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https://www.youtube.com/watch?v=jh8Zs7H3zjw
Además de por auscultación, el ciclo cardiaco puede
ser estudiado mediante ecocardiografía (uso de
ultrasonidos) y electrocardiografía (registro de la
actividad eléctrica).
En este último caso, se analiza el flujo de la corriente
eléctrica por el miocardio mediante la utilización de
electrodos estratégicamente colocados en la
superficie del cuerpo.
Así se puede registrar la intensidad y dirección del
impulso eléctrico cardiaco y recogerlo en un gráfico
que recibe el nombre de electrocardiograma (ECG
o EKG).
https://www.youtube.com/watch?v=UOmc_Qnu4oA
Los vasos sanguíneos
La sangre se distribuye por todo el organismo gracias
a una compleja red de tubos denominados vasos
sanguíneos.
Importante:
La sangre cambia de color según su contenido en
oxígeno.
• Cuando contiene mucho oxígeno es de color rojo
brillante. Circula por las arterias (excepto las
arterias pulmonares) y por las venas pulmonares.
• Cuando contiene poco oxígeno es de color rojo
oscuro. Circula por las venas (excepto las venas
pulmonares) y por las arterias pulmonares.
Hay venas superficiales en las que vemos la sangre
de su interior a través de la piel en un tono azulado,
pero la sangre siempre es roja.
Anatomía de los vasos sanguíneos
La anatomía de los vasos sanguíneos del cuerpo está muy adaptada a las
funciones que realizan. Para entender su funcionamiento tenemos que
comprender cómo es. De esta manera los vasos sanguíneos se
diferencian en:
• Arterias
• Capilares
• Venas
• Arterias.
Llevan la sangre desde el corazón a todos los tejidos del cuerpo.
De las ramificaciones de las arterias surgen las arteriolas, que, a su vez, se
transforman en metaarteriolas a medida que disminuyen su diámetro.
• Capilares
Surgen de la ramificación de las metaarteriolas.
Son vasos sanguíneos muy finos en los que se produce el intercambio de
sustancias con los tejidos.
Los capilares se reúnen formando las vénulas, de mayor diámetro que los
capilares.
• Venas
Surgen de la confluencia de las vénulas.
Recogen la sangre de los capilares de los tejidos y la devuelven al corazón.
Desde el punto de vista histológico, todos los vasos sanguíneos
tienen una pared integrada por tres capas, quedando un espacio
interior, llamado luz, por el que fluye la sangre.
https://www.youtube.com/watch?v=t76mTJzn7WI
La circulación sanguínea
La sangre circula continuamente por los vasos
sanguíneos. Las arterias, los capilares y las venas
conforman un circuito cerrado.
Tras producirse el intercambio de oxígeno por
dióxido de carbono en las células, la sangre
retorna al corazón, y desde este se transporta a
los pulmones para eliminar el dióxido de
carbono y cargarse nuevamente de oxígeno.
De esta manera, teniendo en cuenta el
transporte de oxígeno y dióxido de carbono así
como la diferenciación funcional del corazón en
corazón derecho e izquierdo, podemos
considerar dos circuitos:
• Circulación pulmonar o menor
• Circulación sistémica o mayor
Circulación pulmonar o menor
La sangre desoxigenada, recogida de todo el cuerpo por
las venas cavas superior e inferior, es transportada hasta la
aurícula derecha, desde donde pasa al ventrículo derecho
después de atravesar la válvula tricúspide.
Desde el ventrículo derecho la sangre sale por la arteria
pulmonar y sus ramas derecha e izquierda, y es
transportada a los pulmones.
Ambas arterias se dividen hasta dar lugar a los capilares,
que se relacionan íntimamente con los alveolos
pulmonares.
El intercambio de gases se produce en la barrera alveolo-
capilar, liberando los glóbulos rojos el dióxido de carbono y
llenándose del oxígeno que llega a los alveolos en la
inspiración.
Desde los capilares se forman vénulas y venas que se
reúnen en dos venas pulmonares por cada pulmón, éstas
llevan la sangre oxigenada a la aurícula izquierda donde se
completa el circuito.
Circulación sistémica o mayor
Comienza en el ventrículo izquierdo, al que llega la
sangre recogida por la aurícula izquierda procedente
de los pulmones, donde se cargó de oxígeno.
Desde el ventrículo izquierdo, la sangre sale por la
arteria aorta, que se dirige hacia arriba, atrás y a la
derecha (aorta ascendente), para luego describir
una curva (cayado aórtico) hacia la izquierda,
cambiando el sentido hacia abajo (aorta
descendente) y pasando entre el corazón y la
columna vertebral en su camino hacia el abdomen.
En su trayecto descendente por delante de la
columna vertebral, la aorta atraviesa el diafragma y
penetra en el abdomen.
Se distinguen, por tanto, dos tramos en la aorta
descendente, un tramo torácico (aorta torácica) y un
tramo abdominal (aorta abdominal).
Al nivel de la vértebra L4, la aorta se divide en dos
arterias ilíacas primitivas o comunes, una derecha
y otra izquierda, aunque también surge una fina
arteria terminal, llamada arteria sacra media.
Desde su comienzo en el ventrículo izquierdo hasta su
finalización abdominal, la aorta se subdivide en
numerosas ramas arteriales para el cuello y el
cráneo, miembros superiores, órganos torácicos,
órganos abdominales y miembros inferiores.
En cuanto al sistema venoso, a la aurícula derecha
llegan dos grandes venas,
- la cava superior, que recoge la sangre procedente
de los miembros superiores, el tórax, el cuello, el
cráneo y la cara;
- y la cava inferior, que recoge la sangre procedente
del abdomen y los miembros inferiores. Cada órgano
abdominal tiene su propia vena (esplénica, renal,
mesentérica,…), y todas ellas drenan en la vena
cava inferior
El sistema porta hepático
El sistema porta hepático es un
sistema venoso especial integrado por
la vena porta que recoge sangre
procedente del estómago, intestino
delgado, intestino grueso, bazo,
páncreas y vesícula biliar, y la lleva al
hígado.
Así pues, el hígado recibe sangre por la
arteria hepática y por la vena porta.
Después de atravesar el hígado, la
sangre sale por la vena hepática, que
acaba en la vena cava inferior, la cual
lleva sangre desoxigenada y cargada
de nutrientes.
Importante
El hígado es un órgano voluminoso situado
en el hipocondrio derecho que, entre otras,
realiza funciones de detoxificación, es
decir, metaboliza sustancias que pueden
resultar tóxicas para el organismo.
En farmacología hay que tener en cuenta
esta función hepática porque los
medicamentos que se absorben por el
aparato digestivo pasan a la vena porta
hepática y llegan al hígado, donde son
metabolizados (se habla de efecto de
primer paso), lo que puede reducir su
eficacia.
La circulación coronaria
El corazón tiene su propio sistema circulatorio para
garantizar que las células del músculo cardiaco reciban
los nutrientes que necesitan.
Este sistema circulatorio cardiaco parte de dos pequeñas
arterias, las arterias coronarias, que nacen de la aorta.
- La arteria coronaria izquierda se divide muy pronto en
dos,
• una que desciende por la cara anterior del corazón
(arteria descendente anterior) y se ramifica hacia el
ventrículo izquierdo;
• y otra que sigue el tabique aurículoventricular hacia
la izquierda y rodea el corazón hacia la cara posterior
(arteria circunfleja).
- La arteria coronaria derecha sigue el surco
aurículoventricular derecho y emite numerosas ramas para
el ventrículo derecho (arteria marginal) y para el nódulo
sinusal; da la vuelta al corazón y sigue descendiendo por
la parte posterior (arteria descendente posterior), de la
que parte una rama arterial para el nódulo
aurículoventricular.
La hemodinámica
La hemodinámica estudia el funcionamiento del corazón y de la
circulación de la sangre desde el punto de vista de las leyes físicas que
rigen el movimiento de los fluidos por el interior de un tubo.
En este apartado veremos los aspectos relacionados con
- El gasto cardiaco
- La presión sanguínea
- Y el intercambio capilar.
Estos tres factores determinan la cantidad de sangre (perfusión tisular)
que llega a los tejidos y, por tanto, la cantidad de nutrientes y de oxígeno
que llegan a las células.
El gasto cardiaco
El gasto cardiaco se define como el volumen de sangre, en litros, que mueve el corazón
en un minuto (L/min). Depende, básicamente, de dos factores relacionados entre si:
• La cantidad de sangre que entra en los ventrículos (volumen de llenado), que a su
vez depende del retorno venoso (cantidad de sangre que entra en las aurículas).
Hay una ley física según la cual a mayor dilatación ventricular (y, por tanto, mayor
distensión miocárdica), mayor fuerza de contracción.
Esto significa que cuanto más se llenen los ventrículos, más se “estira” el miocardio y eso
provoca una mayor fuerza de contracción (ley de Frank-Straling).
• La frecuencia cardiaca, que es muy variable y depende, sobre todo, de la actividad
corporal. Oscila, en situación normal, entre 60 y 100 latidos por minuto (lpm), pero en
esfuerzo físico aumenta pudiendo llegar a los 180 lpm (taquicardia fisiológica).
- El aumento de la frecuencia cardiaca por encima de 100 lpm en reposo se llama
taquicardia;
- el descenso de la frecuencia cardiaca por debajo de 60 lpm en reposo se llama
bradicardia, que puede ser funcional o patológica
Síntomas y signos
Cuando los requerimientos de sangre se incrementan durante un tiempo
prolongado (por ejemplo, en el caso de los deportistas), el corazón aumenta su
tamaño (cardiomegalia) para acrecentar la cantidad de sangre que puede
contener y, por tanto, elevar el gasto cardiaco.
Para poder expulsar este mayor volumen de sangre por los ventrículos, el
miocardio incrementa su grosor (hipertrofia miocárdica) y así puede mantener
una fuerza de contracción adecuada.
En estos casos suele disminuir la frecuencia cardiaca en reposo (bradicardia
funcional).
En condiciones normales, el gasto cardiaco medio de un varón de 70 Kg de peso
es de 5-6 L/min (las mujeres tienen un gasto cardiaco entre un 10% y un 20%
menos que los hombres).
De todas formas, los valores de gasto cardiaco no son constantes ya que sufren
muchas modificaciones a lo largo del día, dependiendo, sobre todo, de la actividad
física realizada
La presión sanguínea
La presión sanguínea se define como la presión que ejerce
la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos.
Esta presión es distinta en las arterias y en las venas (presión
arterial y presión venosa), e incluso varía entre la sístole
(presión más elevada al entrar la sangre en las arterias) y la
diástole (presión más baja al “liberarse” de sangre las arterias).
Por ello, cuando se valora la presión sanguínea (la que se
mide normalmente es la presión arterial), se tiene que
determinar la presión sistólica (PAS) y la presión diastólica
(PAD).
Ambos valores de presión se igualan en los capilares y se
mantienen en las venas, donde caen a valores muy bajos.
Mientras que la presión arterial se puede determinar con
técnicas no invasivas, la presión venosa hay que medirla
introduciendo un catéter dentro de la vena cava, por lo que
esta última técnica se reserva para casos en que necesitamos
medir el volumen de sangre circulante.
Entre los factores de los que depende la presión
sanguínea destacan:
• El gasto cardiaco.
• Las resistencias periféricas. Son el conjunto de
factores que se oponen a la circulación de la
sangre, como el diámetro del vaso sanguíneo o el
rozamiento de la sangre contra las paredes del
vaso.
Los valores normales de presión arterial varían con
la edad y con el método de medida: en consulta,
medida ambulatoria (MAPA) o automedición
(AMPA), tomándose como referencia de valores
óptimos los obtenidos en consulta con una
PAS por debajo de 120 mmHg de presión
arterial sistólica y una PAD por debajo de 80
mmHg (la presión se mide en milímetros de
mercurio o centímetros de mercurio).
Cuando se piden los valores de presión, se deben
dar ambos valores, PAD/PAS, por ejemplo 120/80.
Claves y consejos
Hay diferentes formas de determinar el riesgo cardiaco, es decir, el riesgo de padecer un
problema en el corazón, como la diabetes, la hipertensión, la taquicardia, la
hipercolesterolemia o la obesidad.
Hay dos mediciones relacionadas con la obesidad que se utilizan para conocer el riesgo
cardiaco: el cálculo del IMC (índice de masa corporal) y del perímetro abdominal.
El IMC se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre el cuadrado de la altura en
metros.
El perímetro abdominal se mide a la altura del ombligo, con la musculatura abdominal
relajada y después de echar el aire de los pulmones (hay que recordarle a la persona
que, después de espirar, relaje los músculos abdominales, porque en ocasiones los contrae
y no permite hacer una medición correcta). Su valor debe ser inferior a 102 cm en hombres y
88 cm en mujeres.
Los sistemas de regulación de la presión
sanguínea son, fundamentalmente, nerviosos y
hormonales (endocrinos), gracias a que en
diversas partes del circuito sanguíneo existen
receptores que están “emitiendo” continuamente
la presión.
Los sistemas de regulación de la presión
sanguínea son:
- Regulación por el sistema nervioso
vegetativo. El sistema nervioso vegetativo
controla la presión arterial actuando sobre el
gasto cardiaco, aumentando o disminuyendo la
frecuencia cardiaca y la fuerza de la contracción,
como sobre las resistencias periféricas,
aumentando o disminuyendo la contracción de la
musculatura lisa de las arteriolas y
metaarteriolas.
- Regulación hormonal. En este caso se
ponen en marcha mecanismos como el de la
ADH o la aldosterona, que tratan de
aumentar o disminuir el volumen actuando,
sobre todo, a nivel renal.
- Regulación renal. En el riñón hay
quimiorreceptores de la concentración de
sodio.
Cuando disminuye esta concentración se libera
una hormona, la renina, que pone en marcha
un mecanismo que produce vasoconstricción
y un aumento de la reabsorción renal de
sodio y agua por medio de la aldosterona.
Como vimos, en el mantenimiento de la
presión sanguínea es fundamental la
regulación del sistema nervioso vegetativo.
La acción simpática actúa provocando la contracción del músculo liso de la
capa media de los vasos sanguíneos, lo que hace que disminuya su diámetro
(vasoconstricción) y aumente la presión.
Por su parte, la acción parasimpática relaja el músculo liso de la capa media,
aumentando el diámetro del vaso (vasodilatación) y disminuyendo la presión.
Las acciones simpáticas y parasimpáticas suelen estar equilibradas y
compensadas, de tal forma que, cuando es necesario, se produce
vasoconstricción en unas zonas del cuerpo mientras que en otras se observa una
vasodilatación.
Síntomas y signos
Los valores medios de la presión arterial en consulta, independientemente del
brazo en el que midamos, según la Guía de Hipertensión de la Sociedad
Europea de Cardiología, pueden indicar los siguientes diagnósticos:
• Óptima: por debajo de 120/80.
• Normal: entre 120-129 y/o 80-84.
• Normal alta (bordeline): entre 130-139 y/o 85-89.
• Hipertensión arterial (HTA) de grado 1 o leve: entre 140-159 y/o 90-99.
• HTA de grado 2 o moderada: entre 160-179 y/o 100-109.
• HTA de grado 3 o grave: si es superior a 180 y/o 110.
Por otro lado se diagnostica la hipotensión con valores por debajo de 90 y/o
60.
El intercambio capilar
El intercambio de sustancias entre las células y
la sangre se hace en la red capilar debido a las
diferencias de concentración o de presión.
Dado que esas diferencias varían a medida que
avanza la sangre por el capilar, también varían los
movimientos de las sustancias a través de su
endotelio.
Además, la sangre tiene una alta concentración
de albúmina, proteína de gran importancia
porque de ella depende, en parte, la presión de
la sangre.
Debido a su pequeño tamaño atraviesa las paredes
de los capilares con facilidad, arrastrando agua con
ella, con lo que disminuye la presión sanguínea. El
sistema linfático se encarga de recuperar la
albúmina y devolverla al torrente sanguíneo
El sistema linfático
La linfa es un líquido claro, pobre en proteínas y
rico en grasas, que contiene linfocitos y circula
por los vasos linfáticos.
El sistema linfático es una parte fundamental del
aparato cardiocirculatorio con importantes
funciones:
• Recupera las proteínas y el líquido extravasado
en la red capilar.
• Participa en los mecanismos de defensa. En el
sistema linfático se producen los linfocitos.
Además, cuando los macrófagos tisulares detectan
y destruyen células invasoras, los restos celulares
son recogidos por la linfa, limpiando así los tejidos.
• Transporta grasas. Las grasas absorbidas en el
aparato digestivo se incorporan a la circulación por
medio de los vasos linfáticos.
El sistema linfático está constituido por los vasos
linfáticos y por diferentes estructuras que
desarrollan funciones de defensa:
• Vasos linfáticos. Son parecidos a las venas, pero no
proceden de capilares sino que comienzan en unos
finos capilares linfáticos que tienen un extremo
distal ciego.
Al igual que las venas, tienen un endotelio que emite
prolongaciones hacia el interior de la luz linfática
formando válvulas que facilitan el avance de la linfa.
También tienen una pared media de músculo liso, pero
en este caso sus células pueden contraerse
rítmicamente para favorecer el avance de la linfa.
Se distribuyen por todos los tejidos y se van juntando
unos con otros para formar vasos de mayor
diámetro que finalmente confluyen en el tórax en
dos grandes conductos llamados vaso linfático
derecho y conducto torácico.
• Ganglios linfáticos. Intercalados entre los vasos linfáticos hay unos
engrosamientos que sirven de filtro de la linfa. En ellos también se forman
linfocitos.
• Timo. Se encarga de identificar las células propias, impidiendo que se
formen linfocitos contra ellas. Este mecanismo de inhibición linfocitaria impide
que el sistema de defensa reconozca como extrañas a las células propias.
• Bazo. Cumple funciones linfoides, además de otras relacionadas con la
eliminación de células sanguíneas viejas o deterioradas.
• Placas de Peyer. Son acúmulos de tejido linfático en el espesor de las paredes
del intestino delgado y de los bronquios, posibles vías de entrada de patógenos.
• Anillo linfático de Waldeyer. Está formado por un conjunto de glándulas
linfoides llamadas amígdalas (amígdalas palatinas, faríngeas o adenoides, y
otras de menor entidad). Parecen tener importancia en la producción de
linfocitos y de inmunoglobulinas en una zona de entrada de patógenos, como
son la boca y las fosas nasales.
Patología del aparato cardiocirculatorio
Las enfermedades del aparato cardiocirculatorio son muy frecuentes y afectan
secundariamente a muchos órganos porque se puede ver afectada la perfusión
tisular.
Las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en los países
desarrollados
Importante
Existen muchos factores de riesgo que aumentan la incidencia de enfermedades
cardiovasculares y de la tasa de mortalidad por estas causas. De hecho, en
España, las muertes por enfermedades cardiovasculares ocupan los primeros
lugares en las listas de mortalidad.
Entre estos factores de riesgo destacamos los siguientes, sobre todo cuando se
asocian unos con otro:
• Factores hereditarios.
• Obesidad. IMC elevado.
• Sedentarismo.
• Tabaquismo
• Hipertensión
• Diabetes
• Aumento del perímetro abdominal.
• Hiperlipemias (hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia).
Semiología cardiocirculatoria
Entre las manifestaciones que aparecen con más frecuencia en las enfermedades
cardiacas y vasculares destacan las siguientes:
Alteraciones del Por aumento (taquicardia) o descenso (bradicardia) de la frecuencia;
pulso por alteraciones del ritmo (arritmias); por alteraciones de la fuerza de
contracción (pulso débil o fuerte).
Cianosis Coloración azulada de la piel por falta de oxígeno (hipoxia) que suele
conducir a isquemia (lesiones por falta de oxigenación). Cuando no
hay ningún aprote de oxígeno a los tejidos se habla de anocia, que da
lugar a infarto (muerte del tejido
Dilataciones Como en las varices (dilatación venosa) o en el aneurisma (dilatación
vasculares arterial).
Disnea Dificultad respiratoria, por ejemplo cuando se acumula líquido en los
pulmones porque el corazón izquierdo no es capaz de expulsar toda
la sangre que le llega, lo que aumenta la presión en las venas
pulmoanres.
Dolor precordial Dolor en el pecho o irradiado (desplazado) al cuello, mandíbula,
omóplatos, epigastrio o miembro superior ozquirdo, en isquemia
cardiaca, infarto de miocardio, pericarditis, etc.
Edema Acúmulo de líquido en los tejidos, por ejemplo en la insuficiencia
cardiaca derecha, en la que el corazón derecho no es capaz de
expulsar toda la sangre que le llega, lo que aumenta la presión
venosa en las venas cavas. Se caracteriza por que, si presionamos el
edema con un dedo durante unos segundos, al apartar el dedo,
queda la marca en el edema (se llama fóvea)
Fiebre En el caso de patología infecciosa, como la pericarditis o la
endocarditis
Síncope Desvanecimiento con pérdida momentánea de conciencia, por
ejemplo en una disminución del aporte de sangre al cerebro asociado
a hipotensión o vasodilatación generalizada.
Variaciones de Por aumento (hipertensión) o disminución (hipotensión). La hiper o
lapresión arterial hipotensión pueden ser signos de una patología cardiovascular,
neurológica o endocrina o pueden constituir una enfermedad en sí
mismas (hipertensión o hipotensión primarias).
Patología
A. Patología cardiaca
Las enfermedades más frecuentes que afectan al corazón son las siguientes:
- Arritmias.
Consisten en alteraciones de la frecuencia o el ritmo cardiacos debidas a
trastornos en la generación o transmisión del impulso eléctrico.
Algunas de ellas son muy peligrosas, como la fibrilación ventricular, en la que
el miocardio ventricular se contrae de forma irregular y con poca fuerza, por
lo que no es capaz de expulsar la sangre de su interior.
https://youtu.be/-cBNzFMJD_E
Claves y consejos
Cada vez son más frecuentes las
arritmias auriculares en ancianos.
La taquicardia supraventricular
provoca remolinos de sangre en las
aurículas, lo que favorece la
formación de trombos, que, al
incorporarse a la circulación, pueden
provocar una embolia cerebral
(accidente cerebrovascular o ACV).
A estos pacientes hay que tratarlos de
forma preventiva con
anticoagulantes orales.
- Insuficiencia cardiaca (IC)
El corazón no es capaz de expulsar toda la sangre
que le llega.
La IC izquierda provoca un acúmulo de sangre en las
venas pulmonares y un aumento de la presión venosa,
que se transmite al pulmón, produciendo un edema
pulmonar que se manifiesta con tos, hemoptisis
(sangrado por la boca de sangre procedente del
pulmón), disnea, cianosis, entre otros.
Es más frecuente en adultos y se debe a que el
miocardio pierde su capacidad de respuesta a la carga
ventricular (ley de Frank-Starling).
Se puede afectar el corazón derecho, el izquierdo, o
ambos.
La IC derecha provoca el acúmulo de sangre en las
venas cavas y un aumento de la presión venosa, que
se transmite retrógradamente, produciendo
ingurgitación yugular, aumento de la presión venosa en
el hígado, que aumenta de tamaño (hepatomegalia), en
el sistema porta y en el resto del cuerpo, con edemas,
palpitaciones, taquicardia, fatiga, debilidad, etc.
- Cardiopatía isquémica
Se produce por una obstrucción de las arterias
coronarias o de sus ramas, más
frecuentemente por acúmulo de grasas bajo
el endotelio.
Provoca una oxigenación deficiente del miocardio
con isquemia (lesión miocárdica temporal y
reversible), que puede ir acompañada de
necrosis (muerte celular irreversible o infarto). En
ambos casos cursa con dolor precordial (ángor).
- Enfermedad valvular
Puede tratarse de una insuficiencia valvular o de una estenosis valvular.
La insuficiencia valvular es una lesión en la válvula que hace que disminuya
su diámetro, lo que dificulta el paso de sangre; esta lesión emite un ruido
característico llamado “soplo” por su parecido con el ruido del aire al pasar
por una rendija.
- Enfermedades de las capas del corazón.
Cualquiera de las capas del corazón puede sufrir una inflamación, bien de
origen inmune o bien de origen infeccioso.
• Cuando afecta al endocardio de habla de endocarditis;
• si se afecta el miocardio, se habla de miocarditis
• y si se afecta el pericardio, se habla de pericarditis.
En la pericarditis es frecuente que se acumule líquido inflamatorio en el espacio
pericárdico entre las capas visceral y parietal.
Este líquido tiene una presión elevada que comprime el corazón y dificulta que se
dilate durante las diástole (y por tanto disminuye el gasto cardiaco), complica la
contracción y hace que el corazón sea ineficaz.
Cursa con ángor, fiebre, tos, dificultad para respirar, disfagia y malestar general.
Síntomas y signos
En ocasiones, el acúmulo del líquido en la
pericarditis se produce entre el miocardio y
el pericardio.
En este caso el efecto de compresión líquida
es aún mayor que en la pericarditis llegando
a producirse el llamado taponamiento
cardiaco, que es una emergencia médica
porque el corazón no puede expandirse en
la diástole y se vuelve ineficaz.
Se trata puncionando el pericardio para
extraer el líquido.
https://www.youtube.com/watch?v=suHpdVywZJg&feature=emb_logo
- Fiebre reumática
Es una enfermedad autoinmune.
Tras una infección estreptocócica generalmente localizada (como una
amigdalitis), el organismo produce anticuerpos contra los antígenos del
estreptococo que atacan al tejido conectivo, por lo que pueden afectarse
muchos órganos, siendo frecuente la inflamación cardiaca (carditis), con
dolor pericárdico, insuficiencia cardiaca y alteraciones valvulares por
endocarditis.
B. Patología vascular
Entre las patologías más frecuentes que
afectan a venas y arterias encontramos:
- Trombosis.
Se trata de un proceso local que produce una
obstrucción vascular. Una causa muy
frecuente es el depósito de lípidos en las
paredes vasculares hasta que forman un
ateroma, que puede obstruir parcial o
totalmente el flujo de sangre provocando
isquemia o infarto, independientemente del
órgano de que se trate.
Otra causa es la formación de un coágulo de
sangre, lo que sucede más
frecuentemente en las venas
(tromboflebitis), que dificulta el retorno
venoso y cursa con edema.
- Embolia
Si la obstrucción vascular se produce a
distancia, es decir, lejos del punto en el que se
formó el trombo o del punto en el que se introdujo
cualquier sustancia que obstruya el vaso
sanguíneo (grasa, aire, etc.), se habla de
embolia.
Un fragmento de ateroma o de coágulo puede
soltarse (pasa a denominarse émbolo) y quedar
libre en la sangre.
Viaja por los vasos sanguíneos hasta que llega a
uno con un calibre que no permite su paso, lo que
produce la obstrucción.
Cuando se produce un trombo, una embolia o una
rotura de un vaso sanguíneo cerebral, aparece un
complejo sintomático (síndrome) llamado
accidente cerebrovascular (ACV) o ictus
- Hipertensión arterial (HTA)
El aumento de la presión arterial puede tener
numerosas causas, como enfermedades del
riñón o del sistema endocrino. En otras
ocasiones se debe a una pérdida de la
elasticidad arterial.
La rigidez provoca el aumento de las
resistencias periféricas y de la presión.
Puede comenzar con manifestaciones leves,
como cefalea, sangrado nasal (epistaxis) o
mareos,
pero, si se mantiene la presión alta, se
alteran los vasos sanguíneos, que se
engrosan y pierden elasticidad, por lo que
puede aparecer arterioesclerosis,
cardiopatía, enfermedad o un ACV con
lesiones cerebrales permanentes.
- Aneurisma.
Es una dilatación arterial producida por una debilidad de su pared. Los
aneurismas provocan remolinos sanguíneos que facilitan la coagulación y
la formación de trombos y émbolos; además, la debilidad vascular puede
provocar la rotura de la arteria
- Varices.
Las varicosidades o varices son dilataciones venosas que dificultan el
retorno sanguíneo. Afectan con más frecuencia a mujeres, sobre todo en
las venas de los miembros inferiores. Entre los factores predisponentes
están la obesidad, el sedentarismo y el tratamiento con anticonceptivos
C. Patología linfática
Las patologías más habituales que afectan al
sistema linfático son las siguientes:
- Linfagitis.
Es una inflamación de un vaso linfático,
generalmente de origen infeccioso. Cuando
se afectan los ganglios linfáticos se habla de
linfadenitis. El aumento del tamaño del
ganglio inflamado recibe el nombre de
linfadenopatía.
- Linfedema
Acúmulo de líquidos en los tejidos
provocado por una lesión primaria o
secundaria del sistema linfático. Puede
aparecer tras infecciones, intervenciones
quirúrgicas, radioterapia, etc. Es un edema
más duro que el edema por causas cardiacas
- Linfoma
Es un tipo de neoplasia que suele iniciarse en los ganglios linfáticos, donde se
produce un tumor formador de linfocitos anómalos que pasan a la linfa, y de
ella a cualquier otro lugar del cuerpo, donde se reproducen (metástasis).
- Esplenomegalia
Se llama así al aumento del tamaño del bazo. Generalmente se debe a
infecciones, pero en otras ocasiones es un signo de neoplasia.