F1024 IV - El Principio de La Mayordomía

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El Principio de la Mayordomía.

• Semana 21 – 27 Oct. ‘24

El Principio de la Mayordomía.
Objetivo: Aprender a aplicar el principio de Mayordomía en la vida diaria.
Idea Central: Debemos ser fieles administradores de todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos.

Lucas 16:10-12
10El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo
más es injusto. 11 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si
en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?

INTRODUCCIÓN
La verdadera prosperidad está ligada a una vida que se sostiene desde los principios de la Palabra de
Dios. Debemos estar muy entendidos de que la vida no es el resultado del azar o las casualidades. La
vida es el resultado de los principios que utilizamos. En términos prácticos, un principio es: una ley o
norma que rige la conducta y el pensamiento que establece una causa (elemento generador), la cual
nos lleva a un resultado previsto, que puede ser positivo o negativo.

Vivimos en un mundo volátil e incierto donde las personas buscan una forma de guía, sólida y
consistente, para llevar una vida plena y próspera. Esta búsqueda puede llevarnos a reflexionar sobre
la importancia de vivir una vida basada en principios eternos y universales. Al practicar los principios
de Dios, obtenemos sabiduría y dirección divina en nuestras decisiones que nos permiten disfrutar de
todas las bendiciones que Él nos expresa en Su palabra.

DESARROLLO
1. El principio de la Mayordomía nos encamina a la prosperidad.
15Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Génesis 2:15
Cuando estudiamos en las Escrituras acerca de la prosperidad que Dios desea que tengamos, vamos a
encontrar que el Señor requiere de nosotros que seamos fieles y buenos administradores o mayordomos
de lo que Él nos ha entregado: nuestra relación con Dios, familia, relaciones interpersonales, bienes y
nuestra propia vida. Un Mayordomo es literalmente un “administrador de la casa”. En términos
bíblicos, se refiere a la gestión y administración de los recursos de otra persona (Dios), actuando en su
nombre y de acuerdo a sus intereses.
El Principio de la Mayordomía.
Si lo vemos desde una dinámica empresarial, una persona que administra una empresa está consciente
que debe fluir bajo la obligación de iniciar y llevar adelante los deseos del propietario, con el fin que
se cumpla la visión establecida por dicha institución. Cuando administramos mal podemos terminar
fracasando, probablemente por la incapacidad de hacer frente a los retos de nuestra vida y no tener la
capacidad para aprovechar al máximo las oportunidades. No podemos administrar todo lo que es de
Dios en medio de un desorden o caos.
Para desarrollarnos en buena mayordomía necesitamos entender que:
✓ Dios es el dueño de todas las cosas. Salmos 24:1-2
✓ Debo ser hallado fiel mayordomo. 1 Corintios 4:1-2
✓ Alineamos el corazón a Dios: ¿Qué quieres que yo haga? Colosenses 3:17
✓ Aprendemos a obedecer órdenes y actuar en integridad. Proverbios 11:3
✓ Es un mandato de Dios.

2. ¿Qué necesito para ser hallado un administrador fiel?


2Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma. 3 Juan 1:2
Es importante que desarrollemos una mentalidad de administrador. A todos Dios nos “ha dado algo” a
administrar. Un fiel administrador de los recursos de Dios es alguien que pone en primer lugar a Dios
en todo lo que hace. Esto implica que todo lo que tenemos (talentos, habilidades, bienes) está a
disposición de edificar lo que Dios quiere edificar. Necesitamos ser intencionales en nuestras labores
para producir frutos (2 Timoteo 2:6). Debemos evaluar si estamos aprovechando o desaprovechando
cada oportunidad que el Señor nos está dando.

La sabiduría de Dios nos dará la capacidad de aplicar los conocimientos y experiencias en toda la labor
que ejerzamos. Debemos realizar las tareas y responsabilidades que tenemos con diligencia y
contentamiento. Cuando manejamos fielmente aun las pequeñas responsabilidades y recursos,
estaremos determinando aquello que se nos confiará en mayor medida en el futuro. Mateo 25:21

CONCLUSIÓN
Vivimos inmersos en una cultura donde predomina una mentalidad de “consumismo” más que de
“mayordomía”. Generalmente no nos enseñan a administrar lo que tenemos, sino a gastarlo para
después ir en busca de “más”, y debemos romper con tal mentalidad. Donde no hay buena
administración hay desorden y caos, pero Dios nos ha llamado y capacitado para ser los mayordomos
de Sus bienes en esta tierra para multiplicarlos.

¿Tengo una mentalidad de “consumismo” o mezquindad?

¿Cómo estoy administrando lo que Dios ha puesto en mis manos (tiempo, salud, familia, finanzas, etc.)?

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