Resistencia Al Corte Tradu
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Introducción
Supongamos que se obtienen varias muestras de una roca para realizar un ensayo de
cizallamiento. Cada muestra contiene un plano de estratificación pasante que está
cementado; en otras palabras, habría que aplicar una fuerza de tracción a las dos mitades
de la muestra para separarlas. El plano de estratificación es absolutamente plano, sin
irregularidades ni ondulaciones en la superficie. Como se ilustra en la figura 1, en un
ensayo de cizallamiento cada probeta se somete a una tensión σn normal al plano de
estratificación, y se mide la tensión de cizallamiento τ, necesaria para provocar un
desplazamiento δ.
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τp = c + σn tan ϕ (1)
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
Este ejemplo se ha tratado para ilustrar el significado físico del término cohesión, un
término de la mecánica de suelos, que ha sido adoptado por la comunidad de mecánicos
de rocas. En los ensayos de cizallamiento de suelos, los niveles de tensión son
generalmente un orden de magnitud inferior a los de los ensayos de rocas y la resistencia
cohesiva de un suelo es el resultado de la adhesión de las partículas del suelo. En
mecánica de rocas, la verdadera cohesión se produce cuando se cizallan superficies
cementadas. Sin embargo, en muchas aplicaciones prácticas, el término cohesión se
utiliza por conveniencia y se refiere a una cantidad matemática relacionada con la
rugosidad de la superficie, como se discute en una sección posterior. La cohesión es
simplemente la intercepción en el eje τ a tensión normal cero.
τr = σn tan ϕb (3)
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
Figura 2: Sección diagramática a través de la cizalla utilizada por Hencher y Richards (1982).
Figura 3: Máquina de cizallamiento del tipo utilizado por Hencher y Richards (1982) para
la medición de la resistencia al cizallamiento de juntas de láminas en granito de Hong
Kong.
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
En las figuras 2 y 3 se ilustra una máquina de ensayo de cizalladura típica, que puede
utilizarse para determinar el ángulo de fricción básico ϕb . Se trata de una máquina muy
sencilla y el uso de un brazo de palanca mecánico garantiza que la carga normal sobre la
probeta permanezca constante durante todo el ensayo. Se trata de una consideración
práctica importante, ya que es difícil mantener una carga normal constante en sistemas
controlados hidráulica o neumáticamente, lo que dificulta la interpretación de los datos
del ensayo. Hay que tener en cuenta que, al montar la probeta, hay que tener mucho
cuidado para garantizar que la superficie de cizallamiento esté alineada con precisión
para evitar la necesidad de una corrección angular adicional.
La opinión del autor es que tiene sentido, tanto desde el punto de vista económico como
práctico, realizar una serie de ensayos de cizallamiento a pequeña escala en laboratorio,
utilizando equipos como los ilustrados en las figuras 2 y 3, para determinar el ángulo de
fricción básico. El componente de rugosidad que se añade a este ángulo de fricción
básico para obtener el ángulo de fricción efectivo es un número que depende del lugar y
de la escala y que se obtiene mejor mediante estimaciones visuales sobre el terreno. En
las páginas siguientes se describen técnicas prácticas para realizar estas estimaciones del
ángulo de rugosidad.
Una superficie de discontinuidad natural en roca dura nunca es tan lisa como una
superficie aserrada o rectificada del tipo utilizado para determinar el ángulo de fricción
básico. Las ondulaciones y asperezas de una superficie de junta natural influyen
considerablemente en su comportamiento ante el cizallamiento. Generalmente, esta
rugosidad superficial aumenta la resistencia al cizallamiento de la superficie, y este
aumento de la resistencia es extremadamente importante en términos de estabilidad de las
excavaciones en roca.
Patton (1966) demostró esta influencia mediante un experimento en el que realizó ensayos de
cizallamiento en probetas "diente de sierra" como la que se ilustra en la figura 4. El
desplazamiento por cizallamiento en estas probetas se produce como consecuencia del
desplazamiento de las superficies por las caras inclinadas, lo que provoca la dilatación (aumento
de volumen) de la probeta.
τ = σn tan(ϕb + i) (4)
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
La ecuación (4) es válida a bajas tensiones normales en las que el desplazamiento por
cizalladura se debe al deslizamiento a lo largo de las superficies inclinadas. A tensiones
normales más elevadas, se superará la resistencia del material intacto y los dientes
tenderán a romperse, lo que dará lugar a un comportamiento de la resistencia al
cizallamiento más relacionado con la resistencia del material intacto que con las
características de rozamiento de las superficies.
Aunque el planteamiento de Patton tiene el mérito de ser muy sencillo, no refleja la realidad de
que los cambios en la resistencia al cizallamiento con el aumento de la tensión normal son
graduales y no bruscos. Barton (1973, 1976) estudió el comportamiento de las juntas de rocas
naturales y propuso que la ecuación (4) podría reescribirse como:
⎛ ⎛ JCS ⎞⎞⎞
τ = σ n tan⎜ϕb + JRC log10 ⎜ ⎟⎟ (5)
⎜
⎟
⎝ ⎝ σn ⎠ ⎠
donde JRC es el coeficiente de rugosidad de la
junta y
JCS es la resistencia a la compresión de la
pared de la junta .
Barton desarrolló su primer criterio de resistencia no lineal para juntas de rocas (utilizando el
ángulo de fricción básico ϕb ) a partir del análisis de los datos de resistencia de juntas recogidos
en la bibliografía. Barton y Choubey (1977), basándose en los resultados de sus ensayos de
cizallamiento directo de 130 muestras de juntas de rocas de meteorización variable, revisaron esta
ecuación y la convirtieron en
⎛ ⎛ JCS ⎞⎞⎞
τ = σ n tan⎜ϕr + JRC log10 ⎜ ⎟⎟ (6)
⎜
⎟
⎝ ⎝ σn ⎠ ⎠
Donde rϕ es el ángulo de fricción residual
Barton y Choubey sugieren que ϕr puede estimarse a partir de
Las ecuaciones 6 y 7 han pasado a formar parte del criterio de Barton-Bandis para la resistencia y
deformabilidad de las juntas de las rocas (Barton y Bandis, 1990).
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discontinuidades rocosas
Estimaciones sobre el terreno del CCI
-0,02JRCo
⎛L ⎞
JRCn = JRCo ⎜n ⎟ (8)
⎝ Lo ⎠
-0,03JRCo
⎛L ⎞
JCSn = JCSo ⎜ n ⎟ (9)
⎝L o ⎠
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discontinuidades rocosas
Figura 5: Perfiles de rugosidad y valores CCI correspondientes (Según Barton y Choubey 1977).
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discontinuidades rocosas
Borde recto
Amplitud de aspereza - mm
400 20
300 16
12
Coeficiente de rugosidad de la
200 10
8
6
100 5
4
3
50
40 2
Amplitud de las asperezas -
junta (JRC)
30
20 1
10 0.5
5
4
mm
3
2
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0.1 0.2 0.3 0.5 1 23 4 5 10
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
Dispersión media de la
resistencia para la mayoría de
las rocas - MPa
200
250
100
150
50
32
3
30
|+ |+ |+ +
|
400 |+
de la roca -
350
28
300
kN/m
250
26
200
Resistencia a la compresión uniaxial
24
150
unitario
22
Peso
20
100
90
80
70
60
50
40
- MPa
30
Orientación del
20
10 martillo
0 10 20 30 40 50 60
0 10 20 30 40 50 60
0 10 20 30 40 50 60
0 10 20 30 40 50 60
0 10 20 30 40 50 60
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
Resistencia al cizallamiento de discontinuidades rellenas
Cuando la presión del agua está presente en un macizo rocoso, las superficies de las
discontinuidades son forzadas a separarse y la tensión normal σn se reduce. En
condiciones estacionarias, cuando hay tiempo suficiente para que las presiones del agua
en la masa rocosa alcancen el equilibrio, la tensión normal reducida se define por σn ' =
(σn - u), donde u es la presión del agua. La tensión normal reducida σn ' suele
denominarse tensión normal efectiva, y puede utilizarse en lugar del término de tensión
normal σn en todas las ecuaciones presentadas anteriormente.
Debido al desarrollo histórico del tema de la mecánica de rocas, muchos de los análisis,
utilizados para calcular los factores de seguridad frente al deslizamiento, se expresan en
términos de la cohesión de Mohr- Coulomb (c) y el ángulo de fricción (ϕ), definidos en
la ecuación 1. Desde la década de 1970 se reconoce que la relación entre la resistencia al
cizallamiento y la tensión normal se representa con mayor precisión mediante una
relación no lineal como la propuesta por Barton y Bandis (1990). Sin embargo, como esta
relación (por ejemplo) no se expresa en términos de c y ϕ, es necesario idear algún medio
para estimar las resistencias cohesivas equivalentes y los ángulos de fricción a partir de
relaciones como las propuestas por Barton y Bandis.
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
Obsérvese que la ecuación 6 no es válida para σn = 0 y deja de tener sentido práctico para ϕr +
JRC log10 (JCS /σ n ) > 70° . Este límite puede utilizarse para determinar un valor mínimo
para σn . Un límite superior para σn viene dado por σn = JCS.
En una aplicación práctica típica, se puede utilizar un programa de hoja de cálculo para
resolver la Ecuación 6 y calcular los valores instantáneos de cohesión y fricción para un
rango de valores de tensión normal. En la figura 9 se ilustra una parte de dicha hoja de
cálculo. En esta hoja de cálculo, el ángulo de fricción instantáneo ϕi, para una tensión
normal de σn, se ha calculado a partir de la relación
⎛ ∂τ ⎞
iϕ = arctan⎜ ⎟ (10)
⎝ ∂σ n⎠
ci = τ - σn tan ϕi (12)
Al elegir los valores de ci y ϕi para su uso en una aplicación concreta, debe estimarse la tensión
normal media σn que actúa sobre los planos de discontinuidad y utilizarse para determinar la fila
adecuada en la hoja de cálculo. Para muchos problemas prácticos sobre el terreno, bastará con un
único valor medio de σn pero, cuando se estén considerando problemas críticos de estabilidad,
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
esta selección deberá hacerse para cada superficie de discontinuidad importante.
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Resistencia al cizallamiento de las
discontinuidades rocosas
Figura 9 Impresión de las celdas de la hoja de cálculo y las fórmulas utilizadas para
calcular la resistencia al cizallamiento, el ángulo de fricción instantáneo y la cohesión
instantánea para una serie de tensiones normales.
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discontinuidades rocosas
Referencias
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& Geomech. Abstr. 13, 1-24.
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Norwegian Geotech. Inst. Publ. No. 105. Oslo. Oslo: Norwegian Geotech. Inst.
Barton, N.R. 1976. The shear strength of rock and rock joints. Int. J. Mech. Min. Sci. &
Geomech. Abstr. 13(10), 1-24.
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Norway, (eds. N. Barton y O. Stephansson), 603-610. Rotterdam: N.R. y Bandis,
S.C., 1990. Rotterdam: Balkema.
Barton, N.R. y Choubey, V. 1977. The shear strength of rock joints in theory and
practice. Rock Mech. 10(1-2), 1-54.
Deere, D.U. y Miller, R.P. 1966. Clasificación de ingeniería y propiedades índice de la
roca. Informe técnico n.º AFNL-TR-65-116. Albuquerque, NM: Laboratorio de
Armas de la Fuerza Aérea.
Hencher, S.R. & Richards, L.R. (1982). The basic frictional resistance of sheeting joints
in Hong Kong granite Hong Kong Engineer, Feb., 21-25.
Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas Comisión de Normalización de Ensayos
de Laboratorio y de Campo. 1978. Métodos sugeridos para la descripción
cuantitativa de discontinuidades en masas rocosas. Int. J. Rock Mech. Min. Sci. &
Geomech. Abstr. 15, 319-368.
Patton, F.D. 1966. Multiple modes of shear failure in rock. Proc. 1st congr. Int. Soc.
Rock Mech., Lisboa 1, 509-513.
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