una rebelión contra Pedro I. La guerra tuvo una dimensión más
amplia, al contar Enrique con el apoyo de Francia (Compañías Blancas de Beltrán Duguesclin) y
de Pedro IV de Aragón mientras que Pedro I contó con el apoyo de Inglaterra (recuerda que en
estos momentos se está produciendo el enfrentamiento entre Inglaterra y Francia conocido como
Guerra de los Cien Años).

En esta guerra, el bando rebelde utilizó el sentimiento antijudío de parte de la población,


acusando a Pedro I de contar con el apoyo de esta comunidad. Se produjeron numerosos ataques
a los barrios judíos en toda Castilla.

Finalmente, Pedro I fue asesinado y ascendió al trono Enrique, con el nombre de Enrique
II de Trastámara, con lo que se inicia una nueva dinastía que sustituye a la anterior dinastía de
Borgoña. Supuso el triunfo de la nobleza frente a la monarquía autoritaria de Pedro I el Cruel,
de manera que, tras la guerra, muchos nobles que habían apoyado a Enrique, recibieron
prebendas y beneficios de todo tipo (las llamadas “Mercedes Enriqueñas”, sustituyendo a la
antigua nobleza que había estado al lado de Pedro I. Se extendió entre los nobles la costumbre
del mayorazgo (que sería luego institucionalizada por los Reyes Católicos), que consistía en
que las propiedades del noble debían transmitirse de forma íntegra al hijo mayor, por lo que no
podían ser vendidas, ni divididas ni embargadas ni enajenadas de ninguna manera. Era una
manera que tenía la nobleza de proteger su patrimonio, impidiendo su división, lo que en el
fondo era una manera de asegurarse la posesión de sus tierras y propiedades, que eran las
fuentes de su poder e influencia.
Se inició, así, una etapa de predominio noble, con constantes abusos de poder y
enfrentamientos con el monarca, frecuentes en los reinados de Juan II (1405-1454) y Enrique
IV (1454-1474). En el reinado del primero, la nobleza consiguió que se procesara y ejecutara a
don Álvaro de Luna, defensor del poder real frente a la nobleza y en quien el rey había delegado
las tareas de gobierno. A su vez, Enrique IV fue depuesto “en efigie” por la nobleza, en la llamada
“Farsa de Ávila” (1465); la nobleza ofreció el trono a su hermana Isabel, quien firmó con Enrique
IV el tratado de los Toros de Guisando por el que se convertía en su sucesora (Isabel llegaría a
ser reina, tras enfrentarse en guerra civil a su sobrina Juana la Beltraneja, como veremos en el
tema siguiente).

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


16
B.- La corona de Aragón. Para entender los conflictos que ocurrirán con posterioridad,
conviene hacer una pequeña referencia a los payeses de remensa y su enfrentamiento con la
nobleza. Los payeses de remensa eran campesinos que no podían abandonar la tierra. Su
diferencia con los siervos de la gleba de otros lugares europeos, es que podían romper esa
atadura a la tierra mediante el pago de una cantidad, la llamada “remensa”. La nobleza, en el
siglo XIII había ido endureciendo las condiciones de vida de los payeses y las condiciones para
pagar la remensa. Ese endurecimiento es lo que se ha llamado “los malos usos”. Durante la
peste negra del siglo XIV, los señores, ante la disminución de la población, endurecieron todavía
más las condiciones de los payeses de remensa, a lo que éstos respondieron con agitaciones y
protestas. Se organizaron y pidieron ayuda a los reyes, quienes en función de las circunstancias
les prestaron ayuda, no tanto por convencimiento cuanto por debilitar el poder de la nobleza
feudal. Este problema pervivió y será un elemento importante en la guerra civil catalana que
vamos a estudiar.

Otro aspecto relevante es la muerte sin sucesión de Martín I el Humano (1396-1410). Para elegir
un rey se reunieron nueve compromisarios, tres por cada uno de los territorios de Aragón,
Cataluña y Valencia, en lo que se llamó el Compromiso de Caspe, eligiendo como rey a
Fernando de Trastámara, con lo que, a partir de entonces, la misma dinastía reinaba en Aragón
y en Castilla.

En Cataluña, algunos sectores poderosos de la nobleza, el clero y la alta burguesía de las


ciudades, habían apoyado a otro candidato, Jaime, conde de Urgel, y no vieron con buenos ojos
la llegada de Fernando de Trastámara, al que consideraban contrario a sus intereses y a las
tradiciones catalanas y aragonesas. Jaime se sublevó, lo que obligó a Fernando a apoyarse en
las Cortes catalanas, a las que hizo amplias concesiones. Jaime fue vencido y acabó sus días en
prisión.

La guerra civil catalana estalló en 1462 y duró diez años. Las causas hay que buscarlas
en varios factores, algunos de los cuales ya hemos estudiado:
1.- El enfrentamiento de la oligarquía catalana con la nueva dinastía Trastámara.
2.- El enfrentamiento entre los payeses de remensa y la nobleza feudal.
3.- El enfrentamiento en Cataluña entre dos grupos sociales: los artesanos y la pequeña
burguesía, agrupados en una especie de partido llamado la “Busca” (significa astilla o viruta en
catalán) contra la alta burguesía rentista y los grandes comerciantes agrupados a su vez en otro
partido denominado la “Biga” (viga en catalán). Sus intereses económicos estaban enfrentados,
y ambos aspiraban a controlar las instituciones catalanas.

Como sabes, tras el Compromiso de Caspe, la nueva dinastía Trastámara, deseosa de fortalecer
su autoridad, debía enfrentarse a la oposición de la oligarquía catalana, por lo que monarcas
como Alfonso V el magnánimo (1416-1458) no dudaron en ponerse del lado de los payeses de
remensa o de la Busca por su rivalidad con la oligarquía catalana.

El hecho que finalmente desencadenó la guerra civil fue el enfrentamiento del tercer rey
Trastámara, Juan II, con su hijo Carlos (Príncipe de Viana). Ambos aspiraban al trono de Navarra
tras morir sin sucesión la reina Blanca (esposa de Juan II y por tanto madre de Carlos). A Carlos,
que contaba con el apoyo de la burguesía catalana, le acusaba su padre de mantener un pacto
secreto con Castilla. Los payeses de remensa, por su lado apoyaban a Juan II.

La guerra llegó a internacionalizarse pues Juan II recibió el apoyo del rey de Francia,
quien se anexionó los condados catalanes del Rosellón y Cerdaña. La guerra terminó tras diez
años de lucha con la firma de la Capitulación de Pedralbes, en 1472, en la que Juan II se
mostró conciliador con el otro bando. Los efectos de la guerra fueron muy perjudiciales para
Cataluña, que había quedado arruinada. Además, el problema de los payeses de remensa no se
solucionó, pues parte de la nobleza y el clero habían apoyado al rey, lo que le impedía mantener
un apoyo claro a los payeses.

Navarra.- Durante estos siglos, el reino de Navarra tuvo más conexiones con Francia (a
que con Castilla o Aragón, consiguiendo mantener una política de equilibro
la que llegó a estar unido)
frente a los intentos anexionistas tanto de Castilla como de Aragón. A mediados del siglo XV, a
la muerte de la reina doña Blanca, se disputan el trono su marido, Juan II de Aragón, y el hijo
de ambos, Carlos, Príncipe de Viana, lo que produjo una guerra civil que afectó también a la

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


17
Corona de Aragón como ya hemos dicho. La guerra terminó con la muerte en extrañas
circunstancias de Carlos, lo que dejó como rey a Juan II, pero a su muerte (1479) Navarra fue
de nuevo independiente de Aragón.

Como en Aragón, también en Navarra prevaleció la doctrina pactista, y el poder de las


Cortes impidió el fortalecimiento del poder del rey.

El reino de Granada.- Último reducto de lo que había sido Al-Andalus, vivió su mayor
esplendor en la segunda mitad del siglo XIV, coincidiendo con los conflictos internos de Castilla.
En el siglo XV, estallaron conflictos internos en los que diferentes caudillos militares disputaron
el poder a la dinastía reinante. Esta situación de debilidad haría posible, a finales del siglo XV,
su conquista por los Reyes Católicos (tema siguiente).

3.- LA EXPANSIÓN DE LA CORONA DE ARAGÓN EN EL MEDITERRÁNEO. La Corona de


Aragón inició su expansión por el Mediterráneo ya en el siglo XIII, una vez que ha finalizado su
Reconquista, y respondiendo principalmente a intereses económicos de la oligarquía catalana y
a la lógica orientación geográfica de tres de los cuatro territorios de la Corona (Valencia, Mallorca
y Cataluña).

Así, a lo largo de los siglos XIII, XIV y XV, fueron incorporando territorios como Sicilia
(1282), Cerdeña (1324) y el reino de Nápoles (1443), que ocupaba el sur de Italia. También
algunas posesiones en el norte de África, e incluso durante un breve período llegaron a arrebatar
a los turcos los ducados griegos de Atenas y Neopatria, conquistados por mercenarios catalanes
(los llamados “almogávares”).

Fruto de esta expansión política es un comercio muy activo, sobre todo en el siglo XIV,
que tiene su centro en el puerto de Barcelona, desde donde se exportaba hierro y principalmente
tejidos, y se importaban cereales, especias y otros productos. La crisis catalana del siglo XV
afectó a este comercio, y el puerto de Barcelona perdió influencia en favor del de Valencia.

Esta crisis fue empeorada por la presencia turca en el Mediterráneo (toma de


Constantinopla en 1453), a la vez que portugueses y castellanos exploran nuevas rutas por el
Atlántico.

4.- LAS RUTAS ATLÁNTICAS: CASTELLANOS Y PORTUGUESES. LAS ISLAS CANARIAS.


Entre finales del siglo XIII y mediados del siglo XV, Castilla se esfuerza por arrebatarle al reino
de Granada el control del estrecho de Gibraltar, algo que conseguirá finalmente en 1462,
controlando esta estratégica vía de comunicación.

Castilla mantuvo una activa intervención en el Atlántico NORTE, propiciada por los intereses
de sus mercaderes y condicionada por los avatares de la guerra de los Cien Años. La marina
castellana prosperó con el comercio de vinos franceses y lana merina castellana con destino a
los mercados del norte de Europa, siendo frecuentes los enfrentamientos con los ingleses y con
los miembros de la Hansa (federación de ciudades del norte de Europa que monopolizaban el comercio en el
Báltico, Rusia y Centroeuropa).

Es en el siglo XV cuando castellanos y sobre todo portugueses (con los que entran en
competencia,) exploran y extienden su presencia por el Atlántico SUR. Estas expediciones fueron
posibles gracias a importantes avances técnicos tanto en la cartografía (los famosos mapas
llamados “portulanos”), como en el uso de instrumentos que permitían conocer mejor la posición
del barco en alta mar (la brújula, el astrolabio). Además, se construyeron mejores barcos (las
carabelas), más ligeros y rápidos, que permitían desplazarse más lejos que las antiguas galeras.

En esa expansión atlántica debemos mencionar la anexión de las Islas Canarias, que se
produjo a lo largo del siglo XV. Los habitantes de las islas Canarias -guanches- vivían todavía
en un nivel de desarrollo similar al del Neolítico, con una agricultura muy rudimentaria y una
ganadería trashumante. Se organizaban en pequeños grupos muy jerarquizados, gobernados
por reyes, adoraban a las fuerzas de la naturaleza y desconocían el tejido, la metalurgia y la
escritura. Desde el siglo XIII estas islas eran utilizadas por los europeos como lugar para capturar
esclavos.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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La conquista fue un proceso largo y discontinuo, comenzado por iniciativa de algunos nobles:
A principios del siglo XV Jean de Bethencourt, barón normando, conquistó Lanzarote,
Fuerteventura y el Hierro en nombre de Castilla. Repobló estas islas con normandos, castellanos
y alemanes, estableciendo un señorío como vasallo del rey de Castilla.
La conquista señorial continuó a partir de 1418 cuando los normandos vendieron sus derechos
a nobles o burgueses castellanos en proceso de ennoblecimiento. Estos continuaron la conquista
– la Gomera- y resistieron las pretensiones conquistadoras de los portugueses.
Al finalizar el siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos , la corona compró los derechos
señoriales y asumió directamente la conquista, terminando de ocupar las islas que faltaban (Gran
Canaria, la Palma y Tenerife).

Gran parte de la población fue reducida a esclavitud y vendida en la península.

Los portugueses extendieron sus expediciones por el Atlántico desde principios del siglo
XV, bordeando la costa africana en busca de oro, llegando al golfo de Guinea. Las Canarias, por
tanto, estaban dentro de su ámbito de influencia, por lo que hubo enfrentamientos entre ambos
reinos por el control de estas islas llamadas “afortunadas”. El conflicto se resolvió definitivamente
en favor de Castilla en el reinado de los Reyes Católicos, en los tratados de Alcaçovas-Toledo
(1479).

Estas exploraciones darán lugar, como veremos en otro tema, a los grandes viajes y
descubrimientos de finales del siglo XV y XVI.

LOS TERRITORIOS PENINSULARES CRISTIANOS A FINALES DEL XV


TERRITORIO POBLACIÓN % POBLACIÓN % EXTENSIÓN
Corona de Castilla 4.300.000 68% 64,3%
Portugal 1.000.000 15,9% 15,2%
Corona de Aragón 865.000 13,7% 18,4%
Navarra 120.000 1,9% 2%

LA DUREZA DE LA CRISIS DEL SIGLO XIV. “En este año [1376] tan sin ventura y tan
duro hay que contar las extrañas cosas de Valencia y, entre ellas, como en el camino de
Castilla, entre Requena y Utiel, murieron de hambre más de dos mil personas. Murieron
también más de mil pares de gallinas, que, después, las gentes no se atrevían a comer. Juan
Marqués, que probó un solo bocado, entró en frenesí y murió al día siguiente.
En este año tan fuerte, tan caro, tan seco, tan guerrero, tan rematadamente malo, hay que
recordar también cómo los franceses y los castellanos hicieron cruel guerra por tierras de
Aragón. Apresaban hombres, les daban tormento y pedían por ellos grandes rescates. A la
vez, corrían la tierra, asolando los pueblos.”
J. CAIRUANA, “Una relación inédita de jueces de Teruel”, en Jerónimo Zurita. Cuadernos de Historia 1963. Citado en
Historia de España, 2º de Bachillerato. Editorial Santillana, página 81.

EL REGIMIENTO DE SEGOVIA (1345) “Sepan quantos esta carta vieren cómo nos don
Alfonso [XI], rey de Castilla [...], porque es nuestro servicio que en la villa de Segovia haya
hombres buenos para tratar los hechos e para ordenar todas las cosas que el concejo haría,
porque a los concejos vienen hombres a poner discordia, tenemos por bien fiar todos los
hechos del concejo a diez hombres de los linajes, [...] a dos de los pecheros de la villa y a tres
de los pecheros de los pueblos. Todos éstos, con el juez o con los alcaldes, el alguacil y un
escribano deben juntarse los lunes y los viernes en el lugar acostumbrado. Allí tratarán los
asuntos del concejo, administrarán las rentas, recaudarán los pechos y ordenarán las labores
de reparación de muros y calzadas y las demás cosas necesarias para la villa y su término.
Ellos se repartirán anualmente los [cargos de gobierno] de la villa y no habrá otros oficiales
concejiles que ellos.”
En A. REPRESA, Notas para el estudio de la ciudad de Segovia en los siglos XII-XIV. Citado en Historia de España, 2º
de Bachillerato. Editorial Santillana, página 89.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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EL COMPROMISO DE CASPE. (1412) “Nos, Pedro de Zagarriga, arzobispo de Tarragona,
Domingo Ram, obispo de Huesca, [...] Bernardo de Gualbes, doctor en Derecho civil y
canónico, y Pedro Bertrán, doctor en Decretos, esto es, los nueve diputados elegidos por los
Parlamentos generales [...], con total autoridad, con la facultad de investigar, instruir,
informar, conocer, reconocer y hacer pública la persona a quien los Parlamentos, súbditos y
vasallos de la Corona de Aragón deben prestar fidelidad y a quien deben tener como su
verdadero rey y señor, decidimos que aquel que sea elegido por los nueve por unanimidad o,
al menos, por seis de nosotros, siempre que entre ellos haya por lo menos uno de cada una
de las tres ternas, éste será tenido por justo, [...] Hechas las investigaciones debidas, hacemos
público que los Parlamentos, súbditos y vasallos de la Corona de Aragón deben prestar
juramento de fidelidad y tener al excelentísimo señor don Fernando, infante de Castilla, por
rey y señor.”
Citado en Historia de España, 2º de Bachillerato. Editorial Santillana, página 93.

LA NOBLEZA CONTRA ENRIQUE IV: LA “FARSA DE ÁVILA” (1465). “Encima del cadalso
pusieron una estatua asentada en una silla, que decían representar la persona del Rey, la cual
estaba cubierta de luto. Tenía en la cabeza una corona, y un estoque delante de sí, y estaba
con un bastón en la mano. E así puesta en el campo, salieron todos aquestos ya nombrados
acompañando al príncipe Don Alonso hasta el cadalso. [...] se pusieron al derredor de la
estatua; donde en altas voces mandaron leer una carta [...] en que señaladamente acusaban
al Rey de cuatro cosas: Que por la primera, merecía perder la dignidad Real; y entonces llegó
Don Alonso Carillo, Arzobispo de Toledo, e le quitó la Corona de la cabeza. Por la segunda, que
merecía perder la administración de la justicia; así llegó Don Álvaro de Zúñiga, Conde de
Plasencia, e le quitó el estoque que tenía delante. Por la tercera, que merecía perder la
gobernación del Reino; e así llegó Don Rodrigo Pimentel, Conde de Benavente, e le quitó el
bastón que tenía en la mano. Por la cuarta, que merecía perder el trono e asentamiento de
Rey; e así llegó Don Diego López de Zúñiga, e derribó la estatua de la silla en que estaba,
diciendo palabras furiosas e deshonestas”

Crónica del rey don Enrique cuarto. 1474. Citado en Historia de España. 2º de Bachillerato. Editorial Oxford. 2003.
[Se han adaptado la mayor parte de las grafías de la época]

LA PESTE NEGRA DE 1348 EN FLORENCIA. “ [En 1348] la ciudad de Florencia, noble entre
todas las de Italia, fue pasto de una mortífera peste. La cual, [...] en virtud de la justa cólera
de Dios, fue enviada a los mortales para corregirnos, después de que durante algunos años se
había enseñoreado de las regiones orientales, en las que había cobrado innumerables vidas y
desde donde sin detenerse en lugar alguno, prosiguió de forma devastadora hacia Occidente,
extendiendose continuamente.
No valían contra ella previsión ni providencia alguna, como el que limpiasen la ciudad operarios
nombrados al efecto o prohibir que los enfermos entrasen en la población, o dar muchos
consejos para preservar la salud, o hacer no una sino varias veces al día humildes rogativas a
Dios en procesiones u otras formas piadosas.
En cualquier caso, lo cierto es que, al comenzar la primavera del año mencionado, comenzaron
a manifestarse los dolorosos efectos de la pestilencia. Pero no obraba como en Oriente, donde
el verter sangre por la nariz era signo seguro de muerte, sino que aquí, al empezar la
enfermedad, les nacían a las hembras y varones en las ingles y en los sobacos unas
hinchazones que algunas veces alcanzaban el tamaño de una manzana o de un huevo. La
gente común daba a estos bultos el nombre de bubas. Y, en poco tiempo, estas mortíferas
inflamaciones cubrían todas las partes del cuerpo. Luego, los síntomas de la enfermedad se
trocaban en manchas negras o lívidas en brazos, muslos y demás partes del cuerpo, bien
grandes y diseminadas o apretadas y pequeñas. Así, la buba primitiva, se convertía en signo
inequívoco de futura muerte, tanto como estas manchas.
Para curar esta enfermedad no parecían servir los consejos de médicos ni medicina alguna,
bien porque la naturaleza del mal no lo consintiera, o bien porque se desconocía por la
medicina el origen del mal y la forma de atajarlo. Así, no sólo eran pocos los que curaban, sino
que casi todos los afectados, al tercer día de la aparición de los citados signos, o bien un poco
después, morían sin fiebre alguna ni otro accidente.”
BOCCACCIO, El Decamerón (obra clásica de la literatura italiana, escrita entre 1348 y 1353, en la que un grupo de
jóvenes de buena posición social narran historias para pasar el tiempo en la villa campestre donde se habían refugiado
para huir de la peste de Florencia. Citado en Historia de España de 2º de Bachillerato. Almadraba, año 2003. Página
130.

Historia de España. Tema 2: Al-Ándalus y los reinos cristianos (siglos VIII-XV)


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